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"EL
LECTOR"
de
Stephen Daldry
5 NOMINACIONES PREMIOS OSCAR
Mejor Película - Mejor Director - Mejor Actriz – Mejor Guión – Mejor
Dirección de Fotografía
PREMIOS GLOBO DE ORO
Ganadora Mejor Actriz de Reparto
Nominada Mejor Película - Mejor Director - Mejor Guión
PREMIOS BAFTA
Ganadora Mejor Actriz
Nominada Mejor Película - Mejor Director - Mejor Guión - Mejor Dirección de
Fotografía
GANADORA MEJOR ACTRIZ KATE WINSLET
Screen Actors Guild Awards
Broadcast Film Critics Association Awards
Las Vegas Film Critics Society Awards
London Critics Circle Film Awards
San Diego Film Critics Society Awards
Vancouver Film Critics Circle
Al
conseguir el Oscar, Kate Winslet se ha convertido en una de las pocas
actrices en lograr los cuatro galardones
más importantes de interpretación, contando ya en su haber con dos Globos de
Oro, dos Premios BAFTA
y dos Premios del Sindicato de Actores.
SINOPSIS
Cuando cae enfermo en su camino a casa
desde el colegio, Michael Berg, un joven de 15 años, es rescatado por Hanna
Schmitz, una mujer que le dobla la edad.
Ambos comienzan un apasionado y secreto romance, hasta que Hanna desaparece
un día misteriosamente
dejando a Michael confundido y desconsolado.
Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael asiste como
observador a un tribunal donde se está juzgando a colaboradores de la
Alemania Nazi y queda atónito al encontrarse con su antigua amante, esta
vez, como acusada. A medida que se va revelando el pasado de la mujer,
Michael descubre un profundo secreto que tendrá un gran impacto en la vida
de ambos.
ELENCO
Kate Winslet ... Hanna Schmitz
Ralph Fiennes … Michael Berg
David Kross … Joven Michael Berg
Bruno Ganz … Profesor Rohl
Lena Olin … Ilana Mather
Alexandra Maria Lara … Joven Ilana Mather
Linda Bassett … Señora Brenner
Susanne Lothar … Carla Berg
FICHA TÉCNICA
EEUU-Alemania
2008, 123 min.
Una producción de The Weinstein Company / Mirage Enterprises /
Neunte Babelsberg Film
Dirección … Stephen Daldry
Producción … Anthony Minghella; Sydney Pollack;
Donna Gigliotti; Redmond Morris
Guión … David Hare
Basado en la novella de Bernhard Schlink
Dirección de fotografía … Chris Menges, Roger Deakins
Música … Nico Muhly
Diseño de Producción … Brigitte Broch
Vestuario … Ann Roth
Peter Travers / Rolling Stone
"La feroz e impecable actuación de Winslet va más allá de la mera
interpretación”
Calificación: *** (sobre 4)
Ann Hornada / Washington Post
"Fascinante, elegante adaptación (...) lúcida, y finalmente conmovedora"
Claudia Puig / USA Today
"Atrapante historia de despertar sexual y dilemas morales”
EL ELENCO
KATE WINSLET
Kate Winslet nació el 5 de octubre de 1975 en Reading (Reino Unido), en el
seno de una familia de actores de teatro. Por ello no es de sorprender que
se despertaran en ella inquietudes artísticas tempranamente: a los 13 años
ya hacía representaciones de danza. Dicha vocación la tuvo que compaginar
con sus estudios en la escuela.
En 1994, Peter Jackson le ofreció su primera oportunidad en Criaturas
celestiales, en la cual Kate interpretó a Juliet, una adolescente fantasiosa
enamorada de su amiga. A ese título le siguió Sensatez y sentimiento (1995)
bajo la dirección de Ang Lee. Kate encarnó a la enamoradiza e impulsiva
Marianne Dashwood, quien tras un choque con la realidad de la época, se ve
obligada a madurar. Desde esos momentos, se asoció el rostro de la actriz a
cierto ideal de romanticismo y de heroína clásica. Así en Jude, basada en la
obra de Thomas Hardy, defendió el papel de Sue, una mujer pobre madre de dos
hijos. Luego Kenneth Branagh contó con ella para su versión de Hamlet, en la
que Kate pudo ponerse en la piel de Ofelia, profundamente enamorada del
príncipe danés y cuyo rechazo la impulsa primero a la locura, y después a
una trágica muerte.
Con estas películas comenzó a cosechar premios y a ganar en popularidad.
Un día James Cameron le envió el guión de Titanic. De esta manera Kate se
incorporó al rodaje de una película producida por los grandes estudios, en
rol protagónico junto a Leonardo DiCaprio. En ella la actriz componía a la
heroína romántica que confrontaba las estrictas reglas de la alta sociedad
de la que formaba parte para empezar a vivir su propia vida, para sobrevivir
primero al naufragio del barco y también para conservar su espíritu
independiente. Tan fuerte fue el impacto de Titanic que Kate quiso pasar
algún tiempo sin filmar y lejos de la exposición pública, lo que la condujo
a rechazar los papeles de Gwyneth Paltrow y Jodie Foster en,
respectivamente, Shakespeare enamorado y Ana y el rey.
Winslet regresó a la gran pantalla de la mano de Jane Campion en Humo
sagrado, donde interpretó a una joven que se introduce en una secta.
Al año compartió personaje con Judi Dench en Iris, cinta sobre la
descomposición de la memoria de Iris Murdoch, donde Kate ofreció la imagen
de una intelectual, vivaz, independiente, liberada sexualmente. Para
entonces Kate ya había rodado Enigma, reincidiendo en ese repertorio de
mujer inteligente. En esta ocasión descifraba enigmas de las comunicaciones
de los nazis.
Luego estrena sucesivamente La vida de David Gale, junto a Kevin Spacey,
Descubriendo el país de Nunca Jamás, donde interpreta a una viuda con varios
hijos que enferma mortalmente, junto a Johny Deep, y Eterno resplandor de
una mente sin recuerdos de Michel Gondry, junto a Jim Carrey, en el papel de
una impulsiva mujer que decide borrar los recuerdos de su anterior noviazgo.
En 2006 estrenó Juegos Secretos y la comedia El descanso, junto a las
estrellas Jude Law, Cameron Diaz y Jack Black
Recientemente hemos podido verla en Sólo un sueño, dirigida por su marido
Sam Mendes, nuevamente junto a Leonardo DiCaprio en el que supone el
reencuentro de la pareja cinematográfica más exitosa de la historia.
Con el Oscar obtenido por THE READER, Kate Winslet entra en el selecto grupo
de actrices en ganar los cuatro galardones máximos a la interpretación
(Oscar, Golden Globe, BAFTA, Premio del Sindicato de Actores), además de
hacer historia al ganar dos premios Golden Globe en una misma noche (por su
papel en The reader y en Sólo un sueño).
Filmografía esencial / Premios y Nominaciones
2008 The Reader, de Stephen Daldry
Ganadora Premios Oscar - Globo de Oro - BAFTA - Premio Sindicato de Actores
2008 Sólo un sueño, de Sam Mendes
Ganadora Premio Globo de Oro
Nominada Premios BAFTA - Sindicato de Actores
2006 Juegos secretos, de Todd Field
Nominada Premios Oscar - Globo de Oro - Sindicato de Actores
2006 El descanso, de Nancy Meyers
2006 Lo que el agua se llevó (voz), de David Bowers y Sam Fell
2006 Todos los hombres del rey, de Steven Zaillian
2005 Infidelidad y Romance en New York, de John Turturro
2004 Descubriendo el país del Nunca Jamás, de Marc Forster
Nominada Premios BAFTA - Sindicato de Actores
2004 Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, de Michel Gondry
Nominada Premios Oscar - Globo de Oro Mejor - BAFTA - Sindicato de Actores
2002 La vida de David Gale, de Alan Parker
2001 Enigma, de Michael Apted
2001 Iris, de Richard Eyre
Nominada Premios Oscar - Globo de Oro - BAFTA - Sindicato de Actores
2000 Letras Prohibidas, de Philip Kaufman
1999 Humo sagrado, de Jane Campion
1998 El viaje de Julia, de Gillies MacKinnon
1997 Titanic, de James Cameron
Nominada Premio Oscar - Globo de Oro Mejor - Sindicato de Actores
1996 Hamlet, de Kenneth Branagh
1996 Jude, de Michael Winterbottom
1995 Sensatez y sentimiento, de Ang Lee
Ganadora Premio BAFTA - Sindicato de Actores
Nominada Premio Oscar - Globo de Oro - Sindicato de Actores
1995 A Kid in King Arthur's Court, de Michael Gottlieb
1994 Criaturas celestiales, de Peter Jackson
RALPH FIENNES
Ralph Fiennes nació el 22 de diciembre de 1962 en Suffolk, Inglaterra.
Cuando Fiennes terminó su educación secundaria comenzó a asistir al Chelsea
College of Art. Posteriormente ingresó a la Royal Academy of Art y se unió a
la Royal Shakespeare Company en 1988.
Hizo su primera aparición en la pantalla grande protagonizando a Heathcliff
en la película Cumbres borrascosas, basada en la obra clásica de Emily
Brontë, junto a la actriz Juliette Binoche.
Su actuación como el comandante nazi Amon Göth en La lista de Schindler,
dirigida por Steven Spielberg, lo llevó a la nominación al Premio Oscar como
Mejor Actor de Reparto. Repetiría nominación en 1996 por la película El
paciente inglés, dirigida por Anthony Minghella. En 1994 interpretó el papel
del académico estadounidense Charles Van Doren en la película Quiz Show - El
dilema, de Robert Redford.
En 2005 lo contratan para representar al temible villano de Harry Potter,
Lord Voldemort en Harry Potter y el Cáliz de Fuego y también en el siguiente
filme de la saga, Harry Potter y la Orden del Fénix, de 2007.
Recientemente hemos podido verlo en Escondidos en Brujas y en La Duquesa.
Este gran actor británico es reconocido por su gran versatilidad
interpretativa
EL DIRECTOR / STEPHEN DALDRY
El primer largometraje de Stephen Daldry, Billy Elliot, recibió más de 40
premios alrededor del mundo, además de tres nominaciones al Oscar, incluida
la categoría de Mejor Director. Su segunda película, Las Horas, también fue
galardonada con numerosos premios internacionales, nueve nominaciones al
Oscar y once a los premios BAFTA.
La adaptación al teatro de Billy Elliot de Daldry, se estrenó recientemente
en Broadway con grandes críticas luego de una exitosa temporada en Londres y
Melbourne.
Daldry ha dirigido numerosas producciones en el Teatro Sheffield Crucible,
en el que empezó su carrera estudiando con la reconocida Clare Venables.
Después realizó producciones en el Teatro Manchester Library, el Liverpool
Playhouse, el Stratford East, el Oxford Stage y en los Festivales de Teatro
Alternativo de Brighton y Edinburgo. Daldry fue director artístico de la
compañía Metro Theatre Company (1984 a 1986), del Teatro Gate (1989 a1992),
del Royal Court (1992 a 1998) y actualmente es miembro de la Junta de los
Teatros Young y Old Vic.
Por su trabajo teatral, Daldry ha recibido numerosos premios tanto en el
Reino Unido como en EEUU.
EL AUTOR DE LA NOVELA / BERNARD SCHLINK
Bernhard Schlink nació en Alemania en 1944. Es el autor del bestseller
internacional El Lector (1995), una novela parcialmente autobiográfica sobre
un adolescente que vive un idilio con una mujer mayor que desaparece
misteriosamente y con la que vuelve a reencontrarse siendo estudiante de
derecho al asistir a un juicio sobre crímenes de guerra. El Lector se
convirtió en un éxito de ventas en Alemania y en los Estados Unidos y se ha
traducido a 40 idiomas. Fue el primer libro alemán en ser número uno en la
lista de los más vendidos de The New York Times, con 2,1 millones de copias
vendidas en Estados Unidos.
Schlink recibió el premio italiano de literatura Hans Fallada y el premio
Laure Bataillon para obras traducidas al francés. En 1999, el periódico Die
Welt, le concedió el “WELT-Literaturpreis”. También es autor de una
colección de novelas cortas de ficción llamadas Amores en Fuga (2000), una
novela, El Regreso (2008), y una serie de novelas policíacas basadas en un
personaje llamado Selb. Dos de las obras de Schlink han sido adaptadas al
cine, THE READER y el relato corto, The Other Man, dirigida por el director
Richard Eyre y protagonizada por Antonio Banderas, Liam Neeson, Laura Linney,
y Romola Garai.
Schlink vive ahora entre Bonn y Berlín.
NOTAS DE PRODUCCIÓN
De la novela a la película
La atrapante historia de The Reader toca, en muchos sentidos, los temas de
la profunda fuerza transformadora de las palabras y del analfabetismo. Tal
es así que parece apropiado que el origen de la película sea un libro de un
lirismo sencillo pero emocionalmente demoledor: “una novela formalmente
hermosa y perturbadora y, finalmente, moralmente devastadora,” según Los
Ángeles Times.
Este trabajo semi-autobiográfico del profesor de derecho y escritor de
novelas de misterio, el berlinés Bernhard Schlink, se publicó en 1955 y
posteriormente fue traducido a 40 idiomas. Fue la primera novela alemana en
ocupar el primer puesto en la lista de éxitos de ventas de The New York
Times y suscitó un interés generalizado en 1999 cuando Oprah Winfrey eligió
el título para su popular club de lectura. “¿Quién habría imaginado que un
libro de tan solo 218 páginas podría despertar tantas emociones?” comentó
Winfrey, que además apuntó que había sido el libro más leído de todas sus
selecciones entre el público masculino antes de que se discutiera en su
programa.
“Es una historia sobre lo que nosotros llamamos “segunda generación”, dice
Schlink, refiriéndose a “aquellos afortunados que nacieron más tarde”, a los
niños de los años de la posguerra. “Tuvimos una infancia ingenua—hasta que,
en un momento dado, nos dimos cuenta de lo que nuestros padres, pastores y
maestros habían hecho. Cuando amas a alguien que ha participado en algo
terrible, se produce un conflicto…”
Harvey Weinstein y Miramax Films adquirieron los derechos de El Lector en
1996. A instancias de Weinstein, Anthony Minghella y su socio de producción,
Sydney Pollack, se embarcaron en el proyecto, y en un principio, Minghella
escribiría el guión y dirigiría la película. Pero el dramaturgo Sir David
Hare, que más adelante sería nominado a los Oscar por su adaptación al cine
de Las Horas, también había leído el libro de Schlink y ansiaba ocuparse de
la adaptación. Dado que Minghella acababa de arrasar en la ceremonia de los
Oscar con El paciente inglés y que el director estaba rumiando varios
proyectos de gran importancia, Hare intentó convencerle para que le cediera
la adaptación de The Reader, pero Minghella se mantuvo firme en su propósito
de realizar él mismo el guión.
Casi una década después, y todavía sin un guión, Daldry -que había estudiado
alemán de niño y vivido en Berlín- le comentó a Minghella la posibilidad de
dirigir The Reader. Minghella se dio cuenta de que aún pasaría algún tiempo
para que él se pudiera ocupar personalmente de la producción y accedió a la
propuesta de Daldry con la condición de que fuera el próximo proyecto del
director y de que él y Pollack permanecieran a bordo como productores. En
cuanto al guión, Daldry pensó inmediatamente en Hare. “Hemos hecho juntos
Las Horas, de manera que esta es la segunda película difícil y enormemente
ambiciosa que hacemos juntos”, dice Hare. “Tenemos un vínculo muy profundo,
es un poco como la relación entre soldados que han combatido juntos en una
guerra. Conocemos las virtudes y los defectos de cada uno”.
La película se aparta de la novela de Schlink, que se desarrolla
cronológicamente en tres distintos segmentos, mientras que la versión
cinematográfica de El Lector “salta en el tiempo”, en palabras de Hare,
mediante una estructura que transporta al espectador al interior de la vida
del personaje principal en varios momentos diferentes de su vida, durante la
década de 1950, durante la década de los noventa y una vez más, al pasado.
Hare es un dramaturgo y director de grandísimo talento que huye de la
obediencia a la tradición y lucha por rebelarse en sus trabajos originales,
de manera que planeó un enfoque excitante y novedoso de su adaptación sin
recurrir a “las consabidas y monótonas voces en off” que a menudo acompañan
a las narrativas en primera persona.
“Cuando voy al cine, me aburro de muerte con películas cuya estructura y
personajes puedo predecir en cuanto entro en el cine”, afirma el escritor,
añadiendo que estaba dispuesto a liberar a The Reader de la tradición
establecida por las anteriores películas de la posguerra mundial cuya trama
giraba en torno a los campos de concentración, las angustias de la posguerra
y la complicidad individual en los crímenes cometidos por el estado. “A mí
solo me interesan las cosas que no pertenecen a ningún género” afirma y
añade “esto, ciertamente, no es lo que podría llamarse una película sobre el
Holocausto”.
“Se han hecho 252 películas sobre el Holocausto,” dice Daldry, “y espero que
se hagan por lo menos el doble más”. Pero The Reader es otra cosa y la llama
“una pieza atípica” que sobrepasa las expectativas. Yendo a contracorriente
de las historias de supervivientes previas, un personaje que aparece al
final de la película, una superviviente de los campos, es representada como
ejemplo de moral y fuerza intelectual y no como una víctima debilitada.
Pese a que Hare, Daldry, Minghella y Pollack entendían el valor de la
innovación y experimentación cinematográfica, siempre se mantuvieron fieles
a un aspecto del proyecto: respetar y honrar a las víctimas de los crímenes
de guerra del nazismo. Los artífices acordaron que el término “perdón” no se
mencionaría jamás - la película, de hecho, evita cualquier alusión al tema
de la redención o del perdón - pero en cambio, trata el verdadero problema
de cómo puede una nueva generación aceptar su negro pasado.
Con este fin, el guionista y el director viajaron a Alemania con el
escritor, Schlink, para discutir el tema de la culpa en las generaciones de
la posguerra y la polémica que su novela suscitó. “El libro es de una enorme
importancia histórica en Alemania”, dice Daldry. “Es la única novela que
lidia con el problema de “cómo continuamos viviendo después de lo que hemos
hecho”.
“Produjo los elogios más extraordinarios y los ataques más violentos” añade
Hare. “Intentar explorar y comprender los crímenes de los Nazis es un asunto
peligroso y explosivo –uno puede sin querer cruzar una línea que no quería
cruzar”.
Decidido a explicar “cómo los hijos de una generación criminal vivieron las
consecuencias” de los delitos de sus padres, Daldry se negó a hacer
concesiones. “La película aborda los crímenes de Guerra frontalmente”,
comenta el director, que se cuidó mucho de no describir a los guardias de
los campos de concentración como ogros horrendos o extravagantes villanos
sino, más bien, como trabajadores normales y vecinos del lugar. “Expone a
gente ordinaria que comete estos crímenes: la banalidad del mal”.
Al contrario de lo que sucede con muchos guionistas, cuya aportación termina
cuando entregan la versión final de su guión, Daldry invitó una vez más a
Hare a participar en el proceso de filmación, como había hecho antes con Las
horas.
“Stephen me permite colaborar desde el principio del rodaje hasta el final
del montaje” dice el dramaturgo. “No quiere trabajar con gente que no se
comprometa a ese nivel. En ese sentido, se parece más a la manera de
trabajar del teatro. Es el director más concienzudo con quien he trabajado
nunca –nada pasa por la lente por casualidad”.
En cuanto al escritor de la obra original, Schlink, también participó de una
manera impensable –incluso apareció de extra en la escena de una terraza de
un bar en el que los infortunados amantes, Hanna y Michael, almuerzan
durante una excursión en bicicleta. Ahí pudo comprobar la obsesión de Daldry
por cuidar la exactitud y la veracidad hasta último y más mínimo detalle, ya
fuera en relación a un accesorio de atrezzo o a una rápida mirada de uno de
los actores. “Stephen tiene una gran sensibilidad para las cosas más
pequeñas y sutiles y eso es algo que admiro enormemente”.
La elección del elenco en The Reader
Desde el comienzo, el novelista Schlink había imaginado a la actriz Kate
Winslet en el papel principal de Hanna Schmitz, un conductora de tranvía de
36 años que mantiene un romance ilícito con un adolescente que se revela más
tarde como antigua guardiana de un campo de concentración, que además,
oculta otro terrible secreto. “Kate Winslet fue siempre mi primera
elección,” dice Schlink. “Es una mujer sensual, directa, exactamente como
Hanna”.
Winslet explica “Leo con relativa lentitud pero no pude dejar el libro y me
lo terminé en un día” recuerda. En ese momento, sin embargo, Winslet tenía
solo 27años y se sentía demasiado joven para interpretar ese papel. Cuando
el director Daldry volvió a hablar con ella a principios de 2007, la actriz
había madurado lo suficiente para poder abordar un papel con grandes
exigencias físicas, ya que el personaje debe envejecer y pasar de ser una
mujer fuerte y sexual de treinta y tantos años a una matrona desaliñada de
casi setenta.
Para Winslet, trabajar con Daldry fue muy emocionante y describe su
“relación de colaboración” casi como si “fuéramos de la misma tribu”. La
actriz añade: “tiene una energía imparable y un amor profundísimo por la
historia. Además, tiene una idea muy clara de cómo quiere que se cuente la
historia, le encanta compartir las ideas de los demás y descubrir qué es lo
mejor para la escena”.
Para el papel de Michael Berg, el joven cuya vida se ve marcada para siempre
por su relación con Hanna, Daldry seleccionó a dos actores para cubrir la
dramática evolución de treinta años por la que pasa el personaje: David
Kross, un actor relativamente desconocido y el veterano Ralph Fiennes.
The Reader supone la tercera película del actor alemán Kross y su primer
papel en inglés, un idioma que perfeccionó durante el rodaje. Daldry estaba
empeñado en encontrar un joven alemán para el papel de Michael y Kross tuvo
que hacer varias audiciones para convencer al director de que era la
elección perfecta para el personaje. Inicialmente, la madre de Kross pensó
que el trabajo interferiría con los estudios de su hijo, pero le dejó
aceptar el papel con la promesa de que sacara buenas notas a final de curso.
Kross estudió con ahínco, aprobó todo con muy buenas notas y finalmente
consiguió el papel.
Kross trabajó hasta siete horas diarias con el profesor de dicción William
Conacher no solo para aprender el diálogo de su personaje, sino también para
poder leer a Horacio en latín, a Safo en griego, y otros libros que recita
en la película. “El reto para mí, como profesor de dicción, era encontrar la
manera de que un actor alemán hablara en inglés como si fuera su lengua
materna y luego encontrar el modo de encajar a Kate Winslet y Ralph Fiennes”,
recuerda Conacher.
Dado que el guión describe la relación sexual entre Hanna y Michael, el
calendario de rodaje tuvo que estructurarse de manera que las escenas de
dormitorio se rodaran cuando Kross, que en el momento del casting tenía 15
años, hubiera cumplido ya los dieciocho años.
La diferencia de edad entre la madura Hanna y el joven Michael era uno de
los aspectos más controvertidos de la novela, sin embargo, la historia no
funcionaría de otra manera. “Hanna y Michael tienen 36 y 15 años
respectivamente, de manera que pertenecen de verdad a dos generaciones,”
explica Daldry. “Una diferencia de edad menor cambiaría todo eso”.
Efectivamente, durante el debate televisado de El Lector en su club del
libro, Oprah Winfrey directamente abordó el tema de la diferencia de edad
entre los personajes y su importancia para la historia. “En muchos libros
que leo y que considero parte del panorama literario pasan cosas horrendas,
pero no reniego de ellos ni los aplaudo porque no esté de acuerdo con sus
historias” Winfrey dijo. “Te puede encantar el libro sin que te guste la
relación que hay entre ellos. No estoy aprobando su conducta… ¿Por qué no
puede ser el niño mayor? Bueno, sería una historia completamente diferente”.
Fiennes interpreta al Michael Berg adulto que, después de muchos años aún
sigue intentando aceptar el idilio de su niñez. El actor se sintió desde el
principio atraido por The Reader ya que el guión baraja problemas
emocionales complejos. “Las cuestiones que trata sobre la culpa, los juicios
de valor, la responsabilidad, el amor y la sexualidad son bastante
complicadas, pero al final es una historia muy humana,” dice el actor. “A
menudo, un buen guión de cine se distingue por su aparente sencillez, pero
las escenas simples incluyen cosas enormes. La belleza de este guión es que,
en frases que parecen conversaciones ordinarias, el trasfondo está lleno de
significados y lecturas”.
Los tres actores rara vez coincidieron, ya que Kross y Fiennes interpretaban
al mismo personaje en tiempos diferentes y Fiennes y Winslet compartían solo
una escena.
Winslet opina que Kross era “perfecto” para el papel del joven que madura
ante nuestros ojos. “David es extraordinariamente parecido a Michael Berg
-es una persona muy seria, increíblemente profesional y sensible. Está
dispuesto a probar cosas y quiere aprender y mejorar”. Fiennes también alabó
al actor que interpreta una versión más joven de su personaje. “No nos
parecemos mucho físicamente, pero tengo entendido que tenemos cualidades
similares como actores, así que, puedo ver por qué Stephen nos ha
emparejado” explica Fiennes. “Es muy natural, es inteligente y despierto,
tiene un sentido del humor discreto que parece flotar bajo la superficie”.
Ambos actores disfrutaron muchísimo trabajando con Winslet también. “La
verdad es que no sabía nada de ella”, admite Kross, que solo había visto a
la actriz en Titanic antes de The Reader. Pero “trabajar con ella no es que
estuviera bien, es que estuvo genial,” y añade que, al igual que él, Winslet
empezó con la interpretación cuando era bastante joven. Fiennes coincide en
que “Kate es una actriz fantástica. Todo su trabajo es redondo y rico.
Aporta su inteligencia y plantea cuestiones y preguntas. Es magnifica”.
Los papeles secundarios y las intervenciones menores, aunque vitales para la
producción “estuvieron a cargo de los mayores talentos que ha producido el
cine alemán en los últimos tiempos” dice Daldry orgulloso. Los amantes del
cine probablemente reconocerán a Bruno Ganz (La Caída ) en el papel del
profesor de derecho de Michael, Rohl, y a Mattias Habich (África Mía) como
el padre de Michael. Otros actores alemanes de primera línea incluyen a
Susanne Lothar, en el papel de la madre de Michael, Karoline Herfurth, como
la novia de universidad de Michael, Alexandra Maria Lara, como Iliana, la
joven superviviente del Holocausto, Volker Bruch, un compañero de
universidad, y Burghart Klaussner, uno de los jueces de los crímenes de
guerra.
La preparación de The Reader
Aunque algunos exteriores fueron rodados en Nueva York, The Reader se filmó
principalmente en varias ciudades alemanas incluidas Berlín, Gorlitz y
Colonia, con algunas secuencias campestres rodadas en la zona limítrofe
entre Alemania y la República Checa. Daldry explica que “la única manera de
hacer esta película era rodarla en Alemania y con un equipo de rodaje
alemán”.
Completan el resto del equipo creativo de The Reader, una serie de
profesionales premiados por la Academia , desde el director de fotografía,
Chris Menges, la editora Claire Simpson, la diseñadora de vestuario Ann Roth
hasta la diseñadora de producción Brigitte Broch.
Para Brigitte Broch, la diseñadora de producción, trabajar en la película
supuso el despertar de algunos recuerdos dormidos. Broch, una alemana de
nacimiento que se trasladó a México hace cuatro décadas, se considera parte
de esa “segunda generación” que llegó a odiar a sus padres y su silencio por
lo que había ocurrido durante la guerra. The Reader le obligó a enfrentarse
a su propia sociedad de un modo que nunca había hecho antes. “Era, de hecho,
la primera vez que me atrevía personalmente a enfrentarme a ello y decir,
“de acuerdo, basta de miedos, basta de sentimientos de culpa, tengo que
asumirlo”. “Fue duro emocionalmente; como sumergirse en las profundidades y
conseguir salir al otro lado”.
Los actores también encontraron ciertos elementos de la historia sumamente
difíciles de soportar. “Normalmente me gusta preparar el personaje,” dice
Winslet. “Es muy importante haberte preparado antes para que luego todo
fluya. Pero para Hanna tuve que leer tanto material y ver tantos
documentales sobre los campos de concentración que, en un momento dado, no
pude aguantarlo más. Hay muchísimas imágenes que sé que nunca olvidaré por
mucho que lo intente”.
El hecho de que el personaje de Winslet tenga que envejecer más de treinta
años durante la historia introdujo a la actriz en otro aspecto de la
cinematografía, facilitado en parte por las pelucas y el maquillaje de la
diseñadora Ivana Primorac. “Para retratar a la versión anciana de Hanna
tenía que someterme a horas de maquillaje y colocación de prótesis
corporales,” recuerda Winslet, que tuvo que calzarse un cuerpo de látex para
caracterizar a la anciana de cuerpo flácido en lugar de usar rellenos debajo
de la ropa, más sencillo pero menos eficaz. “Mi lenguaje corporal cambió por
completo”, dice y apunta que todo el mundo parecía impactado por su
apariencia cuando se paseaba por el plató. “No me importó mirarme en el
espejo y verme como una vieja bruja,” dice entre carcajadas. “Le confirió
una dimensión extra al personaje”.
Fiennes explica el proceso de preparación del personaje con el director
Daldry. “Siempre estaba haciendo preguntas, lo cual es genial,” recuerda el
actor. “¿Qué piensa Michael en realidad de Hanna? ¿Cómo condenas a alguien
con quien has tenido una relación íntima? ¿Sigues recordando con cariño esa
intimidad? Eran preguntas que circulaban constantemente y eso fue crucial,
porque en realidad no hay una sola respuesta. Pero incluso a pesar de todas
estas preguntas, el trabajo de Stephen fue muy enriquecedor. Deja que te
tomes tu tiempo descubriendo una escena, y tiene la confianza suficiente
como para permitir cambios durante el día o incluso durante el rodaje de una
escena. Es una forma ideal para trabajar porque da libertad a los actores”.
El proceso de preparación de su personaje fue una nueva experiencia para el
joven actor David Kross. “Es la primera vez que he aprendido a documentarme
para un personaje,” dice. “Stephen me llevó al Museo Judío de Berlín. Y me
compró cinco bolsas de libros para que estudiara. Fue entonces cuando me di
cuenta de lo poco que sabía sobre el Tercer Reich.”
En su búsqueda del realismo, Daldry y su equipo encontraron una enorme ayuda
en el Instituto Fritz Bauer de Frankfurt, un importante archivo de material
relacionado con los crímenes de guerra nazis. Los investigadores del
Instituto, encabezados por Werner Renz, proporcionaron al departamento
artístico de la película fotos, transcripciones y otros materiales que
resultaron ser invaluables para los detalles que dan autenticidad al
tribunal de crímenes de guerra que aparece en la película.
La mayoría de las escenas de juicio de The Reader estuvieron basadas en los
procesos Frankfurt-Auschwitz que se celebraron entre 1963 y 1965, en los
cuales se enjuició a 22 funcionarios de media y baja categoría que
trabajaron en el complejo de campos de concentración Auschwitz-Birkenau. En
un marcado contraste con los juicios de Núremberg, anteriores a éstos, en
los que se procesaron a altos oficiales de las SS, jefes de la Gestapo y
otros funcionarios, en los juicios de Frankfurt se juzgó a personas con
distinto grado de participación y responsabilidad en el Holocausto.
De hecho, muchos abogados reales y magistrados jubilados de esa época
aparecen en la película interpretando a abogados y jueces.
En un deseo por perseguir la autenticidad, Kross y un pequeño equipo de
rodaje pasaron un día y una noche entera rodando una secuencia en el campo
de concentración de Stutthof, en Polonia, por el que Michael deambula
imaginando los horrores de las pasadas décadas. “Fue uno de los días más
extraordinarios de mi vida” dice Daldry en relación a la toma, la cual no
estuvo exenta de dificultades logísticas ya que el director se vio obligado
a filmar alrededor de un grupo de judíos israelitas que habían venido a
visitar la zona y que se quedaron sorprendidos al ver un equipo de rodaje
alemán.
Más problemáticos fueron los momentos íntimos y emotivos entre Hanna y el
personaje de Kross, que se filmaron después de unas vacaciones para que
coincidieran con el décimo octavo cumpleaños del actor. “En esta película he
hecho mis primeras escenas de sexo” admite Kross con timidez. “Stephen da
instrucciones muy sencillas, lo cual es muy bueno para un actor. La parte
más difícil fue la preparación, estudiar la historia, ensayar con los otros
actores y hablar de sentimientos. Cuando al final nos pusimos a rodar, fue
divertido”.
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