"LA MALDICIÓN DEL PERLA NEGRA"

de Gore Verbinski

 

 

Acerca de la producción

La emocionante historia de una riesgosa misión de rescate para revertir una antigua maldición,  “Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl”, es un guiño irreverente a la famosa atracción del parque temático de Disney. Cuando en principio la idea fue presentada a los ejecutivos de producción de los Estudios Disney, sólo pudieron pensar en un productor que fuese capaz de manejar el alcance y las complejidades de semejante tarea. Michael Eisner, Presidente y CEO de Walt Disney Company, Dick Cook, Presidente de Walt Disney Studios, y Nina Jacobson, Presidenta de Buena Vista Motion Pictures Group, se contactaron inicialmente con Jerry Bruckheimer para que orquestara este fantástico espectáculo, y Jerry se mostró más que ansioso por realizarlo: siempre había deseado hacer una película de piratas.

“De niño me encantaba ver películas de piratas”, cuenta Bruckheimer. “‘Treasure Island’, ‘Captain Blood’ y ‘The Black Pirate’ eran algunas de mis favoritas. Errol Flynn y Douglas Fairbanks eran formidables y, aun cuando sus películas hoy sean excitantes y dignas de verse, pensé que podríamos agregarle cierto condimento al popular tema.”

“Creo que hemos llevado al género de capa y espada hasta un nuevo nivel”, agrega. “Esta tiene toda la emoción y el romance que se espera de una gran aventura.”

Bruckheimer—quien conoce mejor que nadie lo que significa llevar una “gran aventura” a la pantalla gigante—comenzó a reunir a su equipo:  “Trajimos a Ted Elliott y a Terry Rossio, dos maravillosos escritores que han creado un éxito, ‘Shrek’. Aportaron el elemento sobrenatural, lo cual dotó a la historia de un sesgo que me interesaba. Y si hay algo que me interesa ver, también me interesa hacerlo”.

            Como sello de las producciones de Jerry Bruckheimer Films, los escritores se involucran en cada paso del proceso de producción: Ted Elliott y Terry Rossio estuvieron en el set durante la producción.

            “La experiencia que vivimos Terry y yo es lo que todo escritor sueña”, afirma Ted Elliott. “Para un escritor es inusual estar presente cada día en el set. Fue estupendo, desde el principio hasta el final. Poder hablar con el director, el productor, los actores e incluso con alguien como el maquillador; poder hacer preguntas y averiguar por qué las cosas se hacen de determinada manera, ese fue un maravilloso proceso de educación. Fue gratificante darnos cuenta de la imaginación y la creatividad que cada miembro del equipo ponía en la película. Desde el diseño del set hasta el vestuario y el maquillaje, ver el desarrollo de la producción fue mejor que cualquier cosa que hayamos pensado y plasmado en nuestra escritura”.

            Su compañero está de acuerdo: “Jerry le dio a Gore mucha libertad y Gore tenía confianza suficiente en sus propias ideas como para no tener problemas en colaborar”, recuerda Terry Rossio.  “Sabíamos el abordaje que queríamos darle al film, así como los personajes y los momentos específicos de la historia. Deseábamos lograr todo un clásico estilo Jane Austen, un romance súper emocionante”.

“En verdad, Ted y yo trabajamos muy estrechamente con Jerry, Mike Stenson y Chad Oman, quienes fueron fundamentales para el desarrollo de la historia”, continúa Rossio.  “No siempre los autores gozan de ese acceso constante a los productores y los productores no suelen estar tan al tanto de la estructura y el diálogo.”

“Este proyecto tuvo encanto desde el comienzo”, afirma Mike Stenson.  “Ted y Terry son maestros absolutos en esta clase de narraciones y resulta que siempre habían deseado realizar la versión cinematográfica de ‘Pirates’[la atracción del parque]. Incluso cantaron la canción la primera vez que nos encontramos”. 

Elliott y Rossio nos dirán que el timing lo es todo. Hace diez años, tras finalizar con “Aladdin”, habían sugerido la idea de hacer una película de piratas, pero ningún estudio demostró interés. Sin desalentarse, los escritores no renunciaron a su sueño y mantuvieron la idea, convencidos de que la combinación de romance, aventura y misterio volvería a ser popular algún día.

El actor Johnny Depp no vaciló en confiar en que el dúo de escritores podría realizar ese trabajo y hacer realidad un sueño de infancia: “¿No es el sueño de todo niño ser pirata y salir impune de todo?”, pregunta retóricamente Depp. “¿Quién no desearía interpretar a un pirata?”.

            Pero no fue sólo el entusiasmo infantil lo que incidió en la decisión de Depp de aceptar el papel del Capitán Jack Sparrow; también confió de corazón en la calidad del proyecto cuando supo de la participación de Elliott y Rossio en él: “En cuanto escuché que Ted y Terry estaban escribiendo el guión, supe que estábamos bien encaminados”, afirma Depp. “Con la experiencia de Jerry en el intenso enfoque de Gore, supe que el film estaba muy bien sustentado.  El guión de Ted y Terry me sorprendió agradablemente: excedía mis expectativas. Aportaron una gran cuota de humor a la historia y crearon situaciones para que los actores pudiéramos construir, elaborar y captar verdaderamente a nuestros personajes”.

Contando ya con el guión, Bruckheimer estaba entonces a la caza de un director. Y Gore Verbinski, quien recientemente dirigiera “The Ring”, recuerda:  “Mi agente me llamó y me preguntó: ‘¿Qué te parece una película de piratas?’. Digo, ¿con que frecuencia uno recibe esta clase de llamadas?”

Bruckheimer había intentado contratar a Verbinski hace unos años, pero sus agendas no coincidieron. “Lo conocí a comienzos de su carrera y al ver sus trabajos en comerciales pensé que era muy talentoso”, afirma el productor. “Pero alguien llegó a él antes que yo y entonces realizó ‘Mouse Hunt’”.

“Durante estos años conversamos un poco acerca de encontrar un proyecto donde pudiéramos trabajar juntos”, agrega Verbinski.  “A mí me entretienen mucho sus filmes: allí estoy con mis palomitas de maíz, disfrutando del dinero que gasté en el boleto cada vez que veo una película de Jerry Bruckheimer”.

“Fuimos afortunados en contratar a Gore justo antes del estreno de ‘The Ring’”, comenta Bruckheimer.  “Este film es perfecto para él porque lo incentivamos a poner en práctica su maravilloso sentido del humor y sus habilidades narrativas. Y dado que hay elementos sobrenaturales, Gore utilizó muchos efectos visuales. Es tan entusiasta como un niño pequeño; adora trabajar con los actores y los actores lo aman. Tuvimos mucha suerte porque era realmente el director perfecto para este proyecto”.

Mike Stenson hace eco del elogio de Bruckheimer:  “La combinación que hace Gore del estilo visual, la experiencia técnica y el humor hicieron que fuera la primera y única elección para dirigir. Y él dijo que sí en la primera reunión”.

Fanático de “Captain Blood”, “The Crimson Pirate”, “The Black Pirate” y de otras películas de piratas en su niñez,  Verbinski se entusiasmó con la idea: “Hay algo rebelde y revolucionario en la piratería. Los piratas aparecen en una época de mucha opresión; la gente era colgada por robar un pedazo de pan, así que no había nada que perder. Para mí, el film se trata de romper las reglas y sobre cuándo es apropiado quebrarlas para conseguir lo que uno desea. En el fondo, todos los personajes intentan obtener lo que desean a través de la piratería, tanto en sus buenos como en sus malos aspectos”.

  Elliott y Rossio le presentaron a Verbinski su esquema y al director le agradó lo que escuchó. Según sus palabras, el elemento de la maldición era “verdaderamente la oportunidad de dar vuelta la película y de abrir el género”.

 “Cuando escuché por primera vez la idea de Ted y Terry, lo que me gustó fue que era una magnífica perversión del clásico”, afirma Verbinski.  “Comencé a preguntarme: ‘¿Cuál es la estructura argumentativa estándar? ¿Es el tesoro enterrado?’. En verdad, todas estas cualidades están presentes, pero el principio número uno está subvertido. El film se trata de encontrar la última pieza del tesoro y de reponerla. Barbossa y sus piratas necesitan reponer la última pieza del tesoro maldito para volver a disfrutar de los placeres del mundo de carne y hueso. La maldición les ha permitido a Barbossa y a sus piratas mantener la fuerza y continuar con sus felonías, pero no pueden disfrutar de ello”.

Verbinski comenzó los preparativos y el storyboard a partir del esquema de Elliott y Rossio. “ No existe una manera de prepararla, especialmente si va a ser filmada en el agua”, ríe el director. “Simplemente hay que hacerlo sobre la marcha.  Fue un caos”.

 

Historia y  Escuela de Piratas    

A pesar de que “Pirates of the Caribbean:  The Curse of the Black Pearl” es una historia de fantasía, los realizadores no cejaron en su determinación de aprender lo máximo posible sobre los piratas reales. Para ello, el estudio contrató al respetado historiador Peter Twist.

Twist se interesa en particular en el período que abarca desde 1500 a 1900. Ofreció directivas y consejos, educando a cada departamento de la producción con informaciones históricas generales, desde costumbres de la época hasta detalles acerca del estilo de las vestimentas o simples aspectos de la vida cotidiana, hasta minucias náuticas e historia militar.

“Pirata es cualquier persona que comete un delito en alta mar, así que es un término muy amplio”, señala Twist.  “Robo, destrucción de propiedad, cualquiera de estos hechos cometidos en aguas abiertas son calificados como actos de piratería”. Aunque los personajes piratas no están basados en piratas reales, la película es una “compilación de muchos actos cometidos por piratas reales y de códigos de la piratería, de modo que está basada en hechos reales”, enfatiza.  

“La piratería comenzó cuando el hombre se echó al mar”, afirma Twist.  “Julio César fue capturado por piratas; la historia de todas las civilizaciones antiguas menciona a los piratas, desde los egipcios en adelante. Siempre existieron”.

“Los piratas originales operaron en forma individual, eran desordenados e indisciplinados”, explica. “Con el tiempo, la piratería se fue sofisticando: por ejemplo, en tiempos de guerra, un gobierno podía otorgar a ciertas personas un documento que les permitía atacar las flotas enemigas. Los marineros y el gobierno se repartían el dinero y esto era legal”. Gran cantidad de dueños de barcos y de marineros vieron en ello una manera rentable de ganarse la vida… tan rentable que continuaron con esta práctica después de finalizada la guerra, cuando ya no era legal. “Eso es piratería”, dice Twist.

Explica el historiador que las islas del Caribe eran particularmente valiosas: “Además del oro y la plata, los cultivos y los productos que allí se producían eran muy valorados y valía la pena robarlos. Así que era un lugar natural para que los piratas operaran”.

Twist dice que el legendario tesoro enterrado es simplemente un mito: “El tesoro escondido es algo que virtualmente nunca ocurrió. La Historia nos narra que los piratas típicos, luego de recibir su premio, se dividían el dinero y se encaminaban a algún puerto relativamente amistoso para dedicarse a la bebida y a las mujeres, en parrandas que harían sonrojar incluso a los romanos, de modo que no les quedaba ni un céntimo para enterrar”.

Los piratas más famosos tenían, de acuerdo con Twist, “carreras breves y violentas, pero amasaban grandes cantidades de dinero. La atracción del enriquecimiento rápido hacía que la gente se volcara hacia la piratería”.

A pesar de la reputación de vida rápida y muerte prematura de los piratas, Verbinski ve en esta actividad una ambigüedad moral “que se muestra cuando se observa el meollo de lo que es la piratería. ¿Quién fija las reglas de la sociedad? ¿Quiénes las crearon? ¿Fueron creadas simplemente para mantener el statu quo de las masas y de la clase dominante? Al final, ¿qué tenían que perder los piratas?”

            Los realizadores no ocultan que se tomaron libertades en cuanto al período en que se desarrolla la historia: “Es una fantasía, así que no estábamos atados a ningún período específico”, explica Bruckheimer, “pero sí queríamos ser veraces en cuanto al sentimiento general de la época. En particular, le prestamos atención al período entre 1720 y 1750 en un esfuerzo por hallar una aproximación”.

            “Creo que la historia tiene lugar aproximadamente a fines de la Edad Dorada de la piratería, cuando vivían los Morgan”, afirma Verbinski.  “Puede ser a fines de la década de 1720. Barbossa es una de las últimas escorias de la piratería que necesitan ser eliminadas y consecuentemente es difícil librarse de él. Así que entramos en un mundo donde el mito de los piratas se anteponía a los personajes reales, con lo cual fue muy divertido jugar.”

            Para maximizar la autenticidad del film, todos los actores que interpretaban a los piratas y algunos que tenían los papeles de oficiales de la Marina Británica pasaron algunas semanas de entrenamiento junto al coordinador de dobles George Marshall Ruge y sus maestros de esgrima, Robert Anderson y Mark Ivie.  Ruge había conocido a Anderson y a su discípulo Ivie cuando trabajaron en  “The Mask of Zorro”.

            “Bob es un legendario maestro de esgrima”, dice Ruge. “Cuando llegó a Los Angeles, la coreografía de las luchas estaba casi lista, pero yo quería que los actores tuvieran la oportunidad de conocerlo y de trabajar con él para que recibieran ese diez por ciento que sólo Bob podía darles, ya que ha estado haciendo esto desde hace 50 años. Nadie más que él posee esa experiencia. Y valió la pena. Sólo la idea de conocer la historia de Bob y de saber que él es el mejor, el legendario maestro de esgrima, entusiasmó a los actores para el entrenamiento”.

            Todo pirata que se precie tiene cicatrices y, a veces, le faltan uno o dos miembros, lo que demuestra su destreza con la espada. Para los actores que interpretaban a los piratas, las sesiones con el maestro de esgrima fueron cruciales, algo como “La Escuela de Piratas 101”.

            Habiendo protagonizado hace algunos años “Don Juan DeMarco”, Johnny Depp ya había recibido algún entrenamiento en esgrima: “Recuerdo el esgrima como un trabajo físico de todo el cuerpo. Es un bello deporte, muy preciso y con movimientos de ballet. En este film, el trabajo con la espada, con el énfasis en el esfuerzo, fue prioritario. Hubo que aprender más sobre esfuerzo y menos sobre movimientos. Algunas de las luchas parecían durar diez minutos y la coreografía era lo más importante; las palabras venían más tarde”.

            Afortunadamente, Orlando Bloom ya había estado junto a Ruge y a Anderson en “Lord of the Rings”. “Fue grandioso trabajar nuevamente con Bob”, afirma Bloom. “En la escuela de actuación en Londres había practicado algo de esgrima, pero trabajar con alguien tan solvente como él es algo muy diferente. ¡Es la persona que lo entrenó a Errol Flynn!”

“Vi ‘The Master of Ballantrae’, donde hacía el doble de Errol”, continúa el actor. “Fue imponente.  Lo grandioso de Bob es que conoce al personaje y comprende la necesidad de hacer que la lucha se vea hábil y limpia sin perder el sentido del personaje.”

“Bob entiende lo que es actuar con la espada”, concuerda Geoffrey Rush, quien primeramente se entrenó con un alfanje.  “Él decía: ‘Hacerlo más rápido no significa hacerlo mejor’. Los golpes intermedios y las miradas son tan importantes como la rapidez. Fue estupendo tenerlo con nosotros”.

            Durante el breve lapso que Anderson compartió con los actores, Ruge se aseguró de impartir lo más posible los fundamentos y las habilidades técnicas. Aprender a ser pirata  no sólo comprendía imitar el fanfarroneo y el porte de un bandido, sino estudiar seriamente cómo blandir un alfanje o un estoque.  “Los filmes de piratas son mis favoritos”, afirma Anderson. “El esgrima moderno, como las competencias que vemos en los Juegos Olímpicos, es altamente técnico y muy preciso en la acciones, a diferencia de las luchas en pantalla, coreografiadas de tal manera que los contrincantes exageran las acciones para la cámara. Pero ya sea lucha antigua o moderna, el comienzo es aprender a tomar correctamente la espada y manejarla en ataque y defensa. Aun cuando utilicemos réplicas en aluminio, soy obsesivo en cuanto a la seguridad porque cualquier espada es peligrosa”.

            “El juego de espadas es una conversación”, explica. “Los contrincantes se comunican a través de sus espadas y el estilo de lucha varía según el contrincante. Si puedo lograr que la espada diga lo que está ocurriendo en el guión de la misma forma en que lo hace el diálogo, entonces siento que he tenido éxito.”    

 

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