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		"SOPHIE SCHOLL – LOS ÚLTIMOS DÍAS" 
		
		de Marc Rothemund  
		
		  
  
		
		NOMINADA AL OSCAR A LA MEJOR 
		PELÍCULA EXTRANJERA 
		* FESTIVAL DE BERLÍN 
		Premio del Jurado Ecuménico 
		Oso de Plata a la Mejor Acriz 
		Oso de Plata al Mejor Director 
		*EUROPEAN FILM AWARDS 
		Premio a la Mejor Actriz 
		Premio del Público a la Mejor Actriz 
		Premio del Público al Mejor Director 
		* GERMAN FILM AWARDS 
		Premio del Público a la Mejor Película 
		Premio a la Mejor Actriz 
		Premio a la Mejor Película 
		* ASOCIACIÓN DE CRITICOS CINEMATOGRAFICOS DE ALEMANIA 
		Premio a la Mejor Actriz 
		* FESTIVAL DE MUNICH 
		Premio Bernhard Wicki al Mejor Director 
  
		
		 
		Munich, 1943. Hitler ha hundido a Europa en la devastación. Un grupo de 
		valientes jóvenes alemanes antinazis, en su mayoría estudiantes 
		universitarios, militan en Berlín ejerciendo activa resistencia al 
		régimen, como la única manera efectiva que tienen a su alcance de 
		vulnerar, aunque sea mínimamente, el salvajismo de la maquinaria bélica 
		hitleriana.  
		
		Así es como se conforma la célebre 
		Rosa Blanca, un movimiento clandestino que busca minar subterráneamente 
		los cimientos del Tercer Reich. Sophie Scholl se une al grupo, 
		convirtiéndose así en su única integrante del sexo femenino; ella es una 
		chica dulce e inocente, aunque esas dotes no impiden que madure en ella 
		un profundo e intrépido desprecio por los Nazis, sumado a un activo 
		compromiso de lucha. El 18 de febrero de 1943,
		 Sophie 
		y su hermano Hans son atrapados mientras reparten panfletos en el campus 
		de la Universidad, e inmediatamente arrestados. En sucesivas, dramáticas 
		jornadas, Sophie será duramente interrogada por Mohr, un oficial de la 
		Gestapo, y su interrogatorio irá convirtiéndose gradualmente en un 
		intenso duelo psicológico. Sophie miente, niega, fabula y hasta desafía 
		a su cruel interlocutor, con enorme coraje y fuerza moral, al punto casi 
		de desarmar al oponente. Pero finalmente, ante una demoledora evidencia, 
		llega la inexorable confesión, y con ella el último, desesperado intento 
		de Sophie por cubrir a su hermano y a los otros miembros de la Rosa 
		Blanca. Conmovido por la inusual nobleza y valentía de Sophie, Mohr 
		incluso le ofrece una salida, pero a cambio de traicionar sus ideales. 
		Sophie se rehúsa, y con ello queda echada su suerte. 
		
		 
		SOPHIE SCHOLL, LOS ÚLTIMOS DÍAS es el conmovedor retrato de una de las 
		heroínas más singulares de la historia de Alemania. El film relata los 
		últimos seis días (del 17 al 22 de febrero de 1943) de la vida de Sophie 
		Scholl, muy cerca del punto de vista de ella: el de una corajuda y 
		vibrante joven mujer dispuesta a enfrentar la muerte con tal de luchar y 
		defender los ideales de la “Rosa Blanca”. La evidencia histórica de la 
		resistencia y la protesta que Sophie Scholl y sus camaradas ejercieron 
		contra el régimen Nazi los ha convertido en sinónimos del coraje civil, 
		y de la oposición pacífica a toda forma de opresión y violencia. Aunque 
		respeta los verdaderos hechos históricos con la mayor fidelidad y 
		minuciosidad, a partir de los archivos de los auténticos 
		interrogatorios, recién ahora expurgados, el joven realizador MARC 
		ROTHEMUND ha planteado su film como un film de ficción. Con una mirada 
		sobre la historia tan valiente como sensible, insufla nueva vida a la 
		figura mítica e icónica de Sophie Scholl, con un elenco 
		extraordinariamente sólido y homogéneo encabezado por JULIA JENTSCH (LOS 
		EDUCADORES, LA CAIDA) en el rol de Sophie, junto a FABIAN HINRICHS (“GUN-SHY”) 
		como Hans Scholl; ALEXANDER HELD (LA CAIDA) como Robert Mohr, el 
		interrogador de la Gestapo; ANDRE HENNICKE (“ANGST”) como el Juez Roland 
		Freisler; y JOHANNA GASTDORF (“THE MIRACLE OF BERN”) como Else Gebel, la 
		compañera de celda de Sophie.  
		Con esta conmocionante película, MARC ROTHEMUND continúa su exitosa 
		colaboración con FRED BREINERSDORFER (guión), SVEN BURGEMEISTER 
		(productor), MARTÍN LANGER (director de fotografía) y HANS FUNCK 
		(montaje). Todos ellos han recibido recientemente el Premio Grimme en 
		Oro y la Cámara de Oro por el telefilm DIE HOFFNUNG STIRBT ZULETZT. 
		Fue con una mezcla de revulsión, excitación y solemnidad que examinamos 
		los archivos de la Gestapo sobre La Rosa Blanca. Cuando uno los lee 
		cuidadosamente, se siente particularmente impactado por cómo se 
		desarrolla la interrogación, por la habilidad de los hermanos para 
		negarlo todo y por cómo Sophie brillantemente se defiende y casi logra 
		salvar el pellejo. Pero
		 después 
		cae sobre ella la demoledora evidencia, sobreviene su confesión, y el 
		subsiguiente intento del oficial interrogador Mohr para que ella le 
		revele el nombre de los otros conspiradores. Después llegarán las horas 
		angustiosas de una Sophie tratando de no dar ningún nombre de amigos o 
		camaradas. En última instancia, los registros de los interrogatorios de 
		Sophie demuestran cómo ella rechaza el ofrecimiento que le hace Mohr, 
		que consiste en obtener una sentencia más benévola, siempre y cuando 
		traicione sus ideales delatando a sus compañeros.  
		Quizás, una lectura acrítica, apresurada, de los documentos, podría dar 
		la impresión de que los hermanos ya han revelado relativamente temprano 
		las identidades de sus amigos, y sin ofrecer casi ninguna resistencia. 
		Pero esto resulta a todas luces falso, si recordamos que lo que estamos 
		examinando son los registros transcriptos por los verdugos. El estilo y 
		el modo de hablar dejan perfectamente en claro que lo que leemos es la 
		versión escrita por el oficial interrogador. Y esta grave distorsión 
		tiene una extensa tradición en los estrados judiciales y en los 
		procedimientos policiales de Alemania; no fue inventada por los nazis, y 
		todavía tiene lamentable vigencia hoy en día. El oficial interrogador 
		hace las preguntas, toma notas y establece las minutas bajo la forma de 
		un sumario, en presencia del acusado. Las preguntas y las respuestas 
		propiamente dichas se agregan a posteriori, siempre y cuando la versión 
		final exhiba todavía puntos oscuros. Consecuentemente, en el caso de las 
		declaraciones de Sophie y su registro, es la voz de Mohr, su punto de 
		vista sobre los acontecimientos, y no las declaraciones directas de 
		Sophie lo  
		que determina los contenidos de las minutas. Los comentarios de Mohr, 
		sus gestos, sus intentos por acorralarla, y otras tácticas de presión 
		psicológica que pudo haber empleado no han quedado registrados. Como 
		tampoco las reacciones de Sophie. Pero lo que sí emerge claramente de 
		esos registros son los ricos elementos de discusión política y las 
		valientes declaraciones de Sophie. MARC ROTHEMUND - FRED BREINERSDORFER 
		
		 
		DE PIE FRENTE AL VERDUGO: FREISLER Y EL ASESINATO JUDICIAL  
		DE CHRISTOPH PROBTS Y DE HANS Y SOPHIE SCHOLL 
		Podemos ver a partir de la feroz reacción operada por su “justicia de 
		terror” hasta qué punto el régimen nazi se sintió amenazado por las 
		acciones de la “Rosa Blanca”. El jueves 18 de octubre, Hans y Sophie 
		Scholl son arrestados e interrogados durante tres largos días, hasta el 
		20 de febrero, con apenas breves interrupciones. El viernes 19 de 
		febrero Christoph Probst es arrestado en las oficinas de la “Studentenkompanie”, 
		en Innsbruck, y trasladado al Palacio Wittelsbacher en Munich. Durante 
		su interrogatorio del 20 de febrero, confiesa haber escrito el borrador 
		de un texto encontrado en poder de Hans Scholl, y que Probst ha 
		redactado a pedido de Scholl. Al día siguiente, domingo 21 de febrero, 
		la acusación está lista. La audiencia se fija para el lunes 22 de 
		febrero, en horas de la mañana, ante la Corte Suprema del Reich, la 
		llamada “Corte del Pueblo” (Volksgerichtshof). Aunque es un tribunal con 
		sede en Berlín, sesionará en este caso en los tribunales de Munich. El 
		juez que preside el tribunal no es otro que el Presidente de la Corte 
		del Pueblo, el mismo Dr. Roland Freisler, quien ha llegado a Munich 
		especialmente para esta ocasión. Es gracias al Gauleiter (*) Paul 
		Giesler que la Corte del Pueblo puede convocarse tan rápidamente para 
		este caso. Hans Scholl, Christoph Probst, Alexander Schmorell y Willi 
		Graf son soldados. Por ende, su caso no puede ni debe ser juzgado según 
		los fueros de la justicia civil, sino de la militar. Sin embargo, ya el 
		19 de febrero Giesler acude a Martín Bormann en Berlín e informa a la 
		Comisión Especial de la Gestapo sobre los resultados de su intervención, 
		ese mismo día a las cinco de la tarde: “El Mariscal de Campo Keitel ha 
		dado de baja de la Wermacht a los soldados en cuestión y está de acuerdo 
		en que deben ser juzgados y sentenciados por la Corte del Pueblo”. 
		Giesler pide que la sentencia sea pronunciada en los próximos días y que 
		la ejecución sea llevada a cabo lo antes posible. 
		En cuanto a la sentencia misma, no sólo el uso intencionado del mismo 
		concepto de sentencia prueba que el veredicto final de los llamados 
		“procedimientos judiciales”estaba predeterminado desde un principio; ni 
		la Gestapo ni la corte iban a darle a los acusados la más mínima chance 
		de procurarse un abogado defensor. Tampoco las familias de los acusados 
		tendrían la posibilidad de obtener ayuda legal, dado que fueron 
		mantenidas bajo el más completo desconocimiento en relación al arresto y 
		el inminente juicio de sus seres queridos ( los padres de los Scholl 
		fueron notificados gracias a la valiente intervención de Traute Lafrenz 
		y Jürgen Wittenstein). La Suprema Corte del Reich (Oberreichsanwalt) 
		envío la acusación de alta traición a dos de sus secretarías judiciales 
		en la tarde del domingo; el juicio estaba programado para la mañana 
		siguiente. La secretaría a cargo de Hans y Sophie Scholl no tuvo ni el 
		coraje ni la intención de pedir una postergación del juicio, para poder 
		entrevistarse con los acusados e interiorizarse debidamente de los 
		detalles de la causa. Elsa Gebel da cuenta del lastimoso espectáculo 
		montado por el abogado August Klein, quien visitó a Sophie en su celda 
		para preguntarle si quería algo, en lugar de discutir seriamente con 
		ella alguna estrategia de defensa medianamente sólida. “ Nada de eso; 
		incluso se sorprendió cuando Sophie se concentró en pedirle garantías de 
		que su hermano tendría el derecho de ser ejecutado por un pelotón de 
		fusilamiento (...). Literalmente quedaba petrificado por las preguntas 
		de Sophie, acerca de si sería colgada o ejecutada en la guillotina”. Y 
		agrega Gebel: “ Semejantes preguntas eran formuladas con una calma 
		increíble, sobre todo tratándose de una chica tan joven; era algo 
		completamente diferente a lo que él esperaba encontrar”. El abogado 
		Ferdinand Seigel al menos intentó que la Corte tratara el caso de su 
		cliente Christoph Probst separadamente del caso de los Scholl, pero sus 
		esfuerzos fueron en vano. 
		La sesión del lunes por la mañana guarda las apariencias tribunalicias. 
		No obstante, la Gestapo y los juristas nazis le temen a la impredecible 
		reacción del público asistente, un público que no ha sido previamente 
		seleccionado, y así se decide vedar el acceso a la sala. Los lugares de 
		la audiencia serán ocupados por miembros de organizaciones nazis 
		enviados especialmente como delegados, El joven abogado Leo Samberger, 
		uno de los escasos testigos independientes, da cuenta de la inquietud de 
		los demás asistentes: 
		“La tensión era perfectamente visible en los rostros de todos. Creo no 
		equivocarme si digo que la mayoría de ellos estaban pálidos de miedo; un 
		miedo que empezaba en el estrado del juez y se expandía por doquier”. El 
		preceptor de la Universidad Schmied, junto con Robert Mohr y Antón 
		Mahler, los comisionados de la Gestapo, estaban citados para comparecer 
		como testigos, pero no fueron escuchados. El fiscal Weyersberg y el 
		juez, así como los abogados defensores, simplemente daban cuórum al mudo 
		telón de fondo para la performance del actor principal, ataviado de 
		rojo. “ Rugiendo, gritando, aullando hasta el punto de perder la voz, y 
		en interminable sucesión de contorsiones y estallidos de ira”, es como 
		el testigo Leo Samberger describe la conducta del Presidente de la Corte 
		del Pueblo, Freisler, quien, sin embargo, no logró intimidar ni quebrar 
		a los acusados. “El comportamiento de los acusados provocó una profunda 
		impresión, y no sólo a mí. Teníamos ante nosotros a individuos 
		plenamente convencidos de sus ideales. Sus respuestas fueron calmas, 
		coherentes, claras y valientes, frente a la desvergüenza de las 
		preguntas que les formulaba el presidente, quien se comportaba más como 
		un fiscal que como un juez”. 
		Freisler se rehusó categóricamente a otorgarles una audiencia a los 
		padres de Hans y Sophie Scholl, quienes a su vez pugnaban por ser 
		admitidos en la sala, siendo expulsados por los empleados de la Corte. 
		La actitud criminal de Freisler queda particularmente en evidencia en el 
		modo en que trata a Christopher Probst. Incluso de acuerdo a las 
		evidencias recogidas por la Gestapo, Probst no había tenido 
		participación alguna en las pintadas murales ni en la distribución de 
		volantes, elementos centrales de la acusación. Todo se reducía a un 
		texto que se le había encontrado a Hans Scholl, y que Probst había 
		escrito a pedido de él, pero que no había llegado a imprimirse. Nadie 
		excepto Hans Scholl lo había leido. Probst confesó y admitió haber 
		escrito el texto, aunque argumentando haberlo hecho en medio de una 
		depresión aguda, dado que su esposa acababa de dar a luz con grandes 
		dolores y estaba todavía convaleciente del parto. Apeló a su condición 
		de padre de tres hijos para rogar a la corte por su vida. Cuando Scholl 
		también abogó por la vida de Probst en su alegato final, Freisler lo 
		cortó de cuajo con las palabras: “Si no tiene nada que decir en su 
		propia defensa, cállese”. En su manera de conducir el proceso y con las 
		sentencias de muerte pronunciadas, que incluyeron a Probst, Freisler 
		dejó bien a las claras su decisión de dar un escarmiento, y de haber 
		tomado una decisión condenatoria absolutamente de antemano, en un alarde 
		de despotismo y de un absoluto desprecio por sutilezas o 
		diferenciaciones judiciales. El mensaje es: la Corte del Pueblo no sólo 
		destruye físicamente a quienes, como los Scholl, ejercen actos de 
		resistencia y lo admiten, sino también a aquellos afines 
		ideológicamente, o bien cercanos por lazos de amistad, a los 
		conspiradores. Ya no hay pensamientos libres, ni inocentes. Un oficial 
		de la Gestapo anotó en el documento destinado a los archivos de Freisler 
		la frase que le dedicó Hans Scholl al Presidente del tribunal: “Todo 
		este juicio es una completa farsa”. 
		La declaración unánime aprobada por todos los partidos integrantes del 
		Parlamento alemán (Bundestag) el 25 de enero de 1985 describe 
		exactamente lo ocurrido en el juicio de Munich en la mañana del 22 de 
		febrero de 1943. Básicamente se determinaba que “la institución 
		autodenominada ‘Corte del Pueblo’ no era una Corte judicial en el 
		sentido constitucional, sino un instrumento de terror empleado para 
		imponer la dictadura Nacional-Socialista”.Freisler anuncia la sentencia 
		a las 12.45 del mediodía. “En tiempos de guerra, los acusados, mediante 
		panfletos, han llamado al sabotaje de armamentos y al derrocamiento de 
		nuestra forma de vida Nacional-Socialista. Han propagado ideas 
		derrotistas y han insultado desvergonzadamente a nuestro Fuhrer, 
		favoreciendo de tal modo a los enemigos del Reich, saboteando nuestra 
		capacidad de defensa. En consecuencia, serán castigados con la pena de 
		muerte. Además, se los priva para siempre de su condición de 
		ciudadanos”. 
		La petición de piedad que Robert Scholl eleva con la asistencia del 
		joven abogado Leo Samberger no es tomada en consideración. No obstante, 
		se les permite a Robert Scholl y a su esposa que puedan ver a sus hijos 
		Hans y Sophie en Stadelheim. Los padres no saben que la ejecución está 
		programada para ese mismo día. Christoph Probst, por su parte, no pudo 
		recibir el último adiós de su familia. A último momento, es bautizado 
		por un sacerdote católico. El guardia de las celdas permite que los tres 
		amigos fumen juntos un último cigarrillo. A las cinco de la tarde, 
		Sophie, Hans y Christoph son guillotinados por el verdugo Reichart. 
		Freisler emitiò seis condenas de muerte para miembros del círculo de “la 
		Rosa Blanca”: los tres acusados del primer juicio del 23 de febrero de 
		1943 – Hans y Sophie Scholl, Christoph Probst – y Alexander Schmorell, 
		Willi Graf y el Profesor Kurt Huber en el segundo juicio del 19 de abril 
		de 1943. El Primer Senado de la ‘Corte del Pueblo’, presidida por 
		Freisler, emitió una totalidad de 2.295 sentencias de muerte entre 1942 
		y 1945, año de la muerte de Freisler. El 3 de febrero de 1945 Freisler 
		se hallaba una vez más atareado “administrando justicia” cuando, en un 
		receso del tribunal, fue alcanzado y muerto por la metralla durante un 
		raid aéreo sobre Berlín. Ulrich Chaussy, de su libro “Sophie Scholl – 
		Die letzten Tage” 
		(*) Gauleiter: lider político de las más altas jerarquías del estado, a 
		cargo, por orden directa del Fuhrer, del control político, cultural y 
		económico de las manifestaciones y actitudes de los ciudadanos, en 
		resguardo de su consonancia con los preceptos ideológicos y filosóficos 
		del régimen nazi.  
		 
		JULIA JENTSCH es Sophie Scholl 
		Julia Jentsch, nacida en 1978, estudió en la Escuela “Ernst Busch” de 
		Berlín y comenzó su carrera actoral en el teatro. Ha integrado el elenco 
		de la Munich Kammerspielle desde 2001, actuando en roles tales como el 
		de Desdémona en la puesta de LUK PERCEVAL del OTELO de SHAKESPEARE, 
		Electra en la puesta de ANDREAS KRIEGENSBURG de ORESTES de EURÍPIDES, 
		asi como en la puesta de LARS-OLE WALBURG de ANTÍGONA de SÓFOCLES, en la 
		cual interpretó el papel principal. Fue proclamada como Mejor Actriz 
		Joven del 2002 por el periódico teatral “Theater heute”.También, JULIA 
		JENTSCH ha aparecido en numerosos telefilms desde 2001, como por ejemplo 
		UND DIE BRAUT WUSSTE VON NICHTS de RAINER KAUFMANN (2002), BLOCH-TAUSENDSCHÖNCHEN 
		de CHRISTOPHER STARK (2002) y en el episodio BITTERES BROT del thriller 
		TATORT. Su debut en cine se produjo en la aclamada ZORNIGE KÜSSE de 
		JUDITH KENNEL (2000), film al que sucederían JULIETA (2001) de CHRISTOPH 
		STARK, MEIN BRUDER DER VAMPIR ( 2002) de SVEN TADDICKEN, LOS EDUCADORES 
		(2004) de HANS WEINGARTEN, LA CAIDA (2004) de OLIVIER HIRSCHBIEGEL y 
		SNOWLAND (2005) de HANS W. GEISSENDÖRFER. 
		MARC ROTHEMUND (Director), nacido en 1968, inició su carrera profesional 
		como asistente de dirección de HELMUT DIETL para ROSSINI, de BERND 
		EICHINGER para DAS MÄDCHEN ROSEMARIA, de DOMINIK GRAF para SPERLING y de 
		GÉRARD CORBIAU para FARINELLI. En 1998 obtuvo el Bavarian Film Prize al 
		Mejor Director Joven por su film debut DAS MERKWURDIGE VERHALTEN 
		GESCHLECHTSREIFER GROSSSTADTER ZUR PAARUNGSZEIT. Con un millón 
		setecientos mil espectadores, su segundo film, HARTE JUNGS, se convirtió 
		en uno de las películas más taquilleras de 1999 en Alemania . Su 
		telefilm DAS DUO- DER LIEBHABER obtuvo el VFF TV Movie Award de 2003. 
		Con SOPHIE SCHOLL – LOS ULTIMOS DÍAS, ROTHEMUND continúa con su exitosa 
		colaboración con el guionista FRED BREINERSDORFER, la cual se iniciaba 
		en 1997 con dos episodios del thriller serial ANWALT ABELT, alcanzando 
		su punto culminante con el telefilm DIE HOFFNUNG STIRBT ZULETZT. MARC 
		ROTHEMUND y FRED BREINERSDORFER son también productores de SOPHIE SCHOLL 
		– LOS ÚLTIMOS DÍAS.  
  
		
			
		BAVARIA FILM INTERNATIONAL presenta una producción de GOLDKIND FILM y BROTH FILM – “SOPHIE SCHOLL – 
		LOS ÚLTIMOS DÍAS” (“SOPHIE SCHOLL - DIE LETZTEN TAGE ) en coproducción 
		con BR.SWR y ARTE Año: 2005 – Origen: Alemania – Duración: 117 minutos 
		Elenco: JULIA JENTSCH (Sophie Scholl) – ALEXANDER HELD (Robert Mohr) – 
		FABIAN HINRICHS ( Hans Scholl) – JOHANNA GASTDORF ( Else Gebel) – ANDRE 
		HENNICKE (Roland Freisler) – FLORIAN STETTER (Christoph Probst) – PETRA 
		KELLING (Magdalena Scholl) – JÖRG HUBE (Robert Scholl) – JOHANNES SUHM ( 
		Alexander Schmorell) – MAXIMILIAN BRUCKNER (Willi Graff ) – LILLI JUNG ( 
		Gisella Schertling ) – FRANZ STABER (Werner Scholl) – Casting NESSIE 
		NESSLAUER – Maquillaje MARTINE FLENER, GREGOR ECKSTEIN – Vestuario 
		NATASCHA CURTIUS-NOSS – Diseño de producciòn JANA KAREN – Sonido ROLAND 
		WINKE – Diseño de sonido DANIEL DIETENBERGER, ALEX SAAL, MAGDA 
		HABERNICKEL – Mezcla ISCHANGIS CHAHROKH – Montaje HANS FUNCK – Música 
		JOHNNY KLIMEK, REINHOLD HEIL – Fotografía MARTIN LANGER – Manager de 
		Producción PATRICK BRANDT – Linea de producciòn JO N. SCHÄFER – 
		Co.Productor BETTINA REITZ – Producción CHRISTOPHER MUELLER, SVEN 
		BURGEMEISTER, FRED BREINERSDORFER, MARC ROTHEMUND – Guión FRED 
		BREINERSDORFER – Dirección MARC ROTHEMUND  
   
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