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"PEQUEÑA MISS SUNSHINE"
de Jonathan Dayton y
Valerie Faris
“Un auténtico fracasado no es aquel que no gana. Un auténtico fracasado
es alguien que tiene tanto miedo a no ganar que ni siquiera lo intenta”.
--Abuelo
PEQUEÑA MISS SUNSHINE es una comedia
familiar estadounidense que rompe con todos los moldes.
Desvergonzadamente satírica, pero profundamente humana, la película le
presenta al público una de las familias más dulcemente fracturadas en la
historia reciente del cine: los Hoover, cuyo viaje a un concurso de
belleza infantil trae consigo no sólo un caos hilarante sino la muerte,
la evolución y una mirada conmovedora a las sorprendentes recompensas de
ser fracasados en una cultura que está desquiciada por triunfar. Un
éxito rotundo en el Festival de Cine de Sundance, donde se exhibió ante
un público que la ovacionó de pie, la película toca una fibra en todo
aquel que alguna vez ha quedado pasmado por la forma en como su
atolondrada familia parece salir adelante, después de todo.
Entre los Hoover, no hay uno solo que esté enteramente bien, pero no es
por dejar de intentarlo. Richard (GREG KINNEAR), el padre, un orador
motivacional exasperadamente optimista, está intentando de manera
desesperada vender su programa de 9 pasos para alcanzar el éxito —sin
mucho éxito. Mientras tanto, Sheryl (TONI COLETTE), la madre
“pro-honestidad”, es molestada constantemente por los secretos
excéntricos de su familia, especialmente aquellos que conciernen a su
hermano (STEVE CARELL), un académico de Proust, con tendencias suicidas,
recién salido del hospital después de haber sido plantado por su amante
homosexual. Después están los Hoover más jóvenes con sus sueños
inasequibles —la cegatona, ligeramente obesa y posible reina de belleza
de siete años de edad Olive (ABIGAIL BRESLIN) y Dwayne (PAUL DANO), un
adolescente lleno de ira y lector de Nietzsche, que ha tomado un
resoluto voto de silencio hasta que llegue a la Academia de la Fuerza
Aérea. La familia la encabeza el abuelo (ALAN ARKIN), un blasfemo
hedonista recientemente expulsado de su casa de retiro por inhalar
heroína.
Podrán no ser el retrato de la perfecta salud mental, pero cuando un
golpe de suerte provoca que Olive sea invitada a competir en el
ferozmente competitivo certamen “Pequeña Miss Sunshine”, en California,
toda la familia se une en su apoyo. Se apilan en su oxidada camioneta VW
para dirigirse hacia el oeste, en un viaje tragicómico de tres días con
sorpresas desenfrenadas, hasta llegar al gran debut de Olive —que
cambiará a toda la inadaptada familia en formas que jamás pudieron haber
imaginado.
PEQUEÑA MISS SUNSHINE presenta el debut como directores de los
renombrados realizadores de videos musicales (y equipo de marido y
mujer) Jonathan Dayton y Valerie Faris, quienes dirigen a partir de un
guión de Michael Arndt. La película es producida por Big Beach y Bona
Fide Productions, donde Marc Turtletaub, David T. Friendly y Peter Saraf,
y Albert Berger y Ron Yerxa fungen como productores y Jeb Brody y
Michael Beugg como productores ejecutivos. El equipo de producción
incluye al director de fotografía Tim Suhrstedt, a la diseñadora de
producción Kalina Ivanov, a la diseñadora de vestuario Nancy Steiner, a
la editora Pamela Martin, al compositor Mychael Danna y a la prometedora
banda DeVotchka.
El Camino hacia Redondo Beach: La Historia de PEQUEÑA MISS SUNSHINE
“No tiene caso entrar a un concurso si no piensas que vas a ganar.
¿Crees poder
ganar ‘Pequeña Miss Sunshine’?
--Richard
Cinco años en su realización y con todas las de perder, así como los
Hoover, PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo a punto de ser ignorada, pero
finalmente prevaleció gracias a la pasión de sus productores, directores
y estrellas. El proyecto dio inicio cuando el guión del prometedor
escritor Michael Arndt llegó a las manos de los socios productores
Albert Berger y Ron Yerxa. Berger recuerda, “Michael nos envió el guión
porque había trabajado en nuestra película ELECTION. Lo leí y me volví
loco. PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una propuesta más fresca y sombría en
las películas de viajes familiares por carretera, que contaba con mucha
honestidad con respecto a cómo las familias interactúan entre ellas”.
Yerxa añade, “Cada personaje en esta historia sufre una gran
transformación —incluso la camioneta VW de la familia”.
Berger y Yerxa le llevaron el guión a los socios productores Marc
Turtletaub y David T. Friendly, de Deep River Productions, —y quedaron
desarmados de manera instantánea por la inusual pero distintiva familia
norteamericana que era la esencia de la comedia. “Terminé de leer a la 1
de la mañana, lo puse en mi mesa de noche y me dije, ‘tenemos que hacer
esto”, comenta Turtletaub. Friendly añade: “Mi instinto me dijo que
tenía que hacer este guión. Es muy raro encontrar una película como ésta
que realmente te haga reír y después dé un giro de 180º y te haga
llorar”.
En el 2004, Marc Turtletaub fundó Big Beach Productions con su socio
Peter Saraf para poder producir y financiar películas independientes.
Marc le mostró a Peter el guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE y ambos estaban
entusiasmados en hacer la película bajo los auspicios de Big Beach.
Saraf indica, “Lo que realmente nos llamó la atención fue que había algo
en cada uno de estos personajes con lo que la audiencia se podía
identificar”. Una vez que los otros productores estuvieron de acuerdo,
Big Beach comenzó la producción a principios de 2005.
Al buscar un director que tuviera un punto de vista tan distintivo como
la agudeza cómica del guión, Berger y Yerxa sugirieron al atípico equipo
de marido y mujer de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Conocidos en el
medio por ser premiados directores de videos musicales y comerciales,
Dayton y Faris habían estado buscando durante años enamorarse de un
proyecto cinematográfico…con poca suerte. Pero tan pronto y leyeron el
guión de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, supieron que éste era el bueno. De
inmediato comenzaron a verter ideas de cómo capturar las desenfrenadas
vicisitudes emocionales del viaje por carretera de la familia en formas
nunca antes vistas, lo que impresionó aún más a los productores.
“Había 14 directores que consideramos para este proyecto, pero, desde el
inicio, Jonathan y Valerie tenían una propuesta tan apasionada de la
película que inmediatamente se ganaron nuestra confianza”, comenta
Turtletaub, “y realmente estuvieron junto a nosotros a lo largo de todo
el proceso”.
Albert Berger señala: “Ya teníamos mucho tiempo queriendo trabajar con
Jon y Val. Siempre tuvimos un buen presentimiento sobre ellos porque sus
videos tienen tanto elegancia visual como humanismo. Son vanguardistas
pero también tienen sabiduría y un lado sincero —y finalmente, creo que
no pudieron haber sido más adecuados para el proyecto”.
Dayton y Faris, mejor conocidos como íconos en la vanguardia de la
cultura, no esperaban necesariamente hacer su debut con una comedia
familiar —pero, luego, tampoco esperaban toparse con la todo menos
típica familia Hoover.
Jonathan Dayton indica, “Mucha gente nos había abordado con proyectos
estilísticos, pero nos gustó que PEQUEÑA MISS SUNSHINE se sentía muy
distante a ese mundo. Desde luego que queríamos hacer algo con estilo,
pero nos encantaron estos personajes y ese fue el punto más importante.
Queríamos que la experiencia se originara a partir de lo que más nos
gusta en las películas, una que exalte las excentricidades humanas”.
Valerie Faris añade: “Nos identificamos inmediatamente con la historia.
Siempre habíamos querido hacer una película que contara con muchos
tonos; que tuviera una vida emocional intensa, además de mucho humor.
Sentimos que PEQUEÑA MISS SUNSHINE era una historia que se mueve en gran
medida de la misma manera en como se mueve la vida, que va del drama a
la farsa, a la reflexión y nuevamente de regreso a la farsa”.
Pero a pesar de todo el fervor grupal por la historia, el proyecto
seguía topándose con pared, especialmente porque nadie quería
arriesgarse en una película familiar con un ingenio tan sobriamente
matizado y sardónico —hasta que Marc Turtletaub dio un paso adelante
para ayudar a financiar la película de su propio bolsillo.
“Si dejamos a un lado las cosas que nos encantaron de ella —su lenguaje
vulgar, el comportamiento extravagante— hubiera sido una comedia
familiar perfecta”, dice entre risas Faris. “Pero queríamos hacer una
película que no se tratara de valores familiares, sino acerca del valor
de la familia”.
Forjando una Familia Inadaptada: El Reparto de PEQUEÑA MISS SUNSHINE
“¡No quiero ser tu familia! ¡Los odio a todos! ¡Los odio! ¡Divorcio!
¡Bancarrota! ¡Suicidio! ¡Son unos fracasados!”
--Dwayne
Desde el inicio, la clave de PEQUEÑA MISS SUNSHINE recaía claramente en
encontrar a un reparto que pudiera hacer divertido a los Hoover y a toda
su disfunción, pero al mismo tiempo hacerlos devastadoramente reales.
Dayton y Faris sabían que podía ser un reto intimidante para directores
primerizos. “Necesitábamos encontrar no sólo a seis actores
excepcionalmente intensos, sino también a seis actores que pudieran
compartir la pantalla y convertirse realmente en una familia muy unida a
pesar de ellos mismos”, comenta Dayton. “Requeríamos del tipo de actores
que son tanto honestos como divertidos”.
Con el guión en mano, los realizadores se dieron a la tarea de tocar a
la puerta de su reparto de “ensueño” —y encontramos de manera
instantánea respuestas positivas. “Para cada uno de los papeles
conseguimos a los actores que siempre fueron nuestra primera opción”,
indica el productor Peter Saraf.
El casting dio inicio con el patriarca de la familia Hoover: Richard,
que se encuentra en la irónica posición de ser un orador motivacional
fracasado que ni siquiera puede motivar a alguien para que lo contrate.
Sin embargo, a Richard nunca le falta un aforismo agresivo con aires de
sicología pop para cada situación, a pesar de la constante mortificación
de su familia. Para darle vida a la inusual mezcla de optimismo
superficial y angustia implícita de Richard, no parecía existir una
mejor persona que el actor nominado al Premio de la Academia® Greg
Kinnear, que comenzó su carrera como comediante pero ha evolucionado
hasta convertirse en uno de los talentos más diversos de Hollywood, con
papeles que van de AS GOOD AS IT GETS hasta WE WERE SOLDIERS, a la
reciente MATADOR. “Greg es excepcionalmente capaz en aportar una
auténtica simpatía a incluso los personajes más desagradables”, explica
Saraf, “así que era perfecto para Richard”.
David Friendly añade: “Desde hace mucho tiempo soy amigo de Greg, así
que sabía que contaba con ese lado hilarantemente cáustico que podía
aportarle a este personaje de una manera en la que ningún otro actor
hubiera podido”.
Kinnear quedó enganchado con el guión. “Creo que todo mundo en este
película se sintió atraído al guión”, comenta. “Tienes a esta familia
que aparentemente va a emprender este viaje muy simple y de repente
destapas toda esta compleja dinámica familiar que los lleva hacia el
cambio. Es una película con humor muy negro, pero al mismo tiempo
también es positiva y alentadora. Toma giros inesperados que son muy
refrescantes”.
Al abordar a Richard y su filosofía “negada a perder”, Kinnear se
visualizó como un tipo de Tony Robbins venido a menos —un tipo que
quiere creer en manifestaciones más descomunales, despampanantes y
triunfadoras del Sueño Americano, pero termina frecuentemente en el lado
fracasado de la vida. “Richard está lleno de filosofías erróneas”, dice
entre risas Kinnear. “Realmente cree en la idea que tienes que intentar
ganar en todo, pero cuando se trata del concurso de belleza ‘Pequeña
Miss Sunshine’ repentinamente se percata que todas sus creencias están
entrando en conflicto con la felicidad de su hija”.
Uno de los elementos más emocionantes de PEQUEÑA MISS SUNSHINE para
Kinnear fue tener la oportunidad de trabajar con Alan Arkin, quien
interpreta a su diametralmente opuesto padre. “Alan es muy divertido y
también es un actor verdaderamente fantástico”, comenta. “Fue
interesante explorar nuestra relación porque mientras el padre de
Richard es este viejo excéntrico y espontáneo, que le gusta experimentar
con la heroína, Richard es este gurú muy tenso, que cree en la autoayuda
y en asumir responsabilidades, que quizás y fue su manera de rebelarse.
La clave fue balancear las excentricidades de los personajes, pero
hacerlos accesibles”.
Quizás el personaje menos excéntrico de la película es el único cimiento
de la familia Hoover: Sheryl —una mujer divorciada que intenta
desesperadamente hacer que su segunda familia funcione, a pesar de sus
agobiantes peculiaridades. El papel acabó en manos de la estrella
australiana Toni Collette, quien recibió una nominación al Premio de la
Academia por su trabajo en THE SIXTH SENSE (El Sexto Sentido) y ha
logrado hacerse de papeles muy diversos pero sumamente aclamados en
películas tales como THE HOURS, ABOUT A BOY y JAPANESE STORY,
apareciendo más recientemente en IN HER SHOES. Faris y Dayton
recurrieron a Collette porque sabían que tenía una amplia gama de
habilidades cómicas —pero también la destreza para aportarle una
auténtica profundidad y honestidad a la típica madre atormentada
estadounidense, tal como Sheryl. “Es una actriz de talla mundial que
tiene una habilidad sobresaliente para aportarle algo especial a todo lo
que hace”, dice David Friendly.
Al igual que Kinnear, Collette quedó seducida por la familia Hoover y
sus intentos vergonzosos por alcanzar el éxito. “Todo el guión me
encantó y me fascinó esta familia disfuncional, que está aprendiendo a
llevarse por primera vez”, comenta. “Me involucré por completo con
ellos. Sus frustraciones y sus anhelos me parecieron muy genuinos y
también bastante universales. Conforme lo leía, no dejaba de reír y de
llorar”.
Collette también se identificó con el dilema al que se enfrenta Sheryl,
una vez que intenta constantemente hacerse la diplomática, la
intermediaria y la feliz ama de casa, mientras su familia se desmorona.
“La familia significa todo para Sheryl”, indica. “Así que siente que
haría cualquier cosa para suavizar las cosas y hacer a todos felices
—sin importar que tenga que hacer para lograrlo”.
Se requiere de mucho cuando se trata del hermano de Sheryl, quien
recientemente intentó suicidarse después de una caída estrepitosa que
dio inicio con una mezcla de amor no correspondido, su fracaso por
obtener una Beca “Genius” MacArthur y perder su autoproclamado puesto
como el mejor académico de Proust en los EEUU. La felicidad no se da de
manera natural en Frank, pero el popular comediante Steve Carell le
aporta un toque de irreverencia a la interpretación que hace del
abatimiento.
Si bien Carell se ha vuelto en una de las estrellas cómicas más
populares de Hollywood, cuando fue elegido para interpretar el papel en
la película, era un virtual desconocido. “La inteligencia de Steve como
intérprete es lo que nos convenció”, comenta el co-director Dayton
acerca de Carell. “Es hilarante pero también puede hacer absolutamente
cualquier cosa —es sorprendente en ese sentido”. El productor Albert
Berger añade: “Fuimos realmente afortunados porque cuando le otorgamos
el papel, el público cinematográfico no conocía en realidad a Steve. Su
trabajo en THE 40-YEAR OLD VIRGIN cambió todo eso. Para nosotros fue la
elección perfecta en todos los sentidos”.
Carell siente que los Hoover —a pesar de sus flaquezas y fracasos
cómicos— no son tan distintos a la gran mayoría de las familias. “Existe
una corriente implícita de amor entre estos personajes”, señala, “que
finalmente los mantiene juntos y termina por unirlos. En cualquier
familia, creo que hay ocasiones en las que puedes detestar a otra
persona, pero nunca puedes escaparte del hecho de que siempre estás
vinculado por la sangre y que vas a terminar por unirte cuando realmente
haya una crisis, como en la que se encuentran los Hoover cuando se
dirigen a California”.
Incluso a pesar de que el viaje de la familia comienza rápidamente a
irse en picada, Frank comienza, de mala gana, a unirse a las hazañas de
su familia. “Creo que al principio Frank está lleno de porquería”, dice
entre risas Carell. “Es este autoproclamado experto en Proust quien cree
ser un gran intelectual, pero cuando se enfrenta a una relación
verdadera, es totalmente deficiente”.
Fue la transformación de Frank —de ser un tipo depresivo y obsesionado
hasta el intento de iniciar una relación— lo que le pareció a Carell un
reto fascinante. “Comienza en un lugar muy oscuro pero lo que me encantó
acerca del papel es que en unos cuantos días, ves cómo se recupera
gentilmente, cómo se desvanecen sus facetas oscuras conforme se
involucra cada vez más con la familia”, comenta. “Comienzas a ver cómo
el amor comienza a fluir, pero la película nunca se vuelve cursi o
sentimental. Siempre te regresa a la gracia y a la comedia que la
envuelve”.
El prospecto de trabajar con un grupo de actores tan talentoso fue otro
bono adicional para Carell. “Cuando me enteré quiénes iban a interpretar
los demás papeles, me sentí un poco intimidado y sorprendido”, recuerda.
“No dejaba de pensar, ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Cómo encajo en esta
mezcla? Fue realmente emocionante tan sólo conocer a esta gente,
imagínate haber trabajado con ellos”.
Entre los actores con los que Carell estaba más emocionado por conocer
era Alan Arkin, veterano estrella del teatro, el cine y la televisión,
que realmente se sumergió en la interpretación de uno de los abuelos más
inusuales vistos en pantalla —un viejo de aproximadamente 70 años de
edad sin pelos en la lengua, adicto a la heroína y aficionado al cine
porno, que, no obstante, es fuente de inspiración para su inadaptada
nieta.
“Fue muy divertido conseguir al actor para interpretar el papel”,
comenta Dayton. Faris añade: “Siempre hemos amado a Alan. Para nosotros,
trabajar con él fue como haber trabajado con los Beatles”.
Así como sus compañeros de reparto, lo que le llamó la atención a Arkin
fue el guión conmovedoramente cómico. “Me encantó que no telegrafiaba
nada”, enfatiza. “Deja un espacio para que el público haga uso de su
propia imaginación”.
En cuanto a su interpretación del desafiantemente bohemio abuelo, Arkin
disfrutó la libertad de ser capaz de llevar su personaje más allá de los
límites usuales para un personaje de cierta edad. “Es un gran papel,
porque el abuelo es un descarado en todo. Está completamente al
descubierto, no tiene nada que ocultar, y esa fue una de mis cosas
favoritas de él”, indica. “Es un tipo que siempre dice lo que siente
—pero lo que siente también cambia de minuto a minuto”.
Arkin continúa: “Toda la familia es muy inusual y sorprendente. No
obstante, de alguna manera, con toda la adversidad que hay entre ellos
como individuos, existe un amor genuino que los mantiene unidos”.
Con el reparto de adultos completado, el problema más grande de la
película fue encontrar a los dos niños Hoover —ambos papeles sumamente
complejos para actores jóvenes, que tenían que ser tanto divertidos como
conmovedores. Para interpretar a Dwayne, el hijo adolescente, los
realizadores necesitaban encontrar a esa persona inusual que pudiera
hacer su personaje intrigante sin decir nunca una sola palabra; y, en
cambio, escribir la mayor parte de sus diálogos en una pequeña libreta
blanca. Encontraron lo que estaban buscando en la prometedora estrella
Paul Dano. Ya con una reputación establecida como un adolescente de
versatilidad excepcional en papeles que van desde los programas “The
Sopranos”, para HBO, al drama urbano L.I.E., hasta THE BALLAD OF JACK
AND ROSE, al lado de Daniel Day Lewis, los realizadores estaban
impresionados con la habilidad de Dano para expresarse de una manera tan
matizada, como una estrella del cine mudo.
“Paul estuvo realmente impresionante porque va mucho más allá del
trillado adolescente a disgusto”, comenta Jonathan Dayton. “Nunca hubo
un paso en falso de su parte”.
A Dano le encantó el guión, pero el trato quedó cerrado para él cuando
supo más de los directores Dayton y Faris. “Cuando me enteré que
hicieron algunos de los videos de Smashing Pumpkins, que algunos de
ellos son mis favoritos de toda la vida, supe que quería trabajar con
ellos”, comenta. “Creo que son realmente talentosos”.
No obstante, Dano se enteró al poco tiempo que interpretar un personaje
inmerso en el nihilismo y el silencio era el más grande reto de su
carrera a la fecha. “De hecho, fue mucho más difícil de lo que creí que
iba a ser”, admite Dano. “Tienes que estar reaccionando de manera
constante y encontrar maneras completamente originales de expresarte. No
te puedes quedar ahí sentado sin hacer nada —eso sería totalmente
aburrido”.
Para ver cómo sería en realidad la vida silente de Dwayne, Dano se
impuso por voluntad propia un voto de silencio para experimentar durante
varios días la sensación. “Esto fue verdaderamente difícil”, comenta.
“Fue especialmente complejo con mi familia porque a ratos me estaban
volviendo loco, pero también fue benéfico para ver cuán frustrante se
sentía en realidad”.
A pesar de las peculiaridades inusuales de Dwayne, Dano también lo ve en
muchas maneras como un típico joven estadounidense que está intentando
entender quién es y qué es lo más importante en la vida. “Creo que
Dwayne es alguien con quien mucha gente se identificará de inmediato”,
acota. “Todo mundo pasa por un periodo en el que realmente no les agrada
su familia, pero también sabes que siempre tendrás un tipo de vínculo
con ellos. Cuando tienes 15 años, creo que empiezas a perder tu
inocencia y ves que esta gente a tu alrededor está un poco loca y no
estás seguro si quieres ser parte de ello, razón por la cual Dwayne hace
su voto de silencio. Pero luego, cuando finalmente cede, cuando está en
su momento más vulnerable, su familia está ahí para ayudarlo y me parece
que realmente es capaz de absorber eso”.
Finalmente, llega el personaje que hace que se reúnan de manera
inesperada todos los Hoover para su improbable sueño por convertirse en
la “Pequeña Miss Sunshine”: Olive. En cuanto a Olive, los realizadores
emprendieron una inmensa búsqueda nacional para encontrar a una niña de
siete años de edad con la madurez y talento para llevar gran parte de la
comedia de la película —sin dejar de ser una pequeña común y corriente.
Parecía ser un hueco extremadamente difícil de llenar hasta que se
toparon con Abigail Breslin, quien hizo un prometedor debut
cinematográfico como la hija de Mel Gibson en SIGNS.
“Vimos por primera vez a Abigail en una cinta donde está haciendo una
audición y después la vimos en Jay Leno”, recuerda Valerie Faris. “Lo
que realmente nos impresionó es que estaba totalmente ajena al público.
Contaba con una concentración realmente intensa que sabíamos era
perfecta para Olive”.
En diversas conversaciones con Abigail, al poco tiempo se volvió
evidente que incluso a su temprana edad, ya tenía un gran discernimiento
en cuanto al comportamiento de los Hoover. “Son una familia que en
realidad no ves todo el tiempo”, dice la chiquilla de siete años. “No
son la familia perfecta que usualmente ves en las películas y revistas.
Pero creo que en este viaje aprenden cosas acerca de ellos mismos que
nunca creyeron iban a lograr. Y de lo que se trata la película es que a
pesar de que no todas las familias son perfectas, incluso la familia
imperfecta se puede amar de igual manera”.
Breslin incluso utilizó un traje de obesidad tamaño infantil para poder
representar la gordura de Olive, que se vuelve particularmente aparente
cuando la irreprimible Olive se encuentra en medio de esbeltas,
emperifolladas y diminutas reinas de belleza, en California. A lo largo
del proceso, Breslin también se encariñó mucho, que incluso llegó hasta
admirar, con la habilidad que tiene su personaje para mantenerse en su
propio mundo. Se refiere a Olive como una niña “realmente valiente”.
“Quizás y no esperes que ella vaya a ser una reina de belleza, pero en
realidad creo que es muy buena onda”, comenta, “porque realmente cree en
ella”.
Fue la habilidad de Breslin para darle vida al personaje lo que inspiró
al resto del reparto. Greg Kinnear habla de su actuación: “Todo lo hace
de manera imperceptible. Es como si ni siquiera estuviera actuando. Lo
que ves en cada escena es pura honestidad y verdad, y no hay nada mejor
que eso”.
Una vez que el reparto quedó conformado, Faris y Dayton comenzaron a
buscar formas que los ayudaran a desarrollar el inefable cariño, los
conflictos, las peculiaridades y la compleja dinámica de una verdadera
familia, dejando a un lado una cantidad considerable de ensayos. “Antes
de filmar, estuvimos juntos durante toda una semana, durante la cual
hicimos mucha improvisación entre nosotros”, recuerda Arkin. “Realmente
comenzamos a sentir lo que los personajes sienten con respecto a los
otros y quiénes éramos como familia”.
Parte del proceso de vinculación fue un auténtico “día de campo
familiar” que le dio al reparto un cariz de lo que estaba por venir.
“Todos nos subimos a una camioneta, manejamos un rato y después nos
paramos a comer, manteniéndonos en personaje todo el tiempo”, explica
Steve Carell. “Alan Arkin estaba sentado detrás de mí y se la pasaba
diciendo ‘ooohhh, uhhhhh, tengo que ir al baño’. Tan sólo intentar
mantenerte en personaje fue casi imposible porque cada cinco minutos
escuchabas ‘uuuuhhhh, ahhh, ohhh’ – y nos estaba matando. Finalmente,
tuve que darme la vuelta y no verlo porque era demasiado divertido”.
EN LA CAMIONETA VW: LA PRODUCCIÓN DE LA PELÍCULA
“¡¿Qué es esto?! ¡¿Pollo?! ¡Todos los días es pollo! ¡Por Dios Santo!
¡¿Sería posible, por tan sólo una vez, que pudiéramos cenar algo que no
sea el maldito pollo?!
-Abuelo
Una vez que estaban en el plató de PEQUEÑA MISS SUNSHINE, el reparto no
sólo tuvo que acostumbrarse a cada uno de los personajes, sino también a
la situación relativamente inusual de tener a dos directores. “Al
principio, estaba un poco nervioso al respecto”, comenta Alan Arkin.
“Pensé que se iba a duplicar la cantidad de direcciones que estaba
recibiendo. Pero fueron maravillosos. Parecen hablar el mismo idioma y
es casi como estar tratando con una sola persona”.
Debido a los años de experiencia en los escenarios de los comerciales y
videos musicales, Dayton y Faris han pulido su sociedad. “El hecho de
que seamos dos significa simplemente que siempre debemos tener una idea
clara de lo que queremos y estar todavía más preparados”, comenta Dayton.
“Nuestro trabajo es la intersección de nuestras dos sensibilidades”,
añade Faris.
Pero, ¿cómo un matrimonio puede sobrevivir la intensidad y el estrés del
rodaje de una ópera prima? “Intentamos no pensar en el hecho de que
estábamos juntos 23 horas al día”, señala Dayton. “Hay un respeto
mutuo”, comenta Faris, “y no se ha deteriorado, creativa o
personalmente”. Quizás Dayton tiene el sentir más importante: “No me
puedo imaginar ir a casa con alguien que no tiene idea en qué estaba
trabajando ese día”.
Para el productor Peter Saraf sólo hubo una desventaja de que hubieran
dos directores en el plató: “Era más difícil ver el monitor”, dice entre
risas.
La producción de PEQUEÑA MISS SUNSHINE estuvo limitada a treinta días
intensos, esparcidos en locaciones al sur de California y en los
desiertos de Arizona, en el cálido verano de 2005. “Fue un rodaje
extenuante”, comenta Dayton. “Pero queríamos el realismo que te da estar
afuera en la carretera”.
Una vez que dio inicio el viaje, los realizadores tornaron su atención
al diseño visual y atmósfera del filme. Una de sus metas principales fue
encontrar el balance correcto entre el sentido del humor, frecuentemente
perverso, y el realismo que necesitaba la película, para mantener unida
la historia. “Sabíamos que lo más importante eran las actuaciones”,
comenta Jonathan Dayton, “así que intentamos establecer una delicada
línea entre crear tomas bellas e interesantes y nunca opacar las
actuaciones dentro del encuadre”.
Dayton y Faris colaboraron estrechamente con el director de fotografía
Tim Suhrstedt —quien había fotografiado previamente mundos cómicos,
tales como la vida corporativa en OFFICE SPACE y la estilizada fantasía
BILL AND TED’S EXCELLENT ADVENTURE— para crear imágenes excéntricas y
frescas que permitieran que las personalidades de los Hoover destacaran.
“No había reglas, excepto utilizar lo que sintiéramos que fuera correcto
para un momento dado”, comenta Suhrstedt. “Utilizamos una mezcla de
todo, con algunas tomas que se planearon con anticipación y con otras
que se nos ocurrieron in situ”. Para apoyar este bohemio estilo de
trabajo, Suhrstedt decidió filmar la película en Súper 35mm, en vez de
utilizar lentes anamórficos. “Te permite utilizar equipo más ligero y
tienes una mejor profundidad de campo, que se acoplaba perfectamente al
horario de rodaje”, explica.
Suhrstedt también quería mantenerse alejado de los típicos tonos
brillantes y soleados asociados con las comedias familiares. “No soy un
gran partidario de la idea de que las comedias necesitan estar
intensamente iluminadas”, comenta Suhrstedt. “Para esta película, quería
iluminar a los actores de manera natural, y después tratar de conseguir
los ángulos correctos para capturar las actuaciones”.
Cuando se trató de encontrar ángulos, el reto mayor fue filmar adentro
de lo que se convierte en el denso hogar de los Hoover durante gran
parte de la historia: su golpeada y deteriorada camioneta VW. Para poder
encontrar vistas interesantes desde el interior del vehículo, Suhrstedt
primero utilizó una cámara de video para experimentar con distintos
ángulos, que lo llevó finalmente a compilar las tomas que mejor
funcionaban.
A lo largo del rodaje, Suhrstedt también trabajó de cerca con la
diseñadora de producción Kalina Ivanov, quien también centró su atención
en un naturalismo familiar en contra del caos y catarsis bajo los cuales
se desarrolla el viaje. “No quisimos exagerar, no quisimos forzar las
cosas, siempre procuramos que las imágenes fueran sutiles y realistas”,
explica Ivanov.
Ivanov comenzó por hacer el viaje en carretera desde Albuquerque a
Redondo Beach, mientras recababa una gran cantidad de fotografías e
imágenes que encontró a lo largo del camino, y que compartió con el
reparto y el equipo de producción. Una vez que llegó a California,
también se puso a buscar el hogar de la familia Hoover, que encontró en
Burbank. “Tenía justo la apariencia que queríamos, pero terminamos
construyendo paredes falsas para achicar los espacios y que de esta
forma se viera más atiborrada”, comenta Ivanov.
Después, Ivanov consiguió cuatro camionetas clásicas VW —el excéntrico
vehículo, que se volvió popular a finales de la década de los 70, en el
que viaja la familia. Si bien sus interiores fueron remodelados para
acoplarse a las necesidades de producción, no había nada como filmar las
escenas en una camioneta caliente y abarrotada en medio del desierto.
“Fue probablemente una de las experiencias más fraternales que un actor
pueda tener”, dice entre risas Toni Collette. Paul Dano es más franco:
“Fue un infierno. Estaba increíblemente caliente y confinado”. La joven
Abigail Breslin lo resume: “Al estar así en una pequeña camioneta VW, en
realidad llegas a conocer a los demás —es difícil que sea de otra
manera”.
Eventualmente, el viaje en carretera termina con la culminante escena
del concurso de belleza, que balancea una especie de impactante
autenticidad con el estilo cómico general de la película. La clave fue
darle los papeles a auténticos participantes del muy serio, e incluso
despiadado, mundo de los concursos de belleza infantiles. “Hicimos hasta
lo imposible para conseguir auténticos niños de concurso y sus padres
para aquellas escenas”, comenta Valerie Faris. “Casi no vestimos o
dirigimos a estas pequeñas”.
La diseñadora de producción Ivanov también investigó los típicos
concursos de belleza infantiles para crear un plató que fuera tan
realista que provocara una intensa reacción de los extras. “El mejor
elogio que recibí fue que muchas de las personas del concurso tenían
lágrimas en sus ojos al ver el lugar, porque sus pequeñas estaban tan
emocionadas en salir a desfilar en él”, comenta Ivanov.
Después de terminada la producción, los directores centraron su atención
en otro elemento vital de la película —la música— que, dados los años de
experiencia de Faris y Dayton en el área de videos musicales, fue
considerado algo especialmente importante. Forjaron una sociedad
sinérgica entre el aclamado compositor Mychael Danna y la ecléctica
banda DeVotchka, originaria de Denver, encabezada por el compositor y
cantante Nick Urata, cuyo sonido y música sirvió de inspiración para
gran parte de la banda sonora.
El exótico cuarteto musical, cuyo aventurado trabajo fusiona ritmos
folclóricos y melodías de todo el mundo, estaba listo para hacer la
transición a un estilo estadounidense más tradicional para el viaje en
carreteras del sudoeste de PEQUEÑA MISS SUNSHINE.
“Los escuchamos y pensamos que tenían el tono perfecto y la cualidad
melódica perfecta. Existe una emoción auténtica en lo que hacen”. De los
instrumentos inusuales de la banda, incluyendo el ‘sousaphone’, el
‘theremin’ y el ‘bouzouki’, Faris comenta: “Estábamos buscando música
que se asemejara a esta colección excéntrica de personajes. Lo que es
verdaderamente difícil es revelar el humor, sin que la misma música sea
‘humorosa’, y esto en realidad pareció funcionar”.
Para aprovechar cabalmente el sonido de DeVotchka, Faris y Dayton no
solamente le pidieron a la banda que escribiera canciones para la
película, sino que también le solicitaron a Mychael Danna que compusiera
una línea musical para reflejar la singular mezcla instrumental del
grupo. “Mychael escribió melodías bellas”, comenta Dayton. “En realidad,
entendió a lo que le estábamos apostando creativamente”.
Sufjan Stevens, el joven cantautor estadounidense considerado como una
de las nuevas voces más vitales en la escena musical actual, también
contribuye con dos canciones en PEQUEÑA MISS SUNSHINE. Su oda a los
viajes por carretera, “Chicago”, y la emotiva “No Man’s Land” le añaden
a la mezcla musical de la película el sentido singularmente moderno del
artista de melodías suntuosas y letras conmovedoras.
De la fotografía a los escenarios, de la música a la mismísima
complejidad de las actuaciones, toda la producción se dio a la tarea de
capturar a los Hoover con toda su absurdez, angustia y cariño. Steve
Carell lo resume: “La razón por la cual la gente reacciona tan
profundamente con los Hoover es porque están estresados, porque son
torpes, pero porque también son muy reales. Así es como son las
familias. No todo el tiempo es jugar con los cachorritos e ir a comer
helado. En ocasiones, puede ser feo, puede ser triste y puede ser
divertido, y es así como en realidad es la vida”.
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