19º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA
11 AL 20 DE MARZO DE 2004

Premios y Jurados

 

 

 

PREMIOS ASTOR

Concepto

El diseño de la estatuilla del Premio Astor, instituido para el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata posee un alto valor material y simbólico, coherente con la clasificación Clase A del festival y del premio.

De Astor Piazzolla se toma su actitud de artista innovador y revolucionario, como fuente de inspiración y guía permanente, fuertemente identificado con la ciudad de Mar del Plata.

Los materiales designados para la base son el oro o la plata, de acuerdo a la tradición. Sobre el frente lleva grabados por diferencia de brillos el monograma ¨Astor¨ y el texto “19° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata”.

El material elegido para la estatuilla es el cristal, porque está fuertemente relacionado con el prestigio y la nobleza, pero principalmente porque juega con la luz y el cine es luz. Para potenciar y hacer evidente esa característica, la forma de la estatuilla busca crear la mayor cantidad posible de efectos, brillos, reflexiones, refracciones y dispersiones. En su parte superior incorpora la forma del haz de luz de la proyección de cine, que constituye el elemento unificador de toda la propuesta de comunicación del festival.

El valor y el prestigio de un premio están dados por lo connotado, lo que no se toca, lo que representa, su pasado, los personajes que lo recibieron y el marco en el que se otorga, entre otras cosas. Todos atributos que se van incorporando para construir un ícono, un símbolo, un mito. El diseño del Astor de Oro y el Astor de Plata posee características que permiten la construcción de ese mito.

Martín Dalponte - Diseñador de los Premios Ástor

 

PREMIOS

 

PREMIOS OFICIALES

 

  • Astor de Oro al mejor largometraje
  • Astor de Plata al mejor director
  • Astor de Plata a la mejor actriz
  • Astor de Plata al mejor actor
  • Astor de Plata al mejor guión
  • Astor de Plata al mejor largometraje de Iberoamérica

 

El Jurado eventualmente otorgará el Premio Especial del Jurado y hasta dos menciones especiales

 

PREMIOS NO OFICIALES

 

La Mujer y el Cine:

 

  • A la mejor directora de la Sección

 

El premio consiste en una estatuilla realizada por la prestigiosa escultora Carmen Dardalla.

 

Fédération International de la Press Cinématographique (FIPRESCI):

 

  • Al mejor film en concurso
  • Al mejor film de América Latina

 

Signis:

 

  • Al mejor film

 

Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (ACCA):

 

  • Al mejor film

 

Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA):

 

  • Al mejor film de la sección América Latina XXI

 

La Mirada Interior:

 

  • Al mejor Cortometraje de la Sección

 

El premio consiste en 5 latas de negativo 16 mm, revelado, transfer y postproducción digital

 

 

JURADOS

 

JURADOS OFICIALES

 

  • Maria de Medeiros – Presidente
  • Ricardo Aronovich
  • Ángeles González-Sinde
  • Domingos de Oliveira
  • Ernesto Pérez
  • Ana María Picchio
  • Donald Ranvaud

 

Maria de Medeiros

 

Portuguesa de Lisboa, Maria de Medeiros estudió en París, en la Ecole Nationale Supérieure des Arts et Téchniques du Théâtre y en el Conservatoire Nationale Supérieur d’Art Dramatique. Su carrera profesional se inicia exactamente en 1980, en el film «Alex», de su compatriota Teresa Villaverde: a partir de ese momento, su talento y su muy especial tipo de mujer se fueron imponiendo paulatinamente en el cine, el teatro y la televisión de su país y de Europa al punto de que hoy su nombre es, acaso, el más representativo de Portugal en el específico terreno de la actuación.

 

Medeiros intervino en una gran cantidad de films, entre ellos los realizados por João César Monteiro («Silvestre»), Philip Kaufman («Henry and June»),  Istvan Szabó («Meeting Venus»), Manoel de Oliveira («A divina comedia», «Porto da minha infancia»), Bigas Luna («Huevos de oro»), Quentin Tarantino («Pulp fiction») y Maurizio Nichetti («Honolulu Baby»).

 

Talentosa, inquieta, curiosa, Medeiros se fue interesando por el quehacer específico de la dirección cinematográfica. En 1987 realizó un cortometraje, «Severine C.», al que siguieron otro corto («Fragment II», 1988, a partir de una pieza de Samuel Beckett) y el mediometraje «A morte do príncipe» (1991, versión de una pieza teatral de Fernando Pessoa).

 

Su debut en el largometraje profesional se verificó en 1999, se tituló «Capitães de avril» y tuvo su lanzamiento mundial en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2000.

 

Medeiros atesora asimismo una brillante carrera teatral iniciada en 1982: entre otras, interpretó piezas de Esquilo, Brecht, Corneille, Shakespeare, García Lorca, Pessoa, Savary y Calderón de la Barca, en puestas estrenadas en Lisboa, en París y en el festival de Avignon. También ha recibido premios diversos: el Globo de Ouro de su país en tres oportunidades, el Prix Gérard Philippe francés, el Jaguar de Oro mexicano y la Copa Volpi de la mostra veneciana, entre otros, incluyendo algunos otorgados por el público

 

Ricardo Aronovich

 

El periodismo suele utilizar, para resaltar los méritos de un personaje, la fórmula “uno de los más importantes”, lo que, en definitiva, no resulta significativo. En el caso específico de Ricardo Aronovich, es posible decir, efectivamente, que es uno de los más grandes directores de fotografía, así, generalizando, pero no cabe duda alguna de que se trata, sí, del más grande director de fotografía argentino, concepto que un hombre tan discreto y reservado como él acaso juzgue exagerado.

 

Aronovich nació en el barrio de Congreso, en Buenos Aires, el 4 de enero de 1930. En 1948 viajó a los Estados Unidos para estudiar fotografía, algo que concretó finalmente en el Institute of Design, en Chicago. La visión, en esos años, del film de Serguei Eisenstein «Alexander Nevsky», especialmente la fotografía de Edouard Tissé, fue definitiva para consolidar su vocación.

 

Regresó a la Argentina en 1950 y de a poco se conectó con los más jóvenes e inquietos cortometrajistas que comenzaban a dar forma a un movimiento de recambio que daría en llamarse Generación del 60. Así, a partir de 1956 y, concretamente, de «Llegó el circo», de Enrique Dawi, Aronovich fue el director de fotografía favorito de esa camada. Lo cual, inevitablemente, lo lleva al largometraje. El primero fue “amateur” («El negoción», 1957, dirigido por su amigo Simón Feldman), pero el segundo fue su primero en términos profesionales: «Los de la mesa 10» (Feldman, 1960) puso en evidencia su enorme talento.

 

Así, Aronovich inició una trayectoria maratónica que, hasta el presente, suma alrededor de 70 largometrajes para cine y unos pocos para televisión, tanto en la Argentina como en el Brasil (donde acompañó con sus imágenes a algunos de los principales nombres del Cinema Novo) y, desde 1968, en Francia, donde reside. El volumen de su producción hace imposible reproducir aquí su filmografía: baste recordar  que fue reclamado por directores de la talla de David Kohon, Manuel Antín, Ruy Guerra, Leon Hirszman, Hugo Santiago, Louis Malle, Marguerite Duras, Philippe de Brocca, Andrzej Zulawski, Alain Resnais, Costa-Gavras, Ettore Scola, Med Hondo, Raúl Ruiz e Iradj Azimi. Entre los films por él fotografiados merecen sin duda una mención «Los jóvenes viejos» (1961), «Los venerables todos» (1962), «Os fuzis» (1963),  «Invasión» (1968, trabajo parcialmente compartido con Adelqui Camusso), «Le soufflé au coeur» (1970), «Providence» (1976), «Missing» (1981), «Le bal» (1983), «Les trottoirs de Saturne» (1984), «La famiglia» (1986) y «Le temps retrouvé» (1999). En 1997 publicó en España un libro específico, «Exponer una historia», y de tanto en tanto acepta un contrato que le permite pasar unos meses en su país, como ocurrió cuando vino para filmar «Les longs manteaux» en 1985, «Nunca estuve en Viena» en 1988 y «El impostor» en 1996. Sus films más recientes son, curiosamente, producciones españolas, el corto «La kedada» (2002) y el largo «Whore» (2003). Desde comienzos de los 80 sueña con dirigir él mismo una adaptación de «La invención de Morel», sobre la novela de Adolfo Bioy Casares.

 

Algunas de sus declaraciones periodísticas dan una idea muy clara de sus preferencias estéticas: “Los fotógrafos de cine (que es la manera menos pretenciosa de designar nuestro trabajo) tenemos la responsabilidad de soñar y proponer al director las imágenes de una película. Y es evidente que todo sueño es una creación personal y autónoma. Sólo falta entonces que el director acepte integrar esa imagen a su propia creación. Que nuestros sueños penetren en su propio sueño”; “No me interesa el realismo: el cine, desde ya, es algo falso, y lo que prefiero, en todo caso, es recrear una realidad a través de un cierto desplazamiento, algo que inquiete a la gente. En cualquier caso, la fotografía no debe notarse”; “Pienso que filmar en blanco y negro es algo ‘snob’, como si ahora volviéramos a utilizar una cámara de madera, a manija: estaríamos retrocediendo en el tiempo. Me parece mucho más lógico filmar con película color y, en todo caso, trabajar sobre el negativo hasta obtener efecto de blanco y negro. Lo del blanco y negro es una moda y, en última instancia, detesto todo lo que sea moda, como la utilización de ciertos filtros y el proceso de flashear la imagen: no tienen rigor ni solidez”; “Cada película tiene su propia fotografía. Si el director de fotografía hace siempre lo mismo, hay algo que no funciona. El estilo debe estar, pero en su caso (se refiere a  Vittorio Storaro) la fotografía resulta siempre igual. Eso me perturba un poco. Yo creo, espero, no haber hecho dos films cuyas fotografías se parezcan. Por otra parte, detesto la fotografía estetizante. Cuando algo es demasiado estético, es mortífero”; “Contrariamente a lo que alguna gente supone, yo no quise cambiar todo en materia de iluminación por una... revolución personal. Por entonces (los años 60) existían grandes fotógrafos, como Ricardo Younis, en nuestro cine, pero en los métodos había algo muy pesado y antiguo. Debían cambiar no sólo por una cuestión estética sino por practicidad. La luz en los films argentinos, en esa época, era muy arbitraria. No por eso me gusta el naturalismo a ultranza. Prefiero una fotografía como natural, pero recreada”.

 

Ángeles González-Sinde

 

Española, Ángeles González-Sinde nació en Madrid en 1965, en el seno de una familia dedicada al cine. Obtuvo la licenciatura en Filología Clásica en la Universidad Complutense de Madrid, y en 1992 hace un master de escritura de guión cinematográfico en la Universidad Autónoma de Madrid para posteriormente trasladarse a Los Angeles, Estados Unidos de América, donde residió durante tres años y obtuvo un MFA en Cine por el American Film Institute.

 

Escribió para la televisión series como «Truhanes», «Turno de oficio», «Crecer juntos», «La casa de los líos», «A las once en casa», «Cuéntame cómo pasó» y «Manolito Gafotas», en colaboración con Alberto Macías. A partir de 1993 colaboró estrechamente con Ricardo Franco en la elaboración de varios guiones de largometraje, entre los que destaca «La buena estrella», por el que ambos reciben el Goya al mejor guión en 1997. Posteriormente escribió “Lagrimas Negras”, asimismo dirigido por Ricardo Franco, «Segunda piel», de Gerardo Vera, «Las razones de mis amigos», adaptación de la novela de Belén Gopegui, y «La conquista del aire», dirigidos por Gerardo Herrero. En colaboración con Alberto Macías escribió «Antigua vida mía», -coproducción argentino-española realizada por Héctor Olivera y adaptada de la novela homónima de Marcela Serrano. También colaboró en el guión de «El misterio Galíndez», de Gerardo Herrero, y de «La puta y la ballena», de Luis Puenzo. Para el director Manuel Gutiérrez Aragón escribió «La vida que te espera» y con Menkes y Albacete la comedia «Entre vivir y soñar» de próximo estreno. En 2003 González-Sinde estrenó «La suerte dormida», film que supone su debut en la dirección, cuyo guión elaboró con Belén Gopegui y por el que recibió el Goya a la mejor dirección novel.

 

Aparte de cine y televisión, también escribió para teatro la comedia «Rulos»  en colaboración con Alberto Macías y puesta en escena por Fernando Soto, así como adaptó la función «Séptimo cielo», de Caryl Churchill, dirigida por José Pascual. Además de su actividad como guionista, fue presidenta de Autores Literarios de Medios Audiovisuales hasta noviembre de 2001, y es miembro de la junta directiva de la entidad de gestión  Derechos de Autor de Medios Audiovisuales.

 

Domingos de Oliveira

 

Nació en Río de Janeiro, Brasil, en 1936 y devino un nombre fundamental del Cinema Novo de los 60. Domingos José Soares de Oliveira es uno de los más prestigiosos y reconocidos realizadores brasileños. Autor, director, guionista, productor y actor, edificó una obra sólida tanto en cine como en teatro y  televisión. Sus primeros pasos en el espectáculo los dio en el teatro, con obras propias y adaptaciones que él mismo ponía en escena. En TV, fue responsable de la creación del exitoso programa «Show da noite» (1965) y autor de varias series, como «Caso especial» (1972-1977) y «Ciranda, cirandinha» (1978), entre otras, además de un ciclo que adaptaba piezas teatrales, entre ellas algunas de Nicolai Gogol, Oduvaldo Vianna Filho y Paddy Chaffevsky. En el cine se inició como asistente de Joaquim Pedro de Andrade en dos cortos de finales de los 50, al tiempo que estudiaba cine en Itamaraty-UNESCO y participaba como guionista y actor en films ajenos. Sus primeros títulos se inscriben en el movimiento Cinema Novo: el primero fue su celebrado «Todas as mulheres do mundo» (1966), campeón de boleterías en todo el país, al que siguieron «Edu, coração de ouro» (1967), «As duas faces da moeda» (1969), el documental «É Simonal» (1970, sobre el popular músico Wilson Simonal), el drama «A culpa» (1971) y dos films en episodios: «Deliciosas traições de amor» (1973) y «Teu tua» (1977, éste sobre argumentos originales de Arthur Azevedo, Dostoievski y Molière). “Mis films son intemporales: me siento más un autor que un director”, dijo alguna vez. En los últimos veinticinco años sólo realizó dos largometrajes, «Amores» (1998) y «Separações» (2002): este último compitió en la 18ª edición del Festival de Mar del Plata, conquistando el primer premio Ombú de Oro al mejor film y el Ombú de Plata a la mejor interpretación masculina (él mismo). Actualmente tiene en postproducción un nuevo largometraje, provisoriamente titulado «Mulheres contra a parede», basado sobre su pieza teatral «Confissões de mulheres de 40» y rodado en video digital en apenas siete días.

 

Ernesto Pérez

 

Nacido en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1941, Ernesto Pérez se vinculó al cine desde muy joven, en los años 60, como directivo del Cine Club Núcleo y como redactor de su revista, Tiempo de Cine, a la que aportaba su por entonces voluminosa documentación, que con el paso de los años hoy ya es enorme. En febrero de 1969 se radicó en Roma, y en 1970 ingresó a la agencia noticiosa ANSA, con la que aún colabora, donde escribía indistintamente para las secciones Internacionales y Espectáculos, en este último caso con especialización en la cobertura de festivales internacionales y musicales.

 

Fue  miembro del jurado en una de las ediciones del Festival Internazionale del Cinema Latinoamericano de Trieste; ha colaborado en publicaciones diversas, entre ellas Il Manifesto y el indispensable Filmlexicon degli Autori e delle Opere (editado por Bianco e Nero), y es autor de «Ettore Scola... un cineasta particular», editado por la Semana Internacional de Cine de Valladolid en ocasión de una retrospectiva dedicada al cineasta italiano desarrollada en su 31ª edición, en 1986.

 

Ana María Picchio

 

Sus primeras imágenes públicas la mostraban “hamacándose en plaza Constitución o embadurnándose el pelo, la cara, las manos y el cuerpo con el almíbar de una lata de duraznos”, como recordó Jorge Abel Martín en un artículo periodístico: era Delia, aprendiz de prostituta, o de ladrona, o de vaya a saber qué otra calamidad, en el film de David Kohon «Breve cielo». Ana María Picchio hacía, así, su debut como actriz, que tardaría un tiempo en ser reconocido, exactamente hasta que por ese primer trabajo obtuvo el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Moscú de 1969.

 

Pocas actrices en el mundo tienen una oportunidad como la que tuvo Picchio en 1968. Pocas, de entre ellas, tienen la prudencia de no marearse y caer al vacío. Esta joven porteña nacida en 1946 despegó a lo grande pero con humildad, un raro mérito en el mundo del espectáculo.

 

Luego, y hasta hoy, Ana María Picchio prosiguió una carrera que la hizo transitar el cine, el teatro y la televisión, siempre en personajes (protagónicos o no) jugosos, agradecidos, que le permiten desplegar su versatilidad y un enorme talento. El cine –lo ha dicho– es su medio de expresión favorito: ha filmado alrededor de cuarenta títulos, entre los cuales cabe recordar a su inolvidable Laura Avellaneda de «La tregua», el film de Sergio Renán cuyos treinta años de existencia se celebran en este mismo Festival de Mar del Plata. También son recordables sus aportes a «Los días de junio» (1984), «Adiós, Roberto...» (1984), «El exilio de Gardel» (1985), «Tacos altos» (1985), «Chechechela, una chica de barrio» (1986), «Perdido por perdido» (1993) y «El mar de Lucas» (1999). Picchio acaba de finalizar una temporada teatral en Madrid interpretando la pieza de Nelly Fernández Tiscornia «Made in Lanús».

 

Donald Ranvaud

 

Anglo-italiano con nombre francés y marcada predilección por lo brasileño, Donald K. Ranvaud enseñó Literatura Comparada en la Universidad de Warwick y Estudios Fílmicos en la de East Anglia donde, también, se desempeñó como jefe de Departamento entre 1976 y 1988). En 1975 fundó la revista de cine independiente Framework, que editó hasta 1988, además de trabajar free-lance para el Boletín Mensual sobre Cine,  Sight and Sound, The Guardian, La Repubblica y otros medios. Dirigió programas documentales para el Canal 4 de la BBC y para la RAI 1, incluyendo documentales biográficos sobre Paul Schrader, Raúl Ruiz, Cui Jian, Laurie Anderson y David Mamet. También codirigió (con Antonio Bruschetta y Francesco Calogero) el largometraje «Visioni private», ambientado en un festival de cine para terminar todos los festivales de cine.

 

En marzo de 1989 se unió a Renée Goddard para conformar la European Script Fund, parte del Programa para los Medios de Comunicación  de la Comisión de la Comunidad Europea) donde permaneció por dieciocho meses leyendo casi cinco mil presentaciones y apoyando cuatrocientas veinte en toda Europa. Completó este período como consejero en Medios de Comunicación para la Presidencia del Consejo de Ministros, período durante el cual el Programa para los Medios de Comunicación fue totalmente incorporado a la política de la Comunidad Europea.

 

A partir de ese momento se dedicó por entero a la producción, colaborando con directores y países mucho antes de que se volvieran famosos o se pusieran de moda. Con el canadiense Atom Egoyan, con Chen Kaige en dos films y en  América Latina desde 1994 hasta hoy en día, en films de Carlos Reichenbach Filho, Carlos Diegues, Walter Salles («Estación Central»), Eduardo Coutinho, Ruy Guerra, Verónica Chen («Vagón fumador»), Luiz Fernando Carvalho («Lavour arcaica»), Fernando Meirelles («Ciudad de Dios»), Karim Ainouz («Madame Satã»), Chicho Durant («Doble juego», que se exhibe en esta edición del Festival, en la sección América Latina XXI) y Pablo Trapero («Familia rodante»).

 

Gracias a la visión de Robert Bevan y el International Film Collective, en Cannes 2003 Ranvaud se unió con Fernando Meirelles y Walter Salles en un nuevo proyecto denominado Buena Onda Films Limited, que fijó su sede en Londres y luego sumó a Simon Channing Williams y Mike Leigh  estableciendo así una compañía de producción y ventas que será apropiadamente dado a luz en Cannes 2004, con proyectos de los directores ya mencionados como así también de Lee Tamahori, Eliseo Subiela, Michael Radford y los debutantes Philippe Barcinsky (del Brasil), Beniamino Catena (de Italia) y Roberto Lanza (de Bolivia).

 

 

 

 

JURADOS NO OFICIALES

 

La Mujer y el Cine:

 

  • Catherine Corsini  (Francia)
  • Susan Seidelman (Estados Unidos)
  • Juan Bautista Stagnaro (Argentina)

 

Fédération International de la Press Cinématographique (FIPRESCI):

 

  • Jorge Morales (Chile)
  • Pablo Suárez  (Argentina)
  • Dennis West (Estados Unidos)

 

Signis:

 

  • Gustavo Andújar Robles (Cuba)
  • María Luengo de la Torre (España)
  • Duilio Marzio (Argentina)
  • Eduardo Mignogna (Argentina)
  • Mónica Satarain (Argentina)

 

Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (ACCA):

 

  • César Maranghello
  • Roberto Quirno
  • Agustín Neifert
  • Guillermo Álamo
  • José María Poirier

 

Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (SICA):

 

·        Carlos O. García

·        Aldo Guglielmone

·        Alicia Esther Macchi

 

La Mirada Interior:

 

·        Gerardo Vallejo - Presidente

·        Sebastián Aloi

·        Eugenia Blanco