"X MEN: LA BATALLA FINAL"

de Brett Ratner

 

En X MEN: LA BATALLA FINAL, la culminación de la trilogía de “X-Men”, una “cura” para mutantes amenaza con alterar el curso de la historia. Por primera vez, los mutantes podrán elegir: conservar su individualidad, a pesar de que ésta los excluye y aliena, o renunciar a sus poderes para poder formar parte de la sociedad. Los puntos de vista divergentes de los líderes mutantes Charles Xavier, quien predica la tolerancia, y Eric Lehnsherr (Magneto), quien cree en la supervivencia del más fuerte, son puestos a la más rigurosa de las pruebas —detonando la guerra que terminara con todas las guerras.
X MEN: LA BATALLA FINAL reúne a las estrellas de las dos primeras películas de Hombres-X: Hugh Jackman como Wolverine, una solitaria máquina de pelea que posee sorprendentes poderes de curación, garras retractables de adamantio y una furia animal; Halle Berry en el papel de Storm, quien puede manipular cualquier tipo de clima —y volar; Ian McKellen como Magneto, un poderoso mutante que puede controlar y manipular el metal; Patrick Stewart como Xavier, telépata y fundador y líder de los Hombres-X; Famke Janssen en el papel de Jean Grey, una mutante con habilidades de telequinesia y telepáticas de incalculable poder; Anna Paquin como Rogue, quien absorbe los poderes y pone en riesgo la vida de todo aquel a quien toca; Rebecca Romijn como Mystique, capaz de adoptar cualquier forma; James Marsden en el papel de Cyclops, cuyos ojos liberan un rayo de energía tan intenso que puede atravesar montañas; y Shawn Ashmore como Iceman, quien tiene la capacidad de disminuir su temperatura corporal e irradiar un frío intenso.
Aaron Stanford como Pyro, capaz de manipular el fuego a placer, y Daniel Cudmore en el papel de Colossus, que puede convertir su piel en acero orgánico, también repiten sus papeles de “X2”.
Kelsey Grammer también se une al reparto de X MEN: LA BATALLA FINAL, como uno de los personajes más queridos del universo de “X-Men”: Dr. Henry McCoy, también conocido como Beast. McCoy es un genetista sumamente inteligente, un mutante dotado con agilidad y condición física sobrehumanas. Al ser conejillo de indias de uno de sus propios experimentos, McCoy se mutó todavía más, lo que provocó que le creciera un pelaje azul y bestial.
Brett Ratner, quien forjó una franquicia cinematográfica con “Rush Hour”, y expandió la franquicia de “Silence of the Lambs” con “Red Dragon”, funge como director.
X MEN: LA BATALLA FINAL permanece fiel a los arcos formales y narrativos de “X-Men” y “X2”, mientras expande los personajes, mantiene el balance entre espectáculo y realidad, y, especialmente, profundiza en las emociones y las relaciones.
Para lograrlo, X MEN: LA BATALLA FINAL plantea problemas que resuenan en la actualidad: ¿La conformidad es un antídoto para el prejuicio? ¿Es cobarde renunciar a la individualidad para formar parte de la sociedad y evitar ser perseguido? ¿El derecho personal que uno tiene para elegir está intacto? ¿Tener un gran poder es una bendición o una maldición?
Los actores concuerdan en que X MEN: LA BATALLA FINAL es el trabajo más ambicioso de la trilogía. “Esta película es más significativa de principio a fin”, comenta Patrick Stewart. “Te va a emocionar —¡y debería de hacerlo!. Tiene una trama intrigante que hace que te involucres inmediata y emocionalmente con los personajes”.
La línea narrativa de la curación lleva el tema fundamental de la alienación, tratado a lo largo de la serie, a su máxima expresión. Para los actores resultó ser una problemática familiar.
“El verdadero villano de la historia es la cura”, comenta Halle Berry. “Es una cuestión con la que he tenido que lidiar toda mi vida. Cuando era niña, sentía que si tan sólo podía cambiar, mi vida mejoraría. Conforme he crecido, me he dado cuenta cuán absurdo resulta ser, y esta película arroja luz sobre ese tema tan escabroso”.
La cura provoca la ira de Magneto, que lo lleva a salir de su escondite, convocar un ejército e iniciar una revolución mutante, como jamás se haya visto. Magneto y sus seguidores quieren eliminar la cura y a cualquiera —mutante o humano— que apoye la causa.
“Magneto les dice a sus adeptos, ‘Nadie nos va a curar; ¡nosotros somos la cura!”, recuenta Ian McKellen. La idea de erradicar aquello que separa a los individuos de la mayoría es anatema para el distinguido actor británico, así como lo es para su personaje en pantalla. “Para mi es repugnante, como si una persona dijera que necesito un tratamiento para curar mi sexualidad, o si alguien dijera que la gente de raza negra pudiera tomar una pastilla que los ‘cure’ de ser negros”.
Jackman hace notar que este problema y los conflictos que genera son “intrínsecamente inmensos” para los Hombres-X. El actor hace hincapié en las complejidades de la vida mutante. “Se le puede ver desde otro punto de vista”, explica. “Mira a Rogue, por ejemplo. Sus habilidades [para absorber los poderes de otros mutantes, que pueden ser fatales] son sorprendentes, pero tiene una vida muy solitaria. Nunca podrá tocar a nadie, tener una relación física o tener hijos. Así como el tratamiento es aberrante desde un punto de vista político, también es entendible que alguien como ella pudiera considerar someterse a él”.
Beast, el mutante que menos se asemeja a un humano, también está contrariado con la cura. “A diferencia de otros Hombres-X, la mutación de Bestia es evidente”, comenta Kelsey Grammer. “Así que no es de sorprender que pueda considerar, aunque sea brevemente, la idea de convertirse en un ‘tipo común y corriente’. Se percata, desde luego, que ser ‘común y corriente’ no es su destino. Es un individuo muy decidido, porque la verdadera valentía significa tomar tu destino y hacer el bien con él. Y eso es exactamente lo que Beast hace”.
Estos temas emocionales están vinculados con algunas de las historias más queridas en la ilustre vida de las tiras cómicas de “Los Hombres-X”. “En realidad, nadie había intentado aportar un nivel significativo de emotividad al cómic, antes de que aparecieran las historietas de los ‘Hombres-X’ en los años setenta”, comenta Zak Penn, quien, al igual que el co-guionista Simon Kinberg, es un fanático de las historietas de “Hombres-X”. “A la franquicia le debemos el haber retomado ese tipo de emociones intensas. La única manera para poder hacerlo es que el público sienta que el universo es real; hacerles saber que tanto cosas buenas como malas pueden ocurrir”.
Kinberg añade: “Una de las cosas más importantes acerca del cómic es que los lectores se involucraron emocionalmente con los personajes. De publicación a publicación, no regresaban sólo por las historias; regresaban por los personajes”.
A Brett Ratner le resultó atractivo que el guión le haya rendido lealtad a las dos películas previas de la saga, “X-Men” y “X-2”, y que haya intensificado los riesgos. “Las dos películas previas de ‘X-Men’, de Bryan Singer, me sirvieron de bosquejo”, comenta Ratner. “Quería mantener los arcos formales y narrativos que Bryan y los actores habían creado. Al público le importan estos personajes, y me pareció importante serles fiel. Mi meta fue tomar lo que funcionó en las primeras dos películas, pero hacerlo más emotivo y resolver algunos arcos de los personajes”.
El reparto habitual apreció la propuesta de Ratner. Hugh Jackman comenta: “Brett se mantuvo respetuoso y fiel a la visión de ‘X-Men’ y ‘X-2’, pero, al mismo tiempo, llevó la franquicia a un nuevo nivel, al haberle añadido más emotividad y haber profundizado las relaciones”.
Halle Berry elogia a Ratner y a los escritores por haber esclarecido las responsabilidades, la visión y el potencial de Storm. “Sabía que Brett era una pieza fundamental para que esto sucediera”, comenta Berry. “Realmente siempre ha estado a favor de que Storm sea una voz constante. No se trataba de darme más diálogo. Pero cuando estoy en pantalla, quiero que mi presencia pese”.
Hugh Jackman añade: “En las primeras dos películas, Wolverine no sabía si unirse a los Hombres-X o permanecer fiel a su naturaleza y seguir siendo un ser solitario. En X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA la pregunta que se plantea es si asumirá el papel de líder de los Hombres-X. Esto hace que los riesgos sean mucho mayores, que era fundamental, porque mi sentir es que si vas a repetir un papel, quieres intensificarlo y llevarlo más allá. Esta película me permitió hacer eso”.
Así, tanto Jackman, como Berry, sus compañeros de reparto y Brett Ratner señalan que X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA es el clásico cine de Hollywood a gran escala. Esto estaba lejos de la mente de Stan Lee, cuando él y Jack Kirby crearon a los Hombres-X hace más de 40 años. Lee y Kirby se encargaron de delinear a los personajes y las historias, abundantes en drama, conflicto y emociones. Los Hombres-X, así como muchos de sus predecesores en Marvel Comics, eran un grupo heroico inusual —en ocasiones sarcásticos, antisociales y claramente imperfectos, pero reflexivos cuando luchaban contra los demonios de sus vidas amorosas, lidiaban con los traumas de la autoestima o enfrentaban a poderosos villanos en su universo de poderes especiales.
“Quería que los Hombres-X tuvieran personalidades interesantes, y hacerlos agradables y creíbles”, recuerda Lee. “Cuando comenzamos Marvel, siempre intentamos crear personajes que tuvieran una historia que contar; tenían que parecer gente real, a pesar de que contaban con poderes increíbles. Consideramos que darles esa profundidad extra era importante”.
Después de todos estos años, la visión de Lee y sus sucesores sigue siendo una parte intrínseca del universo de los “Hombres-X” —un hecho que incluso la impresionante imaginación de Lee nunca pudo haber previsto. “Nunca se me hubiera ocurrido”, comenta la leyenda de las tiras cómicas, “que algún día estas pequeñas historias que estábamos haciendo, pudieran llegar a convertirse en películas tan magníficas”.


REGRESANDO PARA EL DESENLACE DE LA TRILOGÍA
Debido a las ocupadas agendas de los actores, juntar a todo el reparto para X MEN: LA BATALLA FINAL requirió de una compleja planeación estratégica. Pero la participación de los histriones nunca estuvo en duda. “Fue fundamental para la historia y las relaciones de los personajes, así como para los aficionados amantes de estos filmes”, comenta la productora Lauren Shuler Donner. “Que todos estos actores hayan regresado habla mucho acerca de su amor al guión y a las películas de ‘X-Men’”, añade el productor Avi Arad. “El reparto hizo de estas películas lo que son, y era decisivo reunirlos de nueva cuenta para esta película”.
Los miembros del reparto que regresaron vieron cómo sus personajes sufrieron cambios significantes, nadie más que Famke Janssen, quien interpreta a la telépata Jean Grey. En “X-2”, Jean sacrificó su vida para salvar a sus compañeros de morir ahogados en el Lago Alkali. Pero las últimas tomas de ese filme sugieren que no hemos visto lo último de ella —y en X MEN: LA BATALLA FINAL eso rinde frutos de gran manera.
Jean regresa, renacida como “Dark Phoenix”, con poderes que van más allá de su comprensión. Se transforma en el arma perfecta —que todos quieres poseer conforme se preparan para la guerra. Se convierte en una amenaza para los Hombres-X y para todo el mundo.
“La odisea de Jean es la más extrema”, comenta Simon Kinberg. “Nos inspiramos en una línea narrativa específica del cómic que nunca antes se había abordado: tomar un héroe y convertirlo en villano. Su saga resuena emocionalmente, porque te obliga a observar a alguien a quien amas en un proceso tanto de implosión como de explosión”.
“Lo que Jean hace en este filme es muy diferente a lo que hizo en las primeras dos películas”, comenta Famke Janssen. “Es un gran cambio que los fanáticos de las historietas han estado esperando por mucho tiempo, y con el que el público cinematográfico quedará impactado”.
En “X-Men” y “X2”, Jean es una figura heroica y la profesora principal en la Escuela Xavier para Gente Dotada. Junto con su mentor y amigo, el Profesor Charles Xavier, su prometido Scott Summers (también conocido como Cyclops) y el resto de los Hombres-X, Jean luchó contra Magneto en “X-Men”, y contra Stryker, quien odiaba a los mutantes, en “X2”.
A pesar de los actos heroicos de Jean, ambas películas dejaron ver importantes pistas para lo que resulta ser su destino último, que se revela en X MEN: LA BATALLA FINAL. “En las primeras películas, hay indicios de que algo está mal con Jean —momentos en los que sus poderes parecen ser mayores de lo que puede controlar”, comenta Janssen. “Esta premisa es llevada más allá en ‘X2’, donde tiene dolores de cabeza y dificultades para controlar sus poderes”.
El destino de Cyclops, interpretado por James Marsden, está vinculado estrechamente con el renacimiento de Jean. Los dos estaban comprometidos para casarse, pero su heroica muerte ha dejado al otrora pudibundo Cyclops, inconsolable y amargado. “Ha perdido su interés en la vida, a la persona que más quería”, comenta Marsden. “El significado de los Hombres-X —lo que representan— ha perdido valor para él, ahora que Jean no está. De hecho, todo el equipo está sufriendo”.
Rogue, interpretada por Anna Paquin, coquetea con la idea de “renacer” —como humana. “El tratamiento le presenta una opción”, señala Paquin. “Puede ser curada y cambiar su vida para siempre, o aceptar quien es y continuar viviendo con los sentimientos de soledad que su mutación trae consigo”.
“Rogue tiene el peor de los poderes en todo el universo de los mutantes, punto”, comenta el productor Ralph Winter. “No puede tocar a nadie o expresarle su amor. ¿Qué va a hacer? Esta película responde esa pregunta”.
La historia de Rogue está ligada a la de Bobby Drake (también conocido como Iceman), con quien Rogue comenzó un romance en “X2”. Pero su prometedora historia de amor se topa con pared debido al poder que ella tiene para absorber los poderes de quien toque —y matarlo. “Los poderes de Bobby para irradiar un intenso frío adquieren merecida fama, justo cuando enfrenta grandes retos en su relación con Rogue”, comenta Shawn Ashmore. “Las cosas se complican todavía más cuando comienza a sentir algo por Kitty Pryde [una joven mutante que puede atravesar materia sólida, interpretada por Ellen Page]. Está listo para convertirse en un miembro de tiempo completo de los Hombres-X”.
Bobby continúa su batalla progresiva contra su antagonista, Pyro, un miembro de la malvada Hermandad de Mutantes, que puede manipular el fuego. “Es una guerra entre el fuego y el hielo”, comenta Aaron Stanford, quien interpreta a Pyro. “Mi personaje se ha convertido en el brazo derecho de Magneto, tiene más confianza en sí mismo, es más poderoso y es capaz de inflingir mucho más daño”.
Otro miembro de la Hermandad de Magneto —Mystique, que puede adoptar cualquier forma— se encuentra lidiando con las consecuencias de su cura. “Siempre le ha sido leal a Magneto, luchando a su lado”, comenta Rebecca Romijn, quien durante todos los días de filmación, nuevamente pasó horas en la silla de maquillaje para ser transformada en la mutante de piel azul. “Pero está por recibir una severa lección en virtud de su indignación por la cura, y en el infierno no hay furia tal como la de una mujer despreciada”.




LOS NUEVOS PERSONAJES
Las historietas de los Hombres-X están pobladas con cientos de personajes, muchos de los cuales no pueden ser utilizados en una película de dos horas, debido a las limitaciones de tiempo que presenta el medio. Cada vez que se anuncia una película nueva de los “Hombres-X”, los fanáticos cavilan con respecto a cuáles personajes deberían aparecer. Beast y Angel siempre han estado en la cima de sus listas. Una vez que los planes comenzaron a tomar forma para una tercera película de la serie, los realizadores tenían, finalmente, una historia lo suficientemente vasta como para incluir a los muy solicitados personajes.
Una vez que decidieron incluir a Beast, entonces se presentó el difícil reto de encontrar al actor para el papel. Beast, que iniciada la historia es Secretario de Asuntos Mutantes en el gabinete del presidente de los EEUU, es uno de los grandes expertos en mutaciones y biología humana evolutiva en el mundo. Tiene un vasto conocimiento en genética, bioquímica y en una variedad de campos científicos, y, a pesar de su inmensidad, posee fuerza, agilidad, resistencia y velocidad.
“Todo mundo tenía ideas con respecto a quién debía interpretar el papel”, comenta el co-guionista Simon Kinberg. “La parte más difícil acerca de Beast no fue escribir el personaje, sino encontrar al actor para interpretarlo. Para mí, el gran genio del reparto en la película es Kelsey Grammer. Habita a Beast con su voz, su porte, su físico y su mirada”.
Grammer estaba intrigado con la combinación de intelecto y fuerza muscular de su personaje. “Beast es muy inteligente”, recuerda Grammer. “Y es muy lento para pelear. Pero cuando pelea, es magnífico. Así que pensé, ‘bueno, me gustaría personificar eso’”.
Grammer, conocido en todo el mundo por su papel del Dr. Frasier Crane en las clásicas series de televisión “Cheers” y “Frasier”, y que le ha valido ganar cinco veces el Emmy® por el papel, está casi irreconocible bajo la diversas capas de prótesis que lo transformaron físicamente en Beast.
“Cuando acepté interpretar el papel, me percaté que esta iba a ser mi primera incursión íntegra en el mundo de las prótesis, y debo decir que tuve sentimientos encontrados”, comenta Grammer. “Es muy efectivo para interpretar el personaje, pero, al mismo tiempo, estás un poco tieso. Tienes que trabajar de manera más ardua para lograr transmitirle a esa máscara algo de tu energía. Si lo vemos del lado positivo, la prótesis me ayudó a darme cuenta del poder dinámico que se presenta en la quietud de una actuación. Tomé la decisión de no inyectarle mucha energía facial y, en cambio, dependí más de mi mirada. Es a través de los ojos por donde vemos cómo brilla el intelecto de Beast”.
Les llevó tres horas aplicarle el maquillaje a Grammer, comenta Bart Mixon de Spectral Motion, una de las principales compañías de efectos de maquillaje en la industria, que también diseñó el maquillaje especial para Angel, Colossus y Juggernaut. Mixon trabajó con el artista de maquillaje de prótesis Thom Floutz. “El maquillaje de Beast es bastante complejo”, explica Mixon. “Existen cinco piezas que comprenden la cabeza de Beast. Hay un cuello, un casquete con ojos, una gran pieza para las mejillas y quijada, la frente y el labio inferior. Después, está el traje del cuerpo, los guantes y los pies y...seis pelucas. La naturaleza del personaje requería que el maquillaje fuera muy flexible”.
Para aficionados del cómic, Angel, interpretado por Ben Foster en el filme, es casi tan querido como Beast. El padre de Angel, el empresario multimillonario Warren Worthington II (interpretado por Michael Murphy) no puede aceptar la mutación de Angel —tiene alas totalmente emplumadas cuya envergadura es de casi 5 metros, lo que le permite volar—, y la angustia que le provocan los poderes mutantes de su hijo lo lleva a encabezar el desarrollo de la cura.
La manera en como se introduce el personaje en la película, cuando lo vemos (de joven) intentando deshacerse de la fuente de sus poderes mutantes, es una de las escenas más reveladoras —un momento intenso de vergüenza gratuita. “Los actos de Angel muestran qué tanto la gente joven quiere ser aceptada, ser querida y ser como cualquier otro”, comenta Foster. “De cierta manera, condensa la esencia de los Hombres-X: que todos sentimos que somos diferentes y que el único camino es aceptar esas diferencias. Si no lo hacemos, los resultados pueden ser desastrosos”.
Según Ratner, Foster “realmente transmitió el tormento y la complejidad de Angel”. Igualmente impresionante fueron las proezas físicas del actor. Foster no solamente tuvo que soportar extenuantes sesiones de prótesis durante las cuales le montaron sus alas, sino que también adquirió una increíble forma física para conseguir la corpulencia del personaje en el cómic. “Nunca había visto a nadie trabajar de una manera tan ardua como Ben”, añade el director. “Realmente se transformó”.
Angel presentó otro reto de diseño. “Tuvimos que diseñar la ropa de Angel para que se adaptara a tres versiones distintas de alas”, comenta la diseñadora de vestuario Judianna Makovsky. “Un atuendo es para adaptar alas prostéticas pegadas a su espalda en escenas donde aparece con el pecho descubierto; otro ropaje es para cuando sus alas, sujetadas a un arnés que tiene que ir sobre éstas y ocultarlas, están cerradas; un tercer vestuario ‘normal’ es para cuando las alas son generadas en su totalidad por computadora”.
Vinnie Jones interpreta al implacable fortachón Juggernaut (también conocido como Cain Marko), otro de los personajes más famosos de la tira cómica. Cuando Juggernaut se pone a correr, incluso caminar, no hay fuerza física alguna que pueda detenerlo. Jones, ex estrella del futbol sóccer, quien interpretó a tipos rudos en películas tales como “Snatch” y “Lock, Stock and Two Smoking Barrels”, vio cómo los genios en efectos de maquillaje en Spectral Motion amplificaban su ya de por sí enorme físico.
“Juggernaut es un mercenario, una máquina de pelea”, comenta Jones. “Es miembro de la Hermandad pero no comparte necesariamente el intenso interés de Magneto por abolir la cura. Sólo vive para pelear”.
El reparto también está conformado por Dania Ramirez en el papel de Callisto, cuya agudeza de sentidos le permite localizar y evaluar el poder de otros mutantes; Eric Dane como Multiple Man, quien puede crear réplicas exactas de sí mismo; Cameron Bright como el amortiguador de potencia Leech; y Shohreh Aghdashloo como la genetista Dra. Kavita Rao.

ACCIÓN X-TREMA
En una serie de películas que se distinguen por sus impresionantes sets y explosivas secuencias de pelea, X MEN: LA BATALLA FINAL lleva la acción a un nuevo nivel. Simon Crane, uno de los mejores directores de segunda unidad en la industria, y los coordinadores de acrobacias, trabajaron muy estrechamente con Brett Ratner para crear las secuencias de acción, además de haber diseñado las peleas y los estilos de combate.
Crane acababa de terminar la taquillera película de acción “Mr. and Mrs. Smith”, donde puso a prueba a Brad Pitt y a Angelina Jolie, cuando lo abordaron para X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA. Su consigna fue crear acción que nunca antes se haya visto en el cine, encontrar nuevas maneras de filmar las escenas de pelea y montar acción impulsada por la historia para hacer que ésta evolucionara.
Crane trabajo de cerca con John Bruno, supervisor de efectos visuales ganador del Premio de la Academia®, con quien mezcló atinadamente acrobacias, efectos especiales e imágenes generadas por computadora, con el objeto de que las secuencias de acción fueran descomunales y creíbles.
Una de las principales labores de Crane fue extraer del cómic el estilo de combate “furia enloquecida” de Wolverine —una ira desenfrenada y transparente que lo hace virtualmente imparable. “El estilo de combate de Wolverine en las primeras dos películas era maravilloso, pero para la nueva película queríamos explorar el estilo de pelea que presenta la historieta”, comenta Crane. “La mayor parte del tiempo, Wolverine pelea solamente por Wolverine. Aquí, está peleando por algo más importante y, por ello, lucha con mayor ahínco y fiereza. Vamos a ver a un Wolverine realmente enojado”.
Hugh Jackman, cuya preparación para las escenas de acción incluyó haber pasado cientos de horas en el gimnasio y bajo un programa especial de entrenamiento de combate, ahonda: “En ‘X-Men’ y ‘X2’ mi estilo de pelea era rudimentario. Pero para esta película, quería regresar a las tiras cómicas, cuyas escenas de pelea están concebidas de manera brillante”.
Si bien Wolverine es decididamente terrestre, emprendió el vuelo —con la ayuda del brazo derecho súper fuerte de Colossus— en escenas donde se presenta uno de los elementos predilectos de los aficionados de la historieta, llamado “bola rápida especial”. Crane y su equipo lanzaron al actor en un cable —a velocidades de hasta 130 kilómetros por hora—a través de un bosque. “Fue una experiencia fenomenal”, comenta Jackman. “¡Y nada de imágenes generadas por computadora!”.
Storm, interpretada por Halle Berry, puede volar; una capacidad que no se pudo concretar en los dos primeros filmes. “Sé que parece poca cosa, pero he estado diciendo desde la primera película: ‘¡Sólo quiero volar!”, dice entre risas Berry.
En X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA, a Berry finalmente se le cumple su deseo. Para una escena donde Storm levanta el vuelo, en la que gira como un tornado para lograrlo, Berry completó 24 revoluciones en solamente dos o tres segundos. Brett Ratner comenta: “Es una acrobacia tan espectacular que nadie va a creer que Halle la hizo. Pero así fue”. El vertiginoso cableado provocó que Berry tomara Dramamine para evitar la nausea.
Además de diseñar nuevas técnicas de vuelo y combate, Crane supervisó las grandes secuencias de acción de la película. En una escena, Magneto lanza automóviles del Puente del Golden Gate hacia Alcatraz, mientras Pyro los prende en el aire, y los vehículos en llamas llueven sobre los Hombres-X.
El Puente del Golden Gate aparece en el más grande acontecimiento del filme, una vez que Magneto toma el control del memorable lugar de San Francisco, al arrancarlo de sus cimientos y usarlo, literalmente, como medio de acceso a Alcatraz: epicentro del desarrollo y distribución de la cura. Esta escena, la más grande en cualquiera de las películas de “X-Men”, simbolizó de nueva cuenta el trabajo de Crane, del supervisor de efectos visuales John Bruno y del diseñador de producción Edward Verreaux —todos bajo la atenta supervisión de Brett Ratner.
“La secuencia del Puente del Golden Gate es Magneto a su máxima expresión”, comenta John Bruno, ganador del Oscar® y frecuente colaborador de James Cameron (“Titanic”, “Terminator 2: Judgment Day”). “En toda la serie, es la escena de efectos visuales mas impresionante”. Los equipos de efectos visuales y dirección de arte construyeron una sección a gran escala del puente y una sección de Alcatraz. Bruno y su equipo extendieron digitalmente ésta última, al mezclar los sets que erigieron con las imágenes por computadora. Además, construyeron miniaturas detalladas que fueron utilizadas como referencia.
Para ayudar a materializar la gran escala y los requerimientos de cientos de efectos visuales de alta tecnología que requería la película, la producción contrató a varias de las principales compañías de efectos visuales en el mundo, incluyendo WETA Digital Ltd., que ganó Premios de la Academia por su trabajo en “King Kong” y en las tres películas de “The Lord of the Rings”. WETA trabajó en la creación de elementos clave para el recinto de Alcatraz y en los poderes de Dark Phoenix. Framestore CSC, una compañía ubicada en Londres, trabajó en las escenas del Puente del Golden Gate. Otras casas de efectos visuales que laboraron en la película fueron Moving Picture Company; Hydraulics; y Klesier-Walczak, que ayudó a darle vida a Mystique.
Para una escena de flashback con la que da inicio el filme, John Bruno utilizó un software de “rejuvenecimiento” llamado LOLA, cuya patente les pertenece. “Se ha intentado antes en otras películas en pequeñas dosis, pero lo utilizamos para los primeros cuatro minutos de la película. Lo que hemos hecho es llevar al Profesor X y a Magneto 20 años atrás y hacerlos ver más jóvenes”. El software utiliza parches en 3ª Dimensión que son colocados encima de los rasgos faciales existentes de los actores.
Los efectos visuales incrementan la enormidad de los sets erigidos. En un tramo de 4 hectáreas de tierra, que previamente había albergado una carpintería en Vancouver, el equipo de producción creó los enormes sets exteriores, para cubrir un total de 25,000 m2. En uno de los extremos del lugar, cada una de las puntas del set de 76 metros de largo del Puente Golden Gate, estaba flanqueada por una pantalla verde de 15 metros de altura, mientras que a los costados corría una pantalla verde de 76 metros de largo por 12 de alto.
Ochenta y seis generadores suministraban la energía para los gigantescos sets exteriores (el set exterior más grande de “X2” —la base de Stryker— necesitó el equivalente a 54 generadores para hacerla funcionar). Si lo ponemos en términos laicos, la energía eléctrica suministrada fue equivalente a aquella requerida por 176,00 focos de 60 watts. Alrededor de los sets, grúas de doscientos cincuenta toneladas sostenían luces de rebote de 18 x 24 metros para proporcionar luz de relleno, mientras que andenes de 20 metros de longitud, que pendían en el aire, se convirtieron en el hogar de robustos operadores de lámparas. “El efecto final es que todo se ve natural...y bello”, comenta el director de fotografía nominado en dos ocasiones al Premio de la Academia Dante Spinotti (“The Insider”, “L.A. Confidential”), lo que refuerza la estética realista que ilustran las tres películas de “X-Men”.
La propuesta del diseñador de producción Edward Verreaux fue apostar a un realismo elegante. “Lo que sucede en la película es fantástico, así que me pareció, y Brett Ratner estuvo de acuerdo, que los sets debían estar sustentados en la realidad”, comenta Verreaux.
X-MEN: LA ÚLTIMA BATALLA visita de nueva cuenta muchas de las locaciones y sets representativos de las primeras dos películas; incluyendo el Jet-X, la escuela de Xavier y sus sumamente estilizados pasillos que se encuentran debajo de los salones de clases y salas de estar; y el Lago Alkali, donde Jean Grey se topó con su “muerte” en “X2”. “Queríamos apegarnos al diseño visual de las dos primeras películas de ‘X-Men’”, comenta Verreaux. “El precepto es que estamos en un mundo que ya ha sido forjado, pero nuestra intención era ornamentar esa apariencia, hacerla más interesante y atrayente. Para esto, tenemos el apoyo del arco de la historia, que, finalmente, nos llevó hacia un tipo de paisaje apocalíptico”.

IR A REPARTO Y REALIZADORES

 

 

 

 FESTIVALES RETROSPECTIVAS ESTRENOS Y NOVEDADES  

 ENTREVISTAS INFORMES CRITICOS CONTACTENOS