|
Los sagrados pasillos del Museo de Historia Natural están saturados con
las cosas más sorprendentes —criaturas prehistóricas salvajes, guerreros
ancestrales sanguinarios, tribus perdidas, animales africanos y héroes
legendarios de la historia—, todas ellas congeladas para siempre.
O…¿acaso lo están? En la comedia de acción y aventuras UNA NOCHE EN EL
MUSEO el recién contratado guardia vespertino del Museo de Historia
Natural está por descubrir que cuando al final del día los visitantes se
retiran a casa, la verdadera aventura comienza —una vez que los
residentes disecados, encerados y bien preservados salen a jugar.
La fantástica aventura da inicio cuando Larry Daley (BEN STILLER), un
soñador arruinado cuyas ideas creativas nunca le han rendido frutos, se
encuentra en una búsqueda desesperada por encontrar trabajo. Larry
siempre ha creído que estaba destinado para cosas grandes. Pero no tiene
idea cuán monumental y peligroso es el reto al que se tiene que
enfrentar cuando acepta a regañadientes el supuestamente tedioso turno
de medianoche como guardia de seguridad del Museo de Historia Natural.
En su mismísima primera noche de trabajo, a Larry le entregan una gran
linterna y un desgastado manual de instrucción, y después es dejado solo
en el cavernoso y misteriosamente taciturno museo. Al menos, cree estar
solo.
Pero, un momento, ¿qué fue ese sonido? Para su absoluta sorpresa e
incredulidad, Larry observa estupefacto y aterrado cómo, una por una,
las bestias primitivas y efigies almacenadas que lo rodean cobran vida
mágicamente —y el caos total se desata. Ahora, mientras el Tiranosaurio
Rex y Atila el Huno dejan una estela de destrucción a través de los
pasillos de mármol, y los leones y monos merodean las delicadas
exposiciones, Larry no tiene idea de cómo retomar nuevamente el control
del museo. Desesperado, Larry deberá pedir ayuda al renombrado personaje
histórico Teddy Roosevelt (ROBIN WILLIAMS), sólo para sobrevivir durante
la noche. Enfrentado ante la posibilidad de perder su trabajo y
defraudar, de nueva cuenta, a su hijo Nick, Larry deberá librar una
batalla increíble para salvar el museo, con la esperanza de convertirse
en el padre audaz y valiente que siempre ha soñado ser. El hombre que
siempre estuvo a la espera de su momento de grandeza, lo acaba de
encontrar.
ENTRANDO AL MUSEO:
LA FANTASÍA COMIENZA
La esencia de UNA NOCHE EN EL MUSEO tiene que ver con todo aquel que al
visitar un museo con absoluto asombro, ha albergado secretamente un
sueño que estimula la imaginación: esa descabellada fantasía donde las
bestias disecadas y estatuas del pasado se liberen de sus ataduras y
salgan repentinamente de sus exhibiciones para que cobren vida aquí y
ahora.
“Creo que la mayoría de nosotros ha tenido la experiencia de caminar al
lado de una estatua en un museo y jurar haber visto cómo sus ojos te
siguieron”, comenta el director de la película Shawn Levy. “Da un poco
de miedo, pero también es fenomenal imaginar qué podría pasar si
realmente eso se volviera realidad —y, como director, es justo el tipo
de planteamiento descabellado e increíble que me era imposible de
resistir”.
Desde el mero inicio, la idea detrás de UNA NOCHE EN EL MUSEO probó ser
imposible de resistir. Todo se generó cuando el dibujante croata Milan
Trenc ilustró por primera vez un libro infantil en el que un guardia
vespertino de recién ingreso en el Museo de Historia Natural de Nueva
York se queda dormido, ¡sólo para descubrir que uno de los inmensos
esqueletos de dinosaurio, que supuestamente tenía que cuidar, se ha
extraviado misteriosamente! De repente, el guardia descubre que está
rodeado por estatuas parlantes, irritadas y al acecho, lo que provoca la
confusión en el lugar. El humor enérgico y la encantadora historia de un
hombre común y corriente que tiene que enfrentarse a las grandes
leyendas del pasado, provocó que se convirtiera en uno de los cuentos
favoritos entre las familias.
También parecía destinada para el cine —y los derechos del libro pronto
fueron adquiridos por Fox, con Chris Columbus y Michael Barnathan, de la
compañía 1492 Pictures, vinculados como productores, y Mark Radcliffe,
también de 1492 Pictures, como productor ejecutivo. El trío de
realizadores, quienes a la postre fusionarían humor contemporáneo y
efectos vanguardistas en la ya clásica serie de películas de aventuras
modernas de Harry Potter, concibió una historia más prolongada para UNA
NOCHE EN EL MUSEO.
Cuando los ejecutivos de Fox le mostraron el libro a los guionistas
Thomas Lennon y Robert Ben Garant —quienes, como compañeros de
escritura, obtuvieron fama gracias al inesperado éxito televisivo “Reno
911” (y la venidera versión cinematográfica Reno 911!: Miami)—, el dúo
apenas y se podía controlar. “Literalmente, brincamos de nuestros
asientos”, comenta Lennon. “Digo, los dos provenimos de Nueva York y
básicamente pasamos nuestra infancia recorriendo el Museo de Historia
Natural. Te podríamos dibujar un mapa de memoria; eso te demuestra lo
mucho que nos gustaba pasar el tiempo ahí. Era simplemente el lugar más
fantástico de la tierra”.
Garant añade: “Lo que en realidad nos atrapó es que de niños los dos
teníamos el mismo sueño de escondernos en el museo y tener la
oportunidad de ver qué sucede ahí después de cerrado. Creo que muchos
niños, además de una gran cantidad de adultos, han tenido ese mismo
sueño. Estar ahí, solo en la oscuridad con todas esas leyendas de la
historia e inmensas criaturas sería la aventura máxima”.
Inspirados por esos recuerdos de la infancia, Lennon y Garant comenzaron
a generar ideas de manera desenfrenada. “El primer aspecto que
necesitábamos descifrar era de dónde provenía este hechizo que hace que
todas las exhibiciones del museo cobren vida”, recuerda Lennon. “Los dos
estábamos absolutamente asombrados con la sala egipcia en el Museo de
Arte Metropolitano de Nueva York, y en vista de que los egipcios eran
muy dados a conservar las cosas vivas para siempre, repentinamente tuvo
sentido que todo comenzara con una antigua inscripción egipcia y el
inmortal deseo por la eterna juventud”.
Conforme escribían, la esencia de la historia pasó a ser el personaje de
Larry Daley, que se desarrolló hasta convertirse en un soñador y
maquinador inveterado, incapaz de poner en marcha aunque sea uno de una
lista interminable de proyectos excesivamente ambiciosos. Aún más
importante, Larry, quien aspira a ser un papá sobresaliente, toma el
trabajo de guardia nocturno con la esperanza de nunca más volver a
defraudar a su hijo. “Larry es ese tipo que creo que todos conocemos que
cree en sus sueños pero que no cree totalmente en él”, explica Garant.
“Todo el tiempo tiene estas ideas colosales en su cabeza, pero nunca ha
tenido la oportunidad de probarse a sí mismo, o a su familia, que, de
hecho, puede tener éxito con algo —y no está seguro de poder, hasta
ahora”.
Una vez concebidos los personajes, realmente comenzó la diversión para
Lennon y Garant cuando empezaron a considerar exactamente con qué y con
quién Larry se podía topar durante su primera noche, que de ser una
aburrición total pasa a ser algo completamente increíble. Desde el Salón
de las Civilizaciones hasta los Dioramas de Ferrocarriles
Estadounidenses, habían innumerables posibilidades. “Comenzamos por
hacer una lista de todas nuestras cosas favoritas de todos nuestros
museos favoritos —desde las cabezas gigantes de la Isla de Pascua hasta
los dioramas”, comenta Lennon. “También queríamos que Teddy Roosevelt
fuera un personaje protagónico porque el Museo de Historia Natural en
Nueva York está revestido de citas suyas, y en realidad puedes percibir
el espíritu de ese hombre ahí —sin dejar de mencionar que él mismo, como
famoso naturalista que fue, ¡montó algunas de las exhibiciones que ahí
se efectuaron!”. Las famosas palabras de sabiduría de Roosevelt —tales
como “es difícil fracasar pero todavía es peor nunca haber intentado
sobresalir”— sirvieron todavía de más inspiración para los temas
implícitos que se encuentran a lo largo de toda la historia.
Los guionistas también se enfrascaron en un debate constante, típico de
niños, sobre qué criaturas en el museo iban a probar ser más aterradoras
una vez que fueran despertadas —y se divirtieron al destruir cualquier
noción preconcebida en ese aspecto. Garant declara: “¡Decidimos que las
cosas más grandes en el museo podían resultar ser las más
impresionantemente adorables, mientras que las más aterradoras podían
ser algunas de las criaturas más pequeñas!”.
Como quiera, a lo largo del camino, Lennon y Garant se rehusaron a
ponerle límites a su escritura. “Ni siquiera nos detuvimos a pensar si
estábamos escribiendo para niños o adultos —todo lo que nos importaba
era escribir una película divertida, llena de acción, que a todo mundo
pudiera llegarle a encantar”, resume Lennon.
Los resultados emocionaron especialmente a Shawn Levy, director que ha
estado detrás de algunos de los éxitos cómicos más grandes de la última
década, y quien, irónicamente, había estado buscando una película “más
tranquila” cuando le ofrecieron la oportunidad de tomar las riendas de
UNA NOCHE EN EL MUSEO. El guión pronto lo convenció de lo contrario. “Lo
que me pareció más emocionante fue la mezcla de sentimiento, humor y
espectáculo de la historia; todos en una gran aventura”, comenta. “La
película, primero y antes que nada, narra una gran historia, pero con un
nivel de espectáculo visual que va más allá de lo que podrías esperar de
una típica comedia, y, aún más, con respecto a cualquier comedia que
haya realizado antes”.
Levy no sólo quedó sorprendido por las audaces secuencias de efectos,
sino también conmovido por la situación de Larry Daley —quien, en el
fondo, es simplemente un padre haciendo lo mejor posible —aunque torpe y
erradamente— por ser un héroe ante su hijo. “Creo que si la historia
solamente fuera salvaje y divertida, llena de bombos y platillos, y
efectos visuales, perdería parte de su esencia”, indica Levy. “Lo que me
encantó de UNA NOCHE EN EL MUSEO es que era claro que iba a ser todas
estas cosas, pero también tenía mucho que ver con el alma de este
personaje: un padre que descubre que aquel gran momento que ha estado
esperando toda su vida —y que siempre le había dicho a su hijo que se
iba a presentar— ha llegado finalmente”.
Levy quiso que el estilo de la película fuera realista, dentro del
contexto de una gran película con elementos fantásticos. “Suena raro
decir esto con respecto a una película en donde las exhibiciones de un
museo cobran vida, pero debido a que toda la premisa es
desenfrenadamente surrealista, sentí que todo aquello que girara en
torno a ella debía sentirse totalmente real —desde las actuaciones hasta
la fotografía, a los efectos digitales”, explica. “Creo que las mejores
fantasías tiene ese tipo de fundamento en la realidad. En este caso en
especial, la diversión estribaba en permitir al público creer realmente
que un museo pudiera llevar toda una vida distinta por la noche. Así es
que eso es lo que nos dimos a la tarea de hacer”.
EL NUEVO GUARDIA VESPERTINO:
BEN STILLER ES LARRY DALEY
Al instante, los realizadores supieron que querían que Ben Stiller
interpretara el papel principal de Larry Daley, el desafortunado, pero a
final de cuentas heroico, guardia nocturno de recién ingreso. Stiller no
solamente es una de las estrellas cómicas más populares de la
actualidad, pero en películas que van desde There’s Something About Mary
a Meet The Parents, Stiller ha forjado una reputación por encarnar
personajes que se enfrentan a circunstancias exageradamente
desfavorables. Su habilidad para representar tanto el humor como la
desgracia de ese hombre común y corriente supremo, que debe romper con
el molde, lo hacían perfecto para el papel de Larry Daley.
“Larry es un tipo que nunca ha sabido organizarse, que todo el tiempo se
le ocurren maneras de cómo hacerse rico al instante, pero que nunca han
terminado por funcionar”, explica Stiller. “También está preocupado con
perder la relación con su hijo porque su esposa está a punto de casarse
otra vez. Como que todo ha llegado a un punto decisivo y ahora, justo
antes de la Navidad, tiene que hacer intentar conseguir un trabajo.
Desde luego, solamente hay uno disponible: guardia nocturno en el Museo
de Historia Natural. Piensa que va a ser el peor trabajo que cualquiera
se pueda imaginar, pero resulta ser la cosa más increíble que jamás le
ha sucedido”.
Desde el momento en que leyó el guión, Stiller supo que quería formar
parte de la gran aventura de Larry. “Me encantaron las ideas detrás del
guión”, comenta. “Crecí a cinco cuadras del Museo de Historia Natural y,
de niño, yo sentía que tenía esta aura realmente mágica. No solamente
son pinturas en las paredes, sino que también es donde puedes ver en un
solo lugar todas las cosas más fantásticas que jamás existieron —leones
y ballenas, y egipcios y dinosaurios. Así que el concepto de que todo
cobre vida ahí adentro, de noche, no podía ser más atractivo y
emocionante. Era algo que sentí que me encantaría ver”.
También era terreno nuevo para Stiller, cuya comedia nunca antes se
había desviado hacia una zona mágica tal. “Nunca antes había tenido la
oportunidad de trabajar en una película que fuera tan fantástica como
ésta, donde como que tienes que intensificar el ‘fantasticómetro’”,
indica. “Pero, en serio, para poder hacer que la magia funcionara,
pienso que tienes que procurar que sea muy real para que siempre tengas
un vínculo emocional con los personajes. Es esa realidad la que te
permite creer en la magia en la que Larry se ve involucrado al toparse
con todos estos personajes y criaturas de la antigüedad. Para mí, la
clave fue sumergirme en la historia y comprometerme completamente con la
idea de que en realidad esto está pasando”.
Para ayudar a Stiller a zambullirse en la improbable realidad de Larry,
especialmente en las escenas donde iba a interactuar con creaciones
totalmente digitales, el director Shawn Levy hizo lo que pudo para
contribuir —¡al pretender con frecuencia ser una de las criaturas
inanimadas que cobraban vida en el museo!. “Hay material claramente
vergonzoso y humillante de mí con garras falsas de Tiranosaurio diciendo
‘Ra-ahh’, y persiguiendo a Ben por un pasillo para conseguir una
reacción auténtica”, admite Levy. “Después me borraban en la computadora
y ponían al dinosaurio. Y así fue como pasamos nuestros días en esta
película”.
Stiller añade: “No sé si Shawn trabajó en una compañía de danza o de
mimos, o en un campo donde entrenan animales, pero parecía tener una
genuina afinidad por interpretar a animales fuera de cámara —¡vaya que
me tenía bastante asustado!”.
De hecho, se presentaron incontables retos físicos para Stiller, muchos
de los cuales se exhibieron durante sus diversas y cada vez más
hilarantes formas de correr por su vida. “Correr fue un aspecto
revelante en el papel de Ben, pero acabó con una gran condición física”,
dice entre risas Levy. Pero ya sea que Stiller estuviera huyendo de los
leones, los hunos o de los soldados miniatura, o confesándole su
angustia existencial a Teddy Roosevelt, personaje que corre a cargo de
Robin Williams, o esperanzado en poder mostrarle a su hijo cuán
fenomenal su nuevo trabajo podía ser, Levy se percató que la estrella de
la comedia estaba llevando constantemente todo a otro nivel —incluso el
humor. “La virtud acerca de Ben, que realmente admiro”, comenta el
director, “es que siempre está en búsqueda de algo mejor: una mejor
actuación, una mejor manera de decir el diálogo, un mejor matiz. Así que
siempre hubo mucha improvisación en el set —¡y, por ello, también hubo
muchos momentos en los que Ben y los otros actores acababan por
desternillarse de la risa entre ellos!”.
Para Stiller, la clave, dice, fue mantener en el núcleo de su actuación
esa capacidad infantil de asombro, que experimenta la gente de cualquier
edad en un museo —algo que se le dio fácilmente. “Creo que todos los
adultos tienen un niño enterrado muy dentro en algún lugar, pero en
algunas personas está más cerca de la superficie —en mi caso, mi niño
interno está atorado en mi garganta”, dice con semblante inexpresivo.
“Pero es ese espíritu el que me llevó a esta película”.
LOS GUARDIAS VESPERTINOS VIEJOS:
DICK VAN DYKE, MICKEY ROONEY Y BILL COBBS FORMARON UN TRÍO DE PROBLEMAS
Cuando Larry Daley toma el nuevo puesto de guardia vespertino en el
Museo de Historia Natural, reemplaza a un trío de guardias tan viejos
como algunas de las reliquias —pero que, a pesar de ello, resultan tener
su propio plan diabólico. Para darle vida al pintoresco trío de Cecil,
Gus y Reginald, los realizadores finalmente eligieron a tres actores
cómicos que se han convertido en leyendas por derecho propio: el
inimitable Dick Van Dyke, el muy querido Mickey Rooney y la prolífica
estrella del cine, el teatro y la televisión Bill Cobbs.
Elegir a las estrellas octogenarias y septuagenarias fue un festín para
Shawn Levy. “Tuve la gran fortuna de llevar a cabo audiciones a casi
todo gran actor mayor de 65 años”, recuerda. “Fue sorprendente —digo,
Dick Van Dyke, de hecho, se presentó en la audición. No tenía por qué
hacerlo, pero él, Mickey Rooney y Bill Cobbs vinieron y demostraron
realmente lo que podían hacer con este material”.
Levy continúa: “Una vez que vi a estos tres grandes actores juntos supe
que iba a ser un lujo contar con ellos para interpretar a estos
personajes. Dick Van Dyke con su cualidad esbelta y refinada; Mickey con
su cualidad encantadora y ‘chaparrita’, y Bill, que cuenta con una
profundidad enigmática, trabajaron muy bien juntos y encarnaron
auténticamente el espíritu retozón de Cecil, Gus y Reginald”.
Además de ser uno de los comediantes más populares del mundo, Dick Van
Dyke está también indeleblemente vinculado a películas familiares
clásicas, tales como Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang. Van Dyke, a
quien le encantó de inmediato la historia, estaba emocionado por
interpretar el papel de Cecil, ex guardia de seguridad vespertino que
ayuda a reclutar y “entrenar” a Larry Daley. “Con todos los dinosaurios
y hunos y animales, pensé que iba a ser una rebelión”, comenta Van Dyke.
“Cuando leí el guión supe que era esa cosa rara: una gran película para
todo el público. Así que me dije, ‘Tengo que formar parte de esto’. Es
una de esas historias que no puedo esperar a que la vayan a ver mis
nietos. Y junto con Mickey Rooney y Bill Cobbs, al ser los tres de la
misma época, tuvimos una gran química como estos tipos viejos que están
dispuestos a hacer cualquier cosa para volver a ser jóvenes”.
Para Ben Stiller, tener la oportunidad de actuar con —y ser embaucado
por— Van Dyke fue un placer. “Creo que en realidad Dick tiene un tablero
egipcio en su casa que es la fuente de la eterna juventud, porque casi
me dobla la edad y tengo la mitad de su energía”, bromea Stiller. “Es un
actor maravilloso y divertido que realmente sabe su oficio, así que fue
un gran placer verlo trabajar”.
En cuanto a Mickey Rooney, Stiller comenta: “Nunca pensé que iba tener
la oportunidad de trabajar con el gran Mickey Rooney—¡mucho menos ser
vapuleado por Mickey Rooney!”.
Rooney, quien comenzó su carrera en la década de los 20 como niño, ha
crecido literalmente con las películas. “Cuando llegué a Hollywood, casi
no había nada aquí”, recuerda. “Me encontraba justo en sus inicios y
desde entonces ha sido una delicia”. A pesar de todos los cambios que ha
sufrido la producción cinematográfica, Rooney sigue siendo fiel a lo que
él cree es el alma y corazón constante del cine: una gran historia —que
fue lo que lo atrajo a UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Creo que necesitamos más
películas como ésta”, comenta. “Algo que toda la familia pueda ver;
histórico, inteligente y divertido. No hay muchas películas como ésta,
que puedan reunir a toda la familia en un solo entretenimiento”.
El sorprendentemente desleal trío lo redondea Bill Cobbs —un rostro
familiar gracias a incontables papeles para el cine y la televisión— en
el papel de Reginald. Le encantó tener la oportunidad de colaborar con
Van Dyke y Rooney. “He tenido cualquier cantidad de buenos momentos en
el cine, el teatro y la televisión, pero ésta fue una de esas
experiencias verdaderamente grandiosas donde no sólo tienes la
oportunidad de combinar la comedia, el drama y la improvisación, sino
que además puedes ver a maestros generar ideas fantásticas”, comenta.
Cobbs disfrutó especialmente interpretar a un personaje viejo
deshonesto, y que está lejos de ir con el geriatra. “Tenerme a mí, a
Dick Van Dyke y Mickey Rooney interpretando a los tipos malos es
bastante improbable, así que tienes los ingredientes para, a partir de
esa idea, hacer algo muy divertido. Nos vemos como un grupo de
inofensivos viejos pero somos todo lo contrario —y eso es lo que lo hace
tan divertido”, recapitula.
Los guionistas Thomas Lennon y Robert Ben Garant estaban especialmente
agradecidos con el casting de los viejos guardias nocturnos. Lennon
comenta: “Estábamos encantados con este trío —¡es como una pequeña
cápsula del tiempo de todo actor cómico, desde que comenzaron las
películas habladas!”.
LOS RESIDENTES DEL MUSEO:
ROBIN WILLIAMS ENCABEZA EL REPARTO DE PERSONAJES FUERA DE LO COMÚN
Una vez que los viejos guardias nocturnos le pasan la batuta a Larry
Daley, éste pasa su primera noche en el museo —una velada que prueba ser
descabelladamente inolvidable cuando las exhibiciones de cera, de piedra
y disecadas, que lo rodean en la oscuridad, cobran vida. En medio de
pieles voladoras y el caos total, Larry descubre algunas personas
sorprendentes de quienes requerirá ayuda si quiere sobrevivir hasta la
mañana siguiente.
El mejor consejo que recibe Larry proviene de ni más ni menos uno de los
estadounidenses más elogiados en la historia y un hombre que creía
verdaderamente en el grandioso poder inherente del “hombre común y
corriente” —el 26° presidente de los Estados Unidos, Teddy Roosevelt.
Para interpretar a Roosevelt, los realizadores sabían que iban a
necesitar de alguien que pudiera sacarle provecho a todos los grandes
momentos cómicos de la situación, y, al mismo tiempo, sacar a relucir la
personalidad pintoresca e inspirante del hombre verdadero. La persona
que les vino de inmediato a la mente fue el ganador del Premio de la
Academia® y nominado en cuatro ocasiones al Oscar® Robin Williams, cuya
carrera ha serpenteado entre la comedia desenfrenada y las actuaciones
dramáticas intensas. Cuando le ofrecieron la oportunidad de interpretar
a Roosevelt —quien, al igual que Williams, tenía un amplio interés en
historia, política, ciencia y naturaleza— no pudo dejarla pasar.
“En la vida real, fue una figura fuera de lo común”, comenta Williams,
“un hombre extraordinario y una persona excesivamente independiente, que
luchó básicamente por lo que él llamaba ‘el hombre pequeño’. Al leer
acerca de él, me quedó claro que era tanto una persona ética como
carismática. Fue maravilloso haber podido encarnar ese tipo de
personalidad”.
Al igual que el resto de sus compañeros de reparto, Williams, quien
previamente protagonizó la exitosa fantasía familiar Jumanji, no pudo
resistirse ante la creatividad de UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Los museos se
prestan naturalmente a que te preguntes qué es lo que sucede en su
interior durante la noche, y a que la historia cobre vida —y se enfrente
a ti…increíble”, comenta. “Me encantan este tipo de historias que son en
parte fábula y en parte una gran aventura. En especial, me encantó cómo
cobraron vida los dioramas, porque yo coleccionó miniaturas y la idea de
algo a esa escala que cobre vida es como, ‘¡Fantástico!’. Y es muy
divertido tener nuevamente a neandertales y hunos corriendo por todos
lados —siempre le vienen bien a una fiesta”.
Williams, quien se dio a la tarea de investigar al hombre, estaba cada
vez más fascinado con Roosevelt, y, en especial, con su actitud
incansable e imbatible, que intenta transmitir a Larry Daley. “Su
mensaje a Larry es ‘tú puedes hacerlo, muchacho, y si logras ordenar
nuevamente este lugar, imagina lo que no podrías hacer’. Le ofrece
aquella vieja pero gran idea de que puedes recuperarte por esfuerzo
propio”.
Una vez en el set, Williams estaba totalmente en su ambiente. “Para mí,
todo esto fue como Halloween”, comenta. “Una minuto estas con
Tiranosaurio Rex y después ves pasar a un Rey Egipcio, y al siguiente te
estás enamorando de Sacajawea. Fue como viajar en el tiempo”.
Para Ben Stiller, haber trabajado con Robin Williams hizo que la
fantasía fuera todavía más real, y mucho más divertida. “Robin Williams
era realmente la única persona que podía interpretar este papel, porque
es incomparable”, comenta Stiller. “Es un artefacto cómico icónico —que
suena como si fuera un grifo o algo así—, pero también es un estudiante
genuino de historia, lo que lo hacía perfecto para interpretar a Teddy
Roosevelt. Le aporta la realidad y espiritualidad a este hombre, que,
reconozcámoslo, es sólo una figura de cera —y también es increíblemente
divertido. Al final, Teddy se convierte en el verdadero amigo de Larry,
una vez que lo ayuda a abrirse paso entre el museo y sobrevivir todo el
desenfreno”.
Otras figuras históricas en las que Larry Daley debe confiar en su
misión por salvar el museo incluyen a Sacajawea, la famosa guía Shoshone,
que desempeñó un rol invaluable en la histórica expedición de Lewis y
Clark a través del noroeste del pacífico. En UNA NOCHE EN EL MUSEO
utiliza sus renombradas habilidades para ayudar a Larry a retomar el
control del museo. “Es una rastreadora”, comenta la prometedora actriz
juvenil Mizuo Peck, quien, en esta película, interpreta su primer gran
papel en Hollywood, “así que es inteligente e ingeniosa, y buena,
realmente buena, para encontrar cosas”.
Peck estaba especialmente fascinada con la oportunidad de intercambiar
coqueteos con nada más ni nada menos que Robin Williams, quien
interpreta a Teddy Roosevelt, el compañero de exhibición en el museo que
llama la atención de Sacajawea. “Todavía no lo puedo creer”, comenta.
“En nuestra primera escena juntos, Robin tiene que acercarse a mí todo
torpe y tímido e incapaz de hablar. Fue tan tierno, y vulnerable y
cariñoso, que me facilitó mucho las cosas. De inmediato me sentí a gusto
a su lado. Esta película fue realmente todo lo que había soñado acerca
de la magia de Hollywood —con todos los sets gigantes, con esfinges y
animales salvajes corriendo por todos lados, además de Robin Williams.
No pudo haber sido más emocionante”.
También emocionado por explorar el pasado antiguo estaba Rami Malek, el
joven actor egipcio que actualmente puede ser visto en el programa de
televisión “The War at Home”, quien interpreta al Faraón Akhmenrah, la
momia egipcia y rey adolescente que ha dormido por siglos, sólo a la
espera de una oportunidad para gobernar. Ni siquiera la audición de
Malek fue mediocre —en vez de leer simplemente diálogos, ¡tuvo que
exhibir sus propias técnicas creativas para emerger de un sarcófago!
Malek disfrutó especialmente el retrato alejado de los clichés de un rey
egipcio. “Esperas que salga esta presencia austera de un faraón que es
parte de este gran hechizo, pero, a cambio, tienes a alguien que emerge
con toda esta exuberancia juvenil, que básicamente es un adolescente en
busca de una gran aventura, así que es una propuesta distinta que es
realmente fresca y divertida, pero basada en la tradición”, comenta
Malek.
Uno de los personajes más problemáticos de las exhibiciones del museo no
es para nada humano, aunque es primate —el diminuto mono capuchino
Dexter que provoca un caos inversamente proporcional a su tamaño. Dexter
tampoco es digital—, es interpretado por un auténtico mono capuchino
llamado Crystal, entrenado por Mike Alexander y Tom Gunderson, de Birds
& Animals Unlimited. “Dexter es un pequeño mono muy travieso, pero
Crystal es bastante buena”, indica Alexander.
Esas fueron buenas noticias para Ben Stiller, quien en una escena tiene
que soportar cómo Dexter le muerde la nariz, un truco que requirió de un
entrenamiento bastante delicado. “Fue importante que antes de esa escena
Ben estuviera completamente a gusto con Crystal y que Crystal estuviera
a gusto con él —así que fuimos a la casa de Ben y trajimos a Crystal con
nosotros para que pudieran conocerse. Para suerte de todos, a Crystal le
gustó mucho”, comenta Alexander. “Para ser honestos, ¡lo vio más como un
pedazo de utilería!”.
Mientras Larry Daley está evadiendo por las noches a animales con
colmillos y a miembros de tribus con lanzas en mano, durante el día está
luchando por conservar su trabajo —tarea nada fácil considerando que
tiene como jefe a una pesadilla viviente: el ridículamente entrometido
Dr. McPhee. En el papel de McPhee está una de las estrellas cómicas más
brillantes de Inglaterra, Ricky Gervais, quien creó y protagonizó la
vanguardista serie de televisión “The Office”, para la BBC.
Gervais se sintió atraído al Dr. McPhee porque es exactamente la clase
de personaje que se cree demasiado y se toma muy en serio las cosas; el
tipo de personalidad que a Gervais no le cuesta nada de trabajo
interpretar. “Aquí está, a cargo de este lugar educativo, pero no es muy
articulado o lo suficientemente inteligente, ni siquiera para partir la
mantequilla”, explica Gervais. “Está intentando administrar bajo mucho
control y después se enfrasca en una lucha de voluntades con el
ordinario guardia de seguridad, que lo ha estropeado todo y lo frustra
continuamente. ¡Existe algo muy divertido acerca de una persona con
autoridad que se comporta como niño!”.
Para Gervais fue especialmente divertido la oportunidad de intercambiar
observaciones irónicas con Ben Stiller. “Ha sido todo un placer trabajar
con Ben, y realmente tenemos una dinámica divertida en cuanto a que los
papeles se revierten”, continúa. “Supuestamente es mi subordinado y el
tipo de persona que siempre se está metiendo en problemas y yo soy el
que está a cargo —pero cuando llega el momento de la verdad, mi
personaje se pone todo torpe y nervioso, y Ben se convierte en héroe”.
La misión de Ben por llegar al meollo del misterio en el museo también
lo lleva a intimar con una de las docentes más apasionadas del recinto —Rebecca
Hutman, quien está investigando fervientemente una tesis de Sacajawea y
se siente estimulada por las observaciones inesperadas de Larry con
respecto a cuán “viva” la historia parece ser en el museo. Para
personificar a Rebecca, los realizadores eligieron a Carla Gugino, cuya
diversa carrera incluye haber interpretado a la madre de familia de
espías infantiles en la popular serie Spy Kids, y fue vista más
recientemente en Sin City, de Robert Rodríguez. Levy habla acerca de la
elección: “Carla tiene una combinación de inteligencia, belleza y
dignidad que fue una gran combinación para el papel de Rebecca”.
Estaba tan cautivada por la narrativa fantástica, que Gugino no pudo
dejar de leer el guión. “Tener un escrito como éste que hace honor a la
historia y junta el pasado con el presente de manera tan divertida y
emocionante fue realmente único”, comenta. “Tuve la misma sensación que
cuando ‘Spy Kids’, que tenía todos los elementos de una historia
grandiosa y perdurable”.
El actor novato Jake Cherry, quien obtuvo el papel después de extensas
audiciones, también forma parte del reparto, como el hijo de Stiller. Si
bien estaba fascinado con haber obtenido el papel, Cherry realmente
comenzó a emocionarse con respecto a lo que estaba por venir cuando vio
los escenarios de UNA NOCHE EN EL MUSEO. “Había momias y sarcófagos, y
guardias chacal, y fue lo más maravilloso que me ha tocado ver en mi
vida”, dice en resumidas cuentas.
Otro miembro del reparto ya tenía una relación muy íntima con Ben
Stiller —una mujer que es otra leyenda en la historia de la comedia y la
madre en la vida real de Stiller: Anne Meara. Meara interpreta al agente
de empleos que le consigue a Larry el trabajo en el museo. Si bien Meara
apareció en Reality Bites y Zoolander, resulta que ésta es la primera
vez en su vida que ella y su hijo han tenido una escena juntos. Stiller
comenta: “Es tan divertida y tan talentosa, ¡fue maravilloso poder haber
trabajado con ella finalmente!”.
Shawn Levy comenta acerca del reparto del filme. “Este fue el sueño de
cualquier director —tener a actores que van desde Ben Stiller a Robin
Williams, a Ricky Gervais hasta Dick Van Dyke y Mickey Rooney,
simplemente sabes que cada una de las actuaciones destacará por sí misma
y será excepcional. Fue como una pelea de peso completo entre gigantes
de la comedia”.
CONSTRUYENDO EL MUSEO:
EL DISEÑO DEL FILME
Cuando se trató del diseño visual de UNA NOCHE EN EL MUSEO, Shawn Levy
supo que se iba a enfrentar a una tarea de escala monumental. Como lo
pone: “!Vaya que es una paleta bastante grande si partes de toda la
historia para dibujar!”. Comenzó por conjuntar a un equipo de artistas
encabezado por el diseñador de producción ganador del Premio de la
Academia Claude Paré y la muy solicitada diseñadora de vestuario Renée
April.
Su misión fue nada menos que crear el interior de un museo de clase
mundial —de la nada. Si bien la película iba a utilizar el mundialmente
reconocido Museo de Historia Natural de Nueva York para los exteriores,
no había forma que la producción pudiera desatar el caos de la historia
adentro de sus pasillos, saturados con artefactos costosos y
antigüedades invaluables. Como Robin Williams señala: “¡No quieres
escuchar que acabas de tirar un diván del siglo XIV, perteneciente a
Luis XIV!”. Así que se tomó la decisión de crear un set de maravillas
sin precedentes en un inmenso foro en los apropiadamente llamados
Estudios Mammoth , en Vancouver —uno que sirviera para duplicar una
especie de “grandes éxitos” de las exhibiciones de historia natural más
fascinantes de la actualidad.
El trabajo para fraguar la visión que Shawn Levy tenía para las entrañas
del museo recayó en gran medida en Claude Paré, quien previamente obtuvo
un Oscar por el lujoso e histórico diseño de arte de The Aviator, de
Martin Scorsese. Sabía que este proyecto iba a ser un cambio de ritmo
vertiginoso —aunque no pudo evitar estar emocionado por el inmenso reto
que ello implicaba. “Usualmente un diseñador se enfoca en una o dos
épocas, pero con UNA NOCHE EN EL MUSEO, existía la oportunidad de
abordar muchos tipos de diseño, desde los antiguos templos egipcios a
escenas de vaqueros del oeste, y divertirte con cada uno de ellos”,
comenta Paré.
Como si fuera un curador inspirado, Paré no le puso límite a cuán lejos
podía llevar las cosas. “Igualamos las grandes ventanas arqueadas en el
museo de Nueva York para la continuidad del exterior hacia el interior”,
explica Paré, “pero salvo eso, desde el momento que entras por las
puertas giratorias, estás totalmente en el ambiente que creamos para la
película —sin contar la Sala ‘Ocean Life’, que es una composición
digital de una exhibición que se encuentra en el Museo de Historia
Natural de Nueva York”.
Durante varias semanas consecutivas, los diseñadores de sets de la
película se convirtieron en diseñadores temporales de museos, al crear
exhibiciones individuales que cuentan historias únicas —desde pescadores
Inuit que sobreviven en las capas espesas de hielo hasta los
neandertales en su cueva intentando crear fuego. “Cada una de estas
exhibiciones tenía que ser ilustrada, planeada, construida y montada de
manera individual dentro de cada uno de sus nichos”, explica Paré. “En
un momento dado, teníamos a diez diseñadores tan sólo trabajando en los
planos para las diversas exhibiciones del museo. La meta era hacer a
cada uno de ellos completamente creíble, por lo que le prestamos una
atención extrema al detalle”.
Para mantenerse firme, el taller de construcción de la película trabajó
24 horas al día, siete días a la semana, produciendo profusamente
estatuas, modelos y miniaturas. Paré incluso puso a su equipo a
construir pirámides para la Sala Egipcia, inspirada parcialmente por la
venerada exhibición egipcia en el Museo Metropolitano de Nueva York. Si
bien las pirámides de Egipto originales requirieron del trabajo de
aproximadamente 30,000 personas para cada estructura, Paré tuvo que
hacerlo con una fuerza muchísimo menor, pero muy ingeniosa. “Nuestra
meta fue establecer la línea entre crear un tipo de set colorido y
divertido, como el templo de la perdición, y, al mismo tiempo, procurar
que el diseño fuera auténtico con respecto a lo que podrías ver en un
museo”, comenta.
Mientras tanto, el equipo se dio a la tarea de esculpir una de las
estatuas clave de la película: la famosa escultura de Teddy Roosevelt
montando a caballo y blandiendo su espada en el aire, que tuvo que ser
reconfigurada para que se asemejara a la ya popular silueta de Robin
Williams. Para asegurarse que la estatua se viera justo como el
personaje que cobra vida de noche, Williams tuvo que adoptar esa misma
posición —lo que significó que el famosamente hiperactivo actor tuvo que
permanecer inusualmente quieto— mientras era envuelto en vendajes de
yeso para hacer el molde. Más tarde, el molde fue rellenado con fibra de
vidrio y se le dieron los toques finales para suministrar la esencia de
Roosevelt en la forma de Williams.
Conforme se iban construyendo los inusuales objetos, reclutaron a un
sinfín de hábiles modelistas para trabajar en el polo opuesto: tallar
las meticulosas miniaturas para los dioramas ultra pequeños del museo,
que también cobran vida mágica y vigorosamente, con el objeto de
convertir a Larry Daley, personaje que interpreta Ben Stiller, en una
especie de Gulliver atrapado en la tierra de los liliputienses.
“Para los dioramas, primero tuvimos que investigar los temas de cada una
de las exhibiciones —desde la cultura maya hasta la historia del
ferrocarril en los Estados Unidos”, explica Paré. “Después, nos
adentramos en las medidas precisas y trazado de la sala de dioramas,
para poder discernir exactamente cuánto espacio iban a necesitar los
modelos y después cuánto espacio iba a necesitar Ben para poder
interactuar con todas las pequeñas estatuillas”, recuerda Paré. “El
trabajo requirió de mucha paciencia y sumo cuidado”.
Si bien la mayoría de los sets y utilería de la película son
espectaculares a escala, uno de los elementos de diseño favoritos de
Paré es, de hecho, uno de los más sutiles: el sumamente pulido piso del
museo, que se convirtió en pieza clave del motivo visual de UNA NOCHE EN
EL MUSEO. “El piso podría ser la parte más importante del set”, comenta
Paré. “De él, obtienes todos estos maravillosos reflejos que hacen que
todo en el museo se vea más grandioso. ¡Y también fue bastante útil para
que Ben Stiller se pudiera deslizar sobre él!”.
Una vez que el reparto comenzó a llegar a los Estudios Mammoth, ellos
también estaban fascinados con lo que Paré y su equipo montaron. Ricky
Gervais comenta: “Entrar el set fue como entrar en la caja de juguetes
más grande del mundo”.
Al igual que Claude Paré, la diseñadora de vestuario Renée April se
enfrentó a la inusual labor de diseñar el vestuario no solamente para
una o dos épocas —sino también para diversos periodos a lo largo de toda
la historia, que iban desde las cubiertas de piel que utilizaban los
hunos hasta los taparrabos de los mayas, a las armaduras romanas y el
uniforme de los soldados de la Guerra Civil, todo hasta llegar a los
guardias de seguridad contemporáneos. April, cuyo trabajo anterior
incluye la venidera película de acción y aventuras Pathfinder y el
exitazo en taquilla The Day After Tomorrow, así como notables películas
de época, tales como The Moderns y Mrs. Parker and the Vicious Circle,
se sintió atraída por la oportunidad de meterse de lleno en uno de los
aspectos de su trabajo que ama especialmente: la investigación
histórica.
Después de varias excursiones al Museo de Historia Natural de Nueva
York, April encontró la inspiración. No solamente buscaba igualar la
diversidad que encontró ahí, sino crear un vínculo entre toda la
diversidad de atuendos que se presentan en UNA NOCHE EN EL MUSEO, de tal
forma que se vieran como una gran película constantemente cómica. “El
reto fue diseñar todos esos distintos vestidos de época para que cada
uno funcionara igualmente bien en una comedia”, explica April.
“Necesitaba mantener un hilo de autenticidad, pero también quería hacer
que todo se viera como algo fuera de lo común”.
Uno de los atuendos más difíciles de la prodigiosa lista de April fue
aquel del rey egipcio Akhmenrah, interpretado por Rami Malek. “Debido a
que es una momia, tuvimos que crear un atuendo que pudiera ser envuelto
en paño”, enfatiza, “pero, no obstante, darle todo el esplendor y la
gloria de una gran rey egipcio con un tocado completo y una gran capa
dorada. Ese vestuario nos llevó mucho trabajo, y muchas, muchas, muchas
cuentas pequeñas”.
Otro vestuario divertido fue aquel de Atila el Huno, de quien, desde
luego, no existen fotografías, así que April fue capaz de dejar que
volara su imaginación. “Compramos colchas viejas y las rellenamos de
piel, y después tallamos nuestra propia armadura de metal y aquellos
grandes cascos de pelo de caballo”, comenta. “Quizás y no sean del todo
veraces pero son muy coloridos y definitivamente parecidos a los que
portaban los hunos”.
Cuando se trató de Teddy Roosevelt, que interpreta Robin Williams, la
veracidad histórica fue más fácil. “El vestuario de Roosevelt es
probablemente lo más cercano que hay a la realidad histórica porque
sabemos prácticamente qué tipo de ropa utilizó, hasta los botones”,
comenta April. “Una vez que juntamos todas las piezas y Robin se las
probó, estaba perfecto”.
El supervisor en jefe de los efectos de maquillaje Adrien Morot
enriqueció todavía más los diseños de April, al añadir toques finales a
cada personaje, incluyendo un brillo encerado y traslucido en los
rostros de aquellos que interpretaban a esculturas vivientes, y prótesis
faciales que transformaban a actores modernos en neandertales y hunos.
“En la mayoría de las películas procuras hacer que las cosas se vean más
reales. ¡UNA NOCHE EN EL MUSEO planteó el interesante reto de intentar
tomar a actores auténticos y hacer que se vieran como estatuas falsas!”,
comenta Morot.
Para Shawn Levy, ver a estos artesanos transformar un foro vacío en un
museo que había soñado cuando leyó por primera vez el guión fue
emocionante. Comenta: “Ver cómo todo cobró vida fue una experiencia
increíble. Con un lienzo de tal envergadura, hace que te vuelvas adicto
al cine”.
EL MUSEO COBRA VIDA:
LOS EFECTOS
Con los personajes en manos de legendarias y prometedoras estrellas de
la comedia y los intrincados sets del museo siendo erigidos por
dedicados artesanos, todavía faltaba el último toque de magia que le iba
a permitir al Museo de Historia Natural cobrar vida —en este caso, no se
trataba de un antiguo hechizo egipcio sino de la magia digital en forma
de efectos visuales de vanguardia.
Al principio, Shawn Levy estaba nervioso con respecto al intenso uso de
gráficas por computadora de la película —especialmente porque nunca
había encabezado una producción con tanta carga digital como ésta. Pero
se sintió alentado con el tremendo y sumamente experimentado apoyo que
tenía detrás de él. “Desde un inicio recibí muchos consejos de Chris
Columbus y Michael Barnathan, mis compañeros productores, quienes, desde
luego, habían trabajado en la franquicia de Harry Potter”, explica Levy.
“Me dijeron que no me preocupara con todo el vocabulario de alta
tecnología. En cambio, me dijeron, ‘la parte importante es realmente
saber a exactitud cómo quieres que las cosas se vean en tu cabeza…y
después deja que tu equipo te ayude con el ‘cómo hacerlo’’. Así que me
lo tomé muy en serio y pasé mucho tiempo trabajando en el storyboard
porque sentí que si le podía mostrar claramente a mi equipo qué es lo
que quería ver en pantalla, iban a poder descifrar la manera de ponerlo
ahí”.
Levy también aportó una perspectiva fresca al departamento de efectos,
al infundirles una improvisación cómica. “Con frecuencia, la gente se
prepara para las tomas de efectos con mucho tiempo de anticipación, pero
lo hicimos de manera totalmente informal”, explica. “Digamos que en una
escena Ben debe ser golpeado supuestamente por la cola del Tiranosaurio
Rex y deslizarse a lo largo del piso —pero el día que hizo la escena,
cambió de opinión, ‘no sería divertido, a cambio, hacer un maroma doble
de espaldas y caer en la escalera’. Bueno, siempre quieres que gane la
mejor idea. Así que, debido a ello, estábamos cambiando las cosas
constantemente y el equipo de efectos especiales tuvo que adaptarse a
ello. Dijeron que era, por mucho, la película con efectos en la que más
habían tenido que improvisar durante su carrera. Y creo que se debe a
que Ben Stiller y yo en realidad no hacemos películas con efectos. Todo
lo que hacemos es en aras de hacer el mejor chiste o lograr el mejor
momento. Ahora bien, hay que reconocer que todo el equipo apoyó ese
edicto”.
Para darle movimiento y vida a las criaturas y estatuas del museo, Levy
recayó en el Supervisor de Efectos Visuales Jim Rygiel (trilogía de The
Lord of the Rings) y en una de las principales casas productoras de
efectos visuales de Hollywood, Rhythm & Hues —famosa por su excepcional
trabajo en la creación digital de animales, como se pudo evidenciar
recientemente en The Chronicles of Narnia: The Lion, The Witch and the
Wardrobe.
De inmediato, los retos fueron literalmente grandes y formidables cuando
Rhythm & Hues se dio a la tarea de crear el león que salta de la Sala de
Mamíferos Africanos y persigue a Larry Daley. “El riesgo que Larry
pudiera tener en estas escenas dependía del hecho de que el león
generado por computadora tenía que ser una animal completamente real”,
comenta Dan Deleeuw, el Supervisor de Efectos Visuales de Rhythm & Hues.
“Pero trabajar con animales reales en gráficas por computadora es
difícil porque no cuentas con el tipo de ambiente fantástico que te
permite salirte con la tuya con ciertos trucos. Utilizamos un montaje
muy original y cuidadoso en esta secuencia, para que realmente se viera
cómo las garras del león, por centímetros, no pescan a Larry”.
Otro gran reto para el equipo de Efectos Visuales se presentó al
trabajar con objetos verdaderamente pequeños —hacer que ejércitos de
dioramas, de unos cuantos centímetros, se vieran como auténticos mayas,
romanos y vaqueros luchando entre ellos. “Para los ejércitos de diorama,
creamos 89 modelos prototipo que después se convirtieron en la base para
cientos de variaciones que creamos en la computadora”, explica Rygiel.
“Utilizamos actores verdaderos, los filmamos en varias secuencias de
acción y después los duplicamos en su realidad exacta, para que ahora,
cuando veas a los vaqueros peleando contra los romanos por todo el piso
de un diorama, se puedan percibir cientos de variantes con
características individuales”.
Las secuencias de diorama también presentaron problemas potenciales de
escala. “Si estás fotografiando algo en el mundo del diorama y la cámara
se mueve 60 cms., con la cuestión de la escala, cuando fotografías a un
humano en la pantalla verde para intentar igualar el movimiento, de
hecho te estás moviendo 15 metros y ¡repentinamente estás por encima del
techo en el foro! Así que la fotografía requirió de mucha planeación”,
indica Deleeuw.
Con actores, diseñadores y equipo de efectos trabajando de manera
conjunta, el material repentinamente fusionó esa realidad, comedia y
encanto que Shawn Levy había imaginado desde un inicio. El director
recapitula: “Al final, estos hombres fueron capaces de tomar
literalmente al museo, y todo lo que sucede en él, para que se viera
exactamente igual a como lo soñé en mi cabeza”.
Noche en el Museo:
La Experiencia IMAX — ¡Cobra Vida en IMAX!
Una Noche en el Museo: The IMAX Experience® será estrenada en cines
IMAX® de todo el mundo a partir del 22 de diciembre de 2006, de manera
simultánea con el estreno de la película en cines convencionales. Esta
película ha sido remasterizada digitalmente para conseguir la
inigualable calidad de imagen y sonido de The IMAX Experience®, con
tecnología del concesionario IMAX DMR® (Remasterización Digital).
Una Noche en el Museo: The IMAX Experience® es la tercera película IMAX
con Twentieth Century Fox, seguida de Robots: The IMAX Experience en
marzo de 2005 y Star Wars: Episode II Attack of the Clones: The IMAX
Experience en noviembre de 2002.
Los cines IMAX brindan imágenes de insuperable claridad e impacto para
provocar que el público se adentre virtualmente en la película, mientras
observan cómo las exhibiciones del museo cobran vida mágicamente en las
pantallas más grandes del mundo, rodeadas por sonido digital surround de
vanguardia. Las pantallas IMAX pueden ser tres veces más grandes que la
pantalla de 35mm promedio, 4,500 veces más grandes que la pantalla de
televisión promedio, y tan ancha como un campo de fútbol americano, para
crear un experiencia cinematográfica completamente absorbente.
El director Shawn Levy habla al respecto: “Una Noche en el Museo es un
viaje desenfrenado de película. Es absorbente —al participar en la vida
secreta de un museo después de que cierra sus puertas. No puedo imaginar
un placer más grande para un público que tomar ese turbulento viaje en
la magnitud y claridad vívidas del formato IMAX. Lleva a un nuevo nivel
la experiencia de ir a ver una película. Hace que una gran película se
vea todavía más grande”.
El tamaño total de una pantalla de cine 15/70 combinada con la singular
tecnología de proyección IMAX es clave para la nitidez y claridad
extraordinarias de las imágenes proyectadas en los cines IMAX.
Para envolver completamente al público asistente a un cine IMAX, el
sistema de sonido IMAX es un sistema estéreo de múltiples canales
diseñado especialmente para que brinde una claridad y calidad
excepcionales para un mayor impacto.
La marca IMAX® es famosa en todo el mundo y representa el
entretenimiento filmado de mayor calidad e impacto. Ahora, los
visitantes a los cines IMAX ya alcanzan los cientos de millones desde
que la tecnología debutó en 1970. Conforme se incrementa el número de
salas, se extiende la figura de la marca IMAX —un nombre único en la
industria del entretenimiento.
Fundada en 1967, IMAX Corporation es una de las principales compañías de
tecnología de entretenimiento en el mundo, y la nueva ventana de
distribución para las películas de Hollywood. IMAX brinda las mejores
presentaciones cinematográficas del mundo al usar las tecnologías
concesionadas IMAX, IMAX 3D y IMAX DMR. IMAX DMR (Remasterización
Digital) hace posible que virtualmente cualquier película de 35mm sea
transformada a la calidad de imagen y sonido inigualables de The IMAX
Experience. La marca IMAX es reconocida en todo el mundo por sus
extraordinarias y absorbentes experiencias de entretenimiento. Para el
30 de junio, 2006, ya habían 274 cines IMAX operando en 38 países.
IMAX®, IMAX® 3D, IMAX DMR®, IMAX MPX®, y The IMAX Experience® son marcas
registradas de IMAX Corporation. Para mayor información de la Compañía
visitar www.imax.com.
UNA GUÍA BREVE DE LAS EXHIBICIONES DEL MUSEO
TEDDY ROOSEVELT: Mucho tiempo antes de que se convirtiera en una estatua
de cera, Theodore Roosevelt fue el 26º presidente de los Estados Unidos,
y un hombre famoso por su amplia variedad de intereses y logros. Fue
historiador, autor de más de 35 libros, hacendado, conservacionista,
padre de seis niños y un naturalista que realizó audaces expediciones
científicas a Sudamérica y África, para traer consigo exhibiciones de
museo como aquellas en UNA NOCHE EN EL MUSEO. Además de su bigote,
también es famoso por haber expandido el rol del presidente moderno, por
el Canal de Panamá, por las leyes para protección del consumidor, por el
“Trato Justo” que proporcionó un salario vital a millones y por haber
ganado el Premio Nóbel de la Paz, entre otros reconocimientos.
SACAJAWEA: Una de las legendarias mujeres del oeste americano, Sacajawea
fue hija de un jefe Shoshone cuya habilidad e ingenio le permitieron
servir como guía e intérprete en la afamada expedición que Lewis y Clark
realizaron en el siglo XIX de Dakota del Norte al Océano Pacífico —y
también resulta útil al ayudar a Larry Daley a rastrear las fugitivas
exhibiciones del museo.
FARAONES EGIPCIOS: Los faraones fueron los reyes del misterioso y
poderoso imperio del Antiguo Egipto, que permanecieron desde la Era
Neolítica del 3,500 AC. hasta los romanos en el año 100 DC; una de las
civilizaciones más perdurables en la historia de la humanidad. Se creía
que cada uno de los faraones era la reencarnación del dios egipcio Horus,
razón por la cual eran frecuentemente momificados para prepararlos a
resumir su poder después de la muerte —¡incluso si el más allá iba a
terminar siendo en un museo!
OCTAVIANO: Octaviano fue el primer Emperador de Roma, que gobernó el
Imperio Romano durante 40 años. Adoptado como el hijo de Julio César,
Octaviano alcanzó el poder en el año 31 AC. y permaneció ahí hasta su
muerte, el año 14 DC. Después de terminar con una serie de guerras
civiles, introdujo la “Pax Romana” —un periodo fructífero de extensa paz
y prosperidad—, cuya calma se ve quebrantada por sus vecinos vaqueros en
el museo.
ATILA EL HUNO: Atila el Huno fue rey del Imperio de los Hunos y el
famoso guerrero jinete que peleó contra los romanos en el siglo IV. Se
convirtió en una figura legendaria por toda Europa por haber formado uno
de los ejércitos más feroces y temidos que el mundo, o cualquier pasillo
de museo, haya conocido jamás.
NEANDERTAL: El Neandertal fue una antigua subespecie de homo sapiens que
habitó por primera vez partes de Europa y Asia, hace 350,000 años. Son
conocidos por sus cuerpos pequeños y robustos, cejas pobladas y mentones
prominentes —así como por sus habilidades para la caza y el uso de
herramientas, sin dejar de mencionar su febril misión por hacer fuego.
CABEZAS DE LA ISLA DE PASCUA: En una de las islas más aisladas del
mundo, a 3,200 Km. de cualquier otro lugar en medio del Pacífico Sur,
una cultura misteriosa talló más de 800 inmensas cabezas de piedra con
un peso de 10 toneladas cada una. Duplicadas en el museo, las cabezas
gigantes tienen unos cuantos consejos para Larry Daley.
TIRANOSAURIO REX: También conocido como “T-Rex”, el Tiranosaurio Rex fue
un gran dinosaurio carnívoro que vivió a finales del Periodo Cretáceo,
aproximadamente hace 85 millones de años. A pesar de sus pequeños
brazos, el poderoso cuerpo y largos y puntiagudos dientes hacían del
dinosaurio un depredador formidable —pero quizás y lo único que quería
era que alguien le aventara una pelota.
MONOS CAPUCHINOS: Los monos capuchinos son especies sumamente
inteligentes de primates americanos encontrados en Centro y Sudamérica.
A lo largo de los años, han sido entrenados como organilleros, mascotas
e incluso como asistentes de gente paralizada —pero son célebres, como
Larry Daley pronto descubre, por su naturaleza traviesa e ingeniosa.
IR A REPARTO
Y REALIZADORES
|
|