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		En X MEN: LA BATALLA FINAL, la 
		culminación de la trilogía de “X-Men”, una “cura” para mutantes amenaza 
		con alterar el curso de la historia. Por primera vez, los mutantes 
		podrán elegir: conservar su individualidad, a pesar de que ésta los 
		excluye y aliena, o renunciar a sus poderes para poder formar parte de 
		la sociedad. Los puntos de vista divergentes de los líderes mutantes 
		Charles Xavier, quien predica la tolerancia, y Eric Lehnsherr (Magneto), 
		quien cree en la supervivencia del más fuerte, son puestos a la más 
		rigurosa de las pruebas —detonando la guerra que terminara con todas las 
		guerras.  
		X MEN: LA BATALLA FINAL reúne a las estrellas de las dos primeras 
		películas de Hombres-X: Hugh Jackman como Wolverine, una solitaria 
		máquina de pelea que posee sorprendentes poderes de curación, garras 
		retractables de adamantio y una furia animal; Halle Berry en el papel de 
		Storm, quien puede manipular cualquier tipo de clima —y volar; Ian 
		McKellen como Magneto, un poderoso mutante que puede controlar y 
		manipular el metal; Patrick Stewart como Xavier, telépata y fundador y 
		líder de los Hombres-X; Famke Janssen en el papel de Jean Grey, una 
		mutante con habilidades de telequinesia y telepáticas de incalculable 
		poder; Anna Paquin como Rogue, quien absorbe los poderes y pone en 
		riesgo la vida de todo aquel a quien toca; Rebecca Romijn como Mystique, 
		capaz de adoptar cualquier forma; James Marsden en el papel de Cyclops, 
		cuyos ojos liberan un rayo de energía tan intenso que puede atravesar 
		montañas; y Shawn Ashmore como Iceman, quien tiene la capacidad de 
		disminuir su temperatura corporal e irradiar un frío intenso.  
		Aaron Stanford como Pyro, capaz de manipular el fuego a placer, y Daniel 
		Cudmore en el papel de Colossus, que puede convertir su piel en acero 
		orgánico, también repiten sus papeles de “X2”.  
		 Kelsey Grammer también se une al reparto de X MEN: LA BATALLA FINAL, 
		como uno de los personajes más queridos del universo de “X-Men”: Dr. 
		Henry McCoy, también conocido como Beast. McCoy es un genetista 
		sumamente inteligente, un mutante dotado con agilidad y condición física 
		sobrehumanas. Al ser conejillo de indias de uno de sus propios 
		experimentos, McCoy se mutó todavía más, lo que provocó que le creciera 
		un pelaje azul y bestial.  
		Brett Ratner, quien forjó una franquicia cinematográfica con “Rush Hour”, 
		y expandió la franquicia de “Silence of the Lambs” con “Red Dragon”, 
		funge como director. 
		X MEN: LA BATALLA FINAL permanece fiel a los arcos formales y narrativos 
		de “X-Men” y “X2”, mientras expande los personajes, mantiene el balance 
		entre espectáculo y realidad, y, especialmente, profundiza en las 
		emociones y las relaciones.  
		 Para lograrlo, X MEN: LA BATALLA FINAL plantea problemas que resuenan en 
		la actualidad: ¿La conformidad es un antídoto para el prejuicio? ¿Es 
		cobarde renunciar a la individualidad para formar parte de la sociedad y 
		evitar ser perseguido? ¿El derecho personal que uno tiene para elegir 
		está intacto? ¿Tener un gran poder es una bendición o una maldición?  
		Los actores concuerdan en que X MEN: LA BATALLA FINAL es el trabajo más 
		ambicioso de la trilogía. “Esta película es más significativa de 
		principio a fin”, comenta Patrick Stewart. “Te va a emocionar —¡y 
		debería de hacerlo!. Tiene una trama intrigante que hace que te 
		involucres inmediata y emocionalmente con los personajes”.  
		La línea narrativa de la curación lleva el tema fundamental de la 
		alienación, tratado a lo largo de la serie, a su máxima expresión. Para 
		los actores resultó ser una problemática familiar.  
		“El verdadero villano de la historia es la cura”, comenta Halle Berry. 
		“Es una cuestión con la que he tenido que lidiar toda mi vida. Cuando 
		era niña, sentía que si tan sólo podía cambiar, mi vida mejoraría. 
		Conforme he crecido, me he dado cuenta cuán absurdo resulta ser, y esta 
		película arroja luz sobre ese tema tan escabroso”.  
		La cura provoca la ira de Magneto, que lo lleva a salir de su escondite, 
		convocar un ejército e iniciar una revolución mutante, como jamás se 
		haya visto. Magneto y sus seguidores quieren eliminar la cura y a 
		cualquiera —mutante o humano— que apoye la causa.  
		“Magneto les dice a sus adeptos, ‘Nadie nos va a curar; ¡nosotros somos 
		la cura!”, recuenta Ian McKellen. La idea de erradicar aquello que 
		separa a los individuos de la mayoría es anatema para el distinguido 
		actor británico, así como lo es para su personaje en pantalla. “Para mi 
		es repugnante, como si una persona dijera que necesito un tratamiento 
		para curar mi sexualidad, o si alguien dijera que la gente de raza negra 
		pudiera tomar una pastilla que los ‘cure’ de ser negros”.  
		Jackman hace notar que este problema y los conflictos que genera son 
		“intrínsecamente inmensos” para los Hombres-X. El actor hace hincapié en 
		las complejidades de la vida mutante. “Se le puede ver desde otro punto 
		de vista”, explica. “Mira a Rogue, por ejemplo. Sus habilidades [para 
		absorber los poderes de otros mutantes, que pueden ser fatales] son 
		sorprendentes, pero tiene una vida muy solitaria. Nunca podrá tocar a 
		nadie, tener una relación física o tener hijos. Así como el tratamiento 
		es aberrante desde un punto de vista político, también es entendible que 
		alguien como ella pudiera considerar someterse a él”.  
		Beast, el mutante que menos se asemeja a un humano, también está 
		contrariado con la cura. “A diferencia de otros Hombres-X, la mutación 
		de Bestia es evidente”, comenta Kelsey Grammer. “Así que no es de 
		sorprender que pueda considerar, aunque sea brevemente, la idea de 
		convertirse en un ‘tipo común y corriente’. Se percata, desde luego, que 
		ser ‘común y corriente’ no es su destino. Es un individuo muy decidido, 
		porque la verdadera valentía significa tomar tu destino y hacer el bien 
		con él. Y eso es exactamente lo que Beast hace”. 
		Estos temas emocionales están vinculados con algunas de las historias 
		más queridas en la ilustre vida de las tiras cómicas de “Los Hombres-X”. 
		“En realidad, nadie había intentado aportar un nivel significativo de 
		emotividad al cómic, antes de que aparecieran las historietas de los 
		‘Hombres-X’ en los años setenta”, comenta Zak Penn, quien, al igual que 
		el co-guionista Simon Kinberg, es un fanático de las historietas de 
		“Hombres-X”. “A la franquicia le debemos el haber retomado ese tipo de 
		emociones intensas. La única manera para poder hacerlo es que el público 
		sienta que el universo es real; hacerles saber que tanto cosas buenas 
		como malas pueden ocurrir”.  
		Kinberg añade: “Una de las cosas más importantes acerca del cómic es que 
		los lectores se involucraron emocionalmente con los personajes. De 
		publicación a publicación, no regresaban sólo por las historias; 
		regresaban por los personajes”.  
		A Brett Ratner le resultó atractivo que el guión le haya rendido lealtad 
		a las dos películas previas de la saga, “X-Men” y “X-2”, y que haya 
		intensificado los riesgos. “Las dos películas previas de ‘X-Men’, de 
		Bryan Singer, me sirvieron de bosquejo”, comenta Ratner. “Quería 
		mantener los arcos formales y narrativos que Bryan y los actores habían 
		creado. Al público le importan estos personajes, y me pareció importante 
		serles fiel. Mi meta fue tomar lo que funcionó en las primeras dos 
		películas, pero hacerlo más emotivo y resolver algunos arcos de los 
		personajes”.  
		El reparto habitual apreció la propuesta de Ratner. Hugh Jackman 
		comenta: “Brett se mantuvo respetuoso y fiel a la visión de ‘X-Men’ y 
		‘X-2’, pero, al mismo tiempo, llevó la franquicia a un nuevo nivel, al 
		haberle añadido más emotividad y haber profundizado las relaciones”.  
		Halle Berry elogia a Ratner y a los escritores por haber esclarecido las 
		responsabilidades, la visión y el potencial de Storm. “Sabía que Brett 
		era una pieza fundamental para que esto sucediera”, comenta Berry. 
		“Realmente siempre ha estado a favor de que Storm sea una voz constante. 
		No se trataba de darme más diálogo. Pero cuando estoy en pantalla, 
		quiero que mi presencia pese”.  
		Hugh Jackman añade: “En las primeras dos películas, Wolverine no sabía 
		si unirse a los Hombres-X o permanecer fiel a su naturaleza y seguir 
		siendo un ser solitario. En X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA la pregunta que se 
		plantea es si asumirá el papel de líder de los Hombres-X. Esto hace que 
		los riesgos sean mucho mayores, que era fundamental, porque mi sentir es 
		que si vas a repetir un papel, quieres intensificarlo y llevarlo más 
		allá. Esta película me permitió hacer eso”.  
		Así, tanto Jackman, como Berry, sus compañeros de reparto y Brett Ratner 
		señalan que X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA es el clásico cine de Hollywood a 
		gran escala. Esto estaba lejos de la mente de Stan Lee, cuando él y Jack 
		Kirby crearon a los Hombres-X hace más de 40 años. Lee y Kirby se 
		encargaron de delinear a los personajes y las historias, abundantes en 
		drama, conflicto y emociones. Los Hombres-X, así como muchos de sus 
		predecesores en Marvel Comics, eran un grupo heroico inusual —en 
		ocasiones sarcásticos, antisociales y claramente imperfectos, pero 
		reflexivos cuando luchaban contra los demonios de sus vidas amorosas, 
		lidiaban con los traumas de la autoestima o enfrentaban a poderosos 
		villanos en su universo de poderes especiales. 
		“Quería que los Hombres-X tuvieran personalidades interesantes, y 
		hacerlos agradables y creíbles”, recuerda Lee. “Cuando comenzamos Marvel, 
		siempre intentamos crear personajes que tuvieran una historia que 
		contar; tenían que parecer gente real, a pesar de que contaban con 
		poderes increíbles. Consideramos que darles esa profundidad extra era 
		importante”.  
		Después de todos estos años, la visión de Lee y sus sucesores sigue 
		siendo una parte intrínseca del universo de los “Hombres-X” —un hecho 
		que incluso la impresionante imaginación de Lee nunca pudo haber 
		previsto. “Nunca se me hubiera ocurrido”, comenta la leyenda de las 
		tiras cómicas, “que algún día estas pequeñas historias que estábamos 
		haciendo, pudieran llegar a convertirse en películas tan magníficas”.
		 
		 
		 
		REGRESANDO PARA EL DESENLACE DE LA TRILOGÍA  
		Debido a las ocupadas agendas de los actores, juntar a todo el reparto 
		para X MEN: LA BATALLA FINAL requirió de una compleja planeación 
		estratégica. Pero la participación de los histriones nunca estuvo en 
		duda. “Fue fundamental para la historia y las relaciones de los 
		personajes, así como para los aficionados amantes de estos filmes”, 
		comenta la productora Lauren Shuler Donner. “Que todos estos actores 
		hayan regresado habla mucho acerca de su amor al guión y a las películas 
		de ‘X-Men’”, añade el productor Avi Arad. “El reparto hizo de estas 
		películas lo que son, y era decisivo reunirlos de nueva cuenta para esta 
		película”.  
		Los miembros del reparto que regresaron vieron cómo sus personajes 
		sufrieron cambios significantes, nadie más que Famke Janssen, quien 
		interpreta a la telépata Jean Grey. En “X-2”, Jean sacrificó su vida 
		para salvar a sus compañeros de morir ahogados en el Lago Alkali. Pero 
		las últimas tomas de ese filme sugieren que no hemos visto lo último de 
		ella —y en X MEN: LA BATALLA FINAL eso rinde frutos de gran manera. 
		Jean regresa, renacida como “Dark Phoenix”, con poderes que van más allá 
		de su comprensión. Se transforma en el arma perfecta —que todos quieres 
		poseer conforme se preparan para la guerra. Se convierte en una amenaza 
		para los Hombres-X y para todo el mundo.  
		“La odisea de Jean es la más extrema”, comenta Simon Kinberg. “Nos 
		inspiramos en una línea narrativa específica del cómic que nunca antes 
		se había abordado: tomar un héroe y convertirlo en villano. Su saga 
		resuena emocionalmente, porque te obliga a observar a alguien a quien 
		amas en un proceso tanto de implosión como de explosión”.  
		“Lo que Jean hace en este filme es muy diferente a lo que hizo en las 
		primeras dos películas”, comenta Famke Janssen. “Es un gran cambio que 
		los fanáticos de las historietas han estado esperando por mucho tiempo, 
		y con el que el público cinematográfico quedará impactado”.  
		En “X-Men” y “X2”, Jean es una figura heroica y la profesora principal 
		en la Escuela Xavier para Gente Dotada. Junto con su mentor y amigo, el 
		Profesor Charles Xavier, su prometido Scott Summers (también conocido 
		como Cyclops) y el resto de los Hombres-X, Jean luchó contra Magneto en 
		“X-Men”, y contra Stryker, quien odiaba a los mutantes, en “X2”.  
		A pesar de los actos heroicos de Jean, ambas películas dejaron ver 
		importantes pistas para lo que resulta ser su destino último, que se 
		revela en X MEN: LA BATALLA FINAL. “En las primeras películas, hay 
		indicios de que algo está mal con Jean —momentos en los que sus poderes 
		parecen ser mayores de lo que puede controlar”, comenta Janssen. “Esta 
		premisa es llevada más allá en ‘X2’, donde tiene dolores de cabeza y 
		dificultades para controlar sus poderes”.  
		El destino de Cyclops, interpretado por James Marsden, está vinculado 
		estrechamente con el renacimiento de Jean. Los dos estaban comprometidos 
		para casarse, pero su heroica muerte ha dejado al otrora pudibundo 
		Cyclops, inconsolable y amargado. “Ha perdido su interés en la vida, a 
		la persona que más quería”, comenta Marsden. “El significado de los 
		Hombres-X —lo que representan— ha perdido valor para él, ahora que Jean 
		no está. De hecho, todo el equipo está sufriendo”.  
		Rogue, interpretada por Anna Paquin, coquetea con la idea de “renacer” 
		—como humana. “El tratamiento le presenta una opción”, señala Paquin. 
		“Puede ser curada y cambiar su vida para siempre, o aceptar quien es y 
		continuar viviendo con los sentimientos de soledad que su mutación trae 
		consigo”. 
		“Rogue tiene el peor de los poderes en todo el universo de los mutantes, 
		punto”, comenta el productor Ralph Winter. “No puede tocar a nadie o 
		expresarle su amor. ¿Qué va a hacer? Esta película responde esa 
		pregunta”.  
		La historia de Rogue está ligada a la de Bobby Drake (también conocido 
		como Iceman), con quien Rogue comenzó un romance en “X2”. Pero su 
		prometedora historia de amor se topa con pared debido al poder que ella 
		tiene para absorber los poderes de quien toque —y matarlo. “Los poderes 
		de Bobby para irradiar un intenso frío adquieren merecida fama, justo 
		cuando enfrenta grandes retos en su relación con Rogue”, comenta Shawn 
		Ashmore. “Las cosas se complican todavía más cuando comienza a sentir 
		algo por Kitty Pryde [una joven mutante que puede atravesar materia 
		sólida, interpretada por Ellen Page]. Está listo para convertirse en un 
		miembro de tiempo completo de los Hombres-X”. 
		Bobby continúa su batalla progresiva contra su antagonista, Pyro, un 
		miembro de la malvada Hermandad de Mutantes, que puede manipular el 
		fuego. “Es una guerra entre el fuego y el hielo”, comenta Aaron Stanford, 
		quien interpreta a Pyro. “Mi personaje se ha convertido en el brazo 
		derecho de Magneto, tiene más confianza en sí mismo, es más poderoso y 
		es capaz de inflingir mucho más daño”.  
		Otro miembro de la Hermandad de Magneto —Mystique, que puede adoptar 
		cualquier forma— se encuentra lidiando con las consecuencias de su cura. 
		“Siempre le ha sido leal a Magneto, luchando a su lado”, comenta Rebecca 
		Romijn, quien durante todos los días de filmación, nuevamente pasó horas 
		en la silla de maquillaje para ser transformada en la mutante de piel 
		azul. “Pero está por recibir una severa lección en virtud de su 
		indignación por la cura, y en el infierno no hay furia tal como la de 
		una mujer despreciada”.  
		 
		 
		 
		 
		LOS NUEVOS PERSONAJES 
		Las historietas de los Hombres-X están pobladas con cientos de 
		personajes, muchos de los cuales no pueden ser utilizados en una 
		película de dos horas, debido a las limitaciones de tiempo que presenta 
		el medio. Cada vez que se anuncia una película nueva de los “Hombres-X”, 
		los fanáticos cavilan con respecto a cuáles personajes deberían 
		aparecer. Beast y Angel siempre han estado en la cima de sus listas. Una 
		vez que los planes comenzaron a tomar forma para una tercera película de 
		la serie, los realizadores tenían, finalmente, una historia lo 
		suficientemente vasta como para incluir a los muy solicitados 
		personajes.  
		Una vez que decidieron incluir a Beast, entonces se presentó el difícil 
		reto de encontrar al actor para el papel. Beast, que iniciada la 
		historia es Secretario de Asuntos Mutantes en el gabinete del presidente 
		de los EEUU, es uno de los grandes expertos en mutaciones y biología 
		humana evolutiva en el mundo. Tiene un vasto conocimiento en genética, 
		bioquímica y en una variedad de campos científicos, y, a pesar de su 
		inmensidad, posee fuerza, agilidad, resistencia y velocidad. 
		“Todo mundo tenía ideas con respecto a quién debía interpretar el 
		papel”, comenta el co-guionista Simon Kinberg. “La parte más difícil 
		acerca de Beast no fue escribir el personaje, sino encontrar al actor 
		para interpretarlo. Para mí, el gran genio del reparto en la película es 
		Kelsey Grammer. Habita a Beast con su voz, su porte, su físico y su 
		mirada”. 
		Grammer estaba intrigado con la combinación de intelecto y fuerza 
		muscular de su personaje. “Beast es muy inteligente”, recuerda Grammer. 
		“Y es muy lento para pelear. Pero cuando pelea, es magnífico. Así que 
		pensé, ‘bueno, me gustaría personificar eso’”. 
		Grammer, conocido en todo el mundo por su papel del Dr. Frasier Crane en 
		las clásicas series de televisión “Cheers” y “Frasier”, y que le ha 
		valido ganar cinco veces el Emmy® por el papel, está casi irreconocible 
		bajo la diversas capas de prótesis que lo transformaron físicamente en 
		Beast. 
		“Cuando acepté interpretar el papel, me percaté que esta iba a ser mi 
		primera incursión íntegra en el mundo de las prótesis, y debo decir que 
		tuve sentimientos encontrados”, comenta Grammer. “Es muy efectivo para 
		interpretar el personaje, pero, al mismo tiempo, estás un poco tieso. 
		Tienes que trabajar de manera más ardua para lograr transmitirle a esa 
		máscara algo de tu energía. Si lo vemos del lado positivo, la prótesis 
		me ayudó a darme cuenta del poder dinámico que se presenta en la quietud 
		de una actuación. Tomé la decisión de no inyectarle mucha energía facial 
		y, en cambio, dependí más de mi mirada. Es a través de los ojos por 
		donde vemos cómo brilla el intelecto de Beast”.  
		Les llevó tres horas aplicarle el maquillaje a Grammer, comenta Bart 
		Mixon de Spectral Motion, una de las principales compañías de efectos de 
		maquillaje en la industria, que también diseñó el maquillaje especial 
		para Angel, Colossus y Juggernaut. Mixon trabajó con el artista de 
		maquillaje de prótesis Thom Floutz. “El maquillaje de Beast es bastante 
		complejo”, explica Mixon. “Existen cinco piezas que comprenden la cabeza 
		de Beast. Hay un cuello, un casquete con ojos, una gran pieza para las 
		mejillas y quijada, la frente y el labio inferior. Después, está el 
		traje del cuerpo, los guantes y los pies y...seis pelucas. La naturaleza 
		del personaje requería que el maquillaje fuera muy flexible”.  
		Para aficionados del cómic, Angel, interpretado por Ben Foster en el 
		filme, es casi tan querido como Beast. El padre de Angel, el empresario 
		multimillonario Warren Worthington II (interpretado por Michael Murphy) 
		no puede aceptar la mutación de Angel —tiene alas totalmente emplumadas 
		cuya envergadura es de casi 5 metros, lo que le permite volar—, y la 
		angustia que le provocan los poderes mutantes de su hijo lo lleva a 
		encabezar el desarrollo de la cura.  
		La manera en como se introduce el personaje en la película, cuando lo 
		vemos (de joven) intentando deshacerse de la fuente de sus poderes 
		mutantes, es una de las escenas más reveladoras —un momento intenso de 
		vergüenza gratuita. “Los actos de Angel muestran qué tanto la gente 
		joven quiere ser aceptada, ser querida y ser como cualquier otro”, 
		comenta Foster. “De cierta manera, condensa la esencia de los Hombres-X: 
		que todos sentimos que somos diferentes y que el único camino es aceptar 
		esas diferencias. Si no lo hacemos, los resultados pueden ser 
		desastrosos”.  
		Según Ratner, Foster “realmente transmitió el tormento y la complejidad 
		de Angel”. Igualmente impresionante fueron las proezas físicas del 
		actor. Foster no solamente tuvo que soportar extenuantes sesiones de 
		prótesis durante las cuales le montaron sus alas, sino que también 
		adquirió una increíble forma física para conseguir la corpulencia del 
		personaje en el cómic. “Nunca había visto a nadie trabajar de una manera 
		tan ardua como Ben”, añade el director. “Realmente se transformó”.  
		Angel presentó otro reto de diseño. “Tuvimos que diseñar la ropa de 
		Angel para que se adaptara a tres versiones distintas de alas”, comenta 
		la diseñadora de vestuario Judianna Makovsky. “Un atuendo es para 
		adaptar alas prostéticas pegadas a su espalda en escenas donde aparece 
		con el pecho descubierto; otro ropaje es para cuando sus alas, sujetadas 
		a un arnés que tiene que ir sobre éstas y ocultarlas, están cerradas; un 
		tercer vestuario ‘normal’ es para cuando las alas son generadas en su 
		totalidad por computadora”.  
		Vinnie Jones interpreta al implacable fortachón Juggernaut (también 
		conocido como Cain Marko), otro de los personajes más famosos de la tira 
		cómica. Cuando Juggernaut se pone a correr, incluso caminar, no hay 
		fuerza física alguna que pueda detenerlo. Jones, ex estrella del futbol 
		sóccer, quien interpretó a tipos rudos en películas tales como “Snatch” 
		y “Lock, Stock and Two Smoking Barrels”, vio cómo los genios en efectos 
		de maquillaje en Spectral Motion amplificaban su ya de por sí enorme 
		físico.  
		“Juggernaut es un mercenario, una máquina de pelea”, comenta Jones. “Es 
		miembro de la Hermandad pero no comparte necesariamente el intenso 
		interés de Magneto por abolir la cura. Sólo vive para pelear”.  
		El reparto también está conformado por Dania Ramirez en el papel de 
		Callisto, cuya agudeza de sentidos le permite localizar y evaluar el 
		poder de otros mutantes; Eric Dane como Multiple Man, quien puede crear 
		réplicas exactas de sí mismo; Cameron Bright como el amortiguador de 
		potencia Leech; y Shohreh Aghdashloo como la genetista Dra. Kavita Rao. 
		 
		ACCIÓN X-TREMA 
		En una serie de películas que se distinguen por sus impresionantes sets 
		y explosivas secuencias de pelea, X MEN: LA BATALLA FINAL lleva la 
		acción a un nuevo nivel. Simon Crane, uno de los mejores directores de 
		segunda unidad en la industria, y los coordinadores de acrobacias, 
		trabajaron muy estrechamente con Brett Ratner para crear las secuencias 
		de acción, además de haber diseñado las peleas y los estilos de combate.
		 
		Crane acababa de terminar la taquillera película de acción “Mr. and Mrs. 
		Smith”, donde puso a prueba a Brad Pitt y a Angelina Jolie, cuando lo 
		abordaron para X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA. Su consigna fue crear acción 
		que nunca antes se haya visto en el cine, encontrar nuevas maneras de 
		filmar las escenas de pelea y montar acción impulsada por la historia 
		para hacer que ésta evolucionara.  
		Crane trabajo de cerca con John Bruno, supervisor de efectos visuales 
		ganador del Premio de la Academia®, con quien mezcló atinadamente 
		acrobacias, efectos especiales e imágenes generadas por computadora, con 
		el objeto de que las secuencias de acción fueran descomunales y 
		creíbles.  
		Una de las principales labores de Crane fue extraer del cómic el estilo 
		de combate “furia enloquecida” de Wolverine —una ira desenfrenada y 
		transparente que lo hace virtualmente imparable. “El estilo de combate 
		de Wolverine en las primeras dos películas era maravilloso, pero para la 
		nueva película queríamos explorar el estilo de pelea que presenta la 
		historieta”, comenta Crane. “La mayor parte del tiempo, Wolverine pelea 
		solamente por Wolverine. Aquí, está peleando por algo más importante y, 
		por ello, lucha con mayor ahínco y fiereza. Vamos a ver a un Wolverine 
		realmente enojado”.  
		Hugh Jackman, cuya preparación para las escenas de acción incluyó haber 
		pasado cientos de horas en el gimnasio y bajo un programa especial de 
		entrenamiento de combate, ahonda: “En ‘X-Men’ y ‘X2’ mi estilo de pelea 
		era rudimentario. Pero para esta película, quería regresar a las tiras 
		cómicas, cuyas escenas de pelea están concebidas de manera brillante”.
		 
		Si bien Wolverine es decididamente terrestre, emprendió el vuelo —con la 
		ayuda del brazo derecho súper fuerte de Colossus— en escenas donde se 
		presenta uno de los elementos predilectos de los aficionados de la 
		historieta, llamado “bola rápida especial”. Crane y su equipo lanzaron 
		al actor en un cable —a velocidades de hasta 130 kilómetros por hora—a 
		través de un bosque. “Fue una experiencia fenomenal”, comenta Jackman. 
		“¡Y nada de imágenes generadas por computadora!”.  
		Storm, interpretada por Halle Berry, puede volar; una capacidad que no 
		se pudo concretar en los dos primeros filmes. “Sé que parece poca cosa, 
		pero he estado diciendo desde la primera película: ‘¡Sólo quiero 
		volar!”, dice entre risas Berry.  
		En X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA, a Berry finalmente se le cumple su deseo. 
		Para una escena donde Storm levanta el vuelo, en la que gira como un 
		tornado para lograrlo, Berry completó 24 revoluciones en solamente dos o 
		tres segundos. Brett Ratner comenta: “Es una acrobacia tan espectacular 
		que nadie va a creer que Halle la hizo. Pero así fue”. El vertiginoso 
		cableado provocó que Berry tomara Dramamine para evitar la nausea. 
		Además de diseñar nuevas técnicas de vuelo y combate, Crane supervisó 
		las grandes secuencias de acción de la película. En una escena, Magneto 
		lanza automóviles del Puente del Golden Gate hacia Alcatraz, mientras 
		Pyro los prende en el aire, y los vehículos en llamas llueven sobre los 
		Hombres-X. 
		El Puente del Golden Gate aparece en el más grande acontecimiento del 
		filme, una vez que Magneto toma el control del memorable lugar de San 
		Francisco, al arrancarlo de sus cimientos y usarlo, literalmente, como 
		medio de acceso a Alcatraz: epicentro del desarrollo y distribución de 
		la cura. Esta escena, la más grande en cualquiera de las películas de 
		“X-Men”, simbolizó de nueva cuenta el trabajo de Crane, del supervisor 
		de efectos visuales John Bruno y del diseñador de producción Edward 
		Verreaux —todos bajo la atenta supervisión de Brett Ratner.  
		“La secuencia del Puente del Golden Gate es Magneto a su máxima 
		expresión”, comenta John Bruno, ganador del Oscar® y frecuente 
		colaborador de James Cameron (“Titanic”, “Terminator 2: Judgment Day”). 
		“En toda la serie, es la escena de efectos visuales mas impresionante”. 
		Los equipos de efectos visuales y dirección de arte construyeron una 
		sección a gran escala del puente y una sección de Alcatraz. Bruno y su 
		equipo extendieron digitalmente ésta última, al mezclar los sets que 
		erigieron con las imágenes por computadora. Además, construyeron 
		miniaturas detalladas que fueron utilizadas como referencia.  
		Para ayudar a materializar la gran escala y los requerimientos de 
		cientos de efectos visuales de alta tecnología que requería la película, 
		la producción contrató a varias de las principales compañías de efectos 
		visuales en el mundo, incluyendo WETA Digital Ltd., que ganó Premios de 
		la Academia por su trabajo en “King Kong” y en las tres películas de 
		“The Lord of the Rings”. WETA trabajó en la creación de elementos clave 
		para el recinto de Alcatraz y en los poderes de Dark Phoenix. Framestore 
		CSC, una compañía ubicada en Londres, trabajó en las escenas del Puente 
		del Golden Gate. Otras casas de efectos visuales que laboraron en la 
		película fueron Moving Picture Company; Hydraulics; y Klesier-Walczak, 
		que ayudó a darle vida a Mystique. 
		Para una escena de flashback con la que da inicio el filme, John Bruno 
		utilizó un software de “rejuvenecimiento” llamado LOLA, cuya patente les 
		pertenece. “Se ha intentado antes en otras películas en pequeñas dosis, 
		pero lo utilizamos para los primeros cuatro minutos de la película. Lo 
		que hemos hecho es llevar al Profesor X y a Magneto 20 años atrás y 
		hacerlos ver más jóvenes”. El software utiliza parches en 3ª Dimensión 
		que son colocados encima de los rasgos faciales existentes de los 
		actores.  
		Los efectos visuales incrementan la enormidad de los sets erigidos. En 
		un tramo de 4 hectáreas de tierra, que previamente había albergado una 
		carpintería en Vancouver, el equipo de producción creó los enormes sets 
		exteriores, para cubrir un total de 25,000 m2. En uno de los extremos 
		del lugar, cada una de las puntas del set de 76 metros de largo del 
		Puente Golden Gate, estaba flanqueada por una pantalla verde de 15 
		metros de altura, mientras que a los costados corría una pantalla verde 
		de 76 metros de largo por 12 de alto. 
		Ochenta y seis generadores suministraban la energía para los gigantescos 
		sets exteriores (el set exterior más grande de “X2” —la base de Stryker— 
		necesitó el equivalente a 54 generadores para hacerla funcionar). Si lo 
		ponemos en términos laicos, la energía eléctrica suministrada fue 
		equivalente a aquella requerida por 176,00 focos de 60 watts. Alrededor 
		de los sets, grúas de doscientos cincuenta toneladas sostenían luces de 
		rebote de 18 x 24 metros para proporcionar luz de relleno, mientras que 
		andenes de 20 metros de longitud, que pendían en el aire, se 
		convirtieron en el hogar de robustos operadores de lámparas. “El efecto 
		final es que todo se ve natural...y bello”, comenta el director de 
		fotografía nominado en dos ocasiones al Premio de la Academia Dante 
		Spinotti (“The Insider”, “L.A. Confidential”), lo que refuerza la 
		estética realista que ilustran las tres películas de “X-Men”.  
		La propuesta del diseñador de producción Edward Verreaux fue apostar a 
		un realismo elegante. “Lo que sucede en la película es fantástico, así 
		que me pareció, y Brett Ratner estuvo de acuerdo, que los sets debían 
		estar sustentados en la realidad”, comenta Verreaux.  
		X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA visita de nueva cuenta muchas de las locaciones 
		y sets representativos de las primeras dos películas; incluyendo el 
		Jet-X, la escuela de Xavier y sus sumamente estilizados pasillos que se 
		encuentran debajo de los salones de clases y salas de estar; y el Lago 
		Alkali, donde Jean Grey se topó con su “muerte” en “X2”. “Queríamos 
		apegarnos al diseño visual de las dos primeras películas de ‘X-Men’”, 
		comenta Verreaux. “El precepto es que estamos en un mundo que ya ha sido 
		forjado, pero nuestra intención era ornamentar esa apariencia, hacerla 
		más interesante y atrayente. Para esto, tenemos el apoyo del arco de la 
		historia, que, finalmente, nos llevó hacia un tipo de paisaje 
		apocalíptico”.  
		 
		
		
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