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"Pino"
Solanas sigue dando que hablar tras los resonantes ecos de su "Memoria del
saqueo". Sin
apartarse de sus preceptos políticos y apuntando a la clase dirigente
vernácula, vuelve a arremeter con todo en "La dignidad de los nadies", un
documental destinado a esclarecer aspectos sociales de nuestra realidad
nacional haciendo hincapié en la falta de tacto ideológico de los gobiernos
de turno. Es indudable que De La Rúa y Duhalde caen en la volteada por los
amargos acontecimientos conocidos por todos, pero Solanas no se estanca en
ese segmento de historia argentina y la trasciende, pergeñando un collage
crítico de las decisiones sectoriales donde el antagonismo y la
contraposición entre el empobrecimiento de los excluídos y el cinismo de los
poderosos es la
fuerza motora del film. Luego, de sus memorables ficciones que lo
posicionaran como uno de los directores a seguir en los '80 ("Tangos, el
exilio de Gardel" y "Sur"), el cambio de aire le sienta bien a quien se
consagrara con la monumental "La hora de los hornos" si tenemos en cuenta
que "La dignidad de los nadies" es un regreso al primer amor: el cine de
militancia. Bienvenido sea.
Silvia G Romero
Esto que voy a contarles
son historias de “los nadies”,
de mujeres y de hombres,
como tantos argentinos,
sin recursos y sin nombre.
Son los que siempre sufrieron
despojo y adversidad,
son el pueblo del “aguante”
que lleva como bandera,
su coraje y dignidad.
Sinopsis
Historias y testimonios conmovedores de la resistencia social en la
Argentina frente al desempleo y el hambre producidos por el modelo de la
globalización. Son relatos de solidaridad, pequeñas epopeyas contadas por
sus protagonistas, héroes anónimos con propuestas colectivas que vencieron
el desamparo, reconstruyendo la esperanza.
nota de intención
Durante los años 90 reiteraron la idea de que la realidad no podía ser
cambiada, que debíamos resignarnos al camino único neoliberal. Una cultura
de la derrota, amnésica e hipócrita, caló hondo en los sentimientos de
millones de personas. Pero otra realidad venía demostrando lo contrario a
través de miles de actos individuales y colectivos. Con “La Dignidad...” he
querido revelar las pequeñas victorias y hazañas cotidianas de “los nadies”,
alternativas y propuestas solidarias que demuestran como este mundo puede
ser cambiado.
biografía
Fernando E. Solanas (Olivos, Argentina, 1936) estudió música, actuación y
dirección. En 1962 funda su casa de producción con la cual realiza cientos
de publicidades, films industriales y dos cortometrajes. En 1968 dirige “La
Hora de los Hornos”, una trilogía documental política distribuida en su país
clandestinamente, y gana el Premio de la Crítica en Pessaro ese mismo año.
Escribe numerosos artículos y algunos libros sobre el cine de militancia. En
1975 termina “Los hijos de Fierro” su primer largometraje de ficción,
inspirado en el poema nacional Martín Fierro. Después del golpe de estado
militar, en 1976 se transfiere a París. En 1985 presenta en Venecia
“‘Tangos: El Exilio de Gardel”’, que gana el Gran Premio del Jurado y el de
la Crítica italiana. Repercusión internacional y numerosos reconocimientos
obtienen los sucesivos films “Sur” (premio a la Dirección, Cannes ´88); “El
Viaje” (premio de la Comisión Superior Técnica del Cine, Cannes ’92); “La
Nube” (Osella de Plata, Venecia ´98) y “Memoria del Saqueo”, largo
documental que obtiene el Oso de Oro a la trayectoria en Berlín 2004.
FICHA TÉCNICA
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES
un film de Fernando E. Solanas
Duración 120’
Paso 35 mm color
Producción CINESUR s.a. (Buenos Aires)
en coproducción con “DEZENOVE som e imagens” (San Pablo.Brasil)
“THELMA Film AG” (Zurich)
Televisión de la Suisse Romande (Ginebra)
Con la participación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales
(Argentina)
Universidad Nacional de San Martín (Argentina) y el programa Ibermedia.
Productor delegado y ejecutivo Fernando E. Solanas
Productor delegado (Brasil) Sara Silveira
Coproductor (Zurich) Pierre Alain Meier
Director de Producción Daniel Samyn
Coordinador de Producción Victoria Solanas
Guión, textos y relato Fernando E. Solanas
Investigación Alcira Argumedo
Imagen y cámara Fernando E. Solanas
Asistencia Rino Pravatto y A. Fernández Mouján
Sonido directo Marcos Dickinson, Abelardo Kuschnir
Dirección de sonido Martín Grignaschi
Asistentes (dirección, producción) Iván Gotthold,
Secretaria producción Elida Romero
Laboratorio imagen Cinecolor (San Pablo-Brasil)
Mezcla de sonido Sound Rec (Buenos Aires)
Estreno Mundial Festival de Venecia: 7/9/05
Estreno argentino Buenos Aires 15/9/05
Fue rodado en el gran Buenos Aires, el centro del país y la Patagonia.
Ocho semanas de rodaje repartidas en dos años y diez meses de montaje y
edición.
GÉNESIS DEL FILM
“La Dignidad de los Nadies” se concibió a partir de la catástrofe social que
la Argentina vivió a comienzos del siglo XXI: 25% de desocupados y 60% de
pobres e indigentes. Éramos capaces de alimentar 300 millones de personas y
se morían de hambre o enfermedades curables cien personas al día. Más
muertos por año que todos los desaparecidos del terrorismo de Estado. La
tragedia me empujó a hacer memoria contra el olvido. Los más jóvenes
preguntaban que había sucedido y aunque lo habíamos denunciado muchas veces
durante los 90, era necesario traer las imágenes de esa historia y
colocarlas en su contexto. Así nacieron “Memoria del Saqueo” (2002/2004) un
análisis de las políticas del poder y “La Dignidad de los Nadies” construida
con relatos e historias de algunos protagonistas de la resistencia social.
Una epopeya anónima y cotidiana de los traicionados de siempre: clases
medias empobrecidas desocupados o piqueteros que salen a cortar rutas. Una
situación similar vivida décadas atrás me llevó a concebir “La Hora de los
Hornos” y luego “Los Hijos de Fierro”: dos películas distintas e
independientes entre si sobre la Argentina de entonces y sus luchas
sociales.
En los años 90 se impuso a través de los medios, el discurso del único
camino. Una cultura de la derrota que aun perdura en millones de personas, a
pesar de cientos de movilizaciones que demostraron la posibilidad de vencer
la impunidad. La insurrección espontánea del 19 y 20 de diciembre del 2001
será una de las primeras victorias contra el modelo global. En “La Dignidad
de los Nadies” se recogen experiencias a través del relato de sus
protagonistas. Difícil imaginarse que las chacareras, ajenas a los asuntos
bancarios o políticos, iban a ser capaces de organizar un vigoroso y
original movimiento de resistencia enfrentando a los bancos e impidiendo más
de mil remates judiciales. Los comedores barriales y comunitarios, los
dispensarios, panaderías y otras iniciativas sociales creados por los
vecinos para dar respuesta a la pobreza y al hambre. Las decenas de marchas
del silencio de familiares de las víctimas de las mafias policiales que
lograron desenmascarar a los asesinos y llevarlos a juicio. Las fábricas
recuperadas por sus ex trabajadores demostrando que con la autogestión y sin
estructuras jerárquicas de gerentes y capataces, podían producir con
eficiencia y calidad.
Al recorrer el país y hablar con trabajadores, especialistas, productores,
ciudadanos, campesinos, indígenas, fue creciendo la idea de realizar un
fresco sobre el país. Cuatro largometrajes independientes entre si, pero
unidos por el tema de la Argentina: de la devastación y saqueo del modelo
neoliberal, a la reconstrucción y las alternativas de un nuevo proyecto
capaz de recuperar los derechos conculcados y democratizar la democracia.
A “Memoria del Saqueo” y “La Dignidad de los Nadies” le seguirán “Argentina
Latente” y “La Tierra Sublevada” que tienen avanzada su preparación; el
rodaje debe comenzar en los próximos meses. Cada uno de ellos tiene una
temática y forma diferentes: “Argentina Latente” aborda el tema de las
posibilidades y recursos con que cuenta el país para salir de la crisis y
recuperar autonomía. En el pasado pudo alcanzar niveles importantes de
educación, salud, bienestar, equidad y desarrollo industrial y a pesar de la
crisis sufrida, está en condiciones de recuperarse rápidamente si
reconstruye un proyecto y un poder de decisión. “La Tierra Sublevada”,
recrea una historia a través de sus protagonistas, que va desde la
expropiación de los territorios a los pueblos originarios, a la actual
posesión y extranjerización de sus recursos. Millones de hectáreas fiscales
o de propiedad aborigen se siguen vendiendo a compañías extranjeras;
Benetton, Soros y otros son los nuevos dueños de la Patagonia. La fabulosa
riqueza minera e hidrocarbuífera, es explotada por las corporaciones sin que
nadie las controle. Frente al despojo, la organización y resistencia de los
pueblos ha comenzado a cambiar la situación. Lo nuevo es el despertar de los
pueblos originarios de América Latina: en la Patagonia los mapuches y en el
noroeste argentino, los ex trabajadores del petróleo.
CONCEPCIÓN CINEMATOGRÁFICA
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES no es un solo cine de testimonio, tampoco es
ficción. Parte de la realidad pero utiliza procedimientos de otros géneros y
al contar hechos e historias de personajes, se acerca a la ficción. En la
“La Dignidad...” busqué fusionar géneros, acercar hechos reales al relato
narrativo, usar procedimientos del documental con los de la ficción o del
cine de ensayo. Su estructura narrativa es como la de un libro abierto con
relatos, crónicas e historias, buscando que lo testimonial se fusione con lo
poético, el ensayo con los testimonios y los personajes con la vida. La
noción de los géneros se ha revertido y los limites entre la ficción y el
cine documental, son difíciles de precisar. Un cine de fusión libre ayudado
por las ventajas que brindan las nuevas tecnologías -pequeñas cámaras
digitales y micrófonos- dando paso a una renovación formal y temática como
reacción a la uniformización de los estilos y modalidades narrativas. El
predominio del lenguaje televisivo y los modelos hollywoodianos han
degradado la mirada y la capacidad creativa de los realizadores. Casi todos
los films se parecen en su perfección profesional, pero sus temas y
conflictos - comparados con la complejidad y riqueza que viven las personas
reales- resultan cuentos mil veces contados.
Como en “Los Hijos de Fierro” –1975- he tratado de hacer un retrato social
que recupere la riqueza antropológica de los protagonistas. Dar voz e imagen
a quienes no la tienen y están ausentes de los medios de comunicación;
rescatar la humanidad de los anónimos “nadies” que la crisis empujó a
realizar pequeñas hazañas cotidianas. Los he acompañado en su búsqueda de
trabajo, en sus esperas y protestas; compartí la cocina de sus casas o las
tiendas de los campamentos tratando de recuperar sus experiencias y
sentimientos. Siempre me apasionó la historia y las imágenes de época:
volver al pasado a través de fragmentos de vida filmados. De todos los
lenguajes, el cine es el único que puede guardar para siempre la imagen
viva, hacer inmortales a los hombres. También, como en “Los Hijos de Fierro”,
he retomado en el relato la copla popular, que tiene origen en la payada del
siglo XIX. El payador era el gaucho cronista que recorría la pampa
transmitiendo las noticias en verso y acompañándose con la guitarra. En “La
Dignidad...” las coplas nos introducen a los personajes.
En mis películas de testimonio, siempre hice la cámara no sólo por lo que se
selecciona en el momento de toma única, sino porque sus movimientos y su
tensión son como el trazo del pintor. Desde la cámara se inventa y compone
la puesta. “La Dignidad” se comenzó con una cámara Beta Digital grande para
obtener una buena imagen, pero la gente creía que éramos de la televisión,
cambiaba su conducta y perdía espontaneidad. Cuando comparé esas imágenes
con las rodadas con mi pequeña cámara digital durante la investigación,
estas últimas eran superiores. Así fue que decidí filmar con cámaras chicas,
reemplazar las posibilidades de una mejor imagen por una mayor verdad.
Tampoco tenía necesidad en “La Dignidad” de los dos puntos de vista y
cámaras que usé en “Memoria del Saqueo”: una cadenciosa y objetiva para los
escenarios del poder; otra pequeña y subjetiva desde la gente. En “La
Dignidad”, casi todo está filmado con una cámara en mano que acompaña
siempre a los personajes.
He dedicado “La Dignidad de los Nadies” a dos grandes realizadores de
quienes recibí generoso apoyo: Fernando Birri , iniciador del documental
social en la Argentina y maestro de varias generaciones de cineastas
latinoamericanos, y Valentino Orsini , cuyo estímulo y solidaridad me
posibilitó terminar “La Hora de los Hornos” en la Ager Film, de Roma, la
productora que compartía con los hermanos Taviani, Giuliáni Da Negri y
Luiggi Battistrada.
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES
síntesis argumental
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES es una suerte de libro de crónicas y cuentos,
donde lo testimonial se une con lo narrativo, el ensayo con la historia, la
vida con la ficción. Está compuesta por un prólogo, tres crónicas y diez
historias de múltiples personajes:
“Martín, el escritor motoquero”: indignado por la represión del 20 de
diciembre del 2001 y la agresión a las Madres de Plaza de Mayo, Martín
abandona su trabajo y se dirige al lugar de los hechos. Recibe una bala en
la cabeza, pero alguien arriesga su vida y lo salva.
“El maestro Toba”: esa tarde el destino lo coloca junto a Martín, lo
auxilia, lo protege con su cuerpo y evita su muerte. Es un maestro que en su
modesta casa de suburbio, con su mujer dan de comer a más de cien chicos los
fines de semana.
“Antonia y Chipi: el comedor pobre”: los vecinos de un barrio indigente del
gran Buenos Aires, se las ingenian cocinando para más de 200 personas con
polenta y 2 cebollas.
“Margarita y Colinche”: el amor en una familia desocupada y piquetera con
nueve hijos, sin casa ni trabajo, resiste haciendo changas con su carro. La
mayor pena de Margarita es no poder enviar sus chicos a la escuela.
“Campamento Piquetero”: el corte de ruta es la última instancia que le queda
a los desocupado, sin seguro ni asistencia social, para hacer oír sus
reclamos. La organización de los campamentos recoge experiencias de décadas
de ocupaciones de tierras y asentamientos urbanos. Compartiendo lo poco que
se tiene van forjando una cultura de la solidaridad.
“Silvia y Carola: el hospital público”: “La salud no es un negocio, es un
derecho” sostienen dos asistentas sociales en su defensa de un hospital
público, degradado por la reducción presupuestaria. La desocupación dejó a
la mitad de las familias sin seguro médico y los hospitales se vieron
desbordados. Silvia y Carola cuentan que los enfermos se van del hospital
sin los medicamentos, pudiendo ser fabricados en los laboratorios públicos a
bajísimo precio y regresan caminando porque no tienen ni para el transporte.
“El llamamiento de Lucy”: ante la usura de los bancos y la ola de remates de
las chacras hipotecadas, una mujer chacarera convoca a sus pares para
defenderse. La propuesta hizo nacer una red solidaria de mujeres que
cantando el himno impidió más de 1000 remates.
”Recordando a Darío”: en la desconcentración de una marcha piquetera, Darío
- joven militante social de un barrio carenciado- auxilia a su compañero
herido de bala. También a él la policía lo mata por la espalda. Su novia
Claudia y algunos amigos, relatan la historia. La protesta multitudinaria
consigue desenmascarar a los asesinos y llevarlos a la cárcel.
“Gustavo, Zulema y las mafias”: un joven sacerdote del gran Buenos Aires y
la madre de una víctima del gatillo fácil, denuncian la impunidad de la
mafia policial y su relación con intendentes municipales. Las marchas de
silencio de familiares y vecinos permitieron encarcelar a los asesinos y
comenzar la depuración de la policía “bonaerense”.
“Zanon: una fábrica recuperada”: los obreros de una gran fábrica de
cerámicas quebrada, la ocupan y la ponen en funcionamiento sin la estructura
de gerentes y capataces. Con el apoyo de la comunidad, a través de la
autogestión demuestran su viabilidad productiva.
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