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		 Entrevista a Philip 
		Seymour Hoffman 
		 
		Considerados uno de los actores más importantes de Hollywood, Philip 
		Seymour Hoffman, de 41 años, ganó un premio Oscar por mejor actor en el 
		2006 por su personaje de Truman Capote en, Capote, de Benett Miller.
		  
		Sólo es parte de lo que se merece para una carrera de 17 años que lo ha 
		visto trabajar con algunos de los magníficos autores del cine 
		estadounidense –desde Todd Solondz (Felicidad) hasta David Mamet 
		(Cuéntame tu historia), Cameron Crowe (Casi Famosos) y Spike Lee (La 
		Hora 25). En particular, ha trabajado con Paul Thomas Anderson en cuatro 
		oportunidades (Hard Eight, Juegos de Placer, Magnolia, Embriagado de 
		Amor), aunque este actor nacido en Rochester ha transitado una parte 
		considerable de su carrera en películas comerciales desde Twister a Mi 
		novia Polly y Misión Imposible 3. 
		 
		En su más reciente film, La Duda, de John Patrick Shanley, de Miramax 
		Films, interpreta al Padre Flynn, un sacerdote de Brooklyn que es 
		acusado por una monja (Meryl Streep) de una conducta inadecuada con un 
		alumno en la escuela católica donde trabaja. La película es una especie 
		de reunión para Hoffman, que ya trabajó con Streep en la versión teatral 
		de Mike Nichols, en el 2001, de La Gaviota de Chekhov. Luego protagonizó 
		con Amy Adams, que interpreta en esta película a la bondadosa hermana 
		James, en el film de Nichols, del 2007, Juego de Poder, por la que 
		recibió su segunda nominación de su carrera para el premio Oscar. A 
		continuación, nos cuenta qué sintió al reunirse con viejos amigos y cómo 
		se siente desde que, después de haber ganado un premio Oscar, se 
		convirtiera en una celebridad.  
		 
		P: Usted ha trabajado en teatro anteriormente con Meryl Streep, en La 
		Gaviota. ¿Fue muy diferente? 
		R: Es diferente porque estás filmando una película, pero creo que 
		nuestro placer de trabajar juntos era similar. Era más joven en ese 
		entonces y recién la conocía, así que fuimos conociéndonos el uno al 
		otro. Y la he conocido desde ese entonces. He trabajado con ella 
		nuevamente y la he visto fuera de ese entorno, así que fue diferente 
		porque éramos mayores, y fue una situación entre pares. Sin embargo, se 
		trata de Meryl Streep. Ella encabeza el grupo. Uno obtiene un montón de 
		ella, y la sigo. Llevo todo lo que tengo. Ella me dará mucho, lo sé. 
		Estoy muy afectado por lo que hace.  
		 
		P: También trabajó en otra oportunidad con Amy Adams en Juego de Poder 
		¿Cómo es ella? 
		R: Ella se abre a uno. Hace que sea realidad. Amy es genial. Trabajaría 
		con ella sin dudarlo un instante.  
		 
		P: ¿Averiguó algo que lo sorprendiera sobre los sacerdotes que conoció 
		en el transcurso de su investigación? 
		R Nada me sorprendió. Sólo fui a aprender sobre lo que hacen. El 
		significado de las cosas. La historia se sitúa en el año 1964, época de 
		cambios en la iglesia. Son personas... No lo analicé en el sentido de 
		las misas celebradas en el pasado y los sermones y lo que vestían y lo 
		que hacían, tampoco lo analicé en el sentido del pasado y de la 
		historia, porque no era necesario. 
		 
		P: Lo muestran como bastante más divertido en comparación con las 
		religiosas… 
		R: Bien, lo dicen por esa media hora en la que están comiendo. La gente 
		siempre dice cosas como por ejemplo: -¡Están de fiesta! y yo digo: 
		-Bueno, ¡están cenando! Podrían terminar su cena en quince minutos e 
		irse luego a dormir. Desconozco si suelen dar vueltas luego de cenar. 
		 
		P: ¿Entendió su mentalidad? No se trata de una profesión habitual… 
		R: Sí, así fue. Disentiría de usted. Creo que es una profesión 
		increíblemente bien conocida y popular. ¿No lo cree así? ¡La Iglesia 
		Católica es enorme! ¿Se da cuenta a lo que me refiero? Creo que es muy 
		común. Muchas personas son sacerdotes. Mucha gente dedica su vida a la 
		Iglesia Católica. Muchísima gente, millones. 
		 
		P: Pero estas personas viven su trabajo como otras pocas… 
		R: No, pero me refiero al hecho de lo que usted mencionó sobre que no es 
		común. Lo que me parece interesante es que no sea tan poco común. Eso es 
		lo que me parece interesante. Mucha gente dedica su vida a la Iglesia, y 
		eso lo puedo entender. Creo que hay libertad en no tener relaciones en 
		su vida y no tomar los votos. No tiene muchos y es sólo usted. Hay una 
		cierta libertad en ser uno mismo y no tener mucho. Siempre se lo 
		relaciona con ser joven. Cuando uno es joven y no se tiene dinero, hay 
		una cierta libertad, todo carece de complicaciones. Pero también se es 
		libre para tener esa relación con Dios, uno es libre para seguir sus 
		estudios, y uno también es libre para dedicarse a las cosas. Puedo 
		también entender eso. Creo que cualquiera puede realmente entenderlo. 
		Sólo que yo lo relaciono con la juventud y no tener nada y con ese 
		sentimiento. Uno no tiene mucho y lucha. No se sabe lo que va a ocurrir. 
		Pero existe en ese momento un placer verdadero. Una libertad real. 
		 
		P: ¿Lo inspiró algún actor o persona para su personaje? 
		R: No tenía un modelo armado para este personaje. 
		 
		P: ¿Espera una reacción de la Iglesia Católica? 
		R: Ningún representante de la Iglesia Católica ha hablado conmigo al 
		respecto. La obra de teatro ya se ha representado en el mundo durante 
		más de dos años. Si la Iglesia Católica hubiera querido “derribar” la 
		obra, ya lo hubiera hecho. Ganó un premio Pulitzer. Esta obra se ha 
		representado en cada ciudad en este país durante tres años y se ha 
		representado también en todo el mundo.  
		 
		P: ¿Cómo ve la palabra “duda” en relación con la historia reciente de 
		EEUU? 
		R: Creo que la “duda” radicaba sobre el hecho de si uno hubiera dudado 
		sobre lo que pasaba, sobre las decisiones que el gobierno estaba 
		tomando, en un determinado momento se lo hubiera considerado de 
		antipatriota. Pero eso es lo que uno pensaba al respecto. No le pasó 
		nada. Pero la gente estaba asustada, o mejor dicho, intimidada, de decir 
		lo que pensaba. Pero eso cambió hace un tiempo. Probablemente en el 2005 
		el país comenzaba a rebelarse en contra de la guerra. Definitivamente se 
		estaba formando una mayoría que decía lo que pensaba. Ya no se daba 
		aquello que si uno tenía una duda y se cuestionaban las acciones del 
		gobierno, era un problema –porque la gente lo hacía en todo momento. 
		Cambió hace alrededor de tres años en mi visión, cuando se convirtió en 
		mayoría y Bush comenzaba a vivir tiempos difíciles y ahora es uno de los 
		presidentes menos populares que alguna vez tuvimos. Así que pienso que 
		la duda, ese cuestionamiento sobre algo, fue un problema durante un 
		breve lapso. Y la gente luchó contra eso. Hubo una rebelión en contra de 
		eso. No querían vivir y sentirse atemorizados al cuestionar y al dudar 
		sobre lo que pasaba, y sentían temor, y creo que esta película tiene 
		mucho de este asunto. Creo que el Padre Flynn está hablando sobre ello 
		al inicio, cuando dice: -No quiero que sienta culpa por dudar. Realmente 
		quiero sacarlo a la luz aquí. Reunámonos para hablar al respecto, estar 
		completamente seguros sobre lo que creemos o sobre lo que pensamos es 
		realmente algo imposible.  
		Sólo se podrá estar seguro durante un largo tiempo o posiblemente uno se 
		comenzará a cuestionar lo que hace. Así lo creo. Creo que es lo que él 
		dice.  
		 
		P: ¿Desde pequeño quería ser actor? 
		R: No, no, no. Probablemente surgió en mi adolescencia. Había ido al 
		teatro desde los 10 ó 12 años de edad. Me encantaba ir al teatro. 
		Participaba de las obras de teatro en el colegio secundario y terminé 
		yendo a la universidad para eso. Así que fue alrededor de esa edad y 
		pensé que era algo que quería hacer.  
		 
		P: ¿Practicaba lucha en la escuela secundaria, verdad? 
		R: Sí en la escuela secundaria, pero me lastimé el cuello, y eso ocurrió 
		cuando me presenté a una audición para mi obra. . 
		 
		P: En estos momentos, también es director de una obra de teatro con la 
		LAByrinth Company en Nueva York. ¿Cuál es su objetivo con ellos? 
		R: En la compañía de teatro, representamos nuevas obras de modo tal que 
		tengamos escritores en la compañía que escriban para los actores también 
		en la compañía. Hemos estado produciendo trabajo nuevo durante los 
		últimos catorce años. Así que afortunadamente estamos creando nuevos 
		directores que la gente usará en el futuro. Ese es nuestro objetivo.  
		 
		P: Hace poco tuvo una obra, Riflemind, que usted dirigió en Londres por 
		poco tiempo. ¿Estuvo decepcionado? 
		R: La respuesta del público fue bastante buena. No estábamos recibiendo 
		la suficiente cantidad de público en un determinado momento, debido a 
		que las críticas fueron bastante duras. Pero eso pasa. Así es el teatro. 
		Este es el negocio en el que estoy.  
		 
		P: ¿Está considerando dirigir una película? 
		R: Sí. Sí. Puede ser, veremos. Aun no me siento completamente seguro. 
		Pero es algo que me gustaría hacer. No quiero dirigir películas en un 
		día de trabajo mío del modo que sea. Pero sí es algo que me gustaría 
		intentar hacer en la vida y hacerlo bien.  
		 
		P: ¿Cuál ha sido el impacto de haber ganado un Oscar por Capote? 
		R: Se pierde el anonimato. Ese es realmente el impacto más grande. Uno 
		se vuelve más conocido. Y hacerse más conocido afecta el negocio. Cuánta 
		más gente conozca quien sea yo, más gente va a confiar en respaldar con 
		dinero una película en donde esté. Eso ocurre. Pero fuera de ese tema, 
		eso es todo. Fuera de eso, uno hace básicamente lo que uno hace. No he 
		cambiado mi forma de vida en nada, ni he hecho nada extraño desde 
		entonces. No he tomado ninguna decisión diferente en base a eso. Sólo 
		trato de ser agradecido por lo que se ofrece.  
		 
		P: ¿Así que aún no se ha comprado una isla privada? 
		R: ¿No sería lindo? ¡Pero sería difícil de manejar! 
		 
		P: ¿Ha habido algún aspecto negativo sobre el Oscar? 
		R: No se trata del aspecto negativo del Oscar. Hay que quitar el Oscar 
		de la ecuación. Ese premio es algo que ocurre en la vida de uno. Y me 
		siento agradecido por eso. Realmente lo siento así. Yo estoy agradecido 
		por cualquier cosa que llega a mi vida y que me pueda abrir más puertas. 
		Pero, no, cuando uno se vuelve más conocido, se pierde el anonimato, y 
		es entonces que surgen los aspectos positivos y negativos.  
		 
		P: ¿Cómo reacciona ante ello entonces? 
		R: Depende. Hay momentos. Cuando converso con mi hijo de cinco años y 
		alguien interrumpe sin decir permiso y le digo: -No puedo hablar en este 
		momento y luego se enojan conmigo. Existen momentos así, eso ocurre. 
		Pero no ocurre con frecuencia. Bueno, no son totalmente momentos 
		excepcionales, más bien los que ocurren con menor frecuencia. La mayoría 
		de la gente es bastante respetuosa. Pero la gente pierde su sentido de 
		orgullo. Es algo extraño. Los aspectos positivos compensan a los 
		negativos. La gente es muy elogiosa, le gusta ir al cine y al teatro y 
		realmente agradecen si les gusta lo que uno hizo.  
		 
		P: ¿Está sorprendido de haberse vuelto más famoso? ¿Cómo sucedió? 
		R: La vida sencillamente pasa. Y allí está uno. Uno comienza a 
		presentarse en las audiciones para las películas y obtiene el trabajo. Y 
		luego uno piensa. Bien, haré una película de vez en cuando y haré 
		teatro. Y de repente cumplo 29 años y alguien me mira en un restaurante 
		y pienso que no les gusto o que quieren pelear conmigo o bien que los 
		conozco y olvidé sus nombres. Luego me doy cuenta de que vio mi película 
		y de que me conoce. Y eso causa un impacto. Es como perder el brazo 
		izquierdo. No se entiende. Uno va por la vida en forma anónima y luego 
		de repente ya no se es más anónimo. Simplemente así ocurre porque uno 
		está haciendo su trabajo. Pero uno no piensa que va a ser una persona 
		famosa. Uno piensa que podría hacer una película, hacer algunas obras de 
		teatro pero no que va a ser famoso.  
		 
		P: ¿En serio, es así? 
		R: No. Es gracioso. Estaba leyendo el libro de William Goldman [Hype and 
		Glory] – trata sobre el momento en que fue jurado en Cannes y sobre el 
		jurado del concurso de belleza de Estados Unidos. Es realmente genial. 
		Es un escritor maravilloso. Muy divertido. Pero dijo que cuando los 
		actores se convierten en actores saben en lo que se involucran. Lo leí y 
		pensé: -Dios mío, ¡eso no es tan así! Es categóricamente falso. Sí, 
		estoy seguro de que un grupo de actores sí lo sepan, que quieran estar 
		en películas y que quieran ser estrellas de cine. Pero hay un grupo 
		enorme de nosotros que ingresó en la actuación porque íbamos a nuestros 
		teatros regionales y veíamos All My Sons. O queríamos hacer obras de 
		teatro fuera del circuito comercial de Broadway e ir al teatro en 
		bicicleta. Así es como pensé que iba a ser mi vida. No tenía idea que 
		iba a estar en una pantalla.  
		 
		P: Participó en The Boat That Rocked (que se estrenará en el 2009 en la 
		región) de Richard Curtis. ¿Cómo fue esa experiencia? 
		R: Es un tipo genial. Realmente lo aprecio; espero que sigamos siendo 
		amigos. Es realmente un tipo con el disfruto poder estar, es alguien con 
		el que uno puede estar fácilmente. Y lo digo porque realmente puedo 
		estar sentado conversando con él durante horas. Y había mucho material 
		filmándose en un bote en el medio del océano. Estábamos frente a 
		Weymouth. Nos alejamos por una o dos millas. Es un gran grupo. 
		Interpreto a un DJ estadounidense.  
		 
		P: ¿Sus hijos, quieren ser actores? 
		R: Son muy jóvenes para saber aún. 
		 
		P: Ahora que es una estrella de cine, padre y director de teatro, ¿se da 
		cuenta de que no tiene tiempo libre? 
		R: Esa parte de ser “estrella de cine” ¡Es tan gracioso! ¡Simplemente no 
		puedo seguir esa parte! Sí, pero debo asumirlo. Tengo 41 años ahora y 
		parece que el tiempo no alcanzara. Es difícil dar vueltas y también es 
		difícil encontrar tiempo, pero no creo que sólo me pase a mí como 
		famoso. Uno ha acumulado cosas por las que estuvo luchando y se llega a 
		cierto momento y uno tiene una vida. Ser famoso no hace la diferencia. 
		Todos tienen esa experiencia.  
		  
		Entrevista a Meryl 
		Streep
		  
		 
		Con frecuencia considerada la actriz más importante de su generación, 
		Meryl Streep, de 59 años, es una artista que necesita poca presentación. 
		Su carrera de treinta años la ha visto recibir catorce nominaciones para 
		el premio Oscar, superando a la actriz Katherine Hepburn, quien tenía el 
		record anterior, con doce nominaciones. Ganadora de dos Oscar por Mejor 
		Actriz, por sus difíciles personajes como madre en Kramer vs. Kramer y 
		La decisión de Sofía, ha trabajado con un grupo de extraordinarios 
		primeros actores, desde Robert De Niro a Jack Nicholson, Robert Redford 
		y Nicolas Cage. El año pasado, se la vio en dos dramas de carga 
		política, El Sospechoso y Leones por Corderos, así como también en el 
		exuberante éxito musical Mamma Mia!  
		 
		Su más reciente personaje, el de la Hermana Aloysius, en el film de John 
		Patrick Shanley, La Duda, de Miramax Films, está encuadrado en las 
		actuaciones clásicas de esta actriz desde la década del ‘80. Basado en 
		la obra de teatro de Shanley del año 2004, que ganara un premio Tony y 
		el Premio Pulitzer, la historia comienza cuando el dedo acusador de 
		Streep acusa al Padre Flynn (interpretado por Philip Seymour Hoffman), 
		un colega en la Escuela Católica Brooklyn en donde ellos trabajan, por 
		un comportamiento inadecuado con un muchacho. Al tratar con cuestiones 
		de fe, pueden quedar pocas dudas de que la actuación de Streep estará en 
		medio de nominaciones en la temporada de premios que se avecina. A 
		continuación, Meryl Streep nos habla sobre las monjas, a las que se las 
		llama arpías y porqué aún está paranoica como actriz.  
		 
		P: ¿Disfrutó interpretando a una monja? 
		R: Me encantó la vestimenta de monja. ¡No existen días malos con el 
		cabello! 
		 
		P: ¿Usted qué piensa: el Padre Flynn abusó o no del muchacho? 
		R: Ah... Es tan complicado. Es algo así como la esencia de la película. 
		Todos tendrán una opinión diferente, puede ser, pero creo que ése es el 
		tema aquí. Investigar ideas de certeza y de duda y de cómo vemos las 
		cosas instintivamente y de cómo vemos la verdad a través del prisma de 
		nuestro propio prejuicio individual y ése es el tema.  
		 
		P: Aunque su personaje, mira el mundo en negro y blanco, ¿no lo cree 
		así? 
		R: Ella trata con el mundo de un modo blanco o negro. No estoy segura de 
		si lo mira de esa manera. Pero ella averiguó que es más efectivo 
		mantener las estructuras de la iglesia, seguir con los dictados de su 
		fe, mantener el orden con los niños y que la escuela siga funcionando, 
		continuar con una línea muy dura y que sea correcta, clara, exactamente 
		lo que se espera.  
		 
		P: ¿Le gusto el personaje? 
		R: ¡Me gustó ella! Creo que no le importaría ser calificada como arpía, 
		sino que se ve a sí misma protegiendo a esas flores, a esos niños. Ella 
		está en la puerta de entrada. Se ve a sí misma como cualquiera de las 
		dos... usted abre la puerta así. Creo que ella ha visto esta maldad 
		antes.  
		 
		P: ¿Alguna vez la han calificado como arpía? 
		R: ¿Cómo? En El Diablo viste a la moda, ¡sí! 
		 
		P: ¿Estudió en una escuela con una disciplina tan estricta? 
		R: Sí, así fue. Sí tuve a un docente muy estricto. Estoy segura de que 
		todos tuvieron uno. Era de álgebra. Un maestro, muy estricto, italiano, 
		de facciones duras. Y la gente estaba aterrorizada en esa clase, pero le 
		prestaba atención y aprendían álgebra. La gente realmente aprendía en 
		esa clase. Y tuve otras maestras favoritas que todo el mundo amaba. No 
		recuerdo nada. Quiero decir que hay algo para concentrar la mente, algo 
		para tener disciplina en una clase.  
		 
		P: ¿Tuvo algunas maestras que la inspiraron para actuar? 
		R: Sí, tuve una –una profesora de música. Cuando estaba en el 
		secundario, pensaba que era increíblemente vieja, ¡y luego supe que 
		tenía 22 años de edad! Pero era maravillosa, era estudiante de Andrés 
		Segovia. Tocaba la guitarra maravillosamente. Necesitaba dinero para 
		devolver el importe de sus becas de estudiante y enseñaba en mi escuela 
		pública y fue una gran inspiración. Pero era muy disciplinada. Es lindo 
		para los niños saber que hay límites.  
		 
		P: ¿Entonces, cómo se preparó para el personaje de la Hermana Aloysius? 
		R: Conocí a algunas monjas sin un trabajo activo, algunas monjas de 
		congregación de las Hermanas de la Caridad. No había muchas. Tienen 
		aproximadamente setenta, ochenta y noventa años de edad. Fui a dos 
		hogares, comí con ellas allí, y hablé con las monjas. Luego hablé con la 
		Hermana Peggy. Era el modelo de la Hermana James. Era la maestra de John 
		Patrick Shanley en primer grado, cuando él tenía seis años de edad. Ella 
		estaba por allí, tiene alrededor de setenta años de edad. Es un 
		personaje inspirador.  
		 
		P: ¿Qué aprendió de ellas? 
		R: Muchas, muchas cosas. Le cuento que funciono mejor cuando mi día está 
		ordenado para mí. Como cuando sé que un miembro del equipo viene a 
		recogerme a las 6.15 hs. de la mañana. Y sé que debo aprender el texto 
		para un escena en especial y me preparo para ello, y como el almuerzo a 
		una hora fija y luego trabajamos hasta el final del día... esas 
		expectativas concentran la mente y hace que uno sea más productivo de 
		una manera. De cualquier forma, la Hermana Peggy me dijo que cada 
		segundo del día está justificado. Hay una oración al caminar. Hay una 
		oración al salir el sol. Hay una oración al vestirse, y así 
		sucesivamente, se tiene presente la vida. Uno advierte que se conecta 
		cada acto físico de dedicación con la misión de su vida. Fue muy 
		interesante, fascinante.  
		 
		P: ¿Siguen recibiendo a nuevas novicias en la orden?  
		R: Cuando hablé con algunas de las monjas, me comentaron que no habría 
		nuevas novicias. Ninguna mujer joven. Solamente mujeres que tengan 
		cincuenta y sesenta años, que hayan criado a sus hijos y se sientan 
		fuertes y capaces de hacer algo por el mundo. Quieren brindar un aporte 
		de esta forma, despejando todo a un lado.  
		 
		P: Escuché decir que con frecuencia escucha música para prepararse. ¿Lo 
		hizo para La Duda?  
		R: Bueno, ¡ahora soy adicta a You Tube! Tenía un video de un coro de 
		niños en Inglaterra. Eran muy jóvenes, no es un coro famoso –sólo un 
		coro de niños en Inglaterra. Pero es tan hermoso y tan emotivo y un 
		grupo multicultural de niños. En su mayoría, pequeños niños ingleses, 
		pero había también un niño filipino y un niño africano, y provocaba 
		muchas reacciones en mí y la escucharía todo el tiempo. Es algo muy 
		dulce porque esas voces son tan puras e identifican un momento en la 
		vida del niño, que es justamente ese cierto momento de octavo grado. 
		Doce, trece años de edad cuando son muy vulnerables. Es algo conmovedor 
		y hermoso sobre los niños a esa edad.  
		 
		P: ¿Pasa el tiempo hacienda clic de un video al otro en You Tube? 
		 
		R: El problema es que uno hace clic y encuentra un video realmente 
		divertido y luego hace clic en otros y no son para nada graciosos. Así 
		que nunca lo hago.  
		 
		P: La religión, ¿juega un papel importante en su vida? 
		R: No sigo ninguna doctrina. No pertenezco a una iglesia o templo o 
		sinagoga o ashram.  
		 
		P: ¿Piensa que la película atraerá la crítica de la Iglesia Católica? 
		R: No lo creo. Las Hermanas de la Caridad que han visto al película han 
		sido muy muy, muy alentadoras. Creo que están del lado de la verdad. De 
		lo que es correcto. Otras personas podrían tener problemas. Dice la 
		verdad sobre cosas que ocurren.  
		 
		P: ¿Piensa que la Iglesia Católica es como una red de “amiguismo”? 
		R: Bueno, ¿qué piensa? ¿No es todo una red de amiguismo? La industria 
		del cine. El Senado. La cámara de representantes. Los grados más altos 
		en un empresa. ¿Qué cosa no lo es?  
		 
		P: Dijo anteriormente que la edad es humilde. ¿Qué quiso decir con eso? 
		R: Bueno, ¿no estamos todos agradecidos de estar vivos? Conozco a un 
		montón de gente... de mi edad. He perdido a mucha gente en mi vida y 
		estoy muy agradecida de estar aquí. Eso fue lo que quise decir.  
		 
		P: ¿Piensa que los actores pueden jubilarse? 
		R: Claro. La gente habla sobre el tema y siempre piensa en jubilarse. Y 
		yo no, realmente. En nuestra profesión, no necesariamente se lo echa a 
		uno. 
		 
		P: Ha habido muchos rumores sobre el premio Oscar para La Duda. ¿Aún se 
		emociona al estar nominada?  
		R: Sí, estoy emocionada. Me emociona, me siento intimidada. Hollywood 
		para mí es lo que es para usted. Es algo más que lo que soy. Me siento 
		fuera de él. Causa temor. 
		 
		P: ¿Donde guarda sus premio Oscars? 
		R: En un estante alto. ¡Uno de ellos tiene realmente un color espantoso 
		ahora! 
		 
		P: Además de actuar ¿qué otras cosas le interesan? 
		R: Estoy interesada en muchas cosas… música, arte, teatro. Voy al teatro 
		un montón. A mi marido no le importa si nunca va al teatro, pero no lo 
		regaño porque no quiere ir al teatro. No le molesta que no me importe la 
		moda –está bien. ¡Somos diferentes! 
		 
		P: Mamma Mia! ha sido un gran éxito para usted. Hizo que las mujeres 
		volvieran al cine, ¿verdad? 
		R: Bien, siempre irían. Sólo que se han sentido desalentadas. Muchas 
		decisiones han sido tomadas por personas que no necesariamente se 
		entretendrán con algo como Mamma Mia! Estos tipos generalmente toman 
		esas decisiones en lo que ellos quieren ver o en lo que querían ver 
		cuando tenían catorce años de edad.  
		 
		P: ¿Se sorprendió por el éxito? 
		R: ¡No! Pero sí estaban aquí en Estados Unidos. Aquí estaban 
		sorprendidos, debido a que la película fue difícil de financiar. Tuvimos 
		algunos campeones, en especial, Donna Langley, una ejecutiva en 
		Universal. Ella rodó ese canto rodado montaña arriba y un montón de 
		ejecutivos decían: -No la entiendo. Pero ello lo hizo posible y fue 
		importante.  
		 
		P: Luego de este personaje, ¿siente que puede interpretar cualquier rol?
		 
		R: Sí. Uno puede hacer todo tipo de cosas. Se trata de una ilusión. 
		Usted puede lograrlo de cualquier forma. Pero se trata de convencer a la 
		gente de que es posible. A veces, no pueden ver lo hipotético y uno 
		tiene que mostrar algo. Uno tiene que hacerlo. No se puede hablar sobre 
		ello.  
		 
		P: ¿Cómo permanece tan conectada? 
		R: No tengo una empresa de producciones, no tengo personal a cargo. Sólo 
		tengo una asistente pero no lee mis guiones. Leo sólo lo que creo podrá 
		interesarme y selecciono de ahí . Mi representante me envía el material 
		que él piensa está bien escrito, ¡porque me enfurece cuando me envía 
		alguna porquería! Pero también me envía material divertido y original. 
		 
		P: ¿Qué piensa acerca de los roles que le han ofrecido hasta ahora? 
		R: Creo que los personajes para las mujeres de mi edad son más salvajes, 
		más extremos. Los protagonistas de una comedia romántica –algo muy 
		convencional- están escritos para mujeres más jóvenes. Siempre me 
		consideré a mí misma como una actriz que interpreta personajes, en todos 
		los ámbitos, una actriz de cine o de repertorio de teatro –alguien que 
		interprete un montón de personajes diferentes y siempre me ha gustado. 
		Aun cuando era más joven, acepté algunos personajes que eran extraños 
		–como Lindy Chamberlain [del film de 1988 A Cry in the Dark]. Una 
		crítica decía: -la intencionada destrucción de su belleza. Me interesa 
		la vida de las personas y me gusta investigar aquellas que son 
		agresivas, difíciles.  
		 
		P: ¿Siempre considera fácil ponerse en la piel en un personaje? 
		R: Es más difícil comenzar porque dudo de mí misma. Siempre transcurro 
		por un período antes de aceptar un personaje. Lo pienso un momento, 
		luego estoy lista y me preparo. Y luego dejo de pensar en ello y viene 
		el momento de comenzar. Y es en ese momento en que me desmorono –pienso 
		que no sé lo que estoy haciendo. Digo: -No tengo un personaje. No sé 
		porqué estoy aquí. ¿Por qué me contrataron? ¿Por qué quieren que haga 
		esto? No sé cómo hacerlo.  
		Es realmente extraño. Lo he venido haciendo durante tanto tiempo que mi 
		esposo me ha indicado la rutina y me dice: -Siempre lo haces. Y le digo: 
		-¡No, nunca lo he sentido de esta manera! ¡Es este proyecto! ¡Y 
		simplemente se escapa a jugar golf! 
		 
		P: ¿Qué la mantiene cuerda? 
		R: He ahorrado mi dinero y estoy bien. Cuando era más joven, era más 
		aterrador pero no realmente. No creo que alguna vez tenga sentido común 
		para saber cuán cerca estaba del abismo. Uno tiene optimismo cuando es 
		más joven y no tenía miedo. Y también vivía simplemente. ¡No compro 
		mucha moda! 
		 
		P: ¿Cómo maneja su carrera y su vida personal? 
		R: ¡Es una pregunta diaria! Todo en la vida es un acto de equilibrio y 
		todos deben tener sentido del humor sobre lo que lleve. Realmente, ser 
		una actriz en una película, si uno tiene una cierta cuota de éxito –aun 
		cuando sea un éxito moderado- uno tiene una vida que es más amigable 
		para su familia ya que durante largos períodos de esa carrera no se 
		tiene empleo. Así que uno permanece en su casa. Permanezco en mi casa 
		más tiempo que la mayoría de las madres que trabajan. Es el equivalente 
		de tener tiempo flexible... excepto cuando tengo empleo y pienso que 
		nunca más trabajaré. Y luego viene otro trabajo y trabajo durante cuatro 
		meses y luego paro.  
		  
		Entrevista a Amy 
		Adams  
		 
		Amy Adams, actualmente considerada una de las actrices más codiciadas de 
		Hollywood, captó la  
		atención internacional por primera vez luego de su personaje en Junebug, 
		en el 2005, en donde interpretaba a una belleza sureña de carácter 
		bondadoso, papel que le valiera una nominación como mejor actriz de 
		reparto. Desde entonces, su estrella ha ascendido inexorablemente, 
		interpretando a una princesa de Disney en Encantada, a una actriz 
		frívola en Miss Pettigrew Lives for a Day (no estrenada en Ameérica 
		Latina) y a la secretaria de Tom Hanks en el drama dirigido por Mike 
		Nichols, Juego de Poder. También tuvo participaciones en comedias como 
		Ricky Bobby: Loco por la velocidad y Delirios de Fama – una travesura 
		que repetirá en la segunda parte de Noche en el Museo 2, con Ben Stiller. 
		 
		Ahora, Adams, de 34 años de edad, tendrá a su cargo el personaje más 
		dramático que le ha tocado interpretar hasta el momento, en el 
		largometraje de Miramax, Doubt. Allí, interpreta a la Hermana James, la 
		dulce e inocente religiosa que se ve involucrada en un escándalo en una 
		escuela católica de Brooklyn en el año 1964, al compartir con una 
		colega, considerada una arpía, la Hermana Aloysius (Meryl Streep), su 
		preocupación de que un sacerdote, el Padre Flynn (Philip Seymour Hoffman), 
		se haya comportado en forma inadecuada con un alumno. Para Adams, este 
		es su segundo largometraje con Hoffman, luego de Juego de Poder, y 
		volverá a compartir escenario con Meryl Streep en el 2009, en el film de 
		Nora Ephron Julie & Julia. A continuación, nos cuenta cómo es actuar con 
		actores tan luminosos, su meteórico ascenso a la fama y cómo es que aún 
		compra toallas en Target. 
		 
		P: ¿Cómo se preparó para La Duda? 
		R: ¿Cómo me preparé? ¡Pánico! No, es una broma…. Tuvimos tres semanas de 
		ensayo. John no se entrometió en mi vida, sino que dijo: -¡Realmente 
		deberías hablar más sobre ello porque viniste muy preparada! Me 
		comportaba tanto como la chica que quería dar una buena impresión en el 
		primer día de escuela. Sabía mi texto y conocía todo sobre la obra. ¡Y 
		también sabía el texto de los demás actores! Generalmente estoy bien 
		preparada, pero creo que estaba súper preparada. Pasé semanas viendo el 
		material. Sabía que no se iba a ocultar nada, así que me preparé. 
		 
		P: ¿Habías visto antes la obra de teatro? 
		R: Sí. Sentí una gran responsabilidad frente a la obra de teatro, pero 
		al mismo tiempo, el guión es diferente y brinda un sentimiento también 
		diferente. Mi personaje en el film y en la obra son similares, pero 
		debido al modo en que las escenas se analicen, lleva a un camino 
		diferente. Tuve que olvidarme de la obra realmente. Pensaba: -Si, pero 
		en la obra... 
		 
		P: ¿Qué sintió al usar un hábito de religiosa? 
		R: Colocarme el velo fue un poquito incómodo, pero me gustó usar el 
		hábito. Uno sabe que se va a ajustar, no hay cierres. Todo se prende con 
		botones y lazos. Tiene tantas capas y ayudaba a que uno se sintiera… 
		obligaba a mantener cierta postura y forma de caminar. Los zapatos eran 
		tan cómodos. Generalmente uso tacos altos y los zapatos en el film eran 
		ortopédicos.  
		 
		P: ¿Considera que su personaje es inocente? 
		R: No consideré que ella fuera inocente. La vi como alguien que creció 
		en su momento, en ese año 1964 y eligió ser una monja, demasiado joven. 
		Y para el mundo podría parecer inocente, pero creo que sólo está 
		confiada. No creo que fuera algo poco común en esa época. Eran momentos 
		de gran cambio en la iglesia. Creo que al final, ella es definitivamente 
		una persona más adulta al lado de la Hermana Aloysius. No la veo 
		entonces como no inocente, sólo confiada y abierta. Y creo que cuando 
		alguien mire la película, tendrá su propia experiencia al respecto. 
		Mucha gente ve el largometraje y se da cuenta de lo qué se trata y 
		automáticamente quiere suponer que el sacerdote es culpable. Ocurre lo 
		mismo si usted decide que el personaje de Meryl es malicioso. He visto 
		la película varias veces y en forma intencional pensé en diferentes 
		opiniones en cada momento. Debe tratar de hacer esto. Tiene que ver la 
		película y decidir que es culpable. Es otro film totalmente diferente si 
		usted decide que es inocente. Es muy interesante.  
		 
		P: Antes de La Duda, ha tenido un par de años maravillosos. ¿Cómo se ha 
		sentido al respecto? 
		R: ¡Ha sido genial! Disfruto de mi trabajo, así que ha sido realmente 
		bueno. He estado realmente muy ocupada. Extraño a mis amigos y a mi 
		familia. Así que espero el momento en el que pueda alcanzar un 
		equilibrio, ya que, debido a que elijo tomar el camino más largo para 
		llegar al lugar en donde estoy ahora, disfruto de las ventajas que me 
		brindan las oportunidades que tengo en frente en este momento.  
		 
		P: Recientemente posaste para la tapa de Vanity Fair. ¿Cómo te sentiste?
		 
		R: Fue genial, y de ninguna manera pretendo desmerecerlo; cuando 
		comencé con la carrera de actuación, nunca imaginé hacer portadas de 
		revista. Así que no juzgo el éxito de mi misma por cuantas portadas de 
		revista haya hecho o cuáles. No obstante, ha sido algo maravilloso. Y 
		Vanity Fair, ellos han crecido junto conmigo. Para mí, fue muy especial. 
		Hice una nota para ellos en ocasión de la película Atrápame si puedes – 
		estuve en Vanities. Luego estuve en el ejemplar de Hollywood cuando se 
		estrenó Junebug (película no estrenada en América Latina), luego estuve 
		en el ejemplar de Hollywood cuando se estrenó Encantada, y ahora, con La 
		Duda, me han elegido para que aparezca en la portada. Así que se siente 
		como si hubiera crecido con ellos un poquito.  
		 
		P: ¿Cómo fue su experiencia al trabajar con Spielberg en la película 
		"Atrápame si puedes"? 
		R: Fue magnífico. ¡Me encantó! Y me encantaría volver a trabajar con él 
		una vez más. Sin embargo, fue extremadamente intimidante. Cuando me 
		siento intimidada o desafiada, tiendo a tener una visión restringida y 
		muy concentrada. Trato de no prestar atención a las voces de afuera. 
		Tengo que cerrarme y concentrarme realmente en la tarea entre manos. 
		Pero, seguro, me sentí intimidada. Pero decidí que estaba allí para 
		trabajar, estaba allí para ser Brenda, y cualquier otra cosa que 
		sucediera iba a estar bien. Si le gusté o no, nunca esperé ser amigos 
		con Leo, nunca esperé trabajar con Steven una vez más, estaba allí para 
		ser Brenda –no estaba allí para hacer otra cosa. Y fue una experiencia 
		genial y todos ellos estuvieron maravillosos. Resultó tan fácil trabajar 
		con ellos. Estaba asustada, pensaba: -¿será fácil trabajar con ellos? 
		Era un gran misterio para mí. Siempre lo es cuando uno se embarca en 
		algo. Como cuando uno se embarca en trabajar con Meryl. 
		 
		P: ¿Cómo fue trabajar con ella? 
		R: La idea me resultaba aterradora. Pero llevarla acabo fue realmente 
		muy divertido. Meryl es una colega en escena fantástica, y no se guarda 
		para sí nada cuando está frente a la cámara. Ella te brinda todo y te da 
		un montón de trabajo que hacer. Así que cualquier intimidación en el 
		escenario sólo forma parte de mis propias inseguridades y no tiene que 
		ver nada con su persona. 
		 
		P: Trabajaste anteriormente con Philip Seymour Hoffman en Juego de 
		Poder, así que sabías que esperar de él, supongo… 
		R: ¡Sabía que debía estar aterrada! Lo adoro. Creo que seríamos 
		perfectos complementos. Es súper divertido y tiene un corazón enorme. Es 
		un gran tipo. Y un actor fantástico. 
		 
		P: Y entonces, ¿cómo fue trabajar con él? 
		R: Es intenso y definitivamente vuelca esa intensidad en lo que hace. 
		Sabía que Philip no iba a…él iba a cuidarse y es un profesional 
		consumado y un colega en escena fantástico. Confía en que los demás 
		actores con los que trabaje lo harán de la misma manera. Y es por eso 
		que depositó esa fe en mí y es fantástico. No había trabajado 
		anteriormente con Meryl así que a mi me parecía... solamente quería 
		asegurarme de que yo fuera una buena colega en el escenario. De que lo 
		fuera en el personaje y en la historia y que de veras les brindara algo.
		 
		 
		P: Participará en otra película con Meryl Streep muy pronto, Julie & 
		Julia. ¿Qué papel interpretará allí? 
		R: Interpreto el personaje de Julie. (Julie Powell, que escribió el 
		libro Julie & Julia). Ella está por cumplir treinta años y cuestiona su 
		vida, cuando decide cocinar a su manera a través de la cocina francesa 
		de Julia Child, y escribe un libro sobre ello. Y entonces sigue su 
		crecimiento en ese año y hace una comparación entre la experiencia de 
		Julia Child en Francia a medida que escribe el libro. Y compara la vida 
		de estas dos mujeres.  
		 
		P: ¿Qué le hizo elegir este personaje? 
		R: Un montón de cosas. Me encantó el guión. Sentía curiosidad de 
		trabajar con Nora Ephron. Me gusta muchísimo como escribe. Y me sentía 
		emocionada de hacerlo. También me identifiqué con el tema de la edad y 
		aproximarse a los treinta años y sentirse perdida. Esto fue algo con lo 
		que me identifiqué muchísimo. 
		 
		P: ¿Cómo enfrentó el tema de cumplir treinta? 
		R: Fue una experiencia interesante. Uno comienza a hacer un inventario 
		de lo que hizo, o de lo que se va a hacer. Ya no se puede pretender ser 
		un niño nunca más. Ya no se tienen las mismas excusas, hay que ser 
		responsable. Así que, cualquier daño que los padres hicieron o cualquier 
		daño que uno haya hecho, ahora es tiempo de hacerse cargo y seguir, por 
		así decirlo. 
		 
		 
		P: También participa en Noche en el Museo 2. ¿Qué personaje interpreta 
		allí? 
		R: Es un personaje nuevo. Vuelven los mismos personajes, y además Hank 
		Azaria y Christopher Guest…y yo interpreto a la piloto Amelia Earheart.
		 
		 
		P: ¿Realizó alguna investigación para interpretar a ese personaje? 
		R: Sí, por supuesto que lo hice. Tenía una idea clara de lo que se 
		necesitaba para esta historia y argumento. Pero también investigué. 
		Había mucho material escrito acerca de sus razones para volar. Y ella 
		diría: -¡Por diversión! En Noche en el Museo 2, ella es definitivamente 
		una aventurera que le gusta arriesgarse y alguien que realmente toma lo 
		máximo de cada momento.  
		 
		P: ¿Qué sintió estar cerca de comediantes del talento de Ben Stiller y 
		Robin Williams en el set de filmación? 
		R: ¡Me sentía contenta de no tener que competir! Eso no es lo que hago. 
		Para mí, fue una buena diversión. Tenía que mirar e imaginarme dónde 
		colocar mi texto. Como Ben Stiller y Robin Williams improvisan, 
		necesitaba decir mi texto y hacer que tuviera sentido. Ese fue mi gran 
		objetivo en aquellas escenas. Pero estaba súper concentrada. Ben Stiller 
		y Robin Williams se hacían reír uno al otro y yo estaba muy seria. Creo 
		que eso hacía reír a Robin aún más, como cuando llegaba a decir mi texto 
		tan concienzuda. 
		 
		P: Entonces era para ellos como un tipo serio? 
		R: ¡Me encantaba eso! Pero creo que soy mucho más divertida que Ben 
		fuera de la pantalla. Creo que Ben estaría de acuerdo. Creo que 
		realmente lo soy. Amo a Ben. Pasé los mejores momentos cuando trabajé 
		con él…. Pero creo que definitivamente soy más divertida fuera de la 
		pantalla. O pienso que soy más divertida fuera de la pantalla. Pero 
		estoy segura de que no soy más divertida que él en la pantalla.  
		 
		P: También actuó en Sunshine Cleaning, que se estrena en breve… 
		R: Sí, con Emily Blunt. Creo que se estrena en marzo. Mi personaje es el 
		una madre soltera que desafortunadamente carece de ciertas habilidades y 
		al querer mejorar se embarca con su hermana en el trabajo de limpiar las 
		escenas de delitos. Pero es la historia de su familia y de cómo todos 
		luchan para superar la muerte de su madre.  
		 
		 
		P: ¿De qué trata el negocio de limpiar la escena de un delito? 
		R: Es un negocio legal. Digamos que alguien mata a otras personas en 
		este cuarto de hotel. Esto crearía una explosión que salpicaría para 
		todos lados y entonces se debería recortar las áreas afectadas y 
		colocarlas en un recipiente apto para riesgo biológico y llevarlas a un 
		lugar en donde se dispongan de estos elementos. Se deberá limpiar la 
		zona muy específicamente.  
		 
		P: Parece que encontró un buen equilibrio entre las películas de 
		productoras independientes y las de estudios de cine en este momento. 
		R: Estoy trabajando así. Es importante para mí mantener cierta 
		flexibilidad. La mayoría de los actores y actrices que admiro no están 
		definidos por género. Como por ejemplo, Frances McDormand, Meryl Streep 
		y Susan Sarandon…todas ellas tuvieron una gran influencia positiva en mí 
		y en mis elecciones. 
		 
		P: Nació en Italia, ¿no es así? 
		R: Nací en Vicenza, Italia. Mi padre estaba en el ejército. Volví allí 
		hace un par de años, y es uno de los lugares más hermosos que he visto 
		en el mundo. Me gustó mucho. Es extraño –parece que fuera una parte de 
		mí. Me dí cuenta de ello cuando volví a muchas cosas de mi estética 
		personal, lo que prefiero, es muy similar a lo que hay allí. Zapatos 
		caros, vino, pizza, ¡no, en serio, no es broma! 
		 
		P: ¿Afectó su niñez el hecho de que su padre estuviera en el ejército? 
		R: Nos trasladábamos de un sitio al otro, pero no mucho porque cuando 
		iba al exterior, nos quedábamos. No fuimos a Alemania cuando él fue 
		allí, así que fue bueno. Nos trasladamos muchísimo dentro de Colorado 
		pero una vez que comencé la secundaria, me quedé en la misma escuela.
		 
		 
		P: Entonces, ¿cómo se ganaba la vida como actriz en sus inicios? 
		R: Estuve mucho tiempo actuando en salas en donde había servicio de 
		restaurant. Estuve trabajando en ese tipo de escenarios durante ocho 
		años antes de que me mudara a Los Angeles y he estado aquí diez años. 
		Pero me encantaba trabajar en salas en donde había servicio de 
		restaurant. Para mí, siempre ha sido una profesión. No es solamente un 
		sueño o una fantasía –así pagaba mis cuentas. Yo no tenía la opción de 
		perder un sueño. Pensaba: –así es como he decidido ganarme la vida. Así 
		como querer también tener aspiraciones artísticas y hacer grandes cosas, 
		siempre se debe tener un equilibrio entre su lado práctico y su lado 
		emocional, artístico. Así es como creo que lo mantengo vivo. Soy muy 
		práctica. Así como sabía que si tenía que aceptar un personaje 
		secundario para interpretar, lo haría, porque tenía que pagar el 
		alquiler. Si tuviera que trabajar en una serie de televisión, lo haría. 
		Nunca planeé cuando me mudé a Los Angeles que aquí es donde sería. Estoy 
		feliz de que sea así, pero este no era el plan maestro, y es así que 
		trabajaré en dos películas con Meryl Streep. 
		 
		P: ¿Derrochó el dinero de su primer pago? 
		R: Depende. Creo que la perspectiva de un cheque de un pago importante 
		cambia en el transcurso del tiempo. Así que la primera vez que recibí lo 
		que pensé que era un pago importante, compré un juego de toallas. Decía: 
		-ahora puedo comprar toallas de Bed, Bath & Beyond’, porque tuve toallas 
		heredadas de amigos y familiares durante un tiempo. Así que ese fue el 
		pago importante en ese momento.  
		 
		P: Así que ahora tendrá toallas grandes. 
		R: Las compro en Target. Son las mejores toallas del mundo. En serio lo 
		son. ¡Las toallas de Thomas O’Brien! 
		 
		P: ¿Seguiría actuando si no fuera exitosa? 
		R: Sí, aún seguiría trabajando. Pensar que estuve a punto de mudarme a 
		Nueva York, porque pensé –si voy a interpretar papeles pequeños, 
		prefiero ir a Nueva York y estar en el escenario y quizá volver a 
		musicales y ver adónde me lleva todo esto. Así podría estar más 
		satisfecha desde el punto de vista artístico. Y luego vino Junebug y me 
		mantuvo aquí. Pero aún espero hacerlo, si me tuvieran. 
		 
		P: ¿Le sorprendió que fuera Junebug de todas sus películas la que la 
		catapultó a la fama? 
		R: Es muy sorpresivo pero pienso que es muy común. Creo que las 
		películas pequeñas se arriesgan con actrices menos conocidas o para 
		gente que es conocida pero que no es conocida por ser taquillera. Lo 
		veremos este año con Melissa Leo y Rosemarie DeWitt en Rachel Getting 
		Married. Y tendrán oportunidad con actrices de nombres menos conocidos. 
		Por lo tanto no creo que cause sorpresa. Por supuesto, yo estoy 
		sorprendida. Siempre es genial cuando esas películas son vistas y 
		reciben una crítica buena. Así que estoy muy agradecida. Pero creo que 
		es un camino muy común. La gente se arriesga en una película de una 
		productora independiente con actrices menos conocidas.  
  
		 
		Entrevista a John Patrick Shanley 
		 
		Ganador de un premio Oscar por su guión en la película Hechizo de Luna, 
		de Norman Jewison, en 1987, y guionista en una variedad de largometrajes 
		de Hollywood, entre los que se incluyen Viven y Congo, el film La Duda, 
		de Miramax Films es el segundo largometraje de John Patrick Shanley como 
		director, luego de su debut en el año 1990 con el film, Joe Versus the 
		Volcano. 
		 
		Durante esta prolongada interrupción entre sus dos participaciones como 
		director, Shanley contrajo glaucoma avanzado. Ciego de un ojo, y luego 
		del otro, fue solamente después de una serie de operaciones que su vista 
		se recuperó totalmente.  
		 
		Ahora, a los 58 años, cuando el productor Scott Rudin lo contactó para 
		adaptar su propia obra de teatro, La Duda del año 2004, que le había 
		valido una multitud de premios, incluyendo el premio Tony y el Premio 
		Pulitzer, Shanley no dejó escapar la oportunidad. Ambientada en el año 
		1964, en una escuela católica de Brooklyn, muy parecida a una a la que 
		Shanley asistió de niño, cuenta la historia de Aloysius, una monja muy 
		devota, (interpretada en la película por Meryl Streep), que acusa a su 
		colega, el Padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) de abusar sexualmente 
		del único alumno negro de la escuela, Donald. A continuación, Shanley 
		nos cuenta la esencia de La Duda y de qué modo superó su terrible 
		enfermedad antes de retomar su trabajo como director.  
		 
		P: ¿Cómo llegó a trabajar con Scott Rudin, el productor en La Duda? 
		R: Conozco a Scott desde hace mucho tiempo. Luego de que dirigiera Joe 
		Versus the Volcano, me invitó a almorzar y me dijo: -Creo que deberías 
		hacer otra película. Y quiero hacerla contigo. Y yo le respondí: -No 
		quiero hacer otra película. Luego, cuando La Duda apareció dieciocho 
		años después, y yo no había dirigido ningún otro proyecto en el interín, 
		Scout había sido uno de los productores de la obra. Dijo: -Creo que esta 
		obra será una película y pienso que deberías dirigirla. Y yo respondí: 
		-Creo que tienes razón.  
		 
		P: ¿Así que nunca dudó de que podría convertirse en una película? 
		R: Sabía que era mi destino. Sabía también que iba a ser muy difícil y 
		no sabía cómo iba a hacerlo. No pretendía tener una respuesta fácil. 
		Pensaba: -Muy bien, voy a tratar de convertir esto en una celebración de 
		la dialéctica en la pantalla grande. Voy a tratar de hacer una película 
		en donde los personajes hablen muchísimo y al público le guste. Fue el 
		guión más difícil que escribí hasta ahora, dado que tenía que resolver 
		ese problema en una página a la vez -con muchísimos dispositivos, y un 
		montón de trucos. Lo que significaba que no debía haber simplemente 
		movimientos de la cámara, sino captar todo aquello que sucedía entre los 
		participantes y el entorno físico en el que se encontraban, que le 
		brindaba movimiento a la historia y motivaba al movimiento de la cámara 
		con la finalidad de que no fuera simplemente para interés visual. Así 
		que las luces se apagaron, las hojas volaban en las ventanas, las 
		servilletas se agitaban… 
		 
		P: Tampoco hay alumnos en la obra… 
		P: No hay niños en la obra y tampoco hay congregación en la obra. Así 
		que no hay aulas, tampoco hay comedores. Usted no ve lo que sucede en el 
		convento. Tampoco ve cómo ellos viven en la rectoría. Así que luego de 
		una gran pelea inicial, realmente me dí cuenta de que era un gran activo 
		que podía convertir en una película. Había un montón de cosas con las 
		que me había hipnotizado a mí mismo que no necesitaba debido a la 
		economía del teatro, que ahora podía incluir y celebrar en un 
		largometraje. Todos lo que habían visto la obra y escuchado que se iba a 
		hacer una película me hacía la misma pregunta: -¿Vas a mostrar al niño 
		del que hablan? Y les respondía: -Sí, es necesario. Sería evasivo 
		intentar hacer esta película sin este personaje, que no aparece en 
		escena en la obra, pero que es tan importante. Pero mucha gente estaba 
		muy preocupada. Pensaban que no iba a funcionar. 
		 
		P: Cuando escribió La Duda como una obra de teatro, ¿sintió alguna 
		presión para seguirla? 
		R: Escribí otra obra de teatro en la temporada siguiente, que fue la 
		segunda obra en la trilogía –llamada Defiance. Se trataba sobre el 
		ejército. Quería hacerla bien. Estaba contento con lo que hice. Cuando 
		gané el premio Pulitzer, me encargué de terminar la obra la noche 
		anterior.  
		 
		P: ¿Cuándo veremos la tercera obra de teatro? 
		R: Todavía no la hice. ¡Voy a tomarme mi tiempo en esta tercera! 
		 
		P: ¿Qué es lo que une a Defiance con La Duda? 
		R: La obra trata sobre jerarquías. Es allí de donde emana la autoridad, 
		los usos de la autoridad –lo que siempre me ha interesado. Así que si 
		alguien me dice de hacer algo, y tengo que hacerlo, preguntaría: -¿de 
		dónde surge la autoridad para decirme qué hacer? No necesariamente 
		porque lo objete. Simplemente me gustaría saberlo. Por lo tanto, en la 
		iglesia católica la autoridad emana del Papa y su autoridad proviene de 
		Dios. Y en el ejército, la autoridad proviene del Presidente de los 
		Estados Unidos, quien, a su vez, lo recibe de la gente. Y sería entonces 
		como una serpiente que se come su propia cola. Pero vale la pena 
		observar—y lo que la gente hace como resultado de comprarlo, ser un 
		miembro de esa jerarquía, ser un miembro del ejército, ser un miembro 
		del clérigo... revela muchísimo sobre la cultura. 
		 
		P: ¿Alguna vez quiso dirigir la producción teatral de La Duda? 
		R: Bueno, no podría haberlo hecho, porque tenía tres producciones al 
		mismo tiempo. Tenía tres obras diferentes en escena y estaba en el 
		ensayo de las tres. Así que tenía tres directores diferentes y 
		simplemente iba de director en director. 
		 
		P: ¿Qué fue lo que lo interesó cuando escribió la obra?  
		R: Estudié en una escuela católica en el Bronx. La historia está 
		ambientada en 1964 y era una época durante la cual uno sentía que estaba 
		en este pequeño enclave de la clase trabajadora del Bronx y que el mundo 
		era un lugar que no cambiaba, y los valores eran compartidos por todo el 
		mundo y que nada alguna vez cambiaría. Y sin embargo, estaba este rumor 
		justo a principios de los sesenta. Este gigantesco ruido encabezaba tu 
		camino. Y todas esas cosas que parecían ser tan permanentes iban a ser 
		arrasadas. Y había cosas buenas y malas sobre eso. 
		 
		P: ¿Cómo por ejemplo cuáles? 
		R: Cuando todo el mundo supone que comparten los mismos valores, también 
		comparten una cierta ceguera. Creo que la falta total de vigilancia y 
		profunda credibilidad de la gente en esa época era que se permitieran 
		los escándalos de la iglesia en primer lugar. Era también demasiado 
		obvio si se prestaba atención a la intensidad de lo que estaba 
		ocurriendo. Llama a una clase de ceguera cultural. Me recordaba el 
		momento que viví hace unos pocos años -digamos en el período previo a la 
		invasión a Irak- que una vez más había un tipo de certeza y de ceguera y 
		esta situación se había repetido antes.  
		 
		P: Entonces ¿se sentía listo para contar esta historia ahora? 
		R: Sí. Me encontré a mi mismo viviendo un momento de extrema defensa de 
		gente que se gritaba una a la otra y de todo el mundo viviendo en 
		posiciones muy arraigadas, sin escuchar realmente a los otros. Todo era 
		poder, y el verdadero discurso había caído a un lado. Y cualquiera que 
		expresara la idea de estar en duda sobre algo era considerado débil. 
		Creo que la duda era el sello de la sabiduría y una empresa activa en 
		curso y que el dogma era un callejón sin salida. Así que quería escribir 
		sobre esas cuestiones –un momento de cambio, cuando las cosas de valor 
		se van a perder y las cosas de valor se encuentren.  
		 
		P: ¿Cómo percibe el personaje de la Hermana Aloysius? 
		R: Pienso en la Hermana Aloysius como en un comandante de un viejo y 
		averiado submarino –con las luces que no funcionan, el viento que sopla- 
		tratando de dejar afuera el futuro. Y ella tiene razón. Si usted fuera 
		un profesor en la Alemania de 1931, existen buenas razones para no 
		querer que el futuro siga inexorablemente. No siempre es bueno 
		continuar, si lo que viene es Adolfo Hitler. Hubo cosas que se perdieron 
		en lo que respecta a la educación clásica en ese país.  
		 
		P: ¿Entiende por qué se les enseña religión a los niños? 
		R: Ciertamente es muy cómodo. En la iglesia católica, le enseñan a uno 
		el catecismo y no es un libro grueso y tiene todas las respuestas. Es 
		muy cómodo para un niño. Y los niños necesitan sentirse cómodos en un 
		cierto grado hasta que llega el momento en que eso estalla. El vino 
		nuevo quiebra la botella vieja. Ya no responde a todas las preguntas, y 
		uno se da cuenta de que la vida es más compleja. Sin duda alguna, las 
		personas no desarrolladas psicológicamente necesitan una estructura de 
		pensamiento para mantener la lógica. Las comunidades mantienen unidos a 
		los alcohólicos. Ellos están protegidos en ciertas culturas comunales. 
		Pero si este grupo deja ese entorno y se dirige a la gran ciudad, se 
		desmoronan y nunca se recuperan. Pero la comunidad cuida de ellos y creo 
		que eso es una posibilidad.  
		 
		P: ¿Podría contarnos algo sobre el elenco? ¿Meryl Streep firmó 
		enseguida? 
		R: Dios un “sí” enseguida. Y lo mejor de trabajar con alguien como Meryl 
		o como Phil, o realmente todo este elenco, es que cuando uno trabaja con 
		realmente buenas personas, ¡mi trabajo es más fácil! No es más difícil. 
		La gente me preguntaba si me sentía intimidado por Meryl y no lo estaba 
		especialmente. Almorzamos juntos y nos llevamos bien y hablamos el mismo 
		idioma. Si se trataba de probarme a mí mismo con Meryl, hubiera sido muy 
		incómodo. Pero si se trata de esto –en otras palabras, tratamos de 
		contar esta historia, bueno, eso es algo en lo que todos nos podemos 
		concentrar y hacer lo mejor posible para que suceda. Y esa es en general 
		mi actitud en el trabajo. Pero ella brindó mucha colaboración, estuvo 
		muy presente, y muy abierta a la dirección, si era necesario. No me 
		inmiscuí excesivamente en lo que ella estaba haciendo porque sus 
		elecciones era increíblemente buenas. Hubiera venido a verme después de 
		una toma y haberme dicho: -¿necesitas algo más? Y yo le hubiera 
		respondido: -dame más. Si hubiera sentido que había algo que deberíamos 
		haber tenido, la hubiera instado hasta que lo hubiera logrado de ella, 
		pero fue una muy buena colaboración.  
		 
		P: ¿Qué nos puede contar sobre Amy Adams? 
		R: Sí. Ella tiene repentinamente una fabulosa carrera. Creo que está 
		realmente feliz y es una persona genial, así que estoy feliz por ella. 
		Es muy talentosa. En un momento dado, tenía este texto largo que tenía 
		que decirle a Meryl. Hicimos once tomas y en general yo hago tres tomas. 
		Pero era un texto difícil para encontrarle el tono correcto, en el que 
		no fuera demasiado pero que realmente expresara lo que ella necesitaba 
		decir. Tomó un poquito de tiempo, pero ésa fue la única escena que tomó 
		tiempo con ella. Era muy capaz de estar hablando con usted sobre 
		deportes y situarse luego frente a una cámara y estallar en lágrimas. 
		Tiene una facilidad increíble y una habilidad para múltiples tareas. Es 
		muy bueno trabajar con ella. Muy cercana al personaje.  
		 
		P: ¿Consideró alguna vez elegir al elenco original de la obra de teatro? 
		R: Bien, Doug Hughes dirigió la versión teatral e hizo un trabajo 
		fantástico. Sentí que si yo tomaba ese elenco, estaría tomando su 
		trabajo y poniendo mi nombre en él. No había dirigido una película en 
		dieciocho años. Ese era el tema. Quería hacer algo que fuera una 
		exposición original de mi trabajo e intentar hacer algo nuevo con el 
		material.  
		 
		P: ¿Por qué hubo este intervalo entre la dirección de las dos películas? 
		R: Bien, cuando dirigí Joe contra el Volcán, viví en un hotel durante 
		diez meses, lo que es antiético para mi naturaleza. Había estado 
		trabajando muchísimo durante mucho tiempo, probablemente quince años, 
		escribiendo obra tras obra, película tras película. Hice cuatro 
		películas seguidas, muy rápidamente y sentí que había perdido mi rumbo. 
		Sentí que necesitaba volver a casa y encontrar mi hogar nuevamente y 
		reencontrarme y encontrar algo para escribir que significara algo para 
		mí. Y todo esto tomó un tiempo. Luego adopté dos niños y no quería 
		dejarlos por un período tan prolongado. Y después contraje esta 
		enfermedad en la vista –pasé por cinco cirugías en la vista y quedé 
		ciego en un ojo y luego en el otro y así continué por tres o cuatro 
		años. Cuando esto surgió, mi hijos tenían quince años y mis ojos estaban 
		bien, ¡así que lo tomé! 
		 
		P: ¿Qué problema tuvo en la vista? 
		R: Glaucoma avanzado, que no se trata con medicación. Tuve la cirugía y 
		un pinchazo en el ojo, un orificio permanente para mantener baja la 
		presión ocular. El orificio era demasiado grande. El ojo se “desinfló” y 
		luego pasó al otro ojo. Entonces los médicos tuvieron que deshacer lo 
		que habían hecho en las anteriores cirugías y volver a hacerlo una vez 
		más. Cada una de ellas tardó mucho tiempo. Y tuve que pasar por una 
		rehabilitación importante luego de todas esas cirugías y –un montón de 
		gotas oftálmicas.  
		 
		P: Debe haber sido terrible. ¿Qué aprendió de aquello? 
		R: Supongo que de todo lo positivo y lo negativo que me sucedió a mi 
		–más negativo, sin embargo- se aprende algo. Pude comprender otra página 
		de Shakespeare. Uno tiene que vivir una vida para escribir sobre algo y 
		me temo que la adversidad es una gran maestra.  
		 
		P: Hay muchos rumores de nominación de premio Oscar sobre La Duda. ¿Cómo 
		se siente? 
		R: Es bueno. Supongo que el rumor es diferente a realmente ganar un 
		Oscar. Gané un Oscar y es un milagro cuando uno gana un Oscar. Obtuve un 
		premio Oscar por Hechizo de Luna y volví a Nueva York y fui a un bar con 
		un grupo de amigos, que son todos estos dramaturgos empobrecidos. Fuimos 
		a un bar, y pedimos algunos tragos y saqué el premio Oscar de mi bolso y 
		lo puse en el medio de la mesa. Lo bueno de Nueva York es que estuvimos 
		allí aproximadamente ocho horas y la camarera nunca lo mencionó. 
		Finalmente, ella estaba haciendo el cheque y dijo: -¿De quién es eso? 
		 
		P: Ganar un Oscar, ¿significaría mucho para usted? 
		R: Debo decir que ganar el Oscar por Hechizo de Luna fue un gran placer, 
		realmente fue divertido. Me encontré abrazado a Gregory Peck y me besó 
		Audrey Hepburn. No era un niño, tenía en ese entonces 37 años. Fue 
		genial y estaba my feliz de que pudiera disfrutarlo. A veces, la vida es 
		tan dura y uno no puede sacarse su armadura a tiempo para dejar que 
		entre algo bueno. Me propuse bajar la guardia y disfrutarlo realmente. 
		Fue muy divertido y precioso. Y también fue maravilloso ganar el premio 
		Pulitzer...  
		 
		P: Debe haber sido una locura en este momento… 
		R: Sí, sí. Hice cuatro películas muy rápidamente, todas escritas por 
		especificaciones. Hice Five Corners (no estrenada en América Latina), y 
		filmamos esa, luego, una semana después, comenzamos con la filmación de 
		Hechizo de Luna. Y luego terminamos Hechizo de Lunay, dos o tres meses 
		más tarde, comenzamos con la filmación de The January Man (no estrenada 
		en América Latina). Luego comenzó la huelga de escritores y cuando 
		finalizó, comenzamos con la producción de Joe Versus el Volcán. Y 
		mientras tanto, yo estaba haciendo obras de teatro todo el tiempo. Fue 
		un período muy, muy intenso.  
		 
		P: Con ejemplos como Viven y Congo, su carrera ha sido muy variada… 
		R: Me gusta probar diferentes cosas. Escribí una película animada para 
		Steven Spielbert, llamada We’re Back. Luego escribí Live from Baghdad 
		para HBO, sobre la CNN y la guerra del Golfo. Allí es cuando comencé a 
		tener una verdadera vena política. Escribí una obra llamada Dirty Story, 
		que trataba sobre Israel y los palestinos. Era un muy buen pensamiento 
		sobre el establishment crítico de Nueva York. Tomé esta decisión a los 
		35 años de edad –que escribiría sobre temas personales hasta los 40, 
		luego escribiría hacia fuera y luego más sobre sociedad. Y eso fue lo 
		que hice.  
		 
		P: ¿Qué sigue ahora? 
		R: No lo sé. Hay un par de cosas que podría hacer, cosas que he escrito. 
		Y hay otras cosas que me ofrecieron hacer. Pero voy a tomarme un par de 
		meses, dormir un poco y luego ver para dónde voy.  
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		  
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