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Balance general
(Cobertura integral 2005)
El 20º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata presentó en su
Edición 2005 un esquema organizativo tendiente a exaltar los aspectos más
significativos de la producción fílmica actual. Uno de los objetivos
principales fue apostar a la diversidad cultural y el predominio de
cinematografías esenciales con el fin de promover un real intercambio
regional, libre de ataduras comerciales. Esta premisa se vio reflejada en la
instrumentación de una programación ecléctica y en el desarrollo de
actividades especiales permitiendo una relación más dinámica con
especialistas, críticos y espectadores en general.
La "Sección Competitiva Oficial" se destacó por su estilizada selección de
propuestas nucleadas en torno a dos importantes ejes temáticos: los
conflictos de orden espiritual y la problematización de las carencias
sociales.
El primer grupo incluye largometrajes que sobresalen por su cuestionamiento
de las limitaciones personales y la búsqueda de una identidad común como es
el caso de "La mujer de Gilles", del realizador de "Los siete pecados
capitales" y "Una relación particular", Fréderic Fonteyne, ambientada en los
años '30 en un barrio obrero europeo; la coreana "Cuando llegue la
primavera", curioso relato de aprendizaje cercano a "Los coristas";
"Antares", inteligente tratado sobre las desventuras del corazón donde se
examina la evolución de tres parejas austríacas; "PS", del peculiar Dylan
Kidd, lúcida mirada sobre la insatisfacción femenina; la controvertida
"Un
hueco en mi corazón" de Lukas Moodysson, corrosiva sátira de los vínculos
familiares con un progenitor ligado a la industria del 'porno home' y la
ganadora del Astor de Oro, "El gran viaje", una reflexiva road movie con La
Meca como escenario central que reaviva el reencuentro entre un padre
ortodoxo y su hijo liberal. Por Argentina, "Un año sin amor"
de Anahí Berneri y "Tatuado" de Eduardo Raspo,
complejizaron el desamor y la falta de expectativas poniendo el acento en la
erotización del dolor corporal y las marcas de un pasado de abandono materno
que se intenta desentrañar.
El replanteo histórico y la aproximación a los territorios tercermundistas
se constituyó en la segunda opción argumental de la Selección Oficial. Se
destacaron por su virtuosismo narrativo films como "Downfall" de Oliver
Hirchbiegel, siniestra crónica de las decisiones finales de Hitler y sus
confidentes en abril del '45; "El noveno día" de Volker Schlöndorf, una
puesta a prueba de la conciencia de un religioso en tiempos de la ocupación
nazi; la finlandesa "Los tres estadíos de la melancolía", ácido muestrario
de cómo niños huérfanos chechenos son entrenados en una academia militar
dispuesta por Putin y "Casi hermanos" de Lucía Murat, que situada en tiempos
de la dictadura brasileña, condensa la historia política de ese país en las
figuras de un intelectual de clase media y un asaltante de bancos.
Denunciando las condiciones de olvido y pobreza social, dos óperas primas
capturaron la atención de la mayoría. "El niño dormido" de la joven cineasta
Yasmine Kassari sintetiza la situación de espera y soledad de una mujer
embarazada en el Marruecos contemporáneo mientras que "Sueño amargo" de
Mohsen Amiryoussefi escenifica la singularidad de los rituales provistos a
los muertos antes de su descanso final en un pequeño pueblo de Irán.
Prescindiendo de principios canónicos en el tratamiento del texto y la
imagen, "Vital" de Shinya Tsukamoto y "Les révenants" de Robin Campillo
transformaron en pesadillas urbanas la vida en el 'más allá' invitando a la
estimulación de un orden diferente en el marco de los sentimientos y
emociones de sus personajes.
Por su parte, "Punto de Vista" siguió sumando en su haber promisorias
realizaciones caracterizadas por su particular sentido estético y variedad
de miradas autorales. La grilla alentó la heterogeneidad geográfica en
producciones como la afgana "Tierra y cenizas", una visión doméstica de los
bombardeos en Kabul, la española "León y olvido", sobre dos hermanos sin
familia, uno de los cuales padece 'síndrome de Down'; la polifacética
"Nôtre
Musique" de Jean Luc Godard, agudo tríptico sobre la situación bélica
internacional, "Café Lumière" de Hou Hsiao- Hsien, delicado manejo de los
pesares juveniles en las grandes ciudades; "La boda", atípica farsa polaca
sobre los falsos oropeles y la ostentación materialista en el accionar de un
acaudalado terrateniente y la israelí "Or", virulento melodrama donde una
hija intenta liberar a su progenitora del camino de la prostitución.
Como siempre, "Cerca de lo Oscuro" aglutinó las más variadas películas
pertenecientes al ámbito del terror y la ciencia ficción aunque en esta
oportunidad predominaron los thrillers orientales y el psicodrama hispánico
("Hipnos"; "El maquinista").
Fanáticos y curiosos se dieron cita en el espacio del Cine Atlas de esta
ciudad balnearia alcanzando la muestra una nutrida concurrencia.
La trilogía "Infernal Affairs" de Andy Lau y Alan Mak y la suculenta
retrospectiva de Shinya Tsukamoto ("Tetsuo"; "Tetsuo 2"; "Bullet Ballet" y "Tokyo
Fist") sacudieron los cimientos de un auditorio desacostumbrado a los
frecuentes golpes de gracia asiáticos. Pocas veces se tiene la oportunidad
de presenciar semejante imaginería técnica puesta a las órdenes de un
lenguaje de fuerte impacto visual.
La apuesta se redobló con las exhibiciones de "Hipnotized" de Kim In-Sik; "The
Eye 2" de los Pang Brothers y "Marebito" del cotizado Takashi Shimizu ("The
Grudge"), tres intrigantes producciones que prescinden de un tratamiento
estándar del factor 'miedo' para apostar por la dualidad escénica y el
manejo alquímico del terror urbano, hecho en base a comportamientos
erráticos, trastornos de la personalidad y el gusto ancestral por lo
desconocido.
Sin embargo, la sorpresa de la Sección por su visceralidad e hilaridad
extremas fue "Izo" de Takashi Miike, inclasificable por donde se la vea y
munida del más rico arsenal de citas históricas y cinéfilas. El peregrinaje
de este enloquecido samurai con mal karma que ajusticia oponentes en
distintas épocas, sin preconceptos ni razones lógicas, confirma al director
como un iconoclasta del 'vale todo' y de la subversión audiovisual.
La incorporación de "Heterodoxia", la opción 'indie' de este Festival no
pudo ser más que redituable. Utilizando un criterio desacartonado y
anticonvencional desde lo formal, consiguió armar un corpus único de rarezas
varias.
La prueba de fuego fue la presentación en sociedad de "Raspberry Reich", la
última locura de Bruce LaBruce, quien estuvo presente en la Muestra.
Irreverente y contestataria, la cinta generó comentarios a favor y en contra
por su puesta en escena del terrorismo contemporáneo.
Otro tanto ocurrió con "Family Portraits" de Douglas Buck y "Misterious Skin"
de Gregg Araki, dos perturbadoras fábulas que ejemplifican el vacío
existencial y el grado de autoconmiseración al que se someten los cultores
del llamado 'Sueño Americano'. Otras visiones de la disfuncionalidad anímica
fueron las aportadas por "Violent Days", docuficción que registra las
andanzas de un grupo de rockabillies y "Butterfly", tierna reflexión en
clave queer de los recuerdos de juventud de una joven maestra.
La animación estuvo representada por los auspiciosos artistas del dibujo
Katsuhito Ishii y Enki Bilal. Tanto "El gusto del té" como "Bunker Palace
Hotel" demuestran que es plausible trasladar los nuevos presupuestos del
comic a la pantalla grande manteniendo la autenticidad y contundencia
narrativas.
"Ventana Documental" eligió transmitir a su audiencia un audaz repertorio
focalizado en los fenómenos de globalización y en la evolución musical de
ciertos sectores populares además de relevar ciertas ideologías populares.
"Morir en Gracia´"; "El ataque" y "Surplus" utilizan la cámara como sinónimo
de inmediatez fílmica al registrar sujetos en estado terminal o denunciar la
naturaleza destructiva de la cultura consumista.
"The Portrait of Billy Joe"; "Searching for the Wrong-Eyed Jesus" y "Born to
Be Blind" conciben el arte de la composición como instrumento de cambio en
algunos estratos underground de EEUU y Brasil.
"Alias Alejandro"; "Pretty Diana" y "Song Hwan" refieren puntualmente a la
supervivencia de minorías étnicas y líderes de revueltas en áreas de
conflicto.
Influído en sus inicios por la escuela soviética, el "Cine de Asia Central"
sufrió un sinfín de transformaciones a partir del derrumbe de la URSS. La
emancipación de estas ex repúblicas socialistas originó profundos cambios en
materia económica y educativa y, por ende, una preocupación diferente en el
ámbito del séptimo arte.
La estocada inicial fue dada por films como "La pastura de Bakay" y "Hermano
Lobo", dos alegatos setentistas que ponen en tela de juicio el avance de la
modernización en detrimento de las viejas ideas de tradición y civilidad de
la zona de Kirguistán.
Ya en los '80 y en los '90, la nueva ola de Kazajistán rompe con los dogmas
proruralistas para acercarse a las preocupaciones y la pérdida de ideales de
ambas décadas. "La aguja"; "Estación terminal"; "Esquizo"; "Killer" y "El
camino" reflejan en el imaginario colectivo cuestiones tabúes como la
drogadicción, las mafias locales y el desempleo.
Próximo al 2000, Yusup Razykov instala, a su modo, el concepto de revisión
histórica del viejo regimen bolchevique.
El desconocimiento de las luchas intestinas por la independencia y del
proceder leninista preocupa al director y le hace decir que esta ignorancia
es el caldo de cultivo necesario para las revueltas religiosas de la
actualidad.
Es por eso que, de forma autenticamente didáctica y combatiendo cualquier
circunstancia de olvido cívico, "The Orator" y "Camarada Boykenjaev"
intentan desentrañar por qué el país es blanco de los más virulentos ataques
por parte de islámicos y cristianos en este agitado milenio.
Silvia G Romero y Fabián Sancho
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