"EN SUS ZAPATOS"
de Curtis Hanson
EN SUS ZAPATOS
es la hilarante y conmovedora historia de dos hermanas que no tienen
nada en común, salvo que calzan del 8 ½. Cuando se trata de valores,
metas y estilo personal, Maggie y Rose Feller son tanto mejores amigas
como polos opuestos. A Maggie (Cameron Diaz) le gusta andar de juerga, apenas se pudo graduar de la preparatoria, cambia de trabajo como de calzones y cree que su más grande virtud es su atractivo físico. Su recurrente estado de desempleo la deja prácticamente desamparada, lo que provoca un ir y venir entre los sofás de sus amigos y familiares. Sin confianza alguna en su habilidad intelectual, atesora libros de belleza personal y tiene un talento innato en elegir los accesorios perfectos para cualquier ocasión. Graduada de la Universidad de Princeton, Rose (Toni Colette) trabaja para un importante despacho de abogados en Filadelfia. Su departamento decorado bellamente con ornatos de la preguerra es su refugio del mundo exterior. Debido a su perpetua inclinación por trabajar incesantemente, tiene constantes problemas de peso y nunca se siente a gusto con la ropa que usa. Su baja autoestima, con respecto a su aspecto físico, ha provocado que su vida en pareja sea nula. El único regocijo de Rose en la vida son los zapatos (porque siempre le quedan), pero desafortunadamente tiene muy pocas oportunidades sociales para sacarlos de su clóset. Después de una calamitosa pelea, las dos hermanas emprenden un tortuoso viaje hacia la verdadera apreciación mutua —ayudadas a lo largo del camino por el descubrimiento de la abuela materna (Shirley MacLaine), quien pensaron había fallecido. Gracias a ese reencuentro con su abuela, Maggie y Rose aprenden cómo hacer las paces consigo mismas y entre ellas. El magistral trabajo del director Curtis Hanson en películas tales como “L.A. Confidential”, “Wonder Boys” y “8 Mile”, pudo haber provocado que algunos consideraran al mundo femenino de EN SUS ZAPATOS una desviación para el realizador. Pero Hanson no lo ve de esa manera. “EN SUS ZAPATOS no es tan diferente a mis otras películas porque todos estos filmes son acerca de personajes que están luchando por descifrar qué es lo que están haciendo con ellos mismos y qué están haciendo con sus vidas; personajes que anhelan tener una relación humana y una familia”. La segunda novela de Jennifer Weiner, In Her Shoes, fue publicada en el 2002, y rápidamente escaló peldaños para colocarse en las listas de best sellers. Weiner recuerda: “Algunas de las preguntas que tenía cuando comencé a escribir el libro eran: ¿Cómo es posible que personas que vienen literalmente del mismo lugar, que crecieron en el mismo hogar, compartieron las mismas vacaciones y comieron la misma comida, terminaron siendo totalmente diferente, con intereses, actitudes y apariencias distintos? ¿Qué tienen en común todavía? ¿Cuáles son los vínculos existentes sin importar a dónde las ha llevado la vida? “En familias donde hay más de un hermano, existe con frecuencia el sentimiento de ser catalogado: tú eres el inteligente, el responsable, mientras que tú tienes problemas y vamos a tener que tener mucho cuidado contigo. Me parece interesante cómo esas etiquetas te ayudan y cómo te inhiben”. Cuando asumió la adaptación de la novela de Weiner, la guionista Susannah Grant (“Erin Brockovich”) se sintió atraída a la próspera pero dolorosa relación entre las dos hermanas. “La verdad es que la persona que mejor te conoce es la persona que más te puede lastimar”, explica. “Esa misma persona es también la que te puede ayudar más cuando estás dolida. Ese es el riesgo inherente de amar; pero el riesgo de no querer es mucho mayor porque se traduce en una soledad espantosa. Al principio, la gran mayoría de los personajes que aparecen en la historia están en un tipo de ‘foso de soledad’ —sufriendo del mismo aislamiento”. “Cuando leí el guión de Susannah”, comenta Weiner, “me di de topes porque había escrito cosas que a mí me hubiera gustado pensar. Capturó totalmente el corazón y alma de las hermanas”. “Lo maravilloso acerca de estas dos hermanas”, comenta Curtis Hanson, “es que, por un lado, son totalmente opuestas. Maggie es bella, pero piensa que es tonta. Rose es una persona tremendamente exitosa, pero piensa que es desagradable. Ahora bien, en realidad, son dos caras de la misma moneda. Están vinculadas a través de su mutua dependencia, a través del hábito y a través del amor. Y no es hasta que el trauma las separa que se ven obligadas a funcionar individualmente, lo que las libera y les permite seguir su propio camino y descubrir hasta cierto punto quiénes son verdaderamente”. A Carol Fenelon, socia productora de Hanson, le pareció interesante la manera en cómo el guión abordó las cuestiones de la autoestima. “Con mucha frecuencia sucumbimos ante la percepción de lo que otras personas creen que deberíamos ser”, comenta Fenelon. “EN SUS ZAPATOS explora el reto de sacarle el mayor provecho a lo que somos capaces de hacer —acerca de sentirse cómoda consigo mismo. Maggie y Rose terminan por darse cuenta que nunca es demasiado tarde para cambiar el camino que uno se ha trazado en la vida”. Al inicio de la película, Maggie ha destruido cualquier vínculo con su familia. Ha tocado fondo. “Maggie es como una niña”, comenta Cameron Diaz. “Parece ser fuerte y extrovertida, pero en realidad es una persona muy solitaria, materialista y egocéntrica. Para abrirse paso en la vida, solamente puede utilizar su sexualidad, su apariencia y su carisma. Eventualmente, se percata que todo esto se está desvaneciendo, y que, al relacionarse con gente que la ama, debe de adoptar un modo de vida distinto. Pero siempre se ha considerado la víctima. Nunca se responsabiliza por sus acciones, por lo que le es imposible entender cómo ha llegado a estar en una situación tan mala. Cuando Rose la corre de la casa, realmente no tiene amigos en quien recaer, ningún lugar a donde ir. Está desesperada y aterrada, y todo lo que hace se origina de ese miedo”. “Cuando conocemos a Maggie, es alguien que siempre toma pero nunca da”, comenta Carol Fenelon. “Pero durante su viaje, la tremenda capacidad que Maggie tiene para relacionarse comienza a emerger. A final de cuentas, es su habilidad para entender qué se siente estar ocupando los zapatos del otro lo que estimula su creciente deseo de darse a los demás... a su abuela, al profesor, a la anciana en la comunidad de jubilados y a Rose”. “La cosa con Maggie”, comenta Curtis Hanson, “es que incluso cuando está haciendo cosas espantosas e innombrables, cosas que nunca le harías a una hermana, crees que en su interior existe algo benévolo. Puedes darte cuenta que anhela ser considerada algo más que una simple cara bonita o la chica con el gran cuerpo. Te compadeces de Maggie porque te percatas de las inmensas ganas que tiene por hacerse de una vida propia y entiendes cómo su inseguridad lo hace muy difícil. Lo maravilloso acerca de la actuación de Cameron es la manera en cómo nos muestra cuán vulnerable Maggie es. Sin importar qué tan desagradable sea su comportamiento, hace que nunca dejemos de interesarnos por ella”. “Cuando cuento una historia de manera cinematográfica”, comenta Hanson, “intento alentar a que el público sienta lo mismo que el personaje; que, de hecho, se adentre en su mundo. En vista de que Maggie es un personaje desarticulado, sin ligadura emocional alguna, todas las escenas en las que aparece al principio de la película las filmé con cámara en mano. No quería que la audiencia estuviera consciente de ello, sino que quería que sintieran una indiferencia imparcial con respecto a Maggie, porque nunca se sabe hacia dónde va. Asimismo, como las dos hermanas, hasta cierto punto, están definidas por su aspecto, intenté utilizar, en cuantas escenas de Maggie me fue posible, un espejo o ventana que emitiera un reflejo porque el mundo de Maggie tiene que ver con lo superfluo; es su bella apariencia la que le ha permitido abrirse paso. Rose, por otro lado, evita totalmente los espejos hasta que se siente más segura de sí misma. Casi al final de la película, cuando ambas hermanas se ven entre ellas y a sí mismas más claramente, me pareció correcto montar la importante escena entre ellas dos en el baño, frente a un gran espejo”. Cuando aceptó interpretar el papel de Rose, Toni Collette también tuvo que aumentar 12 kilos. “Le imploré al cielo nunca más volver a tener que aumentar de peso para una película”, dice entre risas la actriz australiana, quien tuvo que subir 22 kilos para su segunda película, “Muriel’s Wedding”. “Pero Curtis tiene esta forma de salirse con la suya y acabé aumentando 12 kilos para interpretar el papel. Así que, una vez que Rose renuncia a su trabajo y comienza a enamorarse y, con ello, a convertirse en una persona más feliz, le afecta físicamente. Por ello, a mitad del rodaje, tuve que perder el peso a través de una dieta muy rigurosa. No creo volver a incurrir en este subir y bajar de peso nuevamente. Pero en el caso de EN SUS ZAPATOS, valió la pena porque esa parte de la vida de Rose realmente le afecta y la inhibe”. Desde hace mucho tiempo, Hanson había sido admirador del talento de Collette, en especial su habilidad camaleónica para transformarse completamente en los personajes que interpreta. “Toni toma lo que descubrimos durante los ensayos y después continúa escarbando en los recovecos más internos de su personaje. Cuando llega el momento de filmar, no tiene problema alguno para lograr la escena. Solían ser impresionantes los matices sutiles que le brindaba a su interpretación de Rose”. Collette explica que el “zapatolismo” de Rose es una parte importante del personaje. “No puede consentirse con ropa porque eso sólo le recuerda que está pasada de peso y que no le gusta su cuerpo”, señala Collette. “Pero los pies no crecen, así que los zapatos siempre le quedarán. Tiene zapatos en su armario, incluso algunos de ellos todavía en cajas. No han sido tocados; están en exhibición a puerta cerrada. Y, sin embargo, quizás y algún día serán utilizados. Son como Rose, quien es muy bella pero muy reprimida”. Si bien Rose parece no estar consciente de sus encantos al comienzo del filme, Simon Stein puede verlos claramente. Collette recuerda el interés de Simon por Rose: “A ella le parece un poco desagradable y también muy aterrador. Simon es un hombre gentil y tranquilo, el tipo de persona en el que no se fija la gente. En un principio, en realidad ella no está interesada, pero entre más lo conoce, más se percata cuán bella alma es. Simon le ayuda a Rose a reconocer sus maravillosas virtudes que ella nunca antes ha aceptado, y se da cuenta que Simon es realmente el amor de su vida”. Mark Feuerstein interpreta el papel de Simon, cuyo sentido común y amor por Rose hacen que ella encuentre a la postre la felicidad que siempre ha anhelado. “Simon es realmente un hombre muy sencillo”, comenta Feuerstein. “Le encanta la comida, el equipo de baloncesto de Filadelfia, las leyes, la política —y Rose. Y cuando finalmente logra que ella corresponda sus cortejos, hará todo lo que esté a su alcance para mantenerla a su lado. No entiende el deseo de Rose por vivir la vida de otro. Simon es práctico. Piensa que una vez que te das cuenta que ésta es tu vida y que está constituida por decisiones, más pronto podrás aceptar ese hecho en particular, y más feliz vas a ser”. “Cuando leí por primera vez el guión, creo haberme identificado con Simon porque tiene a una mujer en su vida que no está siendo totalmente franca con él, y yo he experimentado esa situación antes. Él y Rose están intentando conocerse y su reticencia lo hace muy difícil. Cuando se pelean y él le pregunta qué fue lo que pasó, ella no dice nada. En cambio, se cierra. Creo que todo aquel que haya estado en una relación puede sentirse identificado con ese problema de comunicación”. Maggie y Rose no son las únicas mujeres en la historia que terminan por evolucionar. El catalizador de su transformación —su abuela, Ella Hirsh— también experimenta cambios significativos. Ella tuvo una hija —la mamá de Maggie y Rose— que sufrió de depresión bipolar. Siempre ha sentido que le falló a su hija y teme que su muerte haya sido su culpa. Ella nunca se permite siquiera pensar en ello. Hanson indica, “si algo toca de manera constante en tu cabeza y no le abres la puerta, va a terminar por lisiarte. A lo largo de gran parte de su vida, esto ha lisiado a Ella. Para ella, es una gran bendición que sus nietas se hayan reincorporado a su vida, porque esto le permite reconciliarse consigo misma con respecto a las maneras en las que siente se quedó corta como madre. Pero solamente al hacer eso logrará reconciliarse con las maneras en las que fue buena como madre”. El papel de Ella estuvo parcialmente inspirado en la abuela de Jennifer Weiner, quien vive en una comunidad residencial para ancianos activos en Florida. “Siempre me pareció un lugar interesante para escribir una novela cómica debido a los rituales de amistad y la forma en como todo cambia”, comenta Weiner. “Cuando tienes dieciséis años, todo lo que quieres saber es si el tipo tiene coche. Cuando tienes ochenta, todo lo que quieres saber es si este tipo tiene coche...y si todavía puede manejar de noche. Es un lugar donde la gente está negociando su vida de nueva cuenta, como si fuera un nuevo inicio para todos. Es como un tipo de reinvención. Y Ella se está reinventando, así como lo están haciendo Rose y Maggie”. El papel de Ella lo interpreta la actriz ganadora del Premio de la Academia Shirley MacLaine, quien advierte que haber filmado EN SUS ZAPATOS en los antiguos Estudios Goldwyn “le trajo memorables recuerdos”. No solamente el hogar de Ella fue construido en el mismo foro donde filmó “The Apartment”, sino que la sala de ensayos que Hanson y el reparto utilizaron fue el camerino de MacLaine durante la producción de “The Apartment”, “The Children’s Hour” y “Irma La Douce”. Pero EN SUS ZAPATOS fue mucho más que una grata evocación del pasado para la legendaria actriz. “Para cambiar, también me dio gusto trabajar en una obra enfocada en los personajes”, comenta MacLaine. “EN SUS ZAPATOS realmente se dirige a un público olvidado. Un grupo de personas de cierta edad no tiene películas que ver; no les interesa lo que hay en pantalla, en la televisión. Quieren saber acerca de la gente, porque en el ocaso de sus vidas, también están intentando descifrar de qué están hechas las relaciones humanas —incluso la relación con uno mismo”. “En esta ocasión, estoy interpretando a la abuela de todo mundo, que me parece bien porque me permite personificar un papel en el tercer acto de mi vida”, añade MacLaine, con una sonrisa. “Nunca he interpretado un rol así, y puede ser amenazante porque es tan genuinamente sutil. Eso, además de una conversación con Curtis al principio de la preproducción en la que me señaló que quería una actuación muy contenida, me atrajo al proyecto”. “Ella vive en una comunidad donde todo es perfecto, muy adornado, limpio y placentero”, comenta MacLaine. “No le gusta enfrentarse a sus propios sentimientos o la sensación de haber sido excluida de la vida de sus nietas. No tiene a nadie y realmente no se preocupa por ella, así que su aspecto es hasta cierto punto un disfraz”. “Estaba emocionado con la posibilidad de que Shirley MacLaine interpretara a Ella”, comenta Hanson. “Es una maravillosa actriz con una personalidad muy intensa. ¿Qué pasaría si trajera ese talento y personalidad a un personaje potencialmente colmado de sensualidad y vida que está encerrado por completo? ¿Un personaje que está ignorando sus propias necesidades mientras que sí está dispuesto a cuidar a otros? Está ayudando a estos ancianos como un medio para liberarse de su culpa y frustración con respecto a la manera en la que lidió con su hija. Su actuación necesitaba ser acerca de la represión. Pensé que sería un cambio emocionante para Shirley”. La inesperada llegada de Maggie a su puerta prueba ser una bendición para Ella, quien reconoce la capacidad de su nieta para progresar. “Con la ayuda de Ella, Maggie aprende cómo ser una buena persona”, comenta Cameron Diaz, “porque cuando llega a la casa de su abuela, está en un entorno donde la muerte es latente. Se percata que no puede seguir viviendo como lo ha hecho hasta ese momento porque de eso no se trata la vida. Al hacerse cargo de estos ancianos, también se familiariza con su propia compasión, que antes de eso había pasado básicamente desapercibida”. Curtis Hanson trabajó con los actores para ayudarlos a aportar su propia historia a sus respectivos personajes. “Para mí, con los actores todo estriba en la confianza”, comenta Hanson. “Cada actor viene a un proyecto al que le aporta su propia historia, y todos han sido engañados de una manera u otra. Se han encontrado en situaciones donde o no les dieron la libertad para realmente volar o no les dieron la orientación que necesitaban, o no compartían la visión con el realizador con respecto al personaje o la película. Mi meta es siempre intentar establecer una relación donde se pueda adquirir la confianza. La manera en como llegas ahí es diferente con todo actor. Shirley es muy diferente a Cameron, y Cameron es muy diferente a Toni, pero a final de cuentas el lugar al que intento llegar con cada una de ellas es, de hecho, el mismo; uno donde exista la confianza y la seguridad de que todos estamos juntos en el proyecto”. “EN SUS ZAPATOS es acerca de la gente”, continúa Hanson. “Es el tipo de película que alguna vez fue tema central en Hollywood y ahora se presenta en muy rara ocasión. Es una historia contemporánea de emociones y relaciones, poblada de personajes que el público podrá ver y decir, ‘Ése soy yo’”. “Es también una historia con temas universales”, añade Carol Fenelon. “Además de las mujeres, los hombres también responden a ella. EN SUS ZAPATOS es acerca de familias y del relacionarse con aquellos que para nosotros son más importantes. Existe un fuerte sentido de esperanza y optimismo. Es una película que le va a dar de qué hablar al público cuando abandone la sala”. ACERCA DE LA PRODUCCIÓN El rodaje de EN SUS ZAPATOS dio inicio en Los Ángeles antes de mudarse a Filadelfia y Delray Beach, Florida. El Diseñador de Producción Dan Davis, el Director de Fotografía Terry Stacey y la Diseñadora de Vestuario Sophie de Rakoff fueron colaboradores clave para transferir la visión de Hanson a la pantalla. Una cuidadosa atención al vestuario fue esencial para la autenticidad de la película. “Un guión como éste es todo acerca del personaje”, comenta Sophie de Rakoff, “y el guardarropa es una manera de resaltar al protagonista y ayudar a contar la historia”. Su reto más grande pudo haber sido su deseo por satisfacer la petición de los realizadores de que le diera valor a la realidad antes que al glamour. Su meta fue darles ambas. También necesitó modificar sus elecciones de vestuario para adecuarse a las paletas específicas de color elegidas para cada una de las dos locaciones en la historia: el hogar de Rose en Filadelfia y la comunidad de jubilados de Ella en Delray Beach, Florida. Para las escenas en Filadelfia, se esperaba que los tonos fueran similares a variaciones de los colores dominantes que adornan los edificios de la ciudad: ladrillo, verde oscuro, café y gris. En Florida, se esperaba que fueran tonos pastel que se encuentran en los edificios y en la vegetación de la comunidad de jubilados y en los alrededores del pueblo playero del sur de Florida. “Curtis es el director más comprometido con el que me ha tocado trabajar”, comenta de Rakoff. “Todo lo que hace es en absoluta referencia al punto de vista del personaje. Viene a cuanta prueba de vestuario se haga, y revisa y aprueba todas las fotografías. Es un proceso muy interesante”. Con el guardarropa de Maggie, el objetivo era enfatizar la inherente sexualidad del personaje con atuendos que fueran acorde a su inexistente presupuesto para comprar ropa. Dada la existencia peripatética de Maggie, fue también importante que toda su vestimenta cupiera en su gigante bolsa de basura que se convierte en su maleta. Sophie se dio a la tarea de encontrar piezas contemporáneas y económicas que pudieran ser fusionadas, unificadas y convertidas en combinaciones glamorosas. El tema recurrente en el guardarropa de Maggie son recursos limitados complementados por un ilimitado sentido de estilo, lo que prueba que la falta de ingresos no necesariamente trae consigo un estilo de vida carente de moda. Rose fue lo opuesto: recursos ilimitados con un limitado sentido de estilo personal. “Maggie y Rose tienen diferentes virtudes y debilidades”, indica de Rakoff. “Creo que la gran mayoría de las mujeres se identificarán con una o con la otra, porque representan dos polos opuestos dentro del espectro de la moda”. Entonces, desde luego, está la extensa colección de zapatos. “El clóset donde están los zapatos es como otro personaje”, dice entre risas la diseñadora. “Ambas mujeres tienen probablemente diez pares que repiten en ambientes distintos. Usan de todo, desde sandalias hasta Jimmy Choo, Nine West, Stuart Weitzman, Chanel y Christian LaCroix”. A dos de los sets principales de la película, el departamento de Rose y la villa de Ella, les dio vida el Diseñador de Producción Dan Davis, en un foro de Los Ángeles. “Si bien la idea para el hogar de Rose no está basada en un departamento específico”, comenta Davis, “es típico al tamaño en metros cuadrados y escala de los departamentos en el edificio donde rodamos las tomas exteriores. Empatamos una ventana de la sala de Rose con una del edificio en Filadelfia, además de que muchos de los detalles interiores eran muy similares”. Jennifer Weiner estaba sorprendida por la autenticidad del set cuando visitó Los Ángeles y observó el rodaje de una escena en la que aparecía Toni Collette. “Fue maravilloso”, recuerda la escritora. “Entré al foro y había una réplica exacta de un condominio que había visitado en Filadelfia. Cada detalle era exacto, hasta la ranura de la caja de correos”. Otras locaciones fueron encontradas en Florida, conde Ella Hirsh se ha retirado a una comunidad de “ancianos activos”. La parte del rodaje de Florida comenzó en la Estación de Trenes de Deerfield Beach. Construida en 1926, el histórico sitio fue la locación para la melancólica llegada de Maggie a Florida para encontrar a su abuela. En Abbey Delray South, una irregular y dispersa comunidad de jubilados en Delray Beach, los realizadores encontraron la casa de Ella; una villa ubicada en la periferia del espacioso terreno de la comunidad. Como Dan Davis señala, “La instalación tenía todos los elementos que estábamos buscando —villas, albercas, veredas, comedores y pasillos—, así como una apariencia perfecta. Tenía personalidad”. Después, Davis recreó un interior ficticio de la villa en un foro de Los Ángeles. Pero todos los exteriores y los espacios de la comunidad vistos en la película fueron filmados en locación. A muchos de los residentes que viven en Abbey Delray South les dieron papeles de extras en el filme. Previo a su llegada, la producción grabó a 400 ancianos cuyas edades oscilaban entre los 65 y 92 años de edad. Eventualmente, más de 300 de los residentes fueron utilizados como extras durante la filmación. Esto también sucedió en Briney Breezes, otra comunidad de jubilados situada en Boynton Beach, donde se montó la escena del baile para tomar el té. Muchos de los habitantes de Briney estaban fascinados con la oportunidad de mostrar sus habilidades como bailarines al lado de Shirley MacLaine. Hanson cree que los actores de la edad de oro —muchos de los cuales eran primerizos en la actuación— intensificó el realismo de estas escenas. |