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Información de la
Producción
En septiembre de
1972 un ataque terrorista sin precedentes se llevó a cabo en vivo frente
a 900 millones de televidentes a través del globo y anunció un nuevo
mundo de violencia impredecible.
Fue durante la segunda semana de los Juegos Olímpicos en Munich,
Alemania Occidental, juegos que fueron llamados ‘La Olimpiada de Paz y
Felicidad’ y en los cuales el nadador Mark Pitz y la gimnasta Olga
Korbut se habían ganado el beneplácito del público. Súbitamente, sin
advertencia, un grupo palestino extremista conocido como ‘Septiembre
Negro’ invadió la Villa Olímpica, matando dos miembros del equipo
Olímpico Israelí y capturando a nueve rehenes. La tensa situación y la
trágica masacre que se produjo fueron captadas con asombrosa urgencia
por las cámaras de televisión frente a un público internacional y
terminó 21 horas después cuando el comentarista Jim McKay pronunció la
fatídica frase, “Todos han muerto”.
A pesar que el terror de Munich fue visto y repercutió alrededor del
mundo, las consecuencias secretas del hecho han permanecido generalmente
desconocidas. Ahora, del director STEVEN SPIELBERG nos llega Munich, una
desgarradora cinta de suspenso basada en los hechos de 1972 en Munich y
de la misión secreta de retribución que siguió – ejecutada por un
pelotón conocido por la inteligencia israelí como “Operación Ira de
Dios,” uno de los complots de asesinatos más agresivos y audaces en la
historia moderna. Con detalles intensos, vívidos y humanos, la película
lleva a los espectadores dentro de un momento escondido en la historia
que resuena con muchas de las mismas emociones que vivimos en la
actualidad.
En el centro de la historia está Avner (ERIC BANA), un joven patriota
israelí miembro del servicio de inteligencia. Todavía de duelo por la
masacre de Munich y enfurecido por su salvajismo, Avner es abordado por
un oficial de la Mossad llamado Efraín (GEOFFREY RUSH) quien le habla
sobre una misión sin precedentes en la historia israelí. Le pide a Avner
que abandone a su esposa embarazada, renuncie a su identidad y trabaje
secretamente en una misión para cazar y matar a los 11 hombres acusados
por la inteligencia israelí de ser los cerebros detrás de los asesinatos
de Munich.
A pesar de su juventud e inexperiencia, Avner poco tiempo después se
convirtió en el cabecilla de un grupo de cuatro reclutas muy hábiles
pero muy distintos: Steve (DANIEL CRAIG), un impetuoso, rudo y veloz
conductor surafricano; Hans (HANNS ZISCHLER), un judío alemán experto en
falsificar pasaportes; Robert (MATHIEU KASSOVITZ), un belga fabricante
de juguetes convertido en experto en explosivos y el silencioso y
metódico Carl (CIARAN HINDS), cuya labor es “limpiar” luego que los
otros han terminado su labor.
De Ginebra a Frankfurt, Roma, París, Chipre, Londres y Beirut, Avner y
sus compañeros viajan bajo un manto de gran sigilo, rastreando cada
nombre en una lista secreta de objetivos y llevando a cabo asesinatos
cuidadosamente planeados, uno a uno. Trabajando fuera de los límites de
la ley internacional, a la deriva sin hogar ni familia, su única
conexión con la humanidad son ellos mismos. Pero hasta eso comienza a
desmoronarse a medida que los cuatro hombres comienzan a discutir entre
ellos sobre las inquietantes interrogantes que no los abandonan:
“¿Exactamente quiénes son estas personas a las que asesinan? ¿Tiene esto
justificación? ¿Detendrá esto acaso la matanza?”
Divididos entre su deseo de justicia y sus propias dudas crecientes, la
misión comienza a desgarrar las almas de Avner y sus compañeros y se
hace cada vez más claro que mientras más continúen en la cacería, mayor
es el peligro de convertirse en la presa.
Munich es dirigida por Steven Spielberg basado en un libreto escrito por
TONY KUSHNER (Ángeles de América), ganador del premio Pulitzer y el
premio Tony, quien debuta como guionista con esta película y ERIC ROTH
(Alí, El Señor de los Caballos, el Informante, premiado con el Oscar®
por Forrest Gump), basados en el libro Vengeance por George Jonas. Los
productores son KATHLEEN KENNEDY, Steven Spielberg, BARRY MENDEL y COLIN
WILSON. El reparto internacional incluye a Eric Bana (Troya, Hulk, La
Caída del Halcón Negro), Daniel Craig (No Todo es lo Que Parece, Sylvia),
Geoffrey Rush (Claroscuro), Mathieu Kassovitz (Ruleta Rusa), Hanns
Zischler (Amén) y Ciaran Hinds (El Fantasma de la Ópera).
Colabora con Spielberg para crear una atmósfera de inminente suspenso en
Munich un experimentado equipo de sus usuales colaboradores, incluyendo
al director de fotografía JANUSZ KAMINSKI, dos veces ganador del Oscar®,
el editor fílmico MICHAEL KAHN, premiado con tres Oscar®, RICK CARTER,
el diseñador de la producción nominado al Oscar®, la diseñadora del
vestuario JOANNA JOHNSTON y el compositor JOHN WILLIAMS, ganador de
cinco Oscar®, quien ha compuesto una partitura frugal y minimalista para
hacer énfasis en el drama humano de estos hechos.
Munich está nominada a dos Globos de Oro: al Mejor Director, Steven
Spielberg y el Mejor Libreto, Tony Kushner y Eric Roth y se perfila como
una de las películas favoritas para las próximas nominaciones al Oscar®.
Regresando a Munich: Steven Spielberg Explora un Momento Decisivo en la
Historia
“Nuestros peores temores se han convertido en realidad esta noche.” Con
estas palabras, expresadas el 6 de septiembre de 1972, el comentarista
de televisión Jim McKay presentó las agobiantes noticias de que los 11
atletas, entrenadores y oficiales de deporte israelíes tomados como
rehenes por los secuestradores palestinos en la Villa Olímpica en Munich
habían muerto, la mayoría de ellos en la pista de aterrizaje del
Aeropuerto Furstenfledbruck en las afueras de Munich en medio del
fallido intento final de rescate por las autoridades alemanas. Una ola
de asombro se dispersó a través del mundo ya sumergido en el conflicto.
Con disturbios que hacían furor en Vietnam, Irlanda del Norte y el Medio
Oriente, sin mencionar las protestas y zozobra en las calles de Estados
Unidos de América y Europa, estas olimpiadas fueron vistas como un
recordatorio muy necesario de unidad global y un breve oasis de paz.
Pero eso no sucedió. El mundo pronto aprendió que los hombres que habían
penetrado en la Villa Olímpica vestidos con equipos de deporte, armados
con rifles Kaleshnikov y llevando granadas de mano eran fedayeen
palestinos (literalmente “hombres de sacrificio”). Muchos de ellos
habían sido reclutados en los campos de refugiados en Jordania, Siria y
Líbano; su propósito era llevar la causa palestina a la palestra mundial
e intercambiar sus rehenes por la liberación de 234 prisioneros
palestinos, al igual que los famosos dirigentes terroristas alemanes
Andreas Baader y Ulrike Meinhof.
Desde el principio, el hermético gobierno israelí de Golda Meir rehusó
cualquier negociación y Alemania rehusó permitir que un pelotón de
fuerzas especiales israelíes operara en Munich. En cambio, la policía
alemana lanzó su propia serie de fallidos intentos de rescate de los
rehenes. Todo comenzó en la madrugada del 5 de septiembre y continuó por
21 horas – incluyendo varios planes rápidamente suspendidos y finalmente
resultando en una caótica balacera en la cual los rehenes, cinco de sus
secuestradores y un oficial de la policía alemana murieron. La policía
alemana apresó a los tres secuestradores restantes vivos. Semanas
después, en lo que muchos creen fue un evento planeado, basado en un
trato entre los palestinos y el gobierno alemán, los tres fedayeen
sobrevivientes fueron liberados de una prisión alemana cuando los
secuestradores de un avión de la Lufthansa exigieron su liberación.
Los juegos olímpicos continuaron después de un servicio fúnebre, a pesar
del ánimo sombrío y afligido. En los medios noticiosos y alrededor del
mundo, hubo un intento de regresar a alguna pretensión de normalidad.
Lo que sucedió después nunca se transmitió en las noticias vespertinas.
Públicamente, Israel respondió al acto terrorista el 9 de septiembre
cuando su Fuerza Aérea bombardeó las bases de la Organización de
Liberación Palestina en Siria y Líbano. Al mismo tiempo, la Primer
Ministra Golda Meir y el súper secreto “Comité X” del gabinete israelí
autorizaron otra misión de la cual nunca se hablaría. Ellos planearon
una misión secreta diseñada para producir miedo en los corazones de
todos los terroristas que amenazaran a Israel – la eliminación de 11
operativos del ‘Septiembre Negro’ por cualquier medio necesario.
Esta fue la “Operación Furia de Dios”, el todavía controversial y muy
debatido programa de asesinatos dirigidos que, según varias fuentes
publicadas, finalmente mataría por lo menos 13 hombres sin
enjuiciamiento ni proceso. El equipo internacional de asesinos anónimos
pero hábiles que Israel creó tuvo un impacto resonante que todavía hace
eco hoy día. Aunque ni el gobierno israelí, ni el servicio de
inteligencia israelí – el Mossad – han reconocido oficialmente la
existencia de estos escuadrones, un número de libros y documentales,
utilizando fuentes de información interna, desde entonces han
suministrado detalles de cómo y por qué “La Furia de Dios” llevó a cabo
sus propósitos. Dos generales israelíes también han confirmado
públicamente que los escuadrones de asesinatos dirigidos existían en
realidad: El General Aharon Yariv en un documental de la BBC en 1993 y
el General Zvi Zamir en una entrevista en el programa 60 Minutes en
2001.
Para el productor Barry Mendel (Los Excéntricos Tenenbaum, El Sexto
Sentido), los hechos de Munich en 1972 siempre han sido un recuerdo
vívido y agobiante – y mientras más descubria sobre ellos, más lo
perseguían, razón por la cual comenzó a pensar en una cinta de suspenso
sobre la parte más desconocida y disputable de esa inolvidable historia.
Mendel recuerda fielmente el trágico día en que todo comenzó y la
sensación que algo en el mundo había cambiado para siempre.
“Recuerdo que Mark Pitz había ganado todas esas medallas y la mañana
siguiente cuando desperté, prendí el televisor y allí estaba Jim McKay
diciendo a todos lo que había sucedido,” recuerda Mendel. “Súbitamente,
toda mi familia estaba pegada al televisor. Pasamos todo el día juntos
viendo como se desarrollaban los hechos y fue algo que yo sabía el mundo
nunca olvidaría.”
Mendel trabajó en el proyecto durante cuatro años. Kathleen Kennedy
(Guerra de los Mundos, El Sexto Sentido, Jurassic Park, E.T. El
Extra-Terrestre) supo del proyecto por Mendel, con quien había trabajado
anteriormente en la innovadora película de suspenso y misterio El Sexto
Sentido. Ella, a su vez, lo presentó al director Steven Spielberg, quien
finalmente se decidió a llevarlo a la pantalla luego de su
superproducción apocalíptica Guerra de los Mundos, basada en la novela
clásica de ciencia-ficción de H.G. Wells.
Kennedy sintió que la historia era ideal para las sensibilidades
eclécticas pero siempre concentradas de Spielberg, desde el primer
momento que escuchó la idea. “Steven tiene la facilidad de ser un gran
relatador de cuentos y con un material como este y un tema que tiene
tanta importancia, me emocioné mucho ante las posibilidades,” dice la
productora. “No me imagino a un director más adecuado para este
proyecto.”
“Pienso que una de las razones por las cuales Steven decidió hacer esta
cinta es porque es un hecho que aclara muchas de las cosas que suceden
en la actualidad,“ continúa Kennedy, “y nos permite regresar al pasado,
preguntar qué sucedió hacer 33 años y qué aprendimos de ello. Al mismo
tiempo, es una cinta de suspenso que los tendrá en el borde de sus
butacas aunque no estuviera basada en hechos verídicos.”
Spielberg anteriormente ha explorado momentos resonantes en la historia
con películas épicas como Imperio del Sol, La Lista de Schindler y
Rescatando al Soldado Ryan. La historia de Munich también parece
plantear preguntas vitales e inminentes sobre el mundo en 2005 y más
allá, lo que impulsó a Spielberg a explorar estos hechos ocurridos hace
33 años de una forma humana y detallada.
Spielberg también guarda intensos recuerdos de 1972. “Recuerdo
exactamente dónde estaba, el televisor que veía y que miraba como todos
el programa El Mundo del Deporte cuando el incidente sucedió,” dice. “Me
impresionó mucho y pienso que esa impresión aumentó cuando años después
vi el documental Un Día en Septiembre”.
Al director le atrajo el suspenso y la emoción humana de la historia.
Spielberg quedó intrigado con una pregunta que nunca se planteó en
público: ¿Cómo afectó esa misión secreta a los hombres asignados a
realizarla? Para explorar esa interrogante, Spielberg y Kennedy
contactaron al dramaturgo Tony Kushner, premiado con el premio Pulitzer,
para trabajar en el libreto luego que Eric Roth (Forrest Gump, El
Informante) escribiera un borrador inspirado en el libro Vengeance por
el periodista canadiense George Jonas.
Ángeles en América, la obra teatral internacionalmente aclamada de
Kushner planteó un examen multifacético de las interrogantes sociales,
políticas, sexuales, raciales y religiosas que la nación estadounidense
enfrentaba al final del siglo 20 pero él nunca había escrito un guión.
Kushner se reunió con Kathleen Kennedy y le interesó el concepto de
Munich que ella le presentó. “Vi que lo que me proponían era un relato
complicado y problemático, no sobre la masacre sino sobre las
consecuencias y sobre la política de los asesinatos dirigidos y me
interesó,” recuerda él.
Inicialmente Kushner sólo escribió observaciones para Spielberg en el
guión existente, declinando intentar escribir una película. Sin embargo,
Spielberg insistió y Kushner aceptó el reto.
Para Spielberg, la participación de Kushner fue clave. “No estuve seguro
de realizar Munich hasta que comencé a leer las palabras de Tony y
entonces todo se materializó para mí,” dice el director. “Pienso que
Steven sintió que participa en un proceso creativo con alguien que
realmente comprendía la complejidad del tema,” agrega Kennedy.
Kushner recuerda su propia experiencia de las Olimpiadas de 1972, un
recuerdo que usó cuando comenzó su investigación. “Fue un momento
transformador,” dice. “Tenia 17 años y fue algo desolador para mi
familia y para mí. Fue desgarrador. Recuerdo mucha furia en Estados
Unidos y especialmente mucha ira porque la situación se manejó muy mal.”
Sin embargo, Kushner quiso abordar la historia sin ideas preconcebidas,
sin ningún punto de vista y trató de analizar las interrogantes
provocativas sin dar respuestas en blanco y negro. “Es un relato lleno
de paradojas y contradicciones,” observa. “Es también una historia de
una operación secreta, así que nada se sabe a ciertas y lo más probable
es que nunca se sabrá. Así que nos dimos cierto permiso para inventar y
tratar esos personajes en un nivel más humano. Siento que hemos creado
un material muy escrupuloso que yo llamaría ‘ficción histórica’.”
Llevar esos personajes a un nivel más profundo y más humano trajo
consigo un gran número de retos. “Me gustan las cosas difíciles,” admite
Kushner, “y la mayor dificultad al escribir esta historia – como era
obvio desde el principio – es que nuestros principales agentes
dramáticos, nuestros protagonistas, son cinco tipos que asesinan
personas. Tenían que ser creíbles como agentes secretos, no como James
Bond, pero en el sentido de reales operadores de campo que trabajan para
una agencia de inteligencia – y al mismo tiempo, exista la interrogante
de, ‘¿Quiénes son estos tipos?’ Así que lo que me pareció fascinante fue
calibrar estos personajes, especialmente Avner.”
“Avner es el cabecilla del grupo pero no en un sentido convencional,”
continúa. “¿Pero cómo se sobresalta su conciencia? ¿Cómo entra en el
juego esta cierta intersección entre su ética interna y su sentido de
supervivencia? Se convirtió más y más en la historia de un hombre cuya
decencia no lo deja tranquilo.”
Durante mucho tiempo el proyecto permaneció sin título pero a medida que
Kushner escribía, se enamoró de Munich, que a Spielberg le pareció tenía
el tono modesto adecuado para una película que presenta un hecho
singular que se convierte en un acertijo moral persistente.
“Me gusta su simplicidad porque ésta es una cinta que comienza con un
hecho histórico tajante y entonces muestra que nada del mismo es
sencillo y que todas las aseveraciones que parecen rodearlo también son
cuestionables,” explica Kushner. “También existe una enorme resonancia
con el nombre Munich. Es el lugar donde nació el nazismo y también donde
sucedió la masacre de 1972. Me pareció que era apropiado para la
relevancia de la historia.”
A pesar de la intensa colaboración en el guión, Kushner se emocionó al
ver donde Spielberg llevó la trama una vez que las cámaras comenzaron a
filmar. “En todas sus realizaciones, Steven te coloca directamente en el
medio de lo que está sucediendo. La cosa interesante es que dentro de
esta película de suspenso, te plantea interrogantes intelectuales que te
llevan a más preguntas,” agrega Kushner. “Pienso que encontró una forma
de combinar una amalgama de varias formas que produjeron al final una
cinta muy interesante.”
La visión y confianza de Spielberg nacen de una combinación de su amor
por el cine y sus años de experiencia que le permitieron dirigir Munich
con un enfoque algo diferente al de sus otras películas. Aunque él
definitivamente tenía una visión clara de la historia, en esta
producción no utilizó guiones gráficos. Trabajó de una manera agudamente
espontánea y orgánica, intuyendo lo que cada escena necesitaba a medida
que se desarrollaba frente a él.
La experiencia en el foro, por lo tanto, fue muy colaboradora tanto para
el reparto como para los técnicos. “Steven utilizó un estilo
absolutamente fluido para dirigir,” dice Daniel Craig, quien interpreta
a uno de los cinco agentes. “Veía algo que estaba sucediendo e
inmediatamente intentaba aprovecharlo – una forma muy excitante de
trabajar. Y también algo que asusta. Pero si vas a estar en esa
situación, es bueno estar con Steven Spielberg porque él trae consigo al
proceso un enorme conocimiento de cada aspecto del cine.”
Seleccionar el Reparto para Munich: 200 Actores de Todo el Mundo
La pre-producción de Munich comenzó con una intensa búsqueda de actores
para interpretar los casi 200 roles en el complejo libreto, papeles que
van desde figuras políticas famosas hasta agentes secretos que trabajan
en las sombras. Armada con únicamente una descripción general de la
historia de la película y la promesa de trabajar con Steven Spielberg,
la directora de la selección del reparto Jina Jay atravesó el globo
buscando rostros nuevos e interesantes. Durante su búsqueda, ella se
concentró en personajes viscerales reales que propulsaran la trama de
cinta y no en estrellas o actores conocidos.
“En esta cinta probablemente hay más roles con diálogo que cualquiera
que haya dirigido, incluyendo Atrápame Si Puedes, la cual creo tenía
150,” explica Spielberg. “Cuando se tienen tantos personajes en un
relato tan complicado que cubre varios años y muchos países, es muy
importante que el menor personaje sea tan interesante como el personaje
más importante de la trama. Quise que el reparto fuera único y que cada
actuación descollara para que fuera una cinta muy bien actuada, aunque
narra una parte trágica de nuestra historia colectiva. Y ese asombroso
reparto coral nos ayudó a contar nuestro relato.”
“Nos ayudaron e hicieron más fácil la labor los contactos que tuvimos
alrededor del mundo,” dice Jay, cuya labor la llevó a unir actores de
lugares tan distintos como Algeria, Egipto, Grecia, Irak, Irán, Israel,
Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, Yemen, Albania, Austria,
Francia, Alemania, Polonia, Rumania, España, Suecia, el Reino Unido,
Estados Unidos de América, Canadá y Japón, lo mismo que actores tanto de
Malta como Hungría, donde se filmó gran parte de la realización.
La clave fue encontrar a los miembros del escuadrón mismo – cinco
hombres totalmente diferentes que, como resultado de la masacre de los
rehenes en las Olimpiadas de 1972, aceptan dejar atrás sus vidas
personales, abandonar sus identidades previas y tomar parte en una
misión secreta sumamente peligrosa por el amor a su patria.
Spielberg tenia una visión muy completa de lo que buscaba en cada uno de
ellos. “Sentí que era muy importante no únicamente encontrar cinco
hombres de aspectos distintos sino encontrar cinco estilos de actuación,
acentos y personalidades diferentes y únicas,” dice el director.
Avner, el improbable cabecilla del grupo, es también el más joven y el
único que nació en Israel. Avner siente una devoción intensa hacia su
país pero nunca antes había matado a alguien en sus misiones. Para
interpretar a Avner, Spielberg siempre pensó en Eric Bana, a quien había
visto en la realización de Ang Lee Hulk. “Cuando lo vi en Hulk, vi en él
gran calor humano y fuerza y un asomo de miedo detrás de sus ojos que
pienso lo hacen muy humano. Estaba decidido a humanizar el personaje de
Avner en la historia, así que Eric fue mi primera elección desde el
principio,” asevera Spielberg.
Bana estaba en Los Ángeles terminando su rol en Troya en el otoño de
2003 cuando recibió la llamada diciendo que Spielberg lo quería ver.
Después de reunirse con Spielberg en los enormes foros de La Terminal,
Bana quedó sorprendido al saber que Spielberg lo quería para el papel
principal en una intensa cinta de suspenso sobre los controversiales
escuadrones israelíes de la muerte. “Quedé sorprendido, anonadado,
emocionado y asustado,” dice Bana.
Aunque nació y creció en Australia, como muchos otros del reparto y la
producción, Bana recuerda los hechos ocurridos en las Olimpiadas de
Munich. “Tenía sólo 5 ó 6 años pero recuerdo algunas de las imágenes y
es un relato con el que me familiaricé a través de los años.”
Bana investigó su rol intensamente, leyendo no únicamente sobre el
incidente en Munich y cómo es la vida de un agente de la Mossad, sino
también la compleja historia del conflicto del Medio Oriente. “Avner
madura y evoluciona mucho,” observa Bana. “Comienza como alguien que
obviamente está furioso por lo que ocurrió en Munich. Entonces se
convierte en un joven al que dan una tarea realmente agobiante y tiene
que aprender muy rápidamente cómo dirigir. Inicialmente cuestiona lo que
el grupo está haciendo pero entonces sucede algo interesante: se
endurece. A medida que el resto del grupo comienza a tener dudas, vemos
a Avner hacer lo opuesto. Pero al final de la cinta, lo vemos cada vez
más atormentado por lo que ha experimentado y en lo que se ha
convertido.”
Bana disfrutó la relación que se desarrolló durante el rodaje entre los
cinco actores que interpretan al escuadrón de asesinos. Los cinco
actores, provenientes de países y medio ambientes distintos, llegaron
junto a Malta y rápidamente formaron una unidad tan cerrada que los
sorprendió hasta a ellos mismos. “Espero que esa camaradería única haya
quedado plasmada en la pantalla porque es 100% genuina,” dice Bana.
“Provenimos de diferentes partes del mundo, tenemos puntos de vista muy
distintos y tuvimos todo tipo de discusiones asombrosas pero también nos
respetamos entre sí. Fue realmente una experiencia inolvidable.”
El actor inglés Daniel Craig – quien recientemente encabezó los
titulares de todo el mundo cuando se anunció que será el nuevo rostro
del legendario Agente 007, James Bond – interpreta a Steve, un recluta
oriundo de África del Sur que parece ser el más rudo, valiente y estable
del grupo.
“Steve es un personaje que, aparentemente, parece ser muy fuerte y en
total control de su destino,” dice Craig. “Como el resto, él cree en
esta misión porque cree en Israel. Él piensa que hay que tomar algún
tipo de represalia por lo ocurrido en Munich. Inicialmente Steve es
excesivamente agresivo y vive como si fuera un toro en una tienda de
porcelana china. Ataca sin importarte las consecuencias. Él no está
preparado para la confusión emocional que comienza a sentir por los
actos que ellos cometen. Y por eso me interesó mucho trabajar en esta
cinta; porque él está lleno de defectos y él no espera sentir la
confusión emocional que comienza a experimentar.”
Craig era muy joven para recordar las Olimpiadas de 1972 pero ha estado
consciente de los hechos que ocurrieron allí desde hace mucho tiempo.
“Pienso que las repercusiones de esa época han cambiado nuestras vidas,”
dice él. “Fue como el fin de la inocencia mundial – y todavía estamos
pagando las consecuencias de ello. Es uno de los hechos más
significativos del siglo 20 y pienso que Munich finalmente le pone un
rostro humano a lo sucedido.”
Mientras que Craig es un inglés que interpreta a un surafricano, el
actor y director francés Mathieu Kassovitz interpreta a Robert, el
miembro belga del grupo. Un talentoso constructor de juguetes, Robert
también posee una habilidad igual para fabricar explosivos. Un director
hábil, Kassovitz aparentemente se había retirado de la actuación,
instruyendo a su agente que no lo llamara para actuar en una película a
menos que fuera para Steven Spielberg. Se le presentó esta oportunidad y
una vez que leyó el guión, aceptó inmediatamente.
“Me impresionó mucho el libreto,” comenta él, “su estructura, su
sutileza, su inteligencia, su poder y sus agallas. Pienso que es una
cinta muy inteligente sobre el concepto de la venganza.”
A Kassovitz también le interesó la experiencia única de su personaje,
Robert, el más reacio de los miembros del escuadrón de asesinos. “Robert
es un personaje interesante porque, al igual que todos los miembros del
grupo, no es un asesino entrenado,” explica el actor. “Él es alguien que
está dedicado a la causa de Israel y por lo tanto cree que está listo a
luchar por su patria y sus creencias. Se enlistó en el ejército durante
la Guerra de Seis Días y debido a su habilidad para fabricar juguetes y
su facilidad con la mecánica en miniatura, trabajó desarmando bombas.
Pero eso no es fácil para él.”
Efectivamente, Robert se altera emocionalmente más que los otros por la
naturaleza brutal de la misión. “Él es un poco más sensible,” observa
Kassovitz. “No siempre tolera la violencia. Aunque forma parte de la
misión, hay cosas que él no puede hacer.”
Cada miembro del escuadrón tiene su serie de dilemas y divisiones
internas. El prolífico actor alemán Hanns Zischler interpreta el rol de
Hans, un judío alemán transplantado que se hace pasar por un negociante
de antigüedades pero que en realidad es un agente de la Mossad con una
extraordinaria habilidad para falsificar documentos. Interpretar a un
judío alemán que trabaja para la inteligencia israelí después del
incidente de Munich fue muy interesante para Zischler – con todas sus
complicaciones emocionales.
“Hans es probablemente alguien que abandonó Alemania en los 1930s con su
familia en el último momento posible,” comenta. “Él creció en Israel, la
cual era en ese entonces Palestina y creció hablando ambos idiomas.
Pienso que tiene la idea de que está unido tanto a Israel como a
Alemania de una forma peculiar. También es una persona muy pensativa.
Nunca ha sido realmente un activista, así que piensa que ahora tiene la
oportunidad de mostrar su lealtad por Israel trabajando para la Mossad.”
Zischler
tenía 25 años en 1972 y recuerda lo sucedido. “Los hechos ocurridos en
las Olimpiadas fueron como un meteorito que chocó contra Alemania.
Súbitamente todos vimos como el teatro de las Olimpiadas se había
convertido en un drama horripilante,” recuerda él. “Y todo sucedió en la
televisión frente a los ojos del mundo. Para mí, fue fascinante tener la
oportunidad de explorar estos hechos desde un ángulo distinto en
Munich.”
Completa el grupo de los cinco el meticuloso, organizado y cuidadoso
Carl, interpretado por el actor irlandés Ciaran Hinds. “Hans y Carl
pertenecen a una generación diferente de los otros tres,” observa Hinds.
“Estos cinco tipos son todos muy distintos, con edades diferentes,
antecedentes diversos, educaciones distintas. Algunos crecieron en
Europa y otros en Israel. Y han sido seleccionados precisamente por sus
diferentes características. Dentro del grupo, Carl es él que quiere ser
absolutamente específico para que los objetivos sean limpios, que no
haya daño colateral y que ningún inocente salga herido. Realmente cree
que hay una forma correcta de realizar la misión, por muy terrible que
sea.”
Hinds creció en Belfast, donde los disturbios políticos eran constantes
y él ve los hechos de las Olimpiadas de 1972 como parte de un mundo
entero en conflicto. “Siempre miraba las Olimpiadas en mi juventud,”
dice. “Debido a lo que sucedió en Irlanda del Norte, estaba muy
consciente de este tipo de violencia como un fenómeno global. Por eso
Munich me parece muy interesante. Es una forma de ver la historia que no
es en blanco y negro. Pienso que Steven presenta una historia que
presenta muchas interrogantes pero que no sirve las respuestas en una
bandeja y eso es muy importante.”
El
escuadrón tiene un solo contacto oficial y este es Efraín, el misterioso
oficial encargado del caso. Para Efraín, los realizadores escogieron a
Geoffrey Rush, el actor premiado con el Oscar®, el aclamado actor
australiano que saltó a la fama con su vívida interpretación del
pianista David Helfgott en Claroscuro y que ha interpretado
magistralmente roles diversos que van desde el Marqués de Sade, el
famoso libertino, al genio cómico Peter Sellers. El papel de Efraín es
algo totalmente diferente para Rush, algo que descubrió cuando leyó el
guión.
“Tony Kushner es un gran dramaturgo y se concentró en las maniobras
complejas que hacen que este relato sea un pedazo importante de la
historia,” dice Rush. “Cuando conocemos el personaje de Efraín, podemos
pensar que es otro burócrata anónimo pero el hecho es que se convierte
en un mentor poco común para Avner mientras él pasa por momentos muy
difíciles. Efraín es como un fantasma que sale de la nada para contestar
las preguntas importantes, ya sean morales o de otra índole.”
El concepto total de la película le interesó mucho a Rush, quien
recuerda haber visto la masacre de Munich en televisión en Australia
cuando tenía 21 años. “Veo Munich como una cinta de suspenso y espionaje
internacional basada en hechos muy reales e importantes – y entrelazado
con la trama existe un debate estimulante mientras estos personajes
viven una angustiosa experiencia de auto revelación,” comenta el actor.
Para definir el aspecto del personaje, Spielberg le dijo que siempre
había pensado en Efraín como un tipo parecido a Arthur Miller y le
sugirió que se peinara hacia atrás. Con un traje conservador, anteojos
gruesos y el pelo peinado hacia atrás, Rush se convirtió en Efraín.
Trabajó en los detalles del acento con la foníatra Barbara Berkery para
encontrar el que mejor reflejara la historia de Efraín.
Y entonces tenemos a Papá, el misteriosos francés que compra y vende
información que le suministra al grupo y que desarrolla una relación
paternal con Avner que el joven agente secreto había deseado toda su
vida. El legendario actor francés Michael Lonsdale, cuyos prolíficos
créditos incluyen la cinta de suspenso político El Día del Chacal,
interpreta a Papá. Cuando supo que Steven Spielberg lo quería para el
rol, lo aceptó sin reservas. “Fue un placer y un tremendo honor trabajar
con Steven Spielberg,” dice él. “Papá no es un rol largo pero sabía que
podía hacer mucho con él.”
También se une al reparto internacional como el personaje femenino
principal, la actriz israelí Ayelet Zurer, quien interpreta a Daphna, la
joven esposa que Avner debe dejar atrás a pesar del hecho que está
embarazada con su primer hijo. Durante la misión secreta, Daphna es la
única conexión de Avner con la vida real y su hijo es el único vínculo
con sus esperanzas de un futuro mejor. Zurer, quien recientemente ganó
el premio a la Mejor Actriz de la Academia de Cine Israelí, el Festival
de Cine de Jerusalén y los Críticos Haifa por su actuación en la cinta
de Savi Gabizon Nina’s Tragedies, fue escogida para interpretar a la
madre embarazada un mes después de dar a luz a su propio hijo, lo cual
hizo la experiencia emocional de su personaje más palpable.
“Daphna comienza la cinta muy ingenua y feliz,” dice Zurer. “Ella piensa
que la vida será buena y el futuro parece estupendo. Está embarazada, lo
cual significa una nueva vida. Pero entonces Avner se va y, por
supuesto, ella sabe que estará en peligro pero no creo que ella tiene
forma alguna de comprender por lo que él está pasando. Cuando regresa,
él es un hombre destrozado y deprimido y para ella es muy doloroso
verlo, especialmente como lo interpreta Eric, quien posee un rostro muy
humano.”
Finalmente, Zurer ve la lucha de la pareja como un símbolo de algo más
grande. “Avner y Daphna viven un despertar muy doloroso,” observa ella.
“Pienso que cada uno representa, de alguna manera, la pérdida de la
inocencia de su nación y quizás de todo el mundo.”
Ya fueran veteranos del teatro, estrellas en su país de origen o actores
debutantes, cada actor llegó a Munich en parte por la oportunidad de
trabajar con Steven Spielberg. La atracción de trabajar con el aclamado
director fue lo suficiente fuerte para atraer actores notables para el
reparto secundario, incluyendo al actor israelí Moshe Ivgy, quien
interpreta a Mike Harari, el legendario agente de la Mossad y Makram
Khoury, quien interpreta a Wael Zwaiter, el primo de Yassar Arafat que
fue el primer objetivo del escuadrón de Avner en Roma. La conocida
actriz palestina Hiam Abbass interpreta a Marie-Claude Hamshari, cuyo
esposo es el objetivo del escuadrón en París y la actriz además sirvió
de asesora y entrenadora de diálogo en la producción.
Un miembro del reparto tiene una relación particularmente estrecha con
la historia – Guri Weinberg, un actor que también es hijo de Moshe
Weinberg, el árbitro de lucha israelí y antiguo campeón de lucha que fue
asesinado en Munich cuando Guri tenía un mes de edad. Ahora con 33 años,
la misma edad de su padre al morir, Weinberg tuvo la oportunidad poco
común de interpretar a su padre y rendirle tributo en Munich.
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