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Premio Waldo Salt en el Festival Cinematográfico Sundance 2005, Mejor
Libreto, Noah Baumbach
Premio del Festival Cinematográfico Sundance, Mejor Dirección de Drama
2005, Noah Baumbach
BREVE SINOPSIS
Ubicada
en Brooklyn en 1986, HISTORIAS DE FAMILIA captura con extraordinaria
proximidad el funcionamiento interno de la familia Berkman. Bernard (Jeff
Daniels), novelista en cierta época exitoso, y su esposa Joan (Laura
Linney), escritora esporádica, han renunciado a su matrimonio. Sus dos
hijos, Walt (Jesse Eisenberg), de 16 años y Frank (Owen Kline), de 12,
son abandonados para enfrentar sus confusos y conflictivos sentimientos
ellos solos.
La
experiencia es algo tierno, divertido y finalmente conmovedor para Walt
por su edad, y tortuosamente prematuro para Frank. Se le da una
descripción sutil y matizada a las tensiones emocionales y la presión
que surgen durante este difícil periodo para los Berkman. Es una
película que presenta hábilmente la realidad de una familia en proceso
de aprendizaje para redefinirse como tal.
Información sobre la producción
Park Slope, Brooklyn, 1986.
Cuando Walt Berkman (Jesse Eisenberg), un susceptible chico de 16 años
pasa la canción “Hey You” de Pink Floyd como su trabajo original y la
presenta en el festival de talento de la secundaria, está perfectamente
contento con su raciocinio: “Sentí que pude haberla escrito yo, entonces
el hecho de que ya estaba escrita fue un simple tecnicismo”. Al mismo
tiempo, su hermano de 12 años, Frank (Owen Kline) bebe cerveza y habla
abiertamente sobre la vida sexual de su madre.
Ambos están sencillamente reaccionando ante la bomba que cayó encima de
su cómoda vida familiar cuando sus padres, Bernard (Jeff Daniels), autor
alguna vez exitoso y ahora académico maduro, y Joan (Laura Linney),
floreciente escritora con un trato para un libro, anuncian que van a
separarse.
Los estables cimientos familiares se sacuden. Walt y Frank son relegados
a alternar fines de semana y con un calendario confuso de noches con
mamá o noches con papá. Los chicos son abandonados para enfrentar sus
confusos y conflictivos sentimientos que surgen del repentino colapso
del matrimonio de sus padres.
HISTORIAS DE FAMILIA, escrita y dirigida por Noah Baumbach, obtuvo dos
honores importantes en el Festival Cinematográfico Sundance 2005: el
Premio Waldo Salt por Mejor Libreto, así como el Premio por la Mejor
Dirección de Drama. La película está también estelarizada por Anna
Paquin como una joven universitaria que se muda a la casa de Bernard
hecha de escombros, y William Baldwin como el profesional de tenis que
entrena a los chicos Berkman, mientras que sale con su recién separada
mamá. Wes Anderson y Peter Newman produjeron la película, junto con
Charles Corwin y Clara Markowicz. Robert Yeoman fue el director de
fotografía, Anne Ross fue la diseñadora de producción y Tim Streeto
editó la cinta. Samuel Goldwyn Films y Sony Pictures Entertainment
realizarán el estreno.
Desde la escena inicial, un partido de tenis que enfrentan padre e hijo,
contra madre e hijo, es claro que hay problemas en la familia Berkman.
El amor, la ira y las lealtades divididas se ponen de manifiesto y en
los meses siguientes, los niños van y vienen de una casa a otra, como en
un juego de ping-pong que es el único entretenimiento en la casa de su
padre al otro lado del parque.
Mientras Walt idolatra a su obstinado padre y el joven Frank
apoya a su exageradamente inocente madre, en el Museo de Historia
Natural hay una olvidada figura en tercera dimensión de un calamar y una
ballena que trae de nuevo una lucha de adolescentes hacia un concepto de
hogar tranquilizador, aunque temporal.
Una mirada exquisitamente descrita del divorcio y la elasticidad de la
juventud, HISTORIAS DE FAMILIA navega hábilmente, con tensiones
emocionales e inevitable buen humor, las realidades de una familia en el
proceso de aprendizaje para redefinirse como tal.
SOBRE LA PRODUCCIÓN
Noah Baumbach, quien escribió y dirigió las películas KICKING AND
SCREAMING y MR. JEALOUSY, también coescribió HE LIFE AQUATIC WITH STEVE
ZISSOU, así como la próxima a estrenarse FANTASTIC MR. FOX con su
compañero escritor y director, Wes Anderson.
Para su tercer esfuerzo dirigiendo él solo, Baumbach dirigió su atención
a una historia inspirada e influenciada por su infancia en Brooklyn, NY.
Baumbach inicialmente jugó con escribir sobre dos hermanos como de 30
años que estaban abordando de manera retroactiva el divorcio de sus
padres, pero el guión tomó forma cuando empezó a pensar en la historia
desde la perspectiva de un niño más joven.
“Fue un cambio significativo para mí y me liberó en diversas maneras: me
permitió conectarme más directamente”, agrega. “Más adelante, empecé a
retrabajarlo y escribir desde el punto de vista de los padres. De
repente era una película sobre la familia”.
Su excelente reparto, encabezado por Jeff Daniels y Laura Linney,
explora una época memorable en la década de los 1980 cuando los
matrimonios se vieron amenazados por cambios de valores, deseos
personales y expectativas profesionales.
“Fue maravilloso trabajar con este reparto”, dice Baumbach. “Todos se
comprometieron y asumieron sus partes. Jeff personificó a Bernard tan
exhaustivamente que empecé a experimentar transferencia psicológica con
él y a verlo superior, justo como Walt mira a su padre, Bernard. Fue
increíble”.
Cuando empezó la filmación en el verano de 2004, Baumbach regresó a
terreno familiar, filmando entre las piedras rojizas de más de un siglo
en el vecindario Park Slope de Brooklyn donde creció en los años 1980.
Varias escenas se filmaron también en la Secundaria Midwood, su alma
mater. “El presidente del departamento de Inglés cuando yo estaba en la
escuela es ahora el director y se emocionó de verme ahí”, dice Baumbach.
“Fue muy agradable tener toda esa buena voluntad y cooperación”.
De hecho, varias de las locaciones de Brooklyn fueron proporcionadas por
amigos o conocidos de Baumbach, incluyendo la residencia Berkman donde
se lleva a cabo mucha de la acción. “La casa donde grabamos pertenece a
un amigo mío de la infancia Ben, y su esposa Molly”, dice Baumbach.
“Fueron realmente muy generosos por permitirnos transformar su casa y
reubicarse mientras filmábamos. Filmamos en lugares que tenían
significado real para mí y me ayudaron a conectarme con el material en
el nivel tanto visceral como el creativo”, agrega.
“Aunque es verdad que crecí en Brooklyn y mis padres se divorciaron”,
explica, “mucho de esto ha sido reinventado. Lo que es real es la
emoción… es emocionalmente real para mí”.
El productor Peter Newman se sintió atraído por la intimidad de la
historia que se contaba a través de los ojos de los niños sin
degradarlos.
“No sólo me pareció que el libreto era bueno, me hizo sentirme con nuevo
vigor y ansioso por trabajar en él… Pensé que era un tratamiento
especial de algo muy difícil”.
Baumbach trabajó con la directora de producción Han Ross para distinguir
las dos casas principales.
“En la locación de Park Slope donde la familia vive inicialmente, usamos
muchos tonos café y azul”, explica Baumbach. “Tapetes antiguos y un
sofá. Los detalles originales, la madera, la estructura de esas casas es
realmente cálida y hermosa. La casa a donde se muda Bernard estaba
influenciada por algunas pinturas de Lucian Freud. Usamos ahí tonos
verdes y amarillos, el color de las plantas viejas, que están muriendo”.
Haciendo referencia a otro toque personal, el director admite: “Pedí a
Jeff Daniels que usara la ropa de mi padre. No fue porque quería recrear
a mi papá de ninguna manera, sino porque tener esas cosas ahí me
acercaba más a los personajes y la historia, me mete más en ella y es
algo que verdaderamente me gusta”.
Al filmar en Súper 16 en vez de video digital, Baumbach quería dar a la
película una sensación auténtica de los años 1980. “La verdad es que no
quería usar tecnología que no existía en esa época”, dice.
Además del excelente reparto, los productores formaron uno de los
mejores y más talentosos equipos de Nueva York para trabajar detrás de
la cámara.
“El momento más significativo para mí en la película fue como a la mitad
cuando estábamos trabajando horas ridículas y todos estábamos ya
exhaustos”, recuerda Newman. “Todos los jefes de departamento eran gente
realmente importante en la industria y tuvimos a uno de los mejores
tramoyistas de Nueva York, quien trabaja en películas de $100 millones
de dólares, pero trabajó para nosotros por una fracción de su paga. Su
nombre es Bob Andres y le dije: ‘Bob, quiero agradecerte por tu trabajo
en esto’, y le pregunté por qué lo hacía. Me dijo que por el libreto. De
repente esto me sorprendió y me di cuenta que todos habían renunciado a
sus vacaciones de verano para estar ahí y estaban ahí por el libreto.
Fue algo muy emocional”.
Aparte de los experimentados jefes de departamento, el resto del
personal estaba conformado básicamente de internos. Difícilmente tuvimos
una gerencia media en la cinta. “Pedíamos a los internos que hicieran
muchas cosas”, dice Newman. “Fue la única forma en que pudimos hacer
esta película. Fue idea de Noah”. Baumbach agrega: “en realidad no
podíamos darnos el lujo de tener asistentes de producción, así que
tuvimos a muchos internos. Di una clase en Vassar y recluté a mis
alumnos para que nos ayudaran gratuitamente”.
Quizá la parte más desafiante de la filmación fue terminarla en 23 días.
Baumbach señala: “Hubo algunos días en que llegábamos a un punto donde
ya se había hecho muy tarde y pensaba: ‘Hoy fue muy bueno, hicimos un
trabajo verdaderamente fantástico’, y luego miraba la programación y
resultaba que todavía faltaban dos escenas más por filmar ese día.
Aunque fueron sólo 23 días, al final de la película sentíamos como si
hubieran sido cien”.
Las canciones de la generación tanto de los niños como de los padres
contribuyen a la sensación de la película. “Hey You” de Pink Floyd juega
un papel particularmente importante. Es una canción que detona muchos
recuerdos específicos para ciertas personas. “Fui gran admirador de Pink
Floyd de niño”, dice Baumbach. “Todavía lo soy”.
En la sala de edición Baumbach y el editor Tim Streeto encontraron un
ritmo sorprendente para la cinta.
“El ritmo de la edición no estaba planeado completamente”, dice el
director. “Pero una vez que cortamos la escena del tenis al inicio de la
película, me di cuenta de cómo se lanza al público inmediatamente a la
acción de la cinta y quería mantener activa esa sensación. Mientras más
cortaba la película, más experimentaba con eso y lo ponía de manera que
inicialmente pensé que no funcionaría. Es una película corta, con una
duración excelente, pero se sentía muy amontonada. Por lo general,
durante una película hay momentos… momentos de transición como el sol
saliendo o poniéndose sobre la ciudad… donde la gente en el cine cree
que está bien hablar. Es un momento para recuperar el aliento. Yo no
quería algo así. La película no levanta y al final te vas con la
sensación de suspenso… yo quería quitarle el aliento a todos”.
EL REPARTO
Una de las principales preocupaciones de Baumbach al elegir el reparto
para una película que depende tanto de actores jóvenes fue encontrar
chicos que se sintieran frescos y auténticos. Los productores lanzaron
una enorme red en busca de nuevos talentos y con ayuda del director del
reparto Douglas Aibel mantuvieron abiertas las sesiones de búsqueda en
escuelas alrededor del área metropolitana de Nueva York. Los cineastas
ya habían decidido que preferían no usar niños actores famosos que se
pudieran identificar fácilmente, por lo tanto se grabaron a cientos de
chicos desconocidos.
“Llevé a casa las cintas con las audiciones, se las mostré a mi novia y
los analizamos a todos”, dice Baumbach. “Muchos chicos eran buenos pero
no maravillosos y ella me decía: ‘en serio necesitas a alguien como
Owen’, que es el hijo de unos amigos nuestros. Me dijo, ‘es tan
brillante y creativo y abierto… pero completamente independiente, dueño
de sí mismo’. Entonces fuimos a cenar con estos amigos y tuve las
agallas de hablar de esto con los padres de Owen y estuvieron de
acuerdo”.
Kline llegó, leyó y consiguió el papel para representar a Frank Berkman
de doce años. “Lo que es genial en Owen es que tiene esta habilidad de
actor y al mismo tiempo aporta muchas cosas muy genuinas al papel”, dice
Baumbach. Kline agrega, “mi personaje pasa por una temporada muy difícil
y actúa de manera muy intensa en toda la película. Creo que las escenas
más dramáticas fueron las más divertidas que filmamos”.
La parte de Walt, el hermano mayor de Frank (dieciséis años), fue
igualmente difícil de elegir. “Había muchas sombras en ese personaje.
Tuve que dar audiciones a toneladas de chicos porque algunos de los
actores lo hacían bien al principio y luego en escenas diferentes que
mostraban otros aspectos del personaje, ya no lo hacían tan bien”,
recuerda Baumbach.
El actor que se me metió en la cabeza era Jesse Eisenberg, quien fue la
joven estrella de ROGER DODGER. “Encajaba perfectamente bien con una
persona que habla con confianza, inteligencia e ingenio, pero que la
mitad del tiempo no sabe lo que está diciendo. Existe una cierta
inseguridad en Walt que no puede señalarse”, explica Baumbach.
Eisenberg agrega: “realicé audición para la película como 6 ó 7 veces.
Es interesante porque, mientras te metes más y más en el proceso de
audición, simultáneamente te sientes motivado y desmotivado. Estás
validado, pero claramente, si se lleva mucho tiempo, ya no estás ahí
completamente. Fue una experiencia presionante, pero aguanté sólo porque
quería firmemente estar involucrado en esto. Como actor, es muy raro que
tengas la oportunidad de leer un libreto que es muy superior a la
mayoría de otros libretos y luego que te contraten”.
“En el punto en que contratamos a Jesse y Owen ya no hubo debate si
deberían ser ellos o alguien más”, dice el productor Peter Newman.
Quizá la parte más sencilla del proceso fue encontrar a la actriz
perfecta para representar el papel de Joan Berkman. Laura Linney fue la
primera que audicionó y se quedó durante todo el proyecto, que resultó
ser un largo periodo de pre producción.
“Le mostré el libreto desde el principio”, dice Baumbach. “Se llevó
mucho tiempo hacer la película y Laura estuvo apegada a ella todo el
tiempo. Me hizo sentir muy bien durante todo ese difícil proceso de
conseguir dinero, saber que siempre tenía a Laura”.
“Me encantó que la película tuviera tantas capas”, dice Linney. “Me
pareció tanto intensamente conmovedora como extremadamente divertida al
mismo tiempo. Es un retrato intrépido pero afectuoso de personajes
dañados. Le dije a Noah, cuando estés listo para filmar, ahí estaré”.
La búsqueda del actor adecuado para representar al conflictivo patriarca
Bernard Berkman tuvo un giro cuando Newman recibió la llamada del
director Wayne Wang. Wang, quien dirigió SMOKE, producida por Newman
también en Brooklyn, estaba hablando maravillas de Jeff Daniels, su
estrella en BECAUSE OF WINN-DIXIE. “Noah conoció a Jeff y ahí fue justo
cuando el proceso realmente empezó a despegar”, dice Newman.
“Jeff era un actor que siempre me ha gustado”, dice el director. “Me
encantó en LA ROSA PÚRPURA DEL CAIRO y SOMETHING WILD, y más
recientemente en películas como LAS HORAS y BLOOD WORK. Puede ser muy
divertido y simpático, pero como actor también es sencillo y auténtico.
El personaje es divertido, pero hay mucha tristeza ahí y mucho dolor…
Jeff parece siempre estar haciendo poco, es casi como Spencer Tracy…
parece hacer todo sin esfuerzo”.
“Nunca vi a Bernard en términos de ser comprensivo o incomprensivo. Me
lanzaron al reto de representarlo tal y como era, un poco de ambos”,
dijo Daniels. “Me encantó el punto ciego de Bernard cuando llega a cómo
lo percibe la gente. Como resultado de una corriente continua de
conducta auto absorbente, estaba lleno de excusas y completamente
inconsciente de su efecto destructivo en aquellos a su alrededor, y
complacido por su brillantez siempre y cuando tuviera un público de una
o más personas. Como es un hombre que pasó demasiado tiempo de su vida
dentro de su propia cabeza, cuando llega el momento de relacionarse con
alguien, es todo un desastre. Sin embargo, en algún lugar dentro de su
auto absorción, era alguien que probablemente sabía la verdad de sí
mismo, pero como la mayoría de las cosas que no apoyaban su sentido de
sí mismo, lo hacía a un lado rápidamente”.
Con el reparto ya formado, Baumbach empezó un periodo largo y productivo
de ensayos. “Me parece muy útil para entender quiénes son los actores”,
dice. “Algunos actores quieren dirección psicológica más directa,
mientras que otros no la necesitan”, continúa. “Con frecuencia quiero
algo muy específico y tengo que encontrar la forma de comunicárselos
para que puedan usarlo”.
Respecto a la preparación de los chicos, Baumbach encontró que el
proceso no es diferente de cuando se trabaja con adultos. “Mucho del
proceso se trata sólo de leer las escenas una y otra vez, hablar de la
acción y hacer que se sientan cómodos con lo que están diciendo y lo que
está realmente sucediendo”.
Baumbach descubrió que ensayar con Daniels era especialmente
recompensante. “Fue la experiencia más emocionante que he tenido con un
actor”, dice Baumbach. “Pensaba verdaderamente en todo lo que le decía y
tenía la confianza para intentar cosas que no siempre funcionaban. Fue
una gran experiencia ver a un actor meterse en el personaje como lo hizo
Jeff. Fue en verdad muy emocionante.
“Jeff nunca se preocupó por la redención o si Bernard era un tipo bueno
o malo. Sólo lo representó. Eso es algo muy difícil para un actor.
Tienes que deshacerte de toda vanidad y simplemente hacer tu papel. Me
siento en deuda con él por eso”.
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