Relaciones entre individuos de diferentes culturas y una historia de intrigas y decisiones frente al “destino”, en un film con cierto aire a western, nos meten de lleno en un tema de suma actualidad: el de la identidad, la de las personas y la de un pueblo en épocas de globalización.

Filmada íntegramente en la Provincia de Jujuy, en escenarios naturales de La Quiaca , Yavi, Purmamarca, Uquía y San Salvador, este nuevo largometraje de Miguel Pereira denota la mirada ya exhibida por este realizador (nacido y crecido en esa provincia pero con más de quince años de estudios y residencia en Gran Bretaña) en su multipremiada película La deuda interna. Una mirada de fuerte compromiso social y cargada de humanidad, que aflora en cada fotograma de esta historia de ficción rodada en impresionantes paisajes del norte de nuestro país.


Síntesis Argumental
Un falso cura, traficante de drogas, luego de haber sido estafado y estar al borde de la muerte, despierta en un rústico pueblo de alfareros enclavado en la soledad del Altiplano Jujeño. Bajo ese disfraz, decide quedarse disfrutando de la compañía de sus ignorantes pobladores que lo atienden con esmero. Ha descubierto algo en ese pueblo que le devuelve la esperanza de revertir la derrota infringida por el destino que lo haría regresar a su España natal con las manos vacías.
Mientras sus días vacíos transcurren, establece distintas relaciones con los habitantes del pueblo y, en especial, con una bella alfarera y su hija, con un ciego vagabundo de gran sabiduría y humor y con una pareja de comerciantes voceros del progreso y la modernidad.
Relaciones que se irán forjando y cambiando a partir de un tema que divide al pueblo: los que apoyan y van a trabajar en la construcción de un camino que promete acercarlos a la prosperidad y aquellos que quieren seguir viviendo de la arcilla del Cerro Colorado y la alfarería.
Relaciones que lo arrojarán a un mar de dudas, entre la codicia, el amor, el deseo y la sensación de que la paz buscada podría estar al alcance de la mano.