|
El Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina
han organizado un ciclo denominado John Ford desconocido, que se llevará
a cabo del jueves 6 al domingo 23 de marzo, en la Sala Leopoldo Lugones
del Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530).
La obra de uno de los grandes autores de toda la historia del cine está
aún por descubrirse, más allá de sus clásicos más frecuentados, como La
diligencia y Pasión de los fuertes. Considerado universalmente como uno
de los auténticos pilares del cine estadounidense e inspirador de la
obra de otros grandes directores -desde Orson Welles hasta Akira
Kurosawa- el maestro John Ford (1895-1973) realizó más de 125 films
desde sus inicios en Hollywood hacia 1917, pero su reputación se ha
visto fosilizada a partir de apenas un puñado de títulos, en su mayoría
westerns, que pueden considerarse sin duda obras maestras pero que no
alcanzan a dar una idea de la dimensión y la amplitud de su obra.
Este ciclo -que excluye deliberadamente sus films más trajinados- se
propone redescubrir la nobleza, la claridad de expresión y la perenne
actualidad de su cine a partir de 21 películas inéditas en Argentina o
muy escasamente difundidas, que abarcan el período 1920-952 y son
capaces de echar una nueva luz sobre una obra siempre fascinante.
“Busco, más que nada, la simplicidad, la verdad desnuda en medio de la
acción rápida y brutal”, explicó a los Cahiers du Cinéma en 1956. “Lo
que me interesa es hallar lo excepcional en lo común, el heroísmo en lo
cotidiano; cómo reacciona un individuo frente a un hecho crucial o una
circunstancia trágica”.
Permanencia de John Ford
Por Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon
(Del libro 50 ans de cinéma américain)
“Pasan las modas, se olvidan los cineastas, se ajan las efímeras
glorias. Pero John Ford queda. El viejo Sean, y de eso ya no hay duda,
enterrará a todos. Se le pueden hacer algunos reparos y dejarle algunos
momentos para ir a descubrir otros horizontes, otros estilos. (Se vuelve
a él como se vuelve a Louis Armstrong o a Duke Ellington, incluso
después del impacto de Charlie Parker, Thelonious Monk, John Coltrane o
Miles Davis). Pero al volver no se verá en él ni una sola arruga
suplementaria y, después de diez planos, hay que rendirse a la
evidencia: Ford domina a todos.
En primer lugar por ser el único cineasta que ha construido una obra a
la medida de Norteamérica. En efecto, esa vasta saga que constituyen sus
películas es como un espejo en el que se refleja ese país apasionante y
contradictorio, ese país, sobre todo, inmenso. Un resultado por
refracción, puesto que el interés de Ford se centra casi exclusivamente
en unos Estados Unidos muy concretos: la Norteamérica de la gente
sencilla, de los pioneros, oscuros militares, granjeros. ‘Yo soy un
campesino y estoy muy orgulloso de serlo’, declaró en una ocasión. Una
frase que explica en parte a un autor que supo filmar la tierra y las
estaciones y los hombres que en ella viven mejor que nadie. Vean su amor
por quienes la labran, por quienes construyen juntos una casa, un
pueblo, un país. La noción de hogar es primordial para él. Tal es la
meta hacia la que tienden esas familias errantes, esos grupos humanos
expulsados por la miseria a través de los caminos de California, esos
indios cheyenes acosados por los blancos...
La obra de Ford ha tenido un destino paradójico. Considerada a finales
de los sesenta, por razones políticas, con suspicacia y desdén, hoy es
totalmente desconocida por parte de las jóvenes generaciones, por
razones de estilo y de moda. En efecto, el western resulta hoy un género
prehistórico, superado. El público sofisticado prefiere el melodrama, la
comedia o el thriller y este tipo de películas ya no se reeditan. Y como
Ford, por otra parte, ha sido abusivamente clasificado con la etiqueta
de director de westerns, resulta que cada vez se ven menos sus obras
tanto en el cine como en la televisión. Por otro lado, su reposado
estilo de dirección, un estilo que se toma su tiempo para filmar y en
que priman los planos largos, las secuencias, en detrimento de los
efectos de montaje, para ciertos espectadores de hoy, que confunden el
ritmo con la velocidad, estaría más cerca de Ozu (cineasta con quien
tiene muchas afinidades) y de Satyajit Ray que de ciertos cineastas de
moda...
En cuanto a las críticas de corte ideológico, ya es hora de acabar con
ellas. No se trata de hacerle pasar por un progresista, pero conviene
estudiar el contenido político y social de las películas de Ford en
función de ciertos esquemas de la ideología norteamericana, más que de
la europea. Y es entonces cuando se percibe inmediatamente su
singularidad. Su desconfianza ante el individualismo, ese motor esencial
del cine norteamericano que siempre ha puesto por delante al individuo
por sobre el grupo, la Naturaleza sobre la Civilización. Ford rechaza
esta jerarquía. Sus héroes necesitan siempre ayuda, necesitan la
presencia del corpus social. Su combate tiene siempre resonancias
colectivas...”.
La agenda completa del ciclo es la siguiente:
Jueves 6: Simplemente amigos
(Just Pals, EE.UU., 1920)
Dirección: John Ford.
Con Buck Jones, Helen Ferguson, George E. Stone.
La película número 37 en la extensa filmografía de John Ford,
Simplemente amigos es uno de los largometrajes más tempranos en
conservarse de manera íntegra. Diseñada como un vehículo para Buck
Jones, la estrella del estudio Fox interpreta al holgazán de un pequeño
pueblo que entabla amistad con un joven fugitivo y se transforma en el
héroe más inesperado.
“Ya entonces, Ford sabía que hay que sacar el máximo partido a las
buenas ideas. El tono melodramático se va apoderando de la historia a
medida que la trama da lugar a una increíble profusión de temas:
confusión de identidades, malversación de fondos, robo de bancos,
persecuciones a caballo, intentos de suicidio, secuestros” (Lindsay
Anderson, Sobre John Ford). (50')
El legado trágico
(Hangman’s House, EE.UU., 1928)
Dirección: John Ford.
Con Victor McLaglen, June Collyer, Earle Foxe.
Anticipando en varios años su mucho más conocida El hombre quieto, John
Ford dirigió a fines del período mudo este film cuya historia transcurre
en Irlanda. McLaglen interpreta a un patriota exiliado que regresa a su
pueblo natal para asesinar al hombre que provocó el suicidio de su
hermana. El legado trágico se considera el primer film en el cual puede
verse claramente a John Wayne, como un extra en la escena de la carrera
de caballos.
“Un retrato poético y natural de una Irlanda imaginada, una película
absolutamente memorable” (Scott Eyman en John Ford). (71')
A las 18 y 21 horas (Duración total del programa: 121’).
Viernes 7: Cuatro hijos
(Four Sons; EE.UU., 1928)
Dirección: John Ford.
Con Margaret Mann, James Hall, Charles Morton.
Uno de los más grandes éxitos comerciales en toda la carrera de John
Ford, Cuatro hijos narra la melodramática historia de Madre Bernle y sus
cuatro vástagos, quienes viven una pacífica existencia en un pueblito de
Bavaria, antes de la Primera Guerra. Cuando el conflicto bélico estalla
comienzan las penurias, particularmente cuando uno de sus hijos, ahora
ciudadano norteamericano, debe enfrentar en batalla al ejército alemán.
“Ford viajó a Alemania para rodar algunas escenas de este film. Allí se
encontró con F. W. Murnau (…) Si bien Ford poseía un instinto nato para
la composición y la iluminación del plano y para el emplazamiento de la
cámara, no cabe duda de que el ejemplo de Murnau le ayudó a desarrollar
una conciencia estilística más depurada, y no es difícil encontrar en
Cuatro hijos movimientos de cámara y efectos de iluminación que
recuerdan al expresionismo alemán.” (Lindsay Anderson)
A las 17, 19.30 y 22 horas (96’)
Sábado 8: El caballo de hierro
(The Iron Horse; EE.UU., 1924)
Dirección: John Ford.
Con George O’Brien, Madge Bellamy, Cyril Chadwick.
Un film fundante, no sólo en la obra de Ford sino también en el cine
estadounidense, por su visión de la construcción de un país. Para el
crítico francés Jean Mitry, en este film de escala épica -que narra el
esfuerzo de dos compañías rivales por desarrollar el ferrocarril en el
lejano Oeste- ya aparece en plenitud lo que él llamaba “el tema fordiano”:
la revelación del carácter de los personajes mediante sus acciones
frente a una circunstancia crítica.
“En sus mejores momentos, John Ford alcanza una belleza simple y
desnuda, todavía esquemáticamente desarrollada, pero fuerte, aireada,
vigorosa. Supera la anécdota para exaltar la gesta del hombre y comienza
a hallar su estilo en una expresión que condensa el hecho esencial, el
acto puro, llegando como por transparencia al carácter de los
individuos”. (Jean Mitry, John Ford).
A las 14.30, 18 y 21 horas (149’).
Domingo 9: Tres hombres malos
(3 Bad Men; EE.UU., 1926)
Dirección: John Ford.
Con George O’Brien, Olive Borden, Lou Tellegen.
Dakota, en plena fiebre del oro. El joven Dan O’Malley viaja desde
Irlanda y conoce en la ruta a Carleton y a su hija Lee. Bull, Mike y
Spade son tres forajidos que se disponen a robar los caballos de
Carleton. Sorprendidos, observan cómo otra banda de bandidos sin
escrúpulos dirigidos por el sheriff de la región se les adelanta. No
pudiendo evitar que maten al viejo Carleton, los buenos bandidos se
hacen cargo de la joven Lee. Otro gran western mudo de John Ford
protagonizado por tres bandidos de buen corazón, una gran ocasión para
que el realizador demuestre su extraordinario manejo del humor incluso
en las situaciones más dramáticas.
“Tres hombres malos, en la que lo espectacular y lo melodramático se
atemperan continuamente mediante toques de humor, es una de las mejores
obras de la primera etapa de Ford”. (Lindsay Anderson)
A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (92’)
Lunes 10: No hay función
Martes 11: El intrépido
(Born Reckless; EE.UU., 1930)
Dirección: John Ford.
Con Edmund Lowe, Catherine Dale Owen, Lee Tracy.
Un gángster de Nueva York es enviado a combatir en la guerra como
castigo por sus crímenes. El criminal regresa transformado en héroe,
pero no pasará demasiado tiempo hasta que vuelva a las andadas. Ford se
le anima a un género en boga por aquellos años, anticipando el éxito de
films como Enemigo público y Pequeño César.
“La historia no era buena. Pero en medio del film el personaje se va a
la guerra, así que pusimos una escena que transcurre en Francia, con un
juego de béisbol en tono de comedia. Eso era lo que me interesaba. En
aquellos días, cuando los guiones era aburridos, lo mejor que podías
hacer era tratar de meter algo de comedia en la historia”. (John Ford,
en conversación con Peter Bogdanovich)
A las 17, 19.30 y 22 horas (77’).
Miércoles 12: Mar de fondo
(Seas Beneath; EE.UU., 1931)
Dirección: John Ford.
Con George O’Brien, Marion Lessing, Mona Maris.
La segunda película de submarinos dirigida por John Ford (un año antes
se había estrenado La tragedia submarina, de temática similar), Mar de
fondo tiene como protagonista a un grupo de marineros enfrascados en una
batalla durante la Primera Guerra Mundial. George O’Brien es el capitán
del sumergible, cuyo enfrentamiento con una nave alemana toma un giro
inesperado al conocer que su prometida es en realidad una espía germana.
“Mar de fondo es, creemos, el primer film americano en el que los
beligerantes se expresan en su lengua respectiva (…) Los fragmentos en
el que el ‘Q Ship’ y el submarino se dan caza, se persiguen en una
mañana luminosa y glacial, se espían y juegan al escondite, son dignos
del mejor cine. La tensión dramática es extraordinaria” (Jean Mitry)
A las 17 y 22 horas. (89’).
Río arriba
(Up the River; EE.UU., 1930)
Dirección: John Ford.
Con Spencer Tracy, Claire Luce, Humphrey Bogart.
Steve pasa sus días en prisión, pero ello no le impide enamorarse de
Judy, una interna en la cárcel de mujeres adyacente. Cuando ambos
terminan sus condenas intentarán crear una nueva vida en una pequeña
ciudad donde nadie los conozca, pero su felicidad se verá amenazada por
un hombre que trata de chantajear a Judy. John Ford dirigió en esta
comedia a Spencer Tracy y Humphrey Bogart en sus primeros papeles
protagónicos.
“La película, un drama carcelario reconvertido en comedia, está llena de
esos toques cómicos y sentimentales tan propios de Ford”. (Lindsay
Anderson).
A las 19.30 horas (85’; DVD).
Jueves 13: Peregrinación
(Pilgrimage; EE.UU., 1933)
Dirección: John Ford.
Con Henrietta Crosman, Heather Angel, Norman Foster.
Cuarta colaboración entre Ford y el guionista Dudley Nichols, dupla
inseparable durante gran parte de los años 30. Peregrinación es, como
Cuatro hijos, otra historia de una madre, en este caso centrada en el
personaje de la posesiva Hannah Jessop, quien viaja a los campos de
batalla franceses junto a un grupo de mujeres para visitar la tumba de
su hijo. Años antes la mujer había impedido el matrimonio de su hijo con
la mujer que amaba, empujándolo a alistarse como soldado para luchar en
los campos de batalla de la Primera Guerra.
“Durante muchos años, especialistas en Ford como Tag Gallagher y Joseph
McBride han venido señalando a este melodrama inusual como una de las
obras maestras desconocidas del director. Y ahora que finalmente la
película ha sido restaurada digitalmente, esas afirmaciones quedan
totalmente justificadas” (Jonathan Rosenbaum).
A las 17, 19.30 y 22 horas. (99’).
Viernes 14: El ídolo del regimiento
(Wee Willie Winkie; EE.UU., 1937)
Dirección: John Ford.
Con Shirley Temple, Victor McLaglen, C. Aubrey Smith.
Las aventuras de una niña en un puesto militar de Raipore, India,
durante los últimos años del siglo XIX. Shirley Temple se las arregla
para hacer que un rebelde firme un tratado de paz con las autoridades
británicas.
“No había ningún papel para McLaglen en ese guión, pero el estudio
insistió: ‘¿Puedes usarlo, inventar algún sargento o algo así?’ Pensé:
‘genial’. El adoraba a Shirley Temple y Shirley lo adoraba a él, así que
su papel fue creciendo hasta ser un rol importante. Desgraciadamente, de
acuerdo al guión su personaje tenía que morir en la mitad de la
película. (…) Un día muy nublado, que ordinariamente hubiera hecho que
dejáramos de rodar, dije ‘Todo el mundo está aquí, enterremos a Victor’”
(John Ford, en conversación con Peter Bogdanovich).
A las 17 y 22 horas. (100’).
Doctor Bull
(EE.UU., 1933)
Dirección: John Ford
Con Will Rogers, Vera Allen, Marian Nixon.
El primero en una serie de tres largometrajes con Will Rogers como
protagonista, Doctor Bull está basado en una novela de James G. Cozzens
y se sitúa en un pequeño y provinciano pueblo de los años 20. Allí, el
doctor titular debe luchar contra los prejuicios y los intereses creados
para salvar al pueblo de una epidemia de fiebre tifoidea.
“Nadie podía escribir para Will Rogers, así que le dije: ‘éste es el
guión, pero éste no eres tu; las palabras sonarán falsas saliendo de tu
boca. Sólo aprende el sentido general y recita las líneas en tus propias
palabras’ (…) Doctor Bull tenía una historia algo deprimente, pero Will
se las arregló para ponerle humor al asunto. Finalmente fue una muy
buena película, se transformó en una de las favoritas de Bill”. (John
Ford, en conversación con Peter Bogdanovich). A las 19.30 horas (79;
DVD).
Sábado 15: Prisionero del odio
(The Prisoner of Shark Island; EE.UU., 1936)
Dirección: John Ford
Con Warner Baxter, Gloria Stuart, Claude Gillingwater.
Un médico es enviado a un presidio peligroso para asistir al asesino de
Lincoln. Una epidemia de fiebre amarilla le permite redimirse ante sus
carceleros. El film corresponde a una época en la cual Ford parecía
creer en una sociedad reconciliada, con la figura de Lincoln como eje de
ese mito. Un melodrama histórico de grandes contrastes, injusticias
tremebundas y un sabor arcaico e ingenuo.
“Un hombre se defiende contra la injusticia que pesa sobre él y lucha
solo contra todos. (…) Una vez más el individuo se destaca del medio y
pasa a ocupar el primer plano. El hombre no lucha libremente para
afirmar sus convicciones, su valor o su fe. Lucha como prisionero, como
inocente que quiere probar su inocencia, como condenado que quiere
escapar, cueste lo que cueste, a una absurda fatalidad” (Jean Mitry).
A las 14.30 y 19.30 horas (96’)
Huracán
(The Hurricane; EE.UU., 1937)
Dirección: John Ford.
Con Dorothy Lamour, Jon Hall, Mary Astor.
Una idílica isla del Pacífico Sur es azotada primero por un gobernador
autoritario y luego por un tifón purificador. El productor Sam Goldwyn
le dejó las manos libres a Ford, quien narró con su proverbial
virtuosismo los conflictos de esa comunidad. “Para el realizador, esta
película -una de las más sensuales en su filmografía- fue como volver a
los días del cine mudo. Hay prolongados fragmentos totalmente visuales,
como la encantadora escena de la celebración nupcial seguida por la
noche de bodas o el largo montaje, ligeramente expresionista, del
intento de fuga de la prisión por parte de Jon Hall” (Scott Eyman).
A las 17 y 22 horas (110’)
Domingo 16: El juez Priest
(Judge Priest; EE.UU., 1934)
Dirección: John Ford.
Con Will Rogers, Tom Brown, Anita Louise.
La acción transcurre en 1890, en un pequeño pueblo de Kentucky donde sus
habitantes no han olvidado la tragedia de la Guerra Civil. Un hombre
llamado Gillis es acusado y llevado a juicio por cierto crimen, pero el
relato de un testigo sobre el heroísmo de Gillis durante la guerra
termina convenciendo a un jurado de veteranos soldados Confederados de
su inocencia. Will Rogers interpreta al juez Priest, “un hombre probo
que cuida que los prejuicios localistas y la estrechez de miras no
conviertan en víctima a un outsider de oscuro pasado. El juez Priest es
quizá el primero de los héroes fordianos que mantiene una relación
vívida con los seres queridos que se le han ido. Punzante pero
entrañable, sabio sin ser pedante, serio pero con humor: uno puede
entender las razones por las que este personaje atraía tanto a Ford”. (Lindsay
Anderson).
“En cierto sentido, Judge Priest marca el nacimiento del poeta en Ford”
(Dave Kehr).
A las 14.30 y 19.30 horas (80’)
Steamboat Round the Bend
(EE.UU., 1935)
Dirección: John Ford.
Con Will Rogers, Anne Shirley, Irvin S. Cobb.
El doctor John se gana la vida vendiendo, a lo largo del río Mississippi,
una poción medicinal que cura toda clase de enfermedades, además de ser
dueño de un barco a vapor transformado en museo de cera flotante. Cuando
su sobrino es condenado por un asesinato que no cometió, John navegará
el río de punta a punta en busca del único testigo ocular que puede
probar que se trató de un caso de defensa propia.
Will Rogers hallaría la muerte en un accidente de aviación en 1935.
Steamboat Round the Bend es su penúltima película, en la cual
interpreta, como en casi todos sus films, a “un hombre del Oeste
bonachón e ingenuo, sentimental, crédulo, pero astuto y ladino como
algunos campesinos, dejando siempre con dos palmos de narices a bribones
que pretenden burlarse de él” (Jean Mitry)
A las 17 y 22 horas (81’).
Lunes 17: Paz en la tierra
(The World Moves On; EE.UU., 1934)
Dirección: John Ford.
Con Madeleine Carroll, Franchot Tone, Reginald Denny.
“Paz en la tierra pasó casi desapercibida. De todos los films de John
Ford posteriores a 1934 es, seguramente, el menos conocido, pero no por
ello el menos interesante. Desde luego, se aparta singularmente de los
demás, por cuanto su acción se extiende a lo largo de un período de
medio siglo de historia americana, desde la Guerra de Secesión hasta la
de 1914, vista a través de la historia de una misma familia. (…) Los
personajes cambian, los decorados y los trajes también, pero los motivos
permanecen y los problemas no varían. Los métodos tampoco. Pareciera que
el autor hubiera querido demostrar precisamente lo contrario del título
original (The World Moves On: Y el mundo se mueve, avanza), afirmar lo
que hay de inmutable en el movimiento y captar lo eterno sólo a través
de lo momentáneo” (Jean Mitry)
A las 17, 19.30 y 22 horas (104’).
Martes 18: Cuatro hombres y una plegaria
(Four Men and a Prayer; EE.UU., 1938)
Dirección: John Ford.
Con Loretta Young, Richard Greene, George Sanders, David Niven.
Tres hombres jóvenes buscan al asesino que mató a su padre, un hombre al
que amaban y admiraban. Su viaje les lleva desde la India hasta América
del Sur, Londres, Egipto, y EE.UU. Mientras avanzan en sus
investigaciones, comienzan a descubrir la oculta y perturbadora verdad
sobre la muerte de su padre.
“No me gustaba la historia, ni nada que tuviera que ver con ella. Pero
debía realizarla, tenía un contrato que cumplir con el estudio. Sin
embargo, creo que logré embromarlos un poco” (John Ford en conversación
con Peter Bogdanovich).
A las 17, 19.30 y 22 horas (86’).
Miércoles 19 Al redoblar de tambores
(Drums Along the Mohawk; EE.UU., 1939)
Dirección: John Ford.
Con Claudette Colbert, Henry Fonda, Edna May Oliver.
El primer film en color de John Ford narra las experiencias de una joven
pareja en el Valle Mohawk en los momentos previos y durante la Guerra de
la Revolución norteamericana. “La película evoca la lucha de los
pioneros en 1766 contra los indios y los tories. (…) Como pocos son los
films de John Ford en los cuales no se pueden destacar algunas bellas
imágenes, podemos citar, además del asalto final, el incendio de las
mieses, la huída de Henry Fonda en el crepúsculo y algunas escenas entre
éste y Claudette Colbert”. (Jean Mitry)
A las 17, 19.30 y 22 horas. (104’).
Jueves 20 y No hay funciones
Viernes 21:
Sábado 22 El camino del tabaco
(Tobacco Road; EE.UU., 1941)
Dirección: John Ford.
Con Charley Grapewin, Marjorie Rambeau, Gene Tierney.
Adaptación de la novela de Erskine Caldwell y la obra de Jack Kirkland,
El camino del tabaco narra la fútil vida de una familia blanca
empobrecida de Georgia. Con un pasado glorioso como granjeros que nunca
dejan de anhelar, los Lester deben ahora impedir los planes de un banco
para quedarse definitivamente con sus tierras.
“El tema era magnífico y muy en la línea de John Ford. Desgraciadamente,
las situaciones más ricas en vena cómica, fundadas sobre todo en el
erotismo, han sido suprimidas o edulcoradas, tanto en la obra como en el
film. Al desaparecer, por esta razón, las fuentes de lo burlesco, Ford
ha querido, no obstante, buscar un cierto humor, sin el cual el
espectáculo de esta ruina y de esta descomposición amenazaba con caer en
la monotonía” (Jean Mitry)
A las 14.30, 17, 19.30 y 22 horas (84’).
Domingo 23 El precio de la gloria
(What Price Glory; EE.UU., 1952)
Dirección: John Ford.
Con James Cagney, Dan Dailey, Corinne Calvet.
Francia, 1918, el Capitán Flagg tiene a su cargo una compañía de marines
de mala reputación. El nuevo Sargento es su viejo enemigo, Quirt. Ambos
se enfrentarán para conseguir los favores de la hija del tabernero,
Charmine. Pero esta rivalidad cambiará completamente cuando ella
demuestre su interés por casarse. La compañía es llamada al frente y a
partir de ese momento la comedia le cede el paso a la dura realidad de
la guerra. El precio de la gloria es una remake del film realizado en
1926 por Raoul Walsh.
A las 14.30 y 19.30 horas (110’).
El imposible superhéroe
(When Willie Comes Marching Home; EE.UU., 1950)
Dirección: John Ford.
Con Dan Dailey, Corinne Calvet, Colleen Townsend.
El sargento Kluggs es el primer hombre de su pueblo en alistarse como
soldado para luchar en la Segunda Guerra. Pero luego del entrenamiento,
y antes de entrar en batalla, se lo destina a esperar… en su propio
pueblo. Las súplicas para ser enviado al otro lado del océano no son
escuchadas, hasta que, finalmente, se lo envía en una peligrosa misión
secreta detrás de las líneas enemigas en Francia. Cuando regrese a su
hogar, apenas un par de días más tarde, nadie creerá que Kluggs abandonó
siquiera su pueblo.
“Todo su sentido del sarcasmo, de la elipsis, del efecto cómico
reaparece en El imposible superhéroe, donde los gags y las situaciones
burlescas se precipitan y entrechocan a ritmo acelerado. Surgen mil
hallazgos cómicos, dejando apenas tiempo para producirse, y los efectos
son mayores cuanto más breves” (Jean Mitry)
A las 17 y 22 horas. (82’).
|
|