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La gran chef Kate Armstrong (CATHERINE
ZETA-JONES) del muy elegante restaurante llamado 22 Bleecker en Manhattan,
vive su vida tal y como dirige su cocina: con una intensidad que intimida y
con destacado sentido común, lo cual a la vez cautiva a quienes la rodean.
Ella organiza cada turno de cocina con una maestría extraordinaria,
coordinando cientos de comidas distintas, preparando delicadas salsas, y
condimentando y decorando cada plato con absoluta perfección.
Kate se siente muy cómoda en su cocina, la cual para ella es su mundo, y
sólo sale de su refugio para aceptar halagos por sus platos especiales, o en
raras ocasiones, para hablar con algún cliente que se atreve a cuestionar su
experiencia.
Al final del día, la mayoría de las veces ella se va a dormir antes de la
media noche. Se levanta con la aurora, porque quiere ser una de las primeras
en el mercado de pescado y así ganarle a la competencia con la mejor y más
fresca selección.
El perfeccionismo de Kate llega a su máximo cuando un nuevo sub-chef se une
al equipo del restaurante. Se trata del alegre y despreocupado Nick Palmer (AARON
ECKHART), una estrella culinaria en ascenso, a quien le gusta escuchar ópera
mientras que trabaja. Además a Nick, le gusta hacer reír a todos a su
alrededor. Su estilo informal, tanto en su vida personal como dentro de la
cocina, no podía ser más diferente del de Kate. Sin embargo entre ellos, se
da una atracción innegable… y también unas cuantas notas de discordia, que
suenan como cucharones de metal cayendo sobre la mesada de mármol.
Si Kate no estuviera tan nerviosa porque en su casa tiene que lidiar con su
sobrina de nueve años, Zoe (ABIGAIL BRESLIN), tal vez podría encarar con más
calma todos esos pequeños problemas diarios en el trabajo. Zoe vino a vivir
con ella hace poco, y muy inesperadamente. Su sobrina es una niña
perceptiva, a quien le gustan más los pescaditos fritos que el paté de foie.
Sin ninguna duda, Zoe está fuera de sus aguas en el trabajo diario de Kate,
pero Kate quiere brindarle un hogar… o al menos lo hará, si logra imaginarse
cómo hacerlo.
Las semanas pasan y Kate, ya no sabe qué cosa le molesta más: si que el
talento de Nick haya ganado las loas de Paula (PATRICIA CLARKSON), la dueña
de 22 Bleecker, y las de su distinguida clientela, o si que Nick con su
afabilidad y encanto, se haya hecho amigo de Zoe, quien se comunica mucho
mejor con él que con ella.
Cuando Nick trata de obviar la rivalidad entre ellos e intenta entrar en el
campo del romance, Kate se cuestiona – por primera vez en muchos años –
algunas de las creencias y opciones que la llevaron a ser tan independiente
y tan segura.
Si ella quiere lograr una verdadera unión con Zoe, si quiere poder ser feliz
con Nick y volver a sentir ganas de vivir, deberá intentar ser audaz y
probar cosas nuevas, y también deberá aprender a expresarse fuera del
pequeño mundo de su cocina.
Pero eso podría ser tan riesgoso como cocinar sin una receta. Pese a todo,
Kate pronto descubrirá, que a veces las mejores recetas son las que inventa
uno mismo.
Castle Rock Entertainment en asociación con Village Roadshow Pictures
presenta, una película de Scott Hicks, “Sin Reservas”, protagonizada por la
actriz ganadora del Premio de la Academia, Catherine Zeta-Jones (“Chicago”),
por el actor nominado para el Globo de Oro, Aaron Eckhart (“Thank You for
Smoking”), por la actriz postulada para el Oscar, Abigail Breslin (“Little
Miss Sunshine”), y por la actriz nominada para el Oscar, Patricia Clarkson
(“Pieces of April”).
Este drama romántico está dirigido por el director postulado para el Oscar
Scott Hicks (“Shine”), con guión de Carol Fuchs, y producida por Kerry
Heysen (“Hearts in Atlantis”) y Sergio Agüero (tres veces ganador del premio
español Goya, por “Princesas”). Susan Cartsonis (“What Women Want”) y Bruce
Berman (“Ocean’s Thirteen”) fueron los productores ejecutivos. Mari Jo
Winkler-Ioffreda (“In Her Shoes”) fue co-productora. Stuart Dryburgh (“The
Piano”), postulado para el Oscar, fue el director de fotografía; Barbara
Ling (“Hearts in Atlantis”), fue diseñadora de producción; Pip Karmel (“Shine”),
nominado para el Oscar realizó el montaje y Melissa Toth (“Eternal Sunshine
of the Spotless Mind”), diseñó el vestuario. La música es del compositor
tres veces candidato al Oscar, Philip Glass (“Notes on a Scandal”, “The
Hours”, “Kundun”). “Sin Reservas” está basada en el guión de “Mostly
Martha”, escrito por Sandra Nettelbeck, producido por Christoph Freidel y
Karl Baumgärtner.
Esta película será distribuida mundialmente por Warner Bros. Pictures, una
compañía Warner Bros. Entertainment, y en territorios selectos por Village
Roadshow Pictures.
SOBRE LA PRODUCCIÓN
No todo en la vida puede pedirse a la carta
Según cuenta el director de “Sin Reservas”, Scott Hicks, no fue solamente la
historia en sí lo que le atrajo a dirigirla, sino la manera tocante en que
deja vislumbrar conmovedoras relaciones humanas, en un nivel muy íntimo.
-“Este es un drama sentimental y contemporáneo, con una interesante mezcla
de profundas emociones y momentos de humor que surgen naturalmente. Esa es
la manera con que la mayoría de nosotros vivimos la vida”- comenta él- “Esta
película trata de pérdida y a la vez, de aprender a cambiar, para así poder
encontrar el verdadero amor a partir de esa pérdida”.
Hicks comenzó a ser conocido internacionalmente en 1996, con el drama “Shine”,
película que fue candidata a siete premios Oscar, entre ellos al Mejor
Director y al Mejor Guión, el cual él había escrito. Como cineasta, a Hicks
le gustan “las historias en las cuales los personajes hacen cosas fuera de
lo común en sus vidas y están llenas de emociones”. En “Sin Reservas”, ví
que el dilema de Kate era una oportunidad para explorar una vida extremada y
perfectamente ordenada, que debe enfrentarse a cosas repentinas, que
abruptamente cambian su mundo y su circunstancia en un instante. Más
importante aún: -“muestra cómo esa persona, a través de problemas y
adversidad, encuentra amor, propósito y una nueva perspectiva de vida”.
Catherine Zeta-Jones - quien se confiesa ser gran admiradora de Hicks - dice
algo similar: -“Esta película tiene varias facetas. Es una bella historia de
amor, tiene una relación conmovedora entre Kate y su pequeña sobrina, tiene
la pasión de Kate por su trabajo, y tiene el fascinante entorno de una
cocina profesional, que deja ver cómo funciona ese mundo acelerado”.
-“Cuando me enteré de que Scott Hicks quería dirigir esta película, yo quedé
encantada” - continúa ella – “Yo ya sabía, por medio de sus trabajos
anteriores, que él lograría darle sentimiento y textura al filme”.
“Sin Reservas” está basada en la película europea “Bella Martha” (ó “Mostly
Martha”) del año 2001, la cual encantó a la mayoría de los actores del
reparto de “Sin Reservas” y a sus cineastas, aún antes de ponerse a trabajar
juntos en ella. La productora Kerry Heysen comenta: -“Era una película dulce
y con clase. Pensamos que transportada al entorno norteamericano podríamos
darle un público más amplio. La acción sucede en Nueva York - una ciudad con
gran diversidad de comidas y restaurantes – la ciudad justa que yo sabía que
le daría mejor sabor a la película. Allí, uno apenas camina una cuadra, y ya
se encuentra con cafecitos de todas clases, con diversos aromas y
actividades”.
-“Era una bella historia de amor que celebraba la alegría universal de hacer
y compartir la buena comida” – dice el productor Sergio Agüero - “Yo estaba
tremendamente entusiasmado sobre el potencial mundial, porque ambos temas
mueven hilos familiares en cualquier cultura”.
Los cineastas necesitaban reinventar la historia en este nuevo contexto,
pero trataron de mantener el sentimiento y sabor que logró que el público
amase la película “Mostly Martha”. También conservaron a su heroína: la
exitosa y enfocada chef principal de un restaurante, que vive su vida y
maneja su cocina con igual disciplina y eficiencia.
Al llegar un nuevo sub-chef, Nick, todo cambia drásticamente. –“El es
ostentoso, pone música de ópera y canta en la cocina, y los empleados se
ríen de sus bromas. Nick crea una atmósfera completamente distinta en el
lugar, y a Kate no le gusta ni un poquito” – dice Heysen, quien reconoce que
desde el punto de vista de Kate, hay cosas mucho más importantes en juego.
Como ella es una mujer que logró triunfar y ser independiente en un campo
súper competitivo –que además no ofrece demasiadas buenas posiciones
laborales - considera que Nick es un peligro profesional en potencia para
ella. Pero la verdad, continúa explicando Heysen: -“es que Nick aceptó ese
trabajo porque es un gran admirador del trabajo de Kate como chef, y lo que
más quiere, es aprender de ella. Pero Kate no puede ver eso, y ni bien lo
conoce, comienza a desconfiar de él”.
Por si fuera poco que Nick es un desafío en la cocina de Kate, llega Zoe, la
sobrina de Kate que recientemente se quedó huérfana, y eso causa una
revolución en su vida.
Hicks dice: -“La niña da vuelta su mundo, no sólo emocionalmente sino en su
rutina diaria. Para una chef tan ocupada y con tan poco tiempo como Kate, no
hay lugar para una niña de nueve años. Kate tiene horarios de trabajo muy
exigentes, trabaja hasta muy tarde y tiene rigurosos hábitos personales.
Además, no tiene mucho sentido maternal. No porque sea una mujer sin
sentimientos, sino porque no tiene ni la menor idea de qué es lo que debe
hacer con la niña, que ni siquiera quiere comer su comida. Al mismo tiempo,
en el restaurante, el nuevo chef hace saltar chispas en su cocina”.
Pero las chispas no siempre son una cosa mala…
Aaron Eckhart, quien actúa el papel del gregario Nick, comenta: -“A través
de estos conflictos, Kate va a encontrar la verdadera alegría de vivir. Zoe
y Nick cambian todo a su alrededor, entonces ella comienza a ablandarse. Es
ella misma quien tendrá que superar sus problemas, crecer y comenzar una
nueva vida”.
Y ¿qué mejor manera para nutrir el romance y acercar a la gente que a través
de la comida?
La comida y todo lo relacionado con ella: la preparación, la presentación y
el compartirla, sin olvidar incluír el aroma, la textura y su gusto, tienen
elementos románticos que afirman la vida. Hicks sabe entretejerlos a través
de la historia, y quedan resaltados en un entorno de cocina súper activa.
Esa intención comenzó en el guión, del cual Fuchs dice: -“La comida sirve
como elemento tanto literario como figurativo. No sólo se trata de lo que
uno come, sino de cómo uno se alimenta emocionalmente”.
-“La comida tiene su propia fuerza y presencia simbólica en la película”-
detalla el director – “Toda la comunicación y la seducción comienza con la
comida. La conexión entre Kate y Nick comienza por su amor mutuo por la
cocina, y también juega un papel importante para sacar a Zoe de su encierro
en sí misma. En el caso de Zoe – una niña que ha perdido el apetito por
tanto sufrimiento – el que finalmente acepte comer el plato de fideos que
Nick le ofrece, es una señal de la confianza que ella comienza a tenerle. En
el caso de Kate y Nick, cuando ellos comparten su primera comida juntos, la
comida tiene un sentido más bien erótico”.
La productora Heysen dice: -“En un sentido general, la comida es una
metáfora de la vida, o de la fuerza de la vida, o si uno quiere, del amor”.
Eckhart, el actor, está de acuerdo y dice: - “Todos los sentidos están
puestos en la comida. Al cocinar, especialmente a este nivel, en el cual
llega a ser casi un arte, uno toma más conciencia de los ingredientes que
agrega y los que mezcla para estimular la paleta de sabores …¡Ah sí!, ¡es
muy romántico!”
-“En verdad nunca pensé que los escalopes podían llegar a ser excitantes”-
declara Zeta-Jones -“pero si uno realmente se concentra en ellos, pues se
ven de una manera muy diferente”.
Casting: ¿Cuántos cocineros caben en una cocina?
-“Mi marido dice que este papel es el más difícil que realicé como actriz,
porque tengo que cocinar”- comenta riendo Zeta-Jones, y revela que antes de
su entrenamiento culinario para el film, nunca antes hubiera podido siquiera
hervir un huevo correctamente.
De hecho, dice Hicks, unas semanas antes de que comenzara la filmación de
“Sin Reservas”, Zeta-Jones tuvo que aprender rápidamente a manejarse dentro
de la cocina, para que su papel pareciera real, pues la película dependía en
mucho de su versatilidad. -“La historia absolutamente descansa sobre sus
hombros. Ella está en casi todas las escenas, y todo gira a su alrededor.
Catherine es muy sutil y tiene un increíble cronometraje, lo cual, si uno
considera que ella es bailarina, tiene lógica. Ese buen manejo de los
tiempos es muy importante para su sentido del drama, porque hay escenas muy
emotivas pero también otras muy graciosas”.
-“Kate es fanáticamente organizada y exigente”- comenta Zeta-Jones -“Ella
conoce su profesión perfectamente y se pone a la defensiva cuando algún
cliente pone en duda algún sabor, o la presentación de alguno de sus platos.
Pero cuando Kate lleva ese perfeccionismo a su vida privada, le impide tener
relaciones verdaderas con la gente. Si bien su perfeccionismo la protege de
inseguridades, de temores y sufrimientos, también bloquea la alegría y la
plenitud de la vida, que sólo existen cuando uno se abre hacia la gente, y
permite que las cosas sucedan”.
Aaron Eckhart habla sobre el primer encuentro de los personajes en la cocina
de 22 Bleecker, y dice: -“Kate echa una mirada al nuevo y despreocupado
chef, quien es afable, escucha música de ópera y cuenta chistes. Ella piensa
que él no se toma su trabajo en serio. Tal vez se vea de esa forma, pero en
realidad, ese es el estilo de Nick. Cuando la ola de hostilidad de Kate se
deja sentir, él aplica la ‘teoría de la banda elástica’ - la banda no se
rompe sino que se dobla - y trata de ser amable y amoroso con ella,
esperando que eventualmente Kate baje la guardia”.
Para Nick. El nuevo trabajo, es la oportunidad de poder aprender y trabajar
con una gran chef, Kate, a quien él admira. -“El romance es tan sorpresivo
para él como para ella” - explica Eckhart -“Pero la diferencia entre ellos,
es que cuando él se da cuenta de lo que está pasando, inmediatamente quiere
seguir adelante. Sin embargo ella no está preparada para ello, y él debe
recurrir a sus encantos y creatividad. Cuando se da cuenta que ya no le
queda otro camino, entonces utiliza el lenguaje que ella conoce y entiende
mejor: la comida”.
-“Este papel permite ver el costado suave Aaron, el cual no vemos muy a
menudo. La mayoría de sus papeles son en general intensos”- comenta
Zeta-Jones.
-“Aaron no sólo es el galán romántico aquí” – dice Hicks - “también debe
tener la habilidad de comunicarse con la niñita, y poner emoción en ello, lo
cual es más fácil decirlo que hacerlo”.
-“Al igual que Nick, Aaron se acerca a la pequeña Zoe de la misma manera en
que uno se acerca a un pony en el establo”- detalla la productora Heysen,
comparando un poco la acción con su experiencia con caballos. Ella los cría
en la propiedad australiana que comparte con su marido Scott Hicks, con
quien lleva asociada 30 años realizando películas. -“si uno tiene un pony
tímido que no quiere venir a uno, uno no debe obligarlo. Más bien uno debe
sentarse y esperar, abiertamente proponiendo el acercamiento, hasta que el
pony venga a uno. Para eso se debe tener mucha sensibilidad”.
A Eckhart le gustaron sus escenas junto a Abigail Breslin, quien cumplió 10
años durante la producción. -“Es divertido tener ese tipo de espíritu joven
alrededor. Ella me enseñó algunos cantos de porristas, y los practicábamos
juntos en la cocina, entre tomas”.
Contrariamente a la personalidad burbujeante de la actriz fuera de las
cámaras, el personaje de Zoe es más reservado. O al menos lo es en sus
primeras escenas en la película. La joven Breslin, define a su personaje de
esta manera: -“Zoe es silenciosa al principio. No es hostil, ni es mala, ni
maleducada con Kate, pero no es su amiga, y no se abre a ella. No está muy
segura en qué terminará este arreglo de vivir con ella, y se siente un tanto
perdida y muy sola”.
Hicks piensa que Breslin es “deliciosa”, dice: –“A ella le gusta actuar, sin
darse humos por eso. A mí me encanta trabajar con niños. Si bien no tiene
mucha experiencia o técnica para darle a sus personajes, les brindan mucha
honestidad y emoción a su papel, como en el caso de Abigail. Si yo le
explico el contexto y la situación de una escena a Abigail, ella lo puede
sentir y transmitir a su personaje. Tiene muchos recursos y aptitudes para
ser actriz”.
Para ilustrar este detalle, Heysen cuenta lo que le contó la madre de
Breslin: -“La mamá de Abigail cuenta que la niña había estado preparándose
para la escena la noche antes de filmar. Se trataba de la parte en la cual
Zoe, vé por primera vez el lugar en el que va a vivir con su tía, tras la
muerte de su mamá. La señora Breslin dice que Abigail le dijo: ‘Cuando la
niñita sube los escalones de la casa, se da cuenta que su vida ya nunca más
va a volver a ser la misma’. En verdad ella pensaba que su vida se acababa
como era, y es por eso que es tan convincente en la pantalla”.
Mientras tanto, Kate se prepara para enfrentarse en una discusión con la
dueña del restaurante, Paula, en la actuación autoritaria de Patricia
Clarkson. La actriz dice que los dos personajes, Paula y Kate son muy
parecidos. –“Paula es una controladora. Es una persona bien dispuesta que se
preocupa por cada detalle en su restaurante. Es la anfitriona, la
administradora, la dueña, la jefa de personal y la encargada de la selección
de vinos. El restaurante es su vida, y para ella, todo gira en torno a su
empresa”.
-“Paula respeta el talento de Kate y su ética profesional, y por eso tolera
sus arranques temperamentales”- comenta Clarkson -“Son amigas, y ya tienen
historia juntas, pero no es una relación fácil. La relación entre Kate y
Nick, saca chispas entre ellas”.
Hicks es un gran admirador del trabajo de Clarkson como actriz, y dice:
-“Ella le da una inteligencia astuta, sofisticada y cortante al papel”.
Heysen agrega: -“Patricia muestra todos los costados de Paula: el bueno, el
malo y el complejo, pero sobre todas las cosas, deja transmitir que en
realidad, ésta es una mujer con la que uno debe evitar pelearse. Pero Kate
demasiado seguido hace cosas que la provocan”.
Completando el reparto principal están Jenny Wade (“Rumor Has It…”) como
Leah, la segunda cocinera, embarazada y gran amiga de Kate. El inminente
parto y ausencia materna es lo que hace que Paula busque un nuevo cocinero.
Ella contrata de Nick para reemplazarla. Luego está Lily Rabe (“Mona Lisa
Smile”) como la mesera y actriz Bernadette, a quien el gusta practicar los
diálogos de su próxima audición de actriz, adentro de la gran heladera del
restaurante. Ella es una gran fanática de Nick. Por último está Brían F.
O’Byrne (“Shining City” en el teatro de Broadway, y “Bug”) es el vecino del
piso de abajo de Kate, Sean, un padre divorciado que desde hace años quiere
salir con ella.
Bob Balaban (“Gosford Park”), actor postulado para el premio de la Academia,
aparece como el terapeuta al que Paula fuerza a Kate a visitar. El es un
hombre que recurre a métodos poco ortodoxos cuando la terapia no da los
resultados esperados con la gran chef, que más prefiere hablar de recetas
que de sus propias represiones.
¿Qué se va a servir? Entrenamiento culinario de los actores
y
El truco del mantel de Catherine Zeta-Jones
“Sin Reservas” exigía muchas escenas alrededor de las cocinas calientes del
restaurante 22 Bleecker, llenas de ruidos de cacerolas y de apurados meseros
entrando y saliendo de la cocina, lo cual sucedía paralelamente al emergente
drama personal entre Kate y Nick mientras que preparaban las comidas para
los clientes del lugar. Hicks quiso que los actores se sintieran cómodos con
los verdaderos tiempos que tiene una cocina profesional. -“Siempre me
esfuerzo para que las escenas parezcan reales. En la cocina, era muy
importante que los actores sintieran que en realidad estaban preparando los
platos que servían, mientras que trataban de barajar todo el estrés que el
trabajo impone. Era fundamental que sus acciones fueran naturales y
espontáneas, para no distraer la atención del lugar apropiado de la
historia” – detalla el director.
-“Igualmente importante” - comenta Heysen- “era que las escenas en las que
Nick está cortando cebollas, y Kate está adornando los platos, parecieran
reales, porque dados los populares programas de cocina que la gente vé por
televisión, el público es instruido, y se da perfecta cuenta cuando algo
está fingido”.
Esa fue la razón por la que Hicks contrató chefs profesionales que no tenían
experiencia en actuación, para que hicieran los papeles de los cocineros del
restaurante 22 Bleecker. Además contrató a grandes maestros de la cocina,
para que entrenaran a los primeros actores.
Catherine Zeta-Jones y Aaron Eckhart, se pasaron dos semanas trabajando con
el célebre chef Michael White, que adaptó el entrenamiento de las estrellas
al papel que cada uno debía desarrollar: para Zeta-Jones, la chef principal,
hizo énfasis en la preparación de salsas, el salteado en sartén y la
presentación y decoración de los platos. A Eckhart, el sub-chef, lo entrenó
en los aspectos más prácticos de la cocina, como cortar los vegetales,
salteados, la limpieza y despedazado del pescado y el troceado de la carne.
Teniendo en cuenta el dicho que dice que, lo que distingue a un buen chef no
sólo es su gusto por la comida sino el comando de su entorno, ambos tuvieron
que aprender cosas que para un chef son básicas: el manejo de cuchillos,
mover ollas súper calientes con toallas, y poder circular a ciegas por el
espacio lleno de gente y de cosas de la cocina, mientras que al mismo tiempo
pueden trabajar, charlar y cocinar con mucha naturalidad.
Eckhart trabajó anteriormente de mesero en un restaurante y sirvió copas en
un bar., pero nunca fue chef. El estaba muy interesado en el currículum, al
que encontró fascinante. Pero además de cortar las cebollas, las zanahorias
y las setas, se cortó los dedos infinitas veces durante sus dos días de
entrenamiento con cuchillos. Eso es lo normal en este curso, aseguró White,
quien tras 16 años de cocinar profesionalmente, todavía vive con la premisa
que cualquier superficie en la cocina está caliente.
Hasta Abigail Breslin aprendió a revolear los panqueques en el aire, y a
pelar los vegetales, bajo la tutela de la chef Lee Anne Wong, del Instituto
Culinario Francés. La joven Breslin cuenta, que en una escena ya estaba
demasiado entretenida con su nueva destreza: -“Yo estaba pelando espárragos,
y llegué a la parte en donde se vuelven blancos, pero yo seguí pelándolos,
hasta que se volvieron tan flaquitos que Scott se empezó a reír. El me dijo
‘No tienes que convertirlos en escarbadientes, ¡tienen que seguir siendo
espárragos!’”.
Fuera de la cocina, Patricia Clarkson tomó un curso intensivo sobre cómo
manejar las tareas en el frente del restaurante, con el aplomo que da la
experiencia. Para eso contó con la ayuda de Daniele Sbordi, directora
general del famoso bar de la ciudad de Nueva York, Fiamma Osteria, quien lo
compara con la habilidad de manejar un teatro.-“Para dirigir un restaurante,
uno debe estar atento a todas las cosas: las provisiones, las órdenes de
compra, el personal y la selección de vinos. Además uno debe tener en cuenta
las preferencias y personalidades de los clientes muy importantes que
entran, dado que se debe estar preparado para suavizar cualquier situación
que se presente. Hay que llegar muy temprano para preparar y dirigir a los
meseros sobre los especiales del día. Cuando las puertas se abren y la gente
comienza a entrar, es igual que si se abriera el telón en un teatro”.
En una de las escenas con los clientes del restaurante, Kate debe
enfrentarse con uno que tiene muy malos modos. Eso brindó a Zeta-Jones la
oportunidad para agregar un buen truco a su repertorio profesional: la
clásica tirada del mantel, en la que el mantel se saca y todo queda en su
lugar y muy pocas cosas se vuelcan. El éxito del truco depende mucho de la
confianza y la rapidez con que se haga. -“Ese fue uno de los mejores días de
filmación de mi vida”- declara la actriz –“No me salió bien en seguida, pero
cuando lo pude hacer, me gustó tanto, que quería hacerlo una y otra vez.
Ahora puedo apostarle a la gente en las fiestas, que puedo sacar el mantel
de la mesa sin retirar los platos ni los vasos, y sin romper ninguno”.
Zeta-Jones extendió su entrenamiento en el restaurante, más allá de lo que
Hicks se hubiese imaginado, y se ofreció como voluntaria para trabajar
durante una noche - durante el turno más febril - en el bar Fiamma Hostería.
Esa fue una experiencia que ella llama “terrorífica y en verdad muy
educativa”.
Aunque el lugar estaba entre sombras, varios clientes mencionaron el
increíble parecido que la mesera tenía con la actriz Catherine Zeta-Jones, a
lo que ella todo el tiempo respondía: “¡Ah sí!, me lo dicen todo el tiempo”.
Diseño de producción, y comida de utilería que da ganas de comerla
-“La comida es el símbolo del amor en esta historia, y la preparación de la
comida es el contexto en el que viven, actúan y se relacionan los
personajes”- dice Hicks. Con esta idea en mente, él y la diseñadora de
producción Barbara Ling, dieron a los actores el escenario de una cocina que
funcionaba casi en su totalidad. Ese es el telón de fondo de los momentos
más significativos entre Kate y Nick.
Hicks y Ling visitaron aproximadamente unos 60 restaurantes del área, para
ver la gama de diseños y ambientes con que podían contar como opción. Había
gran diferencia entre los espacios creados por chefs y los que habían sido
creados por los dueños de los restaurantes. Al principio pensaron en adaptar
uno de los restaurantes que había en un edificio industrial, pero luego
decidieron que era demasiado estéril y grande. Por lo tanto, terminaron
construyendo su cocina completamente desde el vamos, en un galpón de
filmación en los estudios Silvercup East en Queens.
Ling detalla: -“Así teníamos la ventaja de no tener que cumplir con códigos,
lo cual hubiera sido ridículamente caro. En vez, diseñé una cocina que
funcionaba en verdad, pero que no estaba hecha para durar demasiado. Todo el
acero inoxidable es verdadero, como también lo son los azulejos, los caños
de cobre y los tanques para las máquinas para hacer capuchinos. También son
reales los electrodomésticos, las piletas para platos, las cocinas, las
mesas de acero inoxidable, e inclusive los termómetros en las paredes. Las
únicas excepciones fueron las heladeras en las que se puede entrar. Esas las
construimos y luego les bombeamos aire frío”.
Las grandes habitaciones refrigeradoras tenían un doble propósito: enfriar
la comida, y proveer a los chefs un lugar para descansar o para tener una
conversación en privado. Esta es una costumbre confirmada por todos los
chefs y personal de cocina que asesoraron a los productores, y que es tan
auténtica como se muestra en la película, hasta el mismo detalle que el
personal de la cocina espía por las ventanitas de la puerta para saber qué
está pasando.
Eckhart cuenta: -“Recrearon todo a la perfección. Los detalles son
asombrosos. Uno puede entrar en uno de los escenarios y olvidarse
completamente de que en realidad está en un set de filmación”.
Ling se esforzó en mostrar la actividad propia del entorno laboral desde el
punto de vista de la cámara, sin quitar paredes. -“Mi intención era mostrar
lo que la gente por lo general no vé: cómo se mueven los chefs dentro de una
cocina, cómo se cruzan los unos con los otros, uno sosteniendo un plato,
mientras que el otro adorna otro plato y se lo pasa a otra persona. Es
bello, casi como una danza coreografiada. El tránsito es constante, la gente
entra y sale, llegan provisiones, los meseros entran por la puerta, y el
chef principal supervisa todo desde una posición central, como si fuera una
director dirigiendo la orquesta dentro del foso”.
La acción que se genera en la cocina, luego fluye sin quebrarse hacia el
restaurante, y de allí sigue a las ventanas desde donde salta a las calles
de Nueva York.
Para la escena en que Kate va de compras al mercado de pescado, Ling recreó
el histórico Mercado de Pescado Fulton, en su ubicación del bajo Manhattan,
cerca del puente Brooklyn. El viejo centro de distribución, de casi 200
años, se mudó al Bronx en el año 2005, lugar al que Ling recurrió para
conseguir carteles originales, muebles y cantidad de pescado fresco. -“Hasta
contratamos como extras a unos tipos que solían trabajar en el viejo lugar.
Fue muy interesante montar el lugar, y trajo nostalgias a gente del lugar,
para quienes el Mercado siempre había sido parte del panorama del barrio”.
“Sin Reservas” también servía comida real para las cámaras, cortesía de
Diane Burton jefa de propiedades y exteriores para la producción. Todo un
grupo de cocineros comenzaba a trabajar por lo general dos horas antes de la
filmación cada mañana. La cocina estaba a una cierta distancia, porque como
atestigua Heysen: -“Ya no se engaña a nadie con comida de plástico. Para
nosotros era muy importante tener comida que pareciera exquisita y fresca en
la pantalla, porque eso se reflejaba en los personajes, que se supone que
son los mejores chefs de Nueva York”.
A excepción de algunas escenas en las que específicamente la gente come
delante de la cámara, Burton se enfocó más en la presentación que en el
gusto de las comidas. Experimentó con maicena y colores, para encontrar
maneras de recrear la cocina francesa a base de manteca, para que la comida
mantuviera su consistencia bajo el calor de los focos de iluminación. Una
pasada de antorcha sobre las perdices, lograba el dorado justo, dejando los
jugos adentro, para que la comida se mantuviera fresca más tiempo frente a
las cámaras, antes de secarse.
Con la ayuda de los consultores culinarios de la producción, Burton y Hicks
diseñaron un menú de unos 25 platos para la filmación, entre ellos: una
terrina de espárragos, el róbalo especial de Nick, escalopes, paté de foie,
entrecôte; y las exclusivas perdices con salsa de trufas de Kate. Hicks hizo
las veces de Jefe de Chefs, pues fue él quien decidió el aspecto final de
cada plato. Dependiendo del día de planificación de la filmación, el equipo
de Burton preparaba un menú completamente diferente cada vez.
Burton abrió cuentas corrientes con los proveedores de provisiones de los
restaurantes locales, para asegurarse de tener comida fresca suficiente a
mano, por si el director la necesitaba en algún momento. Las bambalinas de
los sets de la filmación, frecuentemente semejaban la entrada trasera de un
restaurante cinco estrellas, por donde se recibían cajones con langostas y
productos exóticos. Para una escena en especial en la cual Nick filetea un
róbalo, Burton tenía 20 pescados en hielo esperando en fila, porque ella no
podía saber cuántas veces habría que repetir la toma. Lo último que hubiese
deseado es decirle a Hicks que no había más pescado.
Toda esta “realidad” tenía un precio, relata Catherine Zeta-Jones: -“Los
aromas eran muy efectivos para que todos se pusieran en ambiente, lo cual
está muy bien cuando uno tiene hambre. Pero cuando son las seis de la
mañana, y uno está oliendo pescado, pues en vez, puede revolver el
estómago”.
Burton llegó al detalle de contratar un artesano de moldes, para crear
trufas que en realidad se pudieran cortar, en caso de que la filmación se
extendiera a la temporada en que no hay más trufas en el mercado. Es que las
trufas son parte principal de una de las escenas. En cuanto a la batería de
cocina, para tener ollas que parecieran manchadas por el uso, Burton hizo un
trato especial: intercambió con el bar Fiamma Hostería, toda su batería de
cocina vieja, por una relucientemente nueva. Finalmente, y como toque
personal, llenó el bar del restaurante con botellas de vino de las propias
viñas australianas de Hicks y Heysen.
Aaron Eckhart, cuyo personaje prueba un plato de risotto, confiesa que “Sin
Reservas” tuvo “la mejor comida de utilería del mundo”, y que no pudo
resistir comerse todo el plato de arroz entre las tomas.
Abigail Breslin, cuyo personaje se come todo un plato de fideos, dice:
-“¡Estaban deliciosos! En cada toma, yo trataba de comerme un buen bocado
antes de que el director dijera ¡corten!”.
22 Bleecker Street
Hicks eligió filmar “Sin Reservas” en Nueva York, para que la ciudad le
diera su propia personalidad a la historia. -“Nueva York es una ciudad con
infinitos restaurantes, muy apropiada para nuestra historia. Además, tiene
riqueza de arquitectura y diseño de detalles, por donde sea que uno mira” –
y agrega - “Gran parte de la acción sucede en interiores, dentro de la
cocina o en un apartamento. Por eso yo quería que los exteriores tuvieran
toda la amplitud posible. Quería que los pocos lugares que aparecen tuvieran
máximo impacto”.
El director encontró un espacio vacante en la esquina de Bleecker Street y
Charles, para ubicar su restaurante ficticio en el West Village. Tenía
grandes ventanas y magnífica vista de la: -“vida en la ciudad, allí en la
calle, la cual mejoramos aún más con nuestras propias luces y algunas cosas
más. Pero era un lugar ‘listo para usar’ que podíamos usar como fondo, desde
todos los puntos de vista”.
En el interior, la diseñadora de producción Barbara Ling creó un ambiente
cómodo, con paredes oscuras y mínimos cuadros al carbón, para que la comida
fuera el elemento estrella.
-“Anteriormente el lugar era un restaurante chino, ahora allí hay un
negocio”- dice Heysen, quien agrega que la presencia temporaria del equipo
de filmación en el ínterin, causó cierta confusión en el barrio.
Especialmente cuando decidieron llamar al restaurante 22 Bleecker Street…
pero el frente y número del negocio, no tenían nada que ver con la verdadera
numeración de la calle. –“El único número que no existía en la calle
Bleecker era el 22. El número 24 era una iglesia, por lo que pensamos que
estaríamos a salvo con nuestro nombre para el restaurante. Pero cuando
pusimos el cartel ‘22 Bleecker’, confundía constantemente a los mensajeros
locales, por lo que tuvimos que poner otro cartel en el lugar, con el
verdadero número, que era por encima de los 300. Todas las veces debíamos
retirar el cartel, hasta el momento mismo que comenzara la filmación en
exteriores”.
El falso restaurante llamaba la atención por otras razones, cuenta Catherine
Zeta-Jones: -“en una escena, yo estoy parada junto al maître justo a la
entrada del lugar. La gente estaba tomando vino falso, y los meseros servían
comida que se veía deliciosa. Por todos lados había extras, y el bar parecía
muy atractivo e invitador. Varias personas de la calle se acercaron a
preguntar si necesitaban hacer reservaciones para entrar, porque pensaban
que era un nuevo restaurante en donde podrían cenar. Pero tuvimos que
informarles que sólo era la escenografía para una película”.
La filmación de “Sin Reservas” logró que Zeta-Jones tuviera interés en la
cocina. Ella confiesa: -“Ahora, definitivamente veo a la comida y a la
presentación de los platos de manera completamente distinta. Me encantaría
preparar la cena para el Día de Acción de Gracias. Mi casa ya está llena de
libros”.
Casi todos los actores y el personal de producción, descubrieron algo nuevo
sobre la alta cocina durante la filmación. Es posible que al público le
suceda lo mismo. Hicks dice : -“No era la intención que la película fuera
educativa sobre la cocina francesa, pero al contar una historia sobre
personas cuya vida gira en torno a ese mundo, no se puede menos que aprender
su lenguaje. Como mínimo seguramente, uno va a aprende alguna palabra que
antes de le había escapado, dependiendo de sus hábitos para cenar. Por
ejemplo qué es un entrecôte o cuánto de cruda puede estar la carne. Fue muy
divertido estar rodeado de tanta belleza y perfección. Los platos que salían
de la cocina de Bleecker eran extraordinariamente tentadores… aunque, en
realidad espero que no sea esa la comida que uno quiere comer todos los
días”.
Tanto Zeta-Jones como Eckhart, que probaron las mejores salsas de azafrán,
los escalopes y todos los otros deliciosos platos que se destacaron en “Sin
Reservas”. Pero al igual que Hicks, siguen teniendo gustos de comida
bastante simples. Cuando se les pide que mencionen su comida favorita, ambos
se refieren a las comidas favoritas que les gustaban desde chicos: - “A mi
me gustan los burritos” – dice Eckhart, mientras que Zeta-Jones responde
-“Para mí, pescado con papas fritas”.
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