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Información de la producción
Es la Guerra del Pacífico, y un momento sucedido en ese entonces, queda
para siempre atrapado en una foto: cinco infantes de marina y un oficial
de la armada, enarbolan la bandera de los Estados Unidos sobre el monte
Suribachi. Tan sólo han pasado días desde el comienzo de la cruenta
batalla por la base militar japonesa de Iwo Jima, en una isla desolada,
con playas de arena negra y cuevas sulfurosas.
Para
los hombres retratados en la foto, levantar la bandera es sólo una
pequeña formalidad en medio de una dura batalla; pero para los que están
en casa, la imagen silenciosa de esos hombres, trabajando juntos para
imponerse sobre las devastadoras circunstancias, instantáneamente dá
otro sentido a la noción de héroe. Esto cautiva al público
norteamericano, hambriento de esperanza y desanimado por una guerra que
parece no tener fin. Dá a las madres una razón para creer que sus hijos
pronto volverán vivos, y un sentido para aquellos que lloran la pérdida
de un hijo que ya nunca volverá.
Para sacar provecho de la ola de sentimientos que inspira la foto, los
soldados que enarbolaron la bandera en la foto, fueron sacados del
frente de batalla y enviados de vuelta a sus casas, en los Estados
Unidos. Desde allí podrían seguir sirviendo a su país; ya no en el campo
de lucha, sino entre una multitud de fervorosos admiradores que querían
estar junto a los “verdaderos héroes”, y de paso, firmar cheques
desesperadamente necesitados para financiar la guerra.
De los cinco soldados sólo tres regresan vivos: John “Doc” Bradley (Ryan
Phillippe), un oficial de la Armada; Ira Hayes (Adam Beach), un retraído
y tímido indígena americano y Rene Gagnon (Jesse Bradford), un mensajero
que en tiempos de guerra evitó tener que disparar su arma. Los tres
soldados que enarbolaron la bandera, realizan su papel de héroes a la
perfección: emprenden interminables giras por el país, estrechan miles
de manos, y dicen las palabras justas en los micrófonos. El poder mismo
de su imagen rescata a una guerra cuya energía moral va languideciendo.
Sin embargo, por dentro, ellos se dan cuenta que, al igual que sus
amigos y hermanos que cayeron en el frente, parte de sus almas jamás
podrá dejar las negras arenas sulfurosas de Iwo Jima.
“La Conquista del Honor” fue dirigida por el director dos veces
ganador del Premio de la Academia®, Clint Eastwood. La película muestra
un impactante ángulo de la guerra, visto desde la distancia del tiempo,
por soldados que estuvieron en el lugar de los hechos cuando sucedían
las cosas. El film, es una historia íntima sobre amistad y coraje,
supervivencia y sacrificio, que sucede contra el fondo de enorme caos de
la batalla de Iwo Jima. Un momento en el tiempo queda inmortalizado en
una foto: la imagen que vio Joe Rosenthal a través de su cámara. Esta
historia trata del impacto que esa imagen tuvo, no sólo sobre un país
galvanizado por ella, sino sobre los hombres que quedaron atrapados en
esa imagen, a través del lente de la cámara.
Warner Bros. Pictures y DreamWorks Pictures presentan, una producción
Malpaso/Amblin Entertainment, “La Conquista del Honor”. Dirigida por
Clint Eastwood, guión escrito por William Broyles, Jr. y Paul Haggis,
basado en el libro de James Bradley y Ron Powers. Clint Eastwood, Steven
Spielberg, y Robert Lorenz produjeron el film. Los protagonistas son
Ryan Phillippe, Jesse Bradford y Adam Beach. Tom Stern es el director de
fotografía. Henry Bumstead es el diseñador de producción. Joel Cox,
A.C.E., realizó el montaje. Diseño de vestuario de Deborah Hopper.
SOBRE LA PELÍCULA
Tras leer Flags of Our Fathers, la novela superventas de James Bradley y
Ron Powers, Clint Eastwood se sintió inmediatamente atraído por el
proyecto. -“Tiene un montón de historias y eso hace que el libro sea muy
interesante”- dice Eastwood - “Por supuesto, también está la famosa
imagen tomada por el fotógrafo de la agencia AP (Associated Press), Joe
Rosenthal. En esa foto había algo especial. Nadie sabe qué exactamente,
porque en ella, sólo hay seis hombres haciendo un trabajo: enarbolando
una bandera. O al menos, es posible que así lo vieran los seis soldados
que estaban en la foto. Sin embargo, en 1945, esa foto simbolizó el
heroísmo de guerra. La imagen evocaba al riesgo, la razón por la que se
peleaba, en lo que fue una de las más sangrientas batallas de la guerra.
Luego, uno se entera lo que pasó con esos soldados, cómo fueron
retirados del frente de lucha, y traídos de vuelta a su país, para hacer
grandes giras obligatorias. Entonces uno se queda con un montón de
sentimientos encontradoos, especialmente si uno tiene 19, 20, 22 años de
edad”.
“La Conquista del Honor” se basa en el libro súper ventas del mismo
título (Flags of Our Fathers), que recopila las memorias de James
Bradley. El libro habla de la batalla de Iwo Jima a través de los ojos
de uno de los soldados que enarbolaron la bandera. También cuenta la
historia de un hijo, que quería descubrir el papel que su padre había
tenido, en la famosa fotografía de la agencia de noticias AP. A través
de la foto, tal vez podría descubrir no solo quién había sido ese hombre
– su padre- sino con quién él había peleado, o a quiénes había lamentado
perder, sesenta años después que la foto fuera tomada. -“Nunca me
propuse escribir un libro”- comenta James Bradley, cuyo libro (Flags of
Our Fathers) fue publicado en el año 2000 por la casa editora Bantam. El
libro pasó 46 semanas en los listados de libros Mejor Vendidos de la
revista “New York Times”, seis de la cuales estuvo en posición N°1- “Yo
quería saber por qué mi papá siempre guardó silencio. Decidí escribir el
libro cuando me dí cuenta que todo el mundo conocía la foto, pero nadie
sabía la historia tras ella”.
Eastwood pronto descubrió que Steven Spielberg había comprado los
derechos del libro de Bradley. -“Me enteré que DreamWorks había comprado
los derechos”- recuerda Eastwood -“Le mencioné a Steven Spielberg que a
mí me gustaba mucho el libro ese, y nada más, lo dejé en el aire. Luego,
hace un par de años volví a encontrarme con Steven en una función, y él
me dijo: ‘¿por qué no vienes y realizas el proyecto? Tú diriges y yo
produzco junto contigo’. Entonces yo dije ‘OK, lo voy a hacer’”.
Spielberg ya había realizado una película sobre la Segunda Guerra
Mundial, “Saving Private Ryan”, con la cual ganó el premio al Mejor
Director. El conocido director/productor dijo que la descollante carrera
de Eastwood, y sus principios en cuanto a filmación, no dejaban duda de
que “La Conquista del Honor” estaría en buenas manos.-“Durante las tres
décadas y media que pasaron desde que me encontré con Clint por primera
vez, ha sido maravilloso ver la diversidad, la confianza y la maestría
de su creciente trabajo”- comenta Spielberg -“El conjunto de sus
trabajos- y la amplia variedad de sus temas y ambientes- no se compara
con nada en la industria moderna del cine mundial. A la misma vez, fue
igualmente maravilloso, ver que el mundo le ofrecía a Clint sus loas y
afecto por su trabajo, y ver que reconocían en él un arte del cual él
nunca se jactó. Tal vez esa sea la cosa más admirable de todas en esta
historia: ver que Clint continúa siendo el hombre que siempre fue, es
decir, un hombre nunca fue pretencioso ni se le subió la fama a la
cabeza. ‘Menos es mejor” dice él—y lo aplica especialmente en cuanto a
su ego y a su dependencia del trabajo de la gente de su equipo. Confía
en los actores y en cada miembro de su personal de producción, lo cual
refleja la confianza de Clint en sí mismo, y en sus instintos, ya sea
cuando elige a los actores del reparto, como cuando elige material, una
orquesta o una toma”.
Cuando el proyecto se volvió un trato, Eastwood se puso a investigar la
batalla de Iwo Jima. Leyó gran cantidad de libros sobre el tema,
entrevistó veteranos de ambos lados de la lucha. Iwo Jima fue el combate
más sangriento y con más bajas en el cual intervino la Armada
norteamericana en toda su historia, y también la que recibió más
Medallas Honor otorgadas por el Congreso (27). La investigación sobre el
tema, llevó no sólo a la película “La Conquista del Honor”, sino a otra
película paralela, hablada en japonés, de producción norteamericana, que
Eastwood rodó al mismo tiempo. El segundo film, cuenta la misma historia
desde el punto de vista de los japoneses. Su título es “Letters From Iwo
Jima”. -“En la mayoría de las películas de guerra que daban cuando yo
era chico, había tipos buenos, y tipos malos” – explica Eastwood -“Sin
embargo la vida no es así, y la guerra tampoco lo es. Estas dos nuevas
películas no tratan sobre ganar o perder. Tratan de los efectos de la
guerra sobre los seres humanos, y sobre aquellos que pierden la vida
demasiado jóvenes”.
ENARBOLANDO LA BANDERA
La famosa imagen de los solados enarbolando la bandera en Iwo Jima,
capturada por Joe Rosenthal, fotógrafo de la agencia de noticias
Associated Press, en realidad muestra la segunda bandera que se alzó en
la isla. Tras la invasión del 19 de febrero, la quinta división de
Infantería de la Armada - a la que pertenecían los soldados que
plantaron la bandera – intentó capturar el Monte Suribachi. En el quinto
día de esa acción, las fuerzas norteamericanas no sólo habían sufrido
devastadoras pérdidas, sino también habían forzado a los japoneses a
retirarse hasta las cuevas de la isla. Esa mañana, como gesto de
esperanza y buena voluntad hacia los hombres que participaron en la
acción, se ordenó enarbolar la bandera en la cima del monte.
Según se cuenta, el secretario de la Marina quería guardarse para él la
bandera como recuerdo. Pero el Coronel Chandler Johnson (Robert Patrick)
quiso conservarla para la Unidad, por eso, en vez de esa bandera, se le
ordenó al marino Rene Gagnon que llevase otra bandera, más grande, para
izarla en su lugar.
Gagnon trepó el monte hasta la cima, y allí encontró a los marinos
Michael Strank, Harlon Block, Ira Hayes, y Franklin Sousley, que habían
pasado el día instalando una línea telefónica. Pronto encontraron un
viejo caño de agua japonés, y para levantarlo se necesitaban seis
hombres. El médico de Marina John Bradley les dio una mano.
Rosenthal, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo, dejó su cámara y
comenzó a apilar piedras para tener un punto más alto para asentarla. Al
notar que iba a perderse el momento, agarró su cámara y apretó el
disparador. En un breve segundo, la imagen quedó plasmada para la
historia. Rosenthal envió la película a Guam para que la revelen. El
editor de fotografía de AP, John Bodkin, vio la foto y la trasmitió a
Nueva York. Diecisiete horas y media después de que Rosenthal tomara la
foto, ésta estaba en el sistema de AP para ser transmitida.
Tres de los hombres que estaban en la foto murieron en combate tras
haber sido fotografiados. Los otros tres, los marinos Gagnon y Hayes y
el médico de Marina Bradley, fueron llevados de vuelta a los Estados
Unidos. Como el gobierno estaba desesperado por vender bonos de guerra
para financiar las acciones de Estados Unidos en la Segunda Guerra
Mundial, se les pidió a esos hombres seguir sirviendo al país juntando
fondos a través de la Séptima Vuelta de Préstamos de Guerra.
Ryan Phillippe (“Crash”, “Gosford Park”) actúa como John “Doc” Bradley,
quien como médico de Marina, prestaba primeros auxilios a los heridos en
el frente. -“John Bradley no es un hombre complicado”- detalla Phillippe
- “Es simple, honesto y directo. Uno tiene mucha libertad al interpretar
un personaje como ese. John no miente ni pretende ser algo que él no es.
Era un gran hombre. Como actor, sentí una gran responsabilidad al
interpretar a su persona, y lo hice de la manera más honesta y completa
posible”.
Para prepararse para interpretar el papel, Phillippe pasó tiempo con el
hijo de quien fue su personaje, el autor del libro, Flags of Our Fathers,
James Bradley. -“Fue extraño para mí presentarme a alguien y decirle ‘yo
voy a interpretar a tu padre’. Sin embargo él estaba muy entusiasmado, y
pensaba que yo era el actor indicado”- comenta el artista.
Al margen de su conexión emocional con su personaje, el desafío que el
papel de Phillippe presentaba, al ser médico de la Marina, era realizar
los procedimientos de curación correctamente. –“Aprendí a hacer
torniquetes, vendados de presión y cabestrillos”- recuerda el actor. En
medio de la brutalidad del combate en Iwo Jima, la cara de “Doc”, era lo
último que veían muchos de los soldados. Iggy (Jamie Bell), un joven
soldado a quien Doc protegía especialmente, es una de las figuras que lo
obsesiona por mucho tiempo, aún mucho después de haber sido sacado de la
guerra y de haber vuelto a su país.
-“Mi familia tiene mucha historia militar”- dice Ryan Philippe- “Mi papa
estaba en la Marina durante la Guerra de Vietnam, y mis tíos también
estuvieron allí. Mis dos abuelos lucharon durante la Segunda Guerra
Mundial. Para mí, rendirles este respeto, es una gran responsabilidad y
un gran honor”.
El destino, o quizá la casualidad, lo pone a Doc en una nueva unidad
mucho más pequeña, formada por los tres soldados que habían enarbolado
la bandera. Entre ellos Rene Gagnon, es interpretado por Jesse Bradford
(“Happy Endings”, “Bring It On”). Gagnon es expresivo y extrovertido, y
Bradley es más bien taciturno e introvertido. Gagnon cultiva y celebra
la fama que le viene con la gira para vender bonos de guerra, antes de
comprender con más profundidad los sacrificios que eso representa.
-“Cuando todo esto sucede, Rene tiene 19 años”- dice Bradford- “Todavía
es un poco un ‘nene de mamá’, y no está especialmente hecho para la
guerra. Por otro lado, es un muchacho que quiere hacer el bien. Hace
todo lo que se le pide”.
-“Al hacer la gira por los Estados Unidos, los soldados son reconocidos
como celebridades en todos lados, los invitan a fiestas, y la gente les
presta mucha atención”- detalla Eastwood- “Eso debió ser de alguna
manera muy dañino para esos muchachos. Porque si bien ellos vieron mucho
horror en Iwo Jima, también saben que un montón de otros soldados vieron
mucho más”.
Bradford piensa que si bien la impetuosa reacción de Gagnon a la fama,
hace un sombrío contraste con la actitud de los otros soldados, que se
resisten a “hacer de héroes”, sus emociones son muy complejas. -“Hablé
mucho con su hijo sobre qué tipo de persona era”- dice el actor- “Rene
tenía 19 años, y en lo posible, quería hacer las cosas bien. Pienso que
era falible, pero también un héroe en su propia manera de ser. El estaba
convencido de que lo que estaban haciendo a favor de la guerra, era
absolutamente necesario. Yo quise interpretarlo bajo una luz positiva”.
Estando los soldados que plantaron la bandera en un escenario en Times
Square, rodeados por miles de personas, Gagnon dice que ellos no son los
verdaderos héroes, porque los verdaderos héroes están muertos en la
isla. –“La presión puesta en estos muchachos - que se volvieron
increíblemente famosos- y de los cuales se tenían altas expectativas,
debe haber sido muy difícil de sobrellevar, y algunos de ellos
simplemente no pudieron hacerlo”- explica Eastwood.
El tercer soldado del grupo de la bandera, es el complejo y enigmático
Ira Hayes. El tiene muchas dificultades para adaptarse a la fama y a la
“vida normal”, por lo que recurre a la bebida. Eastwood eligió a Adam
Beach (“Windtalkers”, “Smoke Signals”) para interpretar el papel, y la
respuesta emocional del actor hacia el personaje fue inmediata y
poderosa.-“Pienso que Adam logró capturar la esencia de Ira Hayes”-
elogia el director.
-“Ira era un héroe en muchos sentidos”- dice Beach- “Había estado en
tres de las más sangrientas batallas del Pacífico Sur, y sobrevivió a
todas. Todo lo que él quería era volver al campo con sus muchachos, y
luchar lado a lado. Para él, no estaba bien estar a salvo, mientras que
sus amigos y hermanos seguían combatiendo los horrores de la guerra.
Para Ira, fue muy difícil hacer frente a ese aspecto de su realidad”.
Para comprender a su personaje, Beach se imaginó lo que sería estar
parado frente a multitudes de personas, vivando por él, mientras que:
-“simplemente una semana antes sus mejores amigos habían muerto”- dice
el actor - “¿Cómo podría hacerlo? Yo no hubiese podido… pero él tenía un
trabajo por hacer. Supongo que habrá pensado que, si eso era lo que
tenía que hacer, lo haría lo mejor posible. Así, ellos juntaron más
dinero que ninguna otra gira”.
La película también relata la historia de los otros tres soldados que
enarbolaron la bandera, que no sobrevivieron la batalla. Michael Strank,
Harlon Block, y Franklin Sousley. Strank, el sargento y líder de la
unidad, cobra vida a través de Barry Pepper (“Saving Private Ryan”, “The
Green Mile”). -“Strank es el tipo de hombre que inspira a otra gente a
cavar más hondo, por cómo él se comporta en el campo”- describe Pepper.
Al investigar su personaje, Pepper descubrió que los halagos hacia el
sargento eran universales. -“Cada relato de hombres que estuvieron bajo
su mando, cuentan qué gran líder era él. Era un buen hombre que lideraba
por medio del ejemplo”.
-“Mike Strank tenía 25años de edad cuando le tocó servir en Iwo Jima.
Los muchachos de su unidad tenían 18 y 19 años”- agrega Phillippe- -“El
era el curtido veterano de guerra allí. Lo gracioso fue, que cuando
Barry vino a interpretar su papel, se puso en la misma posición con
nosotros; pues él ya había filmado ‘Saving Private Ryan’ y ‘We Were
Soldiers’. Como tenía experiencia filmando películas de guerra, se
convirtió en nuestro líder, y nos aconsejaba qué hacer”.
En lugar que tener que realizar algún tipo entrenamiento militar para
actores, la mayoría del reparto recibió intensa instrucción militar,
provista por cuatro asesores militares. La idea era que todos tuvieran
un comportamiento militar natural.
-“Creo que fue la idea de Clint el que no tomáramos ese tipo de
entrenamiento”- dice Pepper- “Supongo que él quería que las escenas
fueran tan reales como en la vida real en un campo de batalla: donde
muchachos con uniforme son arrojados al medio de una gran confusión. En
una situación como esa, la emociones surgen naturalmente”.
En los primeros reportes de noticias, el soldado Hank Hansen -
interpretado en la película por Paul Walter- es confundido por el marino
Harlon Block . Benjamin Walker, quien interpreta a Harlon Block, dice al
respecto: - “Harlon había sido corredor en el equipo de fútbol americano
de su escuela. El estaba en perfecto estado físico aún antes de entrar
en el campo de entrenamiento militar”. Antes de comenzar la filmación.
Walker tuvo que realizar un intenso entrenamiento físico, para poder
llegar al nivel de estado físico de Block. El esfuerzo valió la pena.
-“Un par de veces tuvimos que trabajar de noche. La temperatura era
espantosamente fría, y los dos estábamos en la playa con un viento
arrasador”- relata el actor- “Yo corría lo más que podía sobre la arena,
pero apenas podía hacerlo. Era muy duro físicamente. Sin embargo fue una
experiencia fantástica”.
El último soldado de la foto, Franklin Sousley, es encarnado en la
película por Joseph Cross. -“Franklin es un tipo al que le gusta
divertirse, él está contento aún en las peores de las situaciones”- dice
Cross -“tal vez sea mucho más naïf que los otros muchachos. El hace que
la unidad se divierta. Algunos se agarran especialmente con él, pero sin
verdadera maldad. Los otros marineros lo ven como ‘el hermano menor’, de
alguna manera”.
Haciéndose eco del sentimiento expresado por otros miembros del reparto,
Cross dice que trabajar con Eastwood fue: -“una de las más increíbles
experiencias de mi vida. El quiere ver lo que uno puede hacer. Como
Clint es calmo, amable, y tranquilo por naturaleza, le da a uno la
libertad de interpretar el papel a su manera. Por esa misma razón uno
tiende a creer en el punto de vista de él, y desea hacer las cosas lo
mejor posible”.
-“Este era un grupo de muchachos flacuchos que venían de la era de la
Depresión. No era un tiempo necesariamente fácil para muchos
norteamericanos”- dice Eastwood –“muchos de esos muchachos se habían
enrolado en la Armada, mientras que otros habían sido llamados a servir,
pero todos tenían alto espíritu, creían en lo que estaban haciendo.
Creían y perseveraban”.
Eastwood confió en la directora de casting Phyllis Huffman – que
falleció en la etapa de post-producción de la película- para seleccionar
el reparto -“Phyllis era la persona de confianza de Clint”- dice el
productor Robert Lorenz, quien por ya mucho tiempo produce las películas
de Eastwood –““La Conquista del Honor”, tenía más de cien papeles con
personajes que hablaban, y ese era el trabajo justo para ella. Phyllis
realizó las pruebas de cientos de actores, en Nueva York y en Los
Angeles, y en todos los lugares que quedan entre medio”.
Entre los dos, atrajeron y lograron juntar un grupo de actores, justos
para encarnar figuras de la vida real de la historia de Iwo Jima. Neil
McDonough interpreta al duro e intenso capitán Severance; John Benjamin
Hickey hace el papel de Keyes Beech, encargado de las relaciones
públicas de la Armada, y es quien ayuda al grupo de soldados que
levantaron la bandera, cuando deben cumplir con las infinitas
apariciones personales de la gira. Al principio los trata con completa
indiferencia y luego siente compasión por los renuentes portavoces. Tom
Verica hace el papel del Lugarteniente Pennel; John Slattery es Bud
Gerber; y Stark Sands hace las veces de Walter Gust.
En los Estados Unidos, las madres de los soldados del grupo que levantó
la bandera, que murieron en el frente en Iwo Jima, fueron conocidas con
el nombre de Las Madres Estrella de Oro. Ellas cobraron vida en la
película a través de Myra Turley como Madeline Evelley, madre de Hank
Hansen; Ann Dowd como la señora Strank, madre de Mike Strank; y Connie
Ray como la señora Sousley, madre de Franklin Sousley. Judith Ivey fue
la señora Block, quien jura que es su hijo Harlon el que está en la
foto, cuando le dicen oficialmente que se trata del hijo de otra
persona, y Christopher Curry hace de su marido, Ed. La madre de Rene
Gagnon fue interpretada por Beth Grant; Melanie Lynskey fue la novia de
Rene, Pauline. El reparto también incluye a David Patrick Kelly como el
Presidente Truman; a Brian Kimmet como el sargento Boots (Botas) Thomas;
y a Matt Huffman como el Lugarteniente Bell.
CAMARADAS DE RODAJE
Para llevar a cabo “La Conquista del Honor”, Eastwood reunió a su equipo
de confianza de veteranos colaboradores. El productor Robert Lorenz
supervisó todos los aspectos de desarrollo, producción, post-producción,
marketing, y distribución de las cinco últimas películas de Eastwood.
Michael Owens, quien trabajó por primera vez con Eastwood en “Space
Cowboys”, tuvo la responsabilidad principal en cuanto a la supervisión
de los efectos visuales de la producción. También actuó como director de
la segunda unidad de filmación. En el equipo de Eastwood también se
encontraban: el director de fotografía Tom Stern (5 películas con
Eastwood como director de fotografía, y muchas más con él como jefe de
iluminación), la diseñadora de vestuario Deborah Hopper (5 películas con
Eastwood como vestuarista, y 9 películas más de Eastwood en otras
funciones), Joel Cox en el montaje (20 películas con Eastwood), y el
fallecido diseñador de producción Henry Bumstead (11 películas con
Eastwood). Para dar fe de la íntima relación laboral y la amistad entre
ellos, Eastwood dedicó la película a la memoria de Huffman y Bumstead.
Antes de morir a los 93 años, Bumstead dijo: -“Aún pienso que es
divertido sentarse con un pedazo de papel en blanco y diseñar un
escenario, y luego verlo construir. Eso ha sido mi vida entera, y me ha
dado mucha satisfacción”.
Antes de morir, Bumstead terminó el diseño de los escenarios de “Letters
from Iwo Jima”, la película paralela de Eastwood, realizada a la par de
“La Conquista del Honor”. -“No puedo dejar de alabar el trabajo de
Clint” – dijo él - “Ya la manera en que él pone las cámaras en el set,
muestra qué bien funcionamos juntos. Yo conozco la forma en que a él le
gusta dirigir, cómo le gusta poner las cámaras, y diseño los escenarios
con eso en mente. El pone las cámaras en el lugar justo. Pienso que él
es el mejor director que hay en los Estados Unidos”.
Tom Stern fue el jefe de iluminación de Clint Eastwood por más de 20
años – desde “Honkytonk Man” en 1982. En el 2002, Stern pasó a ser su
director de fotografía. Su larga relación laboral tiene sus ventajas:
-“A mi me gusta decir que Clint es la persona más no-verbalmente
articulada que jamás ví. Para mí es fácil leerlo. Comienzo por mostrarle
una imagen o un libro con fotos que seleccioné, y hablamos sobre ello.
Clint deja las cosas flexibles en gran medida, hasta el último momento
posible. El alienta a todo el mundo a ser flexible y espontáneo”.
Stern cuenta que, en “La Conquista del Honor” el foco de Eastwood nunca
se salió del centro humano y emocional de la historia, pese al gran
espectro que cubre. -“Si bien se extiende en muchas direcciones, es una
historia muy personal”- explica él- “hubo muchas oportunidades visuales
para mostrar eso”.
En la película, las escenas de batalla en Iwo Jima, tienen un tinte
particular, que revela la naturaleza obsesiva de los recuerdos de los
soldados que estuvieron allí. Por el contrario, las escenas de la gira
promocional y las vidas de los soldados en los Estados Unidos tiene un
matiz más natural. -“El aspecto de la película trataba de representar la
emoción de los distintos contenidos”- explica Stern -“Eso mismo es lo
que Clint y yo tratamos de hacer en ‘Mystic River’ y en ‘Million Dollar
Baby’, y ambas salieron muy bien. Jugamos con el color, con la
desaturación, y con algunos muy, muy, muy negros sólidos, para dejar que
el aspecto reflejara lo que le sucede a los personajes”.
Deborah Hopper fue la responsable del trabajo de diseñar el masivo
vestuario. Debían ser correctos en cuanto a la época. Ella tuvo que
diseñar además los uniformes de más de 500 extras. Tras conseguir la
tela adecuada- una rara y auténtica sarga – Hopper la tiñó y avejentó, y
luego confeccionó los trajes. -“Los actores debían sentir a sus
personajes, y muchas veces eso comienza al ponerse la ropa”- detalla
Hopper -“John Bradley era un tipo conservador, así que lo vestí con
ropas civiles de Brooks Brothers (n. de T: conocido negocio de ropa
clásica). Rene de alguna manera es ‘la estrella’ del grupo, así que él
siempre está pulcro y arreglado. Sus ropas reflejan eso. Dados los
problemas de adaptación de Ira, sus ropas están avejentadas y sucias, o
no combinan”.
El sargento mayor James Dever, fue uno de los asesores militares para
“La Conquista del Honor”. El investigó el período histórico y luego
trabajó junto con los departamentos de vestuario, utilería y efectos
especiales, para asegurarse que todo lo que aparecía en escena, era
históricamente correcto.
Al igual que con todas las otras películas de Eastwood, la música era un
elemento primordial. Para “La Conquista del Honor”, Eastwood mismo
compuso la música original, y le infundió los toques nostálgicos de la
era, al estilo de Irving Berlin, Sammy Cahn, Jule Styne y John Philip
Sousa. La banda original también tiene canciones de Dinah Shore y Artie
Shaw y su conjunto Gramercy Five.
Los arreglos musicales especiales de la banda original, los realizó Kyle
Eastwood, hijo del director, junto con su socio escritor, Michael
Stevens. Lennie Niehaus, que ya trabaja con el director desde
“Heartbreak Ridge” y “Bird”, arregló y condujo la orquesta.
JAPÓN E ISLANDIA: NUEVA VISITA A IWO JIMA
Cuando comenzó a organizar los preparativos para filmar la película,
Eastwood viajó a la isla de Iwo Jima (n. de T: en japonés Ijima: isla de
azufre). “El gobierno japonés fue muy amable en dejarme visitar Iwo Jima,
en abril del año pasado” -detalla Eastwood- “Caminar por la isla fue una
experiencia conmovedora. Yo estaba en el lugar donde tantas madres- de
ambos lados de la Guerra- habían perdido a sus hijos”.
Eastwood sabía el impacto que tendría una filmación con un ejército
masivo en las playas de la isla, por eso no quiso someter al lugar a los
rigores de un largo rodaje, y especialmente a las destructivas escenas
de reproducción de la batalla. Sin embargo, el director filmó los
paisajes de Iwo Jima, sabiendo que la isla misma - y la historia
embebida en sus arenas – era parte fundamental de la película. -“Es muy
emotivo sentarse allí en la playa”- comenta Eastwood –“En la isla no hay
nadie, a excepción de un pequeño destacamento militar, y algunos hombres
de la Fuerza Aérea norteamericana que van de vez en cuando por alguna
operación. Al estar allí, en las playas, uno casi puede escuchar a las
tropas y al caos”.
Para la filmación de la invasión de la isla, los cineastas localizaron
uno de los únicos sitios del mundo, con geología y topografía natural
que dobla a las de Iwo Jima: la península volcánica de Reykjanes, al
sudoeste de Reykiavik. -“Es muy difícil duplicar la playa de Iwo Jima, y
no fue nada fácil encontrar otro lugar en el mundo, como ese”- detalla
Eastwood -“Pero en Reykjanes encontramos una isla geo-térmica,
volcánica, igual que Iwo, por eso todo el tiempo tiene pequeños
terremotos. Su arena es toda negra, igual que en Iwo Jima. En ambas dos,
humo sale del suelo. Claro que están ubicadas en distintos meridianos,
pero en Islandia en agosto, si bien hace un poco más de frío, las
condiciones climáticas son parecidas a las de Iwo en Febrero”.
Pronto, los 700 y pico de actores y extras y el equipo de producción,
tomaron base en Reykjanes, para prepararse para toda la pirotecnia que
estaban por venir. -“La topografía de Islandia parece la de la luna”-
dice Ryan Phillippe – “Fue difícil filmar allí. El lugar era tan remoto
que nos sentíamos aislados del resto del mundo. Creo que esa fue la
razón por la que nos unimos tanto entre los actores, de una manera que
no hubiera sucedido si la filmación se hubiera realizado en Hollywood”.
Para dar a la playa Sandvik, en Islandia, un aspecto similar a la de Iwo
Jima, el equipo de producción tuvo que mover toneladas de arena. En
Islandia, la arena era completamente plana, por eso fue necesario
moverla en cantidades masivas, para crear una especie de muralla de
protección contra el enemigo invasor. -“Movimos aproximadamente un
millón y medio de metros cuadrados de arena negra de Islandia, para
recrear las pequeñas murallas de arena que había levantado el ejército
japonés en las playas de Iwo Jima” – comenta el director de arte Jack
Taylor, Jr., otro de los veteranos miembros del equipo de filmación de
Eastwood- “Creamos una meseta artificial de unos 14 ó 15 metros de alto,
por unos 250 metros de largo, para recrear el panorama que realmente
había en Iwo Jima”.
La invasión en sí misma fue un trabajo monumental, que requirió la
coordinación entre todos los departamentos. Los realizadores se
esforzaron todo lo que pudieron para lograr el mayor realismo posible en
todas las tomas. Para ese fin, era muy importante el trabajo del
supervisor de efectos visuales, Michael Owens. El trabajó conjuntamente
con el equipo principal de producción, para lograr efectos visuales que
partiesen de los personajes centrales hacia afuera, y así dar un
panorama amplio de la invasión. -“La verdadera toma de Iwo Jima fue
inimaginablemente enorme”- detalla Lorenz-“Había morteros en tierra
disparando sin cesar, había aviones en el aire, barcos en el agua, y una
inmensa cantidad de tropas. Es decir, una serie interminable de imágenes
que Mike Owens fusionó impecablemente a lo largo de toda la duración de
la escena”.
-“Esta película trata de los personajes, pero su historia estaría
incompleta si no hubiera un cuadro real de ese momento tan definitorio
en su vida”- dice Owens -“Ya el panorama de la invasión en sí mismo es
bastante impresionante. Para Clint, era muy importante que pudiéramos
transmitir ese ambiente y los efectos que tuvo en los hombres”.
El supervisor de efectos especiales Stephen Riley, coordinó todos los
aspectos en el lugar de la invasión, y también toda la pirotecnia
necesaria. Aprovechando que la arena era negra, Riley pudo realizar
explosiones mucho más reales que si hubiera sido blanca. -“A Clint no le
gustaba la idea de realizar las explosiones de la manera corriente que
se utiliza generalmente: con ondas de gasolina y humo negro en el aire.
El quería algo más real, como ver los misiles cayendo en la tierra y
explotando. Tuvimos que realizar muchas pruebas para ello, y llevó mucho
tiempo implementar el factor de seguridad, pero creo que conseguimos el
efecto buscado”.
Frecuentemente, Eastwood no les decía a los actores dónde o cuándo
exactamente el equipo de efectos especiales había puesto los explosivos.
Si bien los actores nunca estaban en peligro, sus expresiones de
sorpresa eran reales. -“Nos sorprendían constantemente”- recuerda
Phillippe- “Cuando algo explota al lado de uno, sin duda la reacción no
puede ser menos que real”.
-“Toda está experiencia fue única”- comenta Phillippe - “Yo estaba en la
playa, y si miraba a la izquierda, podía ver a 500 personas disparando
armas de fuego. Había corazones palpitando, adrenalina corriendo, y
mucha, mucha emoción. Tan solo por estar allí, la circunstancia
afectaba”.
Además de asistir con la mayoría del reparto, el sargento mayor Dever,
pasó tiempo entrenando a los 500 extras que iban a hacer las veces de
los miles de marinos que desembarcaron en la playa, y se encontró
totalmente compenetrado en la acción de la invasión.
-“Entrenamos a 500hombres a llevar el equipo y a disparar las armas. Fue
fascinante verlos en acción, moviéndose contra un fondo de explosiones
por todos lados. Nos aseguramos de que nadie saliera herido, y todo
funcionó como lo habíamos planeado. Fue increíble”.
El coordinador de la tropa de marinos de la película, Jimmy O’Connell,
consiguió los permisos para utilizar varios tanques anfibios LVT (Landing
Vehicle Tracked), que tenían unos 60 años de antigüedad. Esos vehículos,
aún pueden desembarcar en la playa utilizando la oruga – como lo hacen
los tanques comunes en tierra- para avanzar en el agua. O’Connell
también consiguió otros vehículos de 40 años de antigüedad, los LCVP (Landing
Craft, Vehicle, Personnel). Los también llamados “botes Higgins”, podían
transportar a los marinos hasta la playa, donde abrían un rampa, para
que la tropa pudiera salir del bote corriendo.
Para las escenas en que los marinos atraviesan el mar hacia el Japón,
los cineastas utilizaron el barco de carga de la época de la Segunda
Guerra Mundial, S.S. Lane estacionado en Long Beach. El equipo de Henry
Bumstead preparó al barco para la película. -“Tuvimos que poner las
cosas exactamente en el lugar en que estaban durante la Segunda Guerra
Mundial”- explica Eastwood -“La gente del departamento de arte era muy
exigente en ese sentido”.
-“Trabajar en un verdadero barco de guerra fue un sueño”- recuerda
Benjamin Walker, quien hace el papel de Harlon Block -“Ese barco en
especial, cumplió su tiempo protegiendo a los Estados Unidos, y fue un
honor haber sido parte de ello en la película. Uno está en un barco de
verdad, rodeado de marineros de verdad, y todo lo que uno tiene que
hacer es su trabajo”.
Uno de los días más emocionantes durante el rodaje, fue sin duda el día
en que reconstruyeron el momento en que los soldados plantan la bandera.
Toda la gente en la filmación, los actores tanto como los miembros del
equipo de filmación, tenían un sincero deseo de que la actuación saliera
perfecta. -“Al levantar la bandera, podía sentirse una energía palpable
entre el equipo de producción: algo especial estaba sucediendo”-
recuerda Barry Pepper- “Todos nos dimos las manos y nos felicitamos el
uno al otro al terminar. Representar a esos hombres, y la historia de lo
que lograron esos marinos en Iwo Jima, tenía mucho significado para
todos nosotros”.
-“Esta fue una de la pocas escenas que Clint decidió repetir más de una
vez”- dice Benjamin Walter -“La repetimos cuatro a cinco veces, para
asegurarnos que la teníamos perfecta. Nosotros seis vimos la película
una y otra vez, la pusimos en cámara lenta y practicamos, para tratar de
repetir la escena lo más parecido posible”.
El sargento mayor. Dever agrega: -“Fue excepcional la manera en que los
actores interpretaron a los infantes de Marina ese día”.
“La Conquista del Honor” se filmó a los largo de 61 días, en exteriores
y en estudios alrededor de Los Angeles, California; Arlington, Virginia;
Chicago, Illinois; Houston, Texas; las playas de Islandia; e Iwo Jima.
SOBRE LA BATALLA DE IWO JIMA
La batalla de Iwo Jima fue concebida por las fuerzas aliadas como paso
necesario en la guerra del Pacífico para vencer a Japón. Los aliados
habían enviado incursiones de bombardeado diariamente, a una zona que
abarcaba las islas Marianas e Iwo Jima, que, controladas por los
japoneses, servía como estación preventiva, que transmitía reportes por
radio a la isla continental de Japón. Cuando los bombarderos aliados
alcanzaron Japón, la defensa anti-aérea los estaba esperando, lo cual
incapacitó a los aviones norteamericanos que estaban tratando de volver
a sus puestos. Así se convirtieron en fácil presa de los pilotos
enemigos, en los cielos alrededor de Iwo Jima. Como la isla servía de
base aérea, los aviones bombarderos basados allí, casi cada noche hacían
amenazantes rondas en los cielos territoriales de Saipan. Si las
incursiones de bombardeo aliadas iban a continuar, la amenaza que
presentaba Iwo Jima debía ser neutralizada. Aunque los aliados buscaban
primeramente otros objetivos estratégicos para bombardear,
particularmente Okinawa – esas invasiones tal vez tomarían meses.
Iwo Jima en cambio era un blanco inmediato. Iwo Jima fue la primer
batalla peleada en territorio Japonés durante la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos comenzó una serie de intensos ataques aéreos y navales
sobre los 22.000 soldados que defendían la isla el 16 de febrero de
1945. Tres días más tarde, los norteamericanos invadieron el lugar.
En la lucha por la isla, el primer paso era capturar el punto más alto
del lugar: el monte Suribachi, una elevación volcánica de unos 166
metros en el sur de la isla. Al desembarcar en las playas de invasión,
30.000 soldados abrieron fuego mientras que rodeaban el monte Suribachi.
(días después llegarían otros 40.000 soldados de infantería de marina).
La lucha por el monte fue muy dura, pero el 23 de febrero, la infantería
de marina había tomado Suribachi y había plantado la bandera
norteamericana (dos veces).
Por 31 días seguidos, Estados Unidos y Japón continuaron peleando por la
isla. Los marinos se dirigieron hacia el norte para capturar las pistas
aéreas, y las tropas japonesas pelearon a muerte para mantenerse en
control. Ya para el 26 de marzo, la batalla había cobrado un precio muy
alto en vidas, especialmente para Japón. De unos 22.000 soldados
japoneses, sólo sobrevivieron 1.083. 6.821 soldados norteamericanos
también habían muerto, entre ellos, tres de los soldados que habían
enarbolado la bandera (Sargento. Michael Strank, Harlon Block, y
Franklin Sousley). 20.000 soldados norteamericanos fueron heridos en el
frente.
El gobierno otorgó 27 Medallas De Honor por conducta durante la invasión
de Iwo Jima – la cantidad más grande en la historia norteamericana, por
una sola batalla. Esas medallas fueron más de la cuarta parte de todas
las otorgadas durante la Segunda Guerra Mundial.
-“Esta es la historia de toda una generación de gente que realizó el
máximo sacrificio por su país, y de cómo eso los afectó”- dice Eastwood.
El director espera haber honrado cada hombre retratado en la película, y
se preocupó especialmente de informarse sobre todos los detalles
posibles, a través de gente que había estado allí, o que conocía hombres
que habían participado en ello.
-“Dada la manera en que Clint trabajó, debemos a todos sus equipos y
actores el haber contado la historia veraz y correctamente”- comenta uno
de los actores del reparto, Neil McDonough, quien dá vida al capitán
Severance -“Estábamos allí como grupo y como equipo para decir la verdad
sobre el horror que fue todo para estos hombres”.
El padre de uno de los miembros del equipo de efectos de sonido, Alan
Murray, había estado allí, pero nunca hablaba al respecto. Eso era algo
muy común entre los veteranos de guerra de Iwo Jima.
Eastwood por su lado recuerda:-“Yo fui a la conmemoración de los 60 años
de la batalla de Iwo Jima en San Francisco, y pasé mucho tiempo con los
veteranos allí. Ellos contaban muchas historias. Uno de esos hombres
estaba mencionado en el libro, se llamaba Danny Thomas. El había sido
soldado médico también, John Bradley. El nunca hablaba de Iwo Jima, al
igual que John Bradley. Nunca había hablado sobre la guerra. Simplemente
volvió de la guerra y rehizo su vida. Cuando se volvió viejo, decidió
que ya era tiempo de hablar sobre ello.
-“Pasé un par de horas hablando con él. Hablaba sobre ello con mucha
emoción, sobre sus sentimientos en esa época. Esos veteranos eran un
grupo de gente increíble”- finaliza Eastwood.
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