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Sinopsis
Persépolis es la intensa y conmovedora historia de una niña iraní
durante la Revolución Islámica. A través de los ojos de la precoz y
desinhibida Marjane, de nueve años de edad, vemos frustrarse las
esperanzas de su gente mientras los fundamentalistas acaparan el poder –
forzando a las mujeres a cubrirse el rostro con un velo y aprisionando a
miles de personas. Astuta y valiente, la pequeña consigue burlar a los
“guardianes sociales” y descubre el punk, ABBA y Iron Maiden. Sin
embargo, tras la insensata ejecución de su tío y mientras las bombas
caen sobre Teherán durante la guerra contra Irak, el miedo cotidiano que
se infiltra en el quehacer cotidiano se torna papable.
Conforme crece, la osadía de Marjene provoca que sus padres comiencen a
preocuparse por su seguridad. Y así, cuando cumple catorce años,
aquéllos toman la difícil decisión de enviarla a una escuela en Austria.
Sola y vulnerable en tierra extraña, la joven debe hacer frente a los
problemas típicos de la adolescencia. Además, Marjane debe oponerse a
ser equiparada con el fundamentalismo religioso y el extremismo por los
cuales se vio obligada a escapar de su país en primer lugar. Con el
tiempo es aceptada e incluso tiene experimenta el amor, pero al
finalizar la preparatoria descubre que su soledad le hace sentir una
terrible nostalgia por su hogar.
A pesar de que esto significa tener que ponerse el velo y vivir en una
sociedad tiránica, Marjane decide regresar a Irán para estar con su
familia. Tras un dificultoso periodo de adaptación, ella entra a la
escuela de arte y se casa, sin cesar de hablar contra la hipocresía que
atestigua todos los días. A los veinticuatro, se da cuenta de que aunque
ella es profundamente iraní, sencillamente le es imposible vivir en
Irán. Entonces toma la dolorosa decisión de marcharse a Francia,
optimista ante el futuro, indeleblemente moldeada por su pasado.
Las novelas gráficas de Marjane Satrapi, Persepolis: the Story of a
Childhood (Pantheon, 2003, versión inglesa) y Persepolis 2: the Story of
a Return (Pantheon, 2004, versión inglesa) fueron aclamadas en Francia,
lugar al que ahora ella considera su hogar, e incluso alrededor del
mundo. Esta vez, ella co-dirige, junto a Vincent Paronnaud, la película
animada basada en sus memorias.
El título PERSÉPOLIS proviene de la capital persa fundada en el siglo VI
A.C. por Darío I, y más tarde destruida por Alejandro el Grande. Es un
recordatorio de que existe una vieja y gran civilización, asediada por
olas de invasores y sin embargo palpitando a lo largo de los milenios;
una civilización mucho más profunda y compleja de lo que permite creer
el punto de vista actual que suele definir la zona tan sólo como una
cultura unidimensional rebosante de fundamentalismo, fanatismo y
terrorismo.
“Me parece que una nación entera no debería ser juzgada por los
equívocos de unos cuantos extremistas”, dice Satrapi. “Tampoco deseo que
los iraníes que murieron en prisión por haber defendido la libertad sean
olvidados, o los que murieron en la guerra contra Irak, o que sufrieron
bajo el yugo de diversos regímenes represivos, ni los que fueron
orillados a abandonar a sus familias y escapar de la tierra natal”.
Los Realizadores hablan acerca de PERSÉPOLIS:
Los Co-escritores y Directores Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, y el
Director Artístico Marc Jousset
La creación de una novela gráfica constituye una empresa solitaria, algo
muy distinto al trabajo en equipo que requiere la realización de una
película. Durante años, Marjane Satrapi y su colega, el artista creador
de historietas Vincent Paronnaud, compartieron un estudio de diseño en
París, dibujando ocasionalmente juntos o trabajando por separado, pero
lado a lado.
“Mi colaboración con Vincent posibilitó la realización de la versión
cinematográfica de PERSÉPOLIS”, dice Satrapi. “Cuatro años antes, yo
había escrito y dibujado los libros de Persépolis, y mi impresión era
que dicho trabajo había llegado a su término. No fue sino hasta que
comencé a hablar con Vincent acerca del proyecto cinematográfico que
descubrí que no deseaba hacer una cinta sola, y que si tenía que
trabajar con alguien, esa persona no podía ser otra que Vincent. Él se
mostró sumamente entusiasmado y a mí me emocionó mucho este reto.
Nuestros países de origen son totalmente opuestos, al igual que nuestras
culturas y nuestras historias, a pesar de lo cual siempre hemos estado
sintonizados en la misma frecuencia. Trabajamos demencialmente en
PERSÉPOLIS durante tres años, pero jamás discutimos y en todo momento
nos conducimos con honestidad”.
Paronnaud, quien se dedica a la confección de atrevidas historietas bajo
el seudónimo de Winshluss, había trabajado anteriormente en dos cintas
animadas de corta duración, colaborando con otros artistas y con el
veterano de la animación Marc Jousset, director artístico de PERSÉPOLIS.
“Cuando Marjane me invitó a participar en la cinta”, dice Paronnaud, “No
pude rehusarme; yo amaba ese libro, y me encantaba su autora. Su trabajo
cuenta con un sólido y genuino poder; el contenido es tan valioso como
el diseño, y combina humor y emoción, algo realmente extraño”.
Reconstruyendo una historia desde cero
Tal y como Satrapi recuerda, “Cuando me encontraba escribiendo los
libros, tuve que hacer memoria de dieciséis años de mi vida, incluyendo
muchas cosas que en definitiva quería olvidar. Fue un proceso realmente
doloroso. Durante un tiempo rehusé dar inicio a la redacción del guión,
y jamás lo hubiese logrado sola. Lo más difícil fue el comienzo, así
como tener que distanciarme de la narración original. Tuvimos que
empezar desde cero a fin de dar con algo completamente distinto, pero
basándonos en el mismo material. Esta pieza constituye algo único e
irrepetible”.
“Durante tres meses”, dice Parannoud, “trabajamos tres o cuatro horas
por día. Ninguno de los dos sabe escribir con teclado, así que
utilizamos un lápiz con goma. Leíamos todo lo escrito, tachando,
rescribiendo, haciendo cortes, etcétera. Tuvimos que encontrar el
balance perfecto entre los momentos cruciales y los detalles
insignificantes de la vida diaria. Después de un tiempo nos olvidamos
del libro y trabajamos solamente en el guión”.
Trasladando la abstracción gráfica al movimiento cinemático
La invención de un lenguaje cinematográfico adecuado a estas memorias
supuso todo un reto. Según Satrapi, “La gente suele creer que una novela
gráfica es similar a un guión de cine. Nada más lejos de la verdad. En
una novela gráfica, la relación entre el escritor y el lector es
participativa. En el cine, la audiencia es pasiva y todo ello implica
movimiento, sonido, música, así que tanto el diseño como el contenido de
la narración son de otro orden”.
Los co-directores se inspiraron en cintas de acción en vivo que poco o
nada tienen que ver con los criterios de la animación: “De hecho,
abrevamos en las fuentes de las cintas de acción en vivo”, comenta
Paronnaud. “Había visto innumerables comedias italianas por la sencilla
razón de que mi madre las adoraba, A Marjane le agrada mucho Marnau y el
expresionismo alemán, así que eso constituyó nuestra inspiración; nos
dedicamos a juntar y mezclar todo lo que nos gusta. El libro de Marjane
versa sobre la vida en familia, y asimismo la cinta tendría como eje un
tema familiar. Los códigos habituales de la animación parecían no sernos
útiles, así que eché mano de un estilo de edición cinematográfico, con
muchos cortes abruptos. Incluso desde un punto de vista estético,
nuestras fuentes provienen de la cinemática”.
Inspiración visual para el realismo estilizado
El estilo de animación, de acuerdo con Satrapi, “Podría ser definido
como ‘realismo estilizado’, porque nuestra intención era hacer del
dibujo algo viviente, no una simple caricatura. Por tanto, a diferencia
de una caricatura, no contamos con un margen tan amplio en lo atinente
al movimiento o a las expresiones faciales”.
“Siempre me he sentido fascinada por las escuelas de cine neo-realista
de la posguerra, sobre todo por las escuelas italianas”, continúa, “así
como por el expresionismo alemán, y pronto me di cuenta de los motivos.
En la Alemania posterior a la Primera Guerra Mundial, la economía estaba
tan devastada que resultaba imposible utilizar locaciones durante una
filmación, así que todo se realizaba en un estudio creando atmósferas y
utilizando figuras geométricas verdaderamente asombrosas. En la Italia
posterior a la Segunda Guerra Mundial ocurrió lo mismo, pero al revés –
la gente solía filmar películas en la calle, con actores desconocidos,
por la sencilla razón de que no había dinero. En ambas escuelas puedes
encontrar la misma especie de esperanza en gente que soportó la guerra y
experimentó una terrible desesperanza. Yo misma soy una persona de
posguerra ya que sobreviví a los ocho años del conflicto entre Irak e
Irán. Esta cinta es una especie de combinación; del expresionismo alemán
y del neo-realismo italiano. Contiene escenas muy realistas, así como un
abordaje muy orientado al diseño, con imágenes en ocasiones rayanas en
lo abstracto”.
Cientos de personajes dibujados a mano
PERSÉPOLIS es un trabajo de animación hecho a mano. Los directores
buscaron el apoyo de un equipo de curtidos profesionales del mundo de la
animación, incluyendo a Jousset, el director artístico, pero fue Satrapi
quien desarrolló y dibujó cada uno de los personajes- unos seiscientos –
desde los personajes principales hasta la multitud de extras. “Los
dibujé a todos, sus caras, sus perfiles”, explica Satrapi. “Más
adelante, los diseñadores y los animadores los dibujaron desde todos los
ángulos y desarrollaron sus expresiones faciales y sus movimientos”.
Tal y como Marc Jousset explica, “Sin duda, una técnica de animación
tradicional era lo único que podía ajustarse a las ideas
cinematográficas de Marjane y Vincent. También parecía lógico que
Marjane trabajara con los animadores utilizando las herramientas de su
oficio, el papel y la tinta”.
“La utilización exclusiva de blanco y negro en una película animada”,
continúa Jousset, “requiere de una fuerte dosis de disciplina. Desde una
perspectiva técnica, no hay espacio para el error. Un ojo desviado o una
pupila fuera de lugar quedan expuestos inmediatamente en la pantalla
grande. Es algo aún más obvio en cintas de esta clase ya que no se trata
de una caricatura cualquiera con sus códigos, convenciones y
distorsiones. Tuvimos que desarrollar un estilo particular, realista y
maduro. Sin exageraciones, sin trucos, sin desatinos. En esta cinta
trabajaron veinte animadores junto al director Christian Desmares.
“Marjane emplea un método de trabajo poco ortodoxo. Cada secuencia
(1,200 tomas) era entregada al animador. Marjane insistió en que se le
filmara actuando en todas y cada una de las escenas. Dado que es una
actriz estupenda, el despliegue de sus talentos constituyó una tremenda
fuente de información para los animadores, proporcionándoles una
abordaje muy atinado para su trabajo. Asimismo se sintieron realmente
incentivados gracias al compromiso y a la pasión de la autora. Por lo
general, en las cintas animadas, los directores raramente se implican
tan profundamente en el trabajo cotidiano”.
En resumen, la película utilizó 80,000 dibujos para unas 130,000
imágenes.
Lo Personal y lo Político
Satrapi describe la sensación tan surrealista consistente en mirara al
interior de un kaleidoscopio compuesto de espejos: “Ya podrás imaginarte
cómo me sentí cuando vi mi cara reflejada por todos lados, grande,
mediana, pequeña, como si fuese una niña, una adolescente, un adulto, de
frente, de perfil, por detrás, riendo, llorando, vomitando - ¡fue
insoportable! Me tuve que decir una y otra vez, ‘No es más que un
personaje’. Lo mismo ocurrió con el resto de los personajes debido a que
sus historias son reales. Mi abuela, claro está, existió, vivió y murió,
lo mismo que mi tío. No me permití ninguna clase de desbordamiento
emocional porque todo absolutamente su hubiera vuelto intolerable para
el resto del equipo. De haberme visto con los ojos anegados, no les
hubiese sido posible continuar con su trabajo”.
Según Paronnaud, “Entrometerse en el trabajo de alguien más es realmente
difícil, pero en esta caso se trataba de la vida de una persona. De una
persona que suele tomar asiento frente a mí, que conozco y adoro. Pude
notar que el asunto comenzaba a afectar a Marjane, así que fui cuidadoso
en extremo, pero ella nos estimuló poderosamente a todos”.
PERSÉPOLIS constituye una apasionada declaración en términos tanto
personales como políticos. “Marjane libra perpetuamente una batalla”,
dice Parannoud. “Así que, naturalmente, quería transformar parte de su
conflicto en una película. Pero ella suele ser muy exigente, y sus
propósitos rebosan honestidad intelectual. Ella espera que la gente
aprenda a mirar a su país desde una óptica ajena a lo que dicen los
periódicos o a lo que transmite la televisión. Más aún, ella desea
enfatizar el sentido del exilio, así como lo que para una jovencita
significa vivir en el corazón de ciertos eventos históricos que
sencillamente no puede comprender”.
Para Marjane Satrapi, “Ésta es una cinta acerca del amor que siento por
mi familia. Sin embargo, si las audiencias occidentales aprenden a ver a
los iraníes como seres humanos y no como nociones abstractas del tipo
“fundamentalistas islámicos”, “terroristas” o “el Eje del Mal”, entonces
sentiré que he cumplido con mi misión. No hay que olvidar que las
primeras víctimas del fundamentalismo son los iraníes mismos”.
Tres Generaciones de Actrices Hablan Acerca de PERSÉPOLIS: Chiara
Mastroianni, Catherine Denueve y Danielle Darrieux
PERSÉPOLIS es una cinta acerca de la familia, por lo que resulta muy
adecuado que sus tres actrices principales sean algo así como una
dinastía familiar del glamour francés cinematográfico. Chiara
Mastroianni, cuya voz da vida a una Marjane Satrapi que pasa dela
adolescencia a la etapa adulta, es la hija de Catherine Deneuve, quien
desempeña el papel de la madre de Satrapi. Danielle Darrieux, en la
cinta la abuela de Marjane, ha interpretado el papel de madre de Deneuve
tantas veces (de manera reciente en 8 Women, de Francois Ozon) que uno
podría creer que entre ellas existe un vínculo familiar auténtico.
“Las tres nos hemos encargado de construir una especie de mitología
cinematográfica, transmitida a través de las generaciones”, ríe Darrieux.
Mastroianni tiene algo que decir acerca de su abuela cinematográfica:
“Es una actriz capaz de cortarte el aliento. Entiendo muy bien por qué
Marjane quería trabajar con ella. Existe una clara conexión entre ellas.
Danielle y Marjane poseen la misma sólida sensación de propiedad y
auto-ironía. Sus ojos tienen un cierto brillo, y su manera de abordar a
otras personas suele ser a la vez inquisitiva y positiva”.
Las tres actrices conocieron a Marjane Satrapi a través de los libros de
Persepolis. Tal y como Deneuve sostiene, “La manera como Marjane utiliza
sus visuales en blanco y negro es totalmente surrealista y realista al
mismo tiempo. Me gusta su espíritu. Me gusta su libertad. Me gusta su
historia; una historia que cuenta con anhelo, con humor y auto-ironía.
Cuando me pidió que encarnara la voz de su madre para la cinta, no lo
pensé ni un instante porque se trataba de ella y porque desde hacía
tiempo quería hacer las voces para una película animada”.
Satrapi y Paronnaud decidieron grabar las voces de los actores
principales antes de comenzar a dibujar, a fin de que las imágenes de la
cinta calzaran con sus voces y emociones. Sin un soporte visual, Satrapi
entabló lecturas del guión con cada uno de los actores. Deneuve recuerda
que “El guión de Marjane era magnífico. No sólo era fiel a los libros
sino que asimismo ostentaba un estilo narrativo auténticamente
cinematográfico. Nos veíamos en el estudio, y ella actuaba y dirigía
colocándose frente a mí. Siempre estuvo ahí, atenta al menor detalle. A
pesar de ser muy específica, Marjane me concedió una libertad muy amplia
durante las escenas”.
Darrieux disfrutó también de una gran libertad durante las grabaciones
en el estudio. “No me gusta ensayar; por lo general, me dejo llevar por
el instinto, así que con Marjane pude disfrutar todo a tope. Marjane
sabía lo que quería, y yo hice todo lo que me pidió, y el tiempo pasó
volando. Más adelante, Marjane y sus productores me mostraron un pequeño
fragmento de la cinta. Cuando vi la cara de la abuela y escuché mi voz
sentí algo muy extraño. Sin embargo, me sorprendió que todo encajara tan
perfectamente”.
Sin duda muy satisfecha con su personaje, Darrieux comenta que “La
abuela es un personaje muy desinhibido y temerario. Es honesta, y
políticamente incorrecta. Me encanta hablar sin recato, con groserías,
¡me sentí muy cómoda desempeñando este papel! Lo que más me conmovió fue
la generosidad y ternura con que Marjane describió al personaje. Es
obvio que su abuela supone una figura muy importante en su vida”.
Chiara Mastroianni hizo frente al desafío consistente en interpretar a
Satrapi misma. “Ella era muy buena para aliviar la tensión y la
vergüenza que naturalmente sientes cuando interpretas a la persona que
tienes frente a ti. Su actitud me inspiró mucho. Cuando abordábamos
zonas particularmente oscuras o pesadas, ella aligeraba el momento
contando chistes verdes. Cuando grabamos la última escena con su abuela,
en donde ella cuenta que puso flores de jazmín en su sostén, la
atmósfera del estudio era muy distinta a la que podía percibirse cuando
realizamos una escena escolar en la que ella pretende golpear a un niño
pequeño. Tras convivir con ella, puedes darte cuenta de su vivacidad, de
su carácter exigente y a la ves decente”.
“Admiro su libertad”, prosigue Mastroianni. “No está sujeta a
convencionalismos; soportó tantas cosas de joven y aun así permanece
insaciable. Siempre está dispuesta a aprender algo nuevo, pero jamás
pontifica o te amonesta. Con Marjane me sentí de nuevo como una
adolescente, aunque, a la vez, ella es indudablemente sabia. Una
combinación interesante”.
Mastroianni describe la colaboración entre los co-directores de la misma
forma. “No hubieran podido lograrlo sin esa mutualidad. Son
inseparables. Todas las decisiones las tomaban juntos. Se admiran y se
respetan tremendamente, además de ser excelentes amigos. Ambos son muy
exigentes, pero por buenas razones. El ego jamás constituyó un problema.
Lo único que importaba era la cinta”.
Entrevista con Marjane Satrapi – Directora/Autora
¿Adaptaste la novela gráfica a la pantalla grande porque de alguna
manera sentías que la historia no había concluido?
Supongo que mi colaboración con Vincent (Paronnaud) posibilitó este
estado de cosas. Cuando las novelas gráficas fueron publicadas, su éxito
fue inmediato y comencé a recibir varias propuestas para adaptar
Persépolis, sobre todo tras la publicación de los libros en Estados
Unidos. Incluso me ofrecieron proyectos similares a Beverly Hills 90210-
es decir, una serie televisiva; incluso alguien sugirió realizar una
película con Jennifer Lopez como mi madre y Brad Pitt como mi padre -
¡cosas así de locas! Para serte honesta, habían transcurrido cuatro años
desde la finalización de mi novela, y para mí era caso cerrado. No fue
sino hasta que comencé a discutir con Vincent acerca del proyecto
cinematográfico que caí en la cuenta de que podría trabajarlo con él y
de que a la vez, esto podría constituir una experiencia novedosa en mi
vida. Luego de haber escrito novelas gráficas, libros para niños, tiras
cómicas para los diarios, murales, etc., descubrí que había alcanzado un
periodo de transición. No quería hacer una película a solas y me pareció
que si debía realizarla en equipo, no podría hacerlo más que con Vincent.
Él se mostró entusiasmado con el desafío. A mí me pareció que podríamos
divertirnos... A veces, las pequeñeces conducen a decisiones
importantes. Y yo ya conocía a Marc Antonie Robert (Productor), así que
era hora de emprender algún proyecto en conjunto. ¡Así ocurrió!
¿Supiste desde el principio que la cinta sería animada y no actuada?
Así es; de otra manera es probable que hubiésemos perdido el atractivo
universal de la historia. Con actuaciones reales la idea se hubiera
podido transformar en la viñeta de unas personas que viven en una tierra
lejana y que no se parecen a nosotros. En el mejor de los casos, se
habría convertido en una cinta exótica, y en el peor, en una historia
“tercermundista”. Las novelas se han convertido en un éxito
internacional porque los dibujos son abstractos, en blanco y negro. Me
parece que estas características contribuyeron a que todo mundo se
sintiera identificado, sin importar el país de origen: China, Israel,
Chile o Corea- es una historia universal. Los libros tienen momentos
oníricos. Los dibujos nos ayudan a mantener la cohesión y consistencia,
y el blanco y negro (siempre temo que el color vulgarice todo) también
contribuyó en este sentido, de la misma forma que la abstracción, el
contexto y las locaciones. Vincent y yo pensamos que el desafío sería
aún más interesante gracias a esto, e incluso muy emocionante desde un
punto de vista artístico o estético.
¿Qué te motivó a pedirle a Vincent que compartiera tu estudio hace seis
años?
Por ese entonces no nos habíamos conocido. Tras ver sus dibujos en casa
de un amigo, pensé, “¡Tendrías que cortarle los dedos a este tipo si
pretendes que alguna vez pare de dibujar!” Su trabajo era fantástico.
Hay algo muy extraño e incluso tremendo en su obra, sin embargo mantiene
la dignidad y la decencia. También había visto un par de cortometrajes
realizados con Cizo [Lyonnel Mathieu]: O Boy What Nice Legs y Raging
Blues, ambos excelentes.
¿Cómo se complementan?
Cuando compartíamos el mismo estudio dibujábamos juntos. Nuestros
estilos son diferentes, pero encajan a la perfección. Provenimos de
países muy distintos, nuestras culturas y nuestras historias son
realmente disímiles, y a pesar de todo estamos sintonizados en la misma
frecuencia. Puede decirse que juntos hemos hecho pedazos la noción del
“choque de culturas”. Yo suelo ser extrovertida, él es más bien lo
opuesto, pero en lo concerniente al dibujo, ocurre justamente lo
contrario. Durante esos tres demenciales años que pasamos trabajando
juntos, no tuvimos una sola pelea, a pesar de haber sido siempre
honestos el uno con el otro.
¿Tuviste dificultades al escoger el material de tus novelas que deseabas
incluir en la película?
La escritura de mis libros supuso tener que recordar dieciséis años de
mi vida, incluyendo aspectos que en definitiva deseaba olvidar. Fue un
proceso muy doloroso. Me aterrorizaba tener que dar inicio a la
redacción del guión, y estoy segura de que jamás lo hubiese podido hacer
sola. Lo más difícil vino al principio. Aunque también me costó trabajo
distanciarme de la narración existente. Empezamos desde cero a fin de
crear algo diferente, pero con el mismo material. Es una pieza única. No
tenía caso filmar una secuencia de paneles. Por lo general, la gente
cree que una novela gráfica es muy similar al guión de una película,
pero eso es algo completamente falso. En el mundo de las novelas
gráficas, la relación entre el escritor y el lector es de índole
participativa. En el cine, la audiencia es pasiva. El cine implica
movimiento, sonido, música, así que tanto el diseño como el contenido de
la narración son de otro orden.
¿Estuvieron ambos de acuerdo desde el principio en lo atinente al
aspecto visual de la cinta?
Sí, y creo que el aspecto podría denominarse “realismo estilizado”,
porque queríamos que los dibujos estuvieran a pegados a la realidad, que
no fueran simples caricaturas. Así, a diferencia de una caricatura,
nosotros no contamos con un amplio margen de posibilidades por lo que
respecta a las expresiones faciales y los movimientos. Este era el
mensaje que yo estaba dispuesta a evocar en la imaginación de los
diseñadores y de los animadores. Siempre he estado obsesionada con las
escuelas italianas de cine de la posguerra, así como con el
expresionismo alemán, y muy pronto descubrí los motivos. En la Alemania
posterior a la Primera Guerra Mundial, la economía estaba tan devastada
que sencillamente nadie podía solventar los gastos de la filmación de
locaciones, así que todo fue filmado dentro del estudio recreando
atmósferas y utilizando ciertas figuras geométricas realmente
asombrosas. En la Italia posterior a la Segunda Guerra Mundial ocurrió
lo mismo, aunque de forma invertida – los realizadores filmaban en las
calles con actores desconocidos. En ambas escuelas puedes encontrar esa
clase de esperanza que sólo aquellos que han pasado por una guerra y
experimentado una desesperanza tremenda pueden irradiar. Yo misma soy
una persona de posguerra que tuvo que soportar durante ocho años un
conflicto armado entre Irán e Irak. La cinta es una especie de
combinación: mezcla el expresionismo alemán con el neorrealismo
italiano. Contiene escenas sumamente realistas, así como un abordaje
orientado hacia el diseño, con imágenes que por momentos colindan con lo
abstracto. También nos influenciaron elementos de cintas que ambos
amamos, como Goodfellas, de Martín Scorsese.
Durante la filmación, ¿cómo repartieron el trabajo entre Vincent, el
director artístico Marc Jousset y tú?
Necesitábamos un supervisor; alguien que pudiera controlar todas las
fases del proceso de filmación. Vincent sugirió a Marc Jousset debido a
que ya habían trabajado juntos en Raging Blues. Marc fue el único que
pudo entender nuestra visión. Escribí el argumento y Vincent y yo
planeamos y discutimos acerca de la filmación del escrito. Más tarde,
Vincent se ocupó del diseño de producción, de la filmación real, de los
efectos, de los personajes, así como de lo que ocurre al interior de
cada escena. Sin embargo, todos teníamos algo que decir durante cada
fase de la realización. Actualmente me cuesta trabajo discernir entre lo
hecho por él y lo realizado por mí. Nos complementamos, por decirlo de
alguna forma. Ésta es una película animada que cuenta con muchos
personajes... ¡600, para ser exactos! ¡Es una cantidad bastante inusual!
Yo los dibujé a todos, sus caras de frente, sus perfiles. Después, los
diseñadores y los animadores los dibujaron desde todos los ángulos y
desarrollaron sus expresiones faciales y sus movimientos. A fin de
brindar ayuda, fui filmada interpretando las escenas. Fue un paso clave
para conservar las emociones intactas, y asimismo para hallar un balance
adecuado entre la sobriedad y la fantasía. También tuve que hacer el
trabajo sucio de la coreografía para la escena de “Eye of the Tiger”...
¿Fue difícil para ti observar a los diseñadores mientras éstos
reinterpretaban tu trabajo y además dibujaban tu rostro constantemente?
Es un sentimiento muy extraño y peculiar. Tus dibujos son como un hijo,
y, de pronto, ¡tu bebé se convierte en asunto público! No sólo
reinterpretaron mis dibujos y mis personajes, sino también mi rostro y
mi biografía. A diferencia de Vincent, yo estaba acostumbrada a trabajar
a solas. Incluso tenía mi rincón privado en el estudio, así que ya puede
imaginarte cómo me sentí cuando comencé a ver mi cara por todos lados.
Mi rostro chico, mediano, grande, como niña, como adolescente, como
joven, como adulto, por delante, por detrás, de lado, riendo, vomitando,
llorando, etc. ¡Fue insoportable! Me tuve que repetir incontables veces,
“No es más que un personaje”. Ocurrió lo mismo con el resto de los
personajes porque sus historias también son reales. Mi abuela, por
supuesto, existió en realidad, vivió y murió, lo mismo que mi tío. No me
permití un desbordamiento emocional: algo así hubiese sido intolerable
para el resto del equipo. Si me hubieran visto con lágrimas en los ojos,
no habrían sido capaces de proseguir con su trabajo. Necesitábamos que
se sintieran libres a fin de que pudieran dar lo mejor de sí, así que no
tuve otra opción más que hablar de mí misma y de la gente de mi vida
como si todos fuéramos personajes inventados: “Marjane suele hacer esto;
su abuela se conduce de esta manera...” De otra forma hubiese sido
imposible. Esto no quiere decir que en ocasiones no me sintiera
sobrecogida por la emoción (sobre todo cuando los diseñadores se
enfrascaron en los dibujos de mis padres). Sólo después de la redacción
del guión la historia se volvió ficción y se hizo dominio público. Ya no
se trataba de mí, no exactamente, y, sin embargo, paradójicamente, todo
giraba en torno a mi persona, a mi vida...
¿Por qué escogiste a Chiara Mastroianni como “tu” voz?
Quisimos grabar las voces antes de comenzar a trabajar con los
dibujantes, a fin de que la animación, los movimientos y las expresiones
faciales encajaran con la actuación y los diálogos de los actores.
Primero pensamos en Danielle Darrieux para convertirse en la voz de mi
abuela. Era la única actriz capaz de hacerle justicia; es graciosa,
inteligente, ingeniosa e incluso descarada. Le encanta divertirse y no
se sienta arredrada de cara a situaciones absurdas. Atesoraré por
siempre el recuerdo de las sesiones de grabación. Soñaba con que
Catherine Deneuve se convirtiese en la voz de mi madre. En Irán, los dos
actores más famosos de mi época eran Catherine Deneuve y Alain delon.
Ella era perfecta para el papel. Cuando fue Editora en Jefe de Vogue,
ella escogió a veinte artistas para trabajar en la elaboración de un
ejemplar, incluyéndome. Me sentía tan orgullosa. Cuando le pedí que
prestara su voz ella aceptó de inmediato. Debo confesar que me sentí
impresionada cuando la dirigí y actué con ella. En cierta parte del
guión se suponía que yo debía decir: “A las mujeres como tú – ¡a ésas
sólo quiero follármelas de pie contra una pared y luego arrojarlas a la
basura!” Afortunadamente, esas líneas fluyeron mejor tras unas cuantas
copas de cognac... Sólo después de haber escogido a Chiara me di cuenta
de que le había añadido un nuevo capítulo a la mitología del glamour en
el cine, ya que ambas habían actuado juntas como madre e hija en
distintas ocasiones. Por lo que respecta a Chiara, ella se enteró de la
cinta gracias a su madre, así que me llamó para hacer una prueba con su
voz, y en cuanto la conocí establecimos un vínculo muy fuerte. Me
encantó su voz, su talento, su personalidad y su generosidad. Trabajamos
con ahínco durante dos meses... Ella es una trabajadora obsesiva, una
perfeccionista, como Vincent y yo. Siguió de cerca todos los pasos del
proceso y nos visitó con frecuencia en el estudio.
¿Cuál fue el momento más memorable de toda la experiencia?
La primera proyección frente a todo el equipo en una sala ubicada en
Champs-Elysées. Al final comencé a llorar, y el resto de la audiencia
lloraba también. Irán continúa siendo noticia de primera plana. A pesar
de que anhelo que la película sea universal, es imposible que la gente
no la vea desde esta óptica... Así es. Aunque, desde mi punto de vista,
la escena más exótica acontece en Viena. La película no pretende hacer
juicios, no pretende declarar, “Esto está bien, esto está mal”, sólo
pretende mostrar las distintas capas de la situación. Esta cinta no es
política, no vende ningún mensaje. Es, en primera instancia, una
película acerca del amor que siento por mi familia. Sin embargo, si las
audiencias occidentales salen convencidas de que los iraníes son seres
humanos, y para nada nociones abstractas del tipo “fundamentalistas
islámicos”, “terroristas” o “El Eje del Mal”, habré cumplido con mi
propósito. No hay que olvidar que las primeras víctimas del
fundamentalismo fueron los iraníes.
¿Extrañas Irán?
Por supuesto. Es mi tierra natal, y lo será por siempre. Si fuese un
hombre, diría que Francia es mi esposa, pero Irán es mi premier amor y
su memoria permanece a mi lado. Obviamente, no puedo olvidar todos los
años que desperté con la vista de la montaña cubierta de nieve que
dominaba la ciudad y arrojaba su sombra sobre mi vida... me cuesta
trabajo creer que jamás la volveré a ver. La extraño. Por otro lado, yo
elegí esta forma de vida. Vivo en París, una de las ciudades más bellas
del mundo, con el hombre que amo, hago lo que me gusta – e incluso me
pagan por hacer lo que me gusta. Como una forma de respeto a aquellos
que se quedaron atrás, en Irán, que comparten mis ideas pero no pueden
expresarlas, me parece inapropiado y de mal gusto rezongar por rezongar.
Si hubiera cedido ante mi dolor, lo habría perdido todo. Así que mantuve
la cabeza en alto hasta el último momento y me permití reír porque el
poder no consiguió adueñarse de lo mejor de mí. Mientras estés vivo
puedes protestar y gritar, sin embargo la risa es el arma más subversiva
de todas.
Entrevista con Vincent Paronnaud – Director
¿Recuerdas tu primer encuentro con Marjane Satrapi?
Hace seis años ella me invitó a compartir su estudio de diseño. Yo había
escuchado hablar de ella, sobre todo porque su nombre comenzaba a
popularizarse. Al principio me conduje cautelosamente, pero con el
tiempo acepté su oferta, no sin cierta reluctancia.
¿Por qué?
¡Soy desconfiado por naturaleza! De hecho, cuando me telefoneó, a pesar
de que nunca antes habíamos conversado, ella adoptó un tono demasiado
entusiasta...
¿Podrías describir tu carrera hasta ese momento?
Tras abandonar la escuela a los diecisiete, comencé un proceso de
experimentación en distintos ámbitos: el dibujo, la música, etcétera...
Comencé a publicar novelas gráficas [bajo seudónimo: Winshluss], a
redactar guiones para series y a trabajar en cortos animados.
¿Cuál fue reacción tras leer las novelas “Persépolis Uno y Dos”?
Sentí asombro. Yo trabajaba en el estudio mientras Marjane terminaba la
segunda parte. Al principio, su estilo étnico, muy parecido al de “Not
Without My Daughter”, me atemorizó un poco, así como su aspecto tan
femenino, todo lo cual, según los medios, caracterizaba el trabajo de
Marjane. Resultó ser lo contrario; sentí una tremenda sacudida. Su
trabajo es genuinamente poderoso; el contenido es tan valioso como el
diseño, y, por si fuera poco, logra combinar humor y emoción, lo cual ya
es bastante raro.
¿Recuerdas cuándo fue que te pidió colaborar en una cinta animada basada
en sus exitosos libros?
Cuando Marc-Antoine Robert se ofreció como productor de Persépolis ella
me invitó a elaborar la cinta a su lado. Marjane se sentía confiada
debido a que yo había dirigido cortos animados en blanco y negro con
anterioridad. No pude rehusarme; el libro me encantaba y yo quería mucho
a Marjane. Constituyó una maravillosa oportunidad para participar en
algo novedoso, para trabajar en un proyecto artístico verdaderamente
desafiante. Fue atrayente y riesgoso.
¿En qué fuentes abrevaste cuando comenzaste a planear la película?
Estábamos conscientes de que debíamos conservar la energía de las
novelas. No debíamos conformarnos con la filmación de un panel tras
otro. De hecho, nuestras fuentes estuvieron constituidas por las cintas
de acción real. Yo había visto cantidad de comedias italianas gracias a
mi madre. Marjane es admiradora de Marnau y del expresionismo alemán,
así que todo ello nos inspiró y poco a poco construimos algo con
nuestros gustos personales. El libro de Marjane giraba en torno a la
vida familiar, así que la cinta debería contar con un tema central
similar. Los criterios y códigos establecidos en el plano de la
animación no parecían encajar; preferí echar mano de un estilo de
edición cinematográfico, con muchos cortes abruptos. Incluso desde un
punto de vista estético, nuestros paradigmas provenían de las técnicas
cinematográficas, y de ningún otro lado.
¿Vieron cintas juntos antes de sumergirse en la creación de Persépolis?
Vi por mi cuenta cintas como The Night of the Hunter y Touch of Evil,
así como ciertas películas de acción, Duel, por ejemplo, para darme una
cierta idea acerca de los procesos de edición.
Cuando las películas están bien hechas, independientemente del género,
siempre hay algo que aprender. En términos más específicos, ¿cómo
hicieron para redactar el guión conjuntamente?
Solíamos vernos tres o cuatro horas por día. Esto duró tres meses.
Ninguno puede escribir rápidamente con el teclado, así que decidimos
utilizar un lápiz con goma. Leíamos lo que estaba escrito, lo
tachábamos, lo acortábamos, lo rescribíamos... Teníamos que encontrar el
balance entre los momentos cruciales y los detallemos aparentemente
banales de la vida diaria; fue sumamente difícil decidir con qué nos
quedaríamos, y qué descartaríamos. Después de un tiempo nos olvidamos
del libro y nos concentramos exclusivamente en el guión.
A diferencia de los libros, la película constituye una amplia
retrospectiva. ¿Cómo se les ocurrió utilizar color para la escena
introductoria?
Marjane me había contado que un viernes (los viernes salen los aviones
que se dirigen a Teherán) se sintió tan deprimida que decidió ir al
aeropuerto a fin de marcharse. Pasó todo el día ahí, llorando y
presenciando innumerables despegues. Esto nos proporcionó excelente
material para la escena introductoria. Transmite la sensación de
distancia, de nostalgia. Tomando en cuenta que la cinta trata del
exilio, la elección de esta escena nos pareció obvia...
¿Qué opinas del deseo de Marjane de confrontar la historia de su vida
una vez más, utilizando un abordaje artístico diferente?
Independientemente del reto artístico, Marjane se encuentra librando una
batalla, así que en cierto sentido tenía convertir parte de esta lucha
en una película. Pero ella suele ser muy exigente, y sus propósitos
rebosan honestidad intelectual. Es muy raro poder encontrar libros
autobiográficos como “Persépolis”, escritos modestamente, sin regodeos
egoístas. Ella tiene la necesidad de pronunciarse, y espera que la gente
pueda formarse una nueva opinión, sin la influencia de los periódicos o
la televisión. Lo que es más, su deseo consiste en clarificar el sentido
del exilio, y lo que significa que una jovencita se vea arrojada al
núcleo de ciertos eventos históricos que sencillamente no alcanza a
comprender...
Tomando en cuenta los aspectos personales y autobiográficos de
Persépolis, ¿te fue difícil encontrar una voz propia durante la
elaboración del guión?
No fue sólo difícil, ¡fue horrendo! Por lo general, el hecho de
entrometerse en el trabajo de los demás es algo muy feo, pero aquí se
trataba asimismo de la vida de alguien más. Alguien que día con día se
sienta frente a mí, alguien a quien conozco y adoro. Caí en la cuenta de
que todo esto comenzaba a afectar a Marjane, así que tuve avanzar con
cautela, pero ella no hizo más que incentivarme. Lo mismo puede decirse
del aspecto visual de la película; en términos artísticos, Marjane jamás
me limitó. Nos complementábamos, y siempre hubo momentos en los que
requeríamos del punto de vista del otro.
¿Cuáles fueron tus preocupaciones principales al comenzar tu trabajo en
esta cinta?
Debido a que los personajes de Marjane no podían existir más que en
blanco y negro, decidimos centrar nuestra atención en el diseño de
producción. Tuvimos que comenzar desde cero porque no podíamos echar
mano de un trasfondo en blanco y negro. Me inspiré en fotografías de
Teherán y Viena, pero preferí no depender totalmente de estas imágenes,
y asimismo integré muchos grises. Al mismo tiempo, procuramos no
suavizar la fuerza gráfica del universo de Marjane. Nos concentramos en
las líneas fluidas, hablamos mucho con Marc Jousset y al final dimos con
un diseño clásico.
Más adelante, ¿cuáles fueron las peores dificultades?
Fue difícil mantener vivo el entusiasmo. Vivir bajo presión durante tres
años y al mismo intentar mantener la visión fundamental del proyecto fue
sumamente arduo. Marjane y yo compartíamos un abordaje más bien
tradicional, y nuestros hábitos laborales no distaban mucho de lo que es
común en el mundo de la animación. Marc-Antoine se daba perfecta cuenta
de lo que queríamos y había hecho grandes esfuerzos en pro de nuestra
causa. Lo mismo que Stéphene Roche, nuestro encargado de ‘compostas’ .
Nada era definitivo. Cambiábamos todo constantemente, probábamos ideas
nuevas, mejorábamos sin cesar todo el trabajo realizado. Para que todo
prosiguiera su marcha, mucho gente nos ayudó con el proyecto, sobre todo
aquellos que entendían nuestras metas. El gran punto a nuestro favor fue
que todo estuvo a nuestro alcance desde el momento en que todos
comenzamos a trabajar juntos en el estudio. Si necesitaba modificar
algo, no tenía más que dar unos cuantos pasos, adentrarme en una de las
oficinas y explicarle al encargado las secuencias. A pesar de que lo que
estoy a punto de decir no es muy original, me parece que las relaciones
humanas son cruciales cuando te encuentras enfrascado en la realización
de una cinta.
¿Qué fue lo que más te sorprendió durante la realización de la película?
Antes que nada, el hecho de que Marjane y un servidor no hayamos tenido
una sola pelea, a pesar de la gran tensión. Marjane se sentía realmente
presionada. Nadie se daba cuenta porque ella suele ser muy entusiasta,
apasionada y energética, ¡mientras que yo soy bastante detestable!
Marjane me lo ha dicho. Nada me parece lo suficientemente bueno. Pero
así soy yo. También me sorprendió mi emotividad. Solía pensar que podía
mantener las distancias a la hora de trabajar, pero hay algo tan
intrínsecamente emotivo en esta historia. Marjane puede, a un mismo
tiempo, transmitir estas emociones y conservar la modestia. Me pregunto
cómo hará.
¿Por qué escogieron a Oliver Bernet para la composición de la música de
la película?
Sabíamos lo que queríamos y él estuvo con nosotros desde el principio.
Incluso modifiqué algunas imágenes con base en algunas de sus
sugerencias. En Persépolis la música desempeña un papel crucial; conecta
las secuencias y le otorga unidad a la cinta.
Tras esta experiencia, ¿qué recuerdo se tornará indeleble?
Quizás la primera proyección de la versión cruda. Marjane sudaba y
sudaba, y casi se desmaya cuando vio su imagen en la pantalla. Ella
intenta olvidar con todas sus fuerzas que la historia narrada es la
suya. Es mejor así; de otro modo resultaría insoportable, tanto para
ella como para mí.
Entrevista con Chiara Mastroianni – La Voz de Marjane Adolescente y
Marjane Adulta
Tú llamaste a Marjane Satrapi y le dijiste que deseabas sumarte al
proyecto...
Así es. Había leído sus cuatro novelas y me habían encantado. La mezcla
de diseño, humor, restrospección y auto-ironía, sin narcisismo aparente,
me pareció irresistible. Durante largo tiempo había deseado trabajar con
mi voz en una película animada, así que cuando mi madre sugirió este
proyecto, no lo dudé ni un instante. Llamé a Marjane y le pedí una
audición.
¿Podrías describir su primer encuentro?
Nos vimos en mi casa. En esa época, su correo de voz era muy disuasivo.
Me dije, “Tomando en cuenta todo lo que ha vivido, ¡ella debe ser una
mujer extremadamente dura!” Cuando vi sus grandes anteojos y su sonrisa,
me pareció provocadora, incluso punk, y supe que nos llevaríamos muy
bien. Yo sólo había considerado la voz del personaje adulto, pero ella
me dijo que deseaba que la misma persona hiciese la voz de la Marjane
adolescente. ¡Una razón más para realizar la audición! Sentí un miedo
terrible cuando em enteré de que la grabación debía realizarse sin
soportes visuales. Trabajamos juntas y luego realizamos la sesión de
grabación. Por fortuna, mi voz le pareció lo suficientemente convincente
como para darme el trabajo. Durante los ensayos intentamos refinar mi
voz, a fin de hacerla sonar más rica y sutil.
¿Te sentiste presionada o inspirada durante la interpretación del papel?
¡Ambas cosas! Al comienzo me sentí muy presionada. Me imagino que para
ella también resultó extraño: tras haber escrito esos libros a solas, de
pronto se encuentra con toda clase de extraños que interfieren con su
trabajo. Pude notar que ciertas escenas le disparaban recuerdos
sumamente emotivos, y eso lo tomé como una prueba. Sin embargo, creo que
ella ha logrado disminuir el tono de dichas remembranzas, tanto en los
libros como en la película.
Cuando grabamos la última escena con su abuela, (en la que cuenta cómo
colocó flores de jazmín en su sostén), la atmósfera en el estudio era
palpablemente distinta a la de la escena que hicimos en torno a un
episodio escolar en el que la heroína abriga intenciones de pegarle a un
niño pequeño. Cuando pasas un tiempo con ella, descubres que es
vibrante, pero también exigente y decente. Aligeró maravillosamente la
tensión y la vergüenza que naturalmente puedes sentir cuando interpretas
la vida de una persona frente a sus propios ojos. Esto constituyó una
fuente de inspiración. Cada vez que sobre nosotros se cernía un momento
particularmente denso, ella aliviaba la pesantez contando chistes
verdes. Fue de gran ayuda tenerla cerca durante las primeras dos
sesiones de grabación, porque pude conocer más a fondo su forma de ser.
¿Qué fue lo que más te impresionó de ella?
Su libertad. Marjane no está sujeta a convencionalismos; le acontecieron
tantas cosas de pequeña, y aun así se muestra insaciable. Quiere
aprender algo en todo momento, pero jamás te amonesta. Con ella, me
sentí de nuevo como una adolescente, pero su sabiduría es indudablemente
vasta. Si le agradas, no escatima en afecto y atención, sin embargo,
nunca pierde de vista el objetivo. No le teme a nada y luchará hasta
conseguir lo que se ha propuesto. Es como un imán tanto en su vida como
en el trabajo.
¿Cuál fue el suceso más divertido durante la grabación?
La grabación del tema “Eye of the Tiger”, extraído de Rocky. Marjane me
pidió que lo cantara fuera de tono. Le pedí que lo cantara primero; eso
rompió el hielo y nos divertimos de lo lindo.
¿Cuál fue la parte más difícil?
Encontrar el tono y ritmo apropiados. Las escenas con diálogo no
supusieron un problema, fue la narración lo que nos metió en aprietos.
Ese trabajo requirió de otra clase de habilidades, y todo se complicó
sin los soportes visuales. Esta parte constituyó casi toda la carga de
trabajo, sobre todo cuando pudimos contar con imágenes, porque yo
anhelaba refinar mi voz a fin de ajustarla a la velocidad de las
escenas.
¿Recuerdas algo acerca de tu primer encuentro con Vincent?
En realidad, no, pero tuvo que haber ocurrido en el estudio. Es un tipo
muy tímido al que uno debe ganarse. Al principio se mostró un tanto
renuente con mi participación, pero su actitud no hizo sino reforzar mi
deseo de hacer las pruebas. Al final, sus prejuicios me ayudaron a hacer
un buen trabajo. Cuando finalmente quedó convencido, supe que había sido
por una buen motivo. Me gusta la ríspida personalidad de Vincent. Creo
que él y Marjane forman un gran equipo y se equilibran a la perfección.
Su sentido de lo que es propio y correcto es asimismo muy fuerte. Busqué
las novelas gráficas de Vincent Paronnaud por todos lados, ¡pero jampas
encontré nada! Me llevó semanas caer en la cuenta de que utilizaba un
seudónimo: Winshluss...
¿Qué tan complementarios son en realidad ellos dos?
Un proyecto como éste no lo hubiesen logrado por separado. Eran una
mancuerna. Todas las decisiones las tomaban juntos. Se admiran y se
respetan, y son amigos de verdad. Ambos son muy exigentes, pero tienen
buenas razones para conducirse así. Los problemas de ego no entran en
juego; lo único importante es el trabajo, la película. Para el resto de
nosotros, esa libertad y ese rigor constituyeron la principal fuente de
inspiración. Marjane y Vincent querían realizar Persépolis a la “vieja
usanza”, con dibujos reales, sin imágenes creadas por computadora. Para
todos nosotros esto se convirtió en un gran reto, artística y
profesionalmente.
Tu madre ha interpretado en diversas ocasiones el papel de la hija de
Danielle Darrieux, pero ésta es la primera vez que tú te desempeñas como
la nieta de esta actriz...
Sí, me gustó la idea. Lo gracioso es que volví a trabajar con Danielle
poco tiempo después – en L’Heure Zero, de Pascal Thomas. Fue ahí donde
pudimos conocernos a fondo. Ella es impresionante. Ahora entiendo por
qué Marjane había insistido tanto en trabajar con ella. Existe una
conexión entre ellas. Danielle también cuenta con un tremendo sentido
del humor y de lo que es correcto. Sus ojos poseen un cierto brillo, y
su trato es a la vez inquisitivo y positivo.
¿Qué recuerdos de Marjane y Vincent se han vuelto indelebles para ti?
Sin duda aquellos momentos en los que nos dedicamos a grabar las voces
en el estudio con Marc, Stéphane y Denis. Ellos trabajaban con
fragmentos del diálogo y con efectos de sonido. Marjane jugueteaba con
la consola de efectos, así como con otras clases de fectos. ¡También
recuerdo a Marjane y Vincent divirtiéndose creando desquiciantes cortos
con sus teléfonos celulares! Parecían pequeños genios ideando algo
misterioso.
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