Low Heights,
filme iraní del desconocido Ebrahim Hatamikia,
quizás inspirada en los atentados del
11/09/01.
La historia se
concentra en un ciudadano de su país que
intenta secuestrar un avión junto con su familia
con el objetivo de emigrar.
La película transcurre casi en su
totalidad dentro del avión
y amalgama diversos tonos:comedia
(hasta musical), suspenso, drama, acción
(tiroteos al estilo spaghetti incluido). Una película más simpática que
lógica.
All The Real Girls,
de David Green, es el relato de una relación
amorosa entre dos jóvenes con tintes de culebrón y
aspiraciones filosóficas a las que no llega. Su actriz,
Zooey Deschamel, se llevó uno de los ombúes.
Facing The Truth,
la película del danés Nils Malmros, ha inaugurado el
mito de gente descompuesta en el Auditorium
en su primera proyección, causados por los primeros planos de una
operación cerebral (algunos
llegaron a contar 12 desmayos entre el público, mientras que quien
escribe contó una sola descompostura).
Con la
excusa del médico ya mayor lamentando la utilización de un reactivo que
se probó cancerígeno "Facing the Truth" narra la biografía de este
personaje (padre del director Malmros) de una forma diferente y sobria.
Obtuvo el premio FIPRESCI
(federación de críticos).
Bug,
del tándem Hay-Manfredi
(guionistas entre otras de "The Tuxedo" con Jackie Chan) nos mostró una
comedia repleta de gracia e ironía, quizás con demasiados personajes
pero con algunos imperdibles como ser el dueño del restaurante al paso,
el ama de casa New Age (cocina divertida incluída) y el trabajador que
siempre trata de ayudar tanto a los animales como a los hombres. Una
cucaracha puede disparar una andanada de relaciones impensables que los
directores/guionistas hacen cerrar perfectamente.
Hugo Santiago, con El lobo de
la costa oeste demostró que
aún tiene la capacidad para brindar al público una obra de calidad sin
apelar a las trampas de cierto cine actual como ser falsas aceleraciones
de ritmo y estética televisiva (vicios observados en varias películas,
entre ellas "Ciudad de Dios"). Su actriz,
Anna Mouglalis, estuvo presente en la Ciudad Costera.
El fondo del mar,
opera prima de Damián Szifrón (Los simuladores),
resultó una película mucho más compleja de lo que aparentaba en
un comienzo. Ezequiel (Daniel Hendler), un arquitecto inseguro,
obsesionado por su relación con su novia (Dolores Fonzi) y sumergido en
un desquiciado ataque de celos. El fondo del mar se llevó el
premio del público y el de mejor película iberoamericana.
Valentín,
de Alejandro Agresti, se centra en un
niño (Rodrigo Noya
- Agrandadytos, Dibu 3) que vive solo con su abuela y
desea ser astronauta. Trascurre durante la década
del 60 en el barrio de Boedo y contiene elementos
autobiográficos del propio director. Premio
especial del Jurado.
La
israelí The Barbacue People, se llevó
el premio al mejor guión.
Wanee & Junha, del coreano
Kim Young-gyun, fue uno de los puntos más altos de la competencia;
una historia de
amor incestuosa entre una dibujante de historietas y su hermano, tratado
con mucha altura y con imágenes por momentos deslumbrantes,
especialmente cuando la historia es contada mediante dibujos animados.
Separaciones,
de Domingo de Oliveira, una comedia brasilera muy simpática
se llevó el premio como mejor película y su
director (a la vez protagonista) se quedó con el
premio al mejor actor.
Antonio Chavarrías quedó como
mejor director por su film Volverás y la mención especial del
jurado fue para Tristán Ulloa por su trabajo en la misma película.
La canadiense
The nature of Nicholas de Jeff Erbach, narra un episodio en la vida
de dos niños que tiene su punto máximo cuando Nicholas (el chico
protagonista) besa en los labios a su mejor amigo.
A partir de este
punto las dudas invaden al personaje y constantemente hay alusiones a su
padre muerto (quien literalmente, en la mente del protagonista, se
transforma en el ventrílocuo de los demás personajes) y el otro yo
simbolizado en una especie de zombie asmático de su amigo. Película
intrincada y con demasiadas simbologías psicológicas.
Fabián Sancho