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En una salvaje y
primitiva América, 500 años antes de la llegada de Cristóbal Colón a sus
costas, se libra una batalla épica entre el amor y el odio que cambiará
el destino de un hombre y el futuro de una nación: CONQUISTADORES. Esta
saga de acción y aventuras recrea una de las épocas más fascinantes,
pero nunca antes vista, en la historia de la humanidad —cuando barcos
“dragón” vikingos, provenientes de las misteriosas tierras escandinavas,
arribaron de la nada para invadir a una Norteamérica virginal. Inspirada
por descubrimientos históricos, pero creada con la magia y el estilo de
una novela gráfica moderna, CONQUISTADORES cobra vida en lo que resulta
ser experiencia cinematográfica llena de acción intensa y original.
La historia de supervivencia comienza cuando un niño vikingo se
convierte en el único sobreviviente de un naufragio, después de que su
clan escandinavo saquea un pueblo costero de Norteamérica en búsqueda de
esclavos. A pesar de su cabello rubio y extraño idioma —y con la
preocupación de que el mal siempre seguirá al niño dondequiera que
vaya—, la criatura de 10 años de edad es adoptada por los indios nativos
Wampanoag, quienes lo crían para convertirlo en un hábil cazador y
guerrero.
Pero quince años después, el pálido joven, conocido por su tribu como
Ghost (KARL URBAN), todavía está intentando escapar de su pasado. Ahora,
una vez que los vikingos regresan a América para azotarla de nueva
cuenta, llevarán a cabo un ataque bárbaro que aniquilará la querida
tribu de Ghost y pondrá en peligro a la mujer que ama (MOON BLOODGOOD).
Una vez más un sobreviviente en fuga, y sediento por vengar la sangre,
Ghost queda bajo el liderazgo de Pathfinder (RUSSELL MEANS), un poderoso
chamán que predice el inesperado destino del iracundo joven: el hombre
que se ganó a pulso su condición de héroe para librar una batalla
individual en contra de los vikingos y convertirse en el salvador de su
gente.
PRIMER CONTACTO: LA HISTORIA DE CONQUISTADORES
La evidencia forense más reciente sugiere que siglos antes de que
Cristóbal Colón naciera, barcos de guerra vikingos, provenientes del
norte de Europa, arribaron a las costas de América, y los infamemente
feroces exploradores escandinavos deambularon en lo que ahora es Boston
y la ciudad de Nueva York. Es una visión sorprendente de imaginar: los
vikingos intentando establecerse en tierras que los indios americanos ya
llamaban casa desde hace aproximadamente 25,000 años.
Conocidos por sus brutales y devastadores ataques, y ya acosados en
Europa, es factible que los vikingos andaban en búsqueda de tierras
nuevas y fértiles para conquistar, cuando se embarcaron hacia el Nuevo
Mundo por primera vez. No obstante, en América se toparían con su caída.
Nadie sabe a ciencia cierta qué fue de los vikingos que intentaron
establecerse ahí, pero en vez de florecer, desaparecieron y al poco
tiempo su civilización se tambaleó hasta colapsarse. Las sagas vikingas
hablan de batallas violentas con la gente que vivió en América —aunque
lo que realmente pasó cuando estas dos culturas guerreras se enfrentaron
sigue estando rodeado por un velo de misterio.
Es esta historia desconocida la que sobresale en CONQUISTADORES —una
historia de acción y aventuras que recrea el primer contacto explosivo
entre los vikingos y los indios Wampanoag de la costa este, a través de
una estilizada narrativa de venganza personal y redención.
“Siempre creí que la idea de vikingos e indios americanos juntos en un
mismo mundo, y el choque épico de culturas que pudo haber ocurrido entre
ellos, podía ser una gran historia para cine”, comenta Marcus Nispel,
director de la película. “Ahora bien, aunque siempre me han fascinado
los vikingos, en realidad nunca me han gustado las películas históricas.
Lo que me gusta son historias intensas de la supervivencia de un hombre
en contra de todos los pronósticos. Así que CONQUISTADORES no solamente
es acerca del conflicto entre los vikingos y los indios americanos, sino
también una historia perdurable acerca de un hombre que tiene que hacer
un cambio —desde buscar vengarse ciegamente a utilizar su cabeza para
salvar a su gente”.
La historia de CONQUISTADORES se originó no sólo con impactantes
descubrimientos históricos, sino con un película noruega de 1987 —Ofelas
(Pathfinder)—, nominada para el Premio de la Academia® a Mejor Película
Extranjera, que impresionó a la crítica con su propuesta evocadora y
onírica en el género de acción y aventuras. Situada en Lapland, la
película recreaba tanto la brutalidad gráfica como la magia mítica de
épocas antiguas, a través de la historia de un niño que sobrevive un
brutal ataque en su pacífica tribu y crece hasta convertirse en un
heroico líder. Los productores Mike Medavoy y Arnold W. Messer de
Phoenix Pictures quedaron tan impresionados con la película, que se
dieron a la tarea de conseguir inmediatamente los derechos para hacer
una nueva versión.
Durante un buen periodo de tiempo, Medavoy y Messer habían intentado
desarrollar el proyecto con diversas representaciones sin que hubiera
magia alguna, hasta que el equipo de productores se sentó a comer con
Marcus Nispel, un prometedor director que, después de haber obtenido
elogios por su innovador trabajo en comerciales y videos musicales, hizo
un debut cinematográfico promisorio con la exitosa nueva versión del
clásico de culto The Texas Chainsaw Massacre. Nispel le mencionó a
Medavoy y Messer su vieja idea acerca del choque entre vikingos e indios
americanos —y ésa fue la chispa.
“Marcus estaba muy apasionado con la idea de hacer una película con el
tema de la llegada de los antiguos escandinavos a Norteamérica, y
teníamos los derechos de Ofelas —así que de inmediato fue claro que
entre los dos hacían una pareja perfecta”, comenta Arnold Messer.
El productor ejecutivo Bradley J. Fischer añade: “Le habíamos dado
muchas vueltas a una serie de ideas distintas para ver cómo íbamos a
replantear la película original, y qué ideas nuevas podíamos aportar
para la nueva versión —pero invariablemente siempre terminaban
alejándose de lo que nos encantó de ella. Entonces vino Marcus y él
sabía exactamente como actualizar CONQUISTADORES. Dijo, ‘Tomas la
historia existente y la haces una aventura gráfica con vikingos e
indios’. Y quedamos impactados porque ésta fue la llave que abrió el
candado”.
Para Nispel, la película era una oportunidad para conjuntar todas sus
habilidades —desde ilustrar novelas gráficas hasta realizar una
producción rigurosa con un énfasis en la acción visceral. Nispel, ya
excitado por crear una singular experiencia cinematográfica, comenzó a
enfocarse en cómo iba a poder implementar su distintivo estilo en ella.
Estaba influenciado no sólo por Ofelas, la película original, sino
también por la última ola de épicas fantásticas y cualquier cantidad de
clásicos de acción acerca de la lucha de un solo hombre por la justicia
—pero sobre todo estaba entusiasmado por su propia visión, para hacer
que la película se viera y se sintiera como una espectacular novela
gráfica que tuviera como fondo dos culturas guerreras míticas.
“A final de cuentas, nuestra película es completamente diferente a la
película noruega original, pero me sirvió de guía para hacer una
película muy fascinante acerca de la época de los vikingos, y comenzamos
a partir de ahí”, comenta Nispel.
Nispel comenzó a colaborar con la guionista Laeta Kalogridis. Para
CONQUISTADORES, Kalogridis emprendió una intensa investigación que la
llevó a escarbar los restos de lo que se conoce acerca de los vikingos
en Norteamérica; un desconcertante rompecabezas histórico que todavía se
sigue armando. En 1960, siglos de conjeturas llegaron a su fin cuando
arqueólogos descubrieron un campo militar vikingo de 1000 años de
antigüedad en el pequeño pueblo de L’Anse Aux Meadows, en Newfoundland
—que probó sin lugar a dudas que los vikingos habían llegado a
Norteamérica. Desde entonces, la pregunta ha sido cuán lejos han de
haber viajado a partir de ese punto y cuáles fueron las consecuencias.
Las evidencias encontradas siguen siendo debatidas con fervor.
Con tantos misterios por resolver, Kalogridis y Nispel rápidamente se
percataron que iban a tener la libertad de utilizar bastante su
imaginación por encima de la información veraz.
“Una de las cosas que más nos interesaron acerca de la historia fue que
a donde fueran los vikingos, ahí se quedaban. América fue el único lugar
donde no lo hicieron. Parece que llegaron y les pusieron una buena
paliza. Así que, ¿qué pasó cuando se toparon con los indios americanos?
Esa era la gran pregunta sin contestar que atizó nuestras imaginaciones
y fantasías”, explica Nispel.
Kalogridis estaba especialmente intrigada por la manera en cómo el
conflicto entre estos dos antagonistas, con culturas igualmente
gloriosas, pudo haber impactado en un huérfano como Ghost, cuyo corazón
sufre un gran cambio cuando comienza a entender que es su obsesiva caza
por la sangre lo que provocará el fin de los vikingos. Kalogridis, que
se centró más en escribir impactantes escenas de batallas, de conflictos
y de la supervivencia en los elementos, que grandes cantidades de
diálogo, vio que la intensa acción de la película colgaba de un armadura
de temas fecundos.
“En realidad esta es una película acerca de la supervivencia frente a
condiciones imposibles y lo que significa ser parte de una cultura”,
comenta Kalogridis. “Siempre sentí que era especialmente crucial hacer
que la interacción entre Ghost y Pathfinder fuera la correcta, porque
eso es lo que hace que esta historia sea tan grande; hay muchos
conflictos adentro de Ghost conforme lucha por discernir quién es”.
Cuando Kalogridis comenzó a escribir todavía existía mucha controversia
con respecto a si los vikingos habían llegado a lo que se convertiría en
la costa este de los Estados Unidos; pero, notablemente, para cuando
terminó, la historia estaba cada vez más cerca de la leyenda. “Lo que
fue muy emocionante es que dos semanas después de que terminamos el
guión, leímos en la revista del Instituto Smithsonian que se había
descubierto nueva evidencia de la presencia de los vikingos en la costa
este de los Estados Unidos”, recuerda Nispel. “La noticia salió justo a
tiempo”.
Incluso, conforme la historia de CONQUISTADORES estaba en proceso de
escribirse, Nispel se enfrentó a la intimidante oportunidad de recrear
en pantalla una antigua tierra salvaje americana que nunca antes se
había visto en fotografías o pinturas —y para la cual no había un marco
creativo o de referencia genuino. El reto lo inspiró. Para sorpresa de
nadie, decidió tomar una propuesta inusual —reconstruir la época cuando
los vikingos, así como los indios americanos, vagaron por la tierra,
como si estuviera creando un reino de fantasía mítica extraído de un
libro de cuentos.
“En aquella época, Norteamérica era muy diferente a lo que conocemos
ahora; era básicamente un mundo desconocido”, explica el director. “La
fauna silvestre, los árboles y el ambiente pertenecían todos a otra
realidad, así que decidí que no íbamos a intentar contar una historia
concreta con CONQUISTADORES. En cambio, íbamos a hacer nuestra propia
versión de la mitología. Existen teorías acerca de esta época y hay
ciertas cosas que conocemos, así que partimos a raíz de ellas. Pero
principalmente le pusimos nuestra propia creatividad. A final de
cuentas, queríamos crear algo que fuera verdaderamente divertido y
emocionante para el público”.
KARL URBAN ES GHOST: UN HOMBRE ORIENTADO HACIA LA GUERRA
CON UN PASADO VIKINGO Y UN FUTURO AMERICANO
Una vez que comenzó la producción, Marcus Nispel se dio a la tarea de
encontrar un actor para interpretar al héroe de CONQUISTADORES —el
vikingo huérfano que crece para convertirse en el guerrero indio llamado
Ghost, y en un hombre dividido, listo para librar su propia e implacable
batalla en contra de sus brutales ex compatriotas. Nispel quería a una
personalidad nueva para Ghost, en vez de alguien que ya tuviera una
imagen muy definida. Después de haber visto a Karl Urban en papeles
secundarios en el exitoso thriller The Bourne Supremacy y en la épica
Lord of the Rings, Nispel quedó impactado cuando tuvo la sensación de
que estaba viendo a un futuro héroe de películas de acción. Era evidente
que Urban tenía toda la personalidad y ninguna desventaja de una
estrella taquillera.
“Estábamos en búsqueda de alguien que pudiera hacerte creer realmente en
nuestra historia de David contra Goliat”, explica Nispel. “Y cuando Karl
se presentó fue muy evidente que era un tipo que podía engrandecer todos
y cada uno de los elementos de esta historia. Como pintor, estaba
fascinado con su rostro y sus ojos, que tienen muchísima profundidad.
También sabía, obviamente, cómo utilizar una espada y montar a caballo,
así que no nos íbamos a llevar meses en entrenarlo. Igual de importante
fue el hecho de que no tenía ningún tipo de imagen vinculada a su
persona. Muchos actores jóvenes de renombre con los que platiqué para el
papel estaban preocupados que andar corriendo en un taparrabo podía
afectar su imagen —¡y yo no podía dejar de pensar en la tragedia que
hubiera sido si Peter O’Toole se hubiera sentido de la misma manera con
respecto al vestuario que tuvo que utilizar para hacer Lawrence of
Arabia! Con Karl ése no era problema alguno”.
Urban se sintió atraído al papel porque era muy diferente a cualquier
otra cosa que había leído. “Esta es una historia de acción y aventuras”,
indica Urban, “pero Ghost también es un personaje único y complejo. Al
haber sido víctima de un naufragio a una edad temprana y adoptado por
indios americanos, ha intentado asimilar y acoplarse a su cultura. Pero
hay algo dentro de él que simplemente no cambia. No es totalmente indio
y no es totalmente vikingo; está en algún lugar de en medio. En cierta
forma, él es el primer punto de fusión americano. Y ahora tiene que
enfrentarse a sus demonios pasados —casi literalmente— para probar su
lealtad y su valía, tanto a él como a su nueva gente”.
Urban se sentía especialmente atraído a la naturaleza valerosa y
primitiva del papel —una que lo llevaría a las formas más feroces de una
batalla sin tregua y a los terrenos más sombríos del corazón dividido de
un guerrero. “Me gusta que el personaje sea un sobreviviente nato”,
continúa. “A lo largo de la película, Ghost es cazado y perseguido de
manera implacable, y tiene que superar esta ardua prueba que sufren su
cuerpo, su voluntad y su alma. Al final, la historia trata de cómo se
transforma en un auténtico guerrero —y en un hombre digno de su
cultura”.
Para adentrarse más en su papel, Urban no sólo tuvo que familiarizarse
con las tradiciones vikingas sino también con las primeras culturas de
los indios Wampanoag, que, además, le fascinaban. “Una de las cosas que
me llamaron la atención de esta película fue la oportunidad de entender
mejor la cultura india americana, porque sentía un auténtica afinidad
con ellos”, comenta. “Fueron la gente del alba, las primeras personas en
América y tenían una perspectiva tan holística de su lugar en el mundo y
de cómo funciona todo. Creo que es una visión que el hombre
contemporáneo podría tomar a pecho”.
También pensó mucho en los ideales que hacen a un verdadero guerrero.
“Uno de los temas de la película es que no puedes ganar simplemente
utilizando tu furia ciega para lidiar con tu enemigo”, señala. “Tienes
que utilizar tu intelecto. Tienes que conocer a tu enemigo hasta la
médula y descifrar cómo usar sus propias debilidades en su contra”.
No obstante, nada podía preparar a Urban para los intensos retos físicos
que tendría que enfrentar como Ghost, desde escalar tremendamente
empinados y peligrosos peñascos hasta librar combates en contra de un
salvaje armamento vikingo. “Esta fue, por mucho, la película más
agotadora y peligrosa que he hecho”, admite. “Desde el primer día, sabía
que todo el tiempo iba a estar involucrado en un lucha constante y
penosa contra el dolor y las lesiones, pero, al igual que Ghost, estaba
decidido a hacer mi trabajo sin que nada ni nadie me lo impidiera”.
Incluso a pesar de que Ghost queda devastado físicamente por sus
batallas, sus sentimientos han cambiado y se han vuelto cada vez más
intensos hacia su camarada de combate, la mujer india americana Starfire,
interpretada por Moon Bloodgood. Urban ve su historia de amor, que se
desarrolla en medio de la violencia y el caos, como un punto decisivo en
el desarrollo de Ghost. “Creo que Starfire es una pieza fundamental al
momento de salvar a Ghost de ese viaje de furia ciega que ha
emprendido”, comenta Urban. “Ella le muestra que puede hacerse de otra
manera, y le hace ver que puede optar por una decisión distinta. Moon
realizó un trabajo fantástico al momento de interpretar a una mujer
valiente, inteligente y femenina, que también es guerrera y líder”.
En el set, Urban también descubrió que trabajar con Marcus Nispel fue
una unión perfecta para el incesante suspenso y acción de la película.
“Marcus trabaja a un ritmo con el que nunca antes me había topado”,
explica. “Lo hace rápido y suelto, y realmente me gustó. Algunos días
llegábamos a hacer 60 tomas, así que nunca tenías el tiempo de analizar
de más o ponerte a pensar demasiado. En general, fue una experiencia muy
estimulante. Visualmente, Marcus es simplemente increíble. Pinta cuadros
en la pantalla”.
MOON BLOODGOOD ES STARFIRE:
LA MUJER GUERRERA QUE CAMBIA EL MORTÍFERO CAMINO DE GHOST
Uno de los guerreros en CONQUISTADORES es mujer: la bella hija de
Pathfinder, Starfire, cuya pasión por Ghost la lleva a alterar su
devenir. Para interpretar a Starfire, Marcus Nispel recurrió a Moon
Bloodgood, una actriz con la que había trabajado casi diez años atrás en
un comercial para la televisión, y que desde entonces ha evolucionado
hasta convertirse por derecho propio en una intensa y atractiva
presencia en pantalla. Recientemente, apareció como piloto de avión en
la aventura Eight Below.
“La química entre Moon y Karl funcionó realmente bien, que fue de suma
importancia”, comenta Nispel. “Más allá de eso, Starfire fue un papel
difícil de interpretar porque tiene que terminar siendo lo
suficientemente fuerte para sorprender a todos y realmente convertirse
en líder de su gente. Moon fue grandiosa en hacer que todo esto cobrara
vida”.
Bloodgood inmediatamente respondió al guión. “Para mí, no solamente es
una película de acción sino también una historia de amor, y una historia
acerca de las decisiones que tomas en la vida para tomar un camino u
otro”, comenta la actriz. “Sentí que Ghost es un hombre que, al igual
que mucha gente, está dividido entre su lado malo y su lado bueno, y
Starfire es muy importante porque ve su potencial y lo ayuda a
convertirse en un mejor ser humano”.
También le encantó la idea de reinventar partes no escritas de la
historia. “La noción de una feroz lucha entre los vikingos y los nativos
americanos es fascinante”, comenta Bloodgood. “Quizá y nunca lleguemos a
saber qué fue lo que ocurrió en aquella época, pero es una gran fantasía
a considerar. Pensar en qué pudo haber ocurrido cuando estos inmensos y
extraños hombres del norte llegaron a América, y el choque de estas dos
culturas distintas, realmente me llamó la atención”.
Bloodgood cree que Starfire no es un papel común para una mujer en una
historia llena de acción salvaje y un viaje que termina no solamente en
amor sino también en el liderazgo de todo un pueblo. Bloodgood está
consciente de que algunos quedarán sorprendidos por el destino oculto de
su personaje, pero sintió que todo cuadraba de manera perfecta,
especialmente dado el estatus de matriarcado de las mujeres en
sociedades indígenas. “Starfire tiene mucha fuerza e intuición, y creo
que ha aprendido mucho de su padre, quien fue el Pathfinder antes que
ella”, indica la actriz. “Creo que el hecho de ayudar a Ghost a superar
la venganza y convertirlo en mejor hombre es muy importante para que
ella sea elegida como la siguiente Pathfinder. Yo sólo espero que el
público realmente sienta que ella es digna acreedora de este honor y de
que Ghost ha pasado a ser un navío que la llevará a encontrar su propia
fuerza”.
Al igual que Karl Urban, Moon Bloodgood, en el set, se vio involucrada
en una serie de intensas aventuras en exteriores y sorprendentes
secuencias de acción. “El haber hecho esta película fue un increíble
viaje en la montaña rusa, y creo que nunca he hecho algo que fuera
físicamente tan difícil”, comenta. “Un minuto me estaba congelando, al
siguiente estaba exhausta, y había muchas acrobacias temerosas que tuve
que hacer. Fue todo un torbellino, pero también fue muy estimulante. Al
final, me encantaron todos los momentos que viví en ella”.
RUSSELL MEANS ES PATHFINDER:
EL CHAMÁN QUE LE MUESTRA A SU GENTE EL CAMINO
Una vez que Ghost, Starfire y toda la tribu Wampanoag se dirigen hacia
sus inevitables destinos, son guiados por una fuerza misteriosa y
poderosa: el mismísimo Pathfinder, el sabio y experimentado chamán cuyo
papel es ayudar a su gente a sobrevivir cualquier tipo de vejación o
tribulación. Para interpretar a este personaje profundamente mitológico
e incluso místico, Marcus Nispel sintió que no había nadie mejor para el
papel que Russell Means, el reconocido indio americano activista, que
también se ha convertido en un aclamado actor con papeles en docenas de
películas. La publicación Los Angeles Times alguna vez se refirió a
Means, que emana todas las cualidades heroicas de un líder natural, como
el indio americano más famoso desde Sitting Bull y Crazy Horse.
“Russell Means no interpreta este personaje, es el personaje”, comenta
Nispel. “Es un indio americano, es un activista y emite verdaderamente
ese auténtico sentimiento de liderazgo y poder en el mundo”.
El productor Arnold Messer añade: “Russell siempre le aporta una gran
dignidad a la pantalla, y tiene todas las características que se te
ocurren cuando piensas en alguien que puede ser responsable por la vida
de su gente. También tiene una extraña habilidad para ser imponente y,
al mismo tiempo, muy gentil y compasivo, que pienso le viene muy bien a
la película”.
Means disfrutó el papel, especialmente, porque cree en ello: mucho
tiempo antes de que los europeos llegaran, América siempre fue liderada
por seres humanos como Pathfinder. “Tengo 66 años de edad y ése es el
tipo de gente con la que crecí”, comenta. “Fueron personas nacidas en el
siglo XIX, y nacieron en familias que fueron criadas libres. Si bien
fueron educados en reservaciones indígenas, todavía mantenían un estilo
de vida tradicional y estos son los modelos de conducta que tenía cuando
crecí”.
Si bien Means indica que hay muchas cosas más por conocer acerca de las
complejas culturas india y vikinga que las que puedan ser reveladas en
una imaginaria película de acción y aventuras como CONQUISTADORES,
estaba impresionado con el estilo narrativo del filme. “Como artista, lo
que me encantó de esta película es toda su esfera de acción con respecto
a como fue filmada. Entiendo que hay una expresión artística en la
representación ficticia de los Wampanoag y de los vikingos”, comenta.
“Para mí, CONQUISTADORES es acerca de la falta de entendimiento entre
las dos culturas. Es acerca de la ignorancia y acerca del triunfo sobre
la ignorancia”.
DE INDIOS Y VIKINGOS:
JAY TAVARE, CLANCY BROWN Y RALF MOELLER SE UNEN AL REPARTO
Alrededor de Karl Urban en su búsqueda por la justicia hay un grupo de
personajes tanto de indios americanos como de vikingos —cada uno de los
cuales tiene su propio plan a futuro. Otro importante papel de indio
americano es aquel del obstinado Blackwing, quien compite contra Ghost
tanto por el amor de Starfire como por el control del futuro de su
gente. Jay Tavare, un actor de herencia Apache White Mountain, Navajo y
europea —y cuya larga lista de créditos incluye The Missing, Cold
Mountain y Adaptation— abordó el papel con entusiasmo.
“Cuando Marcus me ofreció interpretar el papel de Blackwing,
inmediatamente vi el personaje como una especie de pavo real. Es el tipo
que comienza teniéndolo todo —tiene a la chica, está en pos de ser el
siguiente Pathfinder y es uno de los guerreros más fuertes de la tribu.
Pero después lo pierde todo y tiene que aceptar la difícil lección de
que la vida tiene otros planes para él”, señala Tavare.
Si bien a Tavare le intriga la historia, disfrutó la oportunidad de
utilizar algo de su imaginación festiva para darle vida a una época de
la que se conoce muy poco. “Con frecuencia, si estoy interpretando a
cualquier persona del primer mundo, me gusta ser tan preciso como pueda.
Pero con esta película, existe tal elemento fantástico en ella que me
pareció el lugar adecuado para intentar hacer algo un poco más alocado y
tomarme algunas licencias dramáticas”, explica Tavare. “Sabes, los
vikingos se enfrentan a los indios —la mismísima premisa cuenta con un
gran elemento de tira cómica”.
No obstante, el predicamento físico de Blackwing se convertiría en algo
inquietantemente real para Tavare. “Blackwing es capturado, colgado de
cabeza sobre una fogata y flechado —y eso sólo en un día”, indica. “Fue
un rodaje sumamente difícil, pero, afortunadamente, ¡Marcus trabaja tan
rápido que el sufrimiento nunca se prolonga demasiado!”.
Mientras tanto, el papel de Gunnar, el feroz líder del clan vikingo, es
interpretado por un actor favorito de películas de acción: Clancy Brown,
quien fue visto recientemente en papeles sombríos como el Hermano Justin
Crowe en la premiada serie de HBO Carnivale, y como un misterioso
oficial estadounidense en dos episodios de Lost. Al igual que sus
compañeros de reparto, a Brown le atrajo la amplia gama de temas en el
guión; una saga intensa de la guerra de un solo hombre por buscar
justicia. “Es acerca de la identidad, es acerca de la lealtad, es acerca
de la evolución de la cultura —es acerca de tantas cosas como tú
quieras”, comenta Brown.
En la preparación de su papel, Brown leyó la volátil historia de los
vikingos en el siglo IX, y se le ocurrió su propia visión de lo que
impulsa a Gunnar. “Gunnar es un vikingo de Islandia privado de sus
derechos civiles, que recientemente tuvo que adoptar el cristianismo”,
explica Brown. “Me gusta que Gunnar y su séquito sean de la ‘vieja
escuela’ de vikingos, que se rebelan ante el estilo de vida de sus
ancestros, para nada más salir y tomar lo que quieran”.
De hecho, Gunnar lidera a los vikingos en ataques monstruosos sobre
comunidades indígenas, hasta que atrapar a Ghost se vuelve su obcecada
obsesión. Es un personaje con un rasgo cruel definitivo, pero, no
obstante, Brown ve las acciones diabólicas de Gunnar como algo que forma
parte de su época y su cultura. “Los vikingos no están destruyendo a
estas personas pacíficas por odio; esto es simplemente lo que hacen.
Entran, devastan un pueblo, toman a la gente y la venden como esclavos.
Para los vikingos es comercio”, indica Brown. “Es parte de la vida, y no
hay malicia. Gunnar no es inherentemente malo; es simplemente 100%
vikingo”.
El reto más grande de Brown se presentó cuando Marcus Nispel le pidió
que el personaje hablara totalmente en islandés, el idioma antiguo de
los hombres del norte y de ninguna manera uno fácil de dominar. No
obstante, de alguna manera Brown lo llegó a hablar de una manera tan
fluida que impresionó a todos en el set. “Clancy habló el idioma como si
hubiera nacido en Islandia”, comenta Karl Urban. “Cuando habla Gunnar le
da a este personaje un gran tipo de resonancia mundana y práctica”.
Marcus Nispel añade: “Todos nos dimos cuenta rápidamente que Clancy
Brown es un vikingo nato. Podías escuchar en su tráiler cómo retumbaban
sus diálogos y no te quedaba duda alguna”.
Al lado de Brown, como Ulfar, el despiadado asistente de Gunnar, está el
actor alemán Ralf Moeller, quien considera que su personaje tiene una
mente unilateral. “Ahora, Ulfar sólo tiene una misión, y ésa es matar a
Ghost. Creo que Ulfar fue criado desde niño a que nada mas supiera cómo
conquistar y pelear, así que eso es lo que hace. Es brutal. No te
gustaría toparte con él en ningún lado, en ningún momento”, advierte
Moeller.
Al igual que Brown, Moeller tuvo que sumergirse en intensas clases de
islandés, que al principio le pareció irónico. “Como un actor alemán
trabajando en los EEUU, me tomó diez años hablar correctamente el
inglés, y después Marcus me da un papel en esta película y me dice,
‘Oye, quiero que hables en islandés’”, dice entre risas. “Es un idioma
difícil de aprender, pero creo que fue una buena decisión que lo
habláramos porque estimula la atmósfera de extrañeza y miedo que los
indios americanos han de haber sentido cuando los vikingos estaban entre
ellos”.
CREANDO UNA AMÉRICA MÍTICA:
ACERCA DE LA INNOVADORA APARIENCIA DE CONQUISTADORES
Justo desde el principio, el director Marcus Nispel sabía que tenía la
oportunidad de implementar su propio y singular estilo visual en
CONQUISTADORES, que lo iba a diferenciar de otras historias de aventura
y supervivencia. Debido a que la historia se desarrolla en una época que
está más allá de la investigación histórica, Nispel sintió que tenía una
libertad creativa ilimitada.
Para empezar, Nispel colaboró con el artista e ilustrador Christopher
Shy en una serie de storyboards detallados vívidamente. Shy es uno de
los artistas más populares de la actualidad cuando se trata de novelas
gráficas, y sus dibujos son famosos porque tienen tal riqueza y textura
que parece que van a saltar de la hoja. En vez de solamente ilustrar
unas cuantas secuencias clave, crearon impresionantes representaciones
de todas y cada una de las tomas de la película. “Decidimos pintar toda
la película antes de filmarla”, explica el director. “Christopher y yo
tuvimos una gran colaboración. A los dos nos encantan los héroes, a los
dos nos gusta el mismo tipo de películas, y nos la pasamos de maravilla
trabajando juntos”.
Las imágenes resultantes —por turnos, brutales, etéreas y emotivas—
impresionaron a todo aquel que las vio. “Podíamos ver que CONQUISTADORES
iba a ser como una novela gráfica que iba a cobrar vida”, comenta el
productor ejecutivo Bradley J. Fischer. “Marcus es un estilista visual
sumamente sorprendente, y fue capaz de crear un mundo que es muy
diferente a la realidad, pero que opera bajo sus propias reglas claras y
definidas”.
Los detalles dieron inicio cuando se buscó la forma de resucitar las dos
culturas antagónicas de los indios Wampanoag y los vikingos. Los
Wampanoag fueron los primeros habitantes del área que hoy se conoce como
Massachussets y Rhode Island, donde vivieron durante al menos 10,000
años, como pescadores, cazadores y guerreros que promovieron un estilo
de vida armonioso con el ambiente natural. También son la misma tribu
que más tarde, en el siglo XVII, se amistaron famosamente con los
peregrinos antes de haber sucumbido ante una ola de enfermedades y
violencia que los británicos trajeron consigo.
Si bien existe una investigación considerable en la historia de la época
colonial de los Wampanoag, gran parte de la vida en el siglo IX
permanecerá por siempre un enigma. Esto le dio a Nispel una oportunidad
de tomarse algunas libertades creativas. “Estamos hablando de la vida
hace mil años, así que existen muy pocas pruebas de cualquier cosa al
respecto”, indica. “Y cuando hablas con indios americanos o
historiadores, todos tienen una idea distinta de cómo fue. ¿En realidad
tenían casas en los árboles? Bueno, quizás y sí, si provenían
originalmente de Asia. Fui con cada jefe de departamento y les pedí que
pensaran en cómo pudieron haber sido las cosas y dejar que el diseño
visual se fusionara como un híbrido de muchas teorías e ideas”.
Cuando se trató de crear a los vikingos, Nispel estaba determinado a
sobreponerse a siglos de clichés cómicos. “Conforme hacíamos la
investigación, nos percatamos que en América, 9 de 10 libros acerca de
los vikingos tienen a estos lindos tipos con cuernos”, dice entre risas.
“Aquí, han sido vistos mayormente como caricaturas, ¡mientras que en
Europa todavía los recordamos como saqueadores! En Europa todavía son
vistos como una gran fuerza histórica”.
La realidad de los vikingos es que eran una sociedad compleja que
prosperaba gracias al combate agresivo, pero también eran expertos en el
mar, así como agricultores, comerciantes y experimentados artesanos con
un singular estilo de vida. En una misión por incrementar su influencia
cosmopolita, los vikingos comenzaron a saquear pueblos y ciudades por
toda Europa, que los llevó a ganarse la reputación de llevar a cabo
masacres salvajes y ser personas despreciables, reputación que desde
entonces la tienen bien arraigada.
Nispel quería enfatizar esto último y evitar cualquier interpretación
tediosa o estrictamente histórica. Imaginó a los vikingos como hombres
criados para creer en la gloria de la violencia y la conquista, que
finalmente fue lo que provocó el colapso de su sociedad. También
desarrolló una singular apariencia para ellos, al evitar los clichés
estándar y las sugerencias menos intrigantes de historiadores recientes
de que los vikingos nunca usaron los afamados cascos con cuernos, con
los que frecuentemente son asociados.
“Nuestra intención no era impartir una lección de historia, así que
estábamos dispuestos a crear una cierta cantidad de artificios con los
vikingos”, comenta el director. “Lo importante de todo esto es que son
nuestros propios artificios. No son ninguna representación que hayas
visto antes”.
Para darle vida a su visión, Nispel trabajó estrechamente con el
diseñador de producción Greg Blair, quien previamente colaboró con
Nispel en The Texas Chainsaw Massacre. “Desde el punto de vista de un
diseñador de producción trabajar con Marcus es siempre una labor de
ensueño”, comenta Blair, “porque el hombre es un genio visual. Tiene
tanto cuidado y amor por el arte de la cinematografía y por la
apariencia de todo. Desde mi perspectiva, es simplemente una inspiración
constante”.
Al igual que Nispel, Blair comenzó a realizar una investigación intensa,
complementada con su imaginación. Blair indica: “Queríamos ser fieles y
respetuosos con la cultura de los indios americanos, pero al mismo
tiempo darle a la película una gran apariencia. Llevamos a cabo mucha
investigación y una cosa que sabíamos era que no queríamos continuar con
la representación típica de los indios americanos, donde todos vivían en
tiendas (tipis). Esta es gente Wampanoag que vive en la coste este, no
en las llanuras centrales, así que el público va a ver imágenes
distintas de los indios americanos con respecto a las que están
acostumbrados a ver”.
Después de largas noches de hojear libros de historia de indios
americanos, Blair se encontró construyendo pueblos enteros de Wetus, las
singulares estructuras tejidas a pasto que los Wampanoag utilizaban como
hogares. “Los indios americanos contaban con cualquier tipo de
estructuras”, comenta Blair. “Los Wampanoag vivían en dos tipos de
construcciones: la llamada casa larga, que era una estructura larga y
rectangular, y después las unidades familiares, que eran más pequeñas y
contaban con domos. Y lo que hicimos para la película es similar a
aquellos diseños históricos, pero le añadimos unas cuantas cosas, al
haberlos construido más en secciones —¡como la Casa de la Ópera de
Sydney! También los construimos con base en acero y espuma, en vez de
madera, porque era más rápido y los hacía más estables, y después los
cubrimos con musgo y corteza”.
Una de las creaciones favoritas de Blair fue la casa en el árbol de
Pathfinder, encumbrada por encima del bosque, para darle una amplia
vista del mundo que supervisa. “Después de haber platicado con Marcus,
queríamos darle a Pathfinder algo muy especial, algo que realmente lo
diferenciara de la tribu, así que decidimos ponerlo en un árbol”,
explica Blair. “No podemos estar seguros si eso es históricamente
correcto o no, pero fue un diseño sorprendente y divertido, y se sentía
como algo que pudo haber pasado. Una vez que encontramos la locación, el
diseño surgió con una sensibilidad realmente orgánica. Después, para el
interior, lo llenamos con un variedad de dream catchers , campanillas de
viento y todo tipo de símbolos fantásticos de un chamán”.
Cuando se trató de los vikingos, Blair se enfrentó a la tarea de
construir un “barco dragón” auténtico, en el que cruzaron el Atlántico.
También conocidos como “longships” o “drakkars”, estos amenazantes
navíos labrados en madera eran operados hasta por 60 remeros y podían
cargar hasta 400 guerreros a costas distantes.
“Diseñar el barco dragón fue toda una fiesta”, comenta Blair, “y tuvo
como base representaciones históricas de cómo se veían en realidad los
buques vikingos. En vista de que el barco zozobró, tuvimos que construir
esta estructura de 12 metros de altura y después voltearla de cabeza.
Después atoamos todo el armazón hasta dejarlo en medio del Lago Buntzen”.
Para representar la masacre de las campañas vikingas, Blair creó otro
set alarmante. En esta ocasión la producción recurrió a la pericia del
departamento de prótesis para exhibir vistas muy desagradables, como
cuerpos masacrados atravesados por lanzas, restos decapitados, cuervos
picoteando los ojos de un cuerpo inerte y perros devorando un hombre
desmembrado.
A lo largo del proceso, Blair trabajó junto con la diseñadora de
vestuario Renée April, ganadora en dos ocasiones del Premio Genie, cuyos
créditos incluyen The Day After Tomorrow y Confessions of A Dangerous
Mind. April creó un nueva apariencia para los vikingos cinematográficos.
“Queríamos encontrar una línea entre el bárbaro de caricatura que porta
piel —la cultura compleja y mítica actual— y el absoluto y desagradable
maldito que han llegado a simbolizar”, explica. “Pero definitivamente
queríamos que se vieran grandes, rudos, metálicos y malvados, malvados,
malvados”.
El vestuario comenzó con una cota de mallas y fue cubierto con capas de
piel y metal puntiagudo, hasta convertirlos en algo verdaderamente
imponente. “Me guíe en gran medida por mi instinto”, explica April. “No
estábamos haciendo un documental, así que me pregunté qué se podía ver
bien y qué se podía ver divertido. Para los indios americanos implementé
una propuesta más histórica, pero con los vikingos fuimos tan lejos como
pudimos”.
El guardarropa podrá ser espectacular una vez visto, pero fueron
definitivamente opresivos para los actores. Clancy Brown señala: “La
parte más difícil de interpretar a Gunnar tuvo que ser el uso del
vestuario, porque está muy, muy pesado. Tenemos placas de acero en el
pecho, hombreras y capas de piel de oso que deben de pesar al menos 15
kilos. Al final de cada día, ¡me sentía tres centímetros más chaparro!”.
Para el vestuario de Karl Urban, quien interpreta Ghost, April comenzó
con típicos atuendos Wampanoag, pero lentamente lo comenzó a cambiar
hacia su propia mezcla de estilos vikingo e indio. Urban estaba
impresionado con la manera en cómo su guardarropa estaba en sincronía
con el desarrollo del personaje. “La apariencia híbrida que adopta al
comienzo se vuelve una metáfora para quien es este personaje”, comenta
Urban.
Arnold Messer estaba especialmente impresionado con el vestuario. “El
guardarropa de los indios americanos es fabuloso; tiene toques
auténticos y son muy funcionales. Y en cuanto a los vikingos, Renée
logró dos cosas muy importantes de manera simultánea. Muestra el gran
volumen y fuerza de la civilización escandinava y también su rudeza y
agresividad, que conforma gran parte de la historia”.
La importante tarea de capturar en película los diseños e imágenes
cuidadosamente elaborados de Nispel recayó en el director de fotografía
Daniel C. Pearl, ASC, quien le añade su propio sello a la apariencia
mítica del filme. Pearl colaboró previamente con Nispel en The Texas
Chainsaw Massacre y también fotografió la versión original y clásica de
1973. Para esta película, trabajó bajo las condiciones de iluminación
más extremas y cambiantes, debido a que el clima canadiense lo obligó a
modificar sus estrategias de iluminación a medio camino. Nispel le da
crédito a Pearl por haberle dado a CONQUISTADORES la atmósfera tensa y
amenazante que buscaba. “Daniel Pearl realizó un trabajo por demás
sorprendente”, comenta Nispel. “Cuando veas la película nunca podrás
apreciar cuán grandes fueron los retos para obtener las tomas de noche,
de día, bajo la lluvia, la luz del sol y el cielo nublado, y, no
obstante, lograr que se viera como una historia completamente íntegra”.
ACERCA DEL RODAJE:
53 DÍAS DE LLUVIA, PIEDRAS Y AVENTURA
Para sumergir al público en el ambiente de CONQUISTADORES, Marcus Nispel
eligió filmar la película casi en su totalidad en exteriores, adentro y
alrededor de la belleza escarpada y boscosa de Vancouver, Columbia
Británica. Trabajar a su característico ritmo vertiginoso —“Simplemente
me gusta el ímpetu”, comenta Nispel—, provocó que el rodaje se llevara a
cabo en 53 intensos días, muchos de los cuales vieron la sorprendente
cantidad de entre 40 y 60 emplazamientos en una sola jornada. Con tan
sólo dos días de filmación adentro de foros, la producción se encontraba
casi siempre en constante movimiento —filmando en medio de cascadas,
mientras colgaban de peligrosos acantilados o presurosos a través de un
bosque denso. Para Nispel, todo el punto fue crear un ambiente realista
y absorbente, que fuera completamente creíble y verdaderamente visceral
para el público —en vez de recaer en la tecnología.
“Me gustó que los actores hicieran sus propias acrobacias cuando fuera
posible, y si dice en el guión ‘ochenta personas se caen de la montaña’
—en esta película no están digitalizadas, se caen de verdad”, declara.
“Intentamos hacer meticulosamente que cada escena se viera lo más
auténtica posible, porque creo que cuando la gente ve una película,
registra subliminalmente que es algo que fue pintado por encima. No
quiero que el público se siente engañado o distraído por algún efecto
generado por computadora. Así como son de buenos los efectos, creo que
todavía te puedes dar cuenta que, bueno, esto no sucedió realmente. Pero
si tienes a actores y a un equipo de producción colgados de una pared de
piedra siendo zarandeados y con la cámara en movimiento —entonces ésa sí
es una experiencia auténtica y genuina”.
La autenticidad con frecuencia trae consigo un precio elevado —para ser
exactos un peligro e inquietud constantes. Lluvias torrenciales, terreno
agreste y temperaturas gélidas fueron sólo unas cuantas de las
adversidades a las que se tuvo que enfrentar el equipo. Algunos de los
días más difíciles en el set se presentaron en la impresionante Stawamus
Chief Mountain, una pared vertical de granito en el Parque Nacional
Squamish. “La ‘Chief’ fue especialmente peligrosa porque había una gran
cantidad de piedras musgosas que se mojaron, y ahí hay una oscuridad
total, incluso a plena luz del día, porque los árboles son inmensos”,
comenta Nispel. “Probó ser un terreno brutal para filmar”.
No obstante, Nispel sintió que no había otra opción de terreno si lo que
quería era capturar la cruda naturaleza de la vida en medio de los
elementos, en una América Precolombina de 1000 años de antigüedad. “Le
advertí a todos por adelantado que iba a haber viento y mal clima,
piedras y grava todo el tiempo”, recuerda Nispel. “Lo maravilloso de
esto es que todo mundo se portó a la altura del reto y probó ser muy
tenaz. Tuvimos suerte porque nos hicimos de un reparto y un equipo de
producción férreos, que estaban listos para trabajar en lluvia, agua y
lodo, sin queja alguna”.
Al contrario, la lluvia, el viento y el riesgoso terreno montañoso sólo
pareció intensificar la atmósfera y retar a los actores a ir todavía más
allá.
Nispel lo resume: “El clima se volvió otro participante en el filme.
Creo que cuando los actores están sudando o temblando, cuando la
adrenalina está fluyendo verdaderamente, dejan de actuar y comienzan a
ser reales. Comienzan a convertirse en vikingos e indios americanos, y
todo acerca de la historia comienza a caer en su lugar”.
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