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		 Información de la 
		Producción 
  
		En septiembre de 
		1972 un ataque terrorista sin precedentes se llevó a cabo en vivo frente 
		a 900 millones de televidentes a través del globo y anunció un nuevo 
		mundo de violencia impredecible. 
		Fue durante la segunda semana de los Juegos Olímpicos en Munich, 
		Alemania Occidental, juegos que fueron llamados ‘La Olimpiada de Paz y 
		Felicidad’ y en los cuales el nadador Mark Pitz y la gimnasta Olga 
		Korbut se habían ganado el beneplácito del público. Súbitamente, sin 
		advertencia, un grupo palestino extremista conocido como ‘Septiembre 
		Negro’ invadió la Villa Olímpica, matando dos miembros del equipo 
		Olímpico Israelí y capturando a nueve rehenes. La tensa situación y la 
		trágica masacre que se produjo fueron captadas con asombrosa urgencia 
		por las cámaras de televisión frente a un público internacional y 
		terminó 21 horas después cuando el comentarista Jim McKay pronunció la 
		fatídica frase, “Todos han muerto”. 
		A pesar que el terror de Munich fue visto y repercutió alrededor del 
		mundo, las consecuencias secretas del hecho han permanecido generalmente 
		desconocidas. Ahora, del director STEVEN SPIELBERG nos llega Munich, una 
		desgarradora cinta de suspenso basada en los hechos de 1972 en Munich y 
		de la misión secreta de retribución que siguió – ejecutada por un 
		pelotón conocido por la inteligencia israelí como “Operación Ira de 
		Dios,” uno de los complots de asesinatos más agresivos y audaces en la 
		historia moderna. Con detalles intensos, vívidos y humanos, la película 
		lleva a los espectadores dentro de un momento escondido en la historia 
		que resuena con muchas de las mismas emociones que vivimos en la 
		actualidad. 
		En el centro de la historia está Avner (ERIC BANA), un joven patriota 
		israelí miembro del servicio de inteligencia. Todavía de duelo por la 
		masacre de Munich y enfurecido por su salvajismo, Avner es abordado por 
		un oficial de la Mossad llamado Efraín (GEOFFREY RUSH) quien le habla 
		sobre una misión sin precedentes en la historia israelí. Le pide a Avner 
		que abandone a su esposa embarazada, renuncie a su identidad y trabaje 
		secretamente en una misión para cazar y matar a los 11 hombres acusados 
		por la inteligencia israelí de ser los cerebros detrás de los asesinatos 
		de Munich. 
		A pesar de su juventud e inexperiencia, Avner poco tiempo después se 
		convirtió en el cabecilla de un grupo de cuatro reclutas muy hábiles 
		pero muy distintos: Steve (DANIEL CRAIG), un impetuoso, rudo y veloz 
		conductor surafricano; Hans (HANNS ZISCHLER), un judío alemán experto en 
		falsificar pasaportes; Robert (MATHIEU KASSOVITZ), un belga fabricante 
		de juguetes convertido en experto en explosivos y el silencioso y 
		metódico Carl (CIARAN HINDS), cuya labor es “limpiar” luego que los 
		otros han terminado su labor. 
		De Ginebra a Frankfurt, Roma, París, Chipre, Londres y Beirut, Avner y 
		sus compañeros viajan bajo un manto de gran sigilo, rastreando cada 
		nombre en una lista secreta de objetivos y llevando a cabo asesinatos 
		cuidadosamente planeados, uno a uno. Trabajando fuera de los límites de 
		la ley internacional, a la deriva sin hogar ni familia, su única 
		conexión con la humanidad son ellos mismos. Pero hasta eso comienza a 
		desmoronarse a medida que los cuatro hombres comienzan a discutir entre 
		ellos sobre las inquietantes interrogantes que no los abandonan: 
		“¿Exactamente quiénes son estas personas a las que asesinan? ¿Tiene esto 
		justificación? ¿Detendrá esto acaso la matanza?” 
		Divididos entre su deseo de justicia y sus propias dudas crecientes, la 
		misión comienza a desgarrar las almas de Avner y sus compañeros y se 
		hace cada vez más claro que mientras más continúen en la cacería, mayor 
		es el peligro de convertirse en la presa. 
		Munich es dirigida por Steven Spielberg basado en un libreto escrito por 
		TONY KUSHNER (Ángeles de América), ganador del premio Pulitzer y el 
		premio Tony, quien debuta como guionista con esta película y ERIC ROTH 
		(Alí, El Señor de los Caballos, el Informante, premiado con el Oscar® 
		por Forrest Gump), basados en el libro Vengeance por George Jonas. Los 
		productores son KATHLEEN KENNEDY, Steven Spielberg, BARRY MENDEL y COLIN 
		WILSON. El reparto internacional incluye a Eric Bana (Troya, Hulk, La 
		Caída del Halcón Negro), Daniel Craig (No Todo es lo Que Parece, Sylvia), 
		Geoffrey Rush (Claroscuro), Mathieu Kassovitz (Ruleta Rusa), Hanns 
		Zischler (Amén) y Ciaran Hinds (El Fantasma de la Ópera). 
		Colabora con Spielberg para crear una atmósfera de inminente suspenso en 
		Munich un experimentado equipo de sus usuales colaboradores, incluyendo 
		al director de fotografía JANUSZ KAMINSKI, dos veces ganador del Oscar®, 
		el editor fílmico MICHAEL KAHN, premiado con tres Oscar®, RICK CARTER, 
		el diseñador de la producción nominado al Oscar®, la diseñadora del 
		vestuario JOANNA JOHNSTON y el compositor JOHN WILLIAMS, ganador de 
		cinco Oscar®, quien ha compuesto una partitura frugal y minimalista para 
		hacer énfasis en el drama humano de estos hechos. 
		Munich está nominada a dos Globos de Oro: al Mejor Director, Steven 
		Spielberg y el Mejor Libreto, Tony Kushner y Eric Roth y se perfila como 
		una de las películas favoritas para las próximas nominaciones al Oscar®.
		 
		Regresando a Munich: Steven Spielberg Explora un Momento Decisivo en la 
		Historia 
		 
		“Nuestros peores temores se han convertido en realidad esta noche.” Con 
		estas palabras, expresadas el 6 de septiembre de 1972, el comentarista 
		de televisión Jim McKay presentó las agobiantes noticias de que los 11 
		atletas, entrenadores y oficiales de deporte israelíes tomados como 
		rehenes por los secuestradores palestinos en la Villa Olímpica en Munich 
		habían muerto, la mayoría de ellos en la pista de aterrizaje del 
		Aeropuerto Furstenfledbruck en las afueras de Munich en medio del 
		fallido intento final de rescate por las autoridades alemanas. Una ola 
		de asombro se dispersó a través del mundo ya sumergido en el conflicto. 
		Con disturbios que hacían furor en Vietnam, Irlanda del Norte y el Medio 
		Oriente, sin mencionar las protestas y zozobra en las calles de Estados 
		Unidos de América y Europa, estas olimpiadas fueron vistas como un 
		recordatorio muy necesario de unidad global y un breve oasis de paz. 
		Pero eso no sucedió. El mundo pronto aprendió que los hombres que habían 
		penetrado en la Villa Olímpica vestidos con equipos de deporte, armados 
		con rifles Kaleshnikov y llevando granadas de mano eran fedayeen 
		palestinos (literalmente “hombres de sacrificio”). Muchos de ellos 
		habían sido reclutados en los campos de refugiados en Jordania, Siria y 
		Líbano; su propósito era llevar la causa palestina a la palestra mundial 
		e intercambiar sus rehenes por la liberación de 234 prisioneros 
		palestinos, al igual que los famosos dirigentes terroristas alemanes 
		Andreas Baader y Ulrike Meinhof. 
		Desde el principio, el hermético gobierno israelí de Golda Meir rehusó 
		cualquier negociación y Alemania rehusó permitir que un pelotón de 
		fuerzas especiales israelíes operara en Munich. En cambio, la policía 
		alemana lanzó su propia serie de fallidos intentos de rescate de los 
		rehenes. Todo comenzó en la madrugada del 5 de septiembre y continuó por 
		21 horas – incluyendo varios planes rápidamente suspendidos y finalmente 
		resultando en una caótica balacera en la cual los rehenes, cinco de sus 
		secuestradores y un oficial de la policía alemana murieron. La policía 
		alemana apresó a los tres secuestradores restantes vivos. Semanas 
		después, en lo que muchos creen fue un evento planeado, basado en un 
		trato entre los palestinos y el gobierno alemán, los tres fedayeen 
		sobrevivientes fueron liberados de una prisión alemana cuando los 
		secuestradores de un avión de la Lufthansa exigieron su liberación. 
		Los juegos olímpicos continuaron después de un servicio fúnebre, a pesar 
		del ánimo sombrío y afligido. En los medios noticiosos y alrededor del 
		mundo, hubo un intento de regresar a alguna pretensión de normalidad. 
		Lo que sucedió después nunca se transmitió en las noticias vespertinas. 
		Públicamente, Israel respondió al acto terrorista el 9 de septiembre 
		cuando su Fuerza Aérea bombardeó las bases de la Organización de 
		Liberación Palestina en Siria y Líbano. Al mismo tiempo, la Primer 
		Ministra Golda Meir y el súper secreto “Comité X” del gabinete israelí 
		autorizaron otra misión de la cual nunca se hablaría. Ellos planearon 
		una misión secreta diseñada para producir miedo en los corazones de 
		todos los terroristas que amenazaran a Israel – la eliminación de 11 
		operativos del ‘Septiembre Negro’ por cualquier medio necesario. 
		Esta fue la “Operación Furia de Dios”, el todavía controversial y muy 
		debatido programa de asesinatos dirigidos que, según varias fuentes 
		publicadas, finalmente mataría por lo menos 13 hombres sin 
		enjuiciamiento ni proceso. El equipo internacional de asesinos anónimos 
		pero hábiles que Israel creó tuvo un impacto resonante que todavía hace 
		eco hoy día. Aunque ni el gobierno israelí, ni el servicio de 
		inteligencia israelí – el Mossad – han reconocido oficialmente la 
		existencia de estos escuadrones, un número de libros y documentales, 
		utilizando fuentes de información interna, desde entonces han 
		suministrado detalles de cómo y por qué “La Furia de Dios” llevó a cabo 
		sus propósitos. Dos generales israelíes también han confirmado 
		públicamente que los escuadrones de asesinatos dirigidos existían en 
		realidad: El General Aharon Yariv en un documental de la BBC en 1993 y 
		el General Zvi Zamir en una entrevista en el programa 60 Minutes en 
		2001. 
		Para el productor Barry Mendel (Los Excéntricos Tenenbaum, El Sexto 
		Sentido), los hechos de Munich en 1972 siempre han sido un recuerdo 
		vívido y agobiante – y mientras más descubria sobre ellos, más lo 
		perseguían, razón por la cual comenzó a pensar en una cinta de suspenso 
		sobre la parte más desconocida y disputable de esa inolvidable historia. 
		Mendel recuerda fielmente el trágico día en que todo comenzó y la 
		sensación que algo en el mundo había cambiado para siempre. 
		“Recuerdo que Mark Pitz había ganado todas esas medallas y la mañana 
		siguiente cuando desperté, prendí el televisor y allí estaba Jim McKay 
		diciendo a todos lo que había sucedido,” recuerda Mendel. “Súbitamente, 
		toda mi familia estaba pegada al televisor. Pasamos todo el día juntos 
		viendo como se desarrollaban los hechos y fue algo que yo sabía el mundo 
		nunca olvidaría.” 
		Mendel trabajó en el proyecto durante cuatro años. Kathleen Kennedy 
		(Guerra de los Mundos, El Sexto Sentido, Jurassic Park, E.T. El 
		Extra-Terrestre) supo del proyecto por Mendel, con quien había trabajado 
		anteriormente en la innovadora película de suspenso y misterio El Sexto 
		Sentido. Ella, a su vez, lo presentó al director Steven Spielberg, quien 
		finalmente se decidió a llevarlo a la pantalla luego de su 
		superproducción apocalíptica Guerra de los Mundos, basada en la novela 
		clásica de ciencia-ficción de H.G. Wells. 
		Kennedy sintió que la historia era ideal para las sensibilidades 
		eclécticas pero siempre concentradas de Spielberg, desde el primer 
		momento que escuchó la idea. “Steven tiene la facilidad de ser un gran 
		relatador de cuentos y con un material como este y un tema que tiene 
		tanta importancia, me emocioné mucho ante las posibilidades,” dice la 
		productora. “No me imagino a un director más adecuado para este 
		proyecto.” 
		“Pienso que una de las razones por las cuales Steven decidió hacer esta 
		cinta es porque es un hecho que aclara muchas de las cosas que suceden 
		en la actualidad,“ continúa Kennedy, “y nos permite regresar al pasado, 
		preguntar qué sucedió hacer 33 años y qué aprendimos de ello. Al mismo 
		tiempo, es una cinta de suspenso que los tendrá en el borde de sus 
		butacas aunque no estuviera basada en hechos verídicos.” 
		Spielberg anteriormente ha explorado momentos resonantes en la historia 
		con películas épicas como Imperio del Sol, La Lista de Schindler y 
		Rescatando al Soldado Ryan. La historia de Munich también parece 
		plantear preguntas vitales e inminentes sobre el mundo en 2005 y más 
		allá, lo que impulsó a Spielberg a explorar estos hechos ocurridos hace 
		33 años de una forma humana y detallada. 
		Spielberg también guarda intensos recuerdos de 1972. “Recuerdo 
		exactamente dónde estaba, el televisor que veía y que miraba como todos 
		el programa El Mundo del Deporte cuando el incidente sucedió,” dice. “Me 
		impresionó mucho y pienso que esa impresión aumentó cuando años después 
		vi el documental Un Día en Septiembre”. 
		Al director le atrajo el suspenso y la emoción humana de la historia. 
		Spielberg quedó intrigado con una pregunta que nunca se planteó en 
		público: ¿Cómo afectó esa misión secreta a los hombres asignados a 
		realizarla? Para explorar esa interrogante, Spielberg y Kennedy 
		contactaron al dramaturgo Tony Kushner, premiado con el premio Pulitzer, 
		para trabajar en el libreto luego que Eric Roth (Forrest Gump, El 
		Informante) escribiera un borrador inspirado en el libro Vengeance por 
		el periodista canadiense George Jonas. 
		Ángeles en América, la obra teatral internacionalmente aclamada de 
		Kushner planteó un examen multifacético de las interrogantes sociales, 
		políticas, sexuales, raciales y religiosas que la nación estadounidense 
		enfrentaba al final del siglo 20 pero él nunca había escrito un guión. 
		Kushner se reunió con Kathleen Kennedy y le interesó el concepto de 
		Munich que ella le presentó. “Vi que lo que me proponían era un relato 
		complicado y problemático, no sobre la masacre sino sobre las 
		consecuencias y sobre la política de los asesinatos dirigidos y me 
		interesó,” recuerda él. 
		Inicialmente Kushner sólo escribió observaciones para Spielberg en el 
		guión existente, declinando intentar escribir una película. Sin embargo, 
		Spielberg insistió y Kushner aceptó el reto. 
		Para Spielberg, la participación de Kushner fue clave. “No estuve seguro 
		de realizar Munich hasta que comencé a leer las palabras de Tony y 
		entonces todo se materializó para mí,” dice el director. “Pienso que 
		Steven sintió que participa en un proceso creativo con alguien que 
		realmente comprendía la complejidad del tema,” agrega Kennedy. 
		Kushner recuerda su propia experiencia de las Olimpiadas de 1972, un 
		recuerdo que usó cuando comenzó su investigación. “Fue un momento 
		transformador,” dice. “Tenia 17 años y fue algo desolador para mi 
		familia y para mí. Fue desgarrador. Recuerdo mucha furia en Estados 
		Unidos y especialmente mucha ira porque la situación se manejó muy mal.” 
		Sin embargo, Kushner quiso abordar la historia sin ideas preconcebidas, 
		sin ningún punto de vista y trató de analizar las interrogantes 
		provocativas sin dar respuestas en blanco y negro. “Es un relato lleno 
		de paradojas y contradicciones,” observa. “Es también una historia de 
		una operación secreta, así que nada se sabe a ciertas y lo más probable 
		es que nunca se sabrá. Así que nos dimos cierto permiso para inventar y 
		tratar esos personajes en un nivel más humano. Siento que hemos creado 
		un material muy escrupuloso que yo llamaría ‘ficción histórica’.” 
		Llevar esos personajes a un nivel más profundo y más humano trajo 
		consigo un gran número de retos. “Me gustan las cosas difíciles,” admite 
		Kushner, “y la mayor dificultad al escribir esta historia – como era 
		obvio desde el principio – es que nuestros principales agentes 
		dramáticos, nuestros protagonistas, son cinco tipos que asesinan 
		personas. Tenían que ser creíbles como agentes secretos, no como James 
		Bond, pero en el sentido de reales operadores de campo que trabajan para 
		una agencia de inteligencia – y al mismo tiempo, exista la interrogante 
		de, ‘¿Quiénes son estos tipos?’ Así que lo que me pareció fascinante fue 
		calibrar estos personajes, especialmente Avner.” 
		“Avner es el cabecilla del grupo pero no en un sentido convencional,” 
		continúa. “¿Pero cómo se sobresalta su conciencia? ¿Cómo entra en el 
		juego esta cierta intersección entre su ética interna y su sentido de 
		supervivencia? Se convirtió más y más en la historia de un hombre cuya 
		decencia no lo deja tranquilo.” 
		Durante mucho tiempo el proyecto permaneció sin título pero a medida que 
		Kushner escribía, se enamoró de Munich, que a Spielberg le pareció tenía 
		el tono modesto adecuado para una película que presenta un hecho 
		singular que se convierte en un acertijo moral persistente. 
		“Me gusta su simplicidad porque ésta es una cinta que comienza con un 
		hecho histórico tajante y entonces muestra que nada del mismo es 
		sencillo y que todas las aseveraciones que parecen rodearlo también son 
		cuestionables,” explica Kushner. “También existe una enorme resonancia 
		con el nombre Munich. Es el lugar donde nació el nazismo y también donde 
		sucedió la masacre de 1972. Me pareció que era apropiado para la 
		relevancia de la historia.” 
		A pesar de la intensa colaboración en el guión, Kushner se emocionó al 
		ver donde Spielberg llevó la trama una vez que las cámaras comenzaron a 
		filmar. “En todas sus realizaciones, Steven te coloca directamente en el 
		medio de lo que está sucediendo. La cosa interesante es que dentro de 
		esta película de suspenso, te plantea interrogantes intelectuales que te 
		llevan a más preguntas,” agrega Kushner. “Pienso que encontró una forma 
		de combinar una amalgama de varias formas que produjeron al final una 
		cinta muy interesante.” 
		La visión y confianza de Spielberg nacen de una combinación de su amor 
		por el cine y sus años de experiencia que le permitieron dirigir Munich 
		con un enfoque algo diferente al de sus otras películas. Aunque él 
		definitivamente tenía una visión clara de la historia, en esta 
		producción no utilizó guiones gráficos. Trabajó de una manera agudamente 
		espontánea y orgánica, intuyendo lo que cada escena necesitaba a medida 
		que se desarrollaba frente a él. 
		La experiencia en el foro, por lo tanto, fue muy colaboradora tanto para 
		el reparto como para los técnicos. “Steven utilizó un estilo 
		absolutamente fluido para dirigir,” dice Daniel Craig, quien interpreta 
		a uno de los cinco agentes. “Veía algo que estaba sucediendo e 
		inmediatamente intentaba aprovecharlo – una forma muy excitante de 
		trabajar. Y también algo que asusta. Pero si vas a estar en esa 
		situación, es bueno estar con Steven Spielberg porque él trae consigo al 
		proceso un enorme conocimiento de cada aspecto del cine.” 
		 
		 
		Seleccionar el Reparto para Munich: 200 Actores de Todo el Mundo 
		 
		La pre-producción de Munich comenzó con una intensa búsqueda de actores 
		para interpretar los casi 200 roles en el complejo libreto, papeles que 
		van desde figuras políticas famosas hasta agentes secretos que trabajan 
		en las sombras. Armada con únicamente una descripción general de la 
		historia de la película y la promesa de trabajar con Steven Spielberg, 
		la directora de la selección del reparto Jina Jay atravesó el globo 
		buscando rostros nuevos e interesantes. Durante su búsqueda, ella se 
		concentró en personajes viscerales reales que propulsaran la trama de 
		cinta y no en estrellas o actores conocidos. 
		“En esta cinta probablemente hay más roles con diálogo que cualquiera 
		que haya dirigido, incluyendo Atrápame Si Puedes, la cual creo tenía 
		150,” explica Spielberg. “Cuando se tienen tantos personajes en un 
		relato tan complicado que cubre varios años y muchos países, es muy 
		importante que el menor personaje sea tan interesante como el personaje 
		más importante de la trama. Quise que el reparto fuera único y que cada 
		actuación descollara para que fuera una cinta muy bien actuada, aunque 
		narra una parte trágica de nuestra historia colectiva. Y ese asombroso 
		reparto coral nos ayudó a contar nuestro relato.” 
		“Nos ayudaron e hicieron más fácil la labor los contactos que tuvimos 
		alrededor del mundo,” dice Jay, cuya labor la llevó a unir actores de 
		lugares tan distintos como Algeria, Egipto, Grecia, Irak, Irán, Israel, 
		Jordania, Líbano, Marruecos, Siria, Túnez, Yemen, Albania, Austria, 
		Francia, Alemania, Polonia, Rumania, España, Suecia, el Reino Unido, 
		Estados Unidos de América, Canadá y Japón, lo mismo que actores tanto de 
		Malta como Hungría, donde se filmó gran parte de la realización. 
		La clave fue encontrar a los miembros del escuadrón mismo – cinco 
		hombres totalmente diferentes que, como resultado de la masacre de los 
		rehenes en las Olimpiadas de 1972, aceptan dejar atrás sus vidas 
		personales, abandonar sus identidades previas y tomar parte en una 
		misión secreta sumamente peligrosa por el amor a su patria. 
		Spielberg tenia una visión muy completa de lo que buscaba en cada uno de 
		ellos. “Sentí que era muy importante no únicamente encontrar cinco 
		hombres de aspectos distintos sino encontrar cinco estilos de actuación, 
		acentos y personalidades diferentes y únicas,” dice el director. 
		Avner, el improbable cabecilla del grupo, es también el más joven y el 
		único que nació en Israel. Avner siente una devoción intensa hacia su 
		país pero nunca antes había matado a alguien en sus misiones. Para 
		interpretar a Avner, Spielberg siempre pensó en Eric Bana, a quien había 
		visto en la realización de Ang Lee Hulk. “Cuando lo vi en Hulk, vi en él 
		gran calor humano y fuerza y un asomo de miedo detrás de sus ojos que 
		pienso lo hacen muy humano. Estaba decidido a humanizar el personaje de 
		Avner en la historia, así que Eric fue mi primera elección desde el 
		principio,” asevera Spielberg. 
		Bana estaba en Los Ángeles terminando su rol en Troya en el otoño de 
		2003 cuando recibió la llamada diciendo que Spielberg lo quería ver. 
		Después de reunirse con Spielberg en los enormes foros de La Terminal, 
		Bana quedó sorprendido al saber que Spielberg lo quería para el papel 
		principal en una intensa cinta de suspenso sobre los controversiales 
		escuadrones israelíes de la muerte. “Quedé sorprendido, anonadado, 
		emocionado y asustado,” dice Bana. 
		Aunque nació y creció en Australia, como muchos otros del reparto y la 
		producción, Bana recuerda los hechos ocurridos en las Olimpiadas de 
		Munich. “Tenía sólo 5 ó 6 años pero recuerdo algunas de las imágenes y 
		es un relato con el que me familiaricé a través de los años.” 
		Bana investigó su rol intensamente, leyendo no únicamente sobre el 
		incidente en Munich y cómo es la vida de un agente de la Mossad, sino 
		también la compleja historia del conflicto del Medio Oriente. “Avner 
		madura y evoluciona mucho,” observa Bana. “Comienza como alguien que 
		obviamente está furioso por lo que ocurrió en Munich. Entonces se 
		convierte en un joven al que dan una tarea realmente agobiante y tiene 
		que aprender muy rápidamente cómo dirigir. Inicialmente cuestiona lo que 
		el grupo está haciendo pero entonces sucede algo interesante: se 
		endurece. A medida que el resto del grupo comienza a tener dudas, vemos 
		a Avner hacer lo opuesto. Pero al final de la cinta, lo vemos cada vez 
		más atormentado por lo que ha experimentado y en lo que se ha 
		convertido.” 
		Bana disfrutó la relación que se desarrolló durante el rodaje entre los 
		cinco actores que interpretan al escuadrón de asesinos. Los cinco 
		actores, provenientes de países y medio ambientes distintos, llegaron 
		junto a Malta y rápidamente formaron una unidad tan cerrada que los 
		sorprendió hasta a ellos mismos. “Espero que esa camaradería única haya 
		quedado plasmada en la pantalla porque es 100% genuina,” dice Bana. 
		“Provenimos de diferentes partes del mundo, tenemos puntos de vista muy 
		distintos y tuvimos todo tipo de discusiones asombrosas pero también nos 
		respetamos entre sí. Fue realmente una experiencia inolvidable.” 
		El actor inglés Daniel Craig – quien recientemente encabezó los 
		titulares de todo el mundo cuando se anunció que será el nuevo rostro 
		del legendario Agente 007, James Bond – interpreta a Steve, un recluta 
		oriundo de África del Sur que parece ser el más rudo, valiente y estable 
		del grupo. 
		“Steve es un personaje que, aparentemente, parece ser muy fuerte y en 
		total control de su destino,” dice Craig. “Como el resto, él cree en 
		esta misión porque cree en Israel. Él piensa que hay que tomar algún 
		tipo de represalia por lo ocurrido en Munich. Inicialmente Steve es 
		excesivamente agresivo y vive como si fuera un toro en una tienda de 
		porcelana china. Ataca sin importarte las consecuencias. Él no está 
		preparado para la confusión emocional que comienza a sentir por los 
		actos que ellos cometen. Y por eso me interesó mucho trabajar en esta 
		cinta; porque él está lleno de defectos y él no espera sentir la 
		confusión emocional que comienza a experimentar.” 
		Craig era muy joven para recordar las Olimpiadas de 1972 pero ha estado 
		consciente de los hechos que ocurrieron allí desde hace mucho tiempo. 
		“Pienso que las repercusiones de esa época han cambiado nuestras vidas,” 
		dice él. “Fue como el fin de la inocencia mundial – y todavía estamos 
		pagando las consecuencias de ello. Es uno de los hechos más 
		significativos del siglo 20 y pienso que Munich finalmente le pone un 
		rostro humano a lo sucedido.” 
		Mientras que Craig es un inglés que interpreta a un surafricano, el 
		actor y director francés Mathieu Kassovitz interpreta a Robert, el 
		miembro belga del grupo. Un talentoso constructor de juguetes, Robert 
		también posee una habilidad igual para fabricar explosivos. Un director 
		hábil, Kassovitz aparentemente se había retirado de la actuación, 
		instruyendo a su agente que no lo llamara para actuar en una película a 
		menos que fuera para Steven Spielberg. Se le presentó esta oportunidad y 
		una vez que leyó el guión, aceptó inmediatamente. 
		“Me impresionó mucho el libreto,” comenta él, “su estructura, su 
		sutileza, su inteligencia, su poder y sus agallas. Pienso que es una 
		cinta muy inteligente sobre el concepto de la venganza.” 
		A Kassovitz también le interesó la experiencia única de su personaje, 
		Robert, el más reacio de los miembros del escuadrón de asesinos. “Robert 
		es un personaje interesante porque, al igual que todos los miembros del 
		grupo, no es un asesino entrenado,” explica el actor. “Él es alguien que 
		está dedicado a la causa de Israel y por lo tanto cree que está listo a 
		luchar por su patria y sus creencias. Se enlistó en el ejército durante 
		la Guerra de Seis Días y debido a su habilidad para fabricar juguetes y 
		su facilidad con la mecánica en miniatura, trabajó desarmando bombas. 
		Pero eso no es fácil para él.” 
		Efectivamente, Robert se altera emocionalmente más que los otros por la 
		naturaleza brutal de la misión. “Él es un poco más sensible,” observa 
		Kassovitz. “No siempre tolera la violencia. Aunque forma parte de la 
		misión, hay cosas que él no puede hacer.” 
		Cada miembro del escuadrón tiene su serie de dilemas y divisiones 
		internas. El prolífico actor alemán Hanns Zischler interpreta el rol de 
		Hans, un judío alemán transplantado que se hace pasar por un negociante 
		de antigüedades pero que en realidad es un agente de la Mossad con una 
		extraordinaria habilidad para falsificar documentos. Interpretar a un 
		judío alemán que trabaja para la inteligencia israelí después del 
		incidente de Munich fue muy interesante para Zischler – con todas sus 
		complicaciones emocionales. 
		“Hans es probablemente alguien que abandonó Alemania en los 1930s con su 
		familia en el último momento posible,” comenta. “Él creció en Israel, la 
		cual era en ese entonces Palestina y creció hablando ambos idiomas. 
		Pienso que tiene la idea de que está unido tanto a Israel como a 
		Alemania de una forma peculiar. También es una persona muy pensativa. 
		Nunca ha sido realmente un activista, así que piensa que ahora tiene la 
		oportunidad de mostrar su lealtad por Israel trabajando para la Mossad.” 
		 Zischler 
		tenía 25 años en 1972 y recuerda lo sucedido. “Los hechos ocurridos en 
		las Olimpiadas fueron como un meteorito que chocó contra Alemania. 
		Súbitamente todos vimos como el teatro de las Olimpiadas se había 
		convertido en un drama horripilante,” recuerda él. “Y todo sucedió en la 
		televisión frente a los ojos del mundo. Para mí, fue fascinante tener la 
		oportunidad de explorar estos hechos desde un ángulo distinto en 
		Munich.” 
		Completa el grupo de los cinco el meticuloso, organizado y cuidadoso 
		Carl, interpretado por el actor irlandés Ciaran Hinds. “Hans y Carl 
		pertenecen a una generación diferente de los otros tres,” observa Hinds. 
		“Estos cinco tipos son todos muy distintos, con edades diferentes, 
		antecedentes diversos, educaciones distintas. Algunos crecieron en 
		Europa y otros en Israel. Y han sido seleccionados precisamente por sus 
		diferentes características. Dentro del grupo, Carl es él que quiere ser 
		absolutamente específico para que los objetivos sean limpios, que no 
		haya daño colateral y que ningún inocente salga herido. Realmente cree 
		que hay una forma correcta de realizar la misión, por muy terrible que 
		sea.” 
		Hinds creció en Belfast, donde los disturbios políticos eran constantes 
		y él ve los hechos de las Olimpiadas de 1972 como parte de un mundo 
		entero en conflicto. “Siempre miraba las Olimpiadas en mi juventud,” 
		dice. “Debido a lo que sucedió en Irlanda del Norte, estaba muy 
		consciente de este tipo de violencia como un fenómeno global. Por eso 
		Munich me parece muy interesante. Es una forma de ver la historia que no 
		es en blanco y negro. Pienso que Steven presenta una historia que 
		presenta muchas interrogantes pero que no sirve las respuestas en una 
		bandeja y eso es muy importante.” 
		 El 
		escuadrón tiene un solo contacto oficial y este es Efraín, el misterioso 
		oficial encargado del caso. Para Efraín, los realizadores escogieron a 
		Geoffrey Rush, el actor premiado con el Oscar®, el aclamado actor 
		australiano que saltó a la fama con su vívida interpretación del 
		pianista David Helfgott en Claroscuro y que ha interpretado 
		magistralmente roles diversos que van desde el Marqués de Sade, el 
		famoso libertino, al genio cómico Peter Sellers. El papel de Efraín es 
		algo totalmente diferente para Rush, algo que descubrió cuando leyó el 
		guión.  
		“Tony Kushner es un gran dramaturgo y se concentró en las maniobras 
		complejas que hacen que este relato sea un pedazo importante de la 
		historia,” dice Rush. “Cuando conocemos el personaje de Efraín, podemos 
		pensar que es otro burócrata anónimo pero el hecho es que se convierte 
		en un mentor poco común para Avner mientras él pasa por momentos muy 
		difíciles. Efraín es como un fantasma que sale de la nada para contestar 
		las preguntas importantes, ya sean morales o de otra índole.” 
		El concepto total de la película le interesó mucho a Rush, quien 
		recuerda haber visto la masacre de Munich en televisión en Australia 
		cuando tenía 21 años. “Veo Munich como una cinta de suspenso y espionaje 
		internacional basada en hechos muy reales e importantes – y entrelazado 
		con la trama existe un debate estimulante mientras estos personajes 
		viven una angustiosa experiencia de auto revelación,” comenta el actor. 
		Para definir el aspecto del personaje, Spielberg le dijo que siempre 
		había pensado en Efraín como un tipo parecido a Arthur Miller y le 
		sugirió que se peinara hacia atrás. Con un traje conservador, anteojos 
		gruesos y el pelo peinado hacia atrás, Rush se convirtió en Efraín. 
		Trabajó en los detalles del acento con la foníatra Barbara Berkery para 
		encontrar el que mejor reflejara la historia de Efraín. 
		Y entonces tenemos a Papá, el misteriosos francés que compra y vende 
		información que le suministra al grupo y que desarrolla una relación 
		paternal con Avner que el joven agente secreto había deseado toda su 
		vida. El legendario actor francés Michael Lonsdale, cuyos prolíficos 
		créditos incluyen la cinta de suspenso político El Día del Chacal, 
		interpreta a Papá. Cuando supo que Steven Spielberg lo quería para el 
		rol, lo aceptó sin reservas. “Fue un placer y un tremendo honor trabajar 
		con Steven Spielberg,” dice él. “Papá no es un rol largo pero sabía que 
		podía hacer mucho con él.” 
		También se une al reparto internacional como el personaje femenino 
		principal, la actriz israelí Ayelet Zurer, quien interpreta a Daphna, la 
		joven esposa que Avner debe dejar atrás a pesar del hecho que está 
		embarazada con su primer hijo. Durante la misión secreta, Daphna es la 
		única conexión de Avner con la vida real y su hijo es el único vínculo 
		con sus esperanzas de un futuro mejor. Zurer, quien recientemente ganó 
		el premio a la Mejor Actriz de la Academia de Cine Israelí, el Festival 
		de Cine de Jerusalén y los Críticos Haifa por su actuación en la cinta 
		de Savi Gabizon Nina’s Tragedies, fue escogida para interpretar a la 
		madre embarazada un mes después de dar a luz a su propio hijo, lo cual 
		hizo la experiencia emocional de su personaje más palpable. 
		“Daphna comienza la cinta muy ingenua y feliz,” dice Zurer. “Ella piensa 
		que la vida será buena y el futuro parece estupendo. Está embarazada, lo 
		cual significa una nueva vida. Pero entonces Avner se va y, por 
		supuesto, ella sabe que estará en peligro pero no creo que ella tiene 
		forma alguna de comprender por lo que él está pasando. Cuando regresa, 
		él es un hombre destrozado y deprimido y para ella es muy doloroso 
		verlo, especialmente como lo interpreta Eric, quien posee un rostro muy 
		humano.” 
		Finalmente, Zurer ve la lucha de la pareja como un símbolo de algo más 
		grande. “Avner y Daphna viven un despertar muy doloroso,” observa ella. 
		“Pienso que cada uno representa, de alguna manera, la pérdida de la 
		inocencia de su nación y quizás de todo el mundo.” 
		Ya fueran veteranos del teatro, estrellas en su país de origen o actores 
		debutantes, cada actor llegó a Munich en parte por la oportunidad de 
		trabajar con Steven Spielberg. La atracción de trabajar con el aclamado 
		director fue lo suficiente fuerte para atraer actores notables para el 
		reparto secundario, incluyendo al actor israelí Moshe Ivgy, quien 
		interpreta a Mike Harari, el legendario agente de la Mossad y Makram 
		Khoury, quien interpreta a Wael Zwaiter, el primo de Yassar Arafat que 
		fue el primer objetivo del escuadrón de Avner en Roma. La conocida 
		actriz palestina Hiam Abbass interpreta a Marie-Claude Hamshari, cuyo 
		esposo es el objetivo del escuadrón en París y la actriz además sirvió 
		de asesora y entrenadora de diálogo en la producción. 
		Un miembro del reparto tiene una relación particularmente estrecha con 
		la historia – Guri Weinberg, un actor que también es hijo de Moshe 
		Weinberg, el árbitro de lucha israelí y antiguo campeón de lucha que fue 
		asesinado en Munich cuando Guri tenía un mes de edad. Ahora con 33 años, 
		la misma edad de su padre al morir, Weinberg tuvo la oportunidad poco 
		común de interpretar a su padre y rendirle tributo en Munich. 
		
		
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