"ZATOICHI"

de Takeshi Kitano

El "chambara" con mano maestra

 

En un principio, en Japón, uno de los géneros más populares fue el "jidai-geki" (cine histórico) del cual se desprendió el subgénero "ken-geki" (cine de espadas) gozando de un éxito masivo e internacional (en occidente a mediados de la década del 50 y principios de los 60 con "Los siete samurais" de Akira Kurosawa a la cabeza y los filmes de Hiroshi Inagaki, luego "Yojimbo" también de Akira Kurosawa y las historias samurais de Kobayashi como "Rebelión" o "Harakiri").

Pronto el término "ken-geki" fue sustituido por el más popular y simpático "chambara", palabra derivada de la onomatopeya "chan-chan bara-bara" que hace referencia al ruido de la "katana" (espada samurai) al cortar carne humana, huesos, tendones, etc.

A principios del siglo XX la imagen del noble samurai cinematográfico estaba inspirada en el teatro "kabuki" donde un director de teatro llamado "Shozo Makino" tuvo la excelente idea de mechar las piezas kabuki con duelos a espada limpia. Makino comenzó a realizar cortos de 10 minutos que dan nacimiento al género samurai.

Un actor de teatro de provincia se transformó en el primer samurai de la historia del cine, su nombre : Mastunosuke Onoe; la película: "Honnoji gassen" ("El combate de Honnoji"); el año 1908 y el director el ya citado Shozo Makino.

Estos primeros argumentos mostraban a un héroe íntegro, noble y valeroso. Es en 1923 cuando aparece por primera vez un samurai rebelde y atormentado en el filme "Murasaki zukin" ("El capuchón escarlata"). Luego aparece Tsumusubaru Bando un espadachín de más de 20 años de historia en el cine japonés. En este punto, el samurai da paso al "ronin", un samurai sin amo, errante y cínico que tiene un gran paralelismo con el "forastero" de los westerns norteamericanos que, sin lugar hacia donde dirigirse, llega a un pueblo, arregla entuertos y tan misteriosamente como aparece se va.

Es en las décadas de 1920 y 1930 donde se perfila el samurai ya conocido, violento, taciturno y que confía tanto en su rapidez con la katana como el pistolero del oeste en la suya con un colt o smith & wesson.

El primer samurai "discapacitado" fue Sazen Tango, el cual, tuerto y manco, permaneció cortando a sus contrarios desde 1928 hasta 1939.

En 1960 se destaca el director Kenji Misumi con una versión de la novela "El desfiladero del gran Buda" ("Daibosatsu toge" escrita por Kaizan Nakazato en treinta volúmenes desde 1913 hasta 1931).

Gracias a Kenji Misumi, en la misma década, el personaje del samurai ciego "Zatoichi" llega a la pantalla. Misumi dirige sobre el personaje (siempre interpretado por el actor y kendoca Shintaro Katsu) los siguientes títulos: (en orden decreciente)
 

•Zatoichi - The Festival of Fire (1970)
•Zatoichi and the Chess Expert (1968)
•The Return of Daimajin (1966)

•Zatoichi - The Blind Swordsman and the Chess Expert
(1965)

•Zatoichi and the Chess Expert (1965)
•Zatoichi - Fight, Zatoichi, Fight (1964)
•Zatoichi - The Life and Opinion of Masseur Ichi (1962)

 

Misumi también recupera otros samuráis como "El lobo y su cachorro" sobre un héroe rebelde y su hijo (un bebé tan hábil para los duelos como su padre), pero esa es otra historia.

Otros directores tomaron al espadachín ciego y una de las más oscuras experiencias fue "Zatoichi vs. Yojimbo" escrita y dirigida por Kihachi Okamoto en 1970 y protagonizada por  Shintaro Katsu y  Toshiro Mifune. Una curiosidad fue la versión "spaghetti western" con un pistolero ciego interpretado por Tony Anthony en el filme "Blind Man" dirigido por Ferdinando Baldi y contando en su reparto con un sucio y desprolijo Ringo Starr.

 

Con estos antecedentes, Kitano toma el personaje, lo hace suyo y lo modifica, tanto en la apariencia externa (¿un "Zatoichi" albino?) como en la interna. El ex samurai es ahora un masajista con aspecto vencido y cansado que apuesta a los dados mientras convive con personajes pintorescos: una mujer y su sobrino adicto al juego.

 

La anécdota resulta similar a las tradicionales: nefastos personajes luchan por conservar su hegemonía en un poblado rural. Hay bandos enfrentados (como en "Yojimbo"), una venganza (como en tantos "chambaras"), campesinos que quieren ser samurais (como en "Los 7 samurais"), un revólver (¿homenaje a la ya citada "Yojimbo"?), etc., etc.

 

Con tantos elementos conocidos la película de Kitano es altamente disfrutable porque el espectador no ve venir los hechos.

 

Kitano nos ha enseñado a encontrar un juego permanente en sus películas, podemos apostar a qué va a suceder pero vamos a equivocarnos como el apostador "Shinkichi", la única seguridad es que nos va a sorprender constantemente. Si en "Kids Returns" Kitano nos sorprendía con los boxeadores bulímicos, en "Zatoichi" hace lo propio con un vengador travestido.

 

Como ocurre en tantas obras suyas el humor está presente cuando menos se lo espera y la violencia estalla de una forma completamente artística (esta vez ayudado por los efectos digitales que le dan a los duelos cierto aspecto de animé).

 

Uno de los primeros estrenos de 2005 que seguramente será uno de los mejores.

 

Fabián Sancho

 

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