"Die another day" de Tamahori condensa los tics de los distintos Bond que a lo largo de varias décadas han sabido capitalizar las situaciones al límite propias de la estética de su creador "Ian Fleming". Pero en esta oportunidad 007 se aleja de las convenciones típicas de su personaje para darle un matiz de credibilidad a su trabajo de espía. Por este motivo, las escenas iniciales de "Die Another Day" muestran, por primera vez a un 007 sometido a singulares tormentos producto del largo cautiverio que debe padecer mientras transcurre la infaltable presentación oficial de créditos actorales y técnicos. También la sombra de la duda se cierne sobre él debido a los cuestionamientos éticos de la Sra. M (magistralmente interpretada por la dúctil Judi Dench) con respecto a su práctica de agente y el posible acto de traición a sus superiores y por extensión a la Patria, como ocurriera con el Capitán Picard en "Star Trek: Insurrection".

Una de las innovaciones de esta historia es la confirmación del nuevo Q, rol a cargo del ex Monty Python John Cleese, preanunciada en "The world is not enough" tras la desaparición del inolvidable Desmond Lewellyn, y en el que se concentran las expectativas de los fanáticos, ya que aparece rodeado de los extravagantes artefactos de su predecesor en un esfuerzo creativo de los productores para dejar constancia de que Bond seguirá siendo un fenómeno de taquilla, mientras existan las confrontaciones en función de una u otra caracterización de cada entrega. Para sintonizar con un público ávido de digitalizaciones y realidades virtuales, este Q pretende hechizar con cierto dejo volátil y una sutil candidez directamente proporcional a sus inventos, que menos artesanales que los anteriores, apuntan a reforzar el fino humor británico continuamente presente en el relato donde por ejemplo, la concreción de los deseos de "Monypenny" o la aniquilación de los integrantes de la central de espionaje son fantasías realizables.

Otro factor a tener en cuenta es la ausencia de una figura del Star System como villano principal, rol adjudicado en la era Brosnan a Jonathan Price o Robert Carlyle, respectivamente. Tamahori ha reemplazado a éstos por dos villanos interpretados por Toby Stephens y el asiático Rick Yuen, también buscó la inserción del elemento maorí en sintonía con sus raíces cinematográficas plasmadas en la excelente "Once Upon a Time The Warriors", conocida en Argentina como "Entre el amor y la furia", su ópera prima. Si bien Halle Berry y Rosamund Pike equilibran con su presencia la necesidad de contar con actores más conocidos por la platea es, sin temor a equivocarme, Pierce Brosnan el elegido para sobresalir en el tablero de ajedrez de una intriga siempre vigente.

SILVIA G. ROMERO