“El reñidero”DE SERGIO DE CECCO
El Grupo de Teatro del Nacional Buenos Aires estrena
la obra de Sergio De Cecco, dirigida por Orlando Acosta
El próximo viernes 27 de septiembre a las 20.30 horas se
estrenará en el Teatro de la Ribera (Avenida Pedro de
Mendoza 1821) El reñidero, de Sergio De Cecco,
interpretada por el Grupo de Teatro del Nacional Buenos
Aires y dirigida por Orlando Acosta.
El Grupo de Teatro del Nacional Buenos Aires está integrado por Constanza Peterlini, Juan Coulasso, María Paula Battola, Luis Berenblum, Francisco Prim, Mariano Saba, Alejandra Marimón, Nelson Taffarel, Javier Mele, María Colloca, Lisandro Rodríguez, Agustín Quiroga y Carlos Tereñes.
La escenografía está a cargo de Marta Albertinazzi, la iluminación es de Alejandro Le Roux, el vestuario de Marcela Bea, la caracterización de Sandra Fink, la música original fue compuesta por Eduardo Valerdi y Pablo Paz, la canción de la obra pertenece a Horacio Velasco, el entrenamiento vocal y de dicción estuvo a cargo de Ricardo Suárez y el responsable del entrenamiento de escenas de violencia fue Osvaldo Bermúdez.
Las funciones se realizarán de jueves a sábados
a las 20.30 y los domingos a las 20 horas. En el
Teatro de la Ribera (Av. Pedro de Mendoza 1821)
“Cuando me propuse dar una versión de Electra de Sófocles,
me encontré ante la difícil decisión de ubicarla histórica y
geográficamente. Elegí un arrabal porteño y un año en crisis:
1905. La población estaba formada en su gran mayoría
por gauchos desplazados de la tierra y perseguidos por
la justicia que, imposibilitados de integrarse a una
ciudad en tren de progreso e industrialización, caían
inevitablemente al servicio de la politiquería local como
matones a sueldo. Presentí que esos hombres conservaban
las pautas morales rígidas, cristalizadas por las luchas
contra el indio. Esta rigidez ética, me permitió su evocación
en las duras normas impuestas a los personajes del teatro griego.
Tal como en Sófocles y en toda la tragedia, en ese arrabal
se vivía permanentemente en estado de duelo (la muerte
era una vieja conocida, una presencia habitual en las familias)
en un sometimiento al destino como algo irrevocable.
Estos fueron los elementos coincidentes que llevaron a ubicar
Electra de Sófocles, en el Palermo de 1905, barrio poco
invadido por el inmigrante. La gente de Palermo constituía
una especie de logia muy cerrada, orgullosa de sí misma y de
su bravura y se consideraba la más guapa, la más brava, la
más peligrosa. Esta especie de estatus superior respecto
de los demás arrabales me dio la oportunidad de crear en
el espectador una asociación con el ambiente palaciego
en el que se desenvolvía. Por esa misma razón, y con el
propósito de dar imágenes colindantes, investigué el lenguaje
y pensé que los malevos de Palermo estaban poco influidos por
la inmigración, ya que su barrio no era de pequeñas industrias
en desarrollo como La Boca y Barracas, y que el hombre
seguiría conservando ciertos arcaísmos en su habla. Asimismo, y para
romper con el código que había impuesto, le di a los personajes
femeninos un lenguaje algo barroco, con la esperanza que el
espectador se situara inconscientemente en la temporalidad de
la tragedia griega.”
Sergio De Cecco (1931-1986) se inició a los 18 años como libretista
de radio y titiritero, y con su teatro de títeres “De las malas artes”
recorrió la Argentina y varios países de América. En la década
del 50 comenzó su actividad como autor teatral, con Durante el
ensayo; en 1956 fue premiado por el Ministerio de Educación
por su Prometeo y dos años mas tarde, El invitado ganó un
concurso de jóvenes autores. En 1962 publicó El reñidero, que lo
lanzó a la fama luego de su estreno, el 11 de enero de 1964 en
el Jardín Botánico, al aire libre, y su posterior reposición
(con algunos cambios en el elenco) el 20 de junio del mismo año
en la Sala Casacuberta del Teatro San Martín. En ambos casos las
puestas fueron dirigidas por Santángelo. Entre su obra también se
destacan Capocómico, Titeatro de las malas artes, El gran deschave
(escrita en colaboración con Armando Chulak) y Llegó el plomero.
Sus obras tienen en común la referencia a una problemática nacional
siempre a partir de historias individuales, a la vez que el
predominio de elementos realistas matizados por la ironía y el humor
negro.
Integrado por egresados del Colegio Nacional de Buenos Aires, el
Grupo de Teatro del Nacional Buenos Aires nació en 1994.por
iniciativa del director Orlando Acosta. Tras un taller de iniciación
teatral, se concretó una puesta de La salud de los enfermos,
adaptación del cuento de Julio Cortázar, primero en el gabinete
de música del Colegio y luego en una sala ad hoc. Un año más
tarde el conjunto representó La casa de Bernarda Alba, primer
espectáculo de autor dramático, galardonada con el premio
del Fondo Nacional de las Artes dentro de los Juegos
Intercolegiales del Diario La Nación. El Grupo fue afianzándose
cada vez más, incorporando nuevos actores, escenógrafos,
vestuaristas, maquilladores e iluminadores.
En 1997 la agrupación realizó el Homenaje a Teatro Abierto, con la
puesta en escena de dos de las obras más emblemáticas
de aquel movimiento: El Acompañamiento, de Carlos Gorostiza, y
Gris de Ausencia, de Roberto Cossa, hilvanadas por el manifiesto
de los teatristas de aquel entonces. En 1998, tras la convocatoria
para un homenaje a García Lorca en el centenario de su nacimiento,
el Grupo repuso La Casa de Bernarda Alba. Al año siguiente,
estrenaron Babilonia (una hora entre criados) en el Centro Cultural
Recoleta, puesta que continuó en la sala del Colegio, luego en
el Teatro Auditorium de Mar del Plata (durante enero y febrero
de 2000), para finalizar en el Centro Cultural Borges en agosto
de 2000. Ese mismo año nació El Duende, sobre textos de Federico
García Lorca, obra con la cual el Grupo realizó un ciclo
itinerante por distintas sedes de la Universidad de Buenos Aires,
museos y bibliotecas de la ciudad, siempre con entrada
gratuita. El espectáculo se presentó en octubre y noviembre en
el Centro Cultural Borges, y gracias a su repercusión, la Legislatura
de la Ciudad de Buenos Aires declaró de Interés Cultural la
tarea del Grupo, que también recibió una Mención Especial del Premio
María Guerrero del año 2001. El espectáculo realizó su última
temporada de mayo a julio de 2002 en el Paseo La Plaza y se estima
que fue visto por 12.000 espectadores.
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