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Diseñando, creando y
filmando el Infierno sobre la Tierra:
“El Cielo y el Infierno están aquí mismo, detrás de cada pared, de cada
ventana. El mundo tras el mundo. Y estamos atrapados entre medio.”
- John Constantine
Para crear el mundo
de Constantine, según lo veían los ojos de su director Francis Lawrence, se
necesitó la colaboración de un equipo de diseñadores de producción, trucos
de cine, efectos visuales y digitales, y las criaturas del estudio de Stan
Winston.
El mundo de Constantine es un lugar oscuro y cambiante. Visualmente, es la
definición propia del negro clásico, con escenas urbanas nocturnas, sombras
profundas, luces reflejándose sobre el asfalto mojado de las calles, humo
que sube en espirales. Todo filmado con tomas especiales y luz
expresionista.
-“La fotografía en general”- comenta Shuler Donner- “está saturada y es
hermosa, pero tiene grano. Evoca un período, aunque es totalmente
contemporánea.”
La conocida diseñadora de producción Naomi Shohan, recientemente ganó el
premio BAFTA (British Academy of Film & Televisión Arts). El director
Lawrence, impresionado por el aspecto natural que la diseñadora da a sus
trabajos (especialmente en la película dramática Training Day), encargó a la
diseñadora la responsabilidad de mostrar específicas de Los Angeles –“no
Beverly Hills, no Malibu, sin el centro de Los Angeles. Ella realmente
‘entiende’ a Los Angeles, su etnia y las texturas que tanto me gustan.
Inmediatamente nos entendimos.”
Junto a la administradora de Exteriores, Molly Allen, Lawrence y Shohan
deambularon por la ciudad en busca de lugares para la película. Entre los
lugares elegidos estaba el club nocturno Hacienda Real, ubicado en los
sótanos del edificio céntrico Eastern Columbia, que data de los años 30.
Dicho edificio, ubicado en el distrito de comercios y teatros, hizo las
veces del bar subterráneo de Midnite. El lugar está ambientado en colores
rojos, y decorado con madera tallada, y detalles de bronce.
Otros lugares que se usaron en la película son: el mercado de la calle 5th,
cuyos interiores y exteriores se utilizaron para hacer el negocio de licores
en el cual el Padre Hennessy y Balthasar tienen su última pelea; el hospital
St. Mary en Long Beach, que hizo las veces de Ravenscar; y el Parque de la
abadía Angeles Memorial en Compton, que se usó como la oficina de Midnite y
como caverna de reliquias. La abadía fue construída en 1923, y su interior
tiene decorados con rejas de metal y mármol tallado. Shohan y su equipo
agregaron más esculturas, tapices, objetos de arte, reliquias y una
colección especial de armaduras y armas antiguas, para representar la
imponente colección de Midnite.
El departamento que habita Constantine, es inusualmente largo y angosto, y
fue ambientado en un lugar ya familiar para Lawrence: el edificio Giant
Penny en Broadway, en el centro de la ciudad. Se tiraron abajo las paredes
interiores de las oficinas del piso superior del edificio, para obtener un
ambiente largo y con ventanas alineadas. Tenía mucho potencial como el
hogar/base de Constantine. El le mostró el lugar a Shohan, quien le agregó
persianas de metal a las ventanas, y botellas de agua bendita alineadas
junto a las paredes, cosa que Constantine guardaba como constante
protección.
Se utilizaron seis de los estudios de Warner Bros. durante la producción,
para construír escenarios tales como la habitación de hidroterapia del
hospital, en donde se ocurren grandes luchas entre las fuerzas del bien y
del mal. También se hizo una réplica de una sección de la carretera 101, que
ocupaba aproximadamente 22mil pies, y que tomó ocho semanas en ser
construída.
Basándose en la premisa del director, de que el Infierno y el Paraíso
existen en dimensiones paralelas, y que cada lugar de la Tierra tiene un
espacio recíproco en el Paraíso y en el Infierno, Shohan explica: -“imaginé
que la transformación dantesca de cualquier paisaje mostraría cataclismos
constantes y cambiantes, explosiones, derrumbes, voladuras, incendios y
putrefacción. Por suerte Francis y yo estuvimos de acuerdo en que, el modelo
ejemplar del Infierno por excelencia en Los Angeles, tenía que ser una parte
de su súper carretera.”
Para confirmar que Isabel, la hermana de Angela, tiene vida en el otro
mundo, Constantine debe visitar el Infierno. El comienza su jornada en el
departamento de Angela. En el instante mismo en que pasa de un mundo al
otro, Constantine se encuentra en una versión destruída del departamento de
Angela, y desde allí él trepa al nivel de la calle y luego a la autopista.
Allí sopla un viento infernal, que hace revolotear las cenizas, y aviva el
fuego y el caos por todo el derredor. –“Es imposible una imagen mejor que la
de Constantine caminando por el centro de la súper carretera 101 del
Infierno”- dice Lawrence, y luego bromeando agrega –“la mayoría de la gente
que vive en Los Angeles piensa que la ruta 101 ya es el Infierno.”
La carretera fue diseñada de manera que se vea exactamente como la
verdadera, con las mismas medidas legales, a excepción de una de las líneas
para autos que de 10 pies se achicó a 8. También, se hicieron tres filas
para autos en vez de cuatro.
-“Los guardarieles, las divisiones, los postes de luz y las señales fueron
todos construídos según las regulaciones vigentes para autopistas”- confirma
Shohan -“La superficie es de concreto sobre armazones de madera, y las
divisiones están hechas de concreto sobre bases de esponja.”
Entre los detalles más impresionantes que se muestran, hay aproximadamente
40 vehículos, destruídos y amontonados, en distintos estados de
descomposición. Shohan explica: -“Los autos son autos chocados comprados a
coleccionistas. Queríamos determinados modelos de autos por su forma
particular. Los cortamos, y les cambiamos las formas con esponja para
escultura, ya que debían verse como autos del infierno. Les agregamos
alambres y estalactitas hechas de esponja, para que parecieran metal
fundido. Luego los autos, se recubrieron con pedazos de latex y cáñamo, para
darle la apariencia de piel con raíces y venas creciendo desde allí. Por
último se envejeció todo el escenario, con toques de herrumbre y marrón,
para que se viera como un lugar de desperdicios, putrefacción, y constante
transformación diabólica.”
En completa coordinación con Shohan, para utilizar estos escenarios como
base y punto de partida, el Supervisor de Efectos Visuales Michael Fink, los
copió y amplió digitalmente. Los autos chocados fueron remodelados en el
ordenador, para que cada uno pudiera ser erosionado o volado por los aires
por el terrible viento. También demonios y almas perdidas creados
digitalmente podían moverse alrededor y a través de ellos. Fink describe el
aspecto que él meticulosamente quería mostrar como:- “un medio-ambiente
desolado, como lo que sería el paisaje en un lugar en el que explotó una
bomba nuclear, pero en vez de durar segundos, dura para siempre.”
Finks fue supervisor de efectos visuales desde principios de 1980, para
películas de gran categoría, como la película que en 1992 le dio una
nominación para el Oscar, Batman Returns. Más recientemente Finks supervisó
los efectos de las exitosas películas X-Men y X2, en las que colaboró con la
productora de Constantine, Lauren Shuler Donner.
Craig Hayes, supervisor de efectos visuales del estudio Tippett en
California del norte (The Matrix Revolutions, Hollow Man), dirigió un equipo
de artistas que reemplazó las pantallas verdes de los escenarios, con
elementos fotográficos de diseño digital. El los llama “efectos fluídamente
dinámicos”. Son objetos injertados en imágenes ya existentes, y sirven para
“crear basura, polvo, escombros, rocalla, para quemar palmeras, y en sí,
para hacer el paisaje infernal de Los Angeles.”
Además de ampliar y mejorar las devastadas carreteras de la ciudad, la
película requería panoramas realistas de Los Angeles versión Infierno,
panorama que debía extenderse hacia todas las direcciones, - “comenzando en
Hollywood, pasando el edificio de Capital Records a la derecha, todo el
camino hasta el centro de la ciudad”- relata Finks – “todo debía verse como
es en realidad, pero permitiendo que las maquetas en escala tuvieran
detalles que realzaran el sentido de drama.”
Trabajando conjuntamente con Fink, Shohan, y Francis Lawrence, estaba el
director de fotografía, ganador del Oscar, Phillip Rousselot (A River Runs
Through It), maestro en capturar los distintos ánimos a través de la cámara.
Rousselot tiene más de 30 años dentro de la industria del cine, tanto en su
Francia nativa, como en los Estados Unidos. Entre sus trabajos se incluyen
Interview With The Vampire en 1994, y Big Fish de Tim Burton. La prioridad
del camarógrafo es buscar nuevos desafíos.
-“Siempre busco cosas nuevas, distintas, y cuando algo como esta oportunidad
llega, algo que yo nunca antes ví o pensé, me inspira”- dice Rousselot.
Mucha de las composiciones visuales y la elección de los estilos, se basaron
en las revistas de historietas originales de Constantine. Rousselot explica
que él incorporó –“muchas tomas con gran –angulares, altos y bajos, el tipo
de perspectiva extrema que se ve frecuentemente en las historietas. Yo creo
que era muy importante mantener esa perspectiva. En cuanto a la luz, jugué
mucho con los contrastes y colores, utilizando abundantemente los verdes
profundos y los naranjas.” Rousselot tuvo mucho cuidado en no copiar
exactamente el estilo de los cómics, utilizando en vez un efecto subliminar,
inspirándose en varias fuentes, incluyendo una serie de fotos de Cuba, que
Lawrence le mostró. –“Uno no puede transferir páginas a imágenes que se
mueven. Se trata más bien de dar una idea general de la novela gráfica.” Las
imágenes del Cielo y el Infierno tienen la misma sutileza.
Se evitaron las tradicionales luces y sombras. Rousselot optó por la luz
natural, basándose en el deseo del director Lawrence de “mantener la luz
natural y simple.” Sin embargo simple no necesariamente quiere decir poca,
como lo muestran las luces puras que se utilizaron, por ejemplo en la escena
de Constantine en el Infierno. Se utilizaron más de 60 lámparas colgadas del
techo del galpón de filmación Stage 21. Las luces podían moverse libremente,
según soplaba el viento que creaban siete ventiladores industriales, que
estaban a lo largo de un costado del escenario de la ruta. El movimiento
irregular de las luces dio a la escena un increíble toque dramático. Otro de
los trucos de Rousselot, fue correr paralelamente a las cámaras de
filmación, especialmente durante los primeros planos, con un largo palo con
una lámpara de papel encendida colgando de él. Esa luz, al reflejar por
ejemplo sobre Keanu Reeves, le dio un toque especial que permitió al
director de fotografía capturar el efecto deseado.
Otra de las escenas que requirió de la experiencia del camarógrafo, fue en
el baño, en donde Rachel Weisz, como Angela, es sumergida bajo el agua por
Constantine, para que pueda ir al otro mundo. –“Queríamos poder mostrar lo
que veía Angela desde bajo del agua, cuando ella abre los ojos y mira hacia
arriba. Pero no había suficiente espacio en la bañadera, por lo que tuvimos
que filmarlo a través de un espejo”- explica Rousselot. Agregar un espejo a
la mezcla, aumentó la dificultad de la toma, dado el potencial de reflejos.
Además el agua, no sólo reflejaba la luz, sino también las imágenes.”
Demonios, Semi-Demonios y Seplavitas:
“Cuando era niño, podía ver cosas. Cosas que los humanos no deberían ver” -
John Constantine
El mundo que ve Constantine, está lleno de semi- demonios que viven entre
los humanos. Para el resto de la gente, ellos parecen personas normales, ya
que no pueden ver sus horribles caras verdaderas – las cuales los semi-demonios
pueden transformar a voluntad -, ni darse cuenta de quiénes son.
Mientras tanto, en el Hades mismo, demonios y seplavitas (come-almas)
merodean los desolados alrededores. Seplavitas son una sub-especie
demoníaca, presentada en la película como carroñeros sin ojos y sin almas,
que se guían por su sentido del olfato para perseguir y comerse a las nuevas
presas del mundo subterráneo. No es raro que para representarlos, el
director se haya inspirado en fotos de cadáveres descerebrados.
-“Era una imagen apestosa”- dice Lawrence – “quise darles a los seplavitas
un toque humano, porque no son completamente monstruos. Alguna vez fueron
humanos. Pero ahora no tienen alma, ni cerebro, ni ojos, sólo agujeros de
nariz y bocas, cuerpos larguiruchos medio doblados, que se arrastran para
conseguir comida”. Y en eso, son insaciables.
En la película hay cientos de seplavitas. Todos son reproducciones de un
títere prototipo original, creado por la conocida empresa titiritera Stan
Winston Studios. John Rosengrant (Terminator 3: Rise of the Machines) fue el
supervisor de los efectos de las criaturas. Basándose en dibujos de
Lawrence, Naomi Shohan y el director de conceptos artísticos de Stan Winston
Studios, Aaron Simms, diseñaron en ordenador el primer carroñero del
Infierno. A partir de ese punto, Rosengrant cuenta: -“ya teníamos la base de
la figura como para comenzar a hacer las esculturas. Les pusimos poros,
textura y arrugas, y luego hicimos un molde. Más tarde lo montamos sobre una
estructura con articulaciones, que tenía movimientos mecánicos para operar
la cabeza. Le dimos una terminación de piel de silicona muy realista.” Armar
el títere completamente, requirió el trabajo de 7 técnicos y 12 pies de
cable, para operarlo.
Rosengrant, señalando al grotesco monstruo que tiene un mecanismo que lo
hace respirar e hincharse rítmicamente, dice: -“¿no es horrible?”
El prototipo aparece en las tomas de primeros planos durante la película. El
y otros modelos de demonios, también creados en los estudios Stan Winston,
sirvieron al equipo de Craig Hayes, de los estudios Tippett, para reproducir
toda una horda.-“Los escaneamos para crear réplicas en el ordenador, los
pintamos y los pusimos a actuar, a volar, a correr, o a saltar sobre autos”-
dice Hayes-“llega un punto en la película en que el aire es denso, de tantos
demonios que hay.”
El maquillaje y el vestuario: La Alimaña y otros desafíos
La visión del infierno, es un panorama desolado y deteriorado de nuestro
propio mundo. Sus habitantes, se ven exactamente como se veían en el momento
en que entraron allí, aunque similarmente deteriorados.
La vestuarista Louise Frogley (Traffic, Spy Game) mostró perfectamente el
concepto del director Francis Lawrence, de que la gente se va al Cielo o al
Infierno en la ropa que están usando al morir. Al ir al Averno, la ropa se
ensucia y se arruina. Allí no hay agua, por lo que nada puede lavarse, y
todo se ensucia, se reseca, se quiebra y se rompe. Y la gente también.
Para obtener ese aspecto, Frogley y el supervisor de vestuario Robert Q.
Mathews, hicieron que toda la ropa fuera “lavada con piedras” (como el
proceso que se les hace a las ropas de jean), para sacarle su aspecto nuevo,
y que parecieran gastadas. Luego, los especialistas en telas las
envejecieron aún más, aplicándoles gasas deshilachadas finas, pelo enredado,
relleno de poliéster, y latex líquido. También aplicaron distintos tipos de
tierra, para que pareciera polvo depositado y mugre. Después pusieron todo a
secar, hasta que quedara bien reseco. Cada prenda tuvo un proceso de 48
horas para darle este terminado.
Frogley trató de acomodar la personalidad de cada personaje al vestuario:
–“Midnite es colorido, casi chillón. Chas en vez, es joven y tranquilo,
mientras que Rachel tiene una apariencia atlética, profesional, y no
abiertamente sexy. Constantine por su lado es clásico, serio, despierto,
bien masculino, definido en blanco y negro.
Frogly resaltó los elementos negros en el aspecto y las maneras de
Constantine. “Dejé ver la influencia de la moda inglesa de 1960. Utilicé
para su vestuario un impermeable de esa época. Su apariencia es delgada y
compacta, lo que le permite moverse con la gracia propia de él.”
Dado que el personaje de Reeves requería escenas de mucha acción – inclusive
varias con lluvia y agua, Frogely tuvo a mano 25 impermeables iguales para
Keanu Reeves, y 50 pares de zapatos.
Para la aparición de Gabrielle, Frogley preparó un traje ricamente
confeccionado, el cual Swinton dice que le da el aspecto de - “de
representante de la casa de remates Sotheby, eso sí” –agrega la actriz-
“tengo un hermoso par de alas. Pienso que todas las chicas deberíamos
tenerlas.”
Frogely y su equipo, en conjunto con los Estudios Stan Winston, crearon el
vestuario para el repugnante monstruo que ellos llaman “La alimaña”. Es un
monstruo con forma semejante a la humana, que ataca a Constantine en la
calle, y luego explota y se vuelve pedazos que se transforman en serpientes,
cucarachas y escorpiones. La vestuarista comenta:-“Mike Fink tuvo la idea de
que la tela fuera de termitas. Nuestra diseñadora de telas, Marieta Lange,
estuvo meses desarrollando muestras para Mike y Francis. Finalmente hicimos
algo con piel, gasa y lana. Le pusimos lentejuelas, mostacillas, plumas,
pelos e insectos. Honestamente, el resultado fue “completamente asqueroso.”
El famoso maquillador Ve Neill, ganador de múltiples premios de la Academia,
(Beetlejuice, Mrs. Doubtfire, Ed Word) se juntó al equipo de producción,
complementando el vestuario de Frogley, y trabajando muy de cerca con el
equipo de efectos visuales de Stan Winston. El dirigió un equipo de 15
maquilladores, que realizaron los maquillajes de los actores, en una gama
que iba desde “tenue” a “una pesadilla”. Ellos dieron el aspecto a los
humanos, a los semi-ángeles y a los semi-demonios para varias batallas.
También dieron el aspecto de enfermo que Constantine tanto trataba de
ocultar con su actitud y sus acciones.
La escena en especial, del encuentro de Constantine, Chas y una gran
cantidad de demonios, en la habitación de hidro-terapia del hospital
Ravenscar, fue un verdadero esfuerzo conjunto, tanto de los actores como del
equipo de producción. A las 3 de la mañana, comenzaban a llegar los dobles
de acción, para que les dieran su aspecto aplicándoles prótesis bajo el
maquillaje. En otro camarín, iba preparándose un gran grupo de actores que
esperaban el momento en que sus falsas caras humanas se derretirían, para
revelar su verdadera cara de semi-demonio.
En cuanto a la progresión de la enfermedad de Constantine, cáncer terminal,
Neil cuenta que –“el detalle de la poca luz en los escenarios, dan un tono
amarillo-verduzco pálido a las paredes, lo cual hace que Keanu se vea
cetrino y enfermo”. Neil trató de evitar que Reeves –“se viera muy terrible
al principio, para no quitar futuras posibilidades. Por eso traté de que
sólo pareciera levemente enfermo. Hacia el final de la película, Keanu
comienza a desmejorar cada vez más, no sólo por el avance de su enfermedad,
sino por todos los golpes que se supone recibe, y por la fatiga que debería
tener tras las luchas. Por eso su maquillaje cambia.”
Dobles y batallas
“Un demonio acaba de atacarme en Figueroa, en plena calle”
- John Constantine
-“Una acción repetida en la película es abatir al héroe, y ver si puede
volver a levantarse”- comenta bromeando amargamente Reeves, sobre el aspecto
físico de su papel. –“Cada vez uno puede ver a Constantine pensando ‘Ok,
¡aquí vamos otra vez! A lo largo de la película, me ahorcan, me estrangulan,
me aplastan, y me patean por todos lados. En verdad fue muy divertido.”
Constantine vuelve a reunir a Reeves con el coordinador de dobles R.A.
Rondell, quien ya había trabajado con él en las películas The Matrix
Reloaded y The Matrix Revolutions. Inclusive había trabajado mucho antes con
él en 1991, en Point Break. Reeves tiene profunda admiración por Rondell y
su equipo. A su vez, Rondell admira la capacidad atlética y la ética del
actor: -“El nivel de participación de Keanu es alto y consistente. Para un
coordinador de dobles, eso es una bendición. En general podemos hacer casi
todo con Keanu, llevar todo al límite de lo que un actor es capaz de hacer.”
Al respecto Reeves piensa que, mientras más partes pueda actuar
auténticamente él, mejor.
-“En vez de cortar y que otro tome mi lugar, hacer estas escenas riesgosas
me permite adentrarme aún más en el personaje. En los momentos de peligro,
es cuando más se deja ver su vulnerabilidad.”
Para John Constantine, el peligro se esconde detrás de cada puerta o en cada
rincón: debe realizar violentos exorcismos, pelearse a trompadas con los
demonios, e inclusive ser arrojado a través de las habitaciones como si
fuera una bola de algodón, o colgar cabeza abajo, por los poderosos soplidos
de la semi-angel Gabrielle.
La escena de más acción, y también la más compleja, es una pelea en la que
aparecen Constantine y Chas, peleando contra una legión de semi-demonios, en
una habitación del hospital Ravenscar. La orquestación logística de la lucha
fue un gran desafío, ya que los trucos debían hacerse entre un laberinto de
cables colgados de techos muy bajos, en un lugar muy limitado, en donde
debía actuar demasiada gente. Además Francis Lawrence quería filmar la
escena de una sola vez- un estilo de toma con la cual Rondell estaba
completamente de acuerdo. –“Todo debía fuír de manera pareja, con buena
cadencia, sin quebrar la acción”- comenta el coordinador de dobles. La toma
requería una docena de dobles, que volaban por los aires, mientras que otros
se lanzaban al aire también, y peleaban simultáneamente por debajo de ellos.
Lawrence pudo lograr la escena que había imaginado.”
La actriz Rachel Weisz, en el papel de la intrépida detective policial
Angela, tuvo también su parte de acción peligrosa. Weisz tuvo que forcejear
con Reeves, que la debía mantener bajo el agua. Rondell advirtió a los
actores sobre lo engañisco de la acción, que podía tornarse mortal si alguno
de los actores confundía la actuación con el verdadero instinto de
conservación de vida. Todo dependía de algunas señales pre-arregladas y del
instinto de Reeves.
En otra escena, Angela lucha por su vida en la pileta de hidroterapia del
hospital. Weisz cuenta:-“Me metí allí y me golpeé la cabeza contra el fondo.
Cuando terminamos de filmar todas las escenas en el agua, yo tenía moretones
por todo el cuerpo, que me duraron semanas, pero por suerte, nada roto.”
Hasta Shia LaBeouf tuvo su parte de acción. El luchó contra los semi
–demonios, y sobre ellos Rondell cuenta: -“Lo pusimos en un arnés, y lo
hicimos volar a través del techo, y luego debía caerse al piso. Al principio
lo hicimos con un doble, y preparamos un techo y un piso blando para la
escena. Pero después lo hizo Shia mismo. Es impagable ver al actor mismo
hacer sus propias escenas peligrosas.”
Pero Rondell no paró allí. El no estuvo satisfecho hasta que pudo poner al
director mismo en un arnés, para que tuviera una visión “a vuelo de pájaro”,
sobre el escenario.
-“No era un truco para una escena de acción”- aclara Lawrence con modestia-
“yo simplemente hice el recorrido que haría la cámara, desde un punto alto,
en donde se mueve la plataforma. Me alzaron con cables y me hicieron volar a
través de la habitación. Fue muy divertido.”
El arsenal de Constantine: agua bendita y super balas
Constantine utiliza un variado arsenal para defenderse de los entes que el
atacan durante su trabajo. Estos distintos objetos, lo mantienen vivo. Entre
ellos hay botellas con agua bendita, amuletos y piezas religiosas.
La mayoría de estos elementos, se los consigue su amigo Beeman, erudito
historiador, que los encuentra a través de un cartel de truque, entre
agentes clandestinos alrededor del mundo. Beeman puede conseguir cosas tan
raras como fragmentos de piedra del camino a Damasco, partes de la bala del
atentado de asesinato del Papa, un escarabajo chillador de Amityville, un
retazo de la mortaja de Moisés, variadas cruces y símbolos religiosos,
bendecidos por altos clérigos de todas las épocas, y mucho más. Quizás el
más exótico y misterioso de todos los objetos, sea un frasco que encierra el
altamente inflamable respiro de un dragón. Ese elemento, es capaz de
producir y arrojar una llama abrasadora de 3 metros de largo.
Kirk Corwin, experto utilero, al igual que Beeman el personaje de la
película, juntó esa cantidad de objetos de una manera más usual. Sin
embargo, se valió de extensa investigación histórica, y especialmente
estudió profundamente el idioma latín clásico, ya que la mayoría de los
objetos anti-demoníacos tenían alguna inscripción en la antigua lengua.
Un pieza en especial es el orgullo de Corwin, entre toda la colección de
objetos exóticos que se muestran en la película: la pistola santa de
Constantine, supuestamente construída a partir de un crucifijo hueco,
adaptado para hacer un arma de fuego, cuyo disparo puede vaporizar a los
peores demonios, y hacerlos volver al Infierno.
Sin duda, la pistola es el objeto de utilería más complicado de la
producción. El arma debía disparar una serie de balas, manteniendo el
aspecto de una de las reliquias de la colección de Beerman. Corwin comenzó
por buscar pistolas verdaderas. Encontró una en especial, de nombre “Street
Sweeper”, que podía servir excelentemente como modelo. El trabajó junto a
Lawrence y Shohan para refinar su apariencia. Entre todos decidieron que la
apariencia del arma debía basarse en dibujos de Leonardo Da Vinci.
Una vez diseñada el arma, el utilero especialista tenía que armarla y
hacerla funcionar. Armó dos pistolas que disparaban de verdad, otras dos
réplicas de plástico, y otras cuatro más de goma, para los ensayos.
Ocho artesanos, tardaron aproximadamente unas siete semanas en construírla,
y el resultado fue un arma brillante y temible, hecha de bronce y oro. Se le
hicieron inscripciones grabadas en latín: “a cruce salus” (de la cruz viene
la salvación), “decus it tutamen” (un adorno y una vía de salvación) y “dei
gratia” (por la Gracia de Dios).
Keanu Reeves estaba tan impresionado con el arma de fuego, que ordenó otra
para regalarle a Frances Lawrence, al terminar de filmar.
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