Tigrero-El Film Que Nunca Existió
de Mika Kaurismäki
Sala: Cosmos
A diez años de su realización se estrena Tigrero- El Film que Nunca Existió, un documental en 35 mm que reúne a los cineastas independientes norteamericanos Sam Fuller y Jim Jarmusch en su visita a los indios Karajá en el Amazonas brasileño. Sus charlas evocan la época de oro de los grandes estudios de Hollywood y reconstruyen Tigrero, un film que Fuller nunca llegó a rodar, en los escenarios que servirían a la película. Los nativos, quienes recibieron en 1954 al director, acogen a Kaurismäki y equipo para recordar la travesía de Fuller y terminan cautivando con su cultura al heredero Jarmusch. La película constituye el segundo estreno de Mika en Buenos Aires, luego de la recordada Helsinski-Nápoles-Todo en una noche.
El film formó parte de la retrospectiva de los hermanos Kaurismäki "Vodka, Frío y Rock and Roll" organizado por la revista Haciendo Cine en Village Recoleta del 5 al 11 de diciembre de 2002. Como resultado del éxito de la propuesta y la aceptación lograda en el público Haciendo Cine en coproducción con Good Movies hacen posible el estreno de Tigrero- El Film que Nunca Existió en Buenos Aires en el cine Cosmos a partir del 6 de febrero de 2003.
Sinopsis del Film
En 1993 Sam Fuller lleva a Jim Jarmusch en un viaje al Mato Grosso, Brasil subiendo el río Araguaia hasta la población de Santa Isabel Do Morro donde, 40 años antes, el productor Tarry Zanuck mandó a Fuller a buscar locaciones y a escribir un guión para una película basada en un "tigrero", un cazador de jaguares. Fuller espera encontrar que los nativos lo recuerden ya que lleva el material filmado en 1954. Muchas cosas cambiaron en estos años: hay televisores, relojes y casas de ladrillo sin embargo, la cultura Karajá sobrevive y sus pobladores están dispuestos a disfrutar de las viejas imágenes en las que pueden reconocer a familiares y amigos.
Ganadora del Premio FIPRESCI Festival de Berlin.
Ficha Técnica
Duración: 77 minutos
1993
Producción: Marianna Films, Premiere, YLE/TV 1, Sky Light Cinema, Mira Set, Lichtblick y Mika Kaurismäki.
Dirección, Guión y Edición: Mika Kaurismäki, basado en una idea original de Christa Fuller-Lang.
Fotografía en Color: Jacques Cheuiche
Música: Nana Vasconcelos, Chuck Jonkey y música ritual de los indios Karajá
Con: Samuel Fuller, Jim Jarmush y la comunidad Karajá.
Acerca de Tigrero- El Film que Nunca Existió
Una festiva idea documentada por Mika Kaurismäki en la que Jim Jarmusch acompaña a Sam Fuller en su regreso a la selva brasileña donde cuarenta años antes buscó locaciones y filmó secuencias en 16 mm para una película de aventuras de Hollywood que nunca se realizó. Lo que la hace tan graciosa y disfrutable son Fuller y Jarmusch delante de cámara y la relación que establecen entre ellos, así como también fascinan los escenarios y los indios Karajá. El film ganó el premio internacional de la crítica en el Festival de Berlín.
Jonathan Rosenbaum, Chicago Reader
Parte en la tradición narrativa hollywoodense, parte documental etnográfico, Tigrero nunca decide en verdad cuál clase de filme será; los espectadores que se interesen en los indios Karajá de Mato Grosso en Brasil bien pueden no ser los mismos espectadores que se fascinen al escuchar a Sam Fuller relatando a Jim Jarmusch la historia de un proyecto de los años cincuenta que nunca se realizó. Esto es una genuina rareza.
Al parecer, en el verano de 1954, luego de rodar Hell and High Water, Fuller fue contratado por Darry Zanuck para saquear un libro, Tigrero, que había sido comprado por la 20th Century Fox. Zanuck quería solo el título y no el argumento del libro y envió a Fuller a Brasil para que este desarrollara algunas ideas para un guión. Llevando con él una cámara de 16mm, 75 cajas de puros y dos maletas llenas de vodka polaca, Fuller llegó a una aldea y fue uno de los primeros gringos en conocer a los indios Karajá.
Fuller regresó a Hollywood y escribió un guión diseñado para un reparto formidable: John Wayne actuaría a un "tigrero" (cazador de jaguares); Tyrone Power sería un convicto cuya fiel esposa, actuada por Ava Gardner lo libera de una cárcel brasileña luego de matar a un guardia. Ambos huyen a la selva con Tigrero como guía, y ahí Gardner descubre que Power "se ama a si mismo un poco más de lo que la ama a ella".
Esto suena como un fascinante material, y Fuller -en ese momento en la cúspide de su carrera- pudo haber hecho una maravillosa y singular aventura en una locación exótica (afirma que no iba a haber un romance entre Wayne y Gardner en la película). Pero la compañía aseguradora de la Fox se escandalizó ante la idea de tener a tres estrellas de esa magnitud trabajando en situaciones tan peligrosas y el proyecto fue abandonado, aunque algo del material bruto filmado por Fuller en 1954 (aproximadamente una hora) se utilizó como insertos a color en su thriller psicológico-psiquiátrico Shock Corridor (Corredor sin retorno)
Utilizando esas imágenes, que Fuller cedió a Mika Kaurismäki "para que hiciera algo con ellas", el director finlandés se desplaza hasta el Amazonas para permitir a Fuller (ahora entrevistado por Jim Jarmusch, con su camiseta de los Ramones y su cámara de video) regresar al escenario de aquella aventura y confrontar a los indígenas con las imágenes que él mismo había rodado allí 40 años antes. Tigrero, pieza imprescindible de festivales, trae a la luz un fragmento olvidado de la historia de Hollywood en un formato inusual y exótico.
David Strartton en Dirigido por…/Variety
La experiencia se convierte así, paralelamente, en un rescate historiográfico y un documento antropológico, un trabajo a medio camino entre el documental y la ficción que viene a colocar sobre la pantalla una curiosa reflexión de carácter metalingüístico, una sucesión de espejos reflectantes en cuyo interior un cineasta moderno (Mika) filma en cine a otro colega contemporáneo (Jarmusch) cuando este graba en video a un tercer cineasta -en este caso veterano y, además, exponente de una generación en conflicto con los estudios tradicionales de Hollywood- que proyecta un material filmado por él, en 16 milímetros, frente a un pueblo cuya cultura se basa en la tradición oral.
El Tigrero resultante de semejante experimento se acerca a la memoria de un momento histórico de crisis y a la realidad presente que viven, en el mundo de hoy, tres cineastas (Kaurismäki, Jarmusch y Fuller) que siguen estando más interesados por el cine como vehículo de conocimiento que como excusa para el reconocimiento gratificante de lo que ya se sabe o ya se conoce.
Búsqueda histórica, investigación antropológica y celebración cinéfila, (puesto que de todo ello hay un poco en esta película heterodoxa), el nuevo Tigrero se aparta deliberadamente de los cauces transitados de la ficción tradicional y aprovecha el encuentro para recordarnos que la transmisión de la cultura está amenazada (en la industria occidental del cine y en los pueblos del Amazonas) por otros intereses -de índole comercial- que ponen en peligro la memoria histórica de los pueblos.
Mientras tanto, el viejo león (Fuller) exhibe de nuevo su impetuosa vitalidad frente al video de su joven compatriota (Jarmusch) y ambos son observados por la cámara de Mika Kaurismäki con respeto y con mesura, sin que este último busque ningún tipo de protagonismo. La experiencia es tan atípica como singular, y nadie debe buscar en ella los resortes o las agarraderas tradicionales de una película común.
Carlos F. Heredero
Cuadernos de la Cineteca Nacional/Nueva Epoca/Número 9-Embajada de Finlandia en México. Primera Edición: 1998
Estaba con Sam, a quien quiero mucho y con Mika que es gran amigo. Haría cualquier cosa por Sam. El es "el" hombre. Fue un placer para mí estar ahí. También fue muy interesante estar con los Karajá, el Amazonas y me gusta Mika Kaurismäki. Amo a Sam Fuller. Fue casi egoista de mi parte tener esa experiencia con esta gente. Me gustaría estar con Sam en cualquier parte del mundo. El es todo un personaje. El fue el único del equipo que no se enfermó. Todos se enfermaron y él no. "Qué les pasa, cuál es su problema", nos interrogaba. "Están todos deshaciéndose". Y tenía como 84 años. Qué tipo! Hay una escena, no recuerdo si quedó en la película, en la que me está diciendo cómo matar un jaguar y que yo le pregunto: "¿Por qué no sólo dispararle?". El me contestó efusivo: "No podés dispararle, hay que usar la lanza. No entendés el concepto de la cosa? Estamos en el Amazonas. Ellos no tienen armas en ese momento".
Jim Jarmusch
He reunido en esta película a Jarmusch y a Fuller porque es una pareja que combina muy bien y porque Jarmusch es el continuador de la obra de Fuller.(...) En el rodaje en la selva Jarmusch actuaba de dique de contención de Fuller, que se pasaba horas y horas explicando a los indios Karajá quiénes eran Shirley Temple y Rita Hayworth. Los indios, por supuesto, no entendían nada. Fuller es incombustible; todo el mundo enfermó durante las dos semanas de rodaje menos él, que se empeñaba en que pasáramos horas y horas bajo un sol abrasador. (...)
Yo no quería realizar una película sobre Sam Fuller sino sobre los indios Karajá. Sus historias y la de Fuller no son muy diferentes entre sí. Actualmente, el cine está perdiendo su identidad dentro de una cultura global en la que quien manda es el mercado, y la cultura de los indios se está diluyendo en la de los blancos. Fuller representa la independencia cinematográfica que trata de sobrevivir, al igual que los Karajá batallan por no ser absorbidos por la cultura occidental.
Mika Kaurismäki (Entrevista de Nuria Cuadrado/Joan Buixeda)