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“El ‘soul’ es una
forma de vida pero siempre es la más difícil."
Ray Charles
Ray es el drama musical biográfico
nunca-antes-contado del legendario músico estadounidense Ray Charles,
llevado a la pantalla luego de 15 años de preparación por el premiado
realizador TAYLOR HACKFORD y protagonizado por el multifacético JAMIE FOXX
en una extraordinaria interpretación.
El director Hackford (El Abogado del Diablo, Eclipse Total/Dolores Claiborne,
Reto al Destino) – quien, junto con su socio productor STUART BENJAMIN (La
Bamba, El Abogado del Diablo, Cuando Me Enamoro), pasó los últimos 15 años
preparando esta historia con Ray Charles – presenta un retrato muy definido
de un artista que convirtió sus experiencias personales con la oscuridad en
una luz intensa. La historia de Ray – la de un niño pobre y ciego del Sur
segregacionista que rompió las barreras sociales y artísticas y cambió la
historia de la música estadounidense – es esencialmente la historia de un
hombre que lucha por controlar su propio destino.
Con Foxx en el papel estelar en una interpretación de gran intensidad,
profundidad y realismo, Ray nos presenta el período más volátil de la
carrera de Charles, que comienza el momento que un adolescente negro y ciego
se sube solo a un bus en Florida y atraviesa Estados Unidos para afinar su
arte en el mundo del jazz de Seattle. Desde sus primeros esfuerzos para que
lo trataran justamente y encontrar su propio camino, hasta su descubrimiento
por Atlantic Records y su subsiguiente ascenso meteórico a la fama mundial,
a su batalla con la adicción y sus tórridos amoríos, el relato de Ray nos
muestra su evolución y su juventud. Porque, a pesar de que se convirtió en
uno de los mayores héroes musicales de su generación, Ray tuvo que aprender
a aceptar la muerte de su hermano George durante la niñez y la pérdida
gradual de la vista – un período de su vida que tuvo un imborrable efecto en
su vida, sus emociones y su música inmortal.
Ray es una presentación de Películas Universal y Bristol Bay Productions de
una producción Anvil Films en asociación con Baldwin Entertainment. Jamie
Foxx interpreta el papel del icono musical Ray Charles y lo acompaña un
reparto coral diverso que incluye a KERRY WASHINGTON (La Mancha Humana/La
Piel del Deseo, Contra las Cuerdas) como Delia, su amante esposa; CLIFTON
POWELL (Nunca Mueras Solo) como Jeff Brown, el primer agente y socio musical
de Ray; HARRY LENNIX (Matrix Revoluciones) como Joe Adams, quien fue su
agente en las siguientes fases de su carrera; TERRENCE DASHON HOWARD
(Carreras Clandestinas) como el guitarrista de jazz Gossie McKee; LARENZ
TATE (Why Do Fools Fall in Love) como Quincy Jones joven; RICHARD SCHIFF (la
serie de televisión The West Wing) y CURTIS ARMSTRONG (Pelotas en Juego,
Negocios Riesgosos) como los influyentes ejecutivos Jerry Wexler y Ahmet
Ertegun de Atlantic Records; BOKEEM WOODBINE (Detonator) como el saxofonista
David “Fathead” Newman; AUNJANUE ELLIS (Garden State, Hombres de Honor) como
Mary Ann Fisher, una de las vocalistas del coro de Ray; la debutante SHARON
WARREN como Aretha Robinson, la trabajadora y dedicada madre de Ray y REGINA
KING (La Nueva Cenicienta, Legalmente Rubia 1 y 2, Jerry Maguire-Amor y
Desafío, Enemigo Público) como Margie Hendricks, la amante de Ray y
vocalista del coro. Ray es producida por TAYLOR HACKFORD, STUART BENJAMIN,
HOWARD BALDWIN y KAREN BALDWIN (Muerte Súbita). La historia es por TAYLOR
HACKFORD y JAMES L. WHITE, con un libreto por JAMES L. WHITE. La cinta es
dirigida por TAYLOR HACKFORD. Ray es una presentación de Películas Universal
que United International Pictures distribuye internacionalmente.
Para llevar la intensidad de la vida de Ray Charles a la pantalla, Taylor
Hackford también reunió un experimentado equipo detrás-de-las-cámaras que
incluye al director de fotografía PAWEL EDELMAN (nominado al Oscar por El
Pianista), el diseñador de la producción STEPHEN ALTMAN (nominado al Oscar
por Muerte a la Medianoche/Gosford Park), el editor fílmico PAUL HIRSH
(Lucha de Tentaciones, premiado con el Oscar por La Guerra de las
Galaxias), el compositor CRAIG ARMSTRONG (Realmente Amor, El Americano,
ganador del Globo de Oro por Amor en Rojo/Moulin Rouge!), el supervisor
musical CURT SOBEL (El Informante, Donnie Brasco, Prueba de Vida) y la
diseñadora del vestuario SHAREN DAVIS (El Triunfo del Espíritu/Antwone
Fisher, A Contrareloj). Los productores ejecutivos son WILLIAM J. IMMERMAN y
JAIME RUCKER KING; los co-productores son RAY CHARLES ROBINSON, JR., ALISE
BENJAMIN y NICK MORTON.
Conociendo a Ray: Una Introducción a la Vida del Hombre
Para muchas personas, el nacimiento de la música ‘soul’ estadounidense se
puede rastrear al año 1954 y el incendiario disco sencillo de Atlantic
Records, ‘I’ve Got a Woman,’ interpretado por un joven y nuevo artista
llamado Ray Charles. Mezclando el ‘blues’ con la música evangélica de formas
hasta ahora prohibidas y logrando mezclar misteriosamente lo sexual y
espiritual, tierno y rudo, apasionado y ligero en un sonido inolvidable con
mucho corazón, la canción estremeció literalmente al mundo. Fue el
catalizador que prendió la antorcha en numerosos músicos jóvenes que nunca
habían escuchado algo igual y fue la chispa que ayudó a encender un período
creativamente explosivo en la cultura norteamericana que llevó a la
revolución del rock ‘n’ roll y más allá... además de comenzar la carrera de
50 años de Ray Charles.
Pero tan asombroso como el sonido, fue el hombre que lo creó. El recién
fallecido genio musical Ray Charles ha sido llamado “El Genio del Soul” --
¿Pero y que del alma del genio? A pesar de que muchos conocen y aman la
música de Ray Charles – que incluye y re-crea casi todos los estilos de
música estadounidense desde el jazz hasta el country – muy pocos conocen la
historia real detrás de su lucha hasta obtener el triunfo artístico.
Ray Charles no sólo fue un brillante intérprete del piano, un astuto hombre
de negocios que tomó control de su carrera y un pionero musical que fraguó
un camino para los que vinieron después... también fue un hombre en busca de
su redención. La misma tragedia infantil que inspiró a Ray Charles a crear
con tanta avidez también acechó cada una de sus acciones hasta que
finalmente logró enfrentarse a su pasado.
“La vida de Ray Charles tuvo una evolución fantástica,” dice el director
Taylor Hackford. “En esta película quise presentar lo complejo de su
genialidad con todos sus defectos. Ray tuvo mucho valor y brillo pero su
vida también tuvo tragedias horribles y demonios elusivos. Con Ray hemos
tratado de mostrar la evolución de un artista durante un increíble período
de cambios culturales. Espero que el público vea mediante esta cinta que Ray
Charles es mucho más que un músico del pasado. Él influyó y comenzó una
revolución cultural y vibrante en Estados Unidos que todavía continúa hoy en
día.”
En una entrevista unos meses antes de su muerte, Ray Charles dijo sobre la
película: “Puedo ver que Taylor se preparó muy bien. Ha logrado captar la
esencia de lo que ha sido mi vida. Quiero que el público comprenda los
problemas que tuve cuando era niño hasta que mi carrera despegó y todas las
cosas diferentes que me sucedieron a través de los años. Me han pasado cosas
maravillosas pero también algunas muy dramáticas. Quisiera que los
espectadores comprendieran que uno se puede recuperar de la adversidad en la
vida si continúa luchando – si sabe dónde quiere ir. En otras palabras, uno
no se rinde porque lo hayan tumbado unas cuantas veces.”
Ray Charles fue un hombre de contradicciones, una mezcla dicotómica de
astucia citadina y simplicidad campestre, de sinceridad y seducción, de
gritos y suspiros. Nunca le gustaron las clasificaciones ni las barreras de
cualquier tipo, así que sus canciones transcendieron géneros, explorando las
raíces de la música estadounidense y borrando las separaciones entre el
jazz, el rock y el blues, el country y la música evangélica para crear algo
original, exuberante y conmovedor. Se ha dicho que podía con gran facilidad
hacer bailar o romper el corazón, evocar la dicha y la desolación y algunas
veces ambas en la misma canción. Para Ray Charles, la vida misma era así...
llena de dolor, problemas y tristezas, lo mismo que de alegría, belleza y
salvación.
Ray Charles Robinson nació en la más aplastante pobreza el 23 de septiembre
de 1930 en Albany, Georgia y se enamoró de la música desde la primera
infancia. Estuvo en contacto con los himnos en su iglesia bautista y los
improvisados ‘blues’ de los músicos de la localidad. Antes de los cinco
años, ya estaba aprendiendo piano. Entonces, una serie de sucesos trágicos
cambió el curso de su vida. Primero, Ray presenció la muerte de su hermano
George al ahogarse en un accidente por el cual Ray se culpó toda la vida.
Poco después, una combinación de glaucoma y el trauma de ver a su hermano
morir, le hicieron perder progresivamente la visión. A los 7 años estaba
completamente ciego y debido a la insistencia de su devota madre, aprendió a
navegar en el mundo basado en su agudo sentido de la audición y su
fascinación con los sonidos. Nunca usó un bastón, un perro u otro utensilio
que asociara con dependencia. En cambio, con sus oídos, Ray encontró una
forma muy personal de vivir la vida como un ciego. Durante todo ese tiempo,
la música lo ayudó a continuar. Mucho después, Charles escribió en su libro
Brother Ray: “Nací con la música dentro de mí, esa es la única explicación
que tengo.”
Con la esperanza de darle un mejor futuro a Ray, su madre lo envió a la
escuela estatal para los ciegos en St. Augustine a 160 millas de distancia
del hogar, donde Ray aprendió a leer música en Braille, estudió varios
instrumentos y se empapó en la música evangélica, el jazz, swing, blues y
country. Trágicamente, la madre de Ray murió mientras él todavía estudiaba
en la escuela para ciegos y él se quedó solo en el mundo. Motivado por el
frecuente deseo de su madre que se convirtiera en un hombre independiente,
el adolescente Ray no perdió tiempo. Comenzó a trabajar en clubes pequeños,
salones de baile y bares a través del Norte de Florida. Hasta tocó con una
banda de música country & western, The Florida Playboys. La vida no era
fácil para un adolescente ciego inexperimentado en este mundo agresivo, pero
Ray creció rápidamente.
En marzo de 1948, a los 17 años de edad, Ray atravesó el país en un bus
Greyhound para trabajar en el circuito de Seattle como pianista y cantante
siguiendo la tradición de Nat King Cole y Charles Brown. Muy pronto tuvo
suficiente éxito en Seattle para obtener un contrato para grabar discos con
Jack Lauderdale y su compañía Swingtime Records.
Ray grabó su primer disco sencillo para Swingtime Records en 1949.
Lauderdale poco después lo mandó en una gira con el guitarrista Lowell
Fulson – pero él todavía era básicamente un músico anónimo en busca de su
propio estilo original. Y fue una vida solitaria para Charles. A pesar de
que fue reconocido como un músico de talento por la banda Fulson, pasó
muchas horas solo en su hotel durante la gira. Fue durante este período de
experimentación que Ray descubrió algo más: la heroína.
Pero su gran oportunidad se presentó a principio de la década de los 50
cuando Ray firmó un contrato con Atlantic Records, reclutado por los
ejecutivos musicales independientes Ahmet Ertegun y Jerry Wexler, quienes
buscaban nuevos talentos. Fueron Ertegun y Wexler quienes lo enviaron de
gira con la legendaria “Miss Rhythm,” Ruth Brown. Poco después, Ray comenzó
a pensar en algo considerado muy controversial: mezclar la pasión
eclesiástica de la música evangélica con el blues, la música del diablo. El
resultado fue electrizante – y tan controversial que sus primeros éxitos
fueron prohibidos en muchas estaciones de radio.
Controversia o no, el poder de su arte fue innegable – sólo escuchar a Ray
Charles estimulaba las almas del público y le ganó un ejército de
admiradores. A pesar de que era una época en que la frase “discos de raza”
se utilizaba para referirse a los álbumes por africano-norteamericanos, la
música de Ray atrajo a un sector tanto de blancos como de negros. En su
propio libro escrito en 1993, Wexler dijo de Ray Charles: “Las composiciones
e interpretaciones de Ray no encajaban en una sola categoría y él
simplemente tocaba lo que sentía.”
Ahora conocido simplemente como Ray Charles (eliminó su apellido, Robinson,
para evitar confusión con el popular boxeador Sugar Ray Robinson), estrenó
la canción pionera “I’ve Got a Woman” en 1956, con su letra de soul típico
mezclada con un ritmo espiritual. A continuación siguió un número de
inolvidables y populares canciones, incluyendo “What’d I Say,” “Drown in My
Own Tears,” “Unchain My Heart” y “Hit the Road Jack.” Con sólo veintitantos
años de edad, los conocedores del mundo de la música ya habían comenzado a
describir a Ray Charles con una palabra poco usada: “genio.”
En 1959, Ray cambió de sello, a pesar de su cariño hacia Ertegun y Wexler
(es más, regresó a Atlantic muchos años después). Él firmó contrato con ABC-Paramount
atraído por un irresistible contrato que le permitía ser dueño de sus
propias grabaciones. Este trato único le dio a Ray el tipo de control
financiero que ningún artista había disfrutado hasta esa época. Para el
terror de su nuevo sello, Ray Charles cambió su estilo en 180 grados,
explorando la música country & western. Sin embargo, en vez de alejar a su
público, aumentó el número de sus admiradores con melodías clásicas como
“Georgia on My Mind,” “I Can’t Stop Loving You,” “Born to Lose” y “Busted.”
Cuando parecía que había llegado al pináculo de su carrera, Ray Charles se
elevó más aún. En 1966, Thomas Thompson escribió para la Revista Life: “¿El
mejor cantante de blues? Por supuesto, pero no se detengan allí. Él es
también un intérprete sin paralelo de jazz, música evangélica y country &
western. Ha extraído algo de cada una de esas corrientes musicales y ha
creado un río en el que sólo él puede navegar.”
Fue también durante los 1960s que Ray se convirtió en activista a favor de
los Derechos Civiles. Durante sus giras en los 1950s había aprendido a
ignorar la presencia de la segregación y el trato injusto de los artistas y
los espectadores africano-estadounidenses. Pero ahora se convertiría en el
primero artista que rehusó tocar en clubes segregados, una medida que le
costó a Ray una suma substancial de dinero y que le ganó que el estado de
Georgia lo prohibiera “por vida.” (En 1977, el estado de Georgia le pidió
una disculpa formal a Ray Charles, los legisladores del estado lo honraron y
declararon “Georgia on My Mind” la canción oficial del estado.)
Sin embargo, los 1960s también cambiaron la caótica vida durante sus giras.
Su matrimonio se había debilitado por sus constantes infidelidades.
Entonces, en 1965, fue detenido por posesión de heroína al volar de Montreal
al Aeropuerto Logan en Boston. Reconociendo que su adicción amenazaba su
carrera y la música que tanto quería, Ray decidió dejar él hábito de dos
décadas de duración y se hospitalizó en un centro de rehabilitación. No
importa que fuerte era la adicción a la heroína, el deseo de Ray de
continuar trabajando en su música fue más poderoso. Nunca volvió a usar la
heroína.
Luego de dominar su adicción y enfrentarse a sus peores demonios, Ray
Charles regresó a su carrera. Continuó sus giras, presentándose en más de
200 conciertos al año hasta que su enfermedad hepática finalmente le hizo
disminuir su tren de trabajo el año pasado. En los 1970s estrenó una de sus
interpretaciones clásicas más duraderas: una emocionante versión de “America
the Beautiful,” que le dio al himno una inyección de pasión y sacrificio que
parecieron hacer la canción más poderosa que nunca.
A lo largo de su carrera, Ray Charles ganó 12 premios Grammy, lo mismo que
el premio Grammy por los Logros Logrados en su Carrera en 1988. Colocó 76
discos sencillos entre los más vendidos y grabó más de 75 álbumes. Recibió
el premio Kennedy Center Honors, la Medalla Nacional de las Artes y fue
incluido en la Sala de la Fama del Rock and Roll, la Sala de la Fama de los
Blues y la Sala de la Fama de los NAACP Image Awards. Nunca olvidó sus
raíces ni los obstáculos que venció en su triunfante carrera y ayudó a
recaudar más de $20 millones para instituciones de caridad, educación y las
artes. Sobretodo, su influencia se puede escuchar cada vez que una canción
se transmite en la radio, ya que su genio musical se transmitió a
generaciones de artistas del rock, soul, jazz, country y la música
evangélica.
Ray Charles murió el 10 de junio de 2004 a la edad de 73 años.
Revelando a Ray: Una Odisea de 15 Años
Como la gran mayoría, el director Taylor Hackford inicialmente conoció a Ray
Charles a través de la emoción de su música. En los 1950s, Hackford recuerda
haber escuchado “I’ve Got aWoman” por primera vez e inmediatamente quedar
prendado de su estilo. “Desde la primera vez que escuché cantar a Ray
Charles, supe que había dentro de él un fuego extraordinario,” dice
Hackford, “y desde entonces me convertí en un admirador.”
A medida que Hackford vio a Ray Charles evolucionar y convertirse en una de
las voces musicales más importantes de Estados Unidos, también presenció
como la cultura alrededor de Ray cambió y explotó. “Fue claro que Ray y su
música eran realmente pioneros y que tenían un efecto tremendo en la
sociedad estadounidense. Muchos artistas fueron influenciados por Ray
Charles: desde Elvis Presley, a BB King, a Stevie Wonder, a los Rolling
Stones, hasta artistas nuevos como Outkast, Alicia Keys, Norah Jones y
Justin Timberlake. Su lugar en el panteón de la cultura es monumental,”
observa Hackford.
Décadas después, en los 1980s, Hackford se convirtió no sólo en un director
de prestigio de cintas tales como Reto al Destino, sino también en un
realizador con una pasión única por la historia de la música estadounidense.
Comenzó su carrera con la película musical Fabricante de Ídolos y luego
dirigió el aclamado documental Chuck Berry Hail! Hail! Rock ‘n’ Roll y
produjo la cinta sobre Ritchie Valens, La Bamba, la cual se convirtió en una
de las primeras biografías populares de una leyenda de la época del rock.
Ahora, Hackford quería hacer una realización sobre el hombre cuya carrera le
había servido de inspiración durante tantos años. No era sólo la música de
Ray Charles lo que emocionó a Hackford. Fue también conocer la historia de
cómo salió de la pobreza y llegó a triunfar – una historia llena de
tragedia, adversidad, prejuicio y adicción, lo mismo que de genialidad,
amor, belleza y finalmente, la decisión y el valor para sobrevivir. Hackford
y Stuart Benjamin,
su socio productor de siempre, vieron su vida como un relato muy
norteamericano.
“Para comprender a Ray Charles,” dice Hackford, “es importante la música
pero hay mucho más. Cuando escuché las historias de su vida por primera vez,
pensé, ‘Dios mío, no tenía idea.’ No sabía cómo creció, cómo se quedó ciego,
cómo viajó en un bus desde Florida a Seattle, cómo aprendió a ser
independiente a pesar de ser ciego, cómo fue discriminado y se hizo adicto a
las drogas – y sin embargo, se convirtió en un artista incomparable, un
astuto hombre de negocios y un icono estadounidense. Esta es una historia
que merecía ser contada.”
“Habíamos producido La Bamba, la historia de Ritchie Valens, un chico latino
que salió de la nada y llegó al estrellato, aunque sólo brevemente,” comenta
Benjamin. “La historia de Ray transciende los períodos y generaciones
musicales – es una historia de triunfo. Finalmente, lo que logró que se
hiciera fue nuestra profunda creencia en el proyecto. Todos los elementos se
unieron en el momento preciso en el tiempo exacto.”
Hackford se reunió inicialmente con Charles en 1987 mientras tratada de
adquirir los derechos para la historia de su vida; su relación de trabajo
durante los siguientes 15 años dejó una impresión imborrable en el cineasta.
“Era un hombre muy gentil pero también muy fuerte,” recuerda el director.
“Era una de las personas más inteligentes que he conocido pero también era
muy cándido. Por supuesto, no era una persona fácil pero nadie que ha
logrado tanto lo es. Ray tenía la confianza en sí mismo que sólo tienen los
hombres que se han hecho solos. También era un perfeccionista que exigía
concentración y dedicación total de los demás. Era imposible no sentirse
inspirado por él.”
Después de su primera reunión, los realizadores y Charles desarrollaron un
lazo de confianza y poco después Hackford y Benjamin pudieron adquirir los
derechos a la vida del músico. Sin embargo, para su sorpresa, Hackford y
Benjamin pasarían más de una década tratando de interesar a Hollywood.
“Stuart verdaderamente mantuvo vivo el proyecto,” dice Hackford. “Fue tenaz
y no se dio por vencido. Siempre creímos que esta cinta le gustaría a los
espectadores y que sólo era cuestión de tiempo. Fue con gran tristeza que
vimos la muerte de Ray antes que la película se estrenara.”
Basado en
entrevistas personales intimas e intensas con Charles sobre temas que iban
desde lo que se siente al ser ciego hasta su compleja relación con su madre
fallecida y el hermano que vio morir ahogado a los 5-años-de-edad, Hackford
escribió la historia para la realización a finales de los 1980s. Stuart
Benjamin y él también utilizaron su amistad con numerosas personalidades del
mundo de la música – incluyendo colaboradores de Ray Charles tan famosos
como Ahmet Ertegun y Quincy Jones – para obtener datos de primera mano del
hombre de sus amigos y familiares.
“Era importante para nosotros y también para Ray que lo mostráramos como
era, con sus fallas y todo,” dice Benjamin. “Ray Charles tuvo sus vicios
pero parte de lo que hace su historia impactante es que se sobrepuso a ellos
cuando comprendió que amenazaban lo que más quería en la vida.”
Durante todo el proceso, Ray Charles cooperó plenamente, insistiendo que los
realizadores no ocultaran los episodios tenebrosos de su realidad. “Ray nos
dijo, ‘Pueden relatar lo que quieran y mostrarme como deseen pero tienen que
decir la verdad porque si no lo hacen no estaría bien,” explica Hackford.
Otro contribuidor clave al proyecto fue Ray Charles Robinson, Jr., el hijo
de Charles, que se convirtió en uno de los co-productores de la cinta. “A
través de todos los años y todos los intentos de realizar la película, Ray
Jr. nos apoyó y no dejó que ni nosotros, ni su padre nos decepcionáramos. Él
tiene un amor y respeto increíbles por su padre,” dice Benjamin, “y también
comprende su importancia, no sólo en el mundo musical, sino en el mundo en
general.”
También ayudaron Philip Anschutz, Howard Baldwin y Karen Baldwin, cuya
compañía (donde Benjamin fue vicepresidente ejecutivo) desarrolló el
proyecto.
A medida que el proyecto progresaba, Hackford y Benjamin trajeron al
guionista James L. White, quien debuta en cine con Ray, a escribir el
libreto. “Jimmy tiene muchas cosas en común con la historia de Ray,” explica
Hackford. “Es del Sur, es africano-americano y ha pasado por momentos duros
en su vida. Tomó lo que yo había comenzado y construyó sobre ello, dándole
emoción y autenticidad.”
White se reunió muchas veces con Ray Charles y pasó muchas horas con los
amigos más cercanos de Ray y con miembros de su familia, incluyendo su
ex–esposa y confidente, Della. “Comencé a comprender que estaba construyendo
una serie de historias de amor,” dice White. “Del amor de Ray por su hermano
que se ahogó, del amor por su madre que le sirvió de inspiración, de su amor
por Della y, sobretodo, de su amor por la música,” dice White.
Hackford quiso experimentar con la música de Ray como un elemento narrativo
clave, así que colocó estratégicamente docenas de las canciones más
evocativas de Charles a lo largo del guión de White – no sólo para crear
ritmo y dar ambientación sino también para ilustrar el estado de mente
emocional de Ray cuando las creó.
Cuando el libreto estuvo listo, los realizadores lo tradujeron a Braille y
lo entregaron a Charles – entonces esperaron nerviosamente la respuesta del
famoso perfeccionista. “Hizo sólo dos cambios,” recuerda Hackford, “y ambos
de hechos, ninguno sobre los aspectos más controversiales de su
personalidad. Él era difícil y exigente pero lo que nos exigió no fue más de
lo que siempre se exigió a sí mismo. ¿Qué más podíamos pedir?”
Ser Ray: La Selección de Jamie Foxx
Ahora los realizadores se enfrentaron a una difícil interrogante: ¿Dónde
iban a encontrar a un actor capaz de interpretar un personaje tan reconocido
y único como Ray Charles? Hackford y Benjamin decidieron arriesgarse con
Jamie Foxx, mejor conocido como comediante y estrella de televisión pero
también un actor que los impresionó con sus actuaciones en la cinta de
Oliver Stone Un Domingo Cualquiera y la realización de Michael Mann Ali.
Foxx, lo mismo que Charles, comenzó a tocar piano a los tres-años-de-edad.
El actor dirigió la banda en su iglesia evangélica en Texas en su juventud y
estudió en la universidad con una beca de piano.
Foxx y Ray Charles se conocieron – con dos pianos, uno junto al otro,
mientras los realizadores sudaban nerviosamente. “Jamie llegó e
inmediatamente comenzó a tocar el piano y Ray escuchó que por lo menos podía
tocar,” recuerda Hackford. “Comenzaron a tocar y Jamie tocó un poco de funk
y música evangélica pero entonces Ray comenzó a tocar jazz, algo de
Thelonious Monk. Jamie no agarraba el ritmo y Ray le dijo, ‘Está debajo de
tus dedos.’ Cuando Jamie finalmente logró tocar, Ray, quien había sido muy
exigente, dijo, ‘Este es el tipo. Él puede hacerlo.’”
“Ray le dio su bendición y vimos como Jamie resplandecía de orgullo,”
continúa Hackford. “En cierta forma, obtuvo el papel directamente de Ray
Charles.”
Foxx sabía poco sobre Ray Charles que no fuera su música antes de obtener el
rol pero comenzó a leer todo lo que pudo sobre su vida, adoptó
paulatinamente muchos de sus rasgos, desde el corte de cabello hasta sus
ademanes. El actor estudió música soul, jazz y blues; tomó clases en el
Instituto Braille y pasó semanas durante los ensayos y la producción
caminando con los ojos vendados 12 horas al día para comprender mejor lo que
significa ser ciego.
Muchos en el foro quedaron asombrados con lo espontáneo y natural de la
interpretación de Charles que hizo Foxx. Pero imitar nunca fue la idea. “La
palabra clave fue matizar porque nunca quise únicamente imitarlo,” dice Foxx.
“Quise capturar algo de su espíritu, eso es todo. Hay ciertos detalles que
traté de captar – su musicalidad, su calor humano, su sentido de balance, su
postura – hasta que el aspecto físico de las cosas quedó en su lugar.”
Para profundizar más aún en el alma de Ray Charles, Foxx tomó en
consideración los extremos en su vida emotiva. Foxx dice que la niñez de
Charles fue “una maldición bendita,” un período de intenso sufrimiento que
sin embargo marcó su desarrollo como un artista sumamente liberal. “En
cierto grado, pienso que lo que le sucedió a Ray como niño, moldeó quien
llegó a ser,” dice Foxx, “pero fue un precio alto que pagar. Sin embargo, lo
que es tan asombroso sobre él es que nunca se rindió. En cambio, él dijo,
‘No quiero ser pobre, negro y ciego, así que tomaré control y cambiaré mi
vida.’ Sus decisiones siempre fueron claras, no hubo dudas porque no tenía
tiempo que perder.”
Foxx quedó asombrado con la energía que Charles necesitó para triunfar en un
mundo con obstáculos de todo tipo – ya sea basados en su raza, su ceguera o
su condición de músico de fondo. “Lo que más me asombra es su habilidad para
los negocios,” dice Foxx. “Ser ciego y tener que confiar en los demás hasta
cierto grado en cuestiones de dinero y contratos y sin embargo, controlar su
carrera en una era en que nadie lo hacía. Llegué a comprender que Ray tenía
cierto tipo de energía y carisma que inspiraba a los demás a serle leales.”
A Foxx también lo emocionó la historia de amor detrás de la época temprana
de la carrera de Ray Charles con Della, su devota esposa, quien lo ayudó en
sus horas más tenebrosas – a pesar de su famosa disposición de seducir a las
mujeres que conocía en sus giras – y que lo empujó a confrontar su talento y
los demonios que lo perseguían. “Sé que Della verdaderamente quiso a Ray y
viceversa. Desde muy temprano, ella pensó, ‘Voy a amar a este hombre a pesar
de lo que haga,’ y lo hizo. Era una mujer muy fuerte y mantuvo todo unido en
su vida, y en cierta manera, pienso que le permitió a Ray ser el artista que
fue,” dice Foxx. “”Ella fue la fuerza que mantuvo su vida unida. Y a pesar
de todo lo que él hizo, estoy seguro que en el fondo Ray sabía que ella era
una mujer estupenda.”
Mientras más reflexionaba sobre el talento y la realidad de Ray, más Foxx
comprendió por qué Charles tomó parte en tantas actividades ilícitas. “Él
vivió en un mundo muy impredecible y sólo podía contar con unas cuantas
cosas,” explica Foxx. “Su música, el sexo y la heroína. Sabía que le
traerían satisfacción hasta que vio que estaba lastimando a las personas que
amaba.”
A pesar de los retos de interpretar las muchas facetas de Ray Charles, Foxx
disfrutó enormemente tratar de llegar al fondo de la energía enorme en la
vida de Charles. “Escuchar todas esas canciones maravillosas,” dice Foxx.
“Veo el legado de Ray y comprendo que él era muy necesario... necesario por
toda la música que ayudó a crear, por la inspiración que trajo, por el
momento que escribió en la historia. Dejó una verdadera huella y fue
excitante haberlo conocido.”
Ray Charles estaba contento con la interpretación de Foxx. En una entrevista
antes de su muerte, dijo: “Varias personas han visto su actuación y me han
dicho, ‘Ray, este tipo es increíble. Hace todo exactamente como tú. Hasta la
forma de caminar.’ Basado en mi experiencia personal con él, puedo decir que
es un actor fenomenal y un hombre fuera de serie.”
Amando a Ray: Las Mujeres
Dicen que la única ocasión en que Ray Charles se comportaba como un ciego
era cuando estaba con una mujer bonita. Su habilidad para la seducción y los
idilios románticos es legendaria; sin embargo, esas mujeres también jugaron
papeles importantes en dar forma al hombre que él era y el hombre que sería.
Cuatro de esas mujeres están en el centro de Ray: Della Bea Robinson, la
devota esposa de Ray, interpretada por Kerry Washington; Margie Hendricks,
la feroz vocalista de las Raelettes (así llamadas porque se decía que para
ser una había que acostarse con Ray), interpretada por Regina King; Mary Ann
Fisher, interpretada por Aunjanue Ellis, la cantante de Kentucky también
conocida como “La Reina del Blues” antes y después de ir de gira con Charles
durante la década de los 1950s y Aretha, la querida madre de Ray, un papel
interpretado por Sharon Warren en su debut en cine.
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