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		"PEQUEÑA MISS SUNSHINE" 
		
		de Jonathan Dayton y 
		Valerie Faris 
		
		  
		
		  
  
		
		 
		“Un auténtico fracasado no es aquel que no gana. Un auténtico fracasado 
		es alguien que tiene tanto miedo a no ganar que ni siquiera lo intenta”.
		 
		--Abuelo 
  
		
		
		 PEQUEÑA MISS SUNSHINE es una comedia 
		familiar estadounidense que rompe con todos los moldes. 
		Desvergonzadamente satírica, pero profundamente humana, la película le 
		presenta al público una de las familias más dulcemente fracturadas en la 
		historia reciente del cine: los Hoover, cuyo viaje a un concurso de 
		belleza infantil trae consigo no sólo un caos hilarante sino la muerte, 
		la evolución y una mirada conmovedora a las sorprendentes recompensas de 
		ser fracasados en una cultura que está desquiciada por triunfar. Un 
		éxito rotundo en el Festival de Cine de Sundance, donde se exhibió ante 
		un público que la ovacionó de pie, la película toca una fibra en todo 
		aquel que alguna vez ha quedado pasmado por la forma en como su 
		atolondrada familia parece salir adelante, después de todo.  
		 Entre los Hoover, no hay uno solo que esté enteramente bien, pero no es 
		por dejar de intentarlo. Richard (GREG KINNEAR), el padre, un orador 
		motivacional exasperadamente optimista, está intentando de manera 
		desesperada vender su programa de 9 pasos para alcanzar el éxito —sin 
		mucho éxito. Mientras tanto, Sheryl (TONI COLETTE), la madre 
		“pro-honestidad”, es molestada constantemente por los secretos 
		excéntricos de su familia, especialmente aquellos que conciernen a su 
		hermano (STEVE CARELL), un académico de Proust, con tendencias suicidas, 
		recién salido del hospital después de haber sido plantado por su amante 
		homosexual. Después están los Hoover más jóvenes con sus sueños 
		inasequibles —la cegatona, ligeramente obesa y posible reina de belleza 
		de siete años de edad Olive (ABIGAIL BRESLIN) y Dwayne (PAUL DANO), un 
		adolescente lleno de ira y lector de Nietzsche, que ha tomado un 
		resoluto voto de silencio hasta que llegue a la Academia de la Fuerza 
		Aérea. La familia la encabeza el abuelo (ALAN ARKIN), un blasfemo 
		hedonista recientemente expulsado de su casa de retiro por inhalar 
		heroína.  
		Podrán no ser el retrato de la perfecta salud mental, pero cuando un 
		golpe de suerte provoca que Olive sea invitada a competir en el 
		ferozmente competitivo certamen “Pequeña Miss Sunshine”, en California, 
		toda la familia se une en su apoyo. Se apilan en su oxidada camioneta VW 
		para dirigirse hacia el oeste, en un viaje tragicómico de tres días con 
		sorpresas desenfrenadas, hasta llegar al gran debut de Olive —que 
		cambiará a toda la inadaptada familia en formas que jamás pudieron haber 
		imaginado.  
		PEQUEÑA MISS SUNSHINE presenta el debut como directores de los 
		renombrados realizadores de videos musicales (y equipo de marido y 
		mujer) Jonathan Dayton y Valerie Faris, quienes dirigen a partir de un 
		guión de Michael Arndt. La película es producida por Big Beach y Bona 
		Fide Productions, donde Marc Turtletaub, David T. Friendly y Peter Saraf, 
		y Albert Berger y Ron Yerxa fungen como productores y Jeb Brody y 
		Michael Beugg como productores ejecutivos. El equipo de producción 
		incluye al director de fotografía Tim Suhrstedt, a la diseñadora de 
		producción Kalina Ivanov, a la diseñadora de vestuario Nancy Steiner, a 
		la editora Pamela Martin, al compositor Mychael Danna y a la prometedora 
		banda DeVotchka.  
		 
		El Camino hacia Redondo Beach: La Historia de PEQUEÑA MISS SUNSHINE 
		“No tiene caso entrar a un concurso si no piensas que vas a ganar. 
		¿Crees poder 
		ganar ‘Pequeña Miss Sunshine’? 
		--Richard 
		 
		Cinco años en su realización y con todas las de perder, así como los 
		Hoover, PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo a punto de ser ignorada, pero 
		finalmente prevaleció gracias a la pasión de sus productores, directores 
		y estrellas. El proyecto dio inicio cuando el guión del prometedor 
		escritor Michael Arndt llegó a las manos de los socios productores 
		Albert Berger y Ron Yerxa. Berger recuerda, “Michael nos envió el guión 
		porque había trabajado en nuestra película ELECTION. Lo leí y me volví 
		loco. PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una propuesta más fresca y sombría en 
		las películas de viajes familiares por carretera, que contaba con mucha 
		honestidad con respecto a cómo las familias interactúan entre ellas”. 
		Yerxa añade, “Cada personaje en esta historia sufre una gran 
		transformación —incluso la camioneta VW de la familia”.  
		Berger y Yerxa le llevaron el guión a los socios productores Marc 
		Turtletaub y David T. Friendly, de Deep River Productions, —y quedaron 
		desarmados de manera instantánea por la inusual pero distintiva familia 
		norteamericana que era la esencia de la comedia. “Terminé de leer a la 1 
		de la mañana, lo puse en mi mesa de noche y me dije, ‘tenemos que hacer 
		esto”, comenta Turtletaub. Friendly añade: “Mi instinto me dijo que 
		tenía que hacer este guión. Es muy raro encontrar una película como ésta 
		que realmente te haga reír y después dé un giro de 180º y te haga 
		llorar”.  
		En el 2004, Marc Turtletaub fundó Big Beach Productions con su socio 
		Peter Saraf para poder producir y financiar películas independientes. 
		Marc le mostró a Peter el guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE y ambos estaban 
		entusiasmados en hacer la película bajo los auspicios de Big Beach. 
		Saraf indica, “Lo que realmente nos llamó la atención fue que había algo 
		en cada uno de estos personajes con lo que la audiencia se podía 
		identificar”. Una vez que los otros productores estuvieron de acuerdo, 
		Big Beach comenzó la producción a principios de 2005.  
		Al buscar un director que tuviera un punto de vista tan distintivo como 
		la agudeza cómica del guión, Berger y Yerxa sugirieron al atípico equipo 
		de marido y mujer de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Conocidos en el 
		medio por ser premiados directores de videos musicales y comerciales, 
		Dayton y Faris habían estado buscando durante años enamorarse de un 
		proyecto cinematográfico…con poca suerte. Pero tan pronto y leyeron el 
		guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, supieron que éste era el bueno. De 
		inmediato comenzaron a verter ideas de cómo capturar las desenfrenadas 
		vicisitudes emocionales del viaje por carretera de la familia en formas 
		nunca antes vistas, lo que impresionó aún más a los productores.  
		“Había 14 directores que consideramos para este proyecto, pero, desde el 
		inicio, Jonathan y Valerie tenían una propuesta tan apasionada de la 
		película que inmediatamente se ganaron nuestra confianza”, comenta 
		Turtletaub, “y realmente estuvieron junto a nosotros a lo largo de todo 
		el proceso”. 
		Albert Berger señala: “Ya teníamos mucho tiempo queriendo trabajar con 
		Jon y Val. Siempre tuvimos un buen presentimiento sobre ellos porque sus 
		videos tienen tanto elegancia visual como humanismo. Son vanguardistas 
		pero también tienen sabiduría y un lado sincero —y finalmente, creo que 
		no pudieron haber sido más adecuados para el proyecto”.  
		Dayton y Faris, mejor conocidos como íconos en la vanguardia de la 
		cultura, no esperaban necesariamente hacer su debut con una comedia 
		familiar —pero, luego, tampoco esperaban toparse con la todo menos 
		típica familia Hoover.  
		Jonathan Dayton indica, “Mucha gente nos había abordado con proyectos 
		estilísticos, pero nos gustó que PEQUEÑA MISS SUNSHINE se sentía muy 
		distante a ese mundo. Desde luego que queríamos hacer algo con estilo, 
		pero nos encantaron estos personajes y ese fue el punto más importante. 
		Queríamos que la experiencia se originara a partir de lo que más nos 
		gusta en las películas, una que exalte las excentricidades humanas”.  
		Valerie Faris añade: “Nos identificamos inmediatamente con la historia. 
		Siempre habíamos querido hacer una película que contara con muchos 
		tonos; que tuviera una vida emocional intensa, además de mucho humor. 
		Sentimos que PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una historia que se mueve en gran 
		medida de la misma manera en como se mueve la vida, que va del drama a 
		la farsa, a la reflexión y nuevamente de regreso a la farsa”.  
		Pero a pesar de todo el fervor grupal por la historia, el proyecto 
		seguía topándose con pared, especialmente porque nadie quería 
		arriesgarse en una película familiar con un ingenio tan sobriamente 
		matizado y sardónico —hasta que Marc Turtletaub dio un paso adelante 
		para ayudar a financiar la película de su propio bolsillo.  
		“Si dejamos a un lado las cosas que nos encantaron de ella —su lenguaje 
		vulgar, el comportamiento extravagante— hubiera sido una comedia 
		familiar perfecta”, dice entre risas Faris. “Pero queríamos hacer una 
		película que no se tratara de valores familiares, sino acerca del valor 
		de la familia”.  
		 
		 
		Forjando una Familia Inadaptada: El Reparto de PEQUEÑA MISS SUNSHINE 
		“¡No quiero ser tu familia! ¡Los odio a todos! ¡Los odio! ¡Divorcio! 
		¡Bancarrota! ¡Suicidio! ¡Son unos fracasados!” 
		--Dwayne 
		 
		Desde el inicio, la clave de PEQUEÑA MISS SUNSHINE recaía claramente en 
		encontrar a un reparto que pudiera hacer divertido a los Hoover y a toda 
		su disfunción, pero al mismo tiempo hacerlos devastadoramente reales. 
		Dayton y Faris sabían que podía ser un reto intimidante para directores 
		primerizos. “Necesitábamos encontrar no sólo a seis actores 
		excepcionalmente intensos, sino también a seis actores que pudieran 
		compartir la pantalla y convertirse realmente en una familia muy unida a 
		pesar de ellos mismos”, comenta Dayton. “Requeríamos del tipo de actores 
		que son tanto honestos como divertidos”.  
		Con el guión en mano, los realizadores se dieron a la tarea de tocar a 
		la puerta de su reparto de “ensueño” —y encontramos de manera 
		instantánea respuestas positivas. “Para cada uno de los papeles 
		conseguimos a los actores que siempre fueron nuestra primera opción”, 
		indica el productor Peter Saraf.  
		El casting dio inicio con el patriarca de la familia Hoover: Richard, 
		que se encuentra en la irónica posición de ser un orador motivacional 
		fracasado que ni siquiera puede motivar a alguien para que lo contrate. 
		Sin embargo, a Richard nunca le falta un aforismo agresivo con aires de 
		sicología pop para cada situación, a pesar de la constante mortificación 
		de su familia. Para darle vida a la inusual mezcla de optimismo 
		superficial y angustia implícita de Richard, no parecía existir una 
		mejor persona que el actor nominado al Premio de la Academia® Greg 
		Kinnear, que comenzó su carrera como comediante pero ha evolucionado 
		hasta convertirse en uno de los talentos más diversos de Hollywood, con 
		papeles que van de AS GOOD AS IT GETS hasta WE WERE SOLDIERS, a la 
		reciente MATADOR. “Greg es excepcionalmente capaz en aportar una 
		auténtica simpatía a incluso los personajes más desagradables”, explica 
		Saraf, “así que era perfecto para Richard”.  
		David Friendly añade: “Desde hace mucho tiempo soy amigo de Greg, así 
		que sabía que contaba con ese lado hilarantemente cáustico que podía 
		aportarle a este personaje de una manera en la que ningún otro actor 
		hubiera podido”.  
		Kinnear quedó enganchado con el guión. “Creo que todo mundo en este 
		película se sintió atraído al guión”, comenta. “Tienes a esta familia 
		que aparentemente va a emprender este viaje muy simple y de repente 
		destapas toda esta compleja dinámica familiar que los lleva hacia el 
		cambio. Es una película con humor muy negro, pero al mismo tiempo 
		también es positiva y alentadora. Toma giros inesperados que son muy 
		refrescantes”.  
		Al abordar a Richard y su filosofía “negada a perder”, Kinnear se 
		visualizó como un tipo de Tony Robbins venido a menos —un tipo que 
		quiere creer en manifestaciones más descomunales, despampanantes y 
		triunfadoras del Sueño Americano, pero termina frecuentemente en el lado 
		fracasado de la vida. “Richard está lleno de filosofías erróneas”, dice 
		entre risas Kinnear. “Realmente cree en la idea que tienes que intentar 
		ganar en todo, pero cuando se trata del concurso de belleza ‘Pequeña 
		Miss Sunshine’ repentinamente se percata que todas sus creencias están 
		entrando en conflicto con la felicidad de su hija”.  
		Uno de los elementos más emocionantes de PEQUEÑA MISS SUNSHINE para 
		Kinnear fue tener la oportunidad de trabajar con Alan Arkin, quien 
		interpreta a su diametralmente opuesto padre. “Alan es muy divertido y 
		también es un actor verdaderamente fantástico”, comenta. “Fue 
		interesante explorar nuestra relación porque mientras el padre de 
		Richard es este viejo excéntrico y espontáneo, que le gusta experimentar 
		con la heroína, Richard es este gurú muy tenso, que cree en la autoayuda 
		y en asumir responsabilidades, que quizás y fue su manera de rebelarse. 
		La clave fue balancear las excentricidades de los personajes, pero 
		hacerlos accesibles”.  
		Quizás el personaje menos excéntrico de la película es el único cimiento 
		de la familia Hoover: Sheryl —una mujer divorciada que intenta 
		desesperadamente hacer que su segunda familia funcione, a pesar de sus 
		agobiantes peculiaridades. El papel acabó en manos de la estrella 
		australiana Toni Collette, quien recibió una nominación al Premio de la 
		Academia por su trabajo en THE SIXTH SENSE (El Sexto Sentido) y ha 
		logrado hacerse de papeles muy diversos pero sumamente aclamados en 
		películas tales como THE HOURS, ABOUT A BOY y JAPANESE STORY, 
		apareciendo más recientemente en IN HER SHOES. Faris y Dayton 
		recurrieron a Collette porque sabían que tenía una amplia gama de 
		habilidades cómicas —pero también la destreza para aportarle una 
		auténtica profundidad y honestidad a la típica madre atormentada 
		estadounidense, tal como Sheryl. “Es una actriz de talla mundial que 
		tiene una habilidad sobresaliente para aportarle algo especial a todo lo 
		que hace”, dice David Friendly.  
		Al igual que Kinnear, Collette quedó seducida por la familia Hoover y 
		sus intentos vergonzosos por alcanzar el éxito. “Todo el guión me 
		encantó y me fascinó esta familia disfuncional, que está aprendiendo a 
		llevarse por primera vez”, comenta. “Me involucré por completo con 
		ellos. Sus frustraciones y sus anhelos me parecieron muy genuinos y 
		también bastante universales. Conforme lo leía, no dejaba de reír y de 
		llorar”.  
		Collette también se identificó con el dilema al que se enfrenta Sheryl, 
		una vez que intenta constantemente hacerse la diplomática, la 
		intermediaria y la feliz ama de casa, mientras su familia se desmorona. 
		“La familia significa todo para Sheryl”, indica. “Así que siente que 
		haría cualquier cosa para suavizar las cosas y hacer a todos felices 
		—sin importar que tenga que hacer para lograrlo”.  
		Se requiere de mucho cuando se trata del hermano de Sheryl, quien 
		recientemente intentó suicidarse después de una caída estrepitosa que 
		dio inicio con una mezcla de amor no correspondido, su fracaso por 
		obtener una Beca “Genius” MacArthur y perder su autoproclamado puesto 
		como el mejor académico de Proust en los EEUU. La felicidad no se da de 
		manera natural en Frank, pero el popular comediante Steve Carell le 
		aporta un toque de irreverencia a la interpretación que hace del 
		abatimiento.  
		Si bien Carell se ha vuelto en una de las estrellas cómicas más 
		populares de Hollywood, cuando fue elegido para interpretar el papel en 
		la película, era un virtual desconocido. “La inteligencia de Steve como 
		intérprete es lo que nos convenció”, comenta el co-director Dayton 
		acerca de Carell. “Es hilarante pero también puede hacer absolutamente 
		cualquier cosa —es sorprendente en ese sentido”. El productor Albert 
		Berger añade: “Fuimos realmente afortunados porque cuando le otorgamos 
		el papel, el público cinematográfico no conocía en realidad a Steve. Su 
		trabajo en THE 40-YEAR OLD VIRGIN cambió todo eso. Para nosotros fue la 
		elección perfecta en todos los sentidos”.  
		Carell siente que los Hoover —a pesar de sus flaquezas y fracasos 
		cómicos— no son tan distintos a la gran mayoría de las familias. “Existe 
		una corriente implícita de amor entre estos personajes”, señala, “que 
		finalmente los mantiene juntos y termina por unirlos. En cualquier 
		familia, creo que hay ocasiones en las que puedes detestar a otra 
		persona, pero nunca puedes escaparte del hecho de que siempre estás 
		vinculado por la sangre y que vas a terminar por unirte cuando realmente 
		haya una crisis, como en la que se encuentran los Hoover cuando se 
		dirigen a California”.  
		Incluso a pesar de que el viaje de la familia comienza rápidamente a 
		irse en picada, Frank comienza, de mala gana, a unirse a las hazañas de 
		su familia. “Creo que al principio Frank está lleno de porquería”, dice 
		entre risas Carell. “Es este autoproclamado experto en Proust quien cree 
		ser un gran intelectual, pero cuando se enfrenta a una relación 
		verdadera, es totalmente deficiente”.  
		Fue la transformación de Frank —de ser un tipo depresivo y obsesionado 
		hasta el intento de iniciar una relación— lo que le pareció a Carell un 
		reto fascinante. “Comienza en un lugar muy oscuro pero lo que me encantó 
		acerca del papel es que en unos cuantos días, ves cómo se recupera 
		gentilmente, cómo se desvanecen sus facetas oscuras conforme se 
		involucra cada vez más con la familia”, comenta. “Comienzas a ver cómo 
		el amor comienza a fluir, pero la película nunca se vuelve cursi o 
		sentimental. Siempre te regresa a la gracia y a la comedia que la 
		envuelve”.  
		El prospecto de trabajar con un grupo de actores tan talentoso fue otro 
		bono adicional para Carell. “Cuando me enteré quiénes iban a interpretar 
		los demás papeles, me sentí un poco intimidado y sorprendido”, recuerda. 
		“No dejaba de pensar, ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Cómo encajo en esta 
		mezcla? Fue realmente emocionante tan sólo conocer a esta gente, 
		imagínate haber trabajado con ellos”.  
		Entre los actores con los que Carell estaba más emocionado por conocer 
		era Alan Arkin, veterano estrella del teatro, el cine y la televisión, 
		que realmente se sumergió en la interpretación de uno de los abuelos más 
		inusuales vistos en pantalla —un viejo de aproximadamente 70 años de 
		edad sin pelos en la lengua, adicto a la heroína y aficionado al cine 
		porno, que, no obstante, es fuente de inspiración para su inadaptada 
		nieta.  
		“Fue muy divertido conseguir al actor para interpretar el papel”, 
		comenta Dayton. Faris añade: “Siempre hemos amado a Alan. Para nosotros, 
		trabajar con él fue como haber trabajado con los Beatles”.  
		Así como sus compañeros de reparto, lo que le llamó la atención a Arkin 
		fue el guión conmovedoramente cómico. “Me encantó que no telegrafiaba 
		nada”, enfatiza. “Deja un espacio para que el público haga uso de su 
		propia imaginación”.  
		En cuanto a su interpretación del desafiantemente bohemio abuelo, Arkin 
		disfrutó la libertad de ser capaz de llevar su personaje más allá de los 
		límites usuales para un personaje de cierta edad. “Es un gran papel, 
		porque el abuelo es un descarado en todo. Está completamente al 
		descubierto, no tiene nada que ocultar, y esa fue una de mis cosas 
		favoritas de él”, indica. “Es un tipo que siempre dice lo que siente 
		—pero lo que siente también cambia de minuto a minuto”.  
		Arkin continúa: “Toda la familia es muy inusual y sorprendente. No 
		obstante, de alguna manera, con toda la adversidad que hay entre ellos 
		como individuos, existe un amor genuino que los mantiene unidos”.  
		Con el reparto de adultos completado, el problema más grande de la 
		película fue encontrar a los dos niños Hoover —ambos papeles sumamente 
		complejos para actores jóvenes, que tenían que ser tanto divertidos como 
		conmovedores. Para interpretar a Dwayne, el hijo adolescente, los 
		realizadores necesitaban encontrar a esa persona inusual que pudiera 
		hacer su personaje intrigante sin decir nunca una sola palabra; y, en 
		cambio, escribir la mayor parte de sus diálogos en una pequeña libreta 
		blanca. Encontraron lo que estaban buscando en la prometedora estrella 
		Paul Dano. Ya con una reputación establecida como un adolescente de 
		versatilidad excepcional en papeles que van desde los programas “The 
		Sopranos”, para HBO, al drama urbano L.I.E., hasta THE BALLAD OF JACK 
		AND ROSE, al lado de Daniel Day Lewis, los realizadores estaban 
		impresionados con la habilidad de Dano para expresarse de una manera tan 
		matizada, como una estrella del cine mudo.  
		“Paul estuvo realmente impresionante porque va mucho más allá del 
		trillado adolescente a disgusto”, comenta Jonathan Dayton. “Nunca hubo 
		un paso en falso de su parte”.  
		A Dano le encantó el guión, pero el trato quedó cerrado para él cuando 
		supo más de los directores Dayton y Faris. “Cuando me enteré que 
		hicieron algunos de los videos de Smashing Pumpkins, que algunos de 
		ellos son mis favoritos de toda la vida, supe que quería trabajar con 
		ellos”, comenta. “Creo que son realmente talentosos”.  
		No obstante, Dano se enteró al poco tiempo que interpretar un personaje 
		inmerso en el nihilismo y el silencio era el más grande reto de su 
		carrera a la fecha. “De hecho, fue mucho más difícil de lo que creí que 
		iba a ser”, admite Dano. “Tienes que estar reaccionando de manera 
		constante y encontrar maneras completamente originales de expresarte. No 
		te puedes quedar ahí sentado sin hacer nada —eso sería totalmente 
		aburrido”.  
		Para ver cómo sería en realidad la vida silente de Dwayne, Dano se 
		impuso por voluntad propia un voto de silencio para experimentar durante 
		varios días la sensación. “Esto fue verdaderamente difícil”, comenta. 
		“Fue especialmente complejo con mi familia porque a ratos me estaban 
		volviendo loco, pero también fue benéfico para ver cuán frustrante se 
		sentía en realidad”.  
		A pesar de las peculiaridades inusuales de Dwayne, Dano también lo ve en 
		muchas maneras como un típico joven estadounidense que está intentando 
		entender quién es y qué es lo más importante en la vida. “Creo que 
		Dwayne es alguien con quien mucha gente se identificará de inmediato”, 
		acota. “Todo mundo pasa por un periodo en el que realmente no les agrada 
		su familia, pero también sabes que siempre tendrás un tipo de vínculo 
		con ellos. Cuando tienes 15 años, creo que empiezas a perder tu 
		inocencia y ves que esta gente a tu alrededor está un poco loca y no 
		estás seguro si quieres ser parte de ello, razón por la cual Dwayne hace 
		su voto de silencio. Pero luego, cuando finalmente cede, cuando está en 
		su momento más vulnerable, su familia está ahí para ayudarlo y me parece 
		que realmente es capaz de absorber eso”.  
		Finalmente, llega el personaje que hace que se reúnan de manera 
		inesperada todos los Hoover para su improbable sueño por convertirse en 
		la “Pequeña Miss Sunshine”: Olive. En cuanto a Olive, los realizadores 
		emprendieron una inmensa búsqueda nacional para encontrar a una niña de 
		siete años de edad con la madurez y talento para llevar gran parte de la 
		comedia de la película —sin dejar de ser una pequeña común y corriente. 
		Parecía ser un hueco extremadamente difícil de llenar hasta que se 
		toparon con Abigail Breslin, quien hizo un prometedor debut 
		cinematográfico como la hija de Mel Gibson en SIGNS.  
		“Vimos por primera vez a Abigail en una cinta donde está haciendo una 
		audición y después la vimos en Jay Leno”, recuerda Valerie Faris. “Lo 
		que realmente nos impresionó es que estaba totalmente ajena al público. 
		Contaba con una concentración realmente intensa que sabíamos era 
		perfecta para Olive”.  
		En diversas conversaciones con Abigail, al poco tiempo se volvió 
		evidente que incluso a su temprana edad, ya tenía un gran discernimiento 
		en cuanto al comportamiento de los Hoover. “Son una familia que en 
		realidad no ves todo el tiempo”, dice la chiquilla de siete años. “No 
		son la familia perfecta que usualmente ves en las películas y revistas. 
		Pero creo que en este viaje aprenden cosas acerca de ellos mismos que 
		nunca creyeron iban a lograr. Y de lo que se trata la película es que a 
		pesar de que no todas las familias son perfectas, incluso la familia 
		imperfecta se puede amar de igual manera”.  
		Breslin incluso utilizó un traje de obesidad tamaño infantil para poder 
		representar la gordura de Olive, que se vuelve particularmente aparente 
		cuando la irreprimible Olive se encuentra en medio de esbeltas, 
		emperifolladas y diminutas reinas de belleza, en California. A lo largo 
		del proceso, Breslin también se encariñó mucho, que incluso llegó hasta 
		admirar, con la habilidad que tiene su personaje para mantenerse en su 
		propio mundo. Se refiere a Olive como una niña “realmente valiente”. 
		“Quizás y no esperes que ella vaya a ser una reina de belleza, pero en 
		realidad creo que es muy buena onda”, comenta, “porque realmente cree en 
		ella”.  
		Fue la habilidad de Breslin para darle vida al personaje lo que inspiró 
		al resto del reparto. Greg Kinnear habla de su actuación: “Todo lo hace 
		de manera imperceptible. Es como si ni siquiera estuviera actuando. Lo 
		que ves en cada escena es pura honestidad y verdad, y no hay nada mejor 
		que eso”.  
		Una vez que el reparto quedó conformado, Faris y Dayton comenzaron a 
		buscar formas que los ayudaran a desarrollar el inefable cariño, los 
		conflictos, las peculiaridades y la compleja dinámica de una verdadera 
		familia, dejando a un lado una cantidad considerable de ensayos. “Antes 
		de filmar, estuvimos juntos durante toda una semana, durante la cual 
		hicimos mucha improvisación entre nosotros”, recuerda Arkin. “Realmente 
		comenzamos a sentir lo que los personajes sienten con respecto a los 
		otros y quiénes éramos como familia”.  
		Parte del proceso de vinculación fue un auténtico “día de campo 
		familiar” que le dio al reparto un cariz de lo que estaba por venir. 
		“Todos nos subimos a una camioneta, manejamos un rato y después nos 
		paramos a comer, manteniéndonos en personaje todo el tiempo”, explica 
		Steve Carell. “Alan Arkin estaba sentado detrás de mí y se la pasaba 
		diciendo ‘ooohhh, uhhhhh, tengo que ir al baño’. Tan sólo intentar 
		mantenerte en personaje fue casi imposible porque cada cinco minutos 
		escuchabas ‘uuuuhhhh, ahhh, ohhh’ – y nos estaba matando. Finalmente, 
		tuve que darme la vuelta y no verlo porque era demasiado divertido”.  
		 
		 
		EN LA CAMIONETA VW: LA PRODUCCIÓN DE LA PELÍCULA 
		“¡¿Qué es esto?! ¡¿Pollo?! ¡Todos los días es pollo! ¡Por Dios Santo! 
		¡¿Sería posible, por tan sólo una vez, que pudiéramos cenar algo que no 
		sea el maldito pollo?! 
		-Abuelo 
		 
		Una vez que estaban en el plató de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, el reparto no 
		sólo tuvo que acostumbrarse a cada uno de los personajes, sino también a 
		la situación relativamente inusual de tener a dos directores. “Al 
		principio, estaba un poco nervioso al respecto”, comenta Alan Arkin. 
		“Pensé que se iba a duplicar la cantidad de direcciones que estaba 
		recibiendo. Pero fueron maravillosos. Parecen hablar el mismo idioma y 
		es casi como estar tratando con una sola persona”.  
		Debido a los años de experiencia en los escenarios de los comerciales y 
		videos musicales, Dayton y Faris han pulido su sociedad. “El hecho de 
		que seamos dos significa simplemente que siempre debemos tener una idea 
		clara de lo que queremos y estar todavía más preparados”, comenta Dayton. 
		“Nuestro trabajo es la intersección de nuestras dos sensibilidades”, 
		añade Faris.  
		Pero, ¿cómo un matrimonio puede sobrevivir la intensidad y el estrés del 
		rodaje de una ópera prima? “Intentamos no pensar en el hecho de que 
		estábamos juntos 23 horas al día”, señala Dayton. “Hay un respeto 
		mutuo”, comenta Faris, “y no se ha deteriorado, creativa o 
		personalmente”. Quizás Dayton tiene el sentir más importante: “No me 
		puedo imaginar ir a casa con alguien que no tiene idea en qué estaba 
		trabajando ese día”.  
		Para el productor Peter Saraf sólo hubo una desventaja de que hubieran 
		dos directores en el plató: “Era más difícil ver el monitor”, dice entre 
		risas.  
		La producción de PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo limitada a treinta días 
		intensos, esparcidos en locaciones al sur de California y en los 
		desiertos de Arizona, en el cálido verano de 2005. “Fue un rodaje 
		extenuante”, comenta Dayton. “Pero queríamos el realismo que te da estar 
		afuera en la carretera”.  
		Una vez que dio inicio el viaje, los realizadores tornaron su atención 
		al diseño visual y atmósfera del filme. Una de sus metas principales fue 
		encontrar el balance correcto entre el sentido del humor, frecuentemente 
		perverso, y el realismo que necesitaba la película, para mantener unida 
		la historia. “Sabíamos que lo más importante eran las actuaciones”, 
		comenta Jonathan Dayton, “así que intentamos establecer una delicada 
		línea entre crear tomas bellas e interesantes y nunca opacar las 
		actuaciones dentro del encuadre”.  
		Dayton y Faris colaboraron estrechamente con el director de fotografía 
		Tim Suhrstedt —quien había fotografiado previamente mundos cómicos, 
		tales como la vida corporativa en OFFICE SPACE y la estilizada fantasía 
		BILL AND TED’S EXCELLENT ADVENTURE— para crear imágenes excéntricas y 
		frescas que permitieran que las personalidades de los Hoover destacaran. 
		“No había reglas, excepto utilizar lo que sintiéramos que fuera correcto 
		para un momento dado”, comenta Suhrstedt. “Utilizamos una mezcla de 
		todo, con algunas tomas que se planearon con anticipación y con otras 
		que se nos ocurrieron in situ”. Para apoyar este bohemio estilo de 
		trabajo, Suhrstedt decidió filmar la película en Súper 35mm, en vez de 
		utilizar lentes anamórficos. “Te permite utilizar equipo más ligero y 
		tienes una mejor profundidad de campo, que se acoplaba perfectamente al 
		horario de rodaje”, explica.  
		Suhrstedt también quería mantenerse alejado de los típicos tonos 
		brillantes y soleados asociados con las comedias familiares. “No soy un 
		gran partidario de la idea de que las comedias necesitan estar 
		intensamente iluminadas”, comenta Suhrstedt. “Para esta película, quería 
		iluminar a los actores de manera natural, y después tratar de conseguir 
		los ángulos correctos para capturar las actuaciones”.  
		Cuando se trató de encontrar ángulos, el reto mayor fue filmar adentro 
		de lo que se convierte en el denso hogar de los Hoover durante gran 
		parte de la historia: su golpeada y deteriorada camioneta VW. Para poder 
		encontrar vistas interesantes desde el interior del vehículo, Suhrstedt 
		primero utilizó una cámara de video para experimentar con distintos 
		ángulos, que lo llevó finalmente a compilar las tomas que mejor 
		funcionaban.  
		A lo largo del rodaje, Suhrstedt también trabajó de cerca con la 
		diseñadora de producción Kalina Ivanov, quien también centró su atención 
		en un naturalismo familiar en contra del caos y catarsis bajo los cuales 
		se desarrolla el viaje. “No quisimos exagerar, no quisimos forzar las 
		cosas, siempre procuramos que las imágenes fueran sutiles y realistas”, 
		explica Ivanov.  
		Ivanov comenzó por hacer el viaje en carretera desde Albuquerque a 
		Redondo Beach, mientras recababa una gran cantidad de fotografías e 
		imágenes que encontró a lo largo del camino, y que compartió con el 
		reparto y el equipo de producción. Una vez que llegó a California, 
		también se puso a buscar el hogar de la familia Hoover, que encontró en 
		Burbank. “Tenía justo la apariencia que queríamos, pero terminamos 
		construyendo paredes falsas para achicar los espacios y que de esta 
		forma se viera más atiborrada”, comenta Ivanov.  
		Después, Ivanov consiguió cuatro camionetas clásicas VW —el excéntrico 
		vehículo, que se volvió popular a finales de la década de los 70, en el 
		que viaja la familia. Si bien sus interiores fueron remodelados para 
		acoplarse a las necesidades de producción, no había nada como filmar las 
		escenas en una camioneta caliente y abarrotada en medio del desierto. 
		“Fue probablemente una de las experiencias más fraternales que un actor 
		pueda tener”, dice entre risas Toni Collette. Paul Dano es más franco: 
		“Fue un infierno. Estaba increíblemente caliente y confinado”. La joven 
		Abigail Breslin lo resume: “Al estar así en una pequeña camioneta VW, en 
		realidad llegas a conocer a los demás —es difícil que sea de otra 
		manera”.  
		Eventualmente, el viaje en carretera termina con la culminante escena 
		del concurso de belleza, que balancea una especie de impactante 
		autenticidad con el estilo cómico general de la película. La clave fue 
		darle los papeles a auténticos participantes del muy serio, e incluso 
		despiadado, mundo de los concursos de belleza infantiles. “Hicimos hasta 
		lo imposible para conseguir auténticos niños de concurso y sus padres 
		para aquellas escenas”, comenta Valerie Faris. “Casi no vestimos o 
		dirigimos a estas pequeñas”.  
		La diseñadora de producción Ivanov también investigó los típicos 
		concursos de belleza infantiles para crear un plató que fuera tan 
		realista que provocara una intensa reacción de los extras. “El mejor 
		elogio que recibí fue que muchas de las personas del concurso tenían 
		lágrimas en sus ojos al ver el lugar, porque sus pequeñas estaban tan 
		emocionadas en salir a desfilar en él”, comenta Ivanov.  
		Después de terminada la producción, los directores centraron su atención 
		en otro elemento vital de la película —la música— que, dados los años de 
		experiencia de Faris y Dayton en el área de videos musicales, fue 
		considerado algo especialmente importante. Forjaron una sociedad 
		sinérgica entre el aclamado compositor Mychael Danna y la ecléctica 
		banda DeVotchka, originaria de Denver, encabezada por el compositor y 
		cantante Nick Urata, cuyo sonido y música sirvió de inspiración para 
		gran parte de la banda sonora.  
		El exótico cuarteto musical, cuyo aventurado trabajo fusiona ritmos 
		folclóricos y melodías de todo el mundo, estaba listo para hacer la 
		transición a un estilo estadounidense más tradicional para el viaje en 
		carreteras del sudoeste de PEQUEÑA MISS SUNSHINE.  
		“Los escuchamos y pensamos que tenían el tono perfecto y la cualidad 
		melódica perfecta. Existe una emoción auténtica en lo que hacen”. De los 
		instrumentos inusuales de la banda, incluyendo el ‘sousaphone’, el 
		‘theremin’ y el ‘bouzouki’, Faris comenta: “Estábamos buscando música 
		que se asemejara a esta colección excéntrica de personajes. Lo que es 
		verdaderamente difícil es revelar el humor, sin que la misma música sea 
		‘humorosa’, y esto en realidad pareció funcionar”.  
		Para aprovechar cabalmente el sonido de DeVotchka, Faris y Dayton no 
		solamente le pidieron a la banda que escribiera canciones para la 
		película, sino que también le solicitaron a Mychael Danna que compusiera 
		una línea musical para reflejar la singular mezcla instrumental del 
		grupo. “Mychael escribió melodías bellas”, comenta Dayton. “En realidad, 
		entendió a lo que le estábamos apostando creativamente”.  
		Sufjan Stevens, el joven cantautor estadounidense considerado como una 
		de las nuevas voces más vitales en la escena musical actual, también 
		contribuye con dos canciones en PEQUEÑA MISS SUNSHINE. Su oda a los 
		viajes por carretera, “Chicago”, y la emotiva “No Man’s Land” le añaden 
		a la mezcla musical de la película el sentido singularmente moderno del 
		artista de melodías suntuosas y letras conmovedoras.  
		De la fotografía a los escenarios, de la música a la mismísima 
		complejidad de las actuaciones, toda la producción se dio a la tarea de 
		capturar a los Hoover con toda su absurdez, angustia y cariño. Steve 
		Carell lo resume: “La razón por la cual la gente reacciona tan 
		profundamente con los Hoover es porque están estresados, porque son 
		torpes, pero porque también son muy reales. Así es como son las 
		familias. No todo el tiempo es jugar con los cachorritos e ir a comer 
		helado. En ocasiones, puede ser feo, puede ser triste y puede ser 
		divertido, y es así como en realidad es la vida”.  
		 
		
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