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Acerca de la
Producción
¿Qué es riesgo? ¿Qué es valor? ¿Qué es compromiso? ¿Y qué es lo que
significa realmente adoptar una postura cuando se trata de nuestros
medios, nuestros políticos, nuestra juventud? Del director ganador del
Premio de la Academia® Robert Redford nos llega LEONES POR CORDEROS, una
película nueva y provocadora que aborda de manera directa, pero emotiva,
algunas de las cuestiones más importantes con respecto a la vida actual
en los Estados Unidos. La película, que se desarrolla en tiempo real,
utiliza los eventos furtivos de un solo día para atar cabos y revelar
cómo un ambicioso miembro del Senado que hace movimientos audaces en
Washington, una reportera bajo intensa presión en busca de una historia
fresca, y dos valerosos soldados enviados a una peligrosa misión
secreta, están vinculados con un joven a punto de entender el verdadero
poder de la libertad, la fe y el compromiso.
La historia se lleva a cabo en tres frentes igualmente tirantes y
emotivos, cada uno con riesgos personales significantes. En una oficina
del Congreso, el Senador Jasper Irving (Tom Cruise), con firmes
aspiraciones a la presidencia, está por divulgar a una inquisitiva
reportera de televisión (Meryl Streep) una historia impactante acerca de
una nueva estrategia de guerra, conforme los dos se enfrascan en un
intenso juego del gato y el ratón, lleno de ingenio, encanto y evasivas.
En una universidad de la costa oeste, el otrora idealista Dr. Malley
(Robert Redford) se enfrenta a un estudiante privilegiado, pero
displicente (Andrew Garfield), que necesita arrojo y está en peligro de
nunca explotar su enorme potencial. Mientras tanto, al otro lado del
mundo, en el fragor de la batalla en Afganistán, dos ex estudiantes del
Dr. Malley, Arian (Derek Luke) y Ernest (Michael Peña), revelan los
debates y argumentos de mentores y políticos, en una lucha cruda por la
supervivencia, y las desgarradoras consecuencias que resonarán a lo
largo de toda su vida.
El director Robert Redford enfatiza que si bien en LEONES POR CORDEROS
correlaciona de manera ingeniosa eventos actuales, sus temas emotivos
van mucho más allá y la película no es de ninguna manera un drama de
guerra. Más bien, es un drama humano que se atreve a pedirle al público
que se pregunte, especule y sienta —y los exhorta a que participen de
una manera más activa en sus propios destinos, así como en el del país.
“Al final, las preguntas que plantean las tres historias de la película
son para el público: ¿Qué harías? ¿Cómo te sientes con respecto a esto?
Siempre se reduce a eso”, explica Redford.
Seis Personas y una Nación en una Encrucijada:
Robert Redford habla de LEONES POR CORDEROS
A Robert Redford siempre le han atraído historias conmovedoras acerca de
la mismísima estructura de la vida norteamericana, historias acerca de
gente común y corriente involucrada y afectada por los temas mas
profundos que enfrenta nuestra juvenil y democrática nación. Es esta
línea, que se ha entrelazado a lo largo de toda su carrera —desde que
era estrella de la pantalla a defensor del movimiento del cine
independiente—, lo que lo atrajo a LEONES POR CORDEROS, un guión escrito
por un relativamente desconocido joven escritor llamado Matthew Carnahan.
Si bien no ha dirigido una película en siete años, cuando el guión cruzó
por su escritorio de inmediato le tocó una fibra sensible —que Redford
considera un criterio vital. “Llegó de la nada”, dice Redford del guión
de Carnahan. “Me sorprendió porque era político y en la actualidad
existe tal inseguridad comercial con las películas, que parece que las
únicas seguras son las que se hacen. Aquellas que son un poco más
inciertas en naturaleza, que quizás te hagan pensar o especular, son más
difíciles de hacer. Y, no obstante, esos son los filmes que siempre me
ha gustado realizar”.
Como director, Redford había explorado previamente el caos dentro de las
familias norteamericanas en la película ganadora del Oscar® “Ordinary
People”; las tentaciones de nuestra cultura televisiva en la premiada
“Quiz Show”; y las relaciones vitales entre el paisaje, la naturaleza y
el espíritu norteamericano en películas tales como “The Milagro
Beanfield War”, “A River Runs Through It” y “The Horse Whisperer”.
También ha dejado una marca indeleble en la cinematografía
estadounidense con la fundación de su Instituto Sundance, el Festival de
Cine de Sundance y el Canal Sundance, que, juntos, han cultivado una
generación nueva de jóvenes realizadores, para poner en un primer plano
historias formidables y arriesgadas.
El riesgo ciertamente no iba a detener a Redford. En todo caso, le
serviría de inspiración. Pero, para Redford, LEONES POR CORDEROS no
solamente se trataba de correr riesgos —también le atrajo la idea de
provocar una verdadera reflexión, incitar el debate y vigorizar a un
público joven que no está acostumbrado a ver que se aborden cuestiones
tan importantes en una película con personajes universitarios. “Espero
que esta película provoque que el público contemple la situación actual
de este país y cómo llegamos aquí”, comenta Redford. “Para mí, es una
historia que va mucho más allá de los acontecimientos que están
sucediendo en la actualidad. Es en realidad acerca de los factores más
profundos que yacen detrás de esas cuestiones y cómo son experimentados
a nivel personal por individuos reales. Creo que es una película acerca
de la responsabilidad, acerca de que la gente joven acepte el papel que
desempeña para moldear el futuro y acerca de cómo cada uno de nosotros
lidiamos con nuestras decisiones en la vida e intentamos hacer un mundo
mejor”.
Redford se sintió todavía más obligado a emprender el proyecto por la
rigurosa narrativa y por los significantes retos artísticos. “No me
interesan las películas de corte político sólo por la historia. La
historia tiene que estar espoleada por los personajes, como, por
ejemplo, fue en su momento ‘All The President’s Men’. Lo que me gustó es
que todas las personas en la tres historias de LEONES POR CORDEROS
tienen un interés personal —y en algunas ocasiones no coexisten de
manera muy armoniosa”, comenta. “También tienes tres historias, dos de
las cuales se llevan a cabo en oficinas —y el reto es cómo hacer esto
dramático y cinematográfico. Entre más pensaba en ello, más desafiante
se volvía y más me atraía el reto”.
Las películas de Redford siempre han girado en torno a temas
estadounidenses fundamentales, incluso populistas, debido en gran parte
a que tiene un gran afecto por el país que ama —y esto se evidencia
claramente en LEONES POR CORDEROS. “Creo que en esta historia había
melancolía”, señala Redford, “porque ¿cómo no estar triste si amas este
país y creciste con ideales de democracia y libertad de expresión, y ves
cómo todo eso ha sido devastado?”.
Pero también añade: “Tampoco me gustaría hacer algo que fuera propaganda
despreciable. Existen muchos puntos de vista y tienes que respetarlos
todos. Quería que el público tuviera una reacción democrática en cada
una de estas historias”.
Lo último que le atrajo a Redford, que pasó a ser irresistible, fue el
hecho de que Tom Cruise ya había expresado interés por formar parte del
proyecto —no solamente para interpretar el papel del mañoso pero
apasionado Senador Irving, sino también para fungir como productor
ejecutivo del filme junto con su socia Paula Wagner, en lo que
representaba su primer proyecto en el renacimiento de United Artists. Y
también se rumoraba de que Meryl Streep tenía el guión en sus manos.
“De no haber sido por Tom, creo que la película no se hubiera hecho”,
comenta Redford. “La idea de Tom interpretando a un Senador me parecía
tan diferente e intrigante; realmente capturó mi interés. Después le
llamé a Meryl y le dije, ‘Me interesa hacer esto, ¿y tú?’ y me dijo, ‘Si
tú lo haces, yo lo hago’, y así fue como se armó todo tan rápido”.
De hecho, cuando Streep leyó el guión todavía no venía en él la
aprobación de Redford. Más bien, fue la simple importancia del tema lo
que la atrapó y no la dejó ir. “Es una historia acerca de tomar las
decisiones correctas, pero también es una película de cuán fácil es no
tomar decisión alguna”, comenta la actriz. “Es una película que dice que
no importa lo que pienses o sientas si no haces nada al respecto, si no
das la cara y lo arriesgas todo”.
Para Tom Cruise, LEONES POR CORDEROS era exactamente el tipo de historia
arriesgada e impredecible que él y Paula Wagner estaban esperando para
sentar las bases del nuevo United Artists; compañía que se fundó
originalmente en 1919 para darle a los artistas principales de Hollywood
el control creativo de su trabajo.
Cruise indica: “Me pareció un guión muy poderoso, una historia muy
intensa. Es una gran película para dar inicio al nuevo United Artists,
especialmente con Robert Redford, un auténtico director estadounidense
de vanguardia que ha ayudado a cambiar y definir en gran medida el cine
contemporáneo gracias a la defensa que ha hecho del cine independiente.
También es un narrador sobresaliente y siempre había soñado trabajar con
él”.
Asimismo, Cruise sintió firmemente que la historia era una que tenía el
potencial para estimular e inspirar, más que solamente emocionar, como
sucede con muchos thrillers o dramas de acción que abordan eventos
actuales. “Nunca pensé que esta película fuera una de guerra”, explica.
“Sí creo que es una que promoverá a toda costa el diálogo y una que
cambiara algunas ideas del público, sin importar cuál sea su punto de
vista. Es acerca de temas perdurables que son los cimientos de nuestra
nación —la libertad de expresión y la libertad de ideas—, pero invita a
las audiencias a que interpreten los eventos que presencian. Incluso
durante la producción, todos, desde Bob hasta el reparto y el equipo de
producción se sintieron constantemente obligados a tener conversaciones
complejas acerca de estos temas. Así que la veo como una película
tremendamente entretenida que también es emocionante porque promueve la
participación”.
No Ignorarlo:
La Inspiración de Matthew Carnahan para LEONES POR CORDEROS
El origen de la inspiración para LEONES POR CORDEROS se presentó con el
titileo inconsciente de un control remoto. Mientras una noche veía
tranquilamente la televisión, el joven guionista Matthew Carnahan le
cambió de un perturbador reportaje acerca de Irak a un canal de
deportes…después se preguntó por qué. ¿Por qué, en una época en la que
tanta gente expresa su preocupación con respecto a la dirección que está
tomando nuestro país, nos sentimos tentados a ignorarlo? ¿Por qué no
estamos viendo y hablando de estas cosas directamente, apasionadamente,
con todo el fervor y emoción que evocan las ideas de libertad, la
esperanza para el futuro y el sacrificio idealista?
“Es como si me hubiera pegado una tonelada de ladrillos; aquí yo estaba
sin prestarle atención a lo que está sucediendo en el mundo que me
rodea, sin prestarle atención a mis compatriotas que están dando sus
vidas, y de cuán aislados estamos la mayoría de nosotros, detrás de las
apariencias placenteras de nuestra vida diaria, con respecto a lo que
está sucediendo realmente. Así que me senté y comencé a escribir acerca
de esta idea del compromiso personal —qué es, de dónde viene, qué puede
generar”, explica Carnahan.
Al principio, Carnahan pensó que estaba escribiendo una obra de teatro,
pero después se dio cuenta que la historia podía y quizás debía ser una
película —una que pudiera romper el tabú actual contra la conversación
sustantiva, en esta época en el que las películas han abandonado el
diálogo en aras de aturdir con pura acción. Quería nadar contracorriente
y tenía la intuición de que muchos otros jóvenes estaban ansiosos por
hacer lo mismo.
“Estos son temas de peso y realmente no les puedes hacer justicia sin
hablar a detalle de ellos”, refleja Carnahan. “Asimismo, para contar
esta historia, me pareció importante yuxtaponer realmente estas oficinas
limpias y seguras, donde la gente no hace mas que tener conversaciones
—conversaciones importantes, pero conversaciones a final de cuentas— con
este desierto en Afganistán, donde vidas reales están en peligro”.
Carnahan dividió en cuatro áreas principales el análisis que hizo de la
manera en cómo personas distintas enfrentan nuestros tiempos difíciles
—los políticos, los medios, el ejército de voluntarios y la juventud
privilegiada y muy bien educada. Como resultado, nacieron los personajes
de la película: dos jóvenes soldados leales que han dejado atrás la
pobreza y están determinados a servir al país que lo hizo posible; un
político ambicioso quien va tras sus creencias verdaderas con fervor y
con misiones secretas; una influyente reportera cada vez más insegura de
su papel en un mundo donde los mismos reporteros han pasado a formar
parte de los esquemas políticos; un profesor desgastado pero idealista,
cuya última gran esperanza para el mundo es dejar un impacto perdurable
en sus estudiantes; y un joven universitario sobresaliente y arrogante
que nunca en su vida ha tomado partido —pero que quizás y tenga mucho
potencial para hacer una gran diferencia.
Después, Carnahan representó sólo un día significante en sus vidas, en
el que todos se ven inextricablemente vinculados con el destino de los
demás. “Realmente quería que el público sintiera que los eventos de
LEONES POR CORDEROS podrían estar pasando en este mismo momento”,
explica, “porque en un día cualquiera, mientras la gran mayoría de la
gente está platicando con sus co-trabajadores, todas estas cosas se
están llevando a cabo en diferentes partes de nuestro país y del mundo”.
Cuando Carnahan, quien también escribió el thriller de acción “The
Kingdom”, a ser estrenado este otoño, terminó su guión, le dijo de broma
a la productora Tracy Falco que quizás debería mandárselo a Robert
Redford. No lo podía creer cuando la broma rápidamente se tornó en algo
serio —y después se convirtió en realidad. “Una vez que mencionaron su
nombre, sembraron la semilla en nuestra cabeza y comenzamos a pensar que
quizás y no era tan descabellado”, recuerda Carnahan. “Hablé con Bob por
primera vez en septiembre y unos cuantos meses después ya estábamos en
producción. Es simplemente asombroso la cantidad de energía y entusiasmo
que le aportó a esto”.
Falco, quien había conocido a Carnahan cuando le pidieron que hiciera la
adaptación cinematográfica de la serie de la BBC “State of Play” a ser
dirigida por Kevin MacDonald, le había pedido a Matthew que le enviara
cualquier cosa en la que estuviera trabajando. Carnahan le envió LEONES
POR CORDEROS, incierto de cuál iba a ser su reacción.
Para Falco, era intenso e inmediato. “Me dio la impresión de ser como
ningún otro guión que haya leído”, comenta. “Aborda eventos que están
sucediendo conforme hablamos, pero también aborda cuestiones más vastas
que están en juego en nuestras vidas. Sentí que nunca antes se había
hecho algo similar, que aportara este tipo de propuesta íntima y
personal con respecto a eventos y política actuales”.
Falco continúa: “Mucho más que de política, es una película acerca de la
apatía, acerca de las diversiones, acerca de todas las razones por las
cuales no prestamos atención a lo que realmente está sucediendo en la
actualidad. Creo que eso, a final de cuentas, es lo que atrajo al
proyecto a gente como Tom Cruise, Meryl Streep y Robert Redford. También
es interesante que todos los personajes en la película están intentando
inspirar a otro personaje. El Senador Irving intenta inspirar a Janine a
que escriba la historia correcta porque cree que los Estados Unidos
necesita una victoria. Ernest y Arian inspiran a otros porque salieron
de una zona pobre de Los Ángeles y ascendieron a un lugar al que muchos
nunca pensaron que podrían llegar. El Dr. Malley intenta inspirar a Todd
a que elija un mejor camino, para que éste pueda inspirar a futuras
generaciones con sus propias acciones y vida. Así que toda la película
me pareció acerca de la inspiración —acerca de tomar una decisión de
hacer algo y no solamente estar sentado a esperar que otros mejoren el
mundo”.
Pero Falco también entendió que la producción tenía que trabajar a
marchas forzadas —y ya— para poder fomentar los tópicos del momento a
los que la película hace frente. “Estábamos conscientes de que teníamos
que hacer la película de inmediato para estar a la par de los eventos
actuales”, explica. “Por esta razón, nunca creímos que pudiéramos
conseguir a Robert Redford, pero entonces Matt y yo nos reunimos con él
en Chicago y resultó ser una gran junta —pasamos un tiempo maravilloso
hablando de política, arte y de la vida, y, repentinamente, dijo que sí.
En ese momento, nos estábamos dando de patadas para ver si esto no era
un sueño”.
No lo era, y las estrellas continuaron alineándose para la producción
una vez que un reparto verdaderamente estelar pronto se congregó
alrededor del proyecto.
La Reportera y el Senador:
Meryl Streep y Tom Cruise Ponen a Prueba su Ingenio en Washington D.C.
El reparto de LEONES POR CORDEROS lo encabezan dos de las estrellas de
cine más populares y elogiadas de nuestra época: Meryl Streep y Tom
Cruise, quienes nunca antes habían actuado juntos en pantalla. Al
personificar a la reportera televisiva Janine Roth y al Senador de los
EEUU Jasper Irving, en medio de una junta breve pero con todo el
potencial para cambiar el mundo, cada uno tiene la oportunidad de poner
en un primer plano a dos seres humanos evidentemente reales enfrascados
en una de las más intensas y serias batallas de nuestra época: la
libertad de los medios contra el poder político.
Janine Roth, interpretada por Streep, llega a la oficina del Senador
Irving sin saber bien a bien qué quiere. Años atrás, un artículo que
escribió ayudó a que el ambicioso y joven político fuera considerado
como el salvador de su partido, y desde entonces ha estado agradecido.
Ahora, él espera obtener su apoyo para una historia que posiblemente
tendrá un impacto mucho mayor —tanto en la “Guerra contra el Terrorismo”
como en sus propias aspiraciones por convertirse en presidente. El único
problema es que en esta ocasión, Roth, quien ha visto cómo los medios
pueden inmiscuirse en los esquemas políticos, no es convencida tan
fácilmente.
Ganadora en dos ocasiones del Premio de la Academia® y nominada casi de
manera perenne, Streep ha tenido la oportunidad de trabajar con muchos
de los mejores escritores y directores de la actualidad —no obstante,
fue el guión del relativamente neófito Matthew Carnahan lo primero que
le llamó la atención de LEONES POR CORDEROS, mucho antes de que supiera
que Robert Redford estaba involucrado. “Creo que Matthew tiene un gran
oído para los diálogos inteligentes y agresivos. Es, hasta cierto punto,
como David Mamet, pero no lo es. Es diferente, es en gran medida su
propia voz y es bastante inusual encontrar eso”, indica. “El guión me
pareció una gran obra, que tenía tanto inmediatez como poder. Es una
mirada intensa a cuestiones importantes, pero tiene el impacto emocional
de ser acerca de gente por la que te preocupas”.
Streep continúa: “Estaba muy interesada en la manera en como aborda el
compromiso, la participación y la responsabilidad personal —la idea de
yo que soy el guardián de mi hermano. También le inquieta la pregunta de
cuál es la responsabilidad de tomar partido como ciudadanos de una
democracia que somos, y lo difícil que es hacer eso realmente”.
En especial, el dilema moral de Janine Roth fue algo que la cautivó:
colaborar o no con un político que la quiere utilizar para “vender” de
manera cuidadosa su historia acerca de una operación militar mortal.
Streep entendió de inmediato todo lo que pasa en el proceso mental de
Roth bajo circunstancias muy excitantes pero peligrosas. “Es una mujer
célebre de cincuenta y tantos años con deberes familiares, y sabe que no
la contratarían fácilmente si la despidieran”, explica Streep. “Así que
hay muchas cosas que pueden influir en su contra si dice lo que
realmente piensa”.
También claras para Streep, como también lo están para Janine Roth, son
las consecuencias de una prensa indispuesta a arriesgarlo todo para
buscar la verdad en una sociedad democrática. “Dependemos de la libertad
de prensa para que nos dé la información correcta, y así tomar
decisiones muy emocionales”, señala.
Streep, quien se considera una “adicta a las noticias”, indica que
siempre ha estado fascinada por las vidas de la mujeres reporteras.
“Christian Amanpour es mi héroe”, repara. “Realmente admiro a la gente
que sale a la línea de frente y nos trae la historia —quienes no se
dejan llevar por sus emociones hacia un lado o hacia el otro. Pero lo
que tal mujer no te quiere decir es lo más difícil de descubrir —y eso
es lo que la hace un tipo de personaje muy intrigante de interpretar”.
Streep complementó su actuación con matices que revelan el caos debajo
de la apariencia apaciguada de Roth. En especial, disfrutó involucrarse
de lleno en la batalla de ingenios con el astuto Senador, interpretado
por Tom Cruise. “Quería aportarle al personaje un tipo de inteligencia
dialéctica —donde nunca estás seguro realmente si ella o el senador
están a la cabeza”, comenta Streep. “Janine está haciendo algo ladino
donde lo ideal sería que ella tome la delantera, pero sin querer que eso
parezca. Para ella, todo es acerca de cómo obtener las respuestas
ocultas sin antagonizar a la persona que las tiene”.
Una vez que llegó al set, Streep se inspiró todavía más al apoyarse en
la actuación de Tom Cruise —en la que una agudizaba e intensificaba a la
otra. “Me recordó a una amalgama entre Rick Santorum y John Edwards ”,
indica. “Tom le aportó a su personaje un fuerte sentido de alguien que
tiene una oportunidad genuina de convertirse en el futuro de su partido.
Nuestras escenas fueron como un duelo, con amagos y estocadas, y dos
argumentos bien razonados que se enfrentan entre sí. El trabajo de
Janine es ocultar lo que siente para poder obtener la historia, y el
trabajo del Senador es subsumir quién es en realidad para poder exponer
la manera en como le gustaría ser conocido —así que es muy interesante
ver cómo eso se desarrolla”.
La última vez que Streep trabajó con Robert Redford fue como su co-estrella
en la aclamada película “Out of Africa”, aunque desde entonces los dos
desarrollaron una amistad, alimentada por su mutua pasión por el
ambiente. En esta ocasión, trabajar con Redford como director fue una
revelación. “En aquel entonces, era como este tipo de estrella inmensa y
yo estaba, no sé, como que asombrada de él”, admite. “Pero ahora nos veo
a los dos como veteranos. Como director, fue muy inteligente y estaba
tan instruido con respecto a los temas que recaí completamente en él.
Esto no se parece a nada que él haya abordado antes, pero siempre tiene
un cierto tipo de integridad con el material que toca. Yo estaba
asombrada al ver cómo hizo que esto se sintiera como una historia y no
como tres, y con la manera en como le imprimió tanta intensidad y
profundidad”.
Redford estaba fascinado en trabajar como director con su buena amiga —y
dice que su único remordimiento con Streep fue no haber compartido
ninguna escena con ella. “Hubiera sido agradable trabajar con ella como
actor en esta película porque realmente lo disfruto, pero ésta era una
relación diferente”, comenta el director. “La buena noticia fue que, al
dirigirla, ya había mucha confianza forjada a partir de lo que antes
habíamos experimentado entre nosotros como artistas”.
Continúa: “Trabajé con ella a manera de colaboración porque es muy
inteligente, y la invité a que contribuyera en lo que quisiera en cuanto
a improvisación, así que fue un absoluto placer”.
La contraparte de Streep es interpretada por Tom Cruise, como el
ferozmente motivado y profundamente ideológico Senador Irving. Desde el
inicio, Redford estaba emocionado con la idea de Cruise para el papel,
precisamente porque sabía que el personaje no iba a ser totalmente
blanco o negro, sino que iba a estar en algún lugar en medio de ese
fascinante limbo. Cruise también le aportó una mezcla de cualidades
innatas —inteligencia, carisma, persuasión, sin dejar de mencionar una
sonrisa de un millón de dólares—, con las que Redford hubiera colocado
fácilmente a un candidato en la vía rápida hacia el poder político.
“Hubiera sido muy fácil hacer del Senador el típico villano, pero eso
hubiera sido un desastre. Tiene una perspectiva legítima y eso tenía que
establecerse de una manera genuina”, indica Redford. “Lo que me pareció
tan interesante de Tom es que tiene una intensidad y una energía tan
poderosa que magnifican la idea de un hombre que cree realmente lo que
está haciendo —pero también la de un hombre que guarda sus propios
intereses”.
Aunque es conocido como una de las estrellas taquilleras más grandes que
hay en la actualidad, Cruise también ha forjado una reputación por
aceptar papeles inesperados y desafiantes. Ha sido nominado en tres
ocasiones al Premio de la Academia por actuaciones sumamente diversas:
como un veterano de Vietnam paralizado en “Born on the 4th of July”, de
Oliver Stone, como un agente deportivo en medio de una crisis moral en
“Jerry Maguire”, de Cameron Crowe, y como el gurú Frank Mackey en
“Magnolia”, de Paul Thomas Anderson. Aún así, el papel del Senador
Jasper Irving llevó a Cruise a lugares a los que nunca antes había
estado.
En el papel de Irving, interpretaría a un hombre realmente incitado por
convicciones personales acérrimas para arriesgar vidas norteamericanas.
“Como actor, fue muy retador para mí, y no se parece a nada que haya
interpretado antes”, explica Cruise. “Jasper Irving es alguien que
conoce a fondo el gobierno y el ejército, y es alguien que realmente
cree que ésta es la mejor manera de ayudar. No lo podía interpretar
simplemente como un personaje. Más bien, sentí que tenía que convertirme
en este tipo para entender lo que sabe; analizarlo de adentro hacia
afuera. Era un papel en el que realmente tenía que investigar y
estudiar”.
Para profundizar todavía más en los fervientes argumentos a favor de
intensificar la agresión militar, Cruise se sumergió en un periodo
intensivo de lectura y aprendizaje. “Pasé mucho tiempo repasando el
gobierno contemporáneo, la historia del pensamiento conservador y los
asuntos exteriores actuales”, indica. “Me tenía que convertir en Irving
al ahondar en lo que él sabe. También tuve la suficiente suerte de
platicar con algunas personas en niveles muy altos, que fueron muy
sinceros conmigo en compartir su punto de vista”.
También tuvo que encontrar la manera más dinámica de interactuar con el
personaje de la reportera, interpretado por Meryl Streep —generar un
vaivén sumamente entretenido que se lleva a cabo en solamente unos
cuantos metros cuadrados de oficina. “Estaba ansioso por interpretar
estas escenas con ella, llevar a cabo este maravilloso juego de ingenios
e intelectos”, admite Cruise. “Ya todo se ha dicho acerca de Meryl que
probablemente se pueda decir de un artista —y creo que todo es
verdadero. Es una mujer tremendamente poderosa y una actriz
increíblemente generosa. Fue un verdadero sueño haber trabajado con
ella”.
Para Cruise, la clave de sus escenas con Meryl fue hacer que el público
sintiera la tensión vibrante que había entre ellos. “Creo que la
dinámica entre el Senador y el personaje de Meryl es muy emocionante,
porque estás yendo de un lado al otro entre diferentes ideas en
conflicto. Este diatriba intelectual fue muy retadora y, como actor, fue
muy divertido interpretarlo”, comenta.
De paso, a Cruise también le pareció preciso el estilo como director de
Robert Redford. “Su trabajo siempre está basado en los personajes, pero
también hay una atención genuina hacia la historia y a la estructura
para que lo que veas no solamente tenga veracidad, sino también drama y
tensión”, señala Cruise. “Me sentí tremendamente honrado en haber
trabajado con él”.
El Profesor y el Estudiante:
Robert Redford y Andrew Garfield Tienen una Conversación Estimulante en
Berkeley
Mientras que Janine Roth y el Senador Irving están enfrascados en una
intensa y hábil discusión en Washington, en la costa opuesta un
diferente tipo de duelo se está llevando a cabo en la oficina de un
profesor universitario. Aquí, en escenas que son la esencia de LEONES
POR CORDEROS, el Dr. Malley, profesor de historia, se enfrenta a un
estudiante al que considera que tiene lo necesario para hacer la
diferencia —si tan sólo el muchacho pudiera encontrar una razón en su
interior para verdaderamente tomar una postura.
Desde el primer minuto que leyó el guión de LEONES POR CORDEROS, Redford
se vio interpretando el papel del Dr. Malley, en parte, porque siempre
ha estado fascinado por los profesores y la educación, y, en parte, para
darle a las nuevas generaciones una oportunidad de ser escuchados —un
aspecto de la propia personalidad de Redford que lo llevó a fundar el
Festival de Cine de Sundance.
También vio a Malley quizás como parte de una clase que trágicamente
está en extinción, un disidente solitario que lo conmovió. “Ya está por
llegar a su límite”, comenta Redford. “Es un profesor que cree que la
educación es una herramienta muy importante para la fuerza y el
crecimiento democráticos, pero también ve cómo se está evaporando todo
ese compromiso de vida por el que tanto ha luchado. Este estudiante,
Todd, se vuelve simbólico en ese sentido. Aquí tienes a un alumno, con
un enorme potencial, que parece estar desperdiciando esa capacidad a
favor de una vida fácil —y para Malley es casi un esfuerzo desesperado
poner a este muchacho contra la pared para que se enfrente a esa
decisión”.
La conversación de Malley con Todd se sumerge de lleno en la esencia de
uno de los temas más vitales y reflexivos de la película. “El Dr. Malley
ha visto a lo largo de los años a jóvenes encaminados hacia la apatía y
el cinismo —muchachos que se preguntan ‘¿por qué debería de
involucrarme? ¿por qué no debería optar por una vida buena y fácil?’.
Existe la sensación de que es ridículo involucrarse con un sistema que
está tan dañado. Y Malley ve en Todd a alguien ciertamente capacitado
para tener una buena vida, si eso es lo que quiere hacer —pero también
es alguien que podría imponerse e intentar hacer algo más riesgoso”.
Para interpretar a Todd, el despreocupado pero talentoso estudiante
universitario que al principio intenta evadir al Dr. Malley, y después
comienza a sincerarse con él, Redford le dio el papel a un excitante
actor neófito: Andrew Garfield, actor de teatro inglés de padre
estadounidense, que también protagoniza “The Other Boleyn Girl”, a
estrenarse este otoño. “Es muy nuevo pero es muy talentoso”, comenta
Tracy Falco. “Para el papel, conocimos prácticamente a todo actor joven
de entre 18 y 30 años, y todos sentimos que sin duda alguna encontramos
al mejor hombre para el trabajo”.
Redford reconoce que la oportunidad para que Garfield se quedará con el
papel era remota, y más porque era de Inglaterra y nunca antes había
tenido una experiencia colegial norteamericana. “No era estadounidense,
así que las probabilidades estaban en su contra, pero era tan
inteligente e ingenioso que realmente me pareció el tipo de persona
adecuada con el que mi personaje se podía enfrascar en un duelo”,
explica el director. “Fue un verdadero descubrimiento y, a nivel
personal, muy divertido trabajar con él”.
A pesar de sus antecedentes, Garfield entendió completa e inmediatamente
a su personaje. “Todd es básicamente súper inteligente y súper haragán”,
señala el joven actor. “Es elocuente, juicioso y tiene mucho potencial,
pero le gusta la buena vida —las mujeres y las fraternidades, vaya, sólo
divertirse. Es algo que muchos chicos de su edad están haciendo porque a
pesar de que actualmente el mundo un lugar bastante desordenado, creo
que es muy difícil ir en contra de ello”.
El hecho de entender a Todd no necesariamente lo hacía un papel fácil de
interpretar. “En realidad, me pareció complejo”, admite Garfield,
“ponerme detrás de ese tipo de apatía. Tenía que ir completamente en
contra de mis instintos”.
Pero Garfield estaba muy emocionado con el intenso ir y venir del
diálogo, que se presenta cuando Todd es enfrentado por el Dr. Malley —y
se desarrolla una extraordinaria conversación acerca de lo que realmente
vale en la vida. “El Dr. Malley realmente sacude y cimbra a Todd”,
señala. “Se le presenta un gran reto porque este hombre se está
introduciendo en su alma y diciendo, ‘mira, no estás haciendo nada con
los dones que te han dado’, por lo que se ve obligado a mirarse a sí
mismo de una manera mucho más profunda, como nunca antes lo había hecho.
Creo que la puerta que Todd quería que permaneciera cerrada se abre ante
él, y sabe que en cuanto esto suceda, se verá obligado a adoptar una
postura”.
Al aceptar el papel, el mismo Garfield tenía que enfrentarse en su
primer rol cinematográfico de envergadura a la desafiante propuesta
tanto de actuar con Robert Redford como dejarse dirigir por él. “Al
principio, ésa era una espada de doble filo”, confiesa el actor. “Por un
lado, ¡era la cosa más emocionante y por el otro era la cosa más
aterradora! Me tomó entre tres y cuatro horas creerlo por completo.
Parecía ser una fantasía. Pero, tan pronto y lo conocí, de inmediato se
convirtió en un ser humano. Para ser esta sorprendente leyenda de la
pantalla, no es nada presuntuoso. Es como trabajar con un actor
fantástico pero sin ningún ego impuesto. Es sumamente festivo cuando
actúa, y cuando dirige es extremadamente tranquilo, callado y generoso”.
La difícil misión de ambos hombres fue sostener lo que es esencialmente
una prolongada discusión, espetada con la tensión intensa de una disputa
y la emoción de pasar la antorcha de una generación a otra —y que se
viera en pantalla con dinamismo y espíritu. “Platicamos mucho con
respecto a las maneras en la que podíamos mantenerla fluida y en
movimiento”, explica Garfield. “Las escenas son definitivamente
retadoras porque son, de manera innata, muy estáticas y también son muy
serias y tensas —así que siempre estábamos intentando imprimirle toda la
agilidad y energía que podíamos”.
Finalmente, Garfield piensa que lo que sucede en ese breve periodo de
tiempo en la oficina del Dr. Malley resonará a lo largo de toda la vida
de Todd, en formas que nunca antes pudo haber imaginado. “Lo que está
haciendo Malley realmente es plantar las semillas”, resume Garfield.
“Está diciendo mantente atento, sigue leyendo el periódico, sigue
enojándote y no dejes de pertenecer al mundo. No le está dando respuesta
alguna a Todd, simplemente está diciendo ‘no olvides que tienes todo
este potencial que puedes usar a tu manera’”.
Dos Soldados en una Cresta:
Derek Luke y Michael Peña Luchan por sus Vidas en Afganistán
Los múltiples aspectos de LEONES POR CORDEROS se entrelazan en un clímax
conmovedor, cuando dos soldados leales y mejores amigos luchan por
sobrevivir en una remota montaña, lejos de las conversaciones más
estimulantes de la película. Aquí, Arian y Ernest, dos notables ex
alumnos del Dr. Malley, han sido enviados a una misión secreta en un
esfuerzo por cambiar el curso de la guerra en Asia Central —y están
preparados para sacrificar todo por su país y por sí mismos. Sus actos y
heroísmo revelan el inexorable lado humano de los debates que ocupan
aquellos en puestos más poderosos.
Al buscar a los actores para los papeles de Arian y Ernest, Robert
Redford esperaba encontrar intérpretes que pudieran entender de
inmediato cuáles son los orígenes de estos muchachos y cuán duro han
trabajado para hacer que sus sueños se hagan realidad. “Tenías que
sentir realmente que los dos provenían de vecindarios difíciles, de los
que habían podido ascender a través de sus éxitos”, comenta el director.
“Además de sus logros académicos y sofisticación, todavía debían tener
algo de esa actitud desenfrenada del gueto”.
Como resultado, el realizador eligió a Derek Luke y Michael Peña, dos
prometedoras estrellas juveniles de orígenes humildes, pero con
considerables tablas en la actuación para conseguir representar una
singular amistad en un momento de apuro fatal. “Para mí, la cosa más
interesante acerca de Derek y Michael fue su profundidad emocional”,
comenta Redford. “Ambos son individuos fuertes y también tienen una
auténtica dignidad personal y un sentido de humanismo que me pareció
importante”.
Derek Luke, que alcanzó la fama después de haber obtenido el papel que
le da el nombre al título en “Antwone Fisher” y que representó su debut
cinematográfico bajo la dirección de Denzel Washington, se ha convertido
desde entonces en una gran presencia en pantalla, que lo llevó a
participar más recientemente en el thriller político “Catch a Fire”, de
Philip Noyce.
Cuando Luke leyó LEONES POR CORDEROS le intrigó de inmediato porque el
personaje era uno con el que podía sentirse identificado a un nivel muy
personal. “Para interpretar a Arian, fui capaz de recurrir a mis propias
experiencias, ya que provengo de un lugar sin recursos donde pasé
hambre, que me llevó a cambiar. Ya estaba familiarizado con ese
sentimiento: cuando trabajas mucho por llegar a cierto lugar donde ya no
hay diferencia entre tú y el sueño”, comenta.
También sintió que estaba leyendo algo verdaderamente único entre
historias de Hollywood. “Me pareció realmente distinto”, comenta Luke.
“Lo que me gustó es que tienes la oportunidad de ver la realidad desde
un montón de perspectivas distintas —la de un político, una reportera,
un estudiante, dos soldados— y cada una desempeña un papel diferente en
la idea de defender la libertad”.
En particular, Luke estaba obligado a entender de la mejor manera por
qué Arian toma esas decisiones difíciles en la vida. “Quería descifrar
por qué un joven de origen humilde y que trabaja tan duro para ir a una
gran escuela, después toma la decisión de ir a luchar a la guerra”,
explica. “Creo que Arian se percata que en esta prestigiosa escuela
muchos de los chicos tienen grandes oportunidades, pero que básicamente
no las están aprovechando. A final de cuentas, llegué a creer que Arian
vio un propósito más grande y después actuó acorde”.
Luke también siente que el Profesor Malley tuvo un profundo efecto en
Arian, incluso si fue uno que Malley no hubiese esperado realmente.
“Creo que las palabras son motores y tienen mucho peso, y en algunas
ocasiones cuando a alguien le dices las palabras correctas, éstas hacen
que esa persona reaccione”, comenta. “Y creo que eso fue lo que el Dr.
Malley hizo con Arian. Le comunicó esta idea de que él realmente tenía
una responsabilidad de intentar ayudar al mundo, y Arian lo interpretó a
su manera”.
Luke continúa: “Eso fue lo que inspiró a Arian y también lo que me
inspiró a mí a tomar el papel —el reto importante que el Dr. Malley le
comunica a esta generación para que no se conforme, no se duerma, sino
que realmente sea consciente y contribuya”.
Además de su preparación mental, Luke se sometió a un entrenamiento de
armas y combate, y tuvo que alcanzar una condición física óptima, de un
soldado elite, para poder cargar los 20 kilos de equipo militar que
Arian porta en la montañas de Afganistán. La experiencia fue reveladora.
“Después de entrenar un par de días con los comandos, fue como si el
mundo exterior ya no existiera más”, recuerda Luke. “Solamente existía
la hermandad —un hermano a mi derecha y otro hermano a mi izquierda.
Realmente tuve esa sensación de honor, compromiso y sacrificio de lo que
ser un soldado significa”. El entrenamiento también sirvió para
compenetrarse más con Michael Peña, quien interpreta a su mejor amigo y
camarada de armas. “Hubo mucha camaradería y muchas similitudes entre
nosotros”, comenta Luke. “Ambos llegamos a la película con un deseo
auténtico de ser creíbles y eso provocó que se generara un vínculo
genuino que se ve reflejado en pantalla”.
Sin embargo, ningún entrenamiento pudo preparar a Luke para el reto de
filmar días prolongados y emotivos mientras estaba enterrado bajo nieve
real, helada, que le dejaba entumecidos los dedos de los pies. “Hicimos
unas primeras pruebas con Poly-Nieve, pero cuando llegamos al set,
decidieron que la nieve real se vería mejor”, recuerda Luke. “En
realidad, tengo que decir que trabajar bajo esas condiciones, enterrado
en nieve real con mis piernas acalambradas, verdaderamente me demostró
de qué estaba hecho Arian en esta situación. Fue muy difícil, pero
aprecié la clase de carácter que se necesita para enfrentar con dignidad
este tipo de retos”.
Al igual que Derek Luke, la prometedora estrella Michael Peña proviene
de un origen similar a aquel de su personaje, Ernest, después de haber
crecido en un rudo vecindario de Chicago. Ha alcanzado un primer plano
en los últimos dos años gracias a sus papeles en películas que van desde
la ganadora del Oscar® “Crash” a la aclamada “Babel”, hasta “World Trade
Center”, de Oliver Stone, y el éxito de acción “Shooter”.
Peña comenta: “Me gustó mucho el viaje de Ernest, además de que tengo
muchas cosas en común con él. Provengo de un vecindario que no era el
más ideal para crecer, y sé lo que se siente trabajar arduamente para
poder hacer que las cosas sucedan. Sé lo que es tener un sueño que
parece ser intangible y, no obstante, y al mismo tiempo, piensas que
puede suceder. Me sentí identificado con estos tipos, sus orígenes, su
viaje a la universidad y el que se hayan dado cuenta que realmente
necesitaban hacer algo para ir a contrapelo e involucrarse en el
proceso”.
A Peña también le impresionó la estructura intrincadamente entretejida
del guión. “Me encantó cómo las historias se entremezclan y después
alcanzan un fin común. Existe mucho balance y armonía en la narrativa, y
me fascinó la manera en cómo necesitas tener una perspectiva para
entender las demás. Creo que ‘Crash’ también lo hizo de una manera
espléndida”.
Otro aspecto de la historia con el que Peña se sintió identificado fue
la idea de que un mentor puede tener un impacto avasallador en un joven.
“Una razón por la que quería hacer esta película es porque recuerdo a
gente que realmente me inspiró cuando iba en la escuela, gente que, de
hecho, creía en mí; mentores como el Dr. Malley”, comenta, “y quería
rendirle un homenaje a eso”.
A Peña le atrajo el guión por sí mismo, pero cuando escuchó la lista de
sus co-estrellas, se preguntó si debía pellizcarse para ver si no era un
sueño. Recuerda: “Pregunté quién iba a dirigir y me dijeron que Robert
Redford, y dije ‘perfecto’. Pregunté quién la iba a protagonizar y me
dijeron que Robert Redford, y dije ‘perfecto’. Y me dijeron que también
iban a actuar Meryl Streep y Tom Cruise —y entonces les dije que debían
de estar bromeando. Fue impresionante”.
Tan atractivo como era el proyecto, Peña todavía tenía que encontrar la
manera de asimilar y adentrarse en las razones emocionales y filosóficas
implícitas detrás del voluntariado de Ernest, justo en un momento en el
que una oportunidad finalmente estaba tocando a su puerta. “Creo que
todo se reduce al hecho de que Ernest y Arian tuvieron un profundo
sentimiento de lealtad hacia su país”, comenta. “Y realmente querían
marcar una diferencia en el mundo. Creo que piensan, ‘si hay una guerra
que tiene que pelearse, seamos nosotros los que tengamos que hacerlo
—con orgullo. Seamos los mejores soldados que podamos ser’. Para ellos,
fue más allá de querer ir a la guerra. Simplemente querían ayudar de la
mejor manera en que les fuera posible”.
Para el papel, Peña se unió a Derek Luke en el intenso entrenamiento
militar. Pero, al igual que con Luke, ninguna cantidad de ejercicio
riguroso o habilidad con las armas pudieron prepararlo para las
emociones y la agonía física de trabajar en la nieve. “Recuerdo haber
estado sentado en un fango de nieve que me daba hasta el pecho y haberme
dicho, ‘esto es por una buena razón, esto es para una buena película’”,
recuerda.
No obstante, Peña también estaba profundamente conmovido por el valor y
el destino de su personaje —y todas las preguntas difíciles que esto
plantea. Resume: “Para mí, esa escena excelente es cuando recuerdas el
diálogo que el Dr. Malley le dice a Todd —‘nunca dejes que tales leones
sean liderados por tales ovejas’—, lo que hace que realmente te
obsesiones y te pongas a meditar al respecto”.
Alrededor del Mundo en el Valle Simi:
Filmando LEONES POR CORDEROS
Si bien LEONES POR CORDEROS se lleva a cabo en ambas costas de los
Estados Unidos y al otro lado del mundo, en Afganistán, para poder
filmar rápidamente, toda la producción tuvo que pasar por un itinerario
vertiginoso, al más puro estilo del cine independiente, que se llevó a
cabo totalmente en el sur de California. Al trabajar con un
sobresaliente equipo de producción artístico que incluyó al director de
fotografía ganador del Premio de la Academia® Philippe Rousselot, al
diseñador de producción Jan Roelfs y a la diseñadora de vestuario Mary
Zophres, Redford fue capaz de transformar el Rocky Pick del Valle Simi
en las montañas rocosas de la frontera de Afganistán.
En su previa colaboración con Redford, Rousselot ganó un Oscar® por el
lirismo que le imprimió a su fotografía exterior en “A River Runs
Through It”. Pero para LEONES POR CORDEROS, la labor fotográfica
requeriría de un estilo diametralmente opuesto. “Esta película se centra
menos en paisajes y mucho más en las actuaciones de los actores”, indica
Rousselot. “Así que el reto fue, en parte, cómo hacer visualmente
interesante a dos personas que están platicando en un escritorio, y, al
mismo tiempo, mantener la fotografía completamente al servicio de los
personajes”.
Rousselot y Redford comenzaron a conversar acerca del diseño visual de
la película al ver imágenes que pudieran reflejar cada una de las
principales virtudes de los personajes —el riguroso poder del Senador
Irving, el idealismo marchito del Dr. Malley, el alarde y valentía
juvenil de Arian y Ernest, la elección de Todd entre un estilo de vida
complaciente y sacar la cara por algo. Rousselot también comenzó a
desarrollar una paleta que entrelaza como un eslabón todas las historias
para intensificar el clímax angustiante de la película. “A lo largo de
la película, utilizamos mucho el color rojo, desde la oficina del
Senador al helicóptero Chinook . Es un color intenso, y también el color
de la sangre”, señala.
Si bien gran parte del filme se desarrolla en reuniones que se llevan a
cabo en oficinas, donde el realismo es el punto central —en las
expresiones faciales y en la energía de las ideas discordantes que están
en el aire—, Rousselot optó por una apariencia distinta en las
secuencias que se desarrollan en un cresta helada en Afganistán, bajo
control enemigo, durante una noche iluminada por la luna. Para esto,
Rousselot tuvo que ser creativo con su iluminación y recrear la
sensación de una oscuridad inquietante, a gran escala, para permitirle
al público ver a detalle el bregar de Arian y Ernest. “Estas fueron las
escenas más interesantes desde un punto de vista visual”, comenta
Rousselot, “pero también son acerca de una tragedia terrible”.
Redford y Rousselot trabajaron de manera estrecha con el diseñador de
producción Jan Roelfs, quien Redford contrató después de haber visto lo
que hizo en “World Trade Center”, de Oliver Stone. Roelfs llenó las
oficinas del Dr. Malley y el Senador Irving con detalles sutiles que
daban todavía más indicios de sus personajes e historias personales.
También fue pieza clave para hacer que el Valle Simi se viera como
Afganistán. “Hubo una tremenda cantidad de trabajo al momento de recrear
una cresta en Afganistán, a mitad del invierno en California, pero
realmente lo logramos”, comenta Redford. “En este proyecto, disfruté
haber trabajado con mucha gente con la que nunca antes lo había hecho
—especialmente porque lo que nos unió a todos fue el haber estado
enamorados del tema de la película”.
Mientras tanto, la diseñadora de vestuario Mary Zophres tenía el retador
mandato de “¡asegurarme que la ropa que iba a diseñar desapareciera!”
Explica: “El vestuario en esta película es totalmente acerca de encarnar
a los personajes y tenía que ser parte intrínseca de ellos y no
sobresalir. Tom Cruise es emblemático del gobierno, así que porta lo que
esperarías que porte un senador bien vestido de los Estados Unidos; un
traje azul marino de tres piezas. Lo mismo con Meryl Streep. Es
reportera, así que no usa nada que pueda llamar tu atención. En cuanto a
Robert Redford, quería que su ropaje se viera profesional, muy bien
puesto y muy orgánico”.
Para Arian y Ernest, Zophres investigó los uniformes actuales que usan
tanto dentro como fuera del campo de batalla en Afganistán e Irak.
Señala que haber vestido a Andrew Garfield, como Todd, fue una de sus
transformaciones más grandes, sin que haya dejado de ser sutil. “Andrew
es inglés y mucho más sofisticado en un tipo de estilo urbano inglés.
Creo que nunca antes había usado sandalias, ¡así que le dimos un par
para que pudiera practicar con ellas! La camiseta hawaiana que usa
provino directamente del guión de Matthew Carnahan, y está basada en un
playera similar utilizada por una fraternidad en la USC”.
La banda sonora de Mark Isham, quien ha trabajado con Redford en dos
previas ocasiones, en “A River Runs Through It”, por la que obtuvo una
nominación al Oscar®, y en “Quiz Show”, le añade los toques finales
sutiles a la película. “Mark es un hombre que realmente vive su
profesión”, comenta Redford. “Una de las características más atractivas
de Mark es que sabe cómo hacer que las cosas se mantengan simples. Me
gusta la música sutil, pero que apoye el drama y que esté ahí por una
razón, y Mark lo logró de una manera espléndida”.
Para Redford, todos los elementos de LEONES POR CORDEROS —desde las
actuaciones a la banda sonora, a las imágenes— fueron colocados
cuidadosamente para fusionarse y dar pie a las conmovedoras escenas
finales de la película, de tal manera que conmuevan al público.
Asimismo, espera que tan pronto y deje las salas cinematográficas, la
gente hable más acerca de lo que acaba de suceder y de cómo todo está
vinculado.
“No me gustaría hablar mucho acerca del final de la película, sólo decir
que mi intención durante el momento final es introducir un aspecto
ligeramente más abstracto”, explica Redford. “En realidad, la intención
es que sea una culminación de todas las cosas que se han estado
desarrollando a lo largo de la última hora, hora y media, y que llegue
el punto en el que tú sientas algo de manera intensa —de una manera u
otra— acerca de lo que acabas de experimentar”.
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