"Érase Una Vez en México" de Robert Rodríguez
"Érase una
vez en México" es el último capítulo de la leyenda de ‘El Mariachi’. Con un
modesto presupuesto, filmado en México en video de alta definición a lo
largo de una breve agenda de siete semanas, el film significó otra
oportunidad para que, tanto frente como detrás de cámara, el equipo
trabajara junto al ecléctico realizador Robert Rodríguez, quien lo escribió,
dirigió y produjo, así como también cumplió con las funciones de director de
fotografía, diseñador de producción, edición y composición musical. "Érase una vez en México" es un tributo a esas películas que inspiraron a Rodríguez a convertirse en realizador, los clásicos westerns “spaguetti” de Sergio Leone (The Good, the Bad and the Ugly, A Fistful of Dollars) y la clásica aventura post-apocalíptica de George Miller The Road Warrior. La leyenda de ‘El Mariachi’ posee una interesante y singular historia y Robert Rodríguez es el más sorprendido por su evolución. El primer film, El Mariachi, tuvo como inusual musa al film de acción de ‘Mad Max’ The Road Warrior: “Al igual que en Road Warrior, yo deseaba aportar una idea un poco diferente y algo divertida”, dice el director. “Así que pensé en hacer del héroe (El Mariachi) un guitarrista con su estuche de guitarras lleno de revólveres. Era muy improvisado”. Este notable film debut de Rodríguez fue realizado con un mínimo presupuesto de U$S 7000 (“o el presupuesto de café de la mayoría de las películas”, ríe Rodriguez) y catapultó al joven realizador a la fama cuando obtuvo el premio del público en el Festival de Cine de Sundance. Su segundo film, "Desperado"-"La balada del pistolero", comenzó en verdad como una nueva versión del primero, pero con mayor presupuesto. Sin embargo, se fue convirtiendo en una secuela, al incorporar secuencias de acción más elaboradas que las que Rodríguez había logrado realizar en "El Mariachi" y convirtiendo en estrellas internacionales a sus dos protagonistas, Antonio Banderas y Salma Hayek. Ya cuando Rodríguez estaba filmando "Desperado", sus amigos comenzaron a decirle que necesitaría hacer el tercer film de la serie. “La verdadera historia es que Quentin Tarantino apareció un día en el set de Desperado y dijo: ‘Esta es tu trilogía de los Dólares’. Y yo le pregunté: ‘¿De qué estás hablando?’” El cinéfilo Tarantino se refería a la trilogía de westerns del director italiano Sergio Leone: A Fistful of Dollars, For a Few Dollars More y The Good, the Bad and The Ugly, conocida también como la trilogía ‘Man With No Name’ (’El Hombre Sin Mombre’), dado que al héroe de las tres partes, interpretado Clint Eastwood, nunca se lo identifica por su nombre. “’Mariachi" es tu Fistful of Dollars, dijo Tarantino, ‘y "Desperado" será tu For a Few Dollars More. Pero entonces tendrás que hacer la épica y deberás llamarla "Érase Una Vez en México.” “Entonces le dije a Quentin: ‘Primero terminemos con esta película y luego lo pensaré’”, recuerda Rodríguez. “Años más tarde, Amy Pascal, de Columbia Pictures, me llamó y me dijo que Desperado había ganado estatus de culto entre los fanáticos y que estaban dispuestos a realizar la secuela. Recordé entonces lo que había dicho Tarantino y le dije: ‘Okey, la haré, pero no puede ser nada más que Desperado 2, debería ser más épica y se llamará Érase Una Vez en México’. Ella estuvo de acuerdo y así empezamos”. Rodríguez comenzó a reunir varias ideas, la primera de las cuales fue la del personaje de un agente corrupto de la CIA (quien luego fue interpretado por Johnny Depp) y la de otros personajes y líneas argumentales que algún día serían usados para crear una saga épica construida en torno del personaje de El Mariachi. “El guión es una combinación de varias historias diferentes que escuché de mi tío, quien estaba en el FBI”, afirma Rodríguez. “Algunas son verdaderas, otras han sido ficcionalizadas. Básicamente, Rubén Blades interpreta a mi tío en la película y yo utilicé algunas de las historias que me contó para conectar a todos los personajes. Es una combinación de realismo y fantasía. Todas las películas que he hecho tienen algo de fantasía y Érase Una Vez en México no es la excepción”. Pero, al igual que "Desperado", "Érase Una Vez en México" no es una secuela en el sentido estricto del término. Mientras El Mariachi (Antonio Banderas) y su amada Carolina (Salma Hayek) regresan, la historia serpentea de maneras inesperadas. Otros intérpretes, como Danny Trejo y Cheech Marin, también están de vuelta, pero interpretan a distintos personajes –otro tributo a Leone, quien mataba a sus personajes pero hacía regresar a los actores en papeles diferentes en el próximo film.- Y también están los nuevos personajes, la mayoría de ellos con diferentes historias que finalmente encajan alrededor de El Mariachi, interpretados por Depp, Willem Dafoe, Eva Mendes, Mickey Rourke y Enrique Iglesias (el cantante sensación que debuta en el cine como uno de los compinches de El Mariachi – Rodríguez dice que es otro homenaje al cine, a la joven estrella de la música Ricky Nelson, quien apareció en Rio Bravo, el western de Howard Hawks). “Erase Una Vez en México es mucho más que la tercera parte de la historia de El Mariachi”, explica Rodríguez. “También contiene elementos de flashback para el público. Es casi como una cuarta parte de la historia, solamente que la tercera parte no existe. Los flashbacks a la película de ‘fantasía’ muestran escenas de aventuras de Antonio y Salma que no se vieron, lo cual dota a la película de un sentimiento más épico”. En los flashbacks de la película de ‘fantasía’, la audiencia se entera de cómo se enamoraron El Mariachi y Carolina, cómo se casaron y tuvieron una niña. También hay un número de notables secuencias de acción que explican por qué El Mariachi se ha aislado, lo que descubrimos al comienzo de Érase una Vez En México. “Los flashbacks también actualizan al público, así que incluso si no vieron ninguna de las películas anteriores, saben cómo eran El Mariachi y Carolina juntos y de que eran una fuerza con la que hay que vérselas.” LOS INTÉRPRETES Los veteranos de los otros filmes de Rodríguez firmaron ansiosamente para realizar el tercer capítulo de la mítica historia de heroísmo y bravura. A lo largo de los años, el creativo y muy independiente realizador de otros filmes como los éxitos de la serie de "Spy Kids" y "From Dusk Till Dawn", ha desarrollado una troupe de talentos – tanto frente como detrás de cámara – atraídos por su estilo singular y visionario: “La razón es simple”, sintetiza el actor Danny Trejo, quien también trabajó en "Desperado": “Robert obtiene lo mejor de cada uno”. Para el personaje de El Mariachi, la decisión de Antonio Banderas de volver a tomar al guitarra no significó ningún esfuerzo: “Iría hasta el Infierno y volvería de él por Robert, si fuera necesario”, ríe. “De las sesenta películas que he realizado, sólo he hecho secuelas para Robert. Hasta ahora hemos hecho seis películas juntos y todas ellas han sido experiencias perfectas, porque estamos en sintonía. Existe una fluidez en el lenguaje que compartimos, similar a la que tuve con Pedro Almodóvar”. La razón por la que Banderas y Rodríguez trabajen juntos con tanta frecuencia es simple: “Antonio puede hacer todo”, afirma Rodríguez: Puede hacer acción, canta y hace comedia. En cada película es diferente. El primer día que entró al set de "Érase Una Vez En México" no parecía haber pasado un día desde "Desperado". En cuanto se puso el traje y las botas, volvió a ser el personaje. Salma Hayek admite también que le resulta difícil resistirse a la oportunidad de trabajar con Rodríguez. Estaba tan ansiosa de estar en el Nuevo film que el director acordó reorganizar el rodaje de sus escenas, de modo que la actriz pudiera completar la producción de Frida. “Los filmes de Robert siempre son excitantes y divertidos”, describe Hayek. “La adrenalina es siempre un factor porque los filmes nunca son fáciles y la exigencia física es grande. Pero amo que Robert me incentive, porque sabe que no me echaré atrás y que me divierto haciéndolo”. “Salma es picante, dura, atractiva y graciosa”, dice Rodriguez. “Representa verdaderamente lo que yo quería del personaje de Carolina y lo que el cine latino debe ser.” Cheech Marin solamente puso una condición a Rodríguez antes de acordar su presencia en Once Upon a Time in México: “Robert siempre me mata pronto en sus películas. Esta vez le pedí que me matara un poco más tarde. Así lo hizo y me mató tan tranquilo... Siempre me mata de manera interesante. Y además, mis escenas son con Johnny Depp”. Entre los recién llegados, como Depp, siempre había existido el deseo de trabajar con Rodríguez. Todo lo que se necesitaba era la oportunidad, y Depp la encontró en el personaje de Sands, el amoral agente de la CIA: “He aquí la chance de interpretar a un tipo que está un poco en contra de los principios que uno esperaría de un agente de la CIA”, dice Depp. “No es un cliché o alguien que yo sintiera que ya había visto. Fue una idea interesante que Robert creara a un hombre que está en la CIA, pero que a la vez no quiere estar allí porque no le agrada a nadie. Sands es un hombre sin consideración por la vida humana. Nunca antes había interpretado a alguien como él, a un tipo que no es bueno de ninguna manera”. Depp era una de las pocas estrellas que Rodríguez sabía que podría desempeñar el papel del corrupto y amoral Sands: “El personaje de Johnny es muy extremo y para ello se necesita a un actor que desee interpretarlo, ya que muchos actores no quieren volverse indeseables”, explica Rodríguez. “Pero a Johnny no pareció importarle, siempre y cuando el personaje fuera interesante. Lo gracioso es que no importa cuán vil lo hagamos, Johnny siempre conserva esa increíble naturaleza que lo hace agradable, así que el personaje termina siendo más amable. No creo que uno pueda realmente odiar al personaje de Johnny Depp, no importa cuán malvado sea, y Sands lo es hasta la médula. Sands era mi papel favorito en el guión y el primer personaje que comencé a desarrollar para esta película. Es el personaje que orquesta todo el plan de asesinato en la película y que lentamente observa cómo se cae a pedazos. Entonces llegó Johnny y llevó a Sands a un nivel completamente distinto”. Para Dafoe, el atractivo residía más allá del jugoso papel de villano Barrillo, el cual requirió que se tiñera el cabello de negro azabache y que, en determinado punto de la historia, sufriera una transformación física total. “Robert realmente sabe cómo contar una historia. Me impresionó tanto El Mariachi que decidí buscarlo y trabajar con él algún día. En Érase una Vez En México, no fue tanto el personaje sino el proyecto total lo que me atrajo. Yo deseaba formar parte de esa experiencia”. Rodríguez ríe al recordar la incredulidad inicial de Dafoe cuando se le pidió que tomara el papel de Barrillo. “Recuerdo que Willen me llamó y me preguntó: ‘¿Realmente quieres que interprete a un Señor mexicano de la droga? Ni hablo español ni toco el piano’ Y yo le contesté: ‘No te preocupes, puedo enseñarte un par de trucos. Además, eres un actor tan talentoso que puedes hacer todo’. Y al segundo día en el set, ya estaba tocando el piano y hablando español”. Dado que Rodríguez había reunido a un elenco tan impresionante, la estrella de la canción Enrique Iglesias confió en que Érase una Vez En México sería el vehículo adecuado para debutar en el cine, como uno de los laderos de El Mariachi. “Me siento seguro al trabajar con Robert y con actores como Antonio, Willem y Johnny”, dice Iglesias. “Si estaba rodeado por gente tan talentosa, tenía confianza en que la película iba a funcionar”. Otros intérpretes como Eva Mendes –quien interpreta a Ajedrez- fueron atraídos por la naturaleza del personaje que Rodríguez les pidió que interpretaran: “Robert me alcanzó un pedazo de papel con pocas líneas y pensé: ‘Este es un personaje bueno y peligroso. Definitivamente deseo hacerlo”. La producción de "Érase una vez en México" demostró ser una valiosa experiencia de aprendizaje para los actores, aun para los que ya habían trabajado con Rodriguez. “Robert es un escritor y realizador más maduro siete años después de Desperado”, afirma Hayek. “Esta vez llevó el film de acción en una dirección excitante y diferente. Todavía posee una fluida imaginación y nunca se queda sin ideas”. Y Banderas concuerda: “Robert ha llegado a la pura acción en este film. El personaje de El Mariachi cobra vida a través de la acción y el movimiento, más que a través del diálogo. En ese sentido es básicamente un héroe clásico. Habla muy poco y se mueve como un torero o un bailarín flamenco. Cuando dispara su arma es como si estuviera tocando la guitarra. Para él es lo mismo; detrás de ello está la misma música. La película casi suena como el rock ‘n roll. La violencia está toda coreografiada”. Iglesias también sintió el ritmo de rock ‘n roll del film, lo cual lo ayudó en su transición de la grabación a al actuación. Como las mejores estrellas de la canción, dice: “ Se supone que los Mariachis son tranquilos. Nosotros cantamos y peleamos, pero principalmente peleamos”. Así como Banderas creó su personaje a través del movimiento, Dafoe afirma que su interpretación de Barrillo también surgió del abordaje altamente estilizado de Banderas: “La acción es fuerte y concisa”, describe Dafoe. “De muchas maneras, la estrella es la historia y nuestro trabajo es ayudarla a desarrollarse. No hay largas escenas de acción, pero eso no la hace menos divertida o interesante. Trabajar con Robert incidió en una cierta conducta arquetípica que sirve a la historia, pero lo suficientemente personal como para poseer cierta textura. No puedes adormecerte al volante, porque en el film se te cruzan muchas historias y atajos. La experiencia es muy directa y uno hace lo que debe hacerse dentro de ese universo moral”. Y en el universo moral de Rodríguez, Depp también descubrió ingenio y lirismo: “La acción de Robert tiene una gran cuota de humor y al mismo tiempo celebra el género, particularmente los clásicos westerns de Sergio Leone. Es verdaderamente poético y bello que Sands se convierta en un tirador ciego, sin ojos, que sabe que va a morir pero que todavía se siente obligado a defenderse. Robert decidió poner el destino de Sands en manos de un muchacho inocente, quien termina siendo su único amigo y la única persona a la que Sands está preocupado por salvar”. La amistad entre Sands y el muchachito también juega con los sentimientos del público por Sands, de acuerdo con Rodríguez: “Johnny tomó a alguien a quien uno despreciaría y le brindó al público interés en su conflicto, de modo que al final está de su parte. Fue interesante ver cómo un personaje irredimible termina redimiéndose”.
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