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ACERCA DE GRACIAS POR FUMAR
Basada en la aclamada novela homónima de Christopher Buckley escrita en
1994, y adaptada para la pantalla por Jason Reitman, GRACIAS POR FUMAR
es una mirada brutalmente satírica a la “cultura de spin” que se vive
actualmente. El héroe de GRACIAS POR FUMAR es Nick Naylor (AARON ECKHART),
portavoz en jefe de Big Tobacco, que se gana la vida defendiendo los
derechos de los fumadores y a los fabricantes de cigarros en la cultura
neo-puritana actual. Nick, quien se enfrenta a partidarios acérrimos de
la salud, decididos a prohibir el tabaco, y a un senador oportunista
(WILLIAM H. MACY), que quiere poner etiquetas de veneno en los empaques
de cigarros, emprende una agresiva campaña de relaciones públicas en
programas de televisión para desmentir los peligros del cigarro y
contrata a un súper representante de Hollywood (ROB LOWE) para que
promueva el cigarro en las películas. La recién encontrada notoriedad de
Nick llama la atención tanto del líder de la industria del tabaco
(ROBERT DUVALL) como de una reportera investigadora de un influyente
periódico de Washington (KATIE HOLMES). Nick dice que sólo está haciendo
lo necesario para pagar la hipoteca, pero el cada vez más grande
escrutinio de su hijo (CAMERON BRIGHT) y una muy genuina amenaza de
muerte podrán forzarlo a que cambie su manera de pensar.
GRACIAS POR FUMAR representa el debut como director de cine de Reitman,
consumado director de premiados cortometrajes, tales como IN GOD WE
TRUST y GULP, que se exhibieron en más de 100 festivales de cine por
todo el mundo, incluyendo los de Toronto, Sundance y el Nuevos
Directores / Nuevas Películas del MoMA . En los cinco años desde que
Reitman comenzó a dirigir comerciales para televisión, ha sido
galardonado en los premios de publicidad de Cannes, en los premios Addy
y en el sumamente codiciado One Show.
GRACIAS POR FUMAR presenta un reparto estelar, que incluye a Aaron
Eckhart, Maria Bello, Cameron Bright, Adam Brody, Sam Elliott, Katie
Holmes, David Koechner, Rob Lowe, William H. Macy, JK Simmons y Robert
Duvall. La película fue producida por David O. Sacks a través de su
compañía Room 9 Entertainment. Edward R. Pressman, John Schmidt y
Alessandro Camon, de ContentFilm, fungieron como productores ejecutivos,
junto con Michael Beugg, Peter Thiel, Elon Musk, Max Levchin y Mark
Woolway.
Fox Searchlight Pictures adquirió los derechos de distribución de la
película después de su estreno mundial el 9 de septiembre de 2005, en el
Festival de Cine Internacional de Toronto.
PRECAUCIÓN: Obtener Los Derechos De Una Novela Puede Provocar Nausea,
Confusión, Sentimientos de Apatía y Desesperación.
Después de su lanzamiento en 1994, la mordaz novela de Christopher
Buckley Thank You For Smoking puso en relieve la cultura del “spin” que
se había afianzado en los Estados Unidos. Desde la Casa Blanca a las
salas de juntas corporativas, hasta Hollywood, la verdad se había
convertido en algo a ser controlado y manipulado, pero en raras
ocasiones en algo expresado.
“En algún momento a finales de los 90”, recuerda el escritor y director
de GRACIAS POR FUMAR Jason Reitman, “una de mis amigas me dio un
ejemplar de Thank You For Smoking, diciéndome que era el libro más
divertido que jamás había leído, y quizás el libro perfecto para mí.
Comencé a leerlo esa misma noche y me topé en la mismísima primera
página con una voz que siempre había estado buscando. Nunca había leído
algo que estuviera tan densamente saturado con humor inteligente.
“Inmediatamente me identifiqué tanto con la voz de Christopher Buckley
como con la de Nick Naylor”, continúa Reitman. “Tenía este maravilloso
punto de vista libertario que esclarecía algunas situaciones escabrosas,
pero no de manera desagradable. Tenía una forma de decir las cosas que a
los ojos de cualquiera podría parecer cruel, pero en cambio era
hilarante. Cada momento en el libro me pareció una escena fílmica,
visual. Vi cómo todo se fusionaba en mi mente. De inmediato, sentí la
necesidad de hacer una película del escrito”.
El joven director, hijo del director Ivan Reitman, estudió Letras
Inglesas en la USC y comenzó su carrera haciendo cortometrajes. En 1998,
con su cortometraje OPERATION, Reitman se convirtió en uno de los
directores más jóvenes en la historia del Festival de Cine de Sundance
en ser aceptado para exhibir un corto. Su cortometraje IN GOD WE TRUST,
que se exhibió en el 2000 en el Festival de Cine de Sundance y a la
postre en Toronto, Edimburgo, US Comedy Arts, Nuevos Directores / Nuevas
Películas del MoMA, fue galardonado con premios en múltiples festivales,
incluyendo el de Los Angeles, Aspen, Austin, Seattle, Florida, Atenas y
el Festival de la Comedia de Nueva York.
Thank You For Smoking también tenía aficionados en Icon Productions,
compañía productora de Mel Gibson, que en aquel entonces era
copropietaria de los derechos para hacer una versión cinematográfica del
libro. Desafortunadamente, intentos en adaptar el libro para la pantalla
resultaron en guiones carentes del símbolo proverbial.
Eso cambió cuando Reitman presentó sus ideas para adaptar el escrito en
una junta con Icon. “Habían sido dueños de los derechos del libro
durante casi una década y aparentemente ya se habían dado por vencidos”,
recuerda Reitman. “Me contrataron para intentar hacer una adaptación.
Cuando les entregué mi tratamiento unos cuantos meses después, nadie
tenía una sola nota. Todos parecieron disfrutar el guión así como
estaba”.
Reitman abordó la adaptación con la bendición y contribución del
novelista Christopher Buckley. “Le di mis primeros dos tratamientos.
Cuando hago una adaptación para cine no me puedo imaginar no laborar con
el autor. Estás trabajando con su bebé”.
Su solución para crear una adaptación digna tuvo que ver con el cambio
de enfoque de la relación entre Nick Naylor y su hijo, Joey. “Cuando leí
por primera vez el libro, me pareció que la pregunta que la reportera
Heather Holloway le hace a Nick, ‘¿Qué piensa tu hijo de lo que haces?’
era la pregunta más importante en el libro”. Reitman recuerda. “Lo que
tus hijos tengan que decir acerca de ti significa algo para ti, y la
respuesta a esa pregunta significa algo rotundamente para Nick. Cuando
leí eso, me aferré a ello y, para la película, quise desarrollar quién
era Nick ante los ojos de Joey”.
Reitman amplió el contenido emocional de la sátira de Buckley al
expandir el personaje de Joey. Su guión explora las preguntas complejas
que se presentan cuando las labores y objetivos profesionales de uno se
contraponen con la buena crianza. “Escribí más escenas de cómo se da el
vínculo entre Nick y Joey porque quería verlos juntos. Creo que Joey
humanizó a Nick. Si este muchacho podía querer a su padre, entonces
también lo podía querer el público”.
Una vez que el guión ya contaba con su centro emotivo y ético, la
propuesta de Jason Reitman para con el resto del guión fue, como lo
explica el director, “bastante directa. Gran parte del diálogo es tomado
directamente del libro”. Reitman es el primero en admitir que el diálogo
en las escenas del Escuadrón M.O.D. fueron “tomadas del libro. Me
hubiera gustado poner más de esas escenas en la película. En el libro
vienen diez veces más momentos del Escuadrón”.
Si bien había entregado un guión sólido, los derechos de GRACIAS POR
FUMAR eran propiedad tanto de Icon como de Warner Bros., el estudio que
había afianzado originalmente su contrato. Obtener todos los derechos
iba a ser un riesgo costoso. El guión de Reitman se atascó en el éter
del desarrollo hasta que cayó en el escritorio del productor
independiente David O. Sacks, en diciembre de 2002.
Sacks recuerda su entusiasmo instantáneo por el proyecto. “Mi primera
reacción fue: ‘¿Por qué nunca se ha hecho esta película?’”. Partidario
Sacks es rápido en señalar la postura irreverente e irónica que la
película asume con respecto a la cultura ‘spin’: “Me vino a la mente que
en cualquier otra película acerca de cigarrillos, incluso una tan
sobresaliente como THE INSIDER, el portavoz en jefe de Big Tobacco sería
el villano, y que el ferviente senador y la intrépida reportera,
dispuestos a exhibirlo, serían los héroes. Pero aquí, la convención
moral estaba invertida, y la gente estaba completamente dispuesta a
disfrutar el viaje”.
Sacks había estado previamente en Silicon Valley dirigiendo PayPal, una
de las contadas compañías de Internet que sobrevivió y prosperó después
de la estrepitosa caída que sufrió la industria. Después de liderar a la
compañía como Director General hasta su venta a eBay, en octubre de
2002, por $1.5 billones de dólares, Sacks estaba en la privilegiada
posición de perseguir una nueva aventura empresarial. Sin tomarse un fin
de semana de descanso, se mudó a Hollywood para concretar su antiguo
sueño de realizar películas.
Sacks se comprometió a realizar GRACIAS POR FUMAR y comenzó un proceso
de 18 meses para obtener los derechos de todos sus dueños. Sacks y sus
compañeros creadores de PayPal invirtieron millones de dólares de
acciones propias para financiar la película.
Ed Pressman y John Schmidt, cofundadores de ContentFilm, y el jefe de
producción Alessandro Camon también se unieron al proyecto y
respondieron favorablemente al guión de Reitman y a su visión como
director. ContentFilm trabajó con Room 9 para conformar el equipo de
producción y asegurar financiamiento adicional a través de las ventas
anticipadas al extranjero.
PRECAUCIÓN: Actuaciones Brillantes de un Reparto Premiado y
Extraordinariamente Talentoso Podrán Provocar Expresiones de Efusión por
parte del Público.
Desde un principio, los realizadores sabían que el casting de GRACIAS
POR FUMAR iba a depender en la selección del actor para interpretar al
el disoluto Nick Naylor. Sacks recuerda: “Tenía que ser apuesto y
típicamente estadounidense, y, además, ser capaz de emitir argumentos
moralmente cuestionables con una sonrisa que te hiciera quererlo”.
Aaron Eckhart era uno de los primeros favoritos para el papel. “Ya había
visto IN THE COMPANY OF MEN, así como ERIN BROCKOVICH y quedé
completamente prendado de un hombre que podía interpretar a cabalidad
ambos papeles”, comenta Reitman. “Para mí, Nick Naylor estaba a la mitad
de estos dos personajes. Tiene el encanto aterrador de Chad, de IN THE
COMPANY OF MEN, combinado con la inesperada profundidad emocional de
George, de ERIN BROCKOVICH, donde hizo a un motociclista encantador”.
Sacks y Reitman volaron a Vancouver para reunirse con Eckhart en el set
de NEVERWAS, una película que estaba filmando.
Eckhart estaba fascinado con los sentimientos sorprendentemente
apolíticos de su personaje: “Vi a Nick Naylor como uno de los pocos
soldados restantes de una época casi pasada. Vi este papel de la misma
manera en la que creo que George C. Scott vio a Patton: Nunca ofreció
disculpas por la postura que adopta, y creo que ahí es donde el público
encontrará el placer en esta película”.
De hecho, el filme está sazonado con comportamientos hilarantemente
inapropiados. Desde negociar la publicidad indirecta para cigarros en
una película que se desarrolla en el espacio exterior, hasta verlo
compartir una recámara con la reportera asignada a escribir un perfil de
él, Nick Naylor existe en un espacio de repercusión políticamente
incorrecta.
“En el libro”, indica Eckhart, “Naylor era más un donjuán. Pero Jason
expandió su personalidad, y eso es lo que lo hizo divertido”.
Eckhart también admite haberse divertido cuando fue indulgente con el
Nick Naylor que encontró en sí mismo: “Puede ser encantador, habla muy
rápido y es apasionado. Ama a las mujeres. Es hasta cierto punto un
pícaro. Tengo todo de eso en mí”.
Eckhart fue el primero de la que llegó a convertirse en una larga lista
de actores de primera línea ansiosos por sumar un poquito de fuego a sus
vidas. “Cuando Aaron aceptó interpretar el papel de Nick Naylor, todo se
volvió realidad”, recuerda Reitman. “Y después sentimos como si día con
día contratábamos a otro sobresaliente miembro del reparto”.
Para el papel de Joey, el hijo de Nick, Reitman le dio el papel a
Cameron Bright, quien había exhibido su sorprendente madurez y talento
en GODSEND, BIRTH y THE BUTTERFLY EFFECT: “Cameron Bright es un joven
realmente impresionante y un gran actor. Tiene un papel engañoso: Joey
es un niño de doce años de edad que dice cosas muy complicadas. Lo que
es increíble acerca de Cameron es que es un hombre pequeño. Puede decir
estas cosas y hacer que suenen de manera muy veraz”.
Bright estaba contento en participar en una comedia para variar: “He
interpretado papeles más sombríos. Hice el rol de un niño que es
asesinado y clonado. Esta es una comedia y realmente me gustó eso. En
ésta, me toca interpretar a un niño normal”.
“En realidad, lo que Joey quiere es conocer a su padre y saber qué es lo
que hace. Le parece extraño que el mundo sea cruel con su padre sólo por
hacer su trabajo”, comenta Bright de su personaje.
El principal enemigo de Nick es el Senador Finistirre, un político
pomposo y arrogante de Vermont. No existe nadie en el mundo de GRACIAS
POR FUMAR que no tenga su propio plan. Finistirre, por ejemplo, lamenta
que un paciente con cáncer en un programa de televisión no se vea lo
suficientemente enfermo. Su relación con Nick está basada tanto en la
obtención del triunfo como en tener la razón.
A Macy le pareció que las preguntas filosóficas, éticas y políticas
planteadas en GRACIAS POR FUMAR estaban entre los elementos más
atractivos del proyecto. “¿Qué instancia tiene el gobierno para
protegernos de nosotros mismos? No conozco la respuesta y creo que ésta
cambia constantemente”.
Dejando la política a un lado, a Macy también le encantó el hilarante
guión de Reitman: “La última escena en la película es la más deliciosa.
En ella el Senador ha introducido una nueva ley para tomar todas las
películas viejas y reemplazar los cigarros con otra cosa. En la
actualidad lo puedes hacer digitalmente. Lauren Bacall estaría
preguntando, ‘¿Alguien tiene un cerillo?’ mientras chupa un caramelo”.
“En serio, cada vez que te toque interpretar a un personaje llamado
‘Senador Finistirre’, deberías aceptarlo”, añade Macy bromeando.
“El Senador tiene una relación compleja con Nick Naylor”, señala Macy de
su personaje, “porque a los políticos les gusta pensar que siempre están
diciendo la verdad. Pero en realidad, pasan mucho tiempo manipulándola,
intentando discernir cómo pueden filtrar su plan en ella y, al mismo
tiempo, complacer a todos. En ese nivel, Nick y el Senador son más
parecidos que lo que podrían llegar a admitir”.
Macy describe la impaciencia junto con la diplomacia que provoca la
frustración de Finistirre. “Creo que el mayor reto del Senador es que
tiene que caminar por la línea de imparcialidad e inclusión, cuando lo
que quiere es saltar y gritar, ‘Todo aquel que fuma es un idiota y las
compañías de tabaco deberían ser encarceladas’. Eso es lo que realmente
piensa, pero debe comportarse de manera cívica y servil”.
“Hace la mejor versión de lo que esperas obtener de un actor. Existe una
razón por la cual es tan prolífico”, habla Reitman de Macy. Añade que
Macy fue responsable por uno de sus diálogos favoritos en el filme: “El
gran estado de Vermont no se disculpará por su queso”. El diálogo de
Macy reemplazó a uno que Reitman había escrito, que consideró mediocre
en comparación con éste.
El propósito de cada uno de los miembros del autodenominado Escuadrón
MOD es el de manipular agendas, beber güisqui escocés y funcionar como
un sistema de apoyo mutuo. Abreviatura de “Mercaderes de la Muerte”, el
Escuadrón M.O.D. consiste en Naylor y sus compañeros cabilderos Polly
Bailey, quien trabaja para la industria del alcohol, y Bobby Jay Bliss,
quien representa a la industria armamentista.
“Lo que me gusta acerca de esos personajes es que dicen cosas que la
gente nunca diría”, comenta Reitman. “Son políticamente incorrectos a
decir basta. El Escuadrón M.O.D. hablará de lo que sea, y lo harán sin
cortapisas. Hablan acerca de asesinatos. Hablan acerca de la cantidad de
personas que mueren al año consumiendo sus productos. Los adoro por
eso”.
Reitman es rápido en señalar que las escenas del Escuadrón M.O.D.
necesitaban ser perfectas. “Me encantan las escenas que suceden en Bert.
Cuando hablo con aficionados del libro, las discusiones del Escuadrón
M.O.D. se encuentran entre sus momentos favoritos. Espero que sean así
de buenas en la película”.
Para Polly Bailey, Reitman buscó a una actriz que pudiera aportarle
inteligencia y humor a la frecuentemente profana y franca cabildera. “El
chiste era encontrar a una mujer que fuera bella, pero que pudiera
transmitir la desfachatez del personaje y la insolencia del diálogo.
Maria Bello es una de las pocas actrices en la actualidad que puede
hacer ambas cosas. Es absolutamente única y segura de sí misma”.
Bello era una aficionada de la novela Thank You For Smoking y estaba
agradablemente sorprendida cuando recibió el guión a través de uno de
sus agentes. “Creo que Christopher Buckley es un escritor muy divertido,
mordaz e interesante”.
Reitman y Bello tuvieron una reunión en una locación muy apropiada para
el Escuadrón M.O.D.: un bar en Venice, California. Bello recuerda: “Me
encantó el guión. Jason estaba tan apasionado con la historia que quería
contar. Me encanta que le película tiene un palpitar genuino en la
relación que se da entre Nick y su hijo”.
Bello habla de Polly: “Me gusta que esté interesada en el mundo. Me
gusta que le apasionen las ideas, que tenga estas grandes relaciones con
estos dos hombres que son sus confidentes, sus colegas y sus amigos. Me
gusta que sea inteligente”.
Para el papel de Bobby Jay, Reitman recurrió al actor de carácter y
comediante David Koechner, un veterano del programa “Saturday Night Live”,
que es más famoso por su hilarante papel en ANCHORMAN. Reitman era un
aficionado del trabajo de Koechner con Naked Trucker, su banda que con
frecuencia le abre los conciertos al grupo de Jack Black, Tenacious D.
“Quería que la condición humana en Bobby Jay fuera más marcada. Está
acostumbrado a interpretar a grandes personajes. Existe un elemento
emocional en Bobby Jay que hace que la gente se enamore de él. Sabía que
David podía actuar y sabía que podía lograrlo, a pesar de que muchos de
sus otros papeles habían sido más extensos”.
Koechner describe su personaje como un “Buen Chico, cuatro hijos,
casado, devoto dueño de armas y defensor de la segunda enmienda. Sería
feliz si las armas se podrían conseguir en máquinas expendedoras, como
los cigarros, refrescos o dulces”.
Koechner no había leído Thank You For Smoking antes de que le hayan
ofrecido el papel. “Leer el libro te brinda más antecedentes del
personaje”, Koechner dice en tono de broma con respecto a la novela. “Es
como un acordeón”.
A Katie Holmes le dieron el papel de Heather Holloway, una reportera
sofisticada que espeta al personaje de Nick a través de un periodicazo.
Reitman se reunió con Holmes y quedó impresionado de inmediato con su
agudo entendimiento de Holloway. “Sabía exactamente lo que quería hacer
con el papel. Me encantó la idea de que era una joven que estaba
llenando un vacío entre su infancia en ‘Dawson’s Creek’ y el convertirse
en una mujer. El personaje de Heather Holloway también se encuentra en
ese espacio”.
GRACIAS POR FUMAR se las arregla para censurar con dureza, tan
fácilmente como desacredita a la elite suprema de Washington, a los
representantes de Hollywood. Los papeles del súper representante Jeff
Megall y su chico maravilla recayeron en Rob Lowe y Adam Brody, de “The
OC”, respectivamente.
Lowe es un viejo amigo de la familia Reitman, quien gustoso hizo el
viaje de cuatro horas desde su hogar en Santa Barbara a Irvine para su
único día de filmación. “Entendió el humor del papel inmediatamente. Un
representante le sirvió de inspiración, pero no me dijo cuál”.
Brody no tuvo empacho alguno al momento de hablar de su papel de Jack:
“Dijo, ‘mira, si un actor hace una película y no actúa bien en ella, eso
es una cosa. Si un actor hace un cameo y el cameo es malo, entonces eso
es realmente malo”. Reitman recuerda. “En el momento en que aceptó
participar, me emocioné más. Escribí más diálogos para él. El argumento
donde dice ‘Voy a empalar a tu madre en un asta y le voy a dar de comer
a mi perro con sífilis su cuerpo inerte, fue escrito para él. Pensé,
‘aquí está el único ser humano que puede hacer que esto suene
divertido’”.
Reitman recurrió al aclamado actor Robert Duvall para interpretar el
papel del gigante del tabaco “El Capitán”. Le envió al veterano actor
una carta pidiéndole que personificara el papel.
“¿Quién más podía interpretar al Capitán que Robert Duvall? Todos
estábamos esperando que lo hiciera. Realmente le gustó el guión, y la
política que viene en el filme. Es muy liberal. Es acerca de asumir la
responsabilidad de tus acciones. El día finalmente llegó y lo fui a
visitar a su trailer. Yo era un atolondrado aficionado suyo. Era
simplemente perfecto. Creo no haberle dado una sola dirección”.
“Acepté interpretar el papel porque me sentí identificado de inmediato
con él”, comenta Duvall. “Algunas cosas te llegan de manera intuitiva.
El mismo día que lo leí, sentí que podía brindar la actuación”.
Al igual que Duvall, Reitman invitó a Sam Elliott a través de una carta:
“En realidad no había otro actor que pudiera interpretar el papel.
Tuvimos una conversación por teléfono que nos llevó después a una comida
de dos horas y media. Discutimos el papel y sus inquietudes. Más allá de
ser un ser humano moral, a Sam también le gusta interpretar personajes
morales. Estaba preocupado con respecto a interpretar a ‘un tipo que
acepta el dinero’. Es sorprendente qué tanto de él hay en esos vaqueros
que interpreta”.
Dennis Miller y Howard Weitzman, amigos de la familia Reitman, aparecen
en pequeños papeles en el filme.
Actores que aparecieron en los cortometrajes de Reitman IN GOD WE TRUST,
GULP Y CONSENT redondearon el reparto. Jeff Witzke, de IN GOD WE TRUST,
GULP y CONSENT, interpreta al secuestrador en GRACIAS POR FUMAR. Richard
Speight, Jr., de IN GOD WE TRUST, trabaja en el cabildo del tabaco con
Nick. Mary Jo Smith, de GULP, está en la escena ficticia de Joan Lunden.
La hermana de Reitman, Catherine Reitman, hace un cameo como una
reportera.
“La parte más agradable de hacer esta película ha sido trabajar con
estos actores. Todavía no puedo creer el ensamble que se reunió para
hacer esta película. Verlos llegar al set y escucharlos decir las cosas
que escribí; no me puedo imaginar un mejor sentimiento. Es fascinante”.
Precaución: Directores Primerizos Con Frecuencia Llevan al Set Una
Perspectiva Fresca y un Entusiasmo Desenfrenado.
Después de haber terminado el proceso exhaustivo de asegurar todos los
derechos para hacer GRACIAS POR FUMAR, Sacks puso en marcha un agresivo
plan de producción, de seis meses. GRACIAS POR FUMAR se mantuvo fiel a
su horario al comenzar la fotografía principal en enero de 2005.
Para poder representar correctamente los peculiares mundos de la
política, Reitman viajó a Washington, D.C. con Sacks, quien había
trabajado previamente como asistente legal de un congresista. Ahí, los
dos se reunieron con congresistas, cabilderos y miembros del staff del
capitolio, y realizaron un tour por las oficinas del Senado, los
auditorios y los lugares donde suelen reunirse los cabilderos, para ser
recreados a la postre en la película. Reitman también buscó a
profesionales en el Centro de Control de Enfermedades, e incluso a
Jeffrey Wigand, el heroico denunciante interpretado por Russell Crowe en
THE INSIDER.
Situada en Washington, D.C. y en el sur de California, GRACIAS POR FUMAR
fue filmada en un ajustado programa de 35 días, con solamente una semana
en la capital del país. Uno de los inviernos más lluviosos en Los
Ángeles que se tengan registrados a la fecha, le vino bien a la
producción, ya que el clima era similar al de muchas de las locaciones
que fabricaron de Washington.
Reitman desarrolló el aspecto visual de GRACIAS POR FUMAR junto con el
Director de Fotografía James Whitaker, cuyo trabajo en THE COOLER admiró
inmensamente. “Me encantó cómo fue filmada THE COOLER, y era aficionado
de Jim. Le pregunté a William y María qué pensaban de él. Ambos lo
adoraron y eso fue muy importante para mí. He realizado muchos
comerciales, pero éste es mi primer largometraje. Quería a alguien que
le aportara algo más al ambiente acogedor del set”.
“Jason y yo tuvimos una colaboración extremadamente abierta”, comenta
Whitaker. “No había necesidad de guardar nada. Se trataba de que hubiera
un verdadero flujo de ideas. Es un realizador realmente interesante con
instintos sorprendentes”.
Después de haber trabajado con directores tales como Neil Labute, Steven
Soderbergh y Ron Howard, Aaron Eckhart le aportó una gran cantidad de
experiencia a la producción. Si bien GRACIAS POR FUMAR era el primer
largometraje de Reitman, la estrella Aaron Eckhart tuvo una gran
confianza en él desde el principio.
“Jason no solamente proviene de una familia de realizadores, sino que
también tenía una gran idea de cómo hacer la película, y, más importante
aún, tenía una propuesta única del material”, Eckhart comenta de su
director. “Tiene una idea perfecta de lo que quiere de los personajes,
tanto la manera en como quiere que sean interpretados como la forma en
la que quiere que sean percibidos.
“Jason llega aquí desde un lugar muy experimentado y apasionado. Ha
vivido con él durante cuatro años. Es todo un devoto; sabe todo acerca
de lentes, luces y cámaras. Opera la cámara él mismo. Sabe lo que hace
en cada toma. Nunca filma de más y tiene el control del rodaje. Me sentí
muy seguro en sus manos”.
Macy concuerda: “No es como si fuera un neófito en el cine. Ha estado
bajo estas circunstancias en muchas ocasiones, y creció en el negocio.
Es muy seguro de sí mismo con la cámara”.
Ciertamente, Reitman tenía una visión muy clara de cómo quería que se
viera este proyecto de larga gestación. Incluso logró hacer una película
sin el uso de una pieza de utilería aparentemente esencial: “Si bien la
palabra ‘Fumar’ está en el título, en realidad no es una película acerca
de cigarros”, acota Reitman. “De hecho, nunca ves un cigarro prendido o
a alguien fumar en esta película. Es más acerca de la histeria que rodea
a los cigarrillos”.
Los cigarros hacen una aparición casi imperceptible en la forma del
diseño de las persianas venecianas en la oficina de Nick. El toque
proviene cortesía del diseñador de producción Steve Saklad, quien
ejercitó una creatividad ilimitada con un presupuesto muy restringido.
De hecho, Saklad tuvo que preparar las 85 locaciones de la película en
un muy breve periodo de cinco semanas. La oficina de Rob Lowe en la
agencia de talentos ficticia ‘E.G.O.’ comenzó con solamente una sala de
conferencias vacía. “Le añadimos puertas de vidrio acanaladas,
mobiliario minimalista asiático, una armadura Samurai y el imponente
mural que diseñé, y que puse a un amigo a pintar a mano sobre paneles de
seda que subían y bajaban de las persianas eléctricas que ya existían en
el cuarto”, comenta Saklad. “Lo mejor de todo para mí fue el débil
resplandor del agua afuera de las ventanas para añadir uno poco de
fantasía angelina a la escena”. Saklad burló su pequeño presupuesto al
pedir prestadas las sillas blancas estilo Barcelona de Jason, y una
escultura de la oficina de Ivan Reitman.
Saklad empleó un espectro de color para cada una de las locaciones y
personajes. “Estaba buscando un arco que fuera, desde los personajes más
impregnados de nicotina hasta los tipos más preocupados por la salud: El
Club del Tabaco, de Robert Duvall, y las oficinas de la Academia de
Estudios del Tabaco fueron bañadas en tonos café, mientras que el
Senador, interpretado por Bill Macy, vivía en ambientes azules y verdes.
Las escenas de Los Ángeles llevaron los blancos y verdes al extremo”.
Cada locación representaba la personalidad de sus habitantes: “La sala
de Lorne Lutch, congelada en los años 70 con matices color ámbar, fue
montada en una lujosa sala de estar colonial que vaciamos, adornamos con
paneles de madera de pino nudoso y cubrimos con varias capas de viejas
portadas de revistas de vaqueros y tanques de oxígeno. Para el Club del
Tabaco de Robert Duvall, en Raleigh-Durham, llenamos el vestíbulo de
Castle Green en Pasadena con toda butaca o sillón de piel café que
estuviera a la renta en Los Ángeles, además de tapices, retratos y
lámparas marroquíes del harem de un pachá para añadirle un poco de
color”.
“De toda la película, la secuencia cuyo diseño es mi favorito transcurre
en menos de 30 segundos: cuando Nick cataloga las acciones de los
arquetipos destructores del planeta: el inconfundible leñador en un
campo de cepas, el cazador de focas que las golpea con un palo en la
cabeza y el supervisor mexicano de una fábrica explotadora con sus
costureras menores de edad. Jason quería un fondo de postal para cada
uno de ellos, como si fuera un diorama de preparatoria, que fue lo que
diseñé. Construimos y pintamos cinco cajas de zapatos gigantes y las
decoramos con utilería y recortes tremendamente desproporcionados.
Echamos hasta el fregadero para filmar estas cajas, mientras los actores
principales fueron filmados frente a una pantalla verde para empastarlos
a las escenas en postproducción”.
Saklad es rápido en señalar que Reitman fue un colaborador consumado.
“Es un intelecto sorprendente que viene a trabajar increíblemente bien
preparado. Sabe exactamente lo que quiere. Pero si le presentas una idea
que es incluso mejor —entonces es muy generoso en acomodar tu idea en el
montaje de la escena. La colección de botellas de Miel de Arce de
Vermont del Senador Finistirre fue un caso en cuestión”.
Reitman, que colaboró con Saklad en múltiples comerciales para su
compañía de producción, sabía que Saklad estaba absolutamente consciente
del tono del guión y de la película que Reitman quería hacer. “Entendió
el sentido del humor. Nada era de pastelazo, pero todo era divertido”.
Reitman también se enteró que su diseñador de vestuario Danny Glicker
tenía un aprecio similar por encontrar humor en los detalles: “La
primera vez que lo conocí me presentó las maquetas donde venía
establecido el diseño de vestuario para los personajes de la película.
Dijo, ‘todos en esta película usan corbata y la corbata es la ventana de
su alma’. Si ves esta película, cada corbata está perfectamente
seleccionada, además de que son hilarantes. Las corbatas de Finistirre
tienen patos silvestres y arces en ellas. Las corbatas de Bobby Jay
tienen grandes símbolos norteamericanos, como águilas y armas. Existen
detalles increíbles en el diseño de vestuario”.
La atención a las prendas del cuello también le tocó a Nick y al
Capitán. Glicker comenta: “Me divertí muchísimo con las corbatas de Nick,
al nunca haberlas repetido y encontrar con frecuencia maneras secretas y
humorosas para que Nick tuviera la oportunidad de expresarse. En la
primera escena, en el programa de televisión de Joan Lunden, Nick está
usando una corbata rojo carmesí decorada con pequeñas pitilleras de
plata que está divina, pero que también hace alusión a uno de los
aspectos más glamorosos de la cultura del tabaco; y cuando Nick visita
al Capitán, está usando otra corbata muy especial, en un bello diseño
café con pequeños remolinos sombreados con aros de humo”.
“Fue una colaboración excelente”, continúa Glicker. “Desde nuestra
primera junta, me pareció evidente que hablábamos un lenguaje muy
similar, y ambos le teníamos mucho cariño a los personajes. Los dos
queríamos que todos los aspectos de los mundos divergentes de GRACIAS
POR FUMAR se ejecutaran tan vívidamente como fuera posible. Debido al
hecho de que Nick viaja a muchas partes del mundo durante el transcurso
de la película, Jason y yo trabajamos muy estrechamente para desarrollar
un lenguaje y color para cada mundo, de tal forma que el público se
identificara de inmediato con ellos y les hiciera saber dónde se
encontraban dentro de la historia.
“La atención al detalle de Jason y entender la importancia del diseño de
vestuario hizo posible presentar la historia de GRACIAS POR FUMAR de una
manera que visualmente fuera lo más emocionante posible”.
Glicker tenía una apariencia muy específica para Nick Naylor: “Nick
siempre tiene que verse perfectamente vestido, en virtud de su trabajo y
posición. Nick es el rostro del tabaco, y todo buen cabildero sabe cómo
presentarse a sí mismo y a su cliente bajo la luz más perfecta. La clave
es encontrar el tono correcto sin ser demasiado refinado o demasiado
informal. En un inicio, me pasé mucho tiempo con Aaron para conformar un
guardarropa de trajes y ropa deportiva para Nick, con un enfoque
particular en los colores que reflejaran el mundo del tabaco, a saber,
tonos cálidos, café y tinto. Quise que sus camisas fueran de un blanco
intenso, como un cumplido a la primera publicidad de cigarros que se
hizo, en la que frecuentemente aparecían doctores, enfermeras y otros
profesionales en ropa blanca y pulcra, de aspecto saludable, para
enfatizar los beneficios médicos del tabaco”.
Glicker también se divirtió creando al Senador Finistirre, quien
“resultó ser un placer diseñar —nos basamos totalmente en lo frívolo de
Vermont, y todo su guardarropa contenía pequeñas bromas relativas al
estado. Sus chaquetas de lana fueron combinadas con corbatas que
presentaban temas de patos, perros cobrador dorado y con frecuencia
tonos vívidos de verde. Quizás mi parte favorita de su guardarropa
fueros sus zapatos —cuando estaba de traje, le puse zapatos de vestir
ortopédicos suecos, pero cuando se encontraba en la privacidad de su
oficina, usaba Birkenstocks con calcetines gruesos: un atuendo clásico
de Vermont”.
Para Reitman, la porción de rodaje en Washington fue “un encanto.
Hicimos un tour por la ciudad y tuvimos la oportunidad de subirnos al
tren subterráneo que conecta a todos los edificios del congreso. En
términos generales, nos dieron la bienvenida con los brazos abiertos.
Excepto el día que detuve a nuestro gerente de locaciones frente al
edificio erróneo y comenzamos a tomar muchas fotografías. No pasaron más
de dos minutos cuando nuestro gerente se vio rodeado de hombres en
chalecos antibalas y gabardinas. Tuvimos que dar una buena explicación.
Nuestro gerente de locaciones más tarde nos dijo que estuvimos muy cerca
de ser arrestados”.
“Una tarde”, continúa Reitman, “filmamos en el techo del hotel Hilton,
viendo hacia el Domo del Capitolio. Estaba sujetado por un arnés al
edificio, conforme hacía un toma con cámara en mano desde la orilla del
techo, como si fuera el punto de vista de un hombre a punto de
suicidarse. La escena no quedó en la película. Sin embargo, un reportero
local me tomó una fotografía colgado del edificio que alcanzó a estar en
la portada de la publicación Roll Call al día siguiente. Mi esposa no
estaba nada contenta”.
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