"LA GRAN SEDUCCIÓN" de Jean-François Pouliot
Sinopsis La mejor forma de matar a un hombre es pagándole para que no trabaje. Félix Leclerc, cantautor franco-canadiense
Durante el sueño de Germain (Raymond Bouchard), un pescador jubilado, irrumpen recuerdos de su infancia en la pequeña isla de Ste. Marie-La Mauderne, al norte de Quebec, donde los hombres solían dedicar sus días de trabajo a la pesca que habría de alimentar al país entero. Esos hombres no eran ricos, pero se sentían orgullosos de ganarse el pan para alimentar a sus familias y su comunidad. Pero en los últimos tiempos, con el agotamiento de las reservas de peces, Ste. Marie-La Mauderne se está muriendo. Germain y otros pescadores se ven obligados a depender de la caridad estatal y muchas familias empiezan a emigrar. Nadie se siente feliz aceptando dádivas: lo que quieren es trabajo.
Cada mes, el día que les toca recibir el dinero de la seguridad social, los pescadores emprenden la triste caminata desde el puerto hasta el correo, donde Ève (Lucie Laurier), la encargada, les entrega los cheques a todos: a Germain, que ha ideado un método para obtener un cheque extra cada mes; a su mejor amigo, el siempre desaliñado Yvon (Pierre Collin); y hasta al alcalde Réal (Jean-Pierre Gonthier). Luego, lenta y desganadamente, todos se dirigen al banco, donde Henri (Benoît Brière), el nervioso gerente, cambia los cheques por efectivo.
Pero hay esperanzas. Una empresa está estudiando la posibilidad de construir una fábrica en la isla. El problema es que la aseguradora del inversor exige la presencia de un médico residente en el lugar, cosa que podría hacer fracasar la iniciativa, ya que hace más de quince años que el pueblo intenta infructuosamente convencer a algún médico de que se quede. Esa misma noche Germain se entera de que el hermano de su esposa Hélène (Rita Lafontaine) le ha ofrecido empleo en la ciudad y, a menos que la situación cambie, ella está decidida a aceptarlo. Poco después, Germain descubre al alcalde huyendo a escondidas con su familia: ha aceptado un empleo en la policía de la provincia. Es hora de hacer algo.
A la mañana siguiente, Germain entra en la escuela del pueblo, escribe una carta y la fotocopia. Steve (Bruno Blanchet) consigue una lista de todos los médicos de Quebec, e Yvon y Henri lo ayudan a enviar las cartas de invitación… pero no obtienen respuesta.
Inesperadamente se produce un vuelco en la suerte del pueblo: un cirujano plástico de Montreal, Christopher Lewis (David Boutin), conduciendo bajo los efectos de la cocaína, es detenido por exceso de velocidad. El policía que lo detiene resulta ser el ex alcalde de Ste. Marie-La Mauderne, que retirará los cargos contra él si acepta ejercer la medicina en la isla durante un mes. Germain, convertido en el nuevo alcalde, convoca a una asamblea general: hay que convencer al Dr. Lewis para que se enamore de Ste. Marie-La Mauderne y se quede. ¡La gran seducción ha comenzado!
Germain y sus amigos diseñan una serie de estrategias para lograr que el médico se sienta cómodo, y hasta llegan a dejar dinero para que lo encuentre “casualmente”. El truco más elaborado que preparan es hacer que todo el pueblo empiece a jugar al críquet, deporte que el Dr. Lewis adora. De hecho, cuando llega a la isla, algunos de sus habitantes están jugando un partido de críquet. Aunque no conocen el juego, de algún modo logran convencerlo de que saben lo que están haciendo.
Cuando el Dr. Lewis llama a su novia y le dice que extraña su lomo a la Strogonoff, los habitantes del pueblo (que han intervenido su teléfono) rápidamente organizan todo para que el único restaurante de la isla incluya el plato en el menú.
Al día siguiente, el doctor es acosado por una interminable fila de pacientes que sufren extrañas enfermedades, desconocidas en la gran ciudad. Enfurecido, Germain convoca a una nueva asamblea popular en la que decide que, de ahora en adelante, él se ocupará personalmente de la agenda del médico. Germain llama al empresario Dupré (Donald Pilon) y le dice que ya tienen médico, pero Dupré le responde que otro pueblo ha hecho una oferta mejor, y que si a Ste. Marie-La Mauderne realmente la interesa la fábrica tendrá que poner $50.000. Germain e Yvon se reúnen entonces con el gerente del banco, que, aunque se resiste a otorgar un préstamo para un soborno, acepta llenar los papeles.
Cuando Hélène le cuenta a Germain que se ha enterado de que el Dr. Lewis nunca conoció a su padre, Germain le promete que no se aprovechará de la información, pero más tarde, mientras está pescando con el médico, menciona como al pasar que perdió un hijo de su edad.
Hélène y Clothilde (Clémence DesRochers), la esposa de Yvon, que se ocupan de escuchar las conversaciones telefónicas del Dr. Lewis, oyen sus conversaciones eróticas con su novia. En cierto momento, el médico habla de su deseo de masajearle los pies. Cuando se corre la voz de que al Dr. Lewis le atraen los pies femeninos, Germain hace que todas las mujeres del pueblo empiecen a usar calzado adecuado.
La vez siguiente que Germain sale de pesca con el médico, Yvon bucea bajo su bote y engancha un pez congelado en su anzuelo. El Dr. Lewis se siente feliz de haber pescado el primer pez de su vida, pero luego ve que está totalmente congelado. Germain le explica que probablemente sea un pez “de los del fondo”.
La distancia parece enfriar el noviazgo del doctor, que llama a su amigo Paul para pedirle que cuide a su novia en su ausencia.
El banco rechaza la solicitud de crédito, pero Germain e Yvon le exigen al gerente que vuelva a presentarla. Sin embargo, Dupré plantea un obstáculo más: según los registros oficiales, en Ste. Marie-La Mauderne viven apenas 125 personas, y el pueblo no podrá tener una fábrica a menos que la población supere los 200 habitantes. Cuando Dupré llega al pueblo, Germain pone en marcha un ambicioso plan para demostrarle que hay mucha más gente de la que en realidad hay. Al día siguiente, Yvon y Henri se sienten felices, pero Germain les explica que, si le pidieran en ese momento al Dr. Lewis que se quedara, no aceptaría: “El pez mordió la carnada, pero ahora viene lo difícil: hay que atraerlo lenta y cuidadosamente”. Para ello, Germain convence a Bertrand, el repartidor de comida de la isla, para que se haga pasar por un tal Dr. Pitt, un médico dispuesto a firmar contrato para quedarse cinco años. El Dr. Lewis nota con tristeza cómo la atención del pueblo lo abandona.
El gerente del banco hace un pedido desesperado a sus superiores para que aprueben el crédito, pero lo vuelven a rechazar, y entonces él mismo decide aprobarlo. Le da los $50.000 a Germain e Yvon, más otros $5.000 para que le compren su casa: “Pronto voy a necesitar empleo”.
El Dr. Lewis descubre algo terrible: hace tres años que su novia lo engaña con Paul, su mejor amigo. “¿Cómo pude no darme cuenta de que todo lo que me rodeaba era un engaño?” Sus palabras ponen nervioso a Germain. Todos los engranajes del plan de Germain parecen haber funcionado, pero subyace una pregunta: ¿cómo se sentirá el Dr. Lewis cuando firme el contrato… y descubra que todo el pueblo lo ha estado engañando?
La producción Cuando Jean-François Pouliot recibió el guión de La gran seducción, escrito por Ken Scott, hacía tiempo que había renunciado a la idea de dirigir alguna vez un largometraje de ficción. Pouliot era ya un exitoso director de comerciales en Montreal, y en los últimos quince años había recibido numerosos proyectos, pero ninguno le había resultado interesante. “Siempre pensé que uno tiene que enamorarse de un guión”, afirma. Además, el momento no podía ser peor: Pouliot acababa de conseguir inversores para una empresa de software y estaba a punto de lanzarla al mercado.
“Yo tenía la costumbre de leer los guiones que me enviaban y devolverlos con varias páginas de notas, pero en este caso lo leí una sola vez muy rápidamente, fui a ver al productor, Roger Frappier, y le dije: ‘No pienso leerlo por segunda vez a menos que me digas que es mío’. Era uno de los guiones mejor escritos y estructurados que había leído en toda mi vida.” Pouliot consiguió permiso de sus accionistas para suspender el lanzamiento de la empresa y firmó contrato para debutar como director de largometraje.
Pouliot había sido recomendado a Scott y Frappier por el actor Benoît Brière (que hace el papel de Henri en la película), que ya había trabajado con él en una exitosa serie de comerciales para Bell Canada. Brière les había dicho: “Hace doce años que trabajo con este tipo, y cuando ustedes me hablan de la clase de comedia que están queriendo hacer, tengo la sensación de estar oyéndolo a él”.
Pouliot sostiene que, para él, “la comedia es otra forma de tratar al drama; no existe algo como la ‘comedia pura’, que no esté basada en el drama. Y en este caso parecía obvio que ninguno de los personajes de la película sabía que lo que estaba haciendo era gracioso. En el fondo, la historia de La gran seducción es una historia trágica: habla de gente que ha perdido su dignidad y está dispuesta a hacer cualquier cosa para recuperarla. Eso era lo que buscaban Ken y Roger: alguien que pudiera hacer comedia de un modo muy delicado”.
En cuanto empezó su trabajo con Ken Scott, Pouliot le pidió que le leyera el guión. Durante un día completo, el guionista le fue detallando al futuro director sus intenciones en cada escena. Al día siguiente fue el turno de Pouliot. “En ningún momento discutí las intenciones de las escenas –dice Pouliot–. Sólo hacía alguna sugerencia si me parecía que había alguna forma mejor de lograr esas intenciones.” Por fin, Scott y Pouliot pegaron el guión entero en las cuatro paredes de la oficina y lo marcaron con colores para ir viendo los cambios de tono y decidiendo qué era esencial y qué era prescindible, por si tenían problemas de presupuesto.
Muchos han visto en el guión influencias de películas británicas como Local Hero y Waking Ned Devine (películas que Pouliot vio recién después de terminar la suya). “En realidad, mi mayor influencia es el guionista y director francés Marcel Pagnol (Marius, Fanny, César) –sostiene Pouliot–. Yo quería que los personajes tuvieran ese estilo. Supongo que la gran diferencia radica en que en las historias de Pagnol siempre hay sol, mientras que La gran seducción está bajo un cielo más nublado.”
Muchas de las historias de este tipo se construyen como historias de “peces fuera del agua”, pero La gran seducción es diferente. Aunque el médico es el que genera la historia, no es el personaje principal, ni tampoco Germain. El personaje principal es el pueblo. Por eso, era fundamental encontrar la locación correcta. Los realizadores finalmente encontraron Ste. Marie La Mauderne en Harrington Harbour, una lejana isla en el norte de Quebec, con una población de 300 habitantes. Al principio rechazaron el lugar porque les pareció poco práctico, pero después de meses de búsqueda infructuosa decidieron al menos echarle una mirada. Y ahí fue cuando comprendieron que, si no filmaban ahí, no obtendrían la película que buscaban.
Filmar en Harrington Harbour representó por lo menos medio millón de dólares más en el presupuesto, así como todo tipo de riesgos intangibles. “Una vez que uno está ahí, sabe que cada vez que quiera traer a un actor necesitará cuatro horas y media de vuelo en un avión privado y luego un barco hasta la isla, siempre y cuando el mar no esté demasiado agitado; y en una isla así, en un día se pueden dar todos los climas: lluvia, nieve, sol, niebla, cualquier cosa”, dice Pouliot. Hubo una escena entre el Dr. Lewis (David Boutin) y Ève (Lucie Laurier) que fue filmada con lluvia, tormentas de viento y sol, pero, gracias al trabajo de Pouliot, del director de fotografía Allen Smith y de su equipo, se logró crear la ilusión de continuidad. Pouliot comenta: “Me ayudaron mucho mis quince años de experiencia en publicidad. Probablemente he filmado más largometrajes (en cantidad de metros filmados) que muchos directores experimentados, así que no tenía la sensación de que era la primera vez que estaba haciéndolo, y me sentía confiado en mis recursos para resolver los problemas que se presentaran”.
Harrington Harbour, a diferencia de la isla de la película, es una localidad próspera. “El pueblo se veía demasiado bien para lo que buscábamos. Tuvimos que hacer que las casas se vieran más ruinosas, pero todas las pasarelas y paseos marítimos son tal como se ven en la película.” El diseñador de producción Normand Sarrazin tuvo que construir también el exterior de un restaurante, porque el que realmente tiene la isla no está en el centro del pueblo.
Pouliot eligió al popular actor quebequense Raymond Bouchard para el papel de Germain, el alcalde. “Ese personaje estaría mintiendo durante toda la película, así que tenía que buscar a alguien a quien la gente le aceptara cualquier cosa, un verdadero seductor. Cuando conocí a Raymond, lo entrevisté como si fuera el personaje. Le dije: ‘Germain, eres un mentiroso’. Él me miró extrañado y me dijo: ‘No, no, ¿por qué dices eso?’, y luego intentó explicarme que él no mentía. Y, por la forma en que lo hizo, supe de inmediato que él era Germain. Estaba profundamente convencido de que no mentía, sino que apenas modificaba ligeramente la realidad para que fuera como debía ser.”
Para el papel del Dr. Christopher Lewis, Pouliot pensó una biografía imaginaria. “Es un tipo sin raíces; sus padres eran diplomáticos, siempre estaban fuera, y él creció yendo a diferentes escuelas de todo el mundo. Tiene que ser inteligente, porque es cirujano plástico, pero también tiene que tener cierta ingenuidad y estar convencido de que la gente es básicamente buena. Si no, no resultaría verosímil que se creyera todo lo que le hacen”. Pouliot halló todas esas cualidades en David Boutin. “Además, era un tipo realmente urbano.”
Los habitantes del pueblo trabajaron como extras. “Aunque no están en la misma situación que los personajes de la película, les bastaría un mal año para estarlo, de modo que no les costó mucho ponerse en su lugar.” De cualquier manera, cuando Pouliot sentía que la situación lo exigía, recurría a actores experimentados. “Por ejemplo, hay una mujer durante un discurso importante de Germain que está absolutamente perfecta. Si no lo estuviera, las tomas de Germain se verían falsas. Lo que yo quería lograr era que el fondo sobre el cual se desarrolla la historia se viera tan real como el resto.”
Después de cuatro semanas y media de filmación en Harrington Harbour, el equipo regresó a Montreal para filmar los interiores. “Me pareció extraordinaria la forma en que el diseñador de producción Normand Sarrazin recreó el clima de la isla. No creo que nadie se haya dado cuenta de que los interiores no se filmaron en la isla.”
Pouliot también trabajó en estrecha relación con el compositor Jean-Marie Benoît en la música, que originalmente destacaba los aspectos cómicos del film. “Pero a medida que la íbamos refinando, nos dábamos cuenta de que la música no tenía que acentuar el aspecto cómico, sino la humanidad de los personajes. Además, decidimos que la isla no estaba en ningún lugar determinado, y para ello debía tener influencias de diversos países. Por eso me alegra cuando la gente me dice que le parece oír en la música algo muy francés, o irlandés, o italiano…”
Cuando la película finalmente se estrenó en mayo del 2003, en la última noche de la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, la respuesta del público fue excelente. Poco después, se estrenó en la parte francesa de Canadá y recaudó más de ocho millones de dólares; es decir, más que El señor de los anillos, Matrix Reloaded y el éxito local Las invasiones bárbaras. Obtuvo una Presentación Especial en el Festival de Toronto y ganó el premio World Cinema otorgado por el público en el Sundance Film Festival del 2004. Fue nominada para trece premios Jutra (el Oscar canadiense francés) y ganó siete de ellos, incluidos los premios al Mejor Actor de Reparto (Pierre Colin) y a la Mejor Actriz de Reparto (Clémence DesRochers). Recientemente, ha sido nominada para once premios Genie (el Oscar canadiense), incluidos Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión, Mejor Actor Protagónico (Raymond Bouchard) y Mejor Actor de Reparto (Benoît Brière). También ganó numerosos premios en festivales internacionales, incluido el premio del público del festival Juste pour Rire (Sólo Para Reír) de Montreal, el premio a la Mejor Película en el Festival de Cine en Lengua Francesa de Namur (Bélgica), un Gran Premio en Sevilla, y muchos otros.
Es evidente que esta película pequeña sobre una isla pequeña ha tocado una fibra sensible de mucha gente. “Mi sensación –afirma Pouliot– es que no hay muchas buenas razones para creer en la naturaleza humana en estos días, y esta película ofrece algunas. Adoramos a sus personajes y creemos que es posible que sus objetivos sean honestos.” Aunque semejante descripción de una película cuya trama gira en torno a la manipulación y el engaño puede parecer paradójica, Pouliot explica: “La gran seducción trata sobre la verdad y la falsedad. El Dr. Lewis es la verdad aparente y el pueblo que trata de seducirlo es la falsedad aparente, pero la verdad profunda, y lo que Lewis está buscando en realidad, es lo que el pueblo es en verdad: una comunidad que se mantiene unida para conquistar el derecho de vivir con dignidad. Por ejemplo, hay en el guión un momento terrible, cuando, tras haberse enterado de que el Dr. Lewis no tuvo una figura paterna, Germain desempeña ese rol para él, pero de alguna manera uno acepta ese engaño, ya que, aunque lo está haciendo para lograr su objetivo, Germain se ha convertido realmente en una figura paterna para él”.
Concluye Pouliot: “El Dr. Lewis está, como Germain, en su propia búsqueda personal. No es suficiente que a uno lo detengan por exceso de velocidad para aceptar irse a vivir a una isla. Tiene que haber alguna otra razón, una razón oculta, y yo creo que en este caso era una búsqueda personal: Lewis estaba tratando de encontrarse a sí mismo. Y lo irónico es que logra resolver esa búsqueda profunda gracias a la misma gente que haría cualquier cosa para engañarlo”.
El elenco RAYMOND BOUCHARD (Germain) es uno de los actores de TV más populares del Canadá francés, y fue nominado para los premios Jutra y Genie por su actuación en La gran seducción.
Ha participado en numerosos programas de TV. Fue ganador del premio Gemini como Mejor Actor de 1990 por L’Or et le papier, obtuvo una nominación para el mismo premio como Mejor Actor de Reparto por su participación en Scoop y otra como Mejor Actor por D’Amour et d’amitié. Fue también el presentador de la serie Biographies.
En cine, ha actuado en Un petit vent de panique; Laura Cadieux... la suite; La Vengeance de la femme en noir; La Florida; L’Automne sauvage; L’Assassin jouait du trombone; Ding et Dong, le film; Smokey and the Bandit Part 3 y Cordélia.
En teatro, ha protagonizado clásicos como Hamlet; El enfermo imaginario; Don Juan; Otelo; Arlequino, servidor de dos patrones; y ha actuado en obras contemporáneas en Quebec y en el exterior: Puntila, Douze hommes en colère, Bluff, Fenêtre sur le ciel, Le Vrai monde, Un reel ben beau ben triste…
DAVID BOUTIN (Christopher Lewis) se graduó en el Conservatorio Nacional de Teatro de Canadá en 1996 y debutó en cine poco después, en Countess of Baton Rouge, dirigida por André Forcier. Sus películas siguientes incluyen Quand jeserai parti…vous vivrez encore, Mariages, Un ciel sur la tête, Hochelaga (por la que ganó el Jutra al Mejor Actor de Reparto) y Histoire de pen.
Boutin es también un actor de renombre en teatro, donde ha interpretado Trainspotting, Littoral, Don Juan, Romeo y Julieta, y Trick or Treat. En TV, apareció en Bunker, le cirque (junto a Raymond Bouchard), Tag y Diva, así como en la adaptación de Trick or Treat, que lo hizo merecedor de una nominación al Gemini como Mejor Actor de Reparto. Actualmente está trabajando en la versión cinematográfica de Littoral, dirigida por Wajdi Mouawad.
BENOÎT BRIÈRE (Henri) fue nominado al Jutra y al Genie por su actuación en La gran seducción. Se graduó en el Conservatorio Nacional de Teatro de Canadá en 1996 y es un artista multidisciplinario que ha trabajado en TV, cine, teatro y ópera.
Ha ganado tres premios Gemini, dos Masque y un Coq por su trabajo en TV. En 1994-95 fue uno de los animadores de la entrega de los premios Masque. Entre sus muchas participaciones televisivas podemos mencionar Gypsies, Juliette Pomerleau, Cher Olivier, Marguerite Volant, Les Grands procès, La Petite vie y Le Plateau. También es muy conocido por los personajes que representó como imagen de Bell Canada durante doce años, dirigido por François Pouliot.
Sus películas incluyen Seraphin: Heart of Stone, The Baroness and the Pig, Station Nord, Stardom, Poverty and Other Delights, Louis the 19th y Un homme et son péché. En teatro ha participado en Don Juan, Bousille et les justes, El barbero de Sevilla, Échec et mat y El burgués gentilhombre, entre muchas otras. También escribió Nez à Nez, en la que actúa junto a Stéphane Jacques. Dirige también talleres de ópera en el Conservatorio y la Universidad de Montreal, y prepara a los graduados del Conservatorio Nacional de Teatro en audiciones para el Théâtre des Quat’sous.
PIERRE COLLIN (Yvon) ganó el Jutra como Mejor Actor de Reparto por su actuación en La gran seducción. Ha participado en más de treinta obras de teatro y dirigido varias obras en Montreal. En cine, sus papeles incluyen How My Mother Gave Birth to Me During Menopause, Karmina 2, Maelstrom y Post Mortem. Ha aparecido también en algunos de los programas más populares de la TV canadiense, como Freddy; La vie, la vie; Caserne 24; Virginie; Réseaux I y II.
LUCIE LAURIER (Ève) fue nominada al Genie como Mejor Actriz de Reparto en 1987 por su actuación en Anne Trister, de Léa Pool. Sus películas siguientes incluyen Love-moi, C’était le 12 du 12 et Chili avait le Blues, Liste Noire y J’aime, j’aime pas, por la que fue elegida Revelación del Año por el Rendez-vous du Cinéma Québécois, en 1997.
Hacia fines de los años noventa empezó a aparecer en películas estadounidenses, como Strip Search; The Assignment, con Donald Sutherland y Ben Kingsley; Mumford, de Lawrence Kasdan; Stiletto Dance; y Don’t Say a Word, con Michael Douglas. Regresó a Canadá para la comedia How My Mother Gave Birth to Me During Menopause. En TV, ha actuado en Les Filles de Caleb, Chambres en ville, Ces enfants d’ailleurs, Tarzan, Jean Moulin, Virginie y Cauchemar d’Amour.
BRUNO BLANCHET (Steve) ha desempeñado muchos roles: actor, autor, diseñador, guionista, director de teatro, periodista y director de cine. Empezó en una radio comunitaria, en la que trabajó de 1990 a 1996 (Buzz Show y Quand l’inspecteur Épingle s’en mêle). De 1995 a 1997 fue animador de Le Studio en el Canal Famille de TV, para el que también escribió y actuó en varios episodios de Radio Enfer, de 1998 al 2000. Para La Fin du monde est à 7 heures (1997-2000), Blanchet creó un montón de personajes nuevos y supervisó los guiones, la dirección y las actuaciones de todos los programas. En 1998 coescribió el guión para la entrega de los premios Gemini. Su libro Choses à ne pas faire (“Cosas para no hacer”) se publicó en el 2000 y estuvo muchos meses en la lista de libros más vendidos.
Los realizadores JEAN-FRANÇOIS POULIOT (director) nació en Montreal en 1957. Después de graduarse en Comunicación y Filosofía en la Universidad Concordia de Montreal, empezó a trabajar como ayudante de cámara en películas locales e internacionales, como Érase una vez en América, de Sergio Leone, y Hotel New Hampshire, de Tony Richardson. En esos años escribió y dirigió junto a Robert Bélisle cinco cortometrajes de animación para el National Film Board of Canada, incluido “The Egg” (El huevo).
En 1982 fue contratado como escritor y diseñador por Cossette Comunication-Marketing, la agencia de publicidad más grande del Canadá. Pronto fue ascendido a director artístico y director de cuenta de las publicidades de McDonald’s en francés, y ganó dos veces el Gran Premio Mundial de la Publicidad Francófona. En 1988 decidió volver al cine a través del camino de la publicidad. Dirigió casi 500 comerciales para clientes canadienses, estadounidenses y europeos, y ganó el León de Plata de Cannes por un aviso de Loto-Québec.
KEN SCOTT (guionista) es un actor, escritor y guionista laureado. Obtuvo nominaciones para los premios Jutra y Genie por el guión de La gran seducción, su segundo largometraje. También actúa en el film, en el que hace el papel de Richard Auger, propietario del horrible “Heritage House” del pueblo.
Graduado en Comunicaciones y Escritura Cinematográfica en la Universidad de Quebec en Montreal, Scott empezó su carrera como comediante y escritor con el grupo Les Bizarroïdes. Se presentó junto a ellos en muchos festivales y escenarios prestigiosos del mundo. Por ese trabajo fue elegido Revelación del Año en el festival Juste pour Rire de Montreal de 1994, obtuvo una nominación ADISQ al Mejor Programa Cómico de 1995 y ganó el festival Slapstick de Frankfurt en 1996.
Su primer guión para un largometraje, La Vie après l'amour, de Gabriel Pelletieri, ganó el Billet d’Or en la entrega de los premios Jutra del 2001, por ser la película más taquillera de Quebec (del mismo modo que La gran seducción lo ha sido este año), y también otras cinco nominaciones. La película, en la que Scott también actúa, recibió también el Prix du Public en el festival Juste pour Rire y dos nominaciones para los Genie del 2001.
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