Transeuropa Video Entertainment presenta para el video hogareño y en DVD el film ¿Quién dice que es fácil? una encantadora y profunda comedia romántica dirigida por Juan Taratuto, el mismo director de la sorpresiva –y también exitosa- “No Sos Vos, Soy Yo”. El film se rodó en junio y julio de 2006 durante 7 semanas, con locaciones integrales en Buenos Aires. Y fue vista durante su estreno por 500.000 espectadores.
¿Quién dice que es fácil? es la historia de Aldo, un tipo de barrio, solitario e inquietante, que vive encerrado en una rutina cuya única emoción es tenerlo todo absolutamente controlado. Aldo no pretende que su vida cambie. Cada mañana se levanta a la misma hora para llegar a tiempo a su negocio, un servicio de lava autos; esperando así que nada altere su pequeño sistema de costumbres: controlar a sus empleados, controlar el gas, controlar su dieta, controlar a sus vecinos, controlar las paredes de su casa, controlar la video casetera, controlar el control remoto. ¿Quién se enamoraría de un hombre como él? Hasta que decide alquilar el departamento que posee justo enfrente de su casa a la atractiva Andrea, una fotógrafa viajera y bohemia, que pasó los últimos quince años viajando por el mundo, acumulando experiencias. Está embarazada y no sabe quién es el padre de su hijo. Siente que no necesita nada más. ¿Quién se enamoraría de una mujer como ella? Pero algo está a punto de cambiar para los dos. El amor está fuera de control. ¿Quién dice que es fácil?
¿Quién dice que es fácil? está dirigida por Juan Taratuto (Buenos Aires en 1971). Es egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires. Estudió Ciencias de la Comunicación en UBA y cine en la Escuela de Cine de Avellaneda y en la Universidad del Cine (FUC). Desde 1995 se desempeña como director publicitario para el mercado local y el exterior. Ha trabajado para productoras como Peluca Films, Argentina Cine y La Brea Producciones. Sus comerciales han ganado premios en FIAP, CANNES, CLIO, entre otros. En el año 2003 escribe y dirige “No Sos Vos, Soy Yo”, su primer largometraje. Y esto comentó: “Un día me reuní con Pablo Solarz, quien me leyó una historia que me hipnotizó. Empezaba así: un hombre se enamora de una mujer que está embarazada y encima ella no sólo es madre soltera, sino que cuando él le pregunta quién es el padre ella responde lo peor que se le puede contestar a un hombre enamorado: “no sé”. Con ese principio quedé maravillado y no sólo me cautivó hasta el final de la historia sino que tenía perfectamente claro el tema de la película: los valores. Cuando yo encuentro algo así en una historia me tranquilizo porque sé que es lo más difícil y lo que todos vamos a buscar a la pantalla, encontrarnos a nosotros mismos. Nuestros problemas, creencias, valores y pensamientos. Y este guión lo tenía. Siempre he tenido la idea que desde una comedia se puede decir casi cualquier cosa y que una comedia utiliza el humor como instrumento, no como un fin en sí mismo. Desde la mayor seriedad, sin buscar el gag, confiando en las situaciones, se puede generar una comedia o mejor dicho comedia de sentimientos, en donde se mezclan el humor y el drama para contar una historia”.
 

Entrevista a Diego Peretti
Ha participado en la adaptación del relato de Pablo Solarz. ¿Cuál fue la idea de partida?
Ver cómo se podían unir dos personajes muy opuestos en cuanto a sus formas de vida, a sus orígenes, a sus proyectos.
¿Qué aportó usted al guión?
Si acaso, dificultar al máximo la unión entre ellos, obstaculizarla dramáticamente lo más posible: que ella estuviera embarazada; que él tuviera eyaculación precoz; reforzar las manías, obsesiones y prejuicios de él, y en ella lo extrovertida y liberal que es.
Un poco al límite que la asistenta le ayude a resolver su problema de eyaculación precoz...
Leímos cosas al respecto y uno de los ejercicios era ese, la contención mientras otra persona te masturba, así que él, que no tiene quién, empieza a mirar con cierto afecto a la asistenta (ríe). Nos pareció una cosa barroca pero que no desestructuraba la historia, así que lo metimos.
Ese musculoso torso que luce en la película, ¿fue exigencia del papel?
No, soy muy deportista. Me gusta el fútbol, voy al gimnasio, corro. Jugué al voleibol de forma profesional y procuro mantenerme en forma.
Se preguntaría, al preparar su personaje, por qué alguien se enamora de un tipo tan raro.
Sí, pero por más que él esté encerrado en un caparazón para no dejar pasar los afectos, esté lleno de manías y tenga una personalidad tan prejuiciosa, ninguno de los dos ha conocido lo que es amar. Son personas solitarias.
Tanto en No sos vos, soy yo como aquí encarna a personajes algo patéticos, tiernos...
Sí, él padece el romanticismo. Ella también, pero de otra forma. Por primera vez le empiezan a suceder cosas que están fuera de su control. Lo que debe hacer y lo que desea hacer se contraponen; esta situación lo angustia mucho.
Usted abandonó la medicina para ser actor...
Sí, soy médico psiquiatra, pero a la vez hacía teatro y llegó un momento en que preferí dedicarme a lo artístico y dejar lo científico.
En el fondo no son oficios tan lejanos, ¿no?
Tienen la misma materia de estudio: las complicaciones en el alma humana, su ansiedad, su angustia. En un caso desde un discurso terapéutico, y en el otro, artístico. Siempre me ha atraído mucho el sentimiento de angustia de cualquier signo. Es la esencia de todo drama, tragedia o comedia. Cuando uno doblega la angustia significa que se conoce un poco y puede fantasear un poco más con la felicidad. Pero es difícil.
Si Taratuto es el Woody Allen porteño, usted es el Woody Allen actor.
(Ríe) Juan tiene una visión muy humorística de la vida cotidiana. Pone la lupa sobre esas pequeñas cosas que vemos y vivimos cada día, y las convierte en cómicas.