"LA DIGNIDAD DE LOS NADIES"

de Fernando Ezequiel Solanas

 

 

"Pino" Solanas sigue dando que hablar tras los resonantes ecos de su "Memoria del saqueo". Sin apartarse de sus preceptos políticos y apuntando a la clase dirigente vernácula, vuelve a arremeter con todo en "La dignidad de los nadies", un documental destinado a esclarecer aspectos sociales de nuestra realidad nacional haciendo hincapié en la falta de tacto ideológico de los gobiernos de turno. Es indudable que De La Rúa y Duhalde caen en la volteada por los amargos acontecimientos conocidos por todos, pero Solanas no se estanca en ese segmento de historia argentina y la trasciende, pergeñando un collage crítico de las decisiones sectoriales donde el antagonismo y la contraposición entre el empobrecimiento de los excluídos y el cinismo de los poderosos es la fuerza motora del film. Luego, de sus memorables ficciones que lo posicionaran como uno de los directores a seguir en los '80 ("Tangos, el exilio de Gardel" y "Sur"), el cambio de aire le sienta bien a quien se consagrara con la monumental "La hora de los hornos" si tenemos en cuenta que "La dignidad de los nadies" es un regreso al primer amor: el cine de militancia. Bienvenido sea.


Silvia G Romero

 

 

 

Esto que voy a contarles
son historias de “los nadies”,
de mujeres y de hombres,
como tantos argentinos,
sin recursos y sin nombre.

Son los que siempre sufrieron
despojo y adversidad,
son el pueblo del “aguante”
que lleva como bandera,
su coraje y dignidad.
 


Sinopsis
Historias y testimonios conmovedores de la resistencia social en la Argentina frente al desempleo y el hambre producidos por el modelo de la globalización. Son relatos de solidaridad, pequeñas epopeyas contadas por sus protagonistas, héroes anónimos con propuestas colectivas que vencieron el desamparo, reconstruyendo la esperanza.

nota de intención
Durante los años 90 reiteraron la idea de que la realidad no podía ser cambiada, que debíamos resignarnos al camino único neoliberal. Una cultura de la derrota, amnésica e hipócrita, caló hondo en los sentimientos de millones de personas. Pero otra realidad venía demostrando lo contrario a través de miles de actos individuales y colectivos. Con “La Dignidad...” he querido revelar las pequeñas victorias y hazañas cotidianas de “los nadies”, alternativas y propuestas solidarias que demuestran como este mundo puede ser cambiado.

biografía
Fernando E. Solanas (Olivos, Argentina, 1936) estudió música, actuación y dirección. En 1962 funda su casa de producción con la cual realiza cientos de publicidades, films industriales y dos cortometrajes. En 1968 dirige “La Hora de los Hornos”, una trilogía documental política distribuida en su país clandestinamente, y gana el Premio de la Crítica en Pessaro ese mismo año. Escribe numerosos artículos y algunos libros sobre el cine de militancia. En 1975 termina “Los hijos de Fierro” su primer largometraje de ficción, inspirado en el poema nacional Martín Fierro. Después del golpe de estado militar, en 1976 se transfiere a París. En 1985 presenta en Venecia “‘Tangos: El Exilio de Gardel”’, que gana el Gran Premio del Jurado y el de la Crítica italiana. Repercusión internacional y numerosos reconocimientos obtienen los sucesivos films “Sur” (premio a la Dirección, Cannes ´88); “El Viaje” (premio de la Comisión Superior Técnica del Cine, Cannes ’92); “La Nube” (Osella de Plata, Venecia ´98) y “Memoria del Saqueo”, largo documental que obtiene el Oso de Oro a la trayectoria en Berlín 2004.
 

FICHA TÉCNICA
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES

un film de Fernando E. Solanas

Duración 120’
Paso 35 mm color
Producción CINESUR s.a. (Buenos Aires)
en coproducción con “DEZENOVE som e imagens” (San Pablo.Brasil)
“THELMA Film AG” (Zurich)
Televisión de la Suisse Romande (Ginebra)
Con la participación del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Argentina)
Universidad Nacional de San Martín (Argentina) y el programa Ibermedia.
Productor delegado y ejecutivo Fernando E. Solanas
Productor delegado (Brasil) Sara Silveira
Coproductor (Zurich) Pierre Alain Meier
Director de Producción Daniel Samyn
Coordinador de Producción Victoria Solanas
Guión, textos y relato Fernando E. Solanas
Investigación Alcira Argumedo
Imagen y cámara Fernando E. Solanas
Asistencia Rino Pravatto y A. Fernández Mouján
Sonido directo Marcos Dickinson, Abelardo Kuschnir
Dirección de sonido Martín Grignaschi
Asistentes (dirección, producción) Iván Gotthold,
Secretaria producción Elida Romero
Laboratorio imagen Cinecolor (San Pablo-Brasil)
Mezcla de sonido Sound Rec (Buenos Aires)
Estreno Mundial Festival de Venecia: 7/9/05
Estreno argentino Buenos Aires 15/9/05
Fue rodado en el gran Buenos Aires, el centro del país y la Patagonia. Ocho semanas de rodaje repartidas en dos años y diez meses de montaje y edición.

 

GÉNESIS DEL FILM

“La Dignidad de los Nadies” se concibió a partir de la catástrofe social que la Argentina vivió a comienzos del siglo XXI: 25% de desocupados y 60% de pobres e indigentes. Éramos capaces de alimentar 300 millones de personas y se morían de hambre o enfermedades curables cien personas al día. Más muertos por año que todos los desaparecidos del terrorismo de Estado. La tragedia me empujó a hacer memoria contra el olvido. Los más jóvenes preguntaban que había sucedido y aunque lo habíamos denunciado muchas veces durante los 90, era necesario traer las imágenes de esa historia y colocarlas en su contexto. Así nacieron “Memoria del Saqueo” (2002/2004) un análisis de las políticas del poder y “La Dignidad de los Nadies” construida con relatos e historias de algunos protagonistas de la resistencia social. Una epopeya anónima y cotidiana de los traicionados de siempre: clases medias empobrecidas desocupados o piqueteros que salen a cortar rutas. Una situación similar vivida décadas atrás me llevó a concebir “La Hora de los Hornos” y luego “Los Hijos de Fierro”: dos películas distintas e independientes entre si sobre la Argentina de entonces y sus luchas sociales.

En los años 90 se impuso a través de los medios, el discurso del único camino. Una cultura de la derrota que aun perdura en millones de personas, a pesar de cientos de movilizaciones que demostraron la posibilidad de vencer la impunidad. La insurrección espontánea del 19 y 20 de diciembre del 2001 será una de las primeras victorias contra el modelo global. En “La Dignidad de los Nadies” se recogen experiencias a través del relato de sus protagonistas. Difícil imaginarse que las chacareras, ajenas a los asuntos bancarios o políticos, iban a ser capaces de organizar un vigoroso y original movimiento de resistencia enfrentando a los bancos e impidiendo más de mil remates judiciales. Los comedores barriales y comunitarios, los dispensarios, panaderías y otras iniciativas sociales creados por los vecinos para dar respuesta a la pobreza y al hambre. Las decenas de marchas del silencio de familiares de las víctimas de las mafias policiales que lograron desenmascarar a los asesinos y llevarlos a juicio. Las fábricas recuperadas por sus ex trabajadores demostrando que con la autogestión y sin estructuras jerárquicas de gerentes y capataces, podían producir con eficiencia y calidad.

Al recorrer el país y hablar con trabajadores, especialistas, productores, ciudadanos, campesinos, indígenas, fue creciendo la idea de realizar un fresco sobre el país. Cuatro largometrajes independientes entre si, pero unidos por el tema de la Argentina: de la devastación y saqueo del modelo neoliberal, a la reconstrucción y las alternativas de un nuevo proyecto capaz de recuperar los derechos conculcados y democratizar la democracia.
A “Memoria del Saqueo” y “La Dignidad de los Nadies” le seguirán “Argentina Latente” y “La Tierra Sublevada” que tienen avanzada su preparación; el rodaje debe comenzar en los próximos meses. Cada uno de ellos tiene una temática y forma diferentes: “Argentina Latente” aborda el tema de las posibilidades y recursos con que cuenta el país para salir de la crisis y recuperar autonomía. En el pasado pudo alcanzar niveles importantes de educación, salud, bienestar, equidad y desarrollo industrial y a pesar de la crisis sufrida, está en condiciones de recuperarse rápidamente si reconstruye un proyecto y un poder de decisión. “La Tierra Sublevada”, recrea una historia a través de sus protagonistas, que va desde la expropiación de los territorios a los pueblos originarios, a la actual posesión y extranjerización de sus recursos. Millones de hectáreas fiscales o de propiedad aborigen se siguen vendiendo a compañías extranjeras; Benetton, Soros y otros son los nuevos dueños de la Patagonia. La fabulosa riqueza minera e hidrocarbuífera, es explotada por las corporaciones sin que nadie las controle. Frente al despojo, la organización y resistencia de los pueblos ha comenzado a cambiar la situación. Lo nuevo es el despertar de los pueblos originarios de América Latina: en la Patagonia los mapuches y en el noroeste argentino, los ex trabajadores del petróleo.
 


CONCEPCIÓN CINEMATOGRÁFICA

LA DIGNIDAD DE LOS NADIES no es un solo cine de testimonio, tampoco es ficción. Parte de la realidad pero utiliza procedimientos de otros géneros y al contar hechos e historias de personajes, se acerca a la ficción. En la “La Dignidad...” busqué fusionar géneros, acercar hechos reales al relato narrativo, usar procedimientos del documental con los de la ficción o del cine de ensayo. Su estructura narrativa es como la de un libro abierto con relatos, crónicas e historias, buscando que lo testimonial se fusione con lo poético, el ensayo con los testimonios y los personajes con la vida. La noción de los géneros se ha revertido y los limites entre la ficción y el cine documental, son difíciles de precisar. Un cine de fusión libre ayudado por las ventajas que brindan las nuevas tecnologías -pequeñas cámaras digitales y micrófonos- dando paso a una renovación formal y temática como reacción a la uniformización de los estilos y modalidades narrativas. El predominio del lenguaje televisivo y los modelos hollywoodianos han degradado la mirada y la capacidad creativa de los realizadores. Casi todos los films se parecen en su perfección profesional, pero sus temas y conflictos - comparados con la complejidad y riqueza que viven las personas reales- resultan cuentos mil veces contados.

Como en “Los Hijos de Fierro” –1975- he tratado de hacer un retrato social que recupere la riqueza antropológica de los protagonistas. Dar voz e imagen a quienes no la tienen y están ausentes de los medios de comunicación; rescatar la humanidad de los anónimos “nadies” que la crisis empujó a realizar pequeñas hazañas cotidianas. Los he acompañado en su búsqueda de trabajo, en sus esperas y protestas; compartí la cocina de sus casas o las tiendas de los campamentos tratando de recuperar sus experiencias y sentimientos. Siempre me apasionó la historia y las imágenes de época: volver al pasado a través de fragmentos de vida filmados. De todos los lenguajes, el cine es el único que puede guardar para siempre la imagen viva, hacer inmortales a los hombres. También, como en “Los Hijos de Fierro”, he retomado en el relato la copla popular, que tiene origen en la payada del siglo XIX. El payador era el gaucho cronista que recorría la pampa transmitiendo las noticias en verso y acompañándose con la guitarra. En “La Dignidad...” las coplas nos introducen a los personajes.

En mis películas de testimonio, siempre hice la cámara no sólo por lo que se selecciona en el momento de toma única, sino porque sus movimientos y su tensión son como el trazo del pintor. Desde la cámara se inventa y compone la puesta. “La Dignidad” se comenzó con una cámara Beta Digital grande para obtener una buena imagen, pero la gente creía que éramos de la televisión, cambiaba su conducta y perdía espontaneidad. Cuando comparé esas imágenes con las rodadas con mi pequeña cámara digital durante la investigación, estas últimas eran superiores. Así fue que decidí filmar con cámaras chicas, reemplazar las posibilidades de una mejor imagen por una mayor verdad. Tampoco tenía necesidad en “La Dignidad” de los dos puntos de vista y cámaras que usé en “Memoria del Saqueo”: una cadenciosa y objetiva para los escenarios del poder; otra pequeña y subjetiva desde la gente. En “La Dignidad”, casi todo está filmado con una cámara en mano que acompaña siempre a los personajes.

He dedicado “La Dignidad de los Nadies” a dos grandes realizadores de quienes recibí generoso apoyo: Fernando Birri , iniciador del documental social en la Argentina y maestro de varias generaciones de cineastas latinoamericanos, y Valentino Orsini , cuyo estímulo y solidaridad me posibilitó terminar “La Hora de los Hornos” en la Ager Film, de Roma, la productora que compartía con los hermanos Taviani, Giuliáni Da Negri y Luiggi Battistrada.

LA DIGNIDAD DE LOS NADIES
síntesis argumental
LA DIGNIDAD DE LOS NADIES es una suerte de libro de crónicas y cuentos, donde lo testimonial se une con lo narrativo, el ensayo con la historia, la vida con la ficción. Está compuesta por un prólogo, tres crónicas y diez historias de múltiples personajes:


“Martín, el escritor motoquero”: indignado por la represión del 20 de diciembre del 2001 y la agresión a las Madres de Plaza de Mayo, Martín abandona su trabajo y se dirige al lugar de los hechos. Recibe una bala en la cabeza, pero alguien arriesga su vida y lo salva.

“El maestro Toba”: esa tarde el destino lo coloca junto a Martín, lo auxilia, lo protege con su cuerpo y evita su muerte. Es un maestro que en su modesta casa de suburbio, con su mujer dan de comer a más de cien chicos los fines de semana.

“Antonia y Chipi: el comedor pobre”: los vecinos de un barrio indigente del gran Buenos Aires, se las ingenian cocinando para más de 200 personas con polenta y 2 cebollas.

“Margarita y Colinche”: el amor en una familia desocupada y piquetera con nueve hijos, sin casa ni trabajo, resiste haciendo changas con su carro. La mayor pena de Margarita es no poder enviar sus chicos a la escuela.

“Campamento Piquetero”: el corte de ruta es la última instancia que le queda a los desocupado, sin seguro ni asistencia social, para hacer oír sus reclamos. La organización de los campamentos recoge experiencias de décadas de ocupaciones de tierras y asentamientos urbanos. Compartiendo lo poco que se tiene van forjando una cultura de la solidaridad.

“Silvia y Carola: el hospital público”: “La salud no es un negocio, es un derecho” sostienen dos asistentas sociales en su defensa de un hospital público, degradado por la reducción presupuestaria. La desocupación dejó a la mitad de las familias sin seguro médico y los hospitales se vieron desbordados. Silvia y Carola cuentan que los enfermos se van del hospital sin los medicamentos, pudiendo ser fabricados en los laboratorios públicos a bajísimo precio y regresan caminando porque no tienen ni para el transporte.

“El llamamiento de Lucy”: ante la usura de los bancos y la ola de remates de las chacras hipotecadas, una mujer chacarera convoca a sus pares para defenderse. La propuesta hizo nacer una red solidaria de mujeres que cantando el himno impidió más de 1000 remates.

”Recordando a Darío”: en la desconcentración de una marcha piquetera, Darío - joven militante social de un barrio carenciado- auxilia a su compañero herido de bala. También a él la policía lo mata por la espalda. Su novia Claudia y algunos amigos, relatan la historia. La protesta multitudinaria consigue desenmascarar a los asesinos y llevarlos a la cárcel.

“Gustavo, Zulema y las mafias”: un joven sacerdote del gran Buenos Aires y la madre de una víctima del gatillo fácil, denuncian la impunidad de la mafia policial y su relación con intendentes municipales. Las marchas de silencio de familiares y vecinos permitieron encarcelar a los asesinos y comenzar la depuración de la policía “bonaerense”.

“Zanon: una fábrica recuperada”: los obreros de una gran fábrica de cerámicas quebrada, la ocupan y la ponen en funcionamiento sin la estructura de gerentes y capataces. Con el apoyo de la comunidad, a través de la autogestión demuestran su viabilidad productiva.

 

 

 

 

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