"MOLIÈRE"

de Laurent Tirard

 


París, 1644. El joven de 22 años Jean-Baptiste Poquelin, también conocido como Molière, no es todavía el escritor que la historia reconoce como el padre y verdadero maestro de la sátira cómica; autor de “El Misántropo” y “Tartufo”, y un dramaturgo a la altura de Shakespeare y Sófocles. Lejos de eso Molière, es, de hecho, un actor fallido. Su ilustre Théâtre Troupe, fundado el año anterior, está en bancarrota. Asediado por los acreedores, Molière es encarcelado, liberado y rápidamente encarcelado nuevamente. Cuando queda finalmente en definitiva libertad, desaparece. Pese a sus esfuerzos los historiadores no han podido encontrar rastro alguno de su camino hasta su reaparición, varios meses después, cuando su compañía sale de gira por las provincias; una gira que durará trece años, y culminará en el regreso triunfante de Molière a París en 1658.
Pero ¿qué sucedió durante esos misteriosos meses perdidos?
Molière, descubrimos, ha sido liberado de prisión por un opulento burgués, Monsieur Jourdain, quien paga las deudas del joven actor en el entendimiento de que éste le transmitirá el arte del teatro. Hambriento de reconocimiento, Jourdain está encaprichado con la adorable pero venenosa Célimene, en cuyo salón se reúnen grandes personalidades. Pero el romance debe permanecer en secreto; bajo ninguna circunstancia debe llegar a oídos de la esposa de Jourdain, Elmire, una maravillosa mujer, de quien el mismo Molière se enamorará profundamente. Desafortunadamente para él, Jourdain lo ha presentado como un austero tutor privado. Y Elvira no tiene más que hirientes palabras para esta figura que ha invadido su hogar. Atrapado en esta insostenible situación, Molière intentará por todos los medios abrir sus ojos y su mente a la vida y a su trabajo como artista. Es del corazón de esta historia, de su pasión por Elmire, que nace el gran dramaturgo Molière.
Con la presencia de un elenco extraordinario encabezado por ROMAIN DURIS (LAS MUÑECAS RUSAS, EL LATIDO DE MI CORAZÓN, PISO COMPARTIDO, EL EXTRANJERO LOCO) como Molière, FABRICE LUCHINI (CONFIDENCIAS MUY INTIMAS, BEAUMARCHAIS EL INSOLENTE, EL RETORNO DE CASANOVA, PERCEVAL EL GALO, LA RODILLA DE CLARA) como Jourdain; LAURA MORANTE ( LA HABITACIÓN DEL HIJO, CUERPOS PERDIDOS, CORAZONES, LO MEJOR DE NUESTRAS VIDAS) como Elvira; EDOUARD BAUER (ASTÉRIX Y OBÉLIX : MISION CLEOPATRA, BETTY FISCHER) como Dorante y LUDIVINE SAGNIER (LA PISCINA, OCHO MUJERES, PARIS JE T´AIME) como Célimene, MOLIÈRE regala espléndidos valores de producción y un ingenioso y sofisticado guión en la tradición de SHAKESPEARE APASIONADO. Así, este poderoso relato romántico e histórico del director LAURENT TIRARD revela el seductor misterio que alimenta el mito del más grande dramaturgo francés. MOLIÈRE tiene guión del propio LAURENT TIRARD y GRÉGOIRE VIGNERON, fotografía de GILLES HENRY, dirección de arte de FRANÇOISE DUPERTUIS, montaje de VALÉRIE DESEINE sonido de ERIC DEVULDER y FRANÇOIS FAYARD, vestuario de PIERRE-JEAN LARROQUE, GILLES BODU-LEMOINE y PUI LAÏ HUAM, maquillaje de MICHELE CONSTANTINIDES, y peinados de JEAN-PIERRE BERROYER; LAURENT SIVOT es manager de producción, la producción ejecutiva es de CHRISTINE DE JECKEL y los productores son OLIVIER DELBOSC y MARC MISSONNIER
A los 22 años, y purgando una pena de prisión por deudas, Molière - un joven de buena cuna que ha resignado sus privilegios por amor a una mujer y al teatro - desaparece varios meses sin dejar rastro. Tomando como punto de partida ese misterio - que nunca ha sido aclarado - , los creadores de MOLIERE han elaborado una aventura en la que se ve al joven Molière atrapado en una curiosa encerrona de mentiras y desengaños, pero también en una excitante coyuntura de amores clandestinos, pasiones imposibles y amor por el teatro. Una coyuntura de la cual Molière saldría transfigurado, convertido en el más grande autor de la historia del teatro francés.
Molière. Un nombre que evoca por sí solo un universo increíblemente rico. Emblema célebre de un arte que ha manejado con maestría al punto de hacer de ese nombre un sinónimo de teatro, Molière es, sin embargo, reducido a una suerte de genio del teatro del pasado. Lejos de rendir tributo a un monumento o a un cliché, con un sesgo tan original como sorprendente, la nueva película de Laurent Tirard nos sumerge en la vida y la obra de quien, antes de ser el más grande de los autores, fue sobre todo y desde el principio un hombre. Todas las biografías de Molière mencionan una larga y misteriosa ausencia a la corta edad de veintidós años. ¿Y si durante esos meses Molière hubiera conocido a aquellos que luego serían sus personajes? ¿Y si durante esta aventura, él hubiera experimentado en carne propia los sentimientos extremos que encienden sus piezas y que conmocionaron desde siempre al público? ¿Y si en su secreto paréntesis hubiera encontrado a quien le daría la clave para encontrarse a sí mismo, convirtiéndose para él en una constante fuente de inspiración?
Molière – Una vida
Molière (Jean-Baptiste Poquelin) nació en París en 1622. Su padre era tapicero del rey, y el joven Jean Baptiste atravesó su juventud gozando de grandes privilegios; se educó en el prestigioso colegio jesuita Collage de Clermont y tuvo acceso a la corte del rey. Desde muy joven, su inclinación a observarlo todo bajo una mirada satírica abonaría el camino del futuro dramaturgo:disfrutaba reírse de la aristocracia y del clero, siendo su blanco preferido el sacerdote de su madre, un hombre profundamente religioso.Con el paso del tiempo, saliendo ya de la adolescencia, Moliere iba a mostrar un interés considerablemente menor por los secretos de la tapicería que por el teatro; le atraían sobremanera los actores callejeros, el circo, y los romances, tragedias y farsas. A los veintiún años, entonces, Moliere resuelve consagrar su vida al teatro, decisión quizás alentada por el ardiente amor que sentía por una hermosa actriz de cabello flamígero, Madeleine Béjart. Con Madeleine y sus hermanos funda el Illustre Théâtre y al mismo tiempo adopta el nombre de Molière, presumiblemente para evitar avergonzar a su familia.
Lamentablemente, el entusiasmo de los actores del Illustre Théâtre no resultaba equiparable a su experiencia o su talento. La compañía resultó un desastre financiero desde sus comienzos, y se mantuvo tambaleando durante dos años hasta que sobrevino la inevitable bancarrota. Molière fue dos veces encarcelado por sus deudas y en ambas oportunidades logró salir en libertad; primero gracias a la intervención de su padre, y luego, a la de un misterioso benefactor. En los doce años siguientes, los miembros sobrevivientes del Illustre Théâtre recorrieron las provincias, perfeccionando su arte lejos de las severas luces de la sofisticada capital.
Molière comienza a escribir. En 1658 la compañía vuelve a París. Los largos y difíciles años han valido la pena: en octubre, interpretan “El Doctor Enamorado” del propio Molière ante Luis XIV. La monarquía y sus cortesanos quedan vivamente impresionados y, como reconocimiento, a la compañía de Molière se le otorga el título de Troupe de Monsieur, así como le es concedido el uso de las instalaciones del Théâtre du Petit-Bourbon, uno de los tres teatros más importantes de París. A la vez, el éxito, el dinero y la fama les acarrean adversarios políticos; Molière tiene poderosos enemigos, varios de los cuales se las ingenian para clausurar el Petit Bourbon. De todos modos, la influencia sobre el rey queda intacta, lo cual seguirá garantizándole el acceso al Théâtre de Palais Royal, para representar allí sus obras por el resto de su vida. A lo largo de los siguientes trece años, Molière trabaja fervientemente para hacer que su compañía sea la más respetada en París, dirigiendo sus propias obras, y en muchos casos interpretando él mismo los papeles principales.
El 17 de febrero de 1673, Molière sufre una hemorragia mientras actúa en el rol del hipocondríaco Argan de “El Enfermo Imaginario”. Muere esa misma noche. Los sacerdotes locales se niegan a tomar su confesión – en esa época, los actores habían sido excomulgados - y no autorizan su sepelio. El rey intercede y Molière es finalmente enterrado en el cementerio Saint Joseph, en horas de la noche. En 1792, sus restos fueron trasladados al famoso cementerio Père Lachaise.
Un gran maestro, padre de la comedia francesa, implacable enemigo de la hipocresía, y testigo y cronista de la insensatez humana, autor de algunas de las mejores sátiras de todos los tiempos, Molière es, hasta el día de hoy, interpretado y venerado en todo el mundo. Entre sus piezas más notables se destacan “El Misántropo”, “Tartufo”, “El Avaro”, y “El Enfermo Imaginario”.

Otra mirada
Laurent Tirard, coguionista y realizador explica: “Podría pensarse que soy un gran fanático de Molière y que tenía ganas de hacer esta película desde hacía mucho tiempo, pero no es el caso en absoluto. El proyecto nació de un modo casi accidental. Cuando se estrenó Mensonges et Trahisions, mi primer largometraje, me di cuenta de que aquello que yo consideraba sinceramente una película original, algo nuevo, se inscribía dentro del espacio de las películas de treintañeros que estaban de moda. Mi reacción fue, entonces, la de no querer hacer más comedias contemporáneas, y sí una película que no se pareciera a ninguna otra. En el caso de Mensonges et Trahisions, había disfrutado mucho el rodaje de todas las pequeñas secuencia de la Prehistoria, la Edad Media, el Siglo XIX, o incluso los años 80. Y la idea de una comedia algo pasada de moda, sobre temas modernos pero de época, me atraía verdaderamente. El campo de trabajo que se me abría era aún vasto”.
“Recuerdo haber leído El Misántropo con mucho placer en la escuela, y desde entonces no había vuelto a leerla. Así que me volví a sumergir en esa obra y, madurez y experiencia mediante, ¡me transmtió mucho más que en aquel entonces! Entonces me dieron ganas de leer más Molière. Descubrí Las Mujeres Sabias, sobre la cual no tenía idea. Me pareció una obra brillante. Más allá de la magia de las palabras, las situaciones eran universales, atemporales y Molière las plasmaba con un sentido único de la naturaleza humana ¿Cómo elegir una? ¿Cómo adaptarla? El Misántropo no me resultaba suficiente, Las Mujeres Sabias tampoco. Paralelamente, comencé evidentemente a interesarme por el autor y a leer sus biografías”.
“Para lograr algo que nos dejara satisfechos a los dos, Grégoire Vigneron, mi coguionista, y yo debimos impregnarnos de todo lo que escribió Molière, y de lo que se había escrito sobre él, para amalgamarlo. Quisimos orquestar un encuentro imaginario entre el autor y su obra. La película debía tener el espíritu de las piezas de Molière y, al mismo tiempo, reflejar nuestro punto de vista sobre él”.
Marc Missonnier, productor, recuerda: “Luego de Mensonges et Trahisions, Olivier Delbosc y yo queríamos volver a trabajar con Laurent. Él vino con varios proyectos y éste nos entusiasmó muchísimo. Un tema tan atractivo tratado por Laurent y Grégoire ofrecía un verdadero potencial. De repente, lejos de las clásicas imágenes y del academismo que se asocia habitualmente a Molière, ellos le infundían vida. Su mirada cambiaba todo. Aún cuando la idea tenía mucho de ficción, poseía el mérito evidente de desempolvar el mito y de sumergirnos en lo más vivo de su obra, lo más divertido, lo más emocionante y lo más atemporal”.

En el corazón de la obra de un hombre
Laurent Tirard explica: “Con Grégoire compartimos un cierto punto de vista sobre la vida, y sobre todo, nos reímos de las mismas cosas. Y en un plano más técnico, también nos complementamos muy bien. Yo me ocupo sobre todo de la estructura, de la construcción de la historia y Grégoire se relaciona más con los personajes. Me ayuda a profundizar y a explorarlos. Provenimos de medios similares, pero con experiencias de vida totalmente diferentes. Yo he llevado una vida muy ordenada, y soy muy prudente. Eso tiene la ventaja de aportar un cierto rigor a la escritura, lo que le da tranquilidad a Grégoire. Él tuvo experiencias más duras, sabe más de la vida que yo. Antes de trabajar con él, yo solía encarar los personajes de una forma terriblemente lógica, y el supo demostrarme que la gente raramente actúa de ese modo”
Grégoire interviene: “Leyendo la obra de Molière, nos sentimos muy próximos a ella, en lo que tiene de estudio de costumbres y de precisa descripción social. Molière inventó la comedia de las costumbres que nosotros amamos tanto y que gente como Woody Allen practica. Laurent Tirard prosigue: “Hay muchas biografías de Molière. Algunas son muy documentadas pero un poco frías, casi clínicas. La biografía, tan romántica, de Mikhaïl Boulgakov hace gruñir a muchos historiadores, pero nos ha dado un enfoque mucho más humano sobre el personaje. En muchos casos las biografías tienen el defecto de querer resaltar a toda costa las cualidades de Molière, de mostrar invariablemente su increíble genio. Cuando idealizan tanto al personaje, las biografías ponen una distancia y no nos permiten percibir su humanidad. En cambio, sus defectos, su escasa capacidad de autocrítica, su costado un poco psicópata, lo bajan de su pedestal y lo hacen más cercano a nosotros”
Grégoire agrega: “Nuestra ambición no era hacer una tesis sobre Molière. Lo que proponemos es una historia de ficción, pero directamente inspirada en su trabajo y su espíritu. Fue encarcelado por deudas, y apenas lo liberaron desapareció…” Laurent Tirard retoma: “Las biografías de los años 50 hablan de una desaparición de varios meses. Aún cuando esto está puesto en duda hoy en día, nosotros elegimos interesarnos por ese período decisivo, que sobreviene al momento en que Molière enfrenta su peor fracaso teatral, justo antes de que parta en su gran gira, que marcaría su despegue definitivo. De ese misterio, de esa ausencia, decidimos extraer el corazón de la película. Igualmente, intentamos impregnarnos de su obra releyendo todo y analizando cada escena. Y fue un verdadero placer porque así volvimos a la esencia de la pura comedia y empezamos a comprender la mecánica de sus piezas. Nos pasamos tres meses tomando notas, desarrollando las ideas de las escenas, empapándonos de los principios de la comedia, limitándonos sólo en lo que hacía a ciertas réplicas, que eliminamos. Acumulamos una especie de materia prima algo caótica, sin obsesionarnos con organizarla inmediatamente. El placer que sentimos realizando ese trabajo cambió inevitablemente nuestra manera de escribir. Para Grégoire y para mí habrá siempre un antes y un después de Molière.

Mucho más humano que una estatua
Grégoire Vigneron explica: “Para aprehender un personaje como Molière, hay que olvidar su peso histórico. Es, en primer lugar, un héroe como los que nos gustan. Es además poderoso y prolífico, ¡escribió Tartufo en sólo dos semanas! Por otro lado, es también un poco cobarde. Al respecto, hay una anécdota sabrosa. Mucha gente se reconocía en sus piezas y en muchos casos se ofendían por eso. Un día, en los pasillos de Versailles, un viejo soldado, creyendo reconocerse, simula querer abrazarlo. Molière se acerca y el soldado le marca de un golpe la mejilla con uno de los botones de su manga! En aquella época, y en ese lugar, eso era sinónimo de batirse a duelo a la mañana siguiente; duelo que Molière seguramente habría perdido. Entonces simplemente se aleja del lugar, fingiendo no haberse dado cuenta de nada. Sus prefacios desbordaban de halagos y ditirambos, pero él también era capaz de dar la espalda a los poderosos, empujado por la sinceridad de su escritura, ¡una mezcla de inocencia feroz y espontaneidad! Todas sus contradicciones, sus pasiones, y sus paradojas le dan otra densidad que la que aporta la imagen del ícono en la cual suelen encasillarlo. Era un ser vital y emotivo, cuya obra ha estado siempre marcada por los sentimientos y la agudeza de observación”.
Grégoire Vigneron agrega: “Otro hecho que marcaba su personalidad era que Molière se preocupaba mucho por los estrenos de sus espectáculos. Al fin y al cabo, estaba al frente de una compañía y lógicamente se desvivía porque ésta funcionara bien. Tenía un agudo sentido del marketing y de la comunicación. Entre los veintidós y los treinta y siete años, tuvo tiempo para darse cuenta donde estaba parado, de la realidad de su oficio y las características de si público. Una vez que llegó a París, ya había desarrollado una muy fiel captación de lo que es “la gente”. Sus piezas, de algún modo, se transformaban según dónde y cómo se representaban. Gracias a Lagrange, quien tenía muy bien calibrado el timming del grupo, se tenía exacta noción de las entradas y salidas de escena, y si algo no funcionaba, ¡Molière estaba listo para reescribir la escena allí mismo!
Laurent Tirard precisa: “Yo creo que él era mucho más complejo que lo que muestra el ícono en el que se trasformó. Era susceptible, vivo, con ciertos arranques de megalomanía, y grandes momentos de depresión y desesperación, no muy seguro de si mismo. En la película, Molière es un joven extremadamente entusiasta que en cierto modo rompe con su entorno para encontrarse inmerso en una situación que lo forzará a descubrir quién es él verdaderamente. Su encuentro con Elmire, una mujer mayor que él, notablemente atractiva, será una revelación. A través de la mirada que ella tiene de él, Moliere descubrirá el verdadero sentido de su vida futura. Esa es la clave ficcional de la película. Grégoire Vigneron retoma “Para Molière también la realidad es muy diferente a cómo se la hubiera imaginado. Con el transcurrir del tiempo, se da cuenta de que su derrotero le ha permitido saber finalmente quién es. Hijo de un artesano tapicero, un verdadero hombre de negocios en su oficio, Molière posee una cualidad de elaboración artesanal que se encuentra muy presente en sus obras. Otro aspecto que lo distingue es el hecho de ser actor. No empieza a escribir por amor al texto, sino por amor a la actuación. Es un autor-actor. Ha estudiado en la escuela jesuítica en Clermont, donde recibe una sólida formación, y además su padre lo obliga a estudiar derecho en Orleáns. Adquiere así una base teórica muy rigurosa, teñida además por el sufrimiento afectivo y psicológico dado que, siendo muy joven, a los diez años, ha perdido a su madre. Además, sufría una enfermedad que no le permitía respirar bien. Desde pequeño su abuelo lo llevaba al Pont Neuf a ver titiriteros y comediantes que lo maravillaban. Esa combinación de elementos heterogéneos y convergentes hizo que se convirtiera en el hombre que fue.

Encarnar algo más que personajes
Laurent Tirard explica: “Una vez que tuvimos en claro el núcleo concreto del film comenzamos la elaboración del mismo, desarrollando los personajes que nos resultaban más ricos y elocuentes. Tuvimos que eliminar muchos, lo que fue doloroso, así como achicamos algunos otros, y fusionamos varios en un solo. De este modo, Célimène es una mezcla de la Célimène de El Misántropo y de la Philaminte de Las Mujeres Sabias, y está rodeada de personajes de Las Preciosas Ridículas. Incluso Jourdain es una combinación de varios personajes. Además le atribuimos cualidades de varios personajes al mismo Molière. Grégoire Vigneron prosigue: “Estábamos tan impregnados de sus obras, tanto las habíamos releído y releído, que la armonía surgió naturalmente. El vínculo entre lo que era de Molière y lo que era nuestro se estableció fácilmente. El realizador retoma: “Jamás escribimos en función de actores puntuales, en parte por superstición. Tener un actor en la cabeza permite evidentemente visualizar mejor el personaje, pero si ese actor de repente se niega, ¡hacer el duelo de su rostro y su voz es verdaderamente terrible! En esta película, todos los actores eran muy diferentes, con personalidades fuertes y modos de funcionar muy variados. Se puede hablar de protagonistas yuxtapuestos; cada uno de ellos me exigía reubicarme mentalmente. Por la naturaleza misma del personaje, Molière muy a menudo es una suerte de espectador dentro de la misma película, especialmente en relación a Jourdain. Molière se encuentra con sus personajes y él mismo es uno de ellos, al tiempo que los motoriza. Un actor con menos presencia se hubiera volatilizado. Con Romain Duris, yo esperaba encontrar la presencia, el aire que daría vida a Molière, más allá de las ideas preconcebidas. Y ha dado mucho más de lo que esperaba. Duris aporta una enorme intensidad y una gran presencia, de lo cual tomé conciencia durante el rodaje, y que resultó primordial para el personaje. Además me sorprendió, no sólo a mí, sino sin duda a él mismo, su talento para la comedia. Varias escenas de la película necesitaban un verdadero trabajo de pura comedia, como cuando imita ante una jocosa Elmire a todos los personajes de la casa, o cuando en las escenas finales debe interpretar en escena fragmentos de piezas de Molière. Romain no había hecho nunca teatro, era algo totalmente desconocido para él. El tercer día de rodaje le tocó un fragmento de Los Enredos de Scapin y, cuando entró a escena, nos quedamos todos pasmados. Había comprendido el truco perfectamente, en el punto justo; se sentía cómodo y lo disfrutaba. Romain hace un gran esfuerzo cada vez que trabaja en un campo que no domina completamente. Su gran capacidad y su profesionalismo me impresionaron. Ha logrado que su Molière sea un joven vivo, lleno de sentimientos, de ideas y de dudas, lo cual le agrega al personaje un carisma viril y un espíritu moderno muy impactantes.
Laurent Tirard continúa: “¿Por qué confiarle el papel de Jourdain a Fabrice Luchini?. Porque admiro y envidio su locura, su capacidad de cambiar completamente de humor en una misma escena. Pocos actores pueden interpretar tantos papeles diferentes. Fabrice dudó mucho sobre si hacer la película o no. En efecto, si hay alguien en Francia que puede ser considerado un especialista en la lengua francesa, en sus textos y por lo tanto en Molière, es él. Y ahora se encontraba frente a un joven realizador que había hecho solamente un par de películas, ¡y que se animaba a hacer una sobre Molière! Enseguida le propuse el personaje de Monsieur Jourdain, algo así como el gran tonto, un imbécil feliz, totalmente ridículo y completamente inculto; todo lo contrario a Fabrice. En nuestro primer encuentro, me preguntó si yo lo había elegido para ese papel por una perversa voluntad de humillarlo, ¡lo que me causó mucho gracia! Fue difícil convencerlo de que para mí, Jourdain era un personaje muy complejo y que requería un actor de su calibre para revertir todos esos prejuicios que las características exteriores del personaje engendraban. Por otra parte, si bien se llama Jourdain, es de hecho la síntesis de varios personajes burgueses de Molière: es el Orgon de Tartufo, es Chrysale de Las Mujeres Sabias. Al principio puede parecer despreciable, pero en seguida nos damos cuenta de que es, en realidad, un personaje mucho más sutil y hasta conmovedor. Es un ser complejo, una suerte de self made man, que no debe sus logros y su posición a nadie. Su anhelo de seguir escalando la pirámide social lo empuja a querer seducir a Célimène, quien encarna la nobleza. Y por más fuerte y astuto que sea, también es un niño al que se lo puede llevar de las narices. Entonces, no había nada de forzado en la elección de un actor de características tan opuestas, sino más bien una suerte de amalgama entre el Jourdain que yo imaginaba, y Fabrice, a quien también definiría en parte como un niño ingenuo. Fabrice puede tener ese costado totalmente naif, sin que parezca artificial. Pero también aporta la complejidad que yo necesitaba, y nutre al personaje de una humanidad que no encontré en ningún otro actor”.
El realizador explica: “Para el papel de Elmire, extrañamente, no podía encontrar en Francia esa mezcla de encanto, madurez, carácter y ternura que el personaje requería. Es el personaje que en el film aporta el punto de vista sobre los hombres, esos niños grandes que no maduran jamás, y sobre las mujeres, con su sabiduría, su lucidez y el amor que nos brindan ¿Por qué se casó con Jourdain? Probablemente no tuvo opción. Se ha resignado a una existencia que le ha sido impuesta, y vive de amar a sus hijos, y de ser amiga de su marido. Viéndola en pantalla, lo primero que me maravilló de Laura Morante fue el poder de su mirada, la intensidad y la melancolía que surgen de ella. Al mismo tiempo, cuando sonríe, todo se ilumina. Laura tiene una elegancia única, atemporal, y su hermoso acento aporta un misterio adicional a su personaje. Al mismo tiempo, y aunque ella habla muy bien francés, a veces el acento generaba problemas de articulación y de ritmo. Ella lo trabajaba mucho, y de repente me di cuenta de que el problema tenía que ver con el texto. Más que cualquiera del equipo, ella le temía a la fuerza de Molière, a la altura y a la dimensión sagrada de sus textos. Conocía todas sus obras, y tenía miedo de traicionarlas. Es un grado de conciencia que desde luego la honra, pero que la perturbaba considerablemente. Tuve que convencerla de que se olvidara del texto, que se concentrara en el placer de actuar. A la vez, todo el tiempo ella necesitaba hablar de su personaje y estar segura de lo que hacía. Fue la que propuso más cosas. Sus disimuladas risas en la secuencia de la cena, después de que, ese mismo día, se le ha develado la verdadera identidad de Tartufo, no estaba prevista en lo más mínimo. Laura siempre aporta algo de fantasía. Su Elvira es lúcida, cariñosa, seductora, conmovedora hasta en el más mínimo detalle. Todo eso era necesario para que pudiera funcionar como una suerte de marco para el personaje de Molière. Laura encarna a la vez el ideal romántico, y la revelación de quién es Molière.
Laurent Tirard comenta: “El personaje del ambiguo Dorante debía tener necesariamente cierto poder de seducción para poder estafar eficazmente y de manera creíble a Jourdain. Edouard Baer había trabajado en mi primera película y nos conocíamos muy bien. Más allá del placer de su compañía, yo sentía que ese personaje iba a permitirle superar su registro habitual. En un principio me sorprendió actuando como con un registro bajo, muy medido, a lo cual le agregaba además cierta gravedad. Se lo percibía disfrutando del personaje, convirtiéndolo en algo más que en un gentilhombre mundano. Se permitía ir más lejos que la caricatura habitual del charlatán embaucador. Con verdadero talento, lleva a su Dorante a la perfidia, a la extrema manipulación. Para él, no hay redención. El personaje tiene una gran importancia en la película ya que es uno de los motores de la historia. Edouard tiene un registro mucho más amplio de lo que se podría suponer. Cuanto más se expone, más sorprende. Y su gran talento reside en la insinuación y la ironía. En esta película, logra una negrura inédita. Yo ya estoy curioso e impaciente pensando en qué haremos juntos la próxima vez”.
El realizador confía: “Para encarnar a Célimene, no tuve ninguna duda; sabía que Ludivine Sagnier era la mejor opción. Me encanta su costado ocurrente, fresco. Llegó al proyecto casi de sopetón, y no le fue fácil adaptarse. Los otros actores habían tenido más tiempo para adentrarse en el universo y el ritmo de la propuesta. Fue algo difícil y mágico a la vez. Edouard y ella se conocían bien, así que la complicidad natural que hubo entre ellos fue muy útil. Trabajar con ella fue un gran placer. Ludivine es simplemente perfecta y encarna una Célimène genial, sexy, un poco arpía, ¡exactamente como me la imaginaba! Tenía un sorprendente manejo de su texto. Cuando la ves de pie, en su salón, captando la atención de su auditorio por su encanto y por sus frases asesinas, es una verdadera fiesta”.
Marc Missonnier comenta: « El guión fue un elemento esencial del proyecto, pero la elección de los actores también lo fue, y probablemente de una manera todavía más decisiva. Descubrir todos esos talentos, hacer que se volcaran a perfiles habitualmente inéditos para ellos, en un registro que uniera la eficacia y la belleza de la lengua de Molière con su energía y su carisma fue fascinante. A medida que íbamos desarrollando la historia, todos nosotros fuimos sensibles al humor de las situaciones, al costado ingenioso. Pero también veíamos surgir la emoción. Hay grandes momentos que nos entretienen y nos hacen reír hasta las lágrimas y a la inversa. Molière es una comedia conmovedora. Aquellos que conozcan a Molière y su obra disfrutarán la película enormemente; pero lo que yo encuentro todavía más formidable es que aquellos que no conocen nada de eso, van a descubrir no sólo una gran película sino todo un mundo, un universo estético que les dará mucho placer, y tal vez el impulso de animarse a otras cosas.
Laurent Tirard – Realizador
Laurent Tirard estudió cine en la Universidad de Nueva York, ha trabajado como lector de guiones para Warner Bros en Los Angeles y fue cronista de Studio magazine. A lo,largo de siete años, entrevistó a realizadores tales como Woody Allen, David Linch, Martin Scorsese, Jean-Luc Godard y los hermanos Coen para la sección Lecciones de cine, de la cual una selección ha sido publicada en Francia, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Italia, España y Brasil. Posteriormente trabajó como guionista para televisión (dos telefilms y una miniserie para M6, dos telefilms para TF1, y uno para France 2), y cine ( Le Plus Beau tour de ma Vie y Prête-Moi ta Main, entre otros). Luego de realizar dos cortometrajes, (De Source Sûre, en 1999 y Demain Est un Autre Jour, en 2000) se lanzó al largometraje con Mensonges et Trahisons y Plus si Affinités en 2004, y Molière en 2006.

Filmografías Selectivas
ROMAIN DURIS
2006 - MOLIERE - PARIS (Cédric Klapisch) - L’ AGE D’HOMME (Raphael Feyto) / 2005 - DANS PARIS (Christophe Honoré) / 2004 - LES POUPÉES RUSSES (Cédric Klapisch) - DE BATTRE MON COEUR S’EST ARRETÉ (Jacques Audiard) - ARSÉNE LUPIN (Jean-Pierre Salomé) / 2003 - EXILS (Toni Gatliff) / 2002 - PAS SI GRAVE ( Bernard Rapp) - LE DIVORCE (James Ivory) - ADOLPHE (Benoit Jacquot) / 2001 - 17 FOIS CÉCILE CASSARD (Christophe Honoré) - L’AUBERGUE ESPAGNOLE (Cédric Klapisch) / 2000 - C.Q. (Roman Coppola) - SCHIMKENT HOTEL (Charles de Meaux) - BEING LIGHT (Jean-Marc Barr/Pascal Arnold) - LE PETIT POUCET (Olivier Dahan) / 1999 - PEUT-ETRE (Cédrik Klapisch) / 1998 - LES KIDNAPPEURS (Graham Guit) - LA CIGOGNE (Tony Gatlif) / 1997 - DEJA MORT (Olivier Dahan) - GADJO DILO (Tony Gatlif) - DOBERMAN (Jan Kounen) / 1996 - CHACUN CHERCHE SON CHAT (Cédrik Klapisch) - MÉMOIRE D’UN JEUNE CON (Patrick Aurignac) / 1994 - LE PERIL JEUNE (Cédrik Klapisch)

FABRICE LUCHINI
2006 – MOLIERE / 2005 - JEAN-PHILIPPE (Laurent Tuel) / 2004 - LA CLOCHE A SONNÉ (Bruno Herbulot) / 2003 - CONFIDENCES TROP INTIMES (Patrice Leconte) / 2002 - LE COUT DE LA VIE (Philippe Le Guay) / 2000 – BARNIE ET SES PETITS CONTRARIETÉS ( Bruno Chiche) / 1999 – PAS DE SCANDALE (Benoit Jacquot) / 1998 – PAR CŒUR ( Benoit Jacquot) – RIEN SUR ROBERT ( Pascal Bonitzer) / 1997 – LE BOSSU ( Philippe De Broca) / 1996 – HOMMES FEMMES, MODE D’ EMPLOIE (Claude Lelouch) – UN AIR SI PUR ( Yves Angelo) / 1995 – BEAUMARCHAIS, L´INSOLENT (Édouard Molinaro ) / 1994 – L´ANNE JULIETTE ( Philippe Le Guay) / 1993 – LE COLONEL CHAUBERT (Yves Angelo) / 1992 – TOUT CA POUR CA (Claude Lelouch) – TOXIC AFFAIR ( Philomene Esposito) – L’ ARBRE, LE MAIRE ET LA MEDIATHÉQUE (Éric Rohmer) / 1991 – LE RETOUR DE CASANOVA (Édouard Niermans) – RIEN DE TOUT (Cédric Klapisch) – 1990 – LA DISCRETE (Christian Vincent) – URANUS (Claude Berri) / 1988 – LA COULEUR DU VENT (Pierre Graniere-Deferre) / 1987 – ALOUETTE JE TE PLUMERAI ( Pierre Zucca) / 1986 – LES AVENTURES DE REINETTE ET MIRABELLE (Eric Rohmer) – LES OREILLES ENTRE LES DENTS (Patrick Schulman) / 1985 – P.R.O.F.S. /Patrick Schulman) – MAX MON AMOUR (Naguisha Oshima) – CONSEIL DU FAMILLE (Costa Gavras ) – HOTEL DU PARADIS (Jana Bokova) / 1984 – LES NUITS DE LA PLEINE LUNE (Eric Rohmer) – ROUGE GEORGE (Pierre Zucca) / 1982 – ZIG ZAG STORY ( Patrick Schulman) / 1980 – T´ES FOLLE OU QUOI (Michel Gérard) / 1979 – VIOLETTE NOZIERE (Claude Chabrol) / 1978 – PERCEVAL LE GALLOIS (Eric Rohmer) / 1976 – VINCENT MIT L´ANE DANS LE PRÉ (Pierre Zucca) / 1973 – CONTES IMMORAUX (Waleryan Borowczyk) / 1972 – LE GENOU DE CLAIRE ( Eric Rohmer) – 1970 – TOUT PEUT ARRIVER (Philippe Labro)

LAURA MORANTE
2006 – MOLIERE – CŒURS (Alain Resnais) / 2005 – L´ETÉ DE MON PREMIER BAISER (Carlo Virzi) / 2004 – FAUTEUILS D’ ORCHESTRE ( Daniele Thompson) – L´EMPIRE DES LOUPS (Chris Nahon) / 2003 – L´AMORE E´ETERNO…FINCHE DURA ( Carlo Verdone) / 2002 – SOUVIENS TOI DE MOI (Gabriele Muccino) / 2001 – UN VIAGGIO CHIAMATO AMORE ( Michele Plácido ) – HOTEL (Mike Figgis) / 2000 – DANCER UPSTAIRS (John Malkovich) – LA FOLIE DES HOMMES ( Renzo Martinelli) / 1999 – LA STANZA DEL FIGLIO (Nanni Moretti) – LIBÉREZ LES POISSONS (Cristina Comencini) / 1998 – L´ANNIVERSARIO (Mario Orfini) / 1993 – FAUT PAS RIRE DU BONHEUR (Guillaume Nicloux) / 1992 – JUSTE AVANT L’ ORAGE (Bruno Herbulot) / 1991 – LA VOIX ( Pierre Granier-Deferre) / 1990 – L’AMOUR EXTREME (Joaquim Leitao) / 1989 – PINK PALACE PARADISE BEACH (Milan Dor) – LA FETES DE MERES ( Pascal Kane) – LA FEMME FARDÉE (José Pinheiro) – TURNE (Gabriela Salvatores) / 1988 – LÁ OU LE SOLEIL FRAPPE (José Pinto) – CORPS PERDUS (Eduardo De Gregorio) / 1987 – LA VALLÉE FANTOME ( Alain Tanner) / 1986 – LUCI LONTANE ( Aurelio Chiesa) / 1985 – Á FLEUR DE MER (Joao Cesar Monteiro) / 1984 – LA DOPPIA VITA DI MATTIA PASCAL ( Mario Monicelli) – L´INTRUSE ( Bruno Gantillon) / 1983 – IL MOMENTO DELL’AVENTURA (Faliero Rosati) – BIANCA (Nanni Moretti) – L´AIR DU CRIME (Alain Klarer ) / 1982 – COLPIRE AL CUORE (Gianni Amelio) / 1981 – SOGNI D’ ORO ( Nanni Moretti) – LA TRAGEDIA D’ UN HOMME RIDICULE (Bernardo Bertolucci) / 1980 – OGGETTI SMARRITI ( Giuseppe Bertolucci)

EDOUARD BAER
2007 – DARRY MARZOUKI ( Tonie Marshall) / 2006 – MOLIERE - J´AI TOUJURS RÉVÉ D’ ÉTRE UN GANGSTER (Samuel Benchetrit) – LA FILLE COUPÉE EN DEUX ( Claude Chabrol) – JE PENSE A VOUS ( Pascal Bonitzer) / 2005 – LES BRIGADES DU TIGRE (Jerome Cornuau) / 2004 – COMBIEN TU M´AIMES (Bertrand Blier) – AKOIBON (Edouard Bauer) / 2003 – DOUBLE ZÉRO ( Gérard Pirés) – MENSONGES ET TRAHISONS (Laurent Tirard) – A BOIRE (Marion Vernoux) / 2001 – CRAVATE CLUB ( Frédéric Jardin) – LE BISON ( Isabelle Nanty) / 2001 – BETTY FISCHER AT AUTRES HISTOIRES (Claude Miller) / 2000 – ASTÉRIX ET OBÉLIX : MISSION CLÉOPATRÉ (Alain Chabat) / 1999 – LA BOSTELLA (Edouard Baer) / 1998 – LES FRÉRES SŒUR (Fréderic Jardin) – RIEN SUR ROBERT ( Pascal Bonitzer) – DIEU EST GRANDE, JE SUIS TUT PETITE (Pascale Bailly)

LUDIVINE SAGNIER
2006 – MOLIERE – UN SECRET (Claude Miller) – LA FILLE COUPÉE EN DEUX ( Claude Chabrol) / 2005 – PARIS JE T´AIME (Alfonso Cuarón) – LA CALIFORNIE ( Jacques Fieschi ) – UNE AVENTURE (Xavier Giannoli) / 2004 – GANG DE REQUINS (Bibo Bergeron) – PETER PAN (P.J. Hogan) / 2003 – LA PETITE LILI (Claude Miller) – SWIMMING POOL ( Francois Ozon) – PETITES COUPURES ( Pascal Bonitzer) / 2002 – HUIT FEMMES (Francois Ozon) / 2001 – MA FEMME EST UNE ACTRICE ( Yvan Attal) – JEU D’ ENFANTS (Laurent Tuel) / 2000 – BON PLAN ( Jérome Lévy) – GOUTTES D´EAU SUR PIERRES BRULANTES (Francois Ozon) / 1999 – LES ENFANTS DU SIÉCLE ( Diane Kurys ) / 1998 – LES MARIS, LES FEMMES, LES AMANTS (Pascal Thomas)
 

Una Producción FIDELITÉ FILMS – OLIVIER DELBIOSC – MARC MISSONNIER en CoProducción con FRANCE 2 CINÉMA – FRANCE 3 CINÉMA en asociación con WILD BUNCH y la participación de CANAL + / “MOLIÈRE” – Título original: Molière – Origen: Francia – Año: 2007 – Duración: 120 min. aprox.
Dirección: Laurent Tirard - Guión: Laurent Tirard & Grégoire Vigneron - Director de Fotografía: Gilles Henry - Director de Arte: Françoise Dupertuis - Diseñador de Vestuario: Pierre-Jean Larroque - Vestuario: Gilles Bodu-Lemoine & Pui Laï Huam - Montaje: Valérie Deseine - Sonido: Eric Devulder - Editor de Sonido: François Fayard - Asistente de dirección: Alan Corno - Casting: Stéphane Foenkinos - Maquillaje : Michèle Constantinides - Peinados : Jean-Pierre Berroyer - Manager de producción : Laurent Sivot - Producida por Olivier Delbosc y Marc Missonnier
Elenco principal Molière: Romain Duris / Jourdain : Fabrice Luchini / Elmire :Laura Morante / Dorante : Edouard Baer / Celimene : Ludivine Sagnier / Henriette : Fanny Valette

 

 

 

 

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